N/A: Ohayo! Se que hace muchoooooooo no actualizaba este fic pero aquí estoy :) Aprovecho que estoy por cumplir los dos años en fanfiction para ir actualizando poco a poco todo lo que he dejado abandonado, xDD Así que probablemente me vean un poquito más seguido por aquí :)

N/A 2: ¿Te gustan los zombies y las historias de romance y sobrevivientes? ¡No dejes de leer El Ocaso! Consiguelo en Amazon por sólo $2.99!

¡El Ocaso por M.C Torres!

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AVISO: Este fic contiene MUCHO contenido adulto (no hay lemon en el cap) y MUCHO OOC así que si no te gustan los fics con OOC y con cierta parodia, NO LO LEAS!

DISCLAIMER: Bleach NO me pertenece, es propiedad de Tite Kubo


CAP IX

Él aun no comprendía como había sido tan idiota. ¿Enserio? ¿Aceptar el jugar 'truco o verdad' con esos "amigos"? "¡Que me jodan!" había pensado, mientras miraba como Matsumoto y Rukia le dedicaban sonrisas maliciosas. Esas mujeres eran mucho más peligrosas de lo que cualquiera podía pensar.
Y definitivamente él se arrepentía de haberse burlado de Matsumoto, por que ahora estaba metido en un gran conflicto...
¿Pero como todo había comenzado? Bien, todo comenzó tres horas antes...

CINCO HORAS ANTES

—¡Habá una competencia de volleyball playero en el área de la piscina!— había gritado una mujer a su esposo. El hombre no parecía en lo más mínimo interesado, a pesar de que ella brincaba a un lado de él. Ichigo entrecerró los ojos, irritado. Llevó sus manos a sus bolsillos y extrajo la tarjeta de la habitación para así entrar a esta y cerrarla a tiempo antes de que la pareja comenzara a discutir. Aparentaba ser que al hombre no le gustaban esos juegos y la mujer le reclamaba...

Kurosaki se encontró a Orihime tirada en la cama, con sus ojos repletos de lágrimas. La joven ni siquiera se percató de que él había entrado, sino que estaba demasiado entusiasmada llorando. Él arqueó una ceja, para luego voltear su rostro y enfocar su mirada en la televisión. La imagen era la de un barco hundiéndose un muchacho con hielo en su nariz y cejas y una chica subida en un pedazo de madera.

"Nunca te olvidaré, Jack" dijo la mujer en la televisión, aunque realmente a él le sorprendía más que Orihime se supiera esa estrofa de memoria. Cuando llegó la escena donde ella empujó al hombre al fondo de las frías aguas, la chica comenzó a sollozar con fuerza. —¡Ella no te olvidará, Jack!— lloriqueó en voz alta.

"¿Es una actitud normal o la hemos perdido?" le había cuestionado su hollow.

"Ella nunca ha sido del todo normal..." comentó, observando a Orihime llorar sobre las almohadas, gritándole a un Jack imaginario que Rose jamas lo olvidaría y que juntos vivirían en su mente. "...aunque quizás la hemos perdido un poco..."

—¿Orihime?— la llamó Ichigo, en voz baja. El frunció el ceño al percatarse de algo... ¡¿quien carajos pone en un barco la película del Titanic?! ¡Por el amor a Kami! ¡Estaban en medio del océano y a alguien bastante "inteligente" se le ocurría colocar esa dichosa película! —¿Por qué lloras?— cuestionó, sentándose a un lado de la chica.

—No podrías entenderlo, I-Ichigo-kun— murmuró, comenzando a incorporarse —¡Son los sentimientos de una fanática! ¡Se suponía que debían quedarse juntos, igual que Zuko y Katara! ¡Pero no, tenían que venir los directores y destruir mis esperanzas! ¿Y ahora? ¿qué más van a hacer? ¿No dejar que Dean y Castiel se queden juntos en Supernatural?— gritó, dejando a Ichigo perplejo.

¿Qué carajos estaba pasando?

—¿Dean y Castiel? Orihime, ellos son dos chicos y...—

—¡Amo el yaoi de la misma manera que Sado ama 'Mi pequeño Pony'!— los ojos grises de Orihime poseían un brillo de excitación y de idealismo; sus mejillas y su nariz estaban rojas y la hacían ver adorable, en especial por ese idealismo oculto en su mirada. El shinigami sustituto sabía que ella era rara pero jamas había pensado que fuera una fanática tan fuerte. Eso era extraño.

