Personitas, Volvió Monse ñ-ñ'
Espero que les haya gustado el capítulo anterior, si, ya se, Edward es un desgraciado! Prometo hacerlas feliz dándole lo que se merece!
Este capítulo es el más largo que eh escrito en todo el Fic, me inspire :3' Menos en el final, no fui imaginativa para nada.
¿Bella de verdad gusta de James?
Nos leemos abajo!
-SheIsTepe'
Capítulo 8
Bella Pov'
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Salimos completamente satisfechos de los juzgados de New York. Yo con la pequeña bebe de James en brazos y él a mi lado izquierdo, sus 3 abogados nos escoltaron hasta el estacionamiento, exactamente al lado de mi camioneta.
James me abrió la puerta del copiloto de mi BMW y haciendo malabares logre acomodarme para que después él me sujetara con el cinturón de seguridad.
Hubo uno segundos en el cual James miro a su hija y después a mí. Su mirada color mar me traspasaron, me encogí internamente y regresándole la mirada, sintiéndome diminuta, frágil.
Lo sentí inclinarse hacia mí, me congele, ¿Acaso iba a hacer…Lo que yo creía?
Debí de adivinar que en mi rostro se mostró la sorpresa puesto que él sonrió juguetón, en ningún momento aparto la mirada de mis vulnerables ojos. Su rostro se venía venir cada vez más cerca mientras los lentos segundos avanzaban.
No podía hablar, las palabras no salían de mi garganta, atorándose lentamente allí dentro. Respire su gélido y dulzón aliento, cerrando los ojos. Mi corazón me taladraba los oídos cada vez más fuerte haciendo que me doliese un poco la cabeza.
Brinque al sentir uno de sus dedos en mi barbilla, abrí los ojos cundo escuche su voz burlona.
-Tenías baba, tonta Bella-Se carcajeo ah mandíbula suelta.-¿Acaso querías un beso-Movió las cejas sugestivamente.
Me reí con él pero con distinto significado: Aliviada, sería la palabra más correcta. Me golpeó la cabeza mentalmente por pensar que James me iba a besar, ¿Por qué diablos lo haría?
-Basta ya, tonto.-James se rio probablemente por el berrinche que hice.-Súbete ya, Ángela ah de estar eufórica por conocer a Bree.
Al pronunciar el nombre de su hija casi voló al asiento contiguo al mío, encendiendo el motor del vehículo y emprendiendo camino hacia la casa de mi casi hermana.
El camino fue en silencio, un silencio cómodo. En los altos de los semáforos James miraba a su pequeña Bree que se encontraba cómodamente dormida en mis brazos.
Un sentimiento nuevo recorría mi cuerpo, sentía unos cuantos espasmos en la boca del estómago cada vez que acariciaba la regordeta mejilla de Bree. Una sonrisa inocente se tatuó en mis labios al ver que la hija de James abría sus grandes ojos azules, igual que su padre.
El viaje se prolongó media hora más gracias al tráfico de una intersección importante de la gran ciudad. Bree no hacia ruidos, era realmente tranquila, todo el viaje pasaba la mirada en silencio de mi rostro, el de su padre y un pequeño osos beige con una camisa azul y el escudo de Super Man que colgaba de espejo retrovisor.
En la media hora más de viaje vagabundee por mis pensamientos tratando de encontrar la razón más obvia y relevante del porque James se miraba distinto. Mire al susodicho de reojo que venía concentrado en los movimientos del Mercury blanco de adelante.
No pasaron muchos minutos hasta que logre reacomodar mis sentimientos y los repentinos pensamientos subnormales que le tenía a mi mejor amigo. Llegue a la conclusión más obvia y a la que me aferraba.
'Es padre'
Mi teoría se remontó gracias a la ayuda inexistente de mi mejor amiga Ángela, que desde que descubrió que estaba embarazada todo en ella había cambiado. El brillo de su mirar parecida a la que tenía James en estos momentos, la postura seria y protectora, ambos estaban más alertas y ellos no parecían notarlos.
Suspire aliviada, era eso, solo eso.
