El corazón confundido de Sesshomaru I
Sus ojos no paraban de mirar a la joven que caminaba a su lado. No entendía muy bien que era lo que sentía dentro de él. Se trataba tan solo de su humana. Una humana que conocía y le pertenecía desde que era una cría, así que seguía sin comprender porque ahora estaba tan interesado de verla. No debería sentir ansias por ese cuerpo, era un Daiyokai y ella una humana se repito, ¿Que le estaba pasando? Enfermo tal vez. Absurdo.
Él era el Gran Sesshomaru. Claro que sí. Con los pensamientos en orden decidió hablar por primera vez en varias horas.
—Rin si quieres comer búscalo tú misma- su voz sonaba fría pero algo estaba diferente era como si él se hubiera esforzado para que saliera así o tal vez eran tan solo imaginaciones de ella.
—Si amo- respondió.
Sesshomaru se molestó consigo mismo al notar que al ver desaparecer a Rin entre los árboles en dirección al río se sentía más tranquilo. Era indignante y eso sin pensar en como se había dejado dominar por los celos cuando marco a la humana como su mujer y de eso no había vuelta atrás y ahora quería sumarle el hecho querer tomar su cuerpo, eso no eran acciones de su persona.
¿Qué estaba pasando con él? Se preguntó nuevamente. Sabía muy bien que su protegida se había convertido en una mujer realmente hermosa para ser una simple humana. Su olor era embriagante y su cuerpo podría poseerlo sin pensarlo, pero él nunca había pasado por una situación de esa magnitud. El único deseo intenso que había sentido era el de matar a su oponente, ver la sangre correr entre sus dedos después de asesinar le era satisfactorio le hacía desear más. Entonces ahora deseaba cosas tan bajas como aparearse. Estúpidos sentimientos humanos.
Mientras que Sesshomaru se debatía internamente sobre sus acciones, una joven intentaba inútilmente agarrar un pez, pero las cosas no le estaban saliendo muy bien. Además que su mente seguía pérdida intentando conseguir algo lógico para lo que le había dicho su amo.
Rin tú me perteneces
Que se supone que significaba eso, ella nunca dudo que le pertenecía, pero siempre pensó que para su amo era indiferente, ahora todo cambiaba con esa frase, al parecer existía mucho más en el fondo de él que ella no vislumbro. Su único deseo era estar a su lado y darle lo que le pidiera. Ella jamás soñó que su amo le diría cosas como esas, pues ella pensó que simplemente la veía como una humana débil nada más. Decidió dejar de lado eso para poder concentrarse en su labor porque si no nunca terminaría de atrapar a ese estúpido pez.
—Oye quédate quieto – le gritaba esperando tal vez que este le hiciera caso- ¡Te tengo!... No, no, no ven aquí.- volvió a decir cuando este se le escapó de las manos.
La joven se giró al escuchar una risa y ahí estaba un chico, su ropa no era de un aldeano común, se veía que la seda con que vestía era fina, muy similar a la de ella misma.
—No te rías – le reprocho mientras fruncía el ceño – estoy segura de que tú no eres capaz de atrapar nada.
—Me estas poniendo a prueba aldeana – dijo con prepotencia subiendo su mentón y con una mirada de superioridad desenfundo su espada y se posiciono en la orilla del río.
Rin le miraba curiosa estaba segura que ese joven era el hijo de algún terrateniente de la zona o algo parecido, era casi imposible que supiera pescar y mucho menos con una espada .Sus sospechas fueron acertadas cuando este casi se cae. Ella no pudo evitar reírse sonoramente y le tendió la mano, este ignoró su ayuda y se paró por su propia cuenta indignado de la burla de la joven.
Es mejor que me vaya, no voy a ayudar a una irrespetuosa aldeana.
—Sí, seguro es esa es la razón – menciono entre risas – Lo sabía tú tampoco puedes hacerlo.
—Es mejor que me tenga más respeto o enviare a que tu familia sea expulsada de mis tierras – amenazo esperando tal vez que ella rogara por su perdón.
—Ni me interesa, yo no vivo aquí así que puede hacer lo que desee- dijo mientras volvía a su tarea de atrapar algo que comer.
—Estúpida aldeana, mi padre conoce a cada terrateniente, no dejara que vivas en ningún lugar...- Rin ignoro su berrinche, tenía cosas más importantes que escucharlo.
—Haga lo que quiera – le interrumpió cansada de su perorata - pues no me interesa así que váyase ya que tengo que terminar con mi labor, niño.
