CAPITULO X (10/10)

EPÍLOGO

Hoy hace justamente un año que mi vida cambió por completo, hoy 29 de diciembre hace un año que mi ex pareja me propició una paliza que casi termina con mi vida. Durante este año mi vida ha cambiado totalmente, he pasado de vivir atemorizada y encerrada en casa a poder ir donde quiera sin miedo. Mi nueva vida me llena de felicidad porque tengo a mis padres, a mis mejores amigos y a mi hombre siempre a mi lado. Tan feliz estoy que no me importa tener que cocinar para diez personas, muy feliz de poder cocinar para las personas que quiero en la casa que Severus y yo nos hemos comprado en Londres. Él sigue siendo el mismo hombre cruel y odioso para el resto del mundo, todavía somos el centro de los murmullos de la sociedad mágica, pero cuando estamos a solas continua demostrándome que para él soy lo más importante.

El sonido del timbre me hace dejar de vigilar durante unos instantes el pavo que estoy cocinando en el horno. Severus está en su estudio con el interminable papeleo que se ha traído de Hogwarts para adelantarlo durante estas fiestas navideñas, así que seguramente haya hechizado la habitación para que ningún sonido lo moleste. Sonriendo, ante lo obsesivo que llega a ser algunas veces, abro la puerta y me encuentro con mis padres. Ambos están entusiasmados por estar de vuelta en Inglaterra para pasar las Navidades en familia.

— Hija— dice mi madre a modo de saludo mientras me abraza.

— Mamá, papá— respondo abrazando a ambos.

Mi padre me pregunta por Severus, le indico que está en el estudio y se marcha para conversar con él. Estoy muy contenta de que mis padres hayan aceptado tan bien mi relación, de que mi padre disfrute conversando con Severus de todo tipo de temas tanto del mundo mágico como del mundo muggle. Nunca pensé que mis padres pudieran ver con tan buenos ojos que estuviera manteniendo una relación sentimental con un hombre veinte años mayor que yo, pero creo que los dos ven como Severus me respeta y me protege de cualquier cosa que pueda dañarme.

— Huele muy bien, no recuerdo que fueras tan buena cocinera— apunta mi madre— En realidad no recuerdo muchas cosas, me he perdido tantas cosas de tu vida.

Ella tiene razón, se ha perdido muchas cosas de mi vida pero gracias al cielo, y a Severus, ya no se perderá ninguna más. Beso la mejilla de mi madre para evitar que piense en eso, hoy no es un día para recordar como durante ocho años estuvimos separados.

— Estoy embarazada, mamá.

Ante mi repentina confesión mi madre se queda sin saber que decir durante unos breves instantes, al procesar mi noticia y darse cuenta que va a ser abuela simplemente me abraza. Está realmente feliz, noto como me besa repetidas veces las mejillas y como está a punto de ponerse a llorar. Al terminar de besarme, pero todavía sin romper el abrazo, me susurra dos preguntas al oído.

— ¿De cuanto estás, cielo?— pregunta primero— ¿Lo sabe ya Severus?

Ambas preguntas tienen dos respuestas muy claras, dos respuestas que le voy a dar a la mujer que me trajo al mundo hace ya 26 años.

— Estoy de dos meses, durante este tiempo lo he sobrellevado bastante bien a pesar de las clases y de los viajes semanales que he hecho mediante traslador hasta Australia para veros— contesto a su primera pregunta, antes de contestar a la segunda respiro profundamente— Todavía no se lo he dicho a Severus, quería decírselo hoy porque hace justamente un año me salvó y creo que es un buen regalo el que lo sepa este día. Además, si Severus lo hubiera sabido me habría impedido poder iros a visitar cada fin de semana, ya sabes que él siempre actúa de forma muy protectora conmigo.

— Es un gran hombre y se nota que te quiere mucho— afirma mi madre casi sin dejarme terminar— Le va a hacer mucha ilusión tener un hijo aunque siempre esté criticando a los ineptos alumnos que tenéis en Hogwarts. Severus va a ser un gran padre y tú vas a ser una gran madre, hija.

