Titulo.- ALUCINACIONES.

Disclaimer: Aplicado. Naruto es propiedad única y exclusiva de la mente maestra: Masashi Kishimoto. Yo solo sueño con ellos. T-T.

Rating: K+

Pareja: Minato x Kushina. ¡Arriba mis suegros ´ttebane!

Dedicación: Al concurso "¡Aventuras Sobrenaturales!" del foro "MinaKushi; ¡Irresistiblemente naranja!"

Advertencias: Universo alterno, Minato es un doctor y Kushina aquí es la paciente. También tomo prestado el nombre de autoras que son mis hermanitas.

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ALUCINACIONES

By. Aniyasha

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Minato Namikaze era un doctor renombrado en el área de siquiatría, tenia perseverancia con sus pacientes, y había podido resolver casos perdidos. Ahora directo del país de fuego, fue trasladado a la ciudad de Konoha, en donde llegaban los casos de mayor dificultad, por eso él, había pedido su cambio a ese hospital; Meses después fue aceptado, y en estos momentos sus ojos azules recorrieron la entrada del que sería su nuevo hospital. Se encamino a paso firme y se dirigió a las oficinas de la directora Tsunade.

Una enfermera que se presento ante él con una gran sonrisa, lo pasó a dentro de la oficina de la directora.

Los ojos chocolates de la directora Tsunade, recorrieron sin escrúpulos al recién llegado, era apuesto, soltero, un genio en la medicina, con una edad de 35 años. "candidato perfecto para el amor". Fueron los pensamientos de Tsunade.

-−Tome asiento Namikaze.- − la rubia observo, los ojos azules que la miraban resueltos.- − es un placer para mí que haya querido ingresar a nuestro cuerpo de médicos, tenemos casos realmente interesantes, he leído su expediente, sus experiencias son sorprendentes si me permite decirlo. −- termino con una sonrisa apenas visible en su rostro.

-−El placer es para mí.- −la voz era melodiosa y suave.- −gracias Doctora Tsunade por aceptarme en su hospital.

La rubia cayó bajo el hechizo de esa voz. Y la sonrisa ahora era sincera.

-−llamare a la enfermera Hana, ella será su auxiliar, lo llevara a su oficina y le mostrara los expedientes de los casos en los que puede trabajar.- − alzo el teléfono y dio algunas ordenes por el.

Minato se permitió observar el lugar, la oficina era sencilla pero elegante. No tardaron ni cinco minutos y la puerta se abrió, revelando a la enfermera que muy amablemente lo había conducido ante la directora.

Hana era una mujer realmente hermosa, unos ojos aperlados muy poco inusuales y una larga cabellera azulada, el rostro era lindo, su cuerpo por lo que se podía apreciar, se encontraba perfecto.

−-Con permiso.- − dijo Hana, su mirada recayó en el joven doctor, sus mejillas se tiñeron de rojo.- − aquí estoy a su servicio directora, ¿en que puedo servirla?

Ante la mirada calculadora de Tsunade, no se le escapo el interés de la enfermera, por el que ya, consideraba "su" presa.

-−A partir de este momento serás el auxiliar del doctor Minato Namikaze, su oficina es la que se encuentra a lado del doctor Uchiha.- −se paró de su lugar y se encamino a la puerta, seguida por el doctor y por último a la enfermera.- − que tenga un buen inicio de trabajo, cualquier cosa estoy para servirle.- − dicho esto estrecho la mano del doctor, este simplemente asintió con la cabeza y se marcho, siguiendo a la enfermera.

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Horas después.

En su oficina se encontraba pensando Minato, el lugar no era diferente a ningún lugar de trabajo que ya hubiera tenido, un escritorio, un librero, sillas y la habitación completamente blanca.

El blanco era el color que lo había seguido en toda su vida, la mayoría de sus cosas era de ese color, su ropa, su cuarto, y todo diría que a él le gustaba.

Pero muy en el fondo, sentía que era un color vacio, sin vida.

Hana ya le había entregado diversos expedientes y él estaba comprobando notas por medio del computador, el tratamiento que realizaban a los pacientes era muy peculiar, incluso agresivo a su consideración.

Cansado de tanto leer, miro su reloj, eran ya las cuatro de la tarde, sería bueno tomar un refrigerio, Hana le había mencionado de una cafetería que había en el primer piso.

