Personajes: Gin Ichimaru y Toushiro Hitsugaya.
Aclaratoria: Bleach no es mío sino de Tite Kubo.
Es un intento de drabble.
Advertencias: Universo Alternativo, posible OoC sin querer.
Rating: K+.
Palabras: 750.
Summary: Los vínculos que te unen a tu familia son tus padres, pero cuando éstos faltan sólo quedan los hermanos; Gin y Toushiro lo saben muy bien. Serie de drabbles al azar sobre la vida de éstos después de la muerte de sus progenitores.
Otra de mis ideas locas para el fandom, siempre he querido hacer un fic familiar para Gin. Mientras se me ocurre cómo imaginarme al hijo de Ichimaru les dejo este primer capítulo que sería el comienzo de todo el fic; pensé que hacer que Gin y Toushiro fueran hermanos sería muy peculiar xD.
No tengo el número de capítulos como tal, sólo a medida que vaya escribiendo los voy publicando.
Espero que les guste, saludos.
Sólo nosotros dos
El hospital estaba silencioso y lúgubre, salvo por el sonido del caminar de decenas de personas a su alrededor: doctores, pacientes, visitantes y enfermeras desfilaban en todo el nivel cuatro. Ellos eran los únicos que estaban ahí. Eran un niño y un jovencito de quince años. El chiquillo estaba dormido en las piernas del mayor, era dueño de una cabellera corta platinada y de unos hermosos ojos turquesas que se escondían tras sus párpados. Roncaba suavemente, había caído bajo el delirio de Morfeo. El mayor veía hacia la sala de terapia intensiva esperando alguna respuesta de los médicos sobre el estado de sus padres, quienes habían ido a una reunión de supuesta reconciliación —cosa que Ichimaru desconfiaba absolutamente— después de un divorcio inminente hace tres años. Pero en el camino fueron interceptados por un camión con un conductor irresponsable.
El tiempo se hacía eterno para el joven quinceañero, que esperaba impacientemente saber por sus padres. Daba gracias porque su hermano se había quedado dormido o sino hubiese tenido que ver al niño sufrir por la espera.
Una hora después, el doctor hizo acto de aparición con una cara que mataba cualquier esperanza. Vio al joven albino cuyos ojos permanecían cerrados y en su rostro no había rastro de sentimiento alguno. Gin se preparó mentalmente para lo peor.
—Lo sentimos, joven Ichimaru. No hemos podido salvarles.
El chico asintió a modo de respuesta, aunque su semblante fuera frío, por dentro sentía que caería en shock. Eran huérfanos, y lo único que tenía su hermano era a él. Por instinto acarició la cabeza del niño que todavía seguía dormido, completamente ajeno a la situación.
—Podemos recomendarlos a alguna familia o casa para que vivan mientras...
Eso él no lo aceptaría por ningún motivo.
—De ninguna forma —escupió Gin sin pensarlo dos veces.
—Joven usted todavía es menor de edad y...
—No me importa —se apuró en decir el joven sin perder la calma—. Toushiro se queda conmigo. Yo le sacaré adelante —exclamó abriendo sus ojos completamente descubriendo sus orbes turquesas que se mostraban desafiantes—. Además yo estoy por empezar el primer año en la universidad y soy considerado un prodigio. Yo saldré adelante con mi hermano. Gracias.
Gin no mentía, realmente era considerado un prodigio después de graduarse con honores a corta edad. Una cualidad que pocos poseen.
El doctor asintió resignado y se despidió cortesmente del chico para retirarse. A los pocos minutos, Toushiro despertó y observó que su hermano ensanchaba una extraña sonrisa; su sonrisa. El chico la reconoció, esa era la sonrisa que colocaba su hermano para ocultar sus sentimientos y emociones.
—¿Hermano? —le llamó captando su atención.
—Sólo quedamos nosotros dos, Shiro-chan —fue directo y sagaz. No requería de adornos ni frivolidades, no remediarían nada con ello. El divorcio de sus padres y sus continuas peleas sobre sus hijos —tanto así que hasta ambos tenían apellidos diferentes—, los habían hecho a ambos madurar antes de lo necesario —o por lo menos más para el mayor—; aún cuando el menor conservara su inocencia infantil podía entender las cosas de buena manera y aceptarlas con la mayor calma posible.
El niño no pudo evitar sorprenderse ante la noticia. En pocos segundos pequeñas lágrimas salieron de sus ojos de manera insconciente. Rápidamente se las limpió para ser fuerte por su hermano y por él mismo, pero Gin lo abrazó, acobijándolo en sus brazos con la mayor delicadeza posible.
—Llora Shiro-chan, sino te vas a hinchar con tantas emociones. Y un niño hinchado se verá gordo, ¿no crees? —intentó de colocar un tono bromista a esa situación tan tensa y dramática. O eso fue lo que intentó, sin embargo, sabía que eso no haría que nada cambiase. Se conformaría con ver que su hermano pequeño se desahogara por lo menos.
Como si de una llave se tratase, el niño después de una breve pausa, empezó a llorar de dolor por la pérdida de sus padres en el hombro de su hermano. Ichimaru comenzó a darle palmaditas en la espalda para consolarle.
—No te preocupes Shiro-chan. Yo estaré contigo —le susurró al oído—. Seremos sólo nosotros dos, pero lo superaremos pequeño —sintió como el chico buscó de asentir entre sollozos y eso le hizo sentirse mejor.
No le importaba sí era menor de edad, sí tenía que hacer muchas actividades, sí tenía que vivir estresado o sí debía sacrificar lo que le quedaba de juventud pero se prometió a sí mismo que jamás dejaría desamparado a su hermanito.
Espero que lo hayan disfrutado. Sí tienen alguna crítica ya saben cómo hacerla, las recibo encantada de la vida. Saludos.
