Capítulo 15

Las cosas parecían estar escalando rápido luego de eso.

Las manos estaban por todas partes y la grama picaba en sus muslos, pero no importaba, se sentía bien, sus labios unidos hacían que todo fuera rápido, intenso y que lo que los rodeaba desapareciera. El ruido de los fuegos artificiales no fueron lo suficiente como para desapartarlos y mucho menos los gritos de la gente.

La decepción la invadió cuando sus labios dejaron los de ella, pero fue sustituida rápidamente cuando la sensación de sus labios quemaba la piel de su barbilla, su cuello, su clavícula. La nueva posición había provocado que sus manos, antes una en su camisa y otra tras su cabeza, bajaran hasta quedar fijas en la tierra, agarrando y soltando la grama al son de sus propios suspiros y jadeos.

Una luz se colocó sobre ellos.

Entonces corrieron, corrieron mientras que el vigilante que los había descubierto les gritaba, aunque la única palabra que había captado era "indecentes", le provocó risa, porque a la única persona que había escuchado pronunciar esa palabra era a su padre cuando la descubrió teniendo una charla subida de tono con su ex novio. Había sido el momento más vergonzoso en su vida, tanto así que nunca volvió a hablar por altavoz con nadie mientras estuviera en su casa, también había cambiado el nombre de contacto de Sasori a "Cherill" y se refería a él como tal cuando hablaban por teléfono. Sus padres habían preguntado quien era y mintió diciendo que era una chica que había conocido mientras estaba con Tsunade. Sinceramente, no pensó que le creyeran, pero no insistieron.

¿Pero ahora? Realmente no le importaba, se sentía bien, salvaje, correcto.

Se detuvieron un momento y miraron hacia atrás, porque, la sorpresa, el calor, todo lo que había ocurrido, y las ansias de escapar de aquel hombre les hizo olvidarse de que estaban justo al lado de su auto. Entonces estallaron el carcajadas porque era la cosa más tonta que habían hecho estando juntos.

Se escondieron detrás de un árbol cercano y esperaron a que el hombre decidiera irse o ir a molestar a la otra pareja que aún parecía no haberse percatado del viejo cascarrabias. Esperaron, y en la espera podía sentir sus manos en su cintura, su respiración cerca de su oreja y luego sus labios en su cien.

La sonrisa nunca abandonó sus labios.

Entonces, cuando estuvieron completamente seguros de que podían avanzar corrieron tomados de la mano hasta el auto, logrando entrar incluso cuando el anciano volvió a gritarles –porque eran realmente muy malos haciendo cosas sin hacer ruido –Naruto no perdió tiempo y empezó a conducir.

Sus manos seguían juntas, incluso conduciendo Naruto se negó a soltarla, colocando la mano de ella sobre la palanca de cambios y la de él sobre la de ella.

Se dedicó a mirarlo y admiró la sonrisa que permanecía en su rostro, era hermoso y ella nunca pensó verlo como tal. Cuando una luz roja finalmente logró atraparlos se detuvieron y permanecieron en silencio, lo cual era raro porque ambos sabían lo ruidosos que eran, pero se miraron a los ojos y entendió que no necesitaban palabras, sus ojos decían ya bastante y esperaba que los de ella fueran igual cuando lo miraba.

Entonces sonrió más -¿Era incluso posible?- cuando él tomó su mano y la llevó a sus labios, besando sus nudillos y manteniéndolos ahí por un momento.

Frunció un poco el ceño cuando en lugar de ir hacia la izquierda para ir por Mina, siguieron recto hacia la mansión.

— Iré por ella mañana —Dijo antes de que ella misma pudiera preguntar algo —Ya debe estar dormida y no quiero despertarla —le dirigió una rápida mirada antes de volver a mirar la carretera —Mina es realmente mala cuando la despiertan

Y bueno, no podía discutir eso, finalmente él era su padre y la conocía mejor que ella.

Cuando llegaron fue un poco difícil, ninguno de los dos había dejado las luces del garaje encendidas e incluso con las farolas del auto fue algo difícil encontrar el interruptor. Lastimosamente fue un proceso que se repitió por el resto del camino hasta que llegaron a las escaleras.

Ella se adelantó, pisando el primer escalón y rápidamente retrocedió al ser halada de un brazo, chocando con el pecho del rubio que rápidamente su cuerpo fue aprisionado entre sus brazos y sus labios contra los suyos.

