La historia no me pertenece, es obra de Kismetian. Yo solo traduzco.

Los personajes son de Stephanie Meyer.

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Llamando al Dr. Cullen

Capítulo siete

Renacer

EPOV

"Bella. Deja al bebé y ven a sentarte," ordené. Esta mujer sería la muerte para mí. Lo admito, su recuperación ha sido muy rápida y no ha habido recaídas pero igual, ella ha estado despierta por solo unas seis semanas e intentaba actuar como si nada hubiese pasado.

Su memoria ha sido un poco afectada y en una ocasión, ella me interrumpía y me pedía una gran explicación como si olvidase el hecho o persona de lo que estaba hablando. Sus doctores decían que no había nada de qué preocuparse pero me preocupaba porque ella pasó por mucho trauma y podía tener algunos efectos.

Y no quería que se esforzara mucho. Sé que se perdió un montón de la infancia de Krista pero un día, tal vez, tendríamos otro hijo juntos y ella podría disfrutarlo. Sé que nada podía reemplazar el tiempo perdido con Krista, porque nada puede reemplazar el tiempo que perdió conmigo.

Lo viví.

Le entregué a mi padre el pequeño frasco con mi kit para mi suicidio y le pedí que lo guardase ya que no quería que nadie lo encontrase y ya no necesitaba tenerlo. Carlisle estaba muy sorprendido pero no sé por qué. Sabía que era evidente que Bella era mi vida entera.

Krista ya puede caminar y correr y no necesita que su madre la levante o llevara todo el tiempo. Sé que era lindo tenerla en tus brazos o en tu regazo pero Bella necesitaba curarse primero.

Puse sus caballetes, por si tenía interés y sabía que se arrepentiría de no pintar retratos de Krista a esta edad. Ella es muy activa, siempre riéndose y moviéndose de aquí para allá. Era grandioso tener un hermoso recuerdo de nuestro amor.

Ella luce como los dos, pequeña como su madre pero con mi color. Ojos verdes llenos de alegría y actitud, cabello castaño y reflejos dorados que brillaban, al contrario de los de Bella. Dedos delgados y largos que aplastan las teclas del piano hasta que le recordé ser delicada. Ella siempre entiende.

Esme no podía irse, aunque Carlisle había vuelto para resignarse y tomar un retiro temprano. Ellos están construyendo una cabaña en las afueras de mi propiedad así estaban cerca pero lo suficientemente lejos de vista de nuestra casa y así disfrutar de la privacidad.

Me senté en el sillón y mantuve mis brazos abiertos para Bella y ella se rio y vino a mi. Acercándola a mí, besé el rostro de la mujer que me completaba y acaricié sus brazos.

"Descansar. ¿Por qué es muy difícil de recordar que necesitas descansar?" Pregunté.

"Quiero jugar con Krista. Es difícil reconciliar esta niña con la pequeña bebé que vi que era."

"Ella puede jugar a tu alrededor. Lo hacía cuando estabas inconsciente. Ella está acostumbrada a ser feliz pero estando cerca de ti."

"Desearía haberla escuchado o algo, cualquier cosa. Todos esos meses de oscuridad. No me gustó, Edward. Tu ausencia estaba en todos lados."

Besé su cuello y sabía lo que quería decir. Su ausencia en mi vida había sido como una entidad física, siempre haciéndome notar que había un hueco en mi mundo, algo faltaba. Podía sentir que ella no estaba allí, si eso tiene sentido.

Krista amaba el baño y los delfines en la pared y las burbujas, cangrejos y tortugas.

Le conté a Bella lo mucho que ese cuarto significaba para mí en mis días oscuros al extrañarla.

Ella sonrió tristemente y dijo que sabía que tenía que dejar algo pero se había preguntado si después de que se vaya, habría pintado sobre su trabajo por enojo o dolor.

Ella me entendió bien. Muchos días quería tirar pintura blanca en las paredes y borrarla pero nunca lo hice, de alguna manera cuando caía la noche era como si ella estuviese allí conmigo, si me acostaba en la bañera envuelto en mi edredón, mi segunda piel para protegerme.

Un día, después de tres meses de haberse despertado, me preguntó si quería tener más bebés con ella. Tuve que ser cuidadoso ya que ella nunca preguntó por el embarazo del hijo de Jake o como terminó. Nunca lo sacó a flote así que nunca dije nada, asumiendo que no estaba lista para entrar en esa área de dolor todavía.