Abandonó la habitación en búsqueda de relajación, sin embargo su vida cambiaria…

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Sus pasos se dirigieron por el pasillo izquierdo para llegar al elevador, él estaba en el tercer piso, espero pacientemente a que este llegara, cuando las puertas del elevador se abrieron se sorprendió al darse cuenta que en el interior del elevador, una mujer se encontraba sentada sobre sus rodillas, por la bata blanca, sus pies descalzos, se pudo percatar de que era una paciente, pero eso no fue lo que le llamo mas la atención, no, su mirada azul de forma sobrenatural recayó, en el color del cabello de la chica muy poco inusual.

El cabello de ella, que le ocultaba el rostro, era de un tono rojo pasional, algo efusivo, vivo, vibrante, su corazón latió, él cuidadosamente se acerco a ella, pero antes de llegar la mujer alzo el rostro, y ahora unos hermosos ojos violetas lo veían sorprendido.

La mirada azul y violeta se entrelazó, el tiempo se detuvo.

Minato nunca en su vida había sentido lo que en estos momentos sentía. Un sinfín de emociones, la mujer ahí presente había despertado en él, al hombre, no al doctor. Él la veía como se mira a una mujer hermosa, y eso lo sorprendió a un mas, debido a que el poco contacto romántico tenia con las mujeres, nunca ninguna despertaba en él interés, y debido a que su trabajo absorbía su tiempo, dejo de prestarle a su cuerpo atención en ese tipo de cosas, pero en estos momentos, veía a esa mujer demasiado bella, y con una gran tristeza en sus ojos. Él quería quitarle las lágrimas que se apreciaban por sus mejillas y abrazarla. Un sentimiento de protección se activo en él.

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Kushina Uzumaki, miro al doctor que entraba por la puerta del elevador, ella había podido escapar de la habitación donde le aplicaban la ultima técnica contra su esquizofrenia, por un descuido del estúpido enfermero, ella se escabullo y antes de alcanzarla pudo entrar al elevador. Todo lo que quería era un poco de paz y tranquilidad, pero nunca podía encontrarla.

Sin embargo, al mirar al doctor de cabellera dorada y ojos azules, tuvo un sentimiento que creía tener ya muerto, paz, él con su sola presencia ahí parado mirándola de una forma estremecedora, le había dado lo que tanto buscaba, un momento de paz y olvido.

Por tan solo cinco minutos fue libre, se sintió bien consigo misma, se permitió relajarse, ahí , como si de una burbuja los separara del mundo exterior, olvido lo podrida que estaba su vida.

Vio sorprendida como el doctor se acercaba a ella y se sentaba para quedar a su altura, toco ese largo cabello rojo que ella tenía, su mano grande de él tomo un mechón del cabello y lo entrelazo entre sus dedos, una corriente de aire estremeció el cuerpo la pelirroja.

Las manos de él quitaron todo tipo de rastros de lágrimas, con una sonrisa pequeña pero significativa y sin palabras algunas ella, se permitió ser tocada por él.

Un toque suave de cariño, con afecto, algo que hacía mucho tiempo desde que sus padres la encerraron aquí, a la tierna edad de diez años no sentía.

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Pero la burbuja se rompió cuando dos enfermeros con una camisa de seguridad entraron al elevador y la vieron ahí en el rincón.

-−nos has pegado un gran susto, por tu culpa el doctor Uchiha nos regañara.- − dijo un enfermero con agresividad.

Pero antes que alguno pudiera llegar a ella, Minato se levanto y se interpuso entre los enfermeros, que apenas se percataron de él.

-−no es la forma de tratar a un paciente.- − dijo fríamente el rubio, este tendió su mano para que la mujer la tomara.- − ven conmigo, ellos me indicaran a donde tienes que ir.- − él vio, que ella vacilaba, y existía temor en su mirada.- − Disculpa, no nos hemos presentado, Minato Namikaze, soy doctor en psiquiatría.- − sin quitar la mano, le regalo una sonrisa.- − soy nuevo aquí, vamos, yo te llevare.

Ella inconscientemente estiro su mano y toco la firme mano del doctor, se puso a su altura aun que ella era más pequeña en estatura, el calor del cuerpo de él, abrigo el frio que sentía en su corazón.

-−Bien, ahora díganme a donde hay que llevar al paciente.- − agarro firme mente a la paciente de la mano, un enfermero apretó el número cinco en el elevador.

