*************Educando a Bryan*********

Summary: Bryan creyó que su vida era perfecta, más un día un pequeño visitante altera toda su vida, Yuriy tiene un hijo... mas es de su ex amante y ahora ellos deben hacerse cargo de ese pequeño ¿que reacción tendrá Yuriy? ¿Bryan querrá cuidar un hijo que no es suyo?

Disclaimer: este anime no es mio bla bla bla, lo uso para liberar mis desequilibrios mentales, bla bla bla… es un trabajo en conjunto con mi amiga y sempai Nyu oz leonhart espero que les guste.

Capitulo 1: Angel

Llamarón a la puerta, se le hizo realmente extraño que alguien tocara un sábado tan temprano, sobre todo cuando no esperaban a nadie. Yuriy seguía arreglándose en la habitación así que abrió la puerta. Apenas le reconoció cuando ya le habían empujado para entrar en su casa. Era el rubio ex amante de su ruso. Miraba la estancia como buscando la aprobación del lugar.

¿Dónde esta?- preguntó, arrullando a un bebe que dormía en brazos.

¿Quién es?- preguntó el ruso menor que salía a la sala alisando la playera azul que llevaba puesta.

Yura tenemos que hablar- le dijo bajo la mirada de platinado.

No tienes nada que decir en esta casa Lavalier, ahora vete.

Lo haré- le dijo colocándole al niño en los brazos.

¿Que demonios…?- sosteniéndolo con torpeza, pese a todas las apariencias Bryan era muy delicado con los niños

Este es mi hijo- declaro con voz firme y mirando directo a los ojos al platinado – hace un mes cumplió dos años…

¿Y a nosotros que nos importa?- interrumpía Bryan sin levantar mucho la voz para no despertar al rubio que dormía en sus brazos.

Es el mi hijo…y de la persona a quien mas he amado- repetía el rubio mirando ahora al pelirrojo –es tu hijo Yura.

…- el silencio sepulcral se apodero del lugar, la tenue respiración del pequeño era lo único audible.

¿QUE?- el grito del platinado despertó al bebe que comenzó a llorar asustado. –Demonios- arrullándolo para que durmiera de nuevo

Es tu hijo Yura…- reafirmo Miguel sin despegar los ojos del pelirrojo

¿Como es posible?- miró al niño que empezaba a calmar el llanto… rubio y con el cabello revuelto como Miguel, con ojos de intenso azul profundo, los que reconoció como suyos- ¿por que hasta ahora?- fue lo primero que pudo decir, sus ojos no se separaban del pequeño que estaba en los brazos de su esposo.

Jamás te lo iba a decir…pero…-tuvo que dejar de hablar su voz se quebró

¿Pero?…- exigía él platinado una explicación ante lo que tenía literalmente entre las manos.

Pero yo no podré estar mas con él, yo lo amo más que a mi propia vida, es tan hermoso y listo como un… es un ser increíble y como no serlo considerando a sus padres…lo amo más que a nada…e-es por eso que se los dejo a ustedes…no me queda mucho tiempo- colocándole entre lagrimas una maleta al pelirrojo con cosas que nadie se había percatado de que llevaba al hombro.

¿Que insinúas?- Bryan estaba petrificado

Que no me queda tiempo de vida… por que otra razón entregaría a mi hijo, a mi amado hijo a un imbécil como tú, ¿cómo crees que me siento? – las lagrimas comenzaron a correr por sus mejillas

Nosotros no podemos, no…- extendiéndole el bebe brutalmente haciéndolo llorar de nuevo.

Mi vida- susurro el rubio al menor acariciándole la cabeza pero sin quitarlo de los brazos del ruso –mi amor "Yurandir"…mi vida, calma- con tan sólo esas palabras y un beso en la frente el niño abrió los ojos y sonrío, esos hermosos ojos azules idénticos a los del pelirrojo –te amo mi vida…desde hoy este gorila idiota te cuidara…¿recuerdas esa historia que te conté de ese maravilloso hombre al que papá ama mucho?… mira mi cielo –señalando al pelirrojo que no se había movido, ni respirado –es él-…-aclarándose la garganta –mi amado "Yurandir" él el tú papá y te cuidara desde hoy, debes ser bueno con él.

Sin más palabras, y mientras los rusos seguían mirando al pequeño, se fue…pasaron varios segundos donde el silencio reino

¿Papá?… ¿Dónde papá?- preguntó esa voz infantil a Yuriy, quien hasta estos momentos empezaba a sopesar lo que acababa de ocurrir.

El pelirrojo corrió a la puerta para alcanzar al rubio, pero el había desaparecido. Regresó dentro mirando al niño que empezaba a ponerse impaciente en los brazos de su esposo y de pronto empezó a llorar al no ver más a su padre.