¿Creyó que había acabado? Si, la adrenalina en ella ya había desaparecido y creyó que en él también, pero no fue así, no podía ser así cuando sus labios intentaban devorarla como si fuera el final de algo que trataba atrasar. No podía ser así cuando ella también se aferró a él como si fuera su salvavidas, no cuando respirar parecía no importar o cuando parecían levitar.

No cuando empezaron a subir los escalones a tropezones porque estaban más concentrados en lo que pasaba más arriba que en los que estaba bajo sus pies. No cuando algo se oprimía un poco más por encima de su ingle, o cuando él tomó sus piernas y la alzó para que las envolviera alrededor de su cintura. No había ningún tipo de resistencia entre ellos, eran como imanes, se atraían y luego nada los separaba.

Eran tres pisos y un largo pasillo, en camino eterno en ese momento, pero cuando llegaron a su puerta se sorprendió porque su sentido del tiempo estaba regado por todo el lugar, entonces fue rápido, fue lento, todo al mismo tiempo. Abrir la puerta fue toda una proeza, era como si se negara a permitirles el acceso, pero finalmente entraron y apenas fueron capaces de encender las luces antes de caer sobre su cama, golpeando accidentalmente el pequeño buró al lado de su cama y dejando caer el marco con la foto de ella y su familia.

Las sensaciones se intensificaron, las manos de Naruto se sentían como fuego bajo su falda mientras buscaba el látigo de sus pantaletas, ella también lo tocaba, había abierto su camisa a puros jalones, podía sentir uno de los botones que habían sido arrancados con su acción debajo de una de sus piernas, él no parecía molesto por lo que hizo, de hecho pareció gustarle y ella estaba más que encantada porque realmente quería destruir esa cosa, pero lo haría después, no podía apartar las manos de sus abdominales, duros y bien construidos.

Levantó un poco las caderas para que pudiera deslizar sus bragas por sus piernas y finalmente la prenda estuvo fuera de su camino. Se estremeció cuando las manos de él volvieron hacia arriba, colándose por debajo de sus muslos hasta llegar a sus nalgas, apretándolas y luego atrayéndola más hacia él, y lo sintió a través de sus pantalones y de la falda que aún se ponía en su camino. Tomó un poco de fuerzas y se levantó con sus brazos, obligándolos a ambos a quedar sentados sobre la cama. Compartieron unos pequeños besos hasta que por fin se separaron levemente, se rió un poco al ver como los ojos de Naruto se bañaban en confusión y –tal vez- miedo, sobre todo cuando intentó besarla nuevamente y en su lugar ella apartó el rostro, evitándolo, y cuando abrió la boca para decir algo, se detuvo con un jadeo y una expresión sorprendida.

Ella sonrió y mordió su labio inferior, mirándolo fijo a los ojos mientras movía levemente la mano que hace unos momentos colocó sobre su pene vestido. Lo apretó un poco y alzó una ceja cuando él intentó evitar que un gemido saliera de su boca. Se lamió los labios y lo observó con desafío, dispuesta a arrancarle todos los gemidos que él evitaba soltar. Y mientras mantenía el movimiento, con la otra mano agarró el cinturón y empezó a soltarlo, no perdiendo de vista los ojos azules que la miraban con sorpresa, nerviosismo, y se atrevería a decir que también con adoración.

Con el cinturón y el pantalón finalmente desajustados introdujo su mano dentro del boxer del rubio y por fin pudo sentir su miembro sin nada que se interpusiera entre ellos. En ese momento el nerviosismo atacó, siendo consciente por primera vez de lo que hacía, de lo que ocurría después si seguía adelante.

No se detuvo.

Y finalmente liberó el miembro de su cárcel de tela.

Tardó unos veinte segundos, pero la curiosidad la llevó a mirar hacia abajo y sus ojos se pegaron en su miembro, contuvo la respiración por un momento, pero entonces empezó nuevamente con los movimientos que su mano había estado haciendo solo unos momentos antes, y su mirada no se apartó, porque quería ver lo que hacía, quería ver cada movimiento, cada cambio. Podía sentirlo duro y también podía sentir como la sangre fluía a través de sus arterias ¿o eran las suyas propias? No podía decirlo, pero no era algo que ocupara particularmente sus pensamientos.