James me abrió la puerta y me desabrocho el cinturón de seguridad cuando aparcamos en la entrada de la casa de Ángela. Ella nos esperaba expectante desde el umbral de la puerta principal. Hoy era su día de descanso por lo que le hacíamos la visita a estas horas de la mañana.
Mi amigo tomo en brazos a su hija para que bajara, sonriendo nos acercamos a mi amiga quien nos recibió más que feliz. James le había hablado tanto de su pequeña que nos imaginábamos ya al tierno y atolondrado James alabando a su hija.
'Yo ya estoy así' recordé las palabras de marido de mi amiga.
-Pueden quedarse en mi casa, la de la 57-Dijo Ben.
Ya eran las 7 de la noche, habíamos permanecido en la residencia Webber desde la mañana. James no tenía un hogar temporal aquí en la ciudad, no le podía ofrecer el apartamento dado que a Edward estaba allí.
Ben ya había llegado hacia unas horas, le alegro de verdad el conocer a Bree. Le felicito y le deseo la mejor suerte del mundo, todo dicho de corazón.
-¿Enserio?-James estaba sorprendido por la propuesta de Ben, puesto que no llevaban más de 2 semanas desde que se conocen.
-Claro, toma las llaves-Le respondió con una cálida sonrisa. Una de sus manos sostenía un pequeño juego de llaves.
James tomo el juego de llaves agradeciendo hasta por los oídos. No me sorprendió ese detalle de la pareja Webber, ellos eran muy humildes y agradecidos y no les importaba que James se alojara sin costo alguno en la pequeña residencia de soltero de Ben.
Ah los pocos minutos nos fuimos de la casa de mi amiga, sabía que tenía que hablar sobre Edward y nuestra situación, las cosas que planeaba hacer y mi estadía con James.
-Vamos al centro comercial-Sugerí.
Victoria solamente traía consigo las cobijas de la bebe y el cambio de ropita que traía puesta Bree, por lo cual, era más conveniente ir por lo que era meramente necesario.
En casa de los Webber, más de una vez James fue a la primera farmacia que se encontraba sobre la avenida a 3 calles, por un pañal o una biberón y la leche en polvo con el que se alimentaba Bree.
En cosa de 45 minutos de tráfico llegamos a la Fifth Avenue localizando casi al instante la gran torre Neiman Marcus. Ya eran casi las ocho y a pesar de ser un poco tarde todavía el estacionamiento estaba abarrotado de autos de todo tipo.
Después de dar unas pocas vueltas alrededor del aparcamiento, James estaciono mi BMW a unos 100 metros de la entrada. Nuevamente, desabrocho mi cinturón de seguridad y tomo en brazos a su pequeña hija.
Estando dentro del gran centro comercial, el cual, gracias a todo lo santo no habían cerrado todavía una de las tiendas más prestigiosas especializadas en bebes y niños no más grandes de 5 años.
La recorrimos completa, escogiendo ambos unos cuantos y hermosos conjuntos Carter's, Childrens Place y Tommy Hilfiger. Después pasamos al área de cunas, no sabiendo cuanto tiempo se iba a quedar mi mejor amigo en la ciudad solo compramos un moisés hermoso, era por completo de un color azul turquesa, la colcha era de cuadros color pastel; rosa, amarillo y verde. Y una pequeña almohada blanca donde se sostenía la cabeza del bebe.
Me sentía realmente feliz eh importante en mucho tiempo, compartir una de las etapas más importantes para todo padre primerizo; Comprar las cosas del bebe.
Ya eran las 9 y la tienda cerro, yéndonos felices por las compras de Bree. Entre un joven de la tienda departamental y James, se las arreglaron para llevar en 2 viajes todo lo que compramos para la bebe.
Mi amigo sonrió feliz al ver que no fue tan difícil meter todas las cajas y bolsas al maletero y al haciendo de pasajero atrás de nosotros. Después de acomodarnos dentro de la camioneta, encendiendo la calefacción, nos adentramos a la carretera.
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Sábado 16
Subí las escaleras del pórtico de la casa de Ángela, toque el pequeño timbre blanco ubicado al lado de la puerta. Escuche a alguien caminar dentro de la casa sobre las tablas de madera.