¡Yura! ¿Dónde vive ese bastardo? Iremos a buscarle para entregarle esto –separó al bebe de su cuerpo pues no sabía como hacerle parar de llorar.

Dámelo- Su voz, era mas un grito desesperado y nervioso

Cargó al rubio y lo arrulló en sus brazos, todo en el niño le recordaba a Miguel, sus gestos, su boquita, su cabello desordenado. Miró a Bryan impaciente por salir a encontrar a Lavalier, más él no sabía dónde se quedaba, más tenía el número telefónico de su móvil. Marcó mientras el llanto disminuía.

El número que usted esta marcando no existe, por favor verifique la marcación- ha cambiado de número- le dijo- ¿Qué hacemos?-

¿Qué hacemos? ¿Qué harás? Se supone que eso es tuyo- señalo al niño que le miraba con sus ojitos de zafiro- y quiero saber cómo se supone que lo tuvieron- empezó a elevar la voz.

Baja la voz y deja de usar malas palabras- le advirtió con la mirada- yo tampoco sé cómo fue que lo hizo, ambos somos hombres.

Esta rata amarilla debe saber donde vive-

¡Bryan!- le regañó.

Yo no rata… ¡Golila!- repitió las palabras de su padre.

¿Escuchaste cómo me llamó? Sácalo de mi casa- ordenó y se metió en la alcoba.

¿Cómo era que se había metido en ese lio? No lo sabía, pero sabía que ese niño no podía quedarse en sus vidas. No le conocían ni él a ellos, no planeaban tener hijos y por sobre todo no tenían ni la más mínima idea de cómo hacerlo, además de que Bryan nunca aceptaría criar al hijo del otro.

Bebé ¿sabes donde vives?- preguntó Yura.

Yula- dijo con su vocecilla- No bebé, Yula.

¿Por qué Miguel le había tenido que poner un nombre con un diminutivo exactamente igual al suyo?

Yura- corrigió- ¿sabes donde vives?

Asintió con la cabeza y el pelirrojo sonrió aliviado.

Yura ¿Quieres regresar con papá?- él afirmo efusivo- tienes que ayudarme. Debes decirme que hay cerca de tu casa o guiarme para encontrarlo.

Calle Hake, númelo 315B piso 2- dijo claramente

¡Eh!- le miró… ¿Cuántos años decía que tenía para saber una información así?- es tu dirección.

Si- sonrió.

Salió de casa cerrando la puerta. Debía resolver ese asunto antes de volver a casa a empezar un muy seguro interrogatorio que terminaría con una discusión y seguramente sin sexo por un par de días… suspiró al llegar a la calle y hacer una señal al primer taxi que vio.

La dirección estaba cruzando la ciudad, más existía. Eso era un buen indició y el tiempo… habían reaccionado rápidamente así debían estar pisándole los talones a Miguel y esa broma extraña que les hacía. Bajaron y entraron al edificio de arquitectura antigua y subieron por las escaleras a toda prisa al segundo piso, la puerta estaba abierta así que entró de golpe para pedir más de una explicación.

¿También viene a ver la casa?- preguntó la mujer castaña de gafas que estaba allí junto a dos parejas jóvenes.

No… -pensó- busco al antiguo inquilino…

¿Yurandir?- miró al bebe que el taheño llevaba en brazos- Usted debe ser Ivanov, el tutor de Yura.

¿Dónde esta Miguel?- No le importaba como le conocía o porque decía que era el tutor del hijo de Miguel.

El se marchó esta mañana.- acercándose para susurrarle al oído -Su historia es toda una pena y saber que esta moribundo –miró hacia un lado- le ofrezco mi ayuda en todo lo que necesite, puedo cuidar al pequeño Yura si lo necesita.

¿Miguel dejó algún número para localizarle?- insistió- ¿un contacto, lugar?

El único nombre y contacto que me proporciono fue el suyo. Porque cuidaría al pequeño.

¿Dónde papá?- preguntó y Yuriy le bajó para que anduviera por la casa que aunque seguía amueblada parecía bastante vacía.

Tiene sus ojos- el pelirrojo la miró- lo siento, no quise ser atrevida, pero es que le he visto en revistas.

Sí sabe algo de él, por favor avíseme primero.

Yurandir nos vamos.

¡NO!- gritó- aquí papá.

Miguel no volverá aquí

Mentiloso- comenzó el llanto nuevamente- no te quelo, vete. Aquí papá

Las parejas le miraron, quizás teniéndole pena, recriminándole o reconociéndole pues era un modelo famoso. Más el ruso no les miro, se fue directo a donde el rubio intentaba esconderse y le tomó de la mano jalándole sin demasiada fuerza.

