CAPITULO 4: DEMONIO A LA FUGA.

Grito una vez mas mientras lanzaba puños y maldiciones a la jaula en la que se encontraba.

-mantén la calma pequeña bestia- hablo el paladín mientras se acercaba a la puerta- pronto saldrás de aquí, aun que creo que no será respirando- soltó una gran carcajada mientras ella solo atino a gruñir con fuerza.

- te lo juro en cuanto salga de aquí te las veras conmigo- refuto la chica de cabellos albinos mientras mostraba su potente mandíbula de tiburón.

-tu ¿salir de aquí?, por favor no me hagas reír- Arthur rió mas fuerte mientras Alicia a sus espaldas comenzaba a hacer una posición de manos.

Lo ultimo que se escucho en aquella alta torre fue una gran explosión y varios gritos de terror y agonía, uno a uno los exorcistas que escoltaban las puertas del recinto caían bajo el filo de la guadaña de la joven demonio.

- Cerberos hazte cargo de este desastre, y si puedes comete al rubio orgulloso- dijo mientras limpiaba unas cuantas gotas de sangre que salpicaron su bello rostro, mientras el perro de tres cabezas y cola de cobra rugía con fuerza en las ruinas de aquella torre.

-X-x-x-x-x-x-X-

Su vista estaba perdida y absorta de todo lo que le rodeaba, no escuchaba la voz de su hermano y mucho menos la de Mephisto, estaba hecho prácticamente un desastre, su cabello estaba enmarañado, su uniforme mas desarreglado de lo normal, y sus ojos habían perdido el brillo de la vida.

En aquellas mismas circunstancias se encontraba el joven príncipe, sentado en el marco de la ventana esperando el momento en que pudiera ver a la joven de cabellos albinos pasar corriendo por el jardín de la gran escuela.

- ¿si quiera están escuchando?- refuto Mephisto mientras dejaba caer pesadamente sus manos sobre el escritorio.

-nii-san, presta atención por favor esto es serio- Rin volteo a ver a su hermano, lucia preocupado.

Amaimon hizo lo mismo, volteo a ver a su hermano y a los Okumura, y vio en los ojos de Rin el mismo sufrimiento que el estaba pasando, aquel mismo dolor que oprimía el pecho de ambos. El joven de cabellos verdes bajo la mirada, tratando en vano de engañarse, tratando de fingir que todo lo que había ocurrido hacia 2 semanas era un simple juego de su mente.

Para ambos demonios les era imposible asimilar el hecho de que la joven hubiese sido llevada con Arthur a la sede más cercana del vaticano, Rin sabía lo que le pasaría en ese lugar, mientras Amaimon lo ignoraba por completo. Fue entonces como el príncipe infernal y el joven Okumura encontraron algo en común: su amor por la joven albina.

Pero eso sería algo que solo ellos sabrían, para ellos el que Alicia regresara con vida sería casi un milagro. Amaimon ignoraba lo que ocurría en la sede del vaticano, pero no ignoraba el hecho de que el día en que encontró a Alicia, la joven era perseguida por un grupo de exorcistas armados.

- ¿crees que ella este bien?- hablo finalmente el joven de cabellos verdes.

- solo un milagro la podría salvar- respondió Rin mientras daba un resoplido.

- creo que el milagro se les acaba de cumplir- suspiro Mephisto mientras observaba por el gran ventanal, a lo lejos pudo ver como Alicia trepaba las grandes muralla de la academia y atravesaba el campo de fuerza como si un simple papel fuese. La chica aun vestía las delicadas prendas blancas que llevaba puestas bajo el vestido la noche en la que se la llevaron. Bañada por completo en sangre y empuñando con fuerza su guadaña. El director de la True cross le hizo una seña a Yukio y este enseguida asintió desapareciendo del lugar.

-X-x-x-x-x-x-X-

Arthur maldijo una vez mas mientras se levantaba del suelo tratando de tener cuidado, había perdido la suficiente sangre como para que su vista se nublara y su andar fuese pesado y torpe.

- Esa maldita bestia- dijo entre dientes mientras se apoyaba en su fiel espada.

-no te muevas aun Arthur, estas muy débil-chillo Caliburn mientras sentía el peso de su portador.

-esa mocosa, me las pagara-termino en un grito desgarrador antes de volver a caer al suelo.