Nadie dijo nada, Minato sentía la pequeña mano de ella aferrada a la suya. Cuando llegaron al piso donde estaban los pacientes, un solo enfermero lo encamino al número de habitación diecinueve, por cada paso que daban, sentía como ella, apretaba mas la mano, al llegar a la habitación, vio como la mujer estaba completamente pálida, el miedo se leía en su rostro.

La pelirroja sabiendo que nada cambiaría su vida, sus pasos se encaminaron a adentrarse al cuarto, su vida era un asco, pero era la única vida que tenia, sus fuerzas se sentían a punto de desfallecer, rendirse era lo más viable.

Al darse cuenta que ella soltó su mano, el vacio que sintió y la opresión de su corazón, no lo dejaban tranquilo, la espalda que era lo que veía de ella, el hermoso cabello largo rojo, el podía jurar que caminaba como si fuera a una muerte segura. Sus pasos se dirigieron a ella, toco su hombro y vio la sorpresa reflejada en el hermoso rostro.

-−Mañana te veré.- − fue lo que dijo sin explicación el rubio, dejando a un mas perpleja a la pelirroja.- − no se aun tu nombre.

Y ella no quería saber nada de nadie, ni siquiera de él. Morir era el único pensamiento y deseó que tuviera. Sin embargo al verlo ahí, en espera de una respuesta, su mente reacciono por sí sola.

-−Kushina Uzumaki.- − fueron las únicas palabras dichas en susurros, se dio vuelta para acostarse en un rincón de la celda, en la misma posición en que el doctor la había encontrado.

-−Kushina.- − el nombre en sus labios salió con ternura.- − mañana nos veremos, descansa.- − salió de la habitación, con un objetivo en mente.

Saber quién era Kushina Uzumaki, ¿Por qué se encontraba en el hospital siquiátrico?, ¿Qué tipo de enfermedad tenia? , pero sobre todo, encontrar la forma de ayudarla y sacarla de ahí. El hambre quedo olvidada y nuevamente se dirigió a su oficina, a investigar a su paciente.

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Un nuevo día...

Era temprano, la hornada laboral empezaba a las 8 de la mañana con una hora de desayuno en la cafetería del hospital. Minato había llegado puntual, y se encontraba desayunando tranquilamente.

-−así que tu eres el nuevo.- − dijo otro doctor de cabello negro, con expresión seria, tomando asiento en la mesa donde se encontraba el rubio.- − no nos han presentado, mi nombre es Fugaku Uchiha.- −se estrecharon la mano.

-−Minato Namikaze vengo de la ciudad del Fuego, es un placer trabajar con usted, ayer precisamente empecé a checar uno expedientes de pacientes, en los que me comento la directora Tsunade que lo apoyaría.

-−si a mí también me dijo que me apoyarías, tu expediente es sorprendente, leí que muchos de tus casos eran difíciles y tus técnicas son simples.

-−yo considero doctor Uchiha, que tenerle paciencia, escuchar al paciente, y tratar de ponernos en su situación nos abren muchos caminos para poderlos ayudar.- Minato titubeó un poco en lo siguiente que dijo.- − ayer me encontré a una paciente muy peculiar.

Los ojos negros miraron a los azules con desconfianza.

-−Kushina Uzumaki, es una paciente interesante.- − Fugaku empezó a comer tranquilamente.- − su esquizofrenia la lleva a alucinaciones muy peculiares.

Antes de que pudieran seguir la conversación se les unió otro doctor.

-−buenos días.- −este tomo asiento y como si nada se presento.- −mi nombre es Hiashi Hyuuga, ¿tú eres el nuevo?.

Minato simplemente asintió.

-−Nuestro amigo está interesado en el caso Uzumaki.- − comento Uchiha, esperando la reacción de los ojos a perlados.

Una sonrisa fría se aprecio en los labios del doctor Hyuuga, al acordarse de la pelirroja.

-−Escuche del encuentro que tuvo con ella en el elevador.- − miro directamente a los ojos azules.- − así, que ha caído también bajo la belleza de esa mujer. −- negó rotundamente con la cabeza, empezando también a comer.

Minato se sonrojo, por los comentarios referente al caso.

-−¿a qué te refieres con también?

La mirada a perlada se encontró con la oscura del Uchiha y ambos doctores lo voltearon a ver.

-−cuando llegue aquí aproximadamente hace 5 años, me gusto la pelirroja, tiene algo que no se puede explicar, si fuera una mujer sana seria perfecta.- − Hiashi no dejo de ver en ningún momento a Namikaze.- − ¿te gusto verdad?

