Los personajes no me pertenecen, son de la maravillosa Satephenie Meyer y bueno, esta historia que ha llegado a su fin, es totalmente de mi creación. :)
Tiempo después...
Desde lo lejos se podía observar las figuras de tres personas, dos de estas eran altas, con un parecido sinigual, el color de su cabello, sus facciones, su cuerpo e incluso se podría decir que su forma de caminar también, mientras que la tercera figura era más pequeña que las anteriores, su cuerpo era como el de una bailarina, tenía sus curvas y un cabello tan largo como ondulado, lo único que los hacia semejantes era la tez de su piel tan clara como la nieve. Caminaban despacio, sin ningún apuro, distantes a la realidad, como si estuvieran en su propia burbuja.
Uno de los tres quería hablar pero no encontraba las palabras correctas para expresarse, ¿sería miedos? No, él pensó que jamás iba a volver a sentirlo, entonces ¿talvez eran nervios? No lo sabía, pero sintió estúpido del solo pensar que eso era, eran sus hijos con los que estaba con nadie más. Y aunque no lo necesitaba aspiró un poco de este, llenando así sus pulmones con el tan anhelado oxígeno, dándose coraje para hablar.
- Entonces… - Renesmee y Anthony lo miraron con una sonrisa tratando de darle coraje para seguir, el cobrizo mayor se sintió ahora más seguro, sabía que diga lo que diga ellos lo iban a entender – Carlisle está pensando en hacer un tour por todo el mundo, literalmente, antes de que ingresen a la universidad y bueno…bueno…yo quería saber si nos quisieran acompañar, Esme dice que quiere seguir conociéndolos – por no decir que él también – y la verdad es que quiero recuperar el tiempo perdido con ustedes. – Guardo silencio, mirando como los mellizos que tenía frente a él sonreían de inmediato.
- Claro que si! – respondieron al unísono.
- Será muy divertido – añadió la cobriza imaginándose recorriendo las tiendas del mundo con sus hermosas tías Alice y Rosalie, visitando lugares que antes pensó que solo pasaría en sus sueños.
Y sin pensarlo dos veces Renesmee abrazó a su padre, lo abrazó sin importarle si era frío cual noche de invierno, lo abrazó con tanta ternura y con tanto cariño que Edward solo pudo envolver sus brazos alrededor de ella mientras le daba un cariñoso beso en su cabeza.
Edward Cullen pudo haber sido de todo, un imbécil por haber dejado lo que más amaba, un idiota por ignorar tantas veces a su muerto corazón pero a pesar de todo eso, estaba agradecido a Dios por haberle dado la dicha de tener a estos mellizos como sus hijos, porque ellos le dieron una oportunidad, porque ahora se sentía lleno de tantas maneras y podría expresarlas con cualquier mínimo detalle hacia ellos.
Mientras que metros más adelante una pareja caminaba entre la arena y con cada paso que daban formaban huellas en esta, tanto ella como él iban caminando despreocupadamente de la mano, siguiendo a un niño que saltaba con cada ola que lo tocaba cuando cada una de estas rompían en sus pies, parecían felices…No, ellos no parecían felices, eran felices.
- ¿Alguna vez imaginaste que podíamos ser tan felices? – dijo Jacob pasando su brazo izquierdo por encima de los hombros de Bella mientas ella lo abrazaba por la cintura.
- Tú eres mi sol, me rescataste de tantas maneras cómo fue posible, estuviste a mi lado en los momentos que más te necesite y jamás nadie en la vida me ha hecho tan feliz como tú lo has hecho, no importa si tenemos altos o bajos nosotros podemos contra eso y más. –Isabella hablaba con tanta convicción, con adoración y hasta con admiración hacia el hombre que estaba a su lado, pues era tan cierto todo lo que decía. Tuvo todo en su vida, tuvo que cambiar muchas cosas por la felicidad de los demás; amor, dolor, sufrimiento, alegría, confusión, todo eso y más Bella Black había sentido a lo largo de su vida y aunque muchas veces las cosas no se daban como ella quería, lo que obtenía la hacía inmensamente feliz.
- No me importaría volver a hacer eso y más con tal de verte cada noche, cada día, ver tu sonrisa, sentir tus labios con los míos, sentir tu calor junto a mí, sentir a mi familia junto a mí. – dijo Jacob Black, recorriendo con sus manos los brazos de su esposa hasta llegar a su rostro, poniendo sus manos a cada lado de este.
- ¿Para siempre? – Bella lo miró a los ojos, formando un contacto tan íntimo con su esposo que no hacía falta palabras para saber lo que el otro estaba pensando.
- Para siempre – diciendo esto Jacob se acercó a Bella, suavemente posando sus labios con los de ella, sintiéndolos como su hogar, intentaron demostrar todo lo que sentía con un cálido y delicado beso, sellando así un pacto de amor eterno.
FIN
(Se esconde detrás de un enorme, realmente enooooooooooooooooooorme muro, mientras saca su cabeza un poquito)
Dios mio! que vergüenza! ha pasado tanto tiempo desde la última vez que actualicé (me tapo la cara), realmente me entristece haber acabado esta historia, muchas gracias a todas las chicas que me estuvieron apoyando desde el principio, a las lectoras fantasmas y a las que dejaron esta historia a la primera también, jejeje.
No tengo ninguna excusa para tanto tiempo, pero hoy me levanté y decidí acabar esta hermosa historia :') que por lo menos me hizo derramar algunas lágrimas al escribir el final. Disculpen si es muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy empalagoso jeje pero no se, me pareció lo ideal ya habiendo terminado todo el drama :D.
Me despido mandandoles un enooorme abrazo, esperando volver a escribir de nuevo. Besos!