No puedo contestar nada porque de nuevo vuelve a sonar el timbre, más invitados llegan y por eso le pido a mi madre que vigile que el pavo no se queme. Mientras camino hasta la puerta pienso en lo feliz que está mi madre con la noticia de que va a ser abuela, también pienso en la noche que engendramos, Severus y yo, al que será nuestro primer hijo. Se que fue la noche de Halloween, esa noche en que tras el baile hicimos el amor en repetidas ocasiones, en diversos lugares y en múltiples posturas. Recordar esa noche consigue que vuelva a tener ganas de tener a Severus dentro de mi, que me deje cabalgarlo mientras se cuela con precisión entre mis piernas. Al abrir la puerta el frío aire de las calles londinenses consigue que mi temperatura corporal descienda, cosa que agradezco al ver que los invitados que han llegado son Ron, Luna y Ginny. Mi amigo pelirrojo sigue sin aceptar mi relación con Severus, sigue sin saludarlo cuando lo tiene delante pero a pesar de que no me lo haya dicho se que está contento de verme feliz.

— Llegáis antes que Harry.

— Ron quería echar una partida de ajedrez mágico con su buen amigo Severus— bromea Ginny entrando en mi casa y abrazándome.

Sonrío ante las palabras de la pelirroja pero sobretodo sonrío por la mirada asesina que le está enviando mi amigo pelirrojo a su hermana.

— Si quiere jugarle una partida puede ir al despacho, Severus está allí hablando con mi padre.

Ante mis palabras en tono divertido también consigo que Ron me fulmine con la mirada a pesar de que me besa la mejilla al entrar en mi casa. Luna se ha quedado de última pero no le ha dado importancia al hecho, seguramente estará encantada por haber podido ver la cantidad de nargles que hay alrededor de nuestras cabezas. La rubia sigue tan especial como siempre, tan especial como cuando estudiaba en Hogwarts y la mayoría del alumnado para burlarse de ella la llamaban Lunática.

Guío a mis tres amigos hasta el salón, donde ahora están mi padre y Severus. Ron al ver a mi hombre pone una mueca de desprecio, algo que el futuro padre de mi hijo o hija ignora por completo. Antes de que pueda hacer las pertinentes presentaciones, de mi padre a mis amigos, mi madre sale de la cocina todavía sonriendo ampliamente.

— He apagado el horno.

Asiento con la cabeza mientras le presento a ella y a mi padre a Ron, Luna y Ginny. Mis tres amigos los saludan afablemente, aunque los dos Weasley ya conocieron a mis padres una vez hace muchísimos años. Severus está en un segundo plano, quieto casi en el marco de la puerta del pasillo, no queriendo intervenir en un momento que sabe no es el suyo. No tengo tiempo a dirigirme hasta su lado, el timbre vuelve a sonar y es él quien va a abrir la puerta esta vez. Mientras mi madre conversa con Ginny y mi padre intenta hacer lo propio con Ron, yo me asomo por la puerta para ver la persona que está tras la puerta de entrada que va a abrir mi seria pareja. Minerva es la persona que ha llegado, la mujer que tras jubilarse se está dedicando a escribir sus memorias con todas sus vivencias.

— Hermione— escucho la voz de Luna a mi lado— Felicidades.

No entiendo el porque me está felicitando la novia de Ron, aunque mejor dicho ahora ya es la prometida porque el día de Navidad se comprometieron para casarse el próximo verano en "La Madriguera". Ante mi interrogante mirada, ella simplemente desvía sus preciosos ojos azules hasta mi estómago y me doy cuenta que Luna sabe que estoy embarazada.

— ¿Pero cómo...?

— Los frydows solamente se acercan a mujeres embarazadas— responde con simpleza en un susurro Luna.

