Hola a todas y todos, aquí por fin les traigo el capítulo 12 de mi fic, me ha costado un montón terminarlo, tanto trabajo y cansancio dificultan a veces hacer las cosas rápido, pero gracias a sus comentarios sus alertas y demás es que no me doy por vencida y sigo escribiendo esta historia que es para ustedes con cariño.
Los personajes no me pertenecen, pertenecen a la gran Naoko Tekeuchi autora de Sailor Moon, yo solo los hago representar mis locas ideas…
Espero Disfruten este capítulo…
CAPITULO 12
RESULTADOS
-Imaginé que estarías aquí –
- ¿Que quieres Amy? – preguntó mientras deba otro golpe al saco de boxeo.
- Pensé que necesitarías hablar –
- No deberías pensar tanto Amy, ese es tu MALDITO problema siempre estás pensando – Golpeaba con más fuerza.
- ¿Qué demonios te pasa Darien? Que hayas peleado con Serena no te da derecho a desquitarte con migo – Dijo molesta.
Golpeó el saco con todas sus fuerzas emitiendo un sonoro gruñido – Maldita sea Amy ¿Qué demonios me pasa? No sé que es todo esto, me siento como un idiota… – suspiró y bajó el tono –…Lo siento cariño, yo no quise… -
- Tranquilo lo sé – ambos se sentaron en el piso del gimnasio, recostando sus espaldas al espejo de la pared – ¿Entonces…? –
- ¿Entonces qué? –
- ¿Quieres hablar de lo que pasó? –
- No lo sé –
- Vamos Darien déjalo salir, soy tu amiga, solo quiero que te desahogues, no es bueno que te guardes las cosas, al final eso termina haciéndote más daño –
- Sabes… No entiendo qué pasa con migo, normalmente la hubiera hecho mía desde la primera noche, sin importarme nada, simplemente hubiera tomado lo que me pertenece… pero no lo sé… no pude… todo es diferente… Con ella es diferente. Al principio me decía que era porque me hacía sentir culpable haberla arrastrado hasta aquí pero…-
- Pero ¿Qué? –
- Pude haberla dejado ir ese día Amy, pude hacerlo, pero no lo hice… No lo hice porque en el momento que la vi a los ojos me atrapó – Suspiró – Maldita sea me atrapó… Ahora me arrepiento por hacerla vivir este infierno, pero no puedo evitar sentirme como me siento – Se masajeo el cuello – Ella ama a otro… -
- Sí, a Adrew, lo sé –
- Y a mí me dan ganas de encontrarlo y desmembrarlo, de molerle cada hueso del cuerpo y sacarle los ojos, pero antes quisiera preguntarle que hizo para que ella lo amará así –
- Darien, tienes que entenderla, tú la trajiste contra su voluntad, y a pesar de lo que tú quieras, ella tiene una vida afuera y en cuanto salga de aquí va a retomarla y tú te volverás solo un mal recuerdo en su cabeza, por eso deberías aprovechar el tiempo que va a estar aquí y tomar lo que tiene para ofrecerte… No le puedes pedir amor, pero ella está dispuesta a entregarte otras cosas, así al menos te quedará eso cuando se haya ido –
- Lo intenté, te juro que lo intente, cuando desperté rodeado por sus besos decidí que no me importaba nada más que tenerla, aunque fuera solo su cuerpo, me dije que aunque no consiguiera su amor al menos conseguiría que me deseara, y me deje llevar por sus caricias, por sus besos – Cerro los ojos tirando la cabeza hacia atrás - ¡Dios esos besos me enloquecieron! Pensé que ella también disfrutaba de lo que yo le hacía, la escuche gemir, correspondía a cada caricia, se comportó tan receptiva… pero entonces… entonces… -
- ¿Entonces qué Darien? –
- Entonces lo llamó a él… -
- ¿A quién? –
- ¡Al tal Andrew maldita sea! – Gruño – Te juro que tuve que salir de ahí de inmediato o iba a terminar ahorcándola - dijo molesto - Ya había asimilado el hecho que no me amara, que amara a otro, eso lo puedo soportar… pero que llame a otro en la intimidad… eso me supera… por lo menos quiero que cuando estemos juntos piense solo en mí, se entregué a mí, no que piense en otro –