El líquido pre seminal surgía y la cabeza del pene brillaba ante la luz, mientras más lo masturbaba más líquido salía y se extendía por todo su miembro gracias a su mano.

La gran mano de Naruto se envolvió en la de ella y continuó con el movimiento, mientras que su otra mano se colaba bajo su barbilla y le alzaba el rostro para poder besarla nuevamente, luego dicha mano se deslizó lentamente por el costado de su rostro, por su cuello y al llegar a su hombro bajaba el tirante que en él se encontraba, sin dejar de besarse ni de tocarlo lo ayudó a deslizar el tirante por lo largo de su brazo y luego hizo lo mismo con el otro, sustituyendo la mano en su miembro por la otra. Con la misma mano soltó la pequeña cinta en el centro de su sostén que lo mantenía ajustado a su pecho y la prenda calló en la cama tras ella.

Estaba ardiendo tanto que era imposible soportarlo, entonces apartó la mano de Naruto a pesar de que se resistió un poco, y luego lo empujó hasta que quedara acostado sobre la cama, nunca sin soltarlo, terminó de sacar el vestido fuera de su cuerpo y se deslizó sobre él hasta que ambas de sus piernas estuvieran a cada uno de sus costados. Lo miró a los ojos y pudo ver que él sentía tanto deseo como ella, que quería esto tanto como ella.

Miró hacia donde la intimidad de ambos se encontraba, e hizo un pequeño movimiento que provocó que la cabeza de su pene chocara y luego acariciara su clítoris. Ambos gimieron y ella casi pierde la fuerza de sus extremidades, pero se impidió caer sobre completamente sobre él afincando una mano sobre su pecho. Se movió un poco más arriba y con su mano mantuvo el miembro completamente recto, alineándolo con su propio sexo y mordiéndose el labio inferior de preparó para descender.

—Detente —Le escuchó decir, pero estaba tan concentrada en su actividad que lo ignoró, y en cambio sintió como la cabeza del miembro rozaba su entrada —P-para —y las manos de él se colocaron en sus glúteos, deteniéndola cuando se proponía descender sobre su miembro.

Lo miró con confusión.

— ¿Q-qué pasa? —preguntó con voz entrecortada por acción del placer que sentía mientras el miembro aún estaba en su entrada, a veces rozándola levemente cuando los brazos tensos de Naruto amenazaban con caer.

Naruto miró hacia donde sus sexos amenazaban con unirse en cualquier momento, y apretando los labios dijo:

—No… no tengo un condón

Y antes esas palabras su cerebro hizo clic y con rapidez soltó el miembro y se echó para atrás, su movimiento provocó que las manos de Naruto la dejaran y en consecuencia quedó sentada entre sus piernas aún vestidas, un poco sorprendida por su propia falta de sentido común.

El silencio incómodo los envolvió, Naruto ahora se encontraba semi sentado mientras que ella lentamente se había cubierto con las sabanas que se encontraba revuelta bajo ellos. Ella no sabía para donde mirar, Naruto aún estaba erecto y descubierto, y todo el valor que tenía anteriormente se había esfumado, dejándola solamente con nervios y respirando erráticamente.

—Y… ¿No tienes alguno… en tu habitación? —sorprendentemente esa pregunta salió de ella, aún sin mirarlo y apretando la sabana a su pecho.

— ¿Aún quieres hacerlo? —preguntó él de vuelta, escuchándose serio y tal vez un poco incrédulo.

En silencio ella solo asintió, y lo miró cuando lo sintió mover sus piernas bajo ella, probablemente queriendo levantarse, así que se alzó y echó a un lado para que pudiera levantarse. Su falta de palabras lee provocó mirarlo, sintiéndose repentinamente insegura y algo rechazada, pero pensó que solo eran sus propios miedos hablando cuando vio como él terminaba de quitarse el pantalón apresuradamente y guardaba su miembro dentro de sus boxers, dejando al aire un pequeño siseo lastimero cuando la opresión de la prenda volvió a envolverlo.

Caminó apresuradamente y con las piernas levemente abiertas hacia la puerta, deteniéndose antes de incluso tomar la perilla y volvió, estrellando sus labios contra los de ella.

—Volveré enseguida —susurró y luego de un par de besos más, salió, dejándola suponer que iría a su propia habitación.

Ya estando sola exhaló, liberando el aire que no sabía que retenía.