Todavía anonadada y sin saber que decir es como me encuentra Minerva al entrar al salón. La antigua jefa de la casa de Godric Gryffindor, la antigua subdirectora de Hogwarts, desde que dejó de intentar enseñar algo a adolescentes hormonados, está más relajada. Se que le ha hecho mucha ilusión ser invitada esta noche, se que habló con Severus respecto al tema. Es mi hombre, al que algunas veces de forma inconsciente llamo mentalmente mi marido, el que hace las presentaciones de mis padres para con Minerva. Mi madre la saluda de una manera muy entusiasta, sabe que durante mi época estudiantil en Hogwarts yo era la preferida de Minerva.

El timbre vuelve a sonar por cuarta vez en escasos minutos, esta vez si que tiene que ser Harry. Me dirijo hasta la puerta de entrada, al abrir veo a mi amigo de verde mirada agarrando la mano de Abigail. La novia de Harry, a la que por fin ha decidido presentarnos después de más de medio año de relación, es una joven con unos increíbles ojos azules y verdes. Al ver la sonrisa feliz de mi mejor amigo yo también sonrío, estoy completamente feliz de que por fin haya encontrado a su chica perfecta.

— Siento el retraso, Herm.

— No te disculpes Harry, no hace falta— respondo abrazándolo.

Al separarme de él, después del abrazo y de besarle cariñosamente la mejilla, mis ojos se centran en la chica de espectacular mirada y tímida sonrisa. Al mirarla en sus ojos puedo notar que está completamente enamorada de mi amigo de verde mirada, al mirar sus mejillas ruborizadas noto que está nerviosa por la cena y por ser presentada.

— Hermione Granger— digo con una sonrisa para transmitirle que todo está bien, que no es necesario que esté nerviosa— Encantada de conocerte por fin, Abigail.

— Lo mismo digo, Hermione— contesta con una voz suave y muy femenina— Harry me ha hablado mucho de ti.

— Espero que bien.

Mi respuesta hace sonreír tanto a Abigail como a Harry, los dos hacen una preciosa pareja de tímidos. A los sonrientes novios los hago pasar a mi casa con una leve movimiento de mi mano. Antes de entrar en el salón noto como Abigail aprieta más la mano de mi amigo, su timidez queda patente por lo nerviosa que se pone ante la inminencia de su presentación a personas importantes para el chico del que está enamorada.

— Tranquila Abby.

El susurro que escucho por parte de Harry a su novia consigue hacer que me alegre de que ella lo haya aceptado, que al escuchar que es mago y que es desesperadamente famoso no lo dejara y se fuera corriendo.

Ron es el primero en saludar a Abigail, el pelirrojo parece que también le da el visto bueno a la chica de la misma forma que se lo he dado yo. Ginny, Luna, mis padres y Minerva son las siguientes personas en saludar a la chica que se nota no está acostumbrada a tanta expectación respecto a su persona. Una vez presentados todos, el último en hacerlo es Severus. Abigail sonríe tímidamente a mi hombre que tiene la expresión imperturbable de siempre, la que no deja ver que siente.

— Abigail, él es Severus— digo presentándolo— Mi pareja.

— Encantada.

Realizadas las presentaciones invito a las personas que han venido a cenar esta noche a ocupar sus sitios en la mesa. Para hacer sentir a mis padres y a la novia de Harry bien, no fuera de lugar, la cena es exclusivamente muggle. Pavo al horno con patatas, diversos dulces de postre y para beber diversos refrescos y vino. La cena se desarrolla en total tranquilidad, intercambiando opiniones mientras degustamos el pavo que resulta estar exquisito. Durante el tiempo que dura la cena hablo con Severus y con Ginny, observo como Ron interactua con Harry y Abigail, contemplo además como Minerva da conversación a mi madre y como Luna le habla a mi padre de temas que consiguen que mi progenitor ponga una expresión extraña. Al terminar el pavo, al ir a empezar con los postres, pido a todos los comensales que antes de terminar me gustaría que me dejaran decir unas palabras. Todos asienten, están deacuerdo con cederme unos momentos tras terminar de degustar los postres.