"Extraño o no, quiero follarla"

"¡Cierra la maldita boca, idiota!"

Ichigo sabía que si le decía que él no apoyaba nada de lo que ella decía (¿Suko y Katara? ¿enserio? ¡Si siempre fue Aang y Katara!) iba a enloquecerla, así que asintió. —Claro, lo que digas... ¿por qué no salimos a dar un paseo? Algo me dices que ya has visto esa película un par de veces...—

—Sesenta y siete veces, pero con esta es la sesenta y ocho— comentó con orgullo, dejando a Ichigo con la boca abierta.

—¿Sesenta y ocho veces, Orihime? ¡Pero que demonios!— exclamó, asombrado.

—¿Verdad? ¡Son muy pocas las veces, Ichigo-kun! El canal de TNT debería pasarla más a menudo, tendré que comprarme ese DVD— murmuró, colocándose de pie y dirigiéndose al baño, donde lavó su rostro. Ichigo la observó horrorizado. Y su padre le decía que él era un vago bueno para nada por haber visto el Padrino quince veces... si conociera el record de Orihime probablemente le hubiera provocado un infarto. —¿Y el resto de los chicos, Ichigo-kun?— peguntó Orihime, saliendo del cuarto de baño con su rostro húmedo.

Él se encogió de brazos.—Ni idea.— No era como si le interesara tampoco. Matsumoto y Rukia lo ponían nervioso con esas miradas de "se lo que haces en las noches". Malditas acosadoras, ¿por qué no se metían en sus vidas y lo dejaban en paz? Él y Orihime habían llegado a un acuerdo, mantener su relación secreta, al menos hasta llegar a Karakura. A ninguno de los dos les parecía apetecible el tener que lidiar durante el trayecto con los comentarios de Renji, Hisagi e Ishida y mucho menos con las miradas e indiscreciones de Rukia y Matsumoto. ¿Y que decir de una Tatsuki enojada, amenazándolo con patearle el trasero? No, no y no. — Quizás estén en el área de la piscina. Escuché que hay una competencia o algo por el estilo.— Conociéndolos, de seguro estaban en medio de la competencia. —Podemos ir a buscarlos— Orihime asintió.

Y fue cuando los encontraron que todo se complicó.


EN LA ALBERCA

—¡El premio es una noche en un jacuzzi privado!— exclamó Matsumoto, observando a los siete jóvenes que estaban frente a ella. —¡Por supuesto que vamos a jugar— le gritó a Ichigo, quien la miró irritado.

—Ni siquiera sabes en que consiste el juego, ¿cómo diablos piensas ganar?— le gritó, enojado. Orihime e Hisagi observaban a sus respectivas parejas en silencio, igual que el resto. Matsumoto sonrió de lado.

—Con mis encantos, por supuesto— dijo, llevando sus manos a sus pechos y provocando que Ichigo se sonrojara de tal forma, que Orihime se preocupó de que no fuera a provocarle un infarto.

—¡Pervertida!— gritó, alejándose de ella. —Y aun cuando utilices...utilices... ¡eso!— señaló a la mujer— no vas a ganar, por que no sabes las reglas, tampoco jugar.—

—No es como si fuéramos idiotas, Ichigo. ¿Cuan difícil puede ser jugar? Sólo hay que mantener la bola en el aire y no dejar que toque el suelo, no es una ciencia. Nos hemos enfrentado a peores cosas así que esto no será un reto difícil.— comentó Rukia, cruzándose de brazos.

—Ademas, el premio incluye sake y una mariscada—añadió Renji, saboreándose mentalmente la comida. Kuchiki colocó los ojos en blanco, ¿Renji no tenía nada más que pensar?

Orihime asintió, alegre. —¡Será divertido, Ichigo-kun!— dijo, provocando que Tatsuki y Rukia asintieran. Si la comida, el jacuzzi y el sake no podían convencerlo, esperaban que al menos la chica pudiera lograrlo.