Esperemos a Miguel juntos en casa ¿esta bien?- intentó ser paciente, pero si eso no funcionaba le arrastraría de regreso a su apartamento- te prepararé algo para comer ¿no tienes hambre?

Su pancita gruñó y aceptó irse con el pelirrojo. Tomaron un taxi de regreso y entraron en el apartamento.

Dime que le diste una paliza por esa broma… - Bryan que estaba mirando el televisar le vio entrar con el niño dormido en brazos- No ¿tu también quieres hacerme perder la cabeza?

Miguel desapareció, no hay rastro de él.

Pues llévalo a una casa hogar o algo.

No haré eso Bryan- buscó sus ojos verdes para que se enterara que hablaba en serio- le escuchaste, es mío.

Porque tenga el color de tus ojos no quiere decir que sea tuyo Yuu- intentó no gritar- no es posible.

Quiero creerte Bryan- dejó a Yurandir recostado en el sillón- pero hay algo que me dice que es mío… la sangre llama a la sangre- dijo para si mismo.

No puedo creerlo.

Prepararé algo de comer…

El peligris se fue tras su esposo, le siguió todos sus pasos por la cocina pequeña, intentando hablar al respecto de lo que dormía en su sillón.

Deberíamos informar a la policía de esto- el mayor de los rusos le detuvo una vez que iba agregar la pasta a la olla con agua hirviendo.

…- suspiró- haremos el acta de que dejó a Yura aquí. Ellos se encargaran de buscar a Miguel y cuando lo hagan le devolveremos al niño.

¿Se quedará aquí?- preguntó casi pasmado por la decisión que estaba tomando el taheño sin preguntarle.

Si- respondió- sé que no planeaste esto Bryan, ni yo- agregó- pero no me puedes pedir que lo lleve a una casa hogar.

¿Qué pasara si en verdad se muere ese idiota?- sabía la respuesta, más necesitaba escucharla.

Le criaré- le miró directo a sus ojos verdes- contigo… o sin ti.

¿Le estas prefiriendo a él?- su voz se elevó- apenas le conoces hace unas hora, a mí de toda la vida.

Bryan- apenas pudo decir su nombre- por favor- se abrazo a su esposo intentando aclara su mente.

Tardó minutos en que sus brazos le rodearan también. Su pelirrojo no tenía la culpa de ello, todo era error de ese rubio. Le beso la frente y los ojos que estaban rojos, quizás al borde de esas lágrimas que sólo soltaba por impotencia.

El agua esta lista- le soltó- ¿te ayudo en algo rojo?

Negó con la cabeza, pero en silencio le contó lo que había ocurrido en el apartamento de Lavalier, lo que la dueña le había contado y las pocas esperanzas que tenía de volver a verle.

¿Qué estas haciendo?- preguntó el ojiazul al ver a su esposo sirviendo soda en vaso pequeño.

Seguro le gusta.

Tiene dos años Bryan, no puedes darle eso.

¿Por qué no?

Porque si le salen caries no seré yo quien lidie con él en el dentista- retiró el vaso y busco algo más saludable en el frigorífico, leche fue la opción.

Si el lunes no aparece el engendro ¿Qué harás?

Supongo que no iré al trabajo, buscaré una guardería- fue a levantar al rubio- Yura vamos a lavarnos las manos.

Sueño- se talló sus ojitos.

Podrás dormir más tarde, es hora de que comas.

Se levantó somnoliento mientras la mano del pelirrojo le guiaba hasta el baño, donde le alzó y abrió las llaves para tallarle las manos con el jabón líquido.

Yura puede solo- se quejó frotando sus manos el mismo.

Bien…- le sostuvo en el aire para que se lavara- también la cara.

Obedeció, se lavó la cara y después de unos momentos aterrizo en el piso secándose las manos y la cara en la toalla de manos. Volvió a tomar la mano del pelirrojo y salieron al comedor donde Bryan seguía mirándolo con mala cara.

Lo sentó a su lado, sobre un cojín para que alcanzara la altura de la mesa. Frente a él un plato lleno de espagueti con salsa de tomates y tres albóndigas en el centro. Su lengua rosada se lamió la boca antes de tomar el tenedor con el puño cerrado cobre el mango del cubierto y empezó a comer.

La pasta resbalo hasta el mantel que habían comprado en su viaje a Canadá, manchándolo de salsa roja. Sorbió la larga pasta batiéndose la cara antes limpia, partió las albóndigas haciendo un batidillo, más era el único que parecía disfrutar la comida.