— Quiero agradeceros a todos por estar aquí esta noche— empiezo a decir nerviosa, levantándome y mirando a la cara de todos los presentes en la mesa— Hoy es un día muy especial para mi, hoy hace un año que estuve al borde de la muerte pero gracias a que Severus acudió en mi ayuda estoy viva. Durante este año que ha transcurrido me han ocurrido muchas cosas aunque hay dos que destaco por encima de las demás. Estos meses me han servido para volver a encontrar el amor en un hombre que por muy complicado que a veces sea, que lo es— aclaro sonriendo a Severus y haciendo que el resto de la mesa, excepto Ron, también me imiten—, se que haría cualquier cosa por hacerme feliz. Severus haría cualquier cosa, hasta poner su vida en peligro por mi, eso es algo que he comprobado al hacer que mis padres volvieran a estar a mi lado. El que mis padres vuelvan a recordarme, que se acuerden que tienen una hija y que me hayan perdonado por haberles borrado la memoria es la otra cosa que destaco de este año. Desde que terminó la guerra deseé poder recuperarlos, durante estos ocho años a pesar de ser inmensamente feliz en muchas ocasiones siempre había estado incompleta por su falta— explico con voz tranquila y notando como mi hombre aprieta mi mano en señal de apoyo incondicional— Severus me los devolvió y por ello estaré en deuda de por vida con él, continuemos juntos o no.

— Nosotros también estamos en deuda con él por lo que ha hecho— interrumpe mi padre— Siempre estaremos agradecidos porque nos haya permitido poder volver a compartir tiempo con nuestra hija.

Mi madre asiente con fervor, mi madre mira con mucho cariño a Severus y sonríe encantada al ver como nuestras manos están unidas encima de la mesa.

— Tras la intervención de mi padre voy a continuar con lo que estaba diciendo— digo volviendo a centrar la atención de todas las personas de la mesa— Me gustaría agradecer también a mis dos pilares durante muchos años, a mis dos mejores amigos que siempre han estado ahí. Harry y Ron siempre se han preocupado por mi, siempre han intentado protegerme para que nada malo me sucediera y se que se culpan por no haber estado cerca cuando sucedió lo de Draco— afirmo sin ningún tipo de duda, no queriendo que me nieguen la evidencia— Los tres hemos pasado por muchas cosas, nos hemos enfrentado a las más temibles pruebas pero después de tantos años todavía seguimos juntos y espero que lo sigamos estando por mucho tiempo.

Hago una breve pausa, respiro profundamente y me dirijo directamente a donde está sentado mi amigo pelirrojo. La cara de Ron al no entender que estoy haciendo es de sorpresa, me hace gracia ver como las pecas que adornan su cara le dan un toque de juventud en su expresión confusa.

— Ron quiero agradecerte que esta noche estés aquí porque se lo difícil que está siendo para ti. Se que nunca vas a llevarte bien con Severus, se que no te gusta mi elección de estar con él, pero a pesar de todo estás aquí para hacerme feliz con tu presencia. En esta noche especial me gustaría que por el cariño que me tienes, el mismo que te tengo yo a ti, aceptes a Severus como mi pareja, como el hombre que me hace feliz— digo mirándolo a los ojos azules— Por favor— pido en tono de súplica que espero que haga efecto, no quiero que siempre que esté con Severus y con Ron ambos se ignoren.

Mi amigo pelirrojo acaba cediendo, acaba haciéndolo después de desviar su mirada de la mía para para fijarla en la de su prometida y en la de nuestro amigo Harry. Camina unos pocos pasos hasta colocarse al lado de la silla en que Severus está sentado. El director de Hogwarts, mi hombre y salvador, se levanta y queda frente al que fue uno de sus alumnos. Ambos se miran, todos los demás estamos pendientes de lo que hagan Ron y Severus a continuación. Mi amigo pelirrojo le tiende una mano que es aceptada por mi pareja.

— Si le haces daño a Hermione te mataré, Snape.

— Lo tendré en cuenta, Weasley.