"Un día. En algunos años más, me encantaría tener más bebés contigo y estar ahí cuando te pongas grande para no secar tus pies luego de un baño o entrar por la puerta." Dije.

"Recuerdo cada segundo de mi embarazo de Krista, una vez que lo supe que estaba embarazada. Desearía haberlo sabido antes de dejarte. Sentí que tenía que intentarlo con Jake, sabía que no iba a funcionar pero tenía que cerrar esa puerta así podía abrir la puerta a ti. Que bueno que nunca tuvimos un hijo juntos, o sino nunca hubiese podido cortar lazos con él. No lo extraño para nada."

"Hubiese aceptado y criado a su hijo." Le aseguré.

"Suerte que nunca me embarazó. Solo quiero que tus bebés crezcan en mi útero."

"Bella, tú estabas embarazada de Jake cuando llegaste al hospital después del accidente." Le dije, sosteniéndola bien en caso de que reaccionara mal.

"¿Estaba embarazada? ¿De Jake? ¿Qué pasó?"

"Estuvo mal concebido, en la trompa. Tuvieron que remover la trompa derecha así que tus chances han sido reducidas. No reducida a la mitad, sino reducida."

"Edward, ya soy infértil. Me hice todos los análisis hace años y me dijeron que nunca podía concebir así que si conseguí hacerlo dos veces, supongo que mi suerte se habrá ido ahora."

"Creo que si tiene que ser, un día será. Krista estaba destinada a nacer y si va a haber más bebes para nosotros, ellos encontrarán el camino para venir. Tal vez adoptaremos o contrataremos a alguien que lo tenga por nosotros." Sugerí. Quería que supiese que tenía opciones.

Ella se acarició su estomago, pensándolo.

"Quiero tu bebé dentro mío, no en el de otra mujer. Estaría muy celosa."

"Ella sería inseminada artificialmente. No me acostaría con ella de ninguna manera." Expliqué.

"Lo sé pero que ella sintiese tu hijo dentro me dolería mucho. No puedo creer que hubieses aceptado el hijo de Jake tan fácilmente."

"Tu hijo, Bella. Cualquier niño relacionado a ti sería mío automáticamente."

Vivimos libremente nuestra vida por un año y entones, cuando Bella cayó embarazada de nuevo antes que yo estuviera listo para verla arriesgar su vida otra vez, no pude evitar estar contento también.

Ella saltaba de la alegría y yo rezaba que todo salga bien y no la dejé lastimarse y que no arriesgue su vida o su salud. Aunque muchos doctores me aseguraron que Bella estaba totalmente recuperada y que el coma estaba relacionado con el accidente y no con el embarazo, igualmente me preocupé. Era mi Bella.

Compartir su cuerpo con mi segundo hijo.

Krista estaba creciendo en una adorable niña, y yo estaba contento que los niños se lleven poca diferencia de tiempo y se acompañen, pero mientras la panza de Bella crecía, mi inquietud crecía.

No podía soportar que algo salga mal y lastimase a mi Bella otra vez. Empecé a desear haberme hecho una vasectomía y evitar esta situación cada vez que ella se sentía enferma o se cansaba rápidamente, sentía pánico en mi estómago y mi corazón. Si ella lograba pasar este embarazo, juro que sería el último. No iba a ponerla en riesgo una y otra vez y dos hijos parecían justo para mí.

Bella siempre quiso un hijo así que esperaba que lo tenga esta vez. No tenía preferencia, solo quería que todo esto termine y que la madre y el bebé estén a salvo y bien.

Me acuesto en la cama de noche, con Bella en mis brazos, mis manos en su panza, y esperaba que solo estuviese exagerando todo el tiempo, tenía miedo por ella. Carlisle me dijo que no tenía razón para mis miedos, los doctores aseguraban que Bella iba a sobrevivir este parto como cualquier mujer de su edad, pero eso no ayudaba.

Empecé a tomarme el pelo con mis puños y tirándolo inconscientemente durante el día mientras la veía caminar, crecer su panza, siempre con altas expectativas. Ella era feliz, solo necesitaba relajarme y aceptar nuestro Destino.

Cualquier cosa que pasara, estresándome no iba a cambiar las cosas.