Y efectivamente, lo había hecho. —Ya que, no tengo de otra.—


Según las reglas del juego (o mejor dicho, del capitán sólo podrían jugar seis personas en cada equipo, por lo que ellos tuvieron que decidir quienes no jugarían. Y no fue difícil. Antes de que el capitán elegido (Ichigo, por supuesto) pudiera decir una palabra, Matsumoto agarró por las manos a Orihime y dijo que ellas dos se quedarían a ver el partido, dejando al resto con la responsabilidad de ganar.

"Hija de p..." había pensado Ichigo, cuando vio a Matsumoto sentarse tranquilamente en una de las sillas para tomar sol. Lo único bueno era que Orihime estaba de pie, echándole porras a todos.

Dicen que los hombres rinden mejor en los deportes cuando hay una chica observándolos y parecía ser que era cierto. Hisagi e Ichigo eran los mejores jugadores del equipo y todo por que habían dos chicas gritándoles Habían logrado llegar a la final, no había sido fácil teniendo en cuenta de que estuvieron a punto de ser eliminados por culpa de Ichigo. Resultó ser que mientras Orihime estaba de pie, apoyándolos dos chicos se le acercaron y comenzaron a platicarle. El shinigami la conocía lo bastante bien como para saber que ella estaba incomoda, así que fingió equivocarse y le lanzó un bolazo en el rostro a uno de los hombres, causando que este se cayera al suelo con su nariz rota.

Si bien era cierto que estuvo a punto de eliminar a su equipo por ello, él no se arrepentía en lo más mínimo

.
El juego final fue el más difícil. Los chicos del otro bando eran fuertes y sabían jugar muy bien, pero el equipo de Ichigo no era malo. Todos sabían como jugar en perfecta coordinación Ishida era bueno en los saques, mientras que Ichigo y Tatsuki eran excelentes bloqueando; por su parte, Rukia, Hisagi y Renji eran muy buenos evitando que la bola tocara el suelo, así que era inevitable que el equipo rojo (el de Ichigo) al final ganaran.

Orihime y Matsumoto se habían abrazado y habían comenzado a brincar cuando escucharon la decisión del capitán —Yo sabía que íbamos a ganar— gritó Matsumoto, provocando que Ichigo sintiera deseos de lanzarle con la pelota. ¿Que íbamos a ganar? ¿Y cuando ella había colaborado?

El premio, efectivamente, consistía en una noche (esa misma) en el jacuzzi privado el crucero, ademas de tener una cena de mariscos y sake; sobra decir que todos estaban emocionados (en especial Matsumoto por el sake).

Pero como aun era bastante temprano, a penas eran las dos y cuarenta de la tarde y su celebración sería a las seis y treinta de la tarde, ellos decidieron irse a las islas. Orihime se había ido con Matsumoto, Rukia y Tatsuki de compras, mientras que los chicos se habían ido a dar unas vueltas por las islas.


CENTRO COMERCIAL

Orihime, Tatsuki y Rukia se habían arrepentido una y otra vez de haber salido con Matsumoto. ¡Esa mujer las iba a enloquecer! Las había, literalmente, obligado a meterse en una tienda para adultos, donde no sólo había lencería sino otras cosas que había provocado que las tres chicas se ruborizaran y se sintieran avergonzadas.

—M-Matsumoto-san, ¿por qué no vamos a otra parte?— había preguntado Rukia, en vano. La mujer había sonreído maliciosamente, buscando en unos escaparates de lencería.

Matsumoto sacó un vestido corto y semi-transparente. —¿Qué te parece este? De seguro Renji-kun lo adorará— el rostro pálido de Kuchiki se volvió rojo de un momento a otro. —Tranquila, Kuchiki-san, si no hace falta que te ruborices tanto, no es como si no supiéramos que hacen ustedes dos la gran parte del tiempo...—

—¡Rangiku-san!— gritaron las tres chicas, avergonzadas.

La mujer colocó los ojos en blanco, para luego llevar sus manos a su cintura y negar la cabeza. —Ya no son niñas, son jóvenes saludables y sexualmente activas— miró a Orihime — al menos ellas dos, pero despreocúpate Orihime-chan, yo te ayudaré para que ese idiota se fije de una vez y por todas en ti...— la mujer continúo parloteando, buscando en otros escaparates y volviendo a todo aquel que se le acercara incomodo.