Sin cuidado se tiró hacia atrás, casi golpeándose la cabeza con la madera a los pies de la cama y contempló su techo, repesando todo lo que había acontecido ese día.

Al principio del día se había despertado pensando en la discusión que habían tenido el día anterior y a pesar de todo había estado decidida a pasar de él por el resto del día, siendo su meta rápidamente destruida cuando la pequeña voz de Mina la llamó desde su puerta cerrada, entonces molesta y escandalizada había bajado con la firme convicción de amonestarlo por dejar que la pequeña sola en un tercer nivel para despertarla, pero incluso en esa situación había sido derribada.

Dos objetivos destruidos en menos de los primeros cinco minutos de su día.

Luego él le había dicho que saldrían, pasarían el día juntos, que tendrían tres citas solamente él y ella mientras la pequeña niña era dejada al cuidado de sus amigos.

Primero tuvieron un picnic, Naruto había preparado toda la comida y había sido absolutamente fantástico, y aunque nunca lo dijera, estaba un poco celosa de que él tuviera una mano tan buena para cocinar.

Luego fueron a ver una película que se suponía debía ser de terror, pero que en cambio le había provocado algo de sueño, Naruto, por otra parte, estaba notablemente afectado incluso si él lo negaba y le tomó la mano con la excusa de que buscaba confort.

Más tarde asistieron al festival y sin duda alguna había sido la parte más divertida de todas, habían jugado en muchos de los puestos que en esta se encontraban, y ella descubrió que era sorprendentemente buena en ellos, incluso en ese obviamente trucado puesto ¡casi había mandado a un hombre al hospital!

Vieron los fuegos artificiales juntos y se besaron… mucho.

Todo fue rápido a partir de ese momento; las manos, los labios, los susurros y los suspiros.

Y ahora estaba aquí, desnuda sobre su cama, esperando que volviera con un preservativo para que pudieran tener relaciones.

Casi se había acostado con él sin ningún tipo de protección.

Ella no era ajena a las consecuencias que eso hubiera traído y obviamente él tampoco, pero el calor del momento había sido mucho y no había estado pensando con claridad.

No estaba lista para esas consecuencias ¡por Dios! Ella ni siquiera podía mantenerse por sí misma y mucho menos podría salir adelante con una criatura.

Y no es que un embarazo sería lo más absolutamente horrible que podría pasarle teniendo en cuenta la cantidad de enfermedades de transmisión sexual existentes, pero al menos en ese asunto Naruto parecía ser responsable en ese sentido, incluso siendo muy sexualmente activo había visto varias cajas de preservativos desechadas y no había sido una sola vez en las que se había topado con sobres que contenían pruebas negativas para ETS –y no es que hubiera husmeado, pero como futura estudiante de medicina, le daba curiosidad cada vez que veía algún análisis de algún hospital por ahí… y no habían muchas cosas para leer en el baño-.

Naruto era un buen padre, lo había presenciado ella misma en todas sus interacciones con Minako, pero también podía ver que se esforzaba más de lo que cualquier chico de su edad debería, y agregarle una segunda responsabilidad a eso sería demasiado, entonces, independientemente de lo que pasara después de esa noche, deberían pensar las cosas con más detenimiento para evitar… inoportunos.

Pudo escuchar pasos rápidos fuera de su puerta que iba de aquí para allá y de allá para acá, y tembló levemente ante la espera.

Pero pasaron uno, dos, tres, cinco minutos y él simplemente no entraba.

Eso era extraño.

Los pasos se detuvieron y esperó unos segundos antes de ponerse de pie, envolviendo la sabana a su cuerpo y caminando hacia su puerta, abriéndola sin encontrar a nadie en frente, pero cuando miró hacia la izquierda vio a Naruto agachado con la espalda contra la pared, ambas de sus manos cubriendo su boca y nariz y su mirada parecía perdida, lo cual le preocupó.

—No tengo —susurró él antes de que ella pudiera formular alguna pregunta.

— ¿Qué?

—No tengo condones —repitió descubriendo su boca y volteando a mirarla, parecía dolido y derrotado.

Una suave risa de deslizó de sus labios.

—Naruto —se acercó a él y se agachó a su lado, tomando con su mano libre una de las de él —no los necesitamos para hacer otras cosas —se puso de pie y haló su mano para que él hiciera lo mismo y luego lo dirigió de vuelta a la habitación, no sin antes reírse un poco de como el labio inferior de él tembló.