El intercambio de palabras, dichas en tono helado y apretándose tanto las manos que parece que quieran destruir al otro, es un intercambio rápido. Ron vuelve a su silla y Severus vuelve a sentarse. Antes de volver al lado de mi hombre beso la mejilla de mi amigo pelirrojo y le susurro un simple "gracias" al oído.

— Tras el apretón de manos de Ron y de Severus me gustaría agradecer a Luna y a Ginny por su importante apoyo. Ellas dos estuvieron a mi lado cuando anuncié que mantenía una relación con el que fue nuestro odiado profesor de pociones, ambas fueron muy importantes para mi en esos momentos en los que Ron no aceptó la noticia.

— Mi hermano lo que no aceptaba es que los profesores de Hogwarts tuvieran vida sexual, por eso le molestó tanto enterarse que tú y Snape estuvierais juntos— bromea Ginny, consiguiendo que diversas sonrisas adornen las caras de los demás asistentes a la cena.

— Ron y su teoría de celibato— asiento contenta— Bromas aparte también quiero agradecer esta noche la presencia de Minerva y de Abigail. Ambas merecen estar compartiendo un momento tan importante en mi vida, un momento tan significativo. Minerva siempre ha sido para mi una profesora a la que ha admirado, una mujer que merece poder disfrutar de su jubilación después de tantos años entregada en cuerpo y alma a Hogwarts— comento diciendo lo que siento al respecto de la que ha sido mi mentora a la hora de dar clases— A Abigail quiero agradecerle especialmente que haga feliz a Harry, que haya aceptado el mundo al que pertenece y que al enterarse de todo no lo dejara. Espero que ahora que Harry ya nos la ha presentado pueda entablar una buena amistad con ella, con una chica que si Harry se ha enamorado de ella es porque merece la pena.

Todos se giran para mirar a Abigail que avergonzada por la atención baja la mirada para mirar su regazo. Mi amigo de ojos verdes sonríe ante la acción de su novia, sus mejillas también están ruborizadas. Con mucha delicadeza, después de hacer que la chica deje de mirar su regazo, Harry la besa en los labios y arranca el silbido de Ron y los aplausos de Luna y Ginny. Niego con la cabeza ante los gestos infantiles de mis tres amigos además de hacerlo por ver como Severus pone los ojos en blanco ante tal derroche de inmadurez.

— Por último me gustaría anunciar, en un día tan especial para mi— digo reprendiendo mi discurso después de que Harry separe los labios de Abigail—, que estoy embarazada de dos meses. Severus y yo vamos a ser padres.

El silencio que se hace ante mi noticia es absoluto. Las reacciones son variadas en las personas que ocupan un sitio en la mesa. Mi madre y Luna al ya saberlo me dedican unas sonrisas de aceptación, Minerva me mira con emoción en los ojos, Abigail sonríe tímidamente ante la noticia de mi futura maternidad, Ginny me dedica una mueca pícara que me hace reír. Las reacciones de los hombres son bastante dispares porque por un lado mi padre y Harry parecen estar contentos aunque mi amigo tenga un deje de precaución en sus verdes ojos, por otro está Ron que se le nota abiertamente disgustado y asombrado de que vaya a tener un hijo de Snape, y finalmente está Severus que no ha reaccionado de ninguna manera. Después de casi un minuto sin que diga ni palabra, sin que haga ningún tipo de gesto, empiezo a preocuparme de que no quiera tener un hijo o una hija.

— Severus— susurro con miedo de su falta de reacción.

Se levanta como un auténtico robot, sabe que es el centro de atención y que todos están esperando su reacción.

— Seve...

No me da opción de volver a repetir su nombre, no me deja que termine de pronunciarlo porque antes de hacerlo junta sus labios con los míos en un hambriento beso. Al principio su reacción me sorprende, al principio mi mente no procesa que él está feliz y que como es un hombre de hechos y no de palabras me está diciendo con el beso que sí quiere tener ese hijo conmigo. Al profundizar en el beso, al entrar mi lengua en contacto con la suya, se me olvida que estoy frente a mis padres y mis amigos. Mis brazos rodean su cuello de forma inconsciente al notar como uno de sus brazos rodea mi cintura y los dedos de la mano del otro brazo recorren con suavidad mi columna, está besándome de la misma forma que lo hizo la primera vez.