Bryan dejó de mirarlo y comió en silencio intentando no hacer ningún comentario, rogaba en silencio que Miguel volviera en unas horas o quizás al día siguiente para mirar su rostro enfadado, porque si era su hijo no podría mantenerlo lejos de sí, se suponía que lo amaba… y mucho menos dejarlo en la misma casa que él, podría sufrir un accidente o algo por el estilo.

Plop

El vaso de leche cayó regando todo su contenido, Yuriy se levantó enseguida recogiendo el vaso y recargando bien a Yura para que no fuera a caer de la silla. Le limpió las manos llenas de salsa de tomate y le ofreció otro vaso de leche, uno mas fácil de tomar para sus pequeñas manos. Mientras que Bryan comía más a la fuerza que por hambre.

Terminé- anunció el ruso recogiendo su plato y lavándolo enseguida.

El pelirrojo terminó también, al mismo tiempo que Yura terminaba su leche, más el aspecto del pequeño era deplorable. Necesitaba un cambio de ropa y quizás un baño, más el mantel también necesitaba ser lavado y el desastre limpiado.

Bryan… ¿podrías cambiarlo?- preguntó.

No lo hare Yuriy, pídeme otra cosas- su voz era seria, incluso imaginaba que apretaba los dientes.

No pidió nada más. Condujo al rubio al interior de la recamara con la maleta en hombro. Empezó a vaciarla con los ojitos azules fijos en el.

¿Ángel tu? Pregunto el pequeño sin parpadear

¿Por qué crees que soy un ángel?- Le miró y dejó la ropa fainamente doblada sobre la cama.

Papá dijo- explicó.

Se quedó mudo por un momento ¿que clase de argumento le habrá dicho Miguel para catalogarlo como un ángel? No tenía la más mínima ideas, mas imaginaba que podría ser amantes del pasado y que aquel niño que tenía frente a sus ojos era el resultado de ambos, de la mezcla de sus genes y algo más.

Sí Miguel lo dijo, debe ser cierto.

Respondió sacando más ropa que separo en pantalones, shorts, playeritas, suéteres, ropa interior, calcetines, baberos, zapatos, un conejo de felpa, al cual Yura abrazó enseguida, dos vasos entrenadores, un diminuto cepillo de dientes, una esponja, un shampoo para cabello rubio y un pijama.

Eligió un short y playerita, pues el día estaba caluroso, además de la ropa interior y calcetines.

Tomaremos una ducha.

¿Poque?

Te has ensuciado todo al comer.

¿Poque ángel tù?

No tenía hijos propios por esa simple razón: No estaba capacitado para educarlos; no tenía paciencia para ellos y no tenía ni idea porque preguntaban cosas como esas. Sin embargo debía responder algo.

Le llevó hasta el baño mientras el pequeño rubio le seguía insistiendo la respuesta de porque era un ángel. Abrió la llave de la tina y dejo que se llenara un poco, apenas para que cubriera el pequeño.

Mira Yurandir- se agachó para que le mirara a la cara- ¿sabes de que color son mis ojos?

Zul- respondió con confianza.

Aja. Los ángeles tienen los ojos azules- le levantó en brazos para que se miraran al espejo- y ¿de que color son tus ojos?

¡Zul!- sonrió- yo y tú zul.

Tú también eres un ángel, porque eres mi hijo.

Los bracitos le rodearon el cuello, sorprendiéndolo.

Es hora de lavarnos, anda te ayudaré a desvestirte.

Esta vez no dijo que podía solo, entró al agua tibia y le lavó el cuerpo con la esponja y una barra de jabón, la cara y el cabello con el shampoo que su padre le había dejado. Yurandir se comporto dentro del agua y fuera de ella, termino de cambiarlo y arreglarlo en poco tiempo. Salieron a la sala pues aun tenía que limpiar el desastre de la mesa, más estaba ya limpio. Bryan salía del cuarto de lavado con un gesto de fastidio.

Que bien, no quería verlo ensuciando todo en la casa- frunció el seño.

Yurandir se soltó de la mano de su nuevo padre y miró al ruso platinado, señalo con su manita hacia él y dijo muy fuerte.

No ángel.

¿QUE?- miró a la rata amarilla- ¿Qué dijiste?

No ángel, GOLILA.

¡YURIY! Que le has dicho a este insecto

Era por eso que no era padre… No sabía como lidiar con ello, y al parecer tenía a dos niños ahora en casa.

NOTA DE LA AUTORA: no sé porque pero mi sentido de supervivencia me dice que esto me causare mucho daño, Bryan te adoro y lo sabes, Miguel te amo, pero era necesario escribir esto…y como preámbulo…no me asesinen antes de terminar el segundo capítulo….

Gracias por leer