Cerró la puerta tras ellos y lo dirigió a la cama, haciéndolo sentar y ella se deslizó entre sus piernas, quedando de rodillas frente a él.

Y sonrió.


Se quejó cuando sintió el sol directamente en su cara.

Abrió levemente los ojos, un poco confundida al ver como las cortinas destinadas a evitar que los rayos del sol penetraran a su habitación se encontraba corrida hacia los lados, dejando ver el brillante día que se vivía en el mundo exterior.

Con cansancio se levantó para cerrarlas, pero cuando llegó a las ventanas se tiró rápidamente al piso luego de ver el leve reflejo de sí misma en el cristal, tratando de ocultarse.

¡Estaba desnuda!

Y los recuerdos de la noche anterior volvieron a ella en un parpadeo.

El calor de su rostro ya no se debía al sol.

Gateó rápidamente hacia la cama y volvió a tomar las sabanas para taparse, casi soltándolas al instante cuando vio las manchas secas que esta tenía. Tomó su toalla que se encontraba en la silla de su escritorio, pero antes de envolverse en ella algo en su espejo le llamó la atención. Apenas abrazó la tela a su pecho, solo cubriendo levemente la parte anterior y se acercó al espejo, observando atentamente su propio reflejo.

La mancha morada entre su clavícula y su cuello era muy notable, algo grande, la sensación física del momento en el que él besó y chupó su cuello volvió a ella, como su él estuviera haciéndolo nuevamente. Bajó un poco la toalla y reveló otro hematoma un poco más pequeño pero de igual coloración. Pasó levemente su dedo índice sobre este y siseó levemente ante el dolor en la zona sensible. Siguió bajando, encontrando tres más cerca de su ingle y otros dos en la parte interna de su muslo interno.

Se sonrojó y abrió un poco sus piernas para observarlos mejor, también los tocó y estos no dolían tanto como el que estaba en su pecho.

Se mordió los labios y con lentitud movió la mano hacia su entrepierna, el torbellino de sensaciones volvió a ella mientras cerraba sus ojos y recordaba todo lo que había experimentado en esa área solamente unas horas atrás.

Recordaba su aliento, sus dedos y su lengua, era extraño como su cuerpo reaccionaba a un estímulo que no existía, y cuando intentó recrear una sensación real…

No se sentía igual.

Dejó caer su mano y con mal humor miró hacia la cama, por primera vez en todo el tiempo en el que había estado despierta se preguntó cuándo se había despertado él.

Suspiró y decidió que lo mejor era darse un baño y empezar el día, y cuando bajó las escaleras ya lista para un tranquilo domingo, la puerta principal se abrió y Naruto entró con Mina sobre sus hombros y una bolsa de alguna farmacia en las manos, ambos se detuvieron y se quedaron mirándose en silencio, hasta que la pequeña rubia pareció exasperarse y empezó a dar brinquitos sobre los hombros de su padre.

—Yo…umm… hola —fue lo único que salió de la nerviosa boca de Naruto cuando se acercó —Siento que tuviera que irme tan temprano, yo… tenía que ir por Mina antes de que Sasuke decidiera mandarla por correo —trató de decir con humor.

Ella solo lo miró sin decir nada, y eso pareció haberlo intimidado.

—T-traje esto —levantó la bolsa, su voz salió más fina de lo normal —espera —y empezó a revisarla hasta que sacó algo y se lo extendió.

Cuando Sakura tomó el pequeño sobre de pastillas y pudo leer el nombre, se sonrojó y lo miró sin entender.

—Yo he leído qu-que el… también podía provocar un…a las mujeres —decía haciendo raros movimientos son su mano libre, pareciendo no ser capaz de decir ciertas palabras o lo estaba evitando.

Ella asintió, tampoco siendo capaz de decir una palabra.

Unos minutos más de incómodo silencio pasó hasta que Naruto empezó a subir las escaleras, no sin antes darle un rápido beso en la mejilla que provocó que ella lo siguiera con la mirada, viendo como Mina también le arrojaba un beso con una mano y un ruidoso sonido de "muak".

Sonrió como estúpida por un buen rato.

Esa tarde, luego de ir a comer algo y volver, los tres se encontraban viendo una película en la sala de estar, Mina, que últimamente estaba muy investida en toda la filmografía de Barbie, había lanzado una rabieta que había logrado que "Barbie y las doce princesas bailarinas" se estuviera reproduciendo en la TV.