OOOOOOOOO

Los invitados se han ido hace casi una hora, al marcharse todos nos han dado la enhorabuena a Severus y a mi por nuestro futuro hijo. Ron ha vuelto a darle la mano a mi hombre y mi padre está entusiasmado ante la idea de ser abuelo de una preciosa niña. Desde que los invitados se marcharon estoy tumbada en la cama, Severus se ha empeñado en que necesito reposo y por eso es él quien está recogiendo todo. Pensar en el lado protector, extremadamente protector, de Severus Snape me hace sonreír.

— ¿Por qué no me lo habías dicho antes de anunciarlo esta noche?

— Quería hacerlo en un día importante para nosotros, en el día que me salvaste y empezó todo— respondo cerrando los ojos y disfrutando de como Severus me empieza a masajear los pies tras entrar en nuestra habitación y hacerme la pregunta.

Dejo que sus expertas manos masajeen mis pies, dejo que sus dedos hagan lo que están haciendo porque me siento en el cielo por tales atenciones. Nunca antes me había masajeado los pies aunque espero que ésta sea la primera pero no la última vez porque resulta muy placentero.

— Mi padre quiere que sea niña, quiere tener una nieta a la que consentir.

El masaje termina, las manos de Severus dejan mis pies aunque sus labios posen un suave beso en la planta primero del izquierdo y después del derecho. Al terminar con mis pies, los labios de mi hombre levantan levemente mi jersey y mi camisa para besar el estómago donde está creciendo nuestro futuro hijo o hija. Finalmente termina besando suavemente mis labios al tumbarse a mi lado en la cama. Mi cabeza se apoya en su pecho y uno de sus brazos acaricia con casi adoración mi estómago, creo que a partir de ahora ésa será la zona de mi cuerpo que más atenciones reciba.

— Yo también quiero que sea niña— confieso en un susurro— Quiero que sea niña para poder llamarla Eileen como tu madre.

Las caricias a mi estómago se detienen durante unos instantes, igual que lo hace su respiración.

— Te quiero por ser tan atenta leona, por estar engendrando a nuestra hija.

— Eileen Snape Granger— añado mientras levanto la cabeza del pecho de Severus, lo miro a los ojos negros que desbordan felicidad y termino besando los finos labios que tras besarlos por primera vez me hicieron pasar de ser una leona herida a una leona feliz.

THE END

Y hasta aquí ha llegado la historia de una leona como Hermione a la que en un año le ha cambiado la vida. Espero que os haya gustado este epílogo, a pesar de que es sumamente "Disney" xD. Tanto Hermione como Severus se merecen ser felices, tener un hijo o hija al que querer y enseñar. El que estén rodeados de la gente que los aprecia también es algo que me ha parecido bien poner en este último capítulo de la historia.

Diosa Luna: Espero que el resfriado que tenías en el capítulo anterior se te haya quitado. Por no escribirme un comentario más largo no te preocupes, lo primero es la salud y después lo demás. Hermione se merece recuperar a su familia y Severus por ella haría cualquier cosa como ya se ha visto. Gracias por el comentario y un saludo.

Muchísimas gracias por todos los comentarios que ha recibido esta historia hasta el capítulo 9 y por los que pueda recibir en este epílogo. Realmente tengo que decir que he sentido mucho apoyo por las palabras que me habéis escrito, por las buenas palabras que habéis tenido para el fic y para mi.

A pesar de que este fic termine aquí, de que la leona y la serpiente terminen su historia particular con este epílogo, esto es un hasta la vista. No se si será dentro de mucho o poco pero volveré con más historias de esta pareja tan especial para mi, porque Severus y Hermione encajan a la perfección.