Esta parte de la crónica cuenta lo sucedido desde El rescate de Tassadar hasta La batalla contra el Overmind, y se cuenta desde el punto de vista del personaje principal

CRÓNICA 2

Han pasado unos días desde que Tassadar se entregó al Conclave, y este sin juicio alguno ha decidido darle la pena de muerte, el líder de los Dark Templar Zeratul desapareció con su gente, y sólo quedamos unos cuantos soldados junto al Pretor Fenix y al humano Raynor.

Aún así, el Pretor ha decidido salvar a Tassadar, ya que sin él, el único que sale ganando es la Overmind y sus Cerebrates. Raynor y el Executor fueron con ellos, que fue de mí. A mi me enviaron junto con un puñado de Zealots a entrenarlos, ya que era probable que la batalla final estuviera cerca.

Durante el entrenamiento de las tropas, recibí un mensaje de mi mentor Artanis explicándome sobre lo que estaba ocurriendo, al parecer el Conclave se habría negado en liberar a Tassadar y a causa de eso el Pretor junto a sus tropas habían comenzado una batalla campal para liberarlo. No podía creer que Aldaris y sus seguidores estuvieran tan ciegos y no ver que los Zerg están eliminando poco a poco a nuestros camaradas, mientras que a ellos les importa su religión.

Parecían horas eternas la espera de nuevas noticias, hasta que al fin apareció el Pretor Fenix y el humano Raynor, junto a ellos venía Tassadar y Zeratul, de alguna manera lo habían logrado.

Después de haber recuperado fuerzas, Zeratul nos contó una horrible verdad, los Zerg fueron una creación de nuestros ancestros los Xel'naga, ellos serían la pureza de la esencia. Son controlados por la Overmind y sus Cerebrates, pero poco a poco se salieron de control y su objetivo es asimilar todo a su forma, y la única forma de matar a los Cerebrates y la Overmind, es con las fuerzas de los Dark Templar, ya que sus energías son casi idénticas.

Después de escuchar esto, hubo un momento de silencio, hasta que Tassadar finalmente habló diciendo que ya es hora de comenzar la recuperación de Aiur, pero al mismo tiempo era mejor que no fuéramos todos juntos. Así que mientras Fenix y Zeratul se encargarían de los Cerebrates, Tassadar, el Executor y yo nos encargaríamos de preparar a las tropas restantes, Raynor en tanto, nos dijo que buscaría a los Terran supervivientes que se quisieran unir a la lucha.

Mientras preparábamos a las ultimas tropas oímos la noticia de que Fénix y Zeratul tuvieron éxito en destruir a los Cerebrates, y gracias a eso las fuerzas Zerg se diezmaron y la batalla final se llevaría a cabo.

Cuando llegamos finalmente al lugar donde estaba esa abominación, vimos la gran cantidad de Zergs que habían defendiéndola, por primera vez en mi vida sentí algo que los humanos llaman miedo, pero luego recordé todo el daño que había hecho a mis camaradas, y no sólo a ellos sino también a las otras criaturas que estaban alrededor, gracias a eso olvide todo temor y solo quede con un sentimiento VALOR.

El enjambre era muy numeroso y atacaban como lo que eran, como monstruos, muchos de nuestros camaradas caían en combate, esta quizás fue la más cruda batalla que haya visto en mi vida. Después de mucho luchar sentimos que estábamos cerca de la Overmind, y teníamos razón finalmente habíamos quedado frente a frente a esa abominación, pero había una gran cantidad de Zerg protegiéndolos. Así que, aun a costa de mi vida haríamos una distracción para que Zeratul y los demás entraran. Aunque le hicieron bastante daño, aún no moría esa monstruosidad, así que en un acto de valentía Tassadar decidió hacer estrellar el Gantrithor acumulando la energía de los Dark Templar, cuando la nave hizo contacto hubo un gran estallido, ya no estaba ni el Gantrithor ni la Overmind, finalmente habíamos ganado, pero pagamos un precio enorme. Te preguntaras ¿Qué fue de mí? Yo fui herido en combate y quede dentro del cuerpo de un Dragoon, pero aunque pensé que esto finalmente había terminado, ese fue quizás mi peor error…