—Mugrosa mujer como te atreves a dirigirte a mí de esa forma- le espeto furioso y alzo su mano para darle una cachetada pero esta la esquivo fácilmente. De algo me sirvieron las lecciones con la señora Sango, pensó orgullosa.- Hare que implores misericordia – grito, pero ella no sentía miedo.
El joven desenfundo su espada y la alzo para hacer un corte en su brazo, pero una mano detuvo la hoja de acero y en un simple movimiento la partió en dos. No era necesario alzar el rostro para saber de quién se trataba.
—¡Amo Sesshomaru!- exclamo contenta Rin.
—Un demonio – grito lleno de pánico el humano mientras daba varios pasos hacia atrás.
—El que va a pedir por misericordia eres tu humano- mientras hablaba se acercaba con paso elegante y en un instante tomo el cuello del humano clavando sus garras en la delgada piel.- es mejor que empieces a suplicar o morirás.
—Yo jamás pediré perdón a un maldito yokai – su voz sonaba entrecortada por la falta de aire.
—No le mate, por favor no, Sesshomaru-sama... Perdónele- Rin miraba al joven con lastima, era tan solo un tonto niño malcriado.
—Gracias amo – reverencio cuando este soltó al humano que como pudo se arrastró hasta desparecer de su vista. Vaya que estuvo cerca de la muerte y no lo agradecía. Negó con la cabeza y miro a su amo.
—Vamos Rin – la chica asintió mientras seguía a su amo, su cara mostraba una deslumbrante sonrisa. Al final no había conseguido ningún pez, pero por lo menos descubrió que su amo tomaba en cuenta sus deseos y eso la hacía muy feliz.
Siguieron caminando por el sendero montañoso, no sabía a donde se dirigían pero le siguió, por suerte consiguió varias bayas y otros frutos secos que fue mordisqueando para poder evitar morir de hambre.
Cuando se hizo de noche y su amo le dijo que se detendrían ahí, se acurruco entre el pasto y su vista se encontraba fija en el cielo estrellado, pero su mente seguía absorta en Sesshomaru, hace tan solo unas horas atrás se encontraba en la aldea y en estos momentos estaba viajando con su señor después de nueve largos años. Era maravilloso.
Su corazón latía feliz dentro de su pecho no podría sentirse más dichosa. Entonces sus dedos tocaron con cuidado las marcas que tenía en el cuello ¿Por qué amo la habría mordido? Se interrogo internamente, tenía todo el día preguntándose eso .Con valentía decidió romper el silencio que se había instalado desde el incidente como el joven.
-Amo Sesshomaru – hablo bajo, él la estaría escuchando así que prosiguió. Por suerte además, en la oscuridad no le veía, eso le daba la ventaja de no tener esos ojos dorados desconcertándola – Usted me podría decir porqué mordió mi cuello.
Sesshomaru no se sorprendió por la pregunta ya imaginaba que la chica en cualquier momento le preguntaría eso, por ende desde hace varias horas atrás tenía un argumente listo para responderle.
—Ya te lo dije Rin para asegurar que me perteneces – dijo simplemente.
—¿Y cómo funciona eso amo? No logro comprenderlo- intento nuevamente, ansiando una respuesta más explícita.
—Rin, cualquiera que se te acerque sabrá que yo soy tu dueño- le dijo — Ahora duérmete mañana partiremos temprano –dando por terminada la conversación.
—Pero amo – intento inútilmente, que se supone que era esa respuesta ¿Es marca duraría por siempre? o ¿Cómo notarían las demás personas que era de él? Tantas preguntas sin respuesta. Porqué su amo tenía que ser una persona de tan pocas palabras. Por una vez le hubiese agrado que el fuese más comunicativo.
—Rin.
—Lo siento Sesshomaru-sama – dijo resignada mientras se acurrucaba en el frío pasto, lo más cerca de la pequeña fogata que había hecho. Cerró los ojos dejándose llevar al mundo de los sueños. Mañana sería un nuevo día, tal vez lograra que su amo revelara algo más.
El cuerpo de su protegida temblaba por el frío. Se había quedado despierto velando su sueño. Pero sobre todo, escuchando las palabras ocasionales que esta había dicho en el transcurso de la noche, aunque era algo de lo que ya estaba acostumbrado, siempre lo hacía desde que era una niña, pero claro en aquel tiempo solo decía cosas como: señor Jaken despiértese o Sesshomaru-sama a donde va y en cierto punto nunca le prestó atención a eso, obviamente eso fue hasta el día de hoy. Su curiosidad se había incrementado cuando ella lo menciono en sueños.