Si, era la respuesta en su mente de Minato, pero a esos dos apenas lo conocía como para decirle lo que pensaba al respecto, y sobre todo no le gustaba para nada la idea, de que ellos hubieran tenido o siguen teniendo, algún interés en su Kushina.

-−me gustan los casos difíciles, y ella cumple con todas mis expectativas.

-−sabes Namikaze, cuando yo empecé a tratarla no me di cuenta de la agresiva que era hasta que me enterró un lapicero en la rodilla.- − dijo señalando su rodilla izquierda Hiashi.- − no te confíes de su cara bonita.

Minato apretó los puños sobre la mesa.

-−Minato, nosotros solo te hacemos recomendaciones, no te lo tomes a pecho.- − sugirió Uchiha.- − a mi me ha atacado y tengo varias lesiones por su culpa, solo tratamos de prevenirte.

-−Quiero que me des el caso, deseó tratarla.- − dijo firmemente Minato.

El Uchiha miro a Hyuuga quien solo asintió de hombros, regreso su mirada al nuevo doctor.

-−para mí es un gran placer librarme de ella, a partir de este momento es toda tuya. Recuerda no te confíes.

-−Gracias, si me disculpa tengo que hablar con la directora.- − Minato recogió su desayuno a penas probado y se encamino a la salida de la cafetería.

-−cayó bajo su hechizo.- − dijo Hyuuga terminando de desayunar.

-−así es.- − una sonrisa burlona adorno los labios de Fugaku.- − no sabe lo que le espera, ella es un pequeño demonio.

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Las manos le sudaban a Minato siempre cuando se encontraba nervioso, estaba en estos momentos en una sala de tratamiento, en espera de que le trajeran a la mujer, que ocupaba sus pensamientos.

Los gritos de ella llamaron su atención.

-−ya les dije que no quiero ver a Fubaka, es un pésimo doctor, no, no llega a doctor, es un insufrible no lo aguanto, amargado, limón, es tan repulsivo como Hiashi, por mi todos se pueden ir al infierno. Déjenme en paz.

Esas fueron las palabras dichas por Kushina, quien era arrastrada por los dos enfermeros de ayer, Orochimaru y Paint.

Al llegar a la dichosa habitación de tratamiento, se revolvió más en los brazos de los enfermeros, pero estos simplemente la apretaron más, y la aventaron prácticamente al cuarto.

Ella callo sentada, sus nalgas estaban adoloridas, pero aun así les replico a esos brutos.

-−¡ustedes no tienen ningún tipo de tacto, me dicen loca a mí, cuando son ustedes quienes tratan mal a todos!.- − grito a un mas fuerte mente. Como pudo se paro y se voltio para seguir gritándole al odioso doctor que la levanto tan temprano.- − ¿Cómo te atreves…?- −pero no pudo terminar la frase, por qué se encontró con el doctor de ayer, si no mal recordaba Minato.

Él vio la entrada triunfal de ella, escucho las replicas y se sorprendió de la energía que tenia, sus mejillas estaban sonrojadas por el esfuerzo de gritar y revolverse entre los brazos de los enfermeros, y cuando se percato de que no era el doctor Uchiha, su rostro se puso a un mas rojo, tanto como su hermoso cabello.

-−Lamento decepcionarte Kushina, pero a partir de este momento soy yo tu nuevo doctor. −- aun viendo la resistencia de ella en sus ojos él, se encamino a ella para quitarle la camisa de fuerza que tenia.- − te voy a quitar esto, te debe de incomodar mucho y platicaremos un buen de tiempo, a demás concuerdo contigo.- − se acercó al oído de ella y susurro.- − es un baka, el doctor Uchiha.

Sin la camisa de fuerza, se permitió tranquilizarse y respirar profundo, se acordaba perfectamente de este doctor, sus ojos azules la miraban diferente, como si ella fuera algo más que un paciente, no había podido olvidar su aroma a bosque, pero sobretodo no había podido olvidar la paz que tuvo, cuando estuvo con él. Aun así, la experiencia le decía que era igual a todos, alguien más que no creería en ella.

-−siéntate Kushina, quiero que me platiques de ti.

Solos en la habitación, en un extremo cada uno se miraban fijamente.

-−no tengo deseos de hablar de mí, no veo el caso, los demás doctores ya le dieron mi expediente, ahí puede encontrar lo que necesite saber de mi.- − comento Kushina tomando asiento.