-Buenos días, Angie-Bese la mejilla de mi amiga, correspondiendo a su saludo.
Me hizo pasar, sentándonos en la sala de T.V donde sonaban las noticias matutinas.
-¿Cómo esta James y la pequeña?-Pregunto mi amiga mientras que con señas me decía si quería café, lo acepte gustosa.
-Muy bien, la niña es muy tranquila, casi no llora y duerme mucho.-Tome un sorbo al humeante café que me sirvió Angie.-Le ah gustado mucho su camita-sonreímos.
Hablando mucho de nada mientras acabábamos nuestras tazas del rico café que preparo nos fuimos a acomodar ah la sala principal, justo al lado del recibidor.
La vi dudar sobre algo mientras un silencio se extendía en la habitación, donde el único ruido que cortaba el ambiente era el de la televisión de esa estancia.
-¿Cómo van las cosas con Edward?-Casi susurro.
Mire la televisión como si realmente me importara lo que una señora chismorreaba con un señor robusto y otro joven con un asentó de Costa rica oh Venezuela.
-No lo eh visto-Admití después de otro silencio sepulcral-Pero eh pensado varias cosas…-Las palabras se desvanecieron en el aire haciendo que las cejas de mi amiga casi se juntaran.
-¿Qué cosas?-Me animo.
La mire unos minutos antes de seguir contándole mis repentinos planes.
-Falta un mes para lo boda…-Nuevamente, las palabras pertenecieron al viento. Solo le vi asentir-Mamá me ah hablado ayer por la noche y quiere que valla una semana a Washington, para ver algunos detalles de mi vestido.-Termine la historia mirando nuevamente el televisor.
-¡Eso está estupendo, Bella!-Me sorprendió su entusiasmo.-Todavía te quedan 3 semanas de vacaciones, aprovéchalas, sirve que mi tía Reneé y tío Charlie se regresan contigo.
Sonreí ante la etiqueta con la que siempre nombraba a mis padres, ellos no se molestaban de que les dijeran; tíos. Les parecía un gesto agradable y tierno de parte de mi casi hermana.
Lo medite un poco al respecto, era una idea bastante buena y hacia casi medio año que no les veía ni la sombra a mis padres.
-¿Edward ya lo sabe?-Angie aparto la mirada de aquel programa de chismes sobre famosos, sacando de mis pensamientos.
-No…Pensaba decírselo esta tarde, saliendo de aquí-Admití. Me sonrió en señal de aprobación ante lo que dije.
Así se pasaron las horas hasta que dieron las 4 y me fui de la casa de Ángela prometiéndole llamarle desde la casa de su marido Ben para informarle de lo que dijo Edward.
Con el corazón a punto de comenzar ah marchar como locomotora, encendí el motor, ronroneo tres veces y avance, adentrándome al tráfico hasta localizar después de varios minutos el edificio donde residía 1 semana y media antes.
Mientras entraba al elevador, sorprendiendo a la recepcionista y al portero que me saludo, medite en segundos, recordando que por mucho esta ah sido la mayor pelea que eh tenido con Edward…
Esta vez nada sonó cuando hacia mi caminar ah la gran puerta chocolate, gracias a las sandalias que llevaba puestas. Rebusque entre mi bolsa Pepe Jeans hasta encontrar el juego de llaves del apartamento, introduje la llave haciendo que un 'clik' sonara.
Me adentre en este sorprendiéndome de lo que veía. Ya no había cajas de pizza ni dedos de queso en mi sofá, tampoco estaba obscuro ni el olor a tabaco y alcohol invadían el lugar.
Me quite de encima la chamarra de piel café y mi bolsa a juego con esta en la mesita que estaba justo al lado del recibidor, colgué las llaves donde siempre se ponen. Camine un poco indecisa a la cocina encontrando a Emily, quien limpiaba una gran mancha de no-se-que en el suelo.
Al sentir mi caminar levanto la mirada, le abrase fuerte y nuevamente encamine mi andar ah la habitación principal donde me había dicho que estaba Edward. Se despidió de mí antes de que avanzara 3 metros.