Escuché una conversación entre Bella y Esme un día cuando caminaban hacia donde estaba, sacando unas plantas del jardín, y no me habían visto.

"No puedo decirle, Esme. Todavía tiene miedo. ¿Vienes conmigo a la ecografía, por favor? No quiero que se preocupe. No duerme, y a penas come o se relaja. Él estará muy nervioso para cuando esto pase. Creo que él lo tolerara mejor si se lo ocultamos y se lo decimos de una un día, entonces él tendrá que aceptarlo y tolerarlo."

"No concuerdo contigo, Bella. Edward siempre ha tolerado mejor las cosas cuando sabe de todos los hechos desde el principio, sean malos o buenos. Piensa en decírselo, por favor. Por supuesto que voy contigo, si así lo quieres. Y guardaré tus secretos, es tu secreto, no mío."

Casi sufro un ataque cardiaco. Ella sabía algo y me estaba protegiendo de la verdad. ¿La iba a perder? ¿Algo iba mal?

Quería preguntar pero decidí dejar a Bella y mi madre ir a la cita con el doctor juntas y simplemente seguirlas y aparecerme allí y ver por mi mismo cual es el problema. Cuando pensé sobre ello, Bella nunca trajo ni una foto que normalmente daban a las madres. La última vez Bella dijo que se había 'olvidado' su cita y que había estado de shopping con Esme y se acordó justo a tiempo para ir. Ella había dicho que la maquina estaba rota y que no había imágenes pero no podía imaginar como una maquina pueda hacer la ecografía si estaba rota.

La noche anterior a la cita, me acosté con Bella sosteniendo su panza hasta que se durmió y sentí algo increíble. Algo pateo contra mis manos y casi lloro en sorpresa. Dejé las manos allí y esperé, el bebe se movió y pateó mi otra mano.

"Hola, pequeño." Murmuré. "Espero que estés bien pero tengo que saber que tu madre estará perfectamente también. Ella es muy importante para mí, y tú también." Añadí. ¿Quien sabe lo que los bebes escuchan? No hubo otro movimiento y cuando le conté a Bella a la mañana siguiente, me retó porque no la desperté para compartir el momento pero le recordé que necesitaba dormir y eso era lo más importante.

"No soy una pieza delicada, Edward. Estoy perfectamente…"

Se detuvo y tomó mi mano y la puso sobre su panza y me sonrió, borrando la preocupación que me golpeó cuando no terminó de retarme.

El pequeño pateador golpeó contra mi mano y sonreí contento hacia ella. Pausó y se movió otra vez y moví mi mano más arriba y reí cuando sentí la segunda ronda de patadas.

"Él ya es muy activo." Dijo con sorpresa.

"¿El?" Pregunté. ¿Sabía ella algo que yo no?

"Él, ella, eso. ¿Contento ahora?"

La senté en una silla y gentilmente tomé su rostro en mis manos.

"Bella, por favor sé feliz si es otra niña. Realmente no creo que pueda pasar por otro embarazo. Es muy difícil y me asusta mucho. Conozco las estadísticas, lo más peligroso que puedes poner en tu cuerpo además de las drogas, es un bebé. No puedo dejar que estés en riesgo otra vez. Este tiene que ser nuestro último bebé. ¿Puedes aceptar eso por mi?"

Ella sonrió y tomó mi rostro en sus manos y besó mis labios tiernamente.

"Esta bien por mi. Los vómitos matutinos han sido el doble de peor esta vez, mis pechos me duelen todo el tiempo, y mi espalda no para de dolerme. Puedo aceptar que este sea nuestro último embarazo, si tú puedes relajarte y disfrutarlo. Nada me va a pasar, lo prometo. Tengo que vivir y estar contigo, lo sé. Carlisle me lo contó, Edward. Sé lo que planeabas y no quiero escuchar que pienses así de nuevo. Nuestros hijos te necesitaran si algo me pasara a mí, así que prométeme que estarás con ellos. Si me voy primero, te esperaré impacientemente para que vengas a mí, no te apresures. ¿Me lo prometes?"

Toqué sus manos y prometí, a regañadientes, vivir si ella o al menos esforzarme.

Mantendré mi promesa pero permanece pesada en mi corazón.