- Cielos Darien, lo siento, sabía que algo había pasado, pero no sabía qué… Nunca me lo hubiera imaginado –
- Si claro, como si Serena no te lo hubiera contado todo… No me creas tan ingenuo Amy… Yo se que solo querías escuchar mi versión, levantarme los ánimos y eso… Adelante, dime ¿Qué te dijo ella? –
- Nada… de verdad no he hablado de esto con Sere–
- ¿Entonces como supiste de nuestra pelea? –
- Cuando la fui a buscar al cuarto la vi afectada, me comento que había tenido un altercado con tigo, que se sentía súper mal por lo que había pasado, pero no pudo contarme nada más, no hubo tiempo, me dijo que después me contaría todo–
-¿Qué prisa tenía? ¿Por qué no pudo? – Preguntó intrigado
- Porque Diamante la estaba llamando, de hecho por eso es que fui a buscarla… él me pidió que… -
- ¡Te volviste loca Amy! ¿Por qué diablos no me dijiste antes que Serena está con Black? –
- No me pareció tan importante, Diamante solo dijo que necesitaba hablar con ella, no parecía pretender nada más –
- ¡Carajo Amy! Él siempre pretende algo más – se levantó angustiado levantándola a ella también – ¿Están en la Biblioteca? –
- Creo que sí… Pero Darien, él quería hablar con ella a solas, fue muy enfático en esa parte… por favor Shields no hagas nada de lo que te puedas arrepentir o que pueda causarles problemas –
- ¿Pero como pretendes que me quede aquí tan tranquilo esperando a que ese lunático le haga quien sabe que a mi princesa? – Dijo alterado
- ¡Darien ubícate por Dios! – Lo sacudió la peliazul - ¿Tu princesa? ¿Hace un rato querías ahorcarla y ahora es tu princesa? – Dijo exaltada
- Tengo que buscarla – Intento salir, Amy lo detuvo
- No, no tienes que hacerlo, tienes que esperar a que termine su reunión con Black, ya te dirá lo que ocurrió, por el momento no puedes ponerte en riesgo ni arriesgarla a ella irrumpiendo en la biblioteca en el estado en el que estás, pareces un loco, piensa bien las cosas –
- Me desespera no hacer nada sabiendo que está a solas con él –
- Mejor ve a tu habitación, toma una ducha fría y espera a que ella regrese, estoy segura que Black no va a intentar nada extraño, no por el momento, será un degenerado, pero sabe que si rompe sus propias reglas esto se volvería una anarquía completa, no le conviene, hay mucho en riesgo – Intentó tranquilizarlo – Además, si quisiera hacerle algo, ya lo habría hecho ¿No crees? Ha tenido muchísimas oportunidades de hacerlo mientras tú estás de viaje, si no intentó nada antes ¿Qué ganaría con hacerlo ahorita? –
- Sí, tienes razón, pero no puedo evitar sentirme así –
- Lo sé, anda, vamos a tu cuarto para que esperes ahí… Serena ya debe estar por regresar, ya llevan bastante rato reunidos, así que tranquilo –
- Créeme Amy es más fácil decirlo que hacerlo – Terminó el pelinegro saliendo del gimnasio en compañía de su amiga.
- Adelante -
- Me mandó llamar señor Black – Dijo una muy asustada rubia.
- Pasa pequeña, no tengas miedo – Dijo mientras se sentaba en un elegante sillón frente a la chimenea – Por favor acércate más, siéntate cerca de mí, ya te dije que no tienes de que temer, yo no muerdo… a menos que me lo pidas claro – Agregó lo último con una retorcida sonrisa.
- Gra… gracias – Dijo Serena, intentando controlar los nervios y mostrando una risa que más bien parecía mueca de dolor – Me dijo Amy que quería hablar con migo –
- Sí pequeña, así es – Sonrió – ¿Gustas algo de beber o comer? Luna acaba de traer café recién hecho y repostería acabada de salir del horno… o no sé si quieres algo más fuerte – Ofreció.