La puerta de la habitación estaba cerrada con presillo, toque suavemente y la puerta se abrió rápido mostrando a un Edward en un pijama formal, a pesar de la hora, parecía que no se había levantado de la cama.
Se sorprendió de verme allí parada y lo comprendí, no había contestado a ninguna de sus llamadas ni mensajes. Me acerque a él, dudando y le abrase fuerte.
Ah decir verdad le había extrañado mucho, Edward me devolvió mi abrazo estrangulador con una más delicado, suave, pero no por eso fuerte.
Beso mis cienes haciendo un camino hasta mis labios, ambos nos sorprendimos al besarnos de nuevo, diferente, un poco distante para mi sentir. Sin darle importancia la temperatura entre nosotros empezó a subir.
Me tumbo con suma lentitud en la cama, sin perder contacto visual, en sus hermosos orbes verdes se notaba la pasión, el deseo pero también el amor y el cariño.
No tardamos mucho para que lenta y delicadamente nos despojamos de las prendas, uniendo nuestros cuerpos nuevamente, casi como la primera vez…
Me hizo el amor de una manera tan especial, única, temeroso en cada movimiento que él ejercía sobre mí, tratándome como si fuese el cristal o la porcelana más frágil de la faz.
-Te amo-Le susurre. Hablando por primera vez desde mi llegada.
-Te amo-Podía sentir la sonrisa en su rostro, yo ya me había agachado para abrazar su torso desnudo.
En algún punto de nuestro silencio ambos caímos rendidos en los brazos de Morfeo.
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Lenta y pesadamente abrí mis ojos, no queriendo despertar de aquel hermoso sueño. Con mi mano hecha puño frote mis ojos cayendo en cuenta que no había sido un sueño. Me senté en la cama King blanca, sola.
Fije mi vista en el reloj digital de la mesita de noche y marcaban las 7, había dormido por lo menos una hora. Mareada un poco por levantarme rápido por la sorpresa.
-Mierda-Masculle-James ah de estar preocupado.
Recogí mi ropa interior del suelo, poniéndomela torpemente. Coloque mi blusa lila y mi pantalón entubado de mezclilla en los lugares correctos. Ah trompicones alcance la puerta del baño, acomode la maraña que tenía por cabello y Salí del mismo modo del que entre hasta la puerta de salida de la habitación.
Dude un poco al tener en frente la puerta de la habitación. Respire profundo y Salí hasta el recibidor donde mis fosas nasales se inundaron de un exquisito aroma.
Camine rápido, descalza pero con mis sandalias en la mano, hasta la cocina. Allí dentro estaba Edward que solo llevaba puesto la parte de debajo del pijama de hace unas horas, solo veía su espalda bien torneada, se marcaban sus músculos cuando movía sus níveos brazos.
Me detuve en el umbral de la puerta, permitiéndome a mí misma comerme con los ojos a Edward. Hace bastante tiempo me tomaba mi tiempo para contemplarlo a todo él.
Note que en su espalda musculosa tenía varios lunares, uno exactamente en forma de luna que estaba tatuado arriba del resorte del pijama, donde empezaba su trasero…
Un suspiro de satisfacción se escapó de mis labios, Edward me miro con una sonrisa suya, la que me hacía perder el aliento. Dejo todo lo que estaba haciendo en la estufa y se acercó con aire seductor hasta donde me encontraba, acorralándome.
Sus labios carnosos devoraron con ternura los míos, los minutos desaparecieron, hasta el suelo, suspire en su boca cuando sentí su excitación en mi barriga. Poco a poco volvimos al planeta gracias al pitido de mi celular.
Me miro ceñudo pero bajo mis piernas que las tenía enroscadas en su cadera. Tratando de tranquilizarme fui corriendo hasta mi bolsa que había dejado en el living. Era una llamada, mire el ID y me preocupe.
-Bueno-Conteste con voz calmada.
-¡BELLA!-El grito ahogado de James resonó en todo mi oído.-¿Dónde te has metido? Saliste desde la mañana, me tiene muy preocupado. Ángela dice que saliste de…
Lo corte antes de que se pusiera a llamar al FBI.