—Es como el demonio de Tazmania, sólo que en vez de destruir todo a su paso, lo avergüenza murmuró Tatsuki, sujetando toda la ropa interior que Matsumoto le había entregado. Rukia y Orihime, con sus manos repletas, asintieron, observando como una de las empleadas asentía a las peticiones de la excesiva mujer.


PUEBLO

Ichigo, Renji, Hisagi e Ishida habían sido sorprendidos por el reatsiu de un par de Menos Grande. Según Renji e Hisagi, eso no tenía nada de extraño puesto que habían hollow por todo el mundo, asi que sólo debían eliminarlo y listo. Ninguno de los jóvenes maldijo y se quejó, sino que todos los tomaron con mucho entusiasmo, hacían casi una semana que ninguno luchaba contra un hollow, así que tener uno allí, los había salvado de una tarde aburrida.

—Getsuga Tenshō— había gritado Ichigo, cortando por la misma mitad al menos grande, que se desintegró. Observó a sus compañeros pelear, hasta que poco a poco cada uno de ellos desintegró a los hollows. Al final, regresaron por sus gigai (en el caso de Ichigo su cuerpo) y se sentaron en medio del parque.

—Diablos, ¿por que no hay otro hollow? Estoy aburrido— comentó Renji, observando las afueras del centro comercial donde estaban las chicas. El resto se quedó en silencio, aceptando mentalmente que deseaban la llegada de otro hollow para salir de ese modo del aburrimiento.


PRESENTE

Luego de que todos regresaran al crucero y que se arreglaran y fueran a recibir su premio... llegó el momento de relajarse en el jacuzzi...

...sólo que Matsumoto tenía otros planes.

—¡ Juguemos a reto o verdad!— había exclamado, tomándose su cuarto vaso de sake. Renji, que tenía la boca llena de camarones, observó a Rukia, quien a su vez se encogió de hombros. Ichigo y Orihime se miraron, el muchacho frunció el ceño y ella, al igual que Kuchiki, se encogió de brazos. —Yo comienzo y elijo a...— miró a los siete jóvenes que la observaban con horror —...Ishida-kun— el resto respiró en paz, excepto por el nombrado, quien maldijo entre dientes. —¿Truco o verdad?—

Ishida lo pensó por unos segundos. —Verdad, creo— murmuró.

—Estas jodido— masculló Hisagi, ganándose una mirada de indignación por parte de Matsumoto.

—Bien, Ishida-kun, vamos a ver— llevó uno de sus dedos a sus labios, pensando en cual seria su pregunta. Cuando Matsumoto sonrió de forma maliciosa, todos en el jacuzzi se quedaron en silencio. Joder, eso no era bueno. —¿ Cuál es la parte del cuerpo de Arisawa-chan que encuentras más sensual?— cuestionó, provocando que los rostros de Tatsuki y el de Ishida se volvieran tan rojos como las fresas.

—¡Matsumoto!— gritó Tatsuki, avergonzada.

—Ah ah, Arisawa-chan, todos dijimos que jugaríamos y él dijo verdad, así que Ishida-kun, esperamos tú respuesta— dijo la mujer, con una amplia sonrisa, celebrando el que sus compañeros se sintieran incómodos. Todos se miraron, como si se hubieran dicho mentalmente "nadie quería jugar, tú nos obligaste"

Ishida tragó seco y se arregló los lentes. —P-pues...— observó a Tatsuki enrojecerse por tercera vez en la noche. El quincy suspiró y negó la cabeza. —S-su boca— dijo en voz muy baja.

—¿Ven? ¡Si no es tan difícil!— exclamó Matsumoto, sonriendo de manera triunfadora.

—Ahora me toca a mí— dijo Renji, pensando en su pregunta. —Y te escojo a ti, Matsumoto— la mujer sonrió de lado. —¿Reto o verdad?— cuestionó.

—Soy una mujer de retos, Renji-kun— comentó, lanzando una guiñada a Orihime.

Renji frunció el ceño, desesperado por encontrar un buen reto. Hisagi se le acercó y le murmuró algo al oído. —Ja, te reto a que mañana en la noche nos pagues una salida, con la comida y las bebidas incluidas— retó, provocando que Rukia riera por lo bajo.