- Café está bien gracias – No quería nada, pero despreciarlo podría ser un grave error.
El platinado le ofreció una sonrisa, en apariencia amigable, mientras servía café, pero Serena no se confiaba de ese hombre sin alma. Estaba sumamente asustada, la verdad temía que la hubiera llamado para anunciarle que Darien la había cambiado y que ahora él era su amo y señor; la verdad, por lo ocurrido hacía un rato y por la forma en que Darien había salido de la habitación, no le extrañaría nada.
- Señor Black… yo… -
- Por favor Serena, nada de formalidades, llámame Diamante –
- Sí… yo… este… bueno… - intento sonreír – Señ… Dia… man… te – Susurro
- Ves no fue tan difícil – hiso gesto de satisfacción – Ahora pequeña, te preguntaras por qué te hice venir ¿Cierto? – La miró fijamente, examinándola con la mirada.
- Sí – apenas se escuchó su respuesta.
- Pues veras hermosa, esta, aunque me encantaría que fuera una reunión de placer – arrastró cada silaba de la última palabra – se va a limitar al trabajo, tenemos que hablar del negocio que tu y yo tenemos pendiente – Serena solo lo miraba – ¿Hace cuanto instalaron los equipos? ¿Un mes, un poco más un poco menos? –
- Si un mes más o menos – contesto ella
- No había preguntado antes porque quería darte un poco de espacio, ya sabes, para que te acomodaras preciosa, pero creo ya es tiempo que pida cuentas del trabajo que supongo has estado haciendo… Así que dime ¿Que tienes para mi pequeña? – Sorbió su café.
- Bueno… creo que lo más importante es que ya logré entrar en el servidor de la policía local – Dijo mirando su taza de café como si fuera lo más interesante del mundo.
Diamante casi se atraganta con la noticia – ¿Qué dices? – Logró decir sorprendido.
- Eso… que ya hackie el servidor de la policía local, pero he tenido problemas para entrar a las bases de datos y archivos privados, tienen bastante seguridad, la mayoría están encriptados, pero también logré infiltrar un virus en las claves, solo estoy esperando que alguien ingrese al sistema usando alguna de las claves que infecte y eso me va a dar acceso a todo – Explicó
- Increíble, simplemente increíble – Dijo – ¿Sabes a cuantos pseudo genios de la computación contraté y no lograron nada en más de un año? –
- Pues… -
- Demasiados Serena, más de los que te puedas imaginar – continuó – Y ninguno sirvió para una mierda, así de simple… Créeme el mundo no los echara de menos –
Serena abrió los ojos de par en par "…el mundo no los echara de menos" ¿Había dicho? Dios santo… ¿Entonces los asesinó?, pensó preocupada.
- En cambio tu, eres un estuche de monerías – Se acerco y se paró detrás de ella, le acaricio una mejilla desde atrás, ella se escalofrió, se acerco para susurrarle al oído – hermosa, inteligente, capaz… simplemente perfecta– olio su cuello.
Serena se petrifico, estaba aterrada, ahí, sola a merced de ese hombre horrible… Pero tenía que mantener la calma… cualquier movimiento en falso podía ser usado en su contra – Gra… gra… gracias… señor… di…digo… Diamante – tragó grueso y respiró profundo para aclarar la voz que le salía quebrada – es usted muy amable en decirlo – Sonrió algo nerviosa.
- No es amabilidad pequeña, es la verdad – paso un dedo por la extensión del brazo de Serena – ahora sigue diciéndome más sobre tus avances – se sentó de nuevo, Serena recuperó el color.
- Pues verá, creo que estoy bastante cerca de conseguir algo importante… pero debo seguir trabajando… ya sabe el tiempo corre –
- Es una verdadera lástima… - se acercó de nuevo a ella.
- ¿Qué cosa? – cuestionó la rubia temiendo escuchar la respuesta.