-Estoy en el apartamento.-Conteste rápido. Detuvo en automático su boca parlanchina-Le eh venido a avisar que me voy a Washington contigo…-No me percate que Edward me había seguido hasta donde yo, escuchando lo que le decía a mi amigo.
-Oh valla-Se escuchaba sorprendido.-No tardes, cariño, Bree parece tener cólicos y no tengo la menor idea de cómo ayudarle-Sonreí inocentemente.
Mire a Edward que estaba de brazos cruzados sentado en el apoya brazos del sofá.
-Vale, llego en 30 minutos-Corte la llamada después de la corta despedida con James.
-¿Te vas?-note un cambio de voz en su hablar, sus ojos se apagaron mientras caminaba lentamente hasta estar frente a él.
-Si-Fue mi simple respuesta.
Cerró los ojos, dolido.
-¿Con él?-Pregunto nuevamente.
-¿Tienes algún problema?-El tono de mi voz se elevó varias octavas.-Voy con mis padres.
Levante mi mano hasta tocarle la mejilla, levanto nuevamente su mirada.
-Pero te acabo de recuperar…-Susurro muy bajo, penetrándome con la mirada y tomándome con la guardia baja.
No conteste a su pregunta limitándome a mirar sus hermosos ojos, me incline un poco alcanzando sus suaves labios, dándole un corto beso. Me separe casi al instante, no dejándome llevar, camine nuevamente hasta a habitación que compartíamos y empaque otra maleta de ropas.
Esta vez, Edward no me siguió y lo agradecí, ya que por accidente tire una de sus cazadoras, nueva al parecer. De uno de los bolcillos de esta, callo un anillo de oro blanco de compromiso diferente al nuestro.
Algo me saco el aire, mi corazón que apenas se mantenía en pie callo nuevamente, perdí el equilibrio y caí estrepitosamente haciendo eco en la habitación. Todavía tenía el anillo en mis manos el cual parecía tener grabado algo.
-¡BELLA!-La voz de espanto de Edward me asusto, con mi espalda hacia la puerta de la habitación no se percató de lo que traía en manos. Me levanto de los codos y me dio la vuelta, sorprendiéndose de lo que traía en manos.
-¡Que es esto, Edward!?-Pregunte, estallando, ¿Acaso era capaz…de engañarme?
Rompí en llanto sentándome torpemente en la esquina de la cama. Edward me miraba sin poder creerlo, dándome ah entender que mis suposiciones eran ciertas.
-Bella, no…-Lo que me faltaba, iba a tratar de justificarse.
-¿Por qué carajo lo hiciste?-Formule con mucho esfuerzo atreves del mar de lágrimas que era.
-Bella, ¡Por el amor ah Dios!, escúchame-Me zarandeo por los hombros obligándolo ah verlo a la cara.
Respiro varias veces, frustrado. Tal vez porque había descubierto que me engañaba…
-Ese anillo no es mío!-Dijo, parecía sincero pero no le creí, no tenía pruebas para demostrarlo.
Me reí sin alegría.
-Y la cazadora tampoco, ¿no?-Volví a reír entre lágrimas, ¿Cómo me había hecho esto? ¿Cuánto tiempo llevaba haciéndolo?
Muchas preguntas formulaba mi cabeza, sin respuestas, hasta que Edward más enojado que antes saco su celular de un bolsillo escondido del pijama.
Pareció marcar un número y lo puso en alta voz. No quise prestarle tanta atención, dedicando todo lo que tenía a llorar como nunca.
-Bueno-Contesto una voz extrañamente familiar. Fue este momento en el que trate de callar mis chillidos.
-Alec, hermano-saludo Edward sin ganas.
Recordaba a Alec, los viernes por la noche se la pasaba en casa jugando en la consola con Edward. Un viejo amigo nuestro, de 1.78, castaño, musculoso y con buena cara. Jane, su novia de 3 años, pocas veces lo acompañaba ah nuestro apartamento.
-¿Ah pasado algo?-La voz de Alec hizo eco en la habitación.
-Bella ah visto el anillo…-Edward me miro triste, más lágrimas se desbordaron, temiendo lo peor.