Esme llegó y Bella se despidió de Krista y se dirigió al auto de Esme. Ellas pensaban que no sabía que ella iba a su ecografía, así que salude casualmente y entonces llamé a Rose que llegó en cinco minutos, tomando a Krista en brazos.

"Gracias, Rose. No tardaré mucho. Espero."

"Solo ve, Edward. Buena suerte."

Había confiado mis miedos a ella y Emmett y ambos acordaron que haga esto y me entere por mi mismo, sea malo o bueno.

Caminé hacia el consultorio y le dije a la recepcionista que estaba llegando tarde y que mi esposa ya estaba dentro. Ella me llevó a la habitación dónde mi madre estaba al lado donde Bella estaba recostada, mientras que el doctor movía el aparato por su panza.

"…y el mellizo numero dos esta aquí pero no te preocupes, él seguramente se mueva una vez que el mellizo número uno nazca. No veo razón a esta etapa que pienses en una cesárea pero con gemelos, la situación puede cambiar en cualquier momento, incluso en el parto."

Escuché las palabras mientras que la oscuridad me llevase y me desmayara en el piso.

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BPOV

Esme y yo nos giramos cuando escuchamos un cuerpo caerse en el piso.

Edward.

Por supuesto, ¿quien más puede ser?

Esme corrió a su lado y sonrió al doctor que estaba mirando sorprendido.

"Sabía que no iba a soportar esta noticia." Le conté, sonriendo mientras que miraba a Edward.

La enfermera se acercó a él y empezó a sacudir el hombro de Edward y golpeando sus mejillas, tratando de reanimarlo.

"Déjame intentarlo, querida." Dijo Esme que se acercó para decir en su oído; "Los chusmas nunca escuchan lo que quieren, Edward. Ahora sé un hombre y despierta ahora."

Edward abrió sus ojos y rodaron por la habitación hasta que me vio, entonces me miro y forzó una sonrisa.

"Mellizos." Dijo, y se desmayó otra vez.

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El parto fue planeado con buen tiempo y afortunadamente, Edward había sobrevivido al recuerdo del embarazo y estaba emocionado cuando llego el día que era el nacimiento de nuestros nuevos bebés. Krista estaba en casa con Rose, Esme y Carlisle estaban con nosotros, así que Edward tenía su propio doctor a mano por si lo necesitaba, y Alice nos iba a encontrar allí.

Rosa, nuestra nueva ama de llaves que Edward contrató el día que supo que iba a tener mellizos, se había mudado con nosotros y cuidaba de la casa magníficamente, así que estábamos preparados. Nuestra nueva niñera era una mujer italiana llamada Gianna que había ayudado a criar a muchos niños desde pequeños así que teníamos mucha ayuda a mano.

No tenía tiempo para estar nerviosa, Edward lo hacía por mí, preocupándose suficiente por todos, así que tomé su mano firmemente mientras Carlisle no llevaba al hospital donde nuestros mellizos iban a nacer. Todavía me faltaba dos semanas para la fecha pero el doctor no quería tomar riesgos, creo que las frecuentes llamadas de Edward a toda hora del día y noche lo habían convencido de tomar precauciones conmigo.

Después de que llegamos y estaba ubicada en un gran cuarto privado, me acosté y practiqué respirar profundo y observaba como mi amado Edward respiraba conmigo. Lo amo mucho. Nunca me había sentido así por nadie en el mundo. Él es mi todo. Adoro y amo a Krista pero ella es mi hija así que ese es un amor automático. Mi amor por Edward es algo que se formó y desarrolló pero nos tomó una vida y me cambió para siempre. Hubiese vuelto a él si no hubiese estado ese día en ese auto con Mike.

Mike.

Él había recuperado hace poco el uso de sus piernas y después de mucha terapia, estaba viviendo normal e independientemente otra vez. Se había enamorado de su fisioterapeuta y se habían casado hace seis meses.

El celular de Edward sonó y él contesto, después de fruncir el ceño a la pantalla cuando vio quién lo llamaba.

"Eso debería estar apagado." Resoplé.

De repente, un dolor punzó en mi estomago, cerré mis puños y empecé con mis ejercicios de respiración. Estaba segura que la idea era distraer a la madre, no disminuyen el dolor para nada.

Él estaba feliz cuando colgó y me besó, ignorando mi dolor y gritó "¡SI!" y levantó su puño en el aire.