-−yo quiero escucharte a ti, ellos pueden haberte sentenciado.- − se dio cuenta que los ojos violetas lo miraban con atención.- − pero yo quiero saber de ti, ¿Qué es lo que te sucede?.

-−¿lo que me sucede?.- − dijo incrédula ante tal pregunta.- − es algo que ninguno de ustedes puede comprender.- − alzo su voz queriendo sacar la amargura de su vida a gritos.- − ¡me dicen loca!, ¡cuando yo solo digo lo que veo!, ¡lo que me pasa! - se paro ye empezó a caminar por la habitación.- − pero ustedes quieren entenderlo todo por lógica, cuando existen muchas cosas en este mundo inexplicables.- − se acerco de nuevo a él.- − dígame sinceramente, ¿cree en los demonios?, ¿cree en muertos?, ¿cree en fantasmas?, ¿cree que se puede apoderar de tu cuerpo y tú no puedes hacer nada?...

Minato miraba el comportamiento de Kushina, su experiencia le decía que cualquier persona "cuerda" actuaria como ella, cuando nadie le cree, ya que no hablaba como una loca, si no que su comportamiento agresivo, se debía, a los malos tratos y a que nadie creía en lo que ella decía. Él tenía que ser sincero con ella, de esa forma se ganaría su confianza y podrían juntos trabajar en su caso, para rescatarla.

-−sabes me recordaste perfectamente porque quería ser doctor.- − vio que ella lo miraba atentamente y prosiguió a explicarse mejor.- −tenía un medio hermano pequeño, yo era el mayor por ocho años, no me acercaba a él, no éramos muy unidos porque nuestras madres nos metían si sañas, yo vivía con mi papa. −- vio como Kushina tomaba asiento y ella era ahora quien escucha, de cierta forma quería que ella sintiera confianza con él.- − me siento culpable por no haberle creído lo que decía que veía, murió por que se quito la vida.

Era indescriptible la conexión que sintió con su doctor, ella vio los ojos azules llenos de remordimiento y sabia por experiencia propia lo que se sentía.

-−¿Qué fue lo que le paso?, puede contarme por favor.- − dijo tranquila Kushina.

-−por supuesto, es justo que yo te platique, pero quiero antes hacer un trato. −- tomo las manos de ella y las apretó.- −quiero que después tu, me cuentes tu vida, de cómo empezó todo y por que llegaste aquí. Es un trato.- − vio como simplemente asintió con la cabeza.- − el nombre de mi hermanito era Kakashi, muy serio, a demás de vago, siempre llegaba tarde a cualquier lugar, en la escuela era un genio, no sabía cómo pasaba las materias sin necesidad de estudiar, pero todo cambio cuando su mejor amigo óbito murió…

Recuerdos de Minato.

En el velorio de Óbito, mi hermano se veía decaído y lloraba demasiado, nuestros padres pensaron que era normal, ellos eran dos niños muy unidos, yo trate de acercarme a Kakashi y lo abrase, el no rechazo mi contacto.

Pasaron los días y mi pequeño hermano se fue perdiendo mas y mas de la realidad, un día cuando abrí la puerta de su habitación, me di cuenta que platica muy tranquilo con alguien, pero yo no veía nada, lo observe y escuche atentamente la plática.

Él platicaba como fue su día en la escuela y de las travesuras que le aria a los profesores, hasta ahí, las cosas estaban casi normal, pero lo que si me alerto fue que su amigo imaginario se llamaba óbito.

Cuando Kakashi sintió mi presencia voltio y su expresión no cambio, con alegría me dijo que había pasado todas sus materias.

Le pregunte tranquilamente con quien platicaba y él me dijo: "con quien más, ¡con el tonto de óbito!, sabes había estado muy triste y le roge que no se fuera, a penas ayer cuando fui al panteón a visitarlo como acostumbro, lo encontré ahí, empecé a platicar con él, y le volví a suplicar que no me dejara, y él está aquí conmigo, ¿acaso no lo ves?.- vio como su hermano miraba a tras de él.- a óbito le sigues cayendo mal, aun que yo le he dicho que no eres tan malo, tal vez por ese motivo no se deja ver contigo".

Yo estaba aterrorizado por el comportamiento de Kakashi, cuando lo platique con su madre y mi padre, los dos se enojaron conmigo por levantar calumnias en contra de mi hermano, y decir que se había vuelto loco.