- Que seas tan inteligente, eso me hace perder la esperanza de tenerte para mí - Se situó tras ella de nuevo y posó sus manos en los hombros de la muchacha masajeándolos – Shields tiene mucha suerte… y yo soy muy generoso por permitirle quedarse con tigo – De nuevo se acerco a su oído – Aunque… si tu quisieras podrías estar con migo y ser la señora de todo este lugar – le acarició los brazos y olio su cuello - mmmm, eres tan suave y hueles tan bien – La levantó y la pegó a su cuerpo, un brazo le atrapaba la cintura y con la otra mano la tomó de la barbilla y le levanto la cara – Te daría todo… dinero… poder… y más pasión de la que podrías esperar – Se acercó para intentar besarla.
- Yo estoy con Darien… le pertenezco a él… usted mismo lo dijo – susurró la rubia de forma atropellada, casi pegada a los labios del peliplata, que se detuvo al escucharla y sonrió de forma tal que a Serena se le bajó la sangre a los talones – Sí… decisión de la que me arrepentiré el resto de mi vida, pero tiene solución, tú tienes la elección en tus manos… el imbécil de Shields rechazó la jugosa oferta que le hice a cambio tuyo, al parecer le importas más de lo que debería – rio por lo bajo de forma macabra –Pero en tus manos está la última palabra, yo pondría el mundo a tus pies y tu solo tendrías que arrodillarte ante mí… complacerme… cumplir mis deseos... no es un precio tan alto que pagar por lo que obtendrías a cambio… y ¿Por qué no? hasta lo disfrutarías – Mordió su labio inferior suavemente, Serena se quedó helada.
- Yo… yo… no pu… puedo estoy con Darien – fue lo único que pudo decir.
- Bueno… si tanto te importa… podríamos mantenerlo en secreto… solo tú y yo lo sabríamos… él ni siquiera tendría que enterarse… - Todo lo decía con su rostro pegado al de ella – Si se tratara de alguien más ya lo hubiera sacado del medio… pero él es mi mano derecha… aún me es útil… así que no puedo despacharlo… pero tú puedes hacernos felices a ambos y nadie tendría que saberlo – la besó de forma hambrienta, ella no pudo corresponder, se paralizó, Diamante la apretaba cada vez más contra su cuerpo, estaba asqueada, pero demostrarlo sería su fin. Cuando por fin él la soltó estaba aturdida – Yo… no puedo… yo… estoy con Darien…- Repitió como autómata, el soltó una carcajada – Ya veo… no te preocupes pequeña… medita mi propuesta… ambos sabemos que te conviene – sonrió de nuevo - por el momento te puedes retirar – volvió a su asiento, Serena estaba paralizada, parada con los pies pegados al piso mirándolo fijamente – Anda pequeña…vete a continuar con tu trabajo, pronto pediré cuentas de tus avances nuevamente, así que mejor apúrate… a menos claro que quieras quedarte aquí con migo y pasarla bien – esas palabras la sacaron de su trance – Yo… no… está bien… adiós– Y salió tan pronto como pudo, manteniendo la compostura para no parecer desesperada, al cerrar la puerta pudo escuchar las carcajadas de Diamante… ella por la pronto necesitaba un baño, se sentía sucia y asqueada.
Darien estaba fuera de sí, completamente desesperado, llevaba casi media hora esperando que Serena volviera, no había ido a patear la puerta de la biblioteca hasta tirarla para sacar a Serena de ahí, solo porque pondría en riesgo a la rubia con eso – ¡Maldita sea! ¿Cuánto tiempo va a tenerla ahí encerrada?... si no regresa en treinta segundos la voy a sacar… no me importa si me matan en el intento – Se dirigió a la puerta lleno de coraje y dispuesto a todo, la abrió de golpe y se detuvo en seco… Serena estaba ahí de pie frente a la puerta de la habitación como una estatua, temblando como un conejo y con la cabeza baja mirando al suelo – ¿Se…Sere? – Ella levantó la vista y sus miradas se encontraron, el corazón de Darien dio un vuelco al ver los celestes ojitos inundados en lágrimas que amenazaban con salir, se quedó clavado al piso – Princesa – susurró, ella se lanzo a sus brazos - ¡DARIEN! – se enterró en su pecho y empezó a llorar desconsolada, él la abrazó tan fuerte como pudo y la metió al cuarto sin soltarla, con el pie cerró la puerta - ¡Dios Santo princesa! ¿Qué te hizo ese maldito? – le acariciaba la cabeza - Darien, Darien, Darien – Era lo único que decía la muchacha entre sollozos, el pelinegro decidió esperar a que ella se terminara de desahogar para poder averiguar lo que había pasado… se sentó en el sillón y la recostó a ella sobre su regazo reconfortándola con suaves caricias, Serena lloró hasta quedarse dormida, él la estuvo mirando durante más de una hora, la dejó descansar y decidió darse una ducha para aclarar sus ideas, así daba tiempo para que ella despertara.
