Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, sino a su creadora Rumiko Takahashi. A excepción de Koyuki, Sai, Aka, Gavilán y Zoro que fueron creados por mi para esta historia.

Para los que han leído mi fic anterior C u p i d o s Sai y Koyuki aparecen como sirvientes de nuestro Sessh, en ésta historia también.

La Sara que aparece en la historia está basada en la Sara de la serie, obviamente con la diferencia que es una demonio mitad pantera y tenjou.

Rin en la historia aparece con el apellido Takenouchi y Sesshomaru con el apellido Ishida, estos apellidos fueron sacados de mi otra pareja favorita Sora y Yamato de Digimon, le quedan de maravilla a mi ver.

Aviso: Este fic habla sobre cosas como las drogas y el sexo. Y en los próximos capítulos contará con alto contenido de lemon así que para los que no les gusta mucho ya están advertidos.

Además trata de una raza llamada Celestiali, que he inventado para esta historia, está en Italiano y significa Celestiales, son seres parecidos a los ángeles, solo que se diferencian por tener órganos reproductivos, que les son dados para venir al mundo y hacerse pasar por seres humanos y todos son machos, su apariencia real tienen alas, pero carecen de aureola, caminan entre los humanos para recordarle al mundo que Dios existe, también son llamados mensajeros, no pertenecen a los rangos angelicales como los querubines ya que, con facilidad se desvían de su camino al enamorarse de humanos o demonios.

Esta información es la conocida entre el mundo de los Youakai.

Un poco demás sobre ellos lo leerán en este capítulo.

Dedicado a: Atori-chan ¡Feliz cumpleaños! Recuerda que te quiero mucho y espero que te guste esta historia.

...

SesshRin Fanfiction

"Mezcla Prohibida"

Capítulo 1: "Los nunca, se llegan"

Por: Sora-Rin111

(10/Agosto/2011)

El clan de la Luna, o el clan de los Ishida, así eran conocido aquel grupo de demonios perro, conformado principalmente por Inutaisho, el líder y Irasue la esposa legitima y sus dos hijos, Sesshomaru quien poseía rasgos muy parecidos a su madre y Yue hermano menor quien era más parecido a su padre.

Todos estos eran demonio perro puros, por ende poseían la marca de la luna menguante color azul y las líneas paralelas púrpura, a excepción de Yue que tiene una línea un poco mas gruesa igual a su padre, además de ser albinos, los que los hacía los miembros legítimos.

Los otros miembros eran llamados "ilegítimos" porque no eran abiertamente reconocidos por no poseer las marcas características.

Éstos eran Izayoi, la amante privada de Inutaisho, una humana de cabellos azabaches y ojos cafés quien era madre de Inuyasha, un hanyou de cabellos rebeldes blancos y largos, hijo mayor y Aoi de cabello gris hasta los hombros y totalmente humano.

Todo el clan era conocido únicamente entre los mismos demonios de diferentes razas y eran famosos por estar involucrados en el mundo de la prostitución, con sus diferentes centros nocturnos y por tener dominio absoluto en la compra bienes raíces, ellos eran dueños de muchos lugares importantes y de palacios antiguos. No está de más decir que estaban en el primer puesto de los demonios más ricos.

Para los humanos, tal mundo demoníaco no existía, algunas veces había acaparado los titulares en la noticias y las primeras planas en los periódicos pero rápidamente era desmentido por el Centro de Seguridad Nacional, alegando que habían recibido dinero para hablar sobre una burda mentira; como siempre los humanos siempre tienen explicación para las cosas que no creen posibles.

Aunque era casi imposible identificar un demonio, puesto que algunos rasgos como las garras y las orejas alargadas eran sustituidas por rasgos más humanos, para hacer negocios con ellos, la mayoría de las veces eran estafas y utilizaban tanto identidades falsas, como su apariencia. Esto era para que les fuera imposible encontrarlos.

Sesshomaru Ishida un demonio alto, imponente y atractivo, en su sangre corría descendencia pura. Con su apariencia juvenil y tranquila pero su corazón era frío como el hielo, malo hasta la médula. Era el que pronto sustituiría a su padre en el mundo de los negocios oscuros y sucios, aunque él tenía su propio trabajo, asesino a sueldo. En sus más de dos siglos de vida había cometido centenares de asesinatos, era conocido en el medio como "El asesino perfecto" por no dejar huellas. Era temido y respetado.

El negocio de la familia se distinguía del resto, en sus más de 40 centros nocturnos y prostíbulos contaban con 2 chicas prohibidas, ellas eran llamadas mezclas prohibidas por llevar en su sangre razas vedadas. Entre ellas estaba Kagura una Tenjou, demonio con apariencia de mujer joven y sumamente atractiva y la otra era Sara una mezcla extraña y altamente prohibida, una medio demonio pantera y tenjou.

Ellas eran las prostitutas más buscadas de los prostíbulos, expertas en seducción y sexo. El negocio era constantemente visitado por el consejo de Taiyoukais, que velaba por los derechos de las mezclas prohibidas y buscaba sacarlas del negocio.

Esto no afectaba en absoluto al clan, ya que eran las mismas chicas quienes se negaban a irse. Una noche recibieron la visita de una tenjou, que buscaba vender una joven.