Deje por la paz el tema, de seguro era una forma que su mente había creado, para no alejarse de su amigo, así que di por terminado el caso y simplemente lo observaba a distancia.

Mis padres se percataron de lo mismo que yo, el comportamiento que Kakashi mostraba, por lo que lo mandaron a sicólogos, y así quitarle ese mal que tenia.

Pero eso no funciono, lo único que hicieron fue ponerlo agresivo y a la defensiva de todos por considerarlo un "loco".

En una noche Kakashi llego a mi cuarto, yo estaba muy cansado, comenzaba la preparatoria y mis materias me abrumaban, me sorprendió que estuviera en mi habitación, se sentó junto a mí y me miro con esos ojos grises, en el físico no nos parecíamos.

-disculpa que te haya despertado, pero es que quería platicar contigo.- yo medio me desperté y lo vi.- sabes estoy arto de los doctores a los que me llevan, ninguno de ellos me cree y me dicen loco, simplemente porque puedo platicar con óbito, ¿tú me crees?.- lo mire abiertamente y el leyó mis pensamientos.- no es necesario que digas algo, tus ojos no están hechos para mentir, es una lástima que no me creas en mi.- se levanto de la cama y se encamino a salir de la habitación.- me voy con óbito, el dice que a donde vamos, no habrán pleitos y ahí no me consideraran un loco. Fue bueno tenerte como hermano, nos volveremos a encontrar.- antes de cerrar la puerta me dijo.- por favor cree en las personas en un futuro…

Esas fueron sus últimas palabras, me recosté por completo en mi cama y pensé en la extraña conversación que había sostenido con mi hermano, nunca le di importancia a sus palabras y hasta el día de hoy, me arrepiento por no tratar de creer en él, y encerrarme a más posibilidades.

A la mañana siguiente los gritos de la madre de Kakashi me levantaron, recordando a mi hermano y temiendo que haya hecho algo, me dirigí a su cuarto, pero él no estaba ahí, no, sino en el baño muerto en la tina, según el perito de la policía local, mi hermano murió alrededor de las 9 de la noche, ahogado inexplicablemente.

Kakashi acostumbraba a encerrarse en el cuarto y no lo veían al día siguiente, por lo que no dieron importancia cuando no bajo a cenar. Sin embargo cuando yo llegue a la casa después de estar en la biblioteca de la preparatoria, eran como a las 10 de la noche y había dormido como mínimo hasta la media noche, entonces, ¿cómo era posible que Kakashi platicara conmigo?, cuando había muerto muchas horas antes.

Fin de los recuerdos.

-−por eso me interese en ser doctor.- − aun tomado de las manos siguieron platicando.- − no te mentiré Kushina, quiero que me cuentes que es lo que te sucede, para que yo pueda ayudarte, te prometo mantener la mente abierta a posibilidades inexplicables.

Kushina se soltó del agarre y empezó a caminar nuevamente por la habitación meditando las palabras del doctor Minato.

-−estoy harta de contar lo mismo. −- lo miro fijamente resuelta, que mas daba intentarlo una última vez. −- te contare con la condición que no me interrumpas y no me pidas que me siente, porque no podre mantenerme sentada cuando los recuerdos inundan mi mente.

Vio como asintió el doctor y ella empezó a caminar como un león enjaulado.

Recuerdo de Kushina.

Yo tenía nueve años cuando mi vida cambio por completo, vivía en una pequeña aldea llamada remolino, mis papas eran gentes de campo, en épocas navideñas nos transportábamos a la ciudad para visitar a mi abuela Mito, la amaba demasiado, toda la familia Uzumaki se reunían para festejar las fiestas de navideñas.

Cuando llego la época de visitar a mi abuela me encontraba muy entusiasmada, por visitar a mis tres primas que amaba con locura. Yo era una niña muy imperativa, demasiado escandalosa y siempre alborotaba a las personas, mi carácter fue risueño, algo agresiva; sin embargo me sentía bien conmigo misma.

Al llegar a casa de la abuela todo era normal, encontré a mis primas y como solíamos hacer, nos escabullimos de los adultos y nos fuimos a nuestro escondite, platicamos de cómo nos había ido en el año, que era lo que queríamos de regalo para navidad, reíamos, comimos dulces, si yo hubiera sabido que era la última vez de que íbamos a estar así, les hubiera dicho lo importantes que eran para mí.