Serena estaba sentada en el sofá desperezándose cuando lo vio salir del baño secándose el cabello con una toalla, llevaba puesto solamente un vaquero, le ardían los ojos de tanto que había llorado y se sentía desolada, se levanto y se acercó a él despacio, lo miró fijamente, Darien tenía una extraña expresión, Serena supo que intentaba descifrar lo que pasaba por su cabeza en ese momento, pero pronto lo sabría, ella se acercó aún más, tomo la cara del pelinegro entre sus manos se paro en puntas, acerco sus rostros y lo besó, de forma dulce y pausada, Darien se quedó helado, pero la calidez de los besos que la rubia le daba hiso que tirara la toalla al piso y la abrazara por la cintura acercándola más a él y correspondiendo a esos besos de la misma forma tierna que ella lo hacía, no entendía que pasaba pero tampoco le importaba, se sentía envuelto en una ensoñación, después de un rato ella separo su unión haciendo que él gimiera en protesta por su ausencia, ella lo abrazó fuerte y él correspondió – Gracias – Susurró la rubia recostada a su pecho desnudo - ¿Gracias por qué? – cuestionó el pelinegro – Por consolarme hace un rato, por no dejar que me hagan daño en este lugar, porque a pesar de as circunstancias que me tienen aquí me cuidas y por no… - la rubia hiso una pausa y respiró profundo - … por no haber aceptado cambiarme, por no haberme cedido a Diamante – Levanto la mirada para encontrarse con los ojos zafiro del muchacho – por todo eso gracias Darien –
El ojiazul tragó grueso, se sintió terrible, era su culpa que ella estuviera pasando por todo eso, el la había arrastrado hasta ese lugar, la había retenido, la había puesto en peligro, no solo a ella, a su familia también y la había hecho sufrir todo este tiempo por su egoísmo, porque la deseo desde el primer momento, porque no quería alejarse de ella, y ahora esa rubiecita tan frágil, a la que había atropellado de tantas formas le daba las gracias… Se sintió cucaracha… la abrazó tan fuerte como pudo – No princesa, tú no tienes nada que agradecerme, todo lo que te pasa es por mi culpa, no me des las gracias, por favor no me agradezcas… tu solo… solo… perdóname, perdóname princesa por hacerte pasar por todo esto… te juro Serena que voy a hacer todo lo que esté en mis manos para devolverte la libertad, cuésteme lo que me cueste te voy a devolver lo que te robé… pero por favor perdóname, yo sé que es difícil, que estoy pidiendo demasiado…- ella lo detuvo cubriéndole la boca con dos dedos y lo miró a los ojos.
- No te preocupes Darien, yo ya te perdoné… no sé por qué pero ya lo hice, de hecho me reconforta estar con tigo – Él no pudo resistirlo más y la besó de nuevo, esos labios suaves y dulces lo hacían perder la razón.
El sonido de golpes en la puerta los saco de su letargo – Alguien toca Darien – susurró la rubia - ¡Venga más tarde quien quiera que sea! – Grito el pelinegro sin querer separarse de la muchacha.
- Darien, soy yo Amy, por favor dime que ya Serena está con tigo… -
- Si Amy aquí estoy – contestó separándose de Darien y yendo a abrir la puerta.
- Gracias al cielo Serena, no sabes el alivio que siento al verte aquí – dijo Amy abrazando a la rubia.