"Tengo que ir, enseguida vuelvo." Y antes que lo pudiese amenazar con golpearlo si se alejaba un paso fuera de la puerta, se había ido.

Qué lindo.

El hombre que no podía esperar a que sus hijos nazcan me acababa de abandonar en plena etapa de parto.

Enseguida fui llevada a sala de Partos y tenía monitores conectados a mi panza y Alice, Esme y yo escuchamos a los sonidos de los corazones mientras hacían eco en la habitación.

Rose llegó antes que Edward volviera. Krista se durmió enseguida así que la dejó con Gianna y vino a ver la diversión.

Edward entró a la habitación y pidió que Alice y Rose vayan con él. Lo miré mal y Esme se paró y ocupó el lugar dónde él había estado.

"Ese hijo mío. No tengo idea que es lo que pasa con él hoy. Pensé que tendrían que tener una cirugía para sacarlo de tu lado para parir a los bebés."

Media hora después, Edward entró y llamó a su mama para que se vaya.

"Edward, tu mamá ha estado toda la mañana conmigo mientras que tú te fuiste e hiciste lo que tuviste que hacer. Creo que merece quedarse."

Él besó la mejilla de su madre y dijo. "Está bien."

Caminó a mi lado, se puso de rodillas y sacó un anillo en una pequeña caja.

"Bella, ¿me harías el honor de aceptar ser mi esposa?"

"Edward, hay un pequeño problema. Estoy casada con Jake."

"En realidad, no. Tu divorcio acaba de salir."

"Oh. Bien. Entonces, en ese caso, Edward, me encantaría ser tu esposa…"

"Bien." Respondió y deslizó el diamante dorado y antiguo por mi dedo, y lo besó.

Entonces, se paró y caminó hacia la puerta. Rose y Alice entraron, vistiendo vestidos hasta la rodilla color ciruela, acompañadas de Jasper y Emmett en trajes grises. Las chicas portaban ramos de pequeñas rosas rosas y flores blancas y los hombres lo combinaban con las mismas en sus ojales. Edward estaba en unas jeans casuales y remera negra así que al menos no seria el único que no estaba vestido para una boda.

Una mujer entró detrás de ellos, presentándose.

"Mi nombre es Jane y estoy aquí para unirlos en casamiento. Justo a tiempo, veo." Sonrió y me guiñó.

"¡Edward! ¡No me dijiste nada sobre hoy!"

"Quiero que estemos casados antes de que los bebés nazcan. Tenemos que hacer esto ahora."

Una puntada de dolor paró mi respuesta, y Esme tomó mi mano.

"Trae al doctor, Edward. Necesita remedio para el dolor."

Y entonces, sufrí la indignación de que me pusieran la epidural en mi columna mientras los invitados de la boda estaban allí, esperando.

Una vez que el dolor desapareció, el doctor me examinó y le dijo a Edward que se apure porque no teníamos mucho tiempo. Ya casi estaba totalmente dilatada.

Todos tomaron sus lugares y me senté en mi atractiva bata de hospital, adornada con caballos de carrusel y cintas dibujadas por toda la tela, y un suero en mi mano derecha y un ramo de rosas a mi izquierda y preparada para ser la Sra. de Edward Cullen.

"Queridos amigos y familia." Empezó la mujer…

"La versión más corta que puedas hacer, por favor." Dijo el doctor mientras que la máquina que monitoreaba mis contracciones empezó a correr.

"Okay, bueno, estamos aquí reunidos para unir a Edward y Bella en matrimonio. ¿Alguien tiene alguna objeción? Okey. Edward, ¿tomas a Bella para ser tu legítima esposa, en salud y enfermedad…?"

"…y en parto." Añadió Emmett con una carcajada.

"Bella, ¿tomas a Edward…?"

"Más rápido, por favor," urgió el doctor.

"Acepto." Grité mientras que tenía una contracción por encima de la epidural.

El doctor ordenó a Edward a subir a la cama detrás de mí mientras que él decía "Acepto" y todos aplaudieron mientras éramos declarados marido y mujer.

Me apoyé contra mi nuevo esposo y sentí una sacudida y un apretón por dentro, mientras el doctor echaba a los invitados de la boda afuera y entraban las enfermeras. Carlisle se había presentado al personal y ellos sabían que él era doctor así como abuelo, así que él se quedó pero estaba muy concentrada en lo que estaba pasando para recordar que él vería partes que ningún suegro debería ver.