Tsuki era mi prima más pequeña, tenía 9 años y nos comento que le habían regalado una tabla guija, en aquel entonces en la primaria se corría el rumor de invocar demonios para que pudieras preguntar cosas y pedir deseos, cualquier niño quería cumplir sus sueños.

-me la han regalado y no la he probado.- decía Tsuki mirando a sus tres primas.- ¿Quién que la probemos?

-a mi me han dicho que pueden ser peligrosas.- comento Sora de 10 años.- no creo que sea prudente.

-si mejor guarda eso o rómpelo, quémalo.- sugirió Hina.

-¡están locas!.- yo las mire y hable invitándolas a realizar aquel dichoso juego. – Podríamos saber muchas cosas.- tome entre mis manos la tabla guija y la mire.- vamos a invocarla, no perdemos nada con intentarlo.

Ellas tres me miraron con miedo, me conocían y sabían que yo no descansaría hasta que ellas aceptaran jugar conmigo. Grave error y lo he pagado por más de diecisiete años.

Suspiraron en señal de consentimiento y me miraron con una sonrisa en los labios.

-ya que por lo visto lo aremos, creo que este no es el mejor lugar.- dijo Sora.- se me ocurre un lugar perfecto.¡ Vamos!, toda vía tenemos tiempo si nos apuramos.

Las cuatro nos encaminamos a las alcantarillas y bajamos por una. Llegamos a la parte subterránea de la ciudad, parecían túneles por todos lados. La luz se filtraba por las rejillas de las alcantarillas, que se encontraban encima de nuestras cabezas, el lugar era húmedo, oscuro y mal oliente.

Sora nos metió por un pequeño túnel en donde, entrabas solamente gateando, después de pasar un buen tramo, nuestras rodillas resentían las piedras del piso. Pero llegamos a lo que parecía una pequeña habitación, donde habían más túneles al fondo, pero estos se apreciaban muy oscuros, arriba había otra alcantarilla que nos daba luz.

-este es el lugar de rituales.- Sora nos miraba emocionada, ella nunca había participado por miedo a lo desconocido en rituales que hacían sus demás compañeros de la escuela, la verdad era que le emocionaba el mundo espiritual pero a la vez le aterraba lo desconocido- aquí es en donde se reúnen los de mis clases a jugar, cosas pesadas.

-muy bien saca la tabla y coloquemos la sobre ese tubo de ahí.- yo está feliz de realizar algo fuera de lo normal, con lo imperativa que era.- vamos Tsuki no tenemos toda la tarde.

Cuando ya teníamos todo para empezar a jugar la primera en invocar fui yo.

-yo invoco al espíritu de la tabla.- puse mi mano sobre el pequeño triangulo que funcionaba como un mouse en la computadora.- ¿quieres jugar conmigo?

No hubo ninguna respuesta. Molesta por eso, repetí la acción dos veces más y nada.

-yo lo intento, de seguro no le gustas Kushina.- sonriente Tsuki, también invoco al espíritu.- yo invoco al espíritu de la tabla, ¿quiero preguntarte como moriré?

Extrañadas las demás, miramos a Tsuki quien simplemente nos regalo una sonrisa, así nos dimos cuenta que simplemente bromeaba.

Pero nueva mente no paso nada.

-déjenme intentarlo a mí, lo que pasa es que ustedes no creen en esto y lo toman a relajo.- Sora invoco también al espíritu y nada sucedió.- yo te invoco, yo creo en ti, por eso quisiera que cumplieras mi deseó," siempre quiero tener diez años y nunca crecer".

Para nada nos sorprendió el deseó de Sora, todas sabíamos que ella detestaba cumplir años y crecer. No quería ser un adulto. Pero tampoco sucedió nada.

-bueno por ultimo yo, si no sucede nada, nos vamos ya tengo hambre.- Hina, tomo la tabla e invoco al espíritu pero nada sucedió.- yo deseó una muerte sin dolor.

Las tres negamos rotundamente con la cabeza, Hina casi murió en un accidente hace dos años, fue gravemente herida y sufrió mucho con el tratamiento, su miedo era morir sintiendo dolor.

Si me pongo a pensar las cuatro no éramos niñas muy normales en nuestros pensamientos.

Cansadas de que no haya funcionado, nos empezábamos a retirar del lugar, cuando en el más oscuro túnel se escucho perfectamente una voz de niño.