- Si tranquila amiga estoy bien –
- Amy ¿Qué pasa? – cuestiono Darien
- Nada… yo solo… pues me preocupe por Serena – miró al piso
- Te conozco Misuno y se cuando mientes, dime qué demonios pasó, tú no te preocupaste solo porque si y hace rato estabas tranquila… ¡Dime que carajos pasó! – exigió el muchacho, Serena parecía no entender.
- Yo… bueno… es que… hace unos minutos me tope a Hotaru en la entrada, estaba bastante apurada, la detuve para saludarla y le pregunte cual era la prisa… - Miró a Serena, luego a Darien - … Me dijo… me dijo que… que Zafiro había mandado llamar a su padre hacía un rato por una emergencia, y Tomoe la llamó de urgencia a ella porque al parecer la situación había sido más complicada de lo que esperaban… no me explicó bien… pero… al parecer a Diamante se le pasó la mano con una muchacha en la biblioteca y la dejo muy mal… - Explicó – Me preocupé porque recordé que Sere estaba reunida con él en ese lugar, pero me alegra saber que estas bien – Suspiró y miró a la rubia que se había abrazado a Darien y se mostraba asustada.
- Maldito Diamante – espeto el muchacho apretando fuerte a la rubia.
- Bueno yo solo quería cerciorarme que Sere estuviera bien y agradezco al cielo que así sea… yo los dejo solos, Richarth me está esperando - Se despidió
- Si chao Amy… - Susurró la rubia
- Te veo luego – Dijo el pelinegro.
Cuando Amy se había ido Darien se dispuso a hablar con Serena, ambos se sentaron en el sofá – Princesa ¿Que fue lo que pasó? ¿Por qué volviste tan alterada? ¿Diamante te hiso algo? – Serena le contó lo ocurrido con Diamante anteriormente, Darien se enojaba mas con cada palabra – No puedo creerlo ¡Maldita sea! No puedo creer que te haya besado y menos que te propusiera eso, claro como yo no acepte su intercambio quiso pasarse de listo con tigo… ¡Demonios!-
- Está bien Darien, las cosas no pasaron a mas… solo me preocupa la próxima reunión que quiera tener con migo… no quiero que me vuelva a tocar… ¿y si me quiere obligar? – Dijo preocupada.
- No te preocupes princesa, si quisiera obligarte ya lo abría hecho… Pero no creo que deje de intentar convencerte, eso sí, la próxima vez que se quiera reunir con tigo yo te voy a acompañar – la miró – Y la verdad estoy sorprendido de los avances que has tenido con la investigación eres excelente Serena –
- Te lo dije – Sonrió orgullosa – Ya vas a ver, voy a obtener mi libertad antes de lo que piensas – El muchacho se quedó serio.
- Por cierto, el viernes se va a realizar una importante cena, Diamante nos quiere a todos presentes, posiblemente vas a tener que salir con las muchachas a comprar algo elegante para esa noche –
- Ok… supongo que es un evento importante –
- Importantísimo Serena, muchas cosas dependen de lo que pase en esa cena – señaló Darien un poco serio.
- De acuerdo… ah, y gracias Darien, de verdad te agradezco que me cuides… también siento mucho lo que pasó antes, de verdad no fue mi intención lastimarte, espero que puedas perdonarme por eso, te juro que no va a volver a pasar - Lo abrazó.
- Esta bien princesa, ahora es mejor que vaya a ultimar detalles para la cena del viernes, tengo que arreglar lo de la llegada de los invitados de honor –
- Ok… yo creo que me voy a dar un baño para seguir trabajando – dijo levantándose – Ah y Darien, crees que pueda volver a comunicarme con mi familia, te prometo ser cuidadosa – al muchacho no pareció hacerle gracia la idea, pero la rubia lo miraba suplicante.
- De acuerdo – Dijo el pelinegro poniéndose la camisa – Pero quiero estar presente para asegurarme que no vayas a cometer algún error – Se acercó a ella y la besó en los labios – Regreso en un rato princesa – Se despidió dejando a la rubia sumida en sus pensamientos.
Espero les haya gustado el cap y sus comentarios al respecto, ya vamos llegando a la recta final de esta historia…
¡Gracias a todos!
XoXo
Serichigo