Matsumoto se alarmó. —¿Qué? ¡Eso no es justo!— exclamó, indignada por tener que gastar el dinero destinado a ropa en una salida. ¡No era justo!

Ichigo sonrió maliciosamente. —"Soy una mujer de retos"— imitó, con voz burlona, causando la risa de todos. Matsumoto le lanzó una mirada asesina.

—Ahora me toca a mí— gritó. Y es aquí donde Ichigo deseó no haberse burlado de Rangiku. —Elijo a Ichigo— Orihime y Rukia abrieron la boca, sorprendidas.

Ichigo abrió la boca una y otra vez, incapaz de hablar. —¡No puedes elegirme!— le gritó.

Rangiku arqueó una ceja. —¿Por qué no? ¡No has jugado y tengo el derecho de hacerlo! Así que, ¿reto o verdad?— "hija de perra" había pensando Ichigo.

"Estas jodido rey, sea cual sea lo que elijas, esa mujer te joderá." dijo su hollow.

"Cierto"

"Por eso me agrada" se rió mentalmente el hollow.

"Vete al infierno, hollow de mierda"

Ichigo tragó seco. ¿Qué más podía hacer? —Reto— murmuró, cruzándose de brazos y mirando mal a Matsumoto. —Juro por Kami-sama que si me haces hacer algo est...

—Besa a Inoue— retó Matsumoto. Rukia y Tatsuki se quedaron sin palabras, mientras que el color de las mejillas de Inoue se desvanecía.

Joder. Esa hija de puta lo había jodido.

Orihime y él eran personas reservadas, no les agradaba estar mostrando afecciones en público, ademas de tener una relación secreta. Él sabía que el reto era estúpido por que había hecho cosas peores con la chica, pero... ese reto era para besarse en frente de ellos.

—N-no...—

—Un reto es un reto— le rebatió Matsumoto. Rukia era otra perra que se estaba riendo de la situación. ¡Bastardas!

Orihime y él se observaron por unos instantes No era como si le fueran a decir que se habían acostado juntos y eso, ¿no? Era sólo un beso, nada del otro mundo. Los dos asintieron e Ichigo se acercó y besó los labios de la chica de forma fugaz, provocando que ambos se ruborizaran. —Listo.— dijeron al unisono.

—¡No! Eso no es un beso. ¿Quien cree aquí que eso fue un beso?— los únicos en subir las manos fueron ellos dos e Ishida. Rangiku negó la cabeza, antes de continuar —Quiero ver un beso, uno verdadero. Ya pronto cumplirán los dieciocho, por amor al sake, ese beso es para niños—

Ichigo le lanzó una mirada de profundo odio a Matsumoto. —No tienes que hacerlo sino quieres, Kurosaki— había intervenido Ishida.

—Por Dios, Ishida, no defiendas a este idiota que no sabe ni siquiera besar— se había burlado Rukia.

Ichigo, sintiéndose enojado de que estuvieran fastidiando con su orgullo masculino, se volteó hacia Matsumoto y Rangiku.—¿Quieren un beso, eh? Bien, tendrán un beso— tomó a Orihime por el rostro y la acercó a sus labios, besándola de forma pasional. Ninguno de los seis jóvenes que estaban de testigos, pudo decir una sola palabra. Estaban perplejos por lo que había sucedido, y más perplejos se quedaron cuando Ichigo salió del jacuzzi y ayudó a Orihime a salir de este. —Vamos a dar un paseo, Orihime—

Las mejillas de Orihime estaban ruborizadas, pero ese aura de chica enamorada hacia que se viera un millón de veces más hermosa. Su enorme sonrisa dejó sin palabras a sus compañeros, quienes no entendían que demonios había pasado. —¡Hai!— exclamó, tomando el brazo a Ichigo y saliendo junto a él.

Hubo un incomodo y largo silencio entre los chicos, quienes se habían quedado observando el lugar por donde había salido la pareja. — Así que... esta confirmado, ¿no?— preguntó Hisagi, mientras Rukia y Renji asentían, aun perplejos.

—¡¿En que punto me perdí?!— gritó Matsumoto, enojada de no haber podido ayudar en la creación de la pareja.

—En el mismo que todos aquí, creo— comentó Ishida.


N/A: Sayonara!