"La cabeza está afuera" anunció con emoción y su nieto llegó a este mundo, ruidosamente para toda la audiencia, incluyendo la cara de Emmett mientras miraba por la ventana de la puerta.

"Niño" gritó Emmett."¡Si!"

Me mostraron al bebé y rápidamente besé su rostro antes que se lo llevaran a que lo limpiaran y envolvieran.

El segundo mellizo se movió hacia su lugar y vi como una enfermera empujaba en mi estómago y así sacar al segundo bebé hacia los expectantes doctores.

"¡Niño! ¡Otro niño!" gritó Emmett, claramente emocionado.

Edward miró atontado pero logro abrazarme fuerte, y besar mi rostro mientras me giraba hacia él.

"Dos hijos, Bella. Gracias."

"No hay problema, esposo" respondí.

Nos dieron a los bebés y nos sentamos juntos para observar las caras de nuestros hijos. El personal nos había dejado en paz por unos minutos y yo deseaba una ducha y algo de ropa, pero mis hijos me sacaron los planes y Edward sonrió y besó a cada bebé y mi rostro, una y otra vez.

"Tú nombras a ese bebe y yo a este." Anuncié.

"¿Nombre?" Balbuceó Edward.

"Es legalmente requerido, y una tradición, nombrar a tu descendiente." Le dije.

"Pero, emm, no se. ¿Cuál es un buen nombre? Dios, el va a quedar atascado en esto para siempre."

"Edward, honestamente, ¿no has pensado sobre como querías llamar a tus hijos?" Pregunté.

"Bella, todo lo que he pensado es, por favor Dios, déjalos nacer bien y que Bella esté bien. Nada más que eso. ¿Cómo nombrarás al tuyo?" Preguntó.

"Benjamín Edward Cullen." Respondí. Había escogido este nombre antes que la prueba de embarazo diga positivo.

"¿Ben? Me gusta Ben. No, quiero nombrar a este Ben."

"No, Edward. Tienes que elegir un nombre tú mismo. No es difícil. ¿Quieres nombrarlo Edward junior?"

"No, nunca. Edward es muy anticuado. Nunca me gustó."

"Está bien. ¿Cuál es el nombre que siempre te gustó tener?"

"Josh. Suena sexi y masculino y secretamente pretendía llamarme Joshua Masen Cullen."

"Entonces, ¿por qué no llamas a nuestro hijo Joshua Masen Cullen?"

"Ok, gran idea. Hola Josh. Me gustaría tener tu nombre."

Enseguida fuimos invadidos por sus abuelos y tías y tíos y padrinos de nuestros hijos y al fin tuve mi baño y cambio de ropa y todos cargaron los bebés por todos lados.

Más tarde esa noche, Edward se sentó conmigo mientras Gianna traía a Krista de visita y le presentamos a sus hermanos. Edward puso un regalo en cada cuna y se los dio a Krista y le dijo que los bebes le habían traído esos regalos a ella, así que ella estaba contenta y abrió los regalos y tomó a los dos bebes de juguete en su pecho.

"Bebés de Krista." Rio ella.

"Este es Josh y este es Ben." Le dijo Edward.

"Dosh, Ben." Repitió ella.

"Cerca, cariño." Él dio un beso y nos sentamos y Gianna nos tomó unas fotos juntos.

Luego, ella se llevo a Krista a casa y los bebes se durmieron en sus cunas.

"Tal vez necesitamos dos niñeras más." Dijo Edward.

No iba a discutirlo. Recuerdo llorar con cansancio cuando Krista era una bebé. Esos primeros meses son difíciles.

"Hazlo." Dije.

"¿En serio? ¿Dónde se van a quedar?"

"No me importa. Edward. Cambia la habitación de música a dormitorio y llévalos todos allí. Es una habitación grande."

Edward se acostó a mi lado y me abrazó.

"Gracias, Bella."

"Ya me agradeciste por los mellizos." Le recordé.

"No, gracias por hacer mi vida perfecta."

Sonreí y lo besé dulcemente.

Veamos como siente su vida perfecta cuando estos dos griten toda noche por una semana y su ropa huela a bebé y Krista cuelgue celosa de su pierna.

Pero conociendo a Edward, él pensara que es la vida perfecta.

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FIN…