-X-x-x-x-x-x-X-

- Maldito Arthur, maldito Gehenna, maldito Tamashï- la joven de cabellos albinos refunfuñaba por lo bajo mientras caminaba por los amplios campos verdes.

- Alicia-san- hablo alguien a sus espaldas, poniendo al demonio en guardia. Yukio se acerco con lentitud a ella, no sin antes ponerse él también en alerta.

-X-x-x-x-x-x-X-

- en verdad esto es algo extraño- suspiro Rin mientas ponía sus brazos como almohada sobre el duro suelo.

-¿qué es extraño?- pregunto Amaimon mientras sacaba una paleta de su boca.

- esto es extraño, pensé que me odiabas- respondió el azabache.

- no te odiaba, es solo que no me interesabas- volvió a sacar la paleta de su boca mientras observaba el horizonte.

- entonces ¿Por qué me atacaste esa noche?- se sentó junto al Rey de la tierra y observo hacía donde él miraba.

-porque tenías el aroma de Alicia, y ella… tenía el tuyo- concluyo mientras hacía una mueca al recordar como había tomado a la joven del cuello al sentir el olor de Rin sobre ella.

-entonces ¿te gusta Alicia?- la pregunta cayó sobre Amaimon como un balde de agua helada. Sus mejillas comenzaron a arder y su pecho a retumbar, una pequeña pero agradable descarga eléctrica recorrió su espalda y enseguida comenzó a reír como tonto- ¿de que te ríes? Solo responde.

- es solo que no me esperaba eso- respondió con simpleza mientras una sonrisa tonta adornaba su faz- ¿Qué hay de ti?

- ¿de mí? Bueno, Alicia me parece una niña muy linda- sus mejillas también comenzaron a arder- p-pero, no me gusta, solo me parece linda.

Rin se levanto precipitadamente de su lugar, al igual que Amaimon sus mejillas ardían y sentía aquel grato choque eléctrico. Su vista avergonzada se posaba en el suelo y poco a poco comenzó a alejarse del lugar. El joven príncipe se levanto de igual forma y comenzó a seguir a Rin.

-X-x-x-x-x-x-X-

-Tsubame Tamashï*, ese es el nombre de ese infeliz- apretaba con fuerza su guadaña mientras en su mente se repetía una y otra vez aquellas escenas.

- si, ahora lo recuerdo, el es un asesino muy buscado en Gehenna- Mephisto observo algunos archivos sobre su escritorio mientras de vez en cuando observaba a la chica por encima de los papeles.

-Alicia-san, debiste haber dicho eso desde un principio, te hubieras evitado el tener que ir a la torre- Yukio estaba sentado junto a ella, con una de sus manos posada sobre su hombro blanquecino y desnudo.

-no dije nada porque no recordaba algo en lo absoluto- Alicia aflojo el agarre de su arma mientras volteaba a vera los ojos del exorcista.

- para un demonio el atravesar las puertas de Gehenna es algo sumamente peligroso y muchas veces traumático- aparto los archivos de su vista y observo con mas facilidad a la joven.

-en otras palabras la falta de memoria es algún efecto del trauma ¿no es así?- Yukio miro de nuevo a Alicia, esta había agachado la mirada y resoplaba sus cabellos.

- estas en lo correcto Yukio-sensei, per lamentablemente ahora que nuestra pequeña bestia a escapado de las manos de Arthur me temo que se desatara una gran batalla- se levanto de su lugar y se dirigió al gran ventanal.

-X-x-x-x-x-x-X-

Mephisto no se equivocaba en sus deducciones, mientras Arthur se recuperaba, un ejército de exorcistas buscaba a la chica por toda la ciudad.

A unos cuantos metros de la gran escuela las puertas de Gehenna se abrían una vez mas dejando ver una gran y oscura sombra cuyas manos huesudas sujetaban con fuerza un pequeño conejo de peluche.

- pronto nos volveremos a encontrar mi querida Alicia- y una sonrisa amarillenta despareció en la oscuridad de la noche.

Continuara…

-X-x-x-x-x-x-X-

*Tsubame Tamashï: en español significa Traga Almas.

Se que debí haber subido esto hace años, pero francamente no he estado muy de humor, este no ha sido mi año y por el contrario aun estoy algo depre, por poco y me echan de la escuela por algunos problemas así que ya deben saber como me siento, pero no se preocupen tratare de usar las vacaciones para terminar esta historia así que por favor les suplico paciencia, luego nos vemos

Sayonara…