—Amo Sesshomaru- giro su vista pensando que la joven se había despertado pero esta seguía con los ojos cerrados entonces poso su mirada a ver si diría otra cosa y así fue- ¿por qué usted no habla mucho?
Alzo una ceja desconcertado, élno era alguien de muchas palabras y la razón muy sencilla, Le era completamente inútil gastar su tiempo respondiendo cosas obvias o innecesarias si había algo que de verdad valiera su atención, pues él lo respondería.
—¿Me quiere amo? – dijo revolviéndose inquieta, el cambio no movió ni un dedo— ... Cuando yo muriera…me dijo la verdad.-lagrimas corrían por sus mejillas pálidas y su mano apretaba una brizna de grama.
Su mente divago recordando aquella oportunidad. Nunca pensó que ella lo recordara, fue un acontecimiento que ocurrió hace mucho tiempo si lo veía desde la perspectiva de un ser humano, para él fue un simple parpadear de ojos. Los humanos tenían una vida muy corta. Patético. ¿Si la quería? era increíble él se encontraba casi en un colapso mental, por esos extraños sentimientos que llegaban a su mente y ella entre sueños le recordaba lo mismo.
La respuesta la desconocía, le tenía aprecio y si la mataban él se encargaría de hacer sufrir al culpable, pero desconocía cualquier otra cosa ¿Esa humana era especial para él? No, no, y no creía que la extrañaría o eso creyó.
Desde ese momento había empezado a responder internamente las preguntas que hacia su protegida mientras dormía y ahora se había quedado todo en silencio, pero esta seguía temblando así que se vio en la obligación de levantarse y tomarla entre sus brazos.
Sentado nuevamente debajo de un árbol la coloco en su regazo cubriéndola con su estola y sin poder evitarlo empezó a acariciar su cabello, al notar lo que hacía dejo caer sus brazos e intento ignorar la respiración de ella y el latir de su corazón. Era un yokai…
Abrió por fin sus ojos no pudiendo soportar más el fuerte resplandor del sol que daba de lleno en su cara. Cuando por fin pudo levantarse y ver donde se encontraba, su sorpresa fue grande cuando vio que estaba debajo del árbol donde su amo se encontraba la noche anterior .Su mente, lo único que pudo procesar es que camino dormida hasta allá. Se sonrojo al pensar que tal vez dijo algo imprudente entre sueño o alguna acción imprudente. Miro a todos lados hasta que vio a su amo, no se veía enojado, solo estaba con su rostro inexpresivo como siempre. Le regalo una sonrisa algo avergonzada.
—Buenos días, amo Sesshomaru – dijo mientras se erguía con energía.
—Rin apresúrate ya nos vamos – dijo simplemente y desapareció entre las sombras de los árboles.
—Si amo, vuelvo enseguida.
Rin corrió hacia el río a lavarse la cara y arreglar o intentar ordenar su cabello. Consiguió hojas de menta y las mastico mientras regresaba junto a su señor.
Él empezó a caminar y su joven humana lo siguió, pero después de unas horas se dio cuenta que no llegaría pronto a paso humano, así que tomo a la humana entre sus brazos, acción que sonrojo. Quería burlarse, pero no cambio su expresión. En unos segundos una luz los envolvió y ya se encontraba en el cielo.
Rin miraba fascinada el paisaje, claro está, que este incluía en su mayoría a su amo, se sentía protegida entre los brazos de él. Con sus dedos empezó a recorrer los detalles de la armadura, para intentar distraerse. Después de lo que a ella le pareció los mejores momentos de su vida ya se encontraban en la entrada de un palacio. Él la dejo en el suelo sin decir nada y ella tampoco se sentía como para hacerlo. Desconociendo totalmente lo que aguardaba dentro.
Continuara…
Si esta historia de nuevo. Solo estaré editando los capítulos, lo escribí hace varios años y tenía terribles errores, no puedo asegurar perfección, pero hare lo posible por ir arreglando la redacción de los capítulos. Los subiré con dos días de intermedio, es decir, que el miércoles 3 de Agosto subiré el segundo capítulo. Agradezco a las maravillosas lectoras que siguieron mi historia a lo largo de los años y quienes aún lo hacen y agregan este fic a sus favoritos, muchas gracias. Nos estaremos leyendo.
Nahomy H.