-aquí estoy. Soy el kiuby, el demonio que han invocado.

Las cuatro miramos espantadas la figura que se apreciaba al fondo de ese túnel, por la poca luz solo podíamos alcanzar a preciar la silueta de un niño, nuestros cuerpos se paralizaron del miedo, cada vez que se acercaba mas, nos miramos confundidas y espantadas. No sé cómo pude moverme, pero las empuje por donde llegamos y todas nos arrastramos por el pequeño túnel, las rodillas ahora si se nos rasparon, pero eso no importaba porque sentíamos que esa cosa nos perseguía, como pudimos salimos al exterior y corrimos hasta llegar a casa.

Nuestra familia nos regaño por llegar tan tarde y no avisar que salíamos, pero eso no nos importo. El susto fue mayor, al regaño y castigo que nos pusieron. Creímos estar a salvo pero no fue así.

Todo comenzó en esa misma noche, las cuatro dormíamos juntas en literas, en el cuarto había dos, yo dormía en la litera de la izquierda en la parte de arriba, Tsuki dormía a bajo. En la de la derecha Sora dormía arriba, y Hina dormía abajo.

Eran alrededor de la media noche yo estaba acostada casi a la orilla de la pequeña cama estaba de espalda a la pared, cuando de repente el sonido de una voz de niño me despierta.

-voltea, voltea.- decía insistentemente

Yo me desperté por eso, cuando mis ojos se abrieron y trate de mover mi cuerpo, no pude moverme, sin embargo la voz del niño me susurraba al oído, mi cuerpo paralizado, sintió grandes escalofríos.

-voltea, voltea.- seguía insistiendo.- ustedes me invocaron y yo he llegado, precisamente en este momento responderé la pregunta de tu primita.- dijo con voz burlona.- Tsuki morirá ahorcada…

Lo que en ese momento sentí no puedo describirlo, de mis ojos lagrimas de impotencia aparecieron, como pude trate de moverme y como estaba tan cerca de la orilla me caí de la cama, me dolió el cuerpo de la caída, pero cuando mis ojos se dirigieron a Tsuki, vi como el demonio jalaba la cadena de cuero que tenía una linda estrella del cuello de mi prima, le habíamos aconsejado quitársela muchas veces, porque ya había pasado algo parecido.

Los ojos rojos del Kyubi me miraron, burlonamente apretaba mas la cadena, yo no podía hacer nada, mis gritos no salían de mi garganta, llore de impotencia y miedo. No sentí cuando me desmaye.

A la mañana siguiente yo me encontraba tirada en el piso y cuando me levante reaccione, me encamine con miedo a la cama de Tsuki, ella tenía los ojos medio abiertos y la cadena enroscada en su cuello, grite con todas mis fuerzas.

El muy maldito la había asesinado…

Sin embargo eso solo, fue el comienzo de una cadena de muerte, por que el kiuby acabo con la vida de mis otras dos primas…

Conmigo sigue jugando…

Hina murió una semana después de Tsuki, lo que le ocurrió a ella fue…..

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HASTA AQUÍ, LO SIGUIENTE EN EL PROXIMO CAPITULO…

NI HAO!.- se que me he perdido por un tiempo, mil disculpas pero se me hace difícil actualizar. T-T, prometo hacerlo lo más pronto que pueda.

Esta historia fue escrita para el concurso "¡Aventuras Sobrenaturales"

Agradecería mucho que votaran por mi historia en el poll (encuesta) de MinKus BN (h t t p : / / www. fanfiction. net/~minkusbn) que aparecerá a partir del 19 y hasta el 30 de Agosto, así es como se decidirá el ganador.

¡Así que, si mi historia les gustó, voten, voten!

¡Muchas gracias por leer!

¡ARRIBA MIS SUEGROS TTEBANE!

JUNTOS aremos que esta pareja sea conocida por todos en fanfiction, inundaremos las páginas y derrotaremos a esas historias yaoi que ni al caso.

¡Apóyenos en esta causa.!

POR FAVOR.

Voten y comenten en cualquier historia de esta pareja.

KUSHINA Y MINATO.

Nota mía de nuevo: espero con ansias sus comentarios, realmente es un reto escribir en este género de suspenso y terror, me encantaría saber que opinan de esta historia, ya saben que sus comentarios iluminan mi vida y me hacen muy feliz. Si lo se me quedo raro el capitulo.

Gracias por comentar

Sayo nos leemos y que estén bien.