Mientras la niña estaba tirada en el piso rodeada de cojines, ellos se mantenían en el mueble, Naruto rodeándola con el brazo luego de un acercamiento incomodo casi una hora antes.

—Hoy pasó algo raro —dijo Naruto de la nada, manteniendo la voz baja para no molestar a la niña, pero lo suficientemente alto para que ella lo escucharas.

— ¿Qué cosa? —preguntó mirándolo levemente y con el mismo volumen, aun tratando de mantenerse al día con la película.

—Bueno, ¿Sabes cómo Sasuke y Mina siempre están evitándose o gruñéndose entre ellos? — Ella asintió, esos dos siempre habían sido muy vocales –o tanto como Mina podía ser –sobre la animosidad entre los dos —Bueno, hoy cuando fui por ella casi me da un infarto cuando lo vi cargando a Mina ¡Y ella lo estaba abrazando! —dijo sorprendido, como si recién lo estaba viendo.

Ella también estaba sorprendida, pero no lo suficiente como para no ver la película.

—Normalmente cuando está con ellos Hinata es quien siempre la tiene, pero hoy quien la tenía era Sasuke, y parecía como si no me la quisiera dar.

—Bueno, tal vez sea algo bueno —y cuando volteó a mirarlo vio una mueca incrédula y ofendida en su rostro —a lo que me refiero es que ¿tal vez está teniendo deseos paternales?

Él se rió.

—Pff, primero, "deseos paternales" suena muy raro, segundo ¡eso es imposible! Sasuke con hijos… hasta decirlo es absurdo

Ella lo miró y fue realmente gracioso ver como su rostro cambiaba de burla a duda y luego a preocupación y espanto, le tomó todo de ella el no reírse.

Se puso de pie una vez la película terminó.

—Voy a preparar las cosas para mañana —dijo mientras se ponía de pie y estirándose.

Naruto se agachó y tomó a Mina, quien parecía haber tenido un rato ya dormida.

—Espera, voy contigo —y apagó la televisión para luego subir las escaleras.

Ambos entraron a la habitación de la niña y la acostaron, Sakura se aseguró de que tuviera a su peluche para dormir favorito cerca de ella en caso de que despertara en su búsqueda, luego salieron silenciosamente y cerraron la puerta, no queriendo despertarla.

Ya fuera, ella empezó a caminar hacia su habitación, pero luego de tres pasos Naruto la agarró y la aprisionó entre la pared y su cuerpo, no perdiendo en tiempo para besarla otra vez y las ansias de la noche anterior volvieron a ella.

—Yo… compré condones —dijo él y ella tembló sabiendo lo que implicaba, entonces lo besó y luego asintió, tomándole una mano y liberándose para caminar hacia la puerta y la habitación de él —No, espera…

Se detuvo.

—Mejor en tu habitación

¿Qué?

—Pero tu habitación está más cerca —dijo —y los preservativos…

—Tengo algunos en mi cartera —fue la rápida respuesta que él le dio mientras le halaba la mano, y no evitó pensar en lo raro que era.

Quería refutar aquello, pero cuando sus labios volvieron a ella fue callada y todo lo que podía decir olvidado.

Pronto se encontró a si misma envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Naruto y devolviéndole el beso a ojos cerrados, tan apasionadamente como él.

Sus piernas también se envolvieron alrededor de su cintura y el rubio, sin romper el beso, caminó hacia la dirección opuesta a su propia habitación, abriendo la puerta de ella con más facilidad que la noche anterior, y antes de que entraran a la habitación ella abrió los ojos, dándole una última mirada a la puerta del rubio antes de que este entrara a la de ella y cerrara la puerta tras él.

Y a partir de ahí, solo fueron manos, labios y… otras cosas.


Y aquí es donde la imaginación de ustedes hace el trabajo restante.

Ya hay un final específico, y está cerca.

Realmente había perdido la inspiración para esta historia, pero como me niego a olvidarla y dejarla sin terminar, aquí estamos.

Estoy determinada a terminarla a pesar de que practicamente estuve actualizando un capítulo por año, este año si la termino, ahora de verdad.

Y sinceramente, pienso que les va a gustar lo que tengo pensado para el final (Si es que alguien aún lee esto)