-Ohh…-fue lo único que escuche.-¿Bella?
Levante mi rostro empapado, trate de aclararme la garganta y hable.
-¿Qué?-Mi voz salió ridículamente quebrada.
-Ese anillo es mío…-La voz de Alec sonó en apenas un susurro, avergonzado.-Le pediré matrimonio ah Jane…-Sus palabras se esfumaron.
Enjuague las lágrimas, avergonzada, aliviada y sintiéndome totalmente tonta, ¿Por qué dude de Edward?
-Edward tiene mi cazadora-El susodicho levanto la cazadora del suelo y rebusco en uno de los bolsillos hasta que saco una caja pequeña de terciopelo azul y la abrió mientras Alec seguía hablando-Tiene mi anillo y el de Jane…
Edward tiro a la cama la cajita, cerca de mí. Temblorosa agarre a cajita encontrándome con los 2 anillos bien acomodados. Mire a Edward avergonzada.
-Gracias por la aclaración, amigo, te veo después-Edward corto la llamada y se sentó al lado mío.
No levante la vista, temerosa ah la reacción enfurecida de Edward, quien momentos atrás lo acuse si pruebas de haberme engañado.
-Lo siento-murmuro con la mirada gacha, agarrando de mis manos la cajita de terciopelo con los anillos.
Lo mire incrédula, mis ojos se habían hinchado por tantas lágrimas en tan poco tiempo. No podía creer que él se disculpaba cuando la tonta había sido yo.
Me levante y lo abrase, disculpándome en silencio por aquella estupidez de mi parte. No paso mucho antes de que nuestros labios danzaran nuevamente, rápido y apasionados. No paso a mayores, solo un beso de despedida.
Termine de hacer mi maleta minutos después, Edward que ya se había cambiado de ropas me acompaño hasta el estacionamiento. Metió con desgano mi maleta roja con mis iniciales en la tapa, para después envolverme en sus grandes y protectores brazos, me estire un poco y le di otro dulce beso.
Me monte en mi camioneta, encendiendo la radio, baje la ventanilla y Edward se inclinó sobre la camioneta.
-¿Llevas todo lo necesario?-Pregunto con una sonrisa. Asentí recordando todo lo que había empacado.-¿Tus vitaminas?-esta vez se puso serio.
-No, hace 3 semanas que se terminaron, no me dio tiempo de comprarlas-Dije despreocupada, no me gustaba tomarlas, me ponía hormonal y no era grato.-Me siento mucho mejor si no las todo-Sonreí.
Su rostro cambio unos segundos, significativamente. Lo deje pasar, tal vez solo se preocupaba por ello.
-De verdad, no hay ningún problema.-Volví a sonreír y le di un pico.-Adiós, Edward.
Emprendí mi camino, feliz, hasta la pequeña casa donde nos hospedamos. No baje la maleta de mi camioneta, mañana ah las 9:30 salía mi vuelo hasta Washington.
Ayude ah James ah calmar a la adolorida Bree, sus cólicos desaparecieron y los 3 pudimos descansar mucho mejor para el vuelo de mañana, donde Bree por primera vez viajaría en avión.
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¿Les gusto?
¿Qué opinan?
¿Sugerencias?
¿Qué pasara en Washington?
¿Bella volverá con Edward después de su regreso a New York?
¿Quieren un Pov' Jackie Henderson?
¿Alec dijo la verdad?
Muahahahahahaha :D
Las espero en los RR!
Espero que se pusieran abusadas en pequeños detalles…Serán MUY relevantes después.
En fin! Otra cosa más..
Aquí en México las secundarias y primarias públicas entran el 20 de agosto! Por lo cual no tendré tanto tiempo en escribir y esas cosas, espero logren entenderme!
Tratare de terminar lo más pronto posible este fic para comenzar ah escribir en el de 'ESPOSA EN TURNO'!
También espero mucho su paciencia, ya que, como dije, entrare a la secundaria y como ya es mi último año, estaré más presionada porque mamá me pondrá a estudiar desde ahorita para los exámenes del ingreso a la preparatoria.
EQUIS!
Espero me entiendan, nos leemos pronto.
SheIsTepe'