En el centro nocturno "Inferno" uno de los tantos del clan, estaban armando un negocio que les traería mas ganancias.

-¿Entonces, no me digan que no les interesa?-Dijo la tenjou de cabellos negros de sobrenombre Aka, quien había robado una chica e intentaba venderla.

-Claro que nos interesa-Respondió "El gavilán" encargado de reclutar y amaestrar señoritas, su nombre le quedaba perfecto, ya que en muchas ocasiones las secuestraba y las llamaban "pollitas".

-¿Les parece bien la cantidad? En otro lugar no encontrarán una demonio tenjou mitad celestiali, tengo entendido que es la única- aquel hombre parecía estar pensándolo muy bien, su rostro estaba serio.

-Bueno está bien, solo porque eres bella-Le dijo mientras le guiñaba un ojo y sacaba un fajo de dólares, todos los billetes eran de 100-Espero no tener problemas con los padres.

-Ellos ya pasaron a mejor vida, guapo-Le digo mientras que con su dedo índice recorría el bien formado y descubierto pecho de aquel hanyou. Ella misma había matado a los padres de la chica.

El trato se cerró, así que dispuso a llamar a unos de los jefes, para contarle su "nueva adquisición"

Al poco rato, Sesshomaru aparcó frente al "Inferno" estaba lloviendo, venía de asesinar a un tipo que ni siquiera recordaba el nombre y ni le interesaba hacerlo, el negocio era pago y acción inmediata, para un demonio era pan comido matar simples humanos. Al bajarse de su lujoso Jaguar XKR Speed 2011 color blanco, le cedió las llaves a Zoro conocido como "El gorila" quien era el encargado de la puerta, era un tipo alto y corpulento de piel morena, humano pero conocía muy bien sobre las razas de demonios, era un sirviente de confianza, éste le tiró las llaves al chico del estacionamiento de turno, quien muy nervioso estacionó aquel "juguetito" del dueño.

Por mencionar algunas de sus sencillas adquisiciones de coches, tenía un Mercedes-Benz CL63 AMG negro y dos bmw 116i, uno blanco y otro plateado; todos último modelo.

Rápidamente entró sin detenerse a platicar con nadie, entró directamente a la parte superior donde se encontraban las habitaciones de los clientes, allí se encontraba Gavilán.

-Por aquí amo-Lo dirigió a una de las 4 habitaciones suntuosas del recinto-Es ella-Le dijo mientras le abría la puerta para que pasara y viera a la pequeña que dormía en la cama.

-¿Qué piensas hacer?-Le dijo entrecerrando los ojos, la idea le parecía descabellada.

-La pienso dejar para el negocio, le aseguro que ganará más que Kagura y Sara juntas-Se río-Al crecer será muy atractiva, solo falta pulir éste diamante en bruto.

-¿Qué haremos hasta entonces?-Dijo mientras se acercó a la cama y acariciaba el cabello largo y castaño de la niña.

-La voy a hacer una experta en sexo, yo me encargaré de ella, que viva conmigo-Le dijo mientras sacaba una carcajada por el placer que sabía que sentiría y gratis-Empezaré desde ya, aunque tenga unos 7 años, será experta cuando tenga 20.

-…

-Es una mezcla de tenjou con celestiali-Dijo al ver que el señor no esperaba aportar nada.

-¿Celestiali?-Preguntó extrañado, no había escuchado de una mezcla tan rara.

-Si, los Celestiali están un escalón más abajo de los ángeles, pero no dejan de serlo, se diferencian por tener órganos reproductivos masculinos, éstos se caracterizan por exhalar de sus poros un olor que despierta la lujuria, por eso no aparecen en los listados, suelen desviarse del camino de santidad-Dijo sacando la lengua-Ya verá cuando tenga unos 12 ó 13 años, esta chica va a ser una diosa.

-…

-Lo mejor de todo es que es estéril hasta los 20 años más o menos, otras se tardan más. Esperemos que ella haya heredado esas características exclusivas de los Celestiali.

-Me la llevo conmigo. Tengo otros planes con ella, más interesantes.

-¿eh?-el hayou estaba asombrado- ¿no piensa recuperar el dinero?

-No, ella será solo para mí.

-Es una excelente idea-Dijo sonriendo, aunque por dentro estaba furioso, su maravilloso plan se vino abajo-Está chica le dará muchas sorpresitas.

Así fueron pasando los años, exactamente 6 años, ella estaba cumpliendo 14 años, responde por el nombre de Rin Takenouchi, desde el día que la sacó del centro nocturno ha vivido en la mansión de Sesshomaru, rodeada de lujos y demás.

A pesar de ser aún una adolescente, contaba con un cuerpo bien desarrollado, no obstante en su rostro no demostraba más de 12, al ser inmortal y eternamente bella la edad no es algo que cuente realmente en el mundo de los demonios, menos en una medio demonio ángel. Las dos razas caracterizadas por ser bellos y sensuales.

A pesar de no ovular aún, la chica ya empezaba a desprender el distintivo olor de la raza Celestiali, lujuria y pasión, locura y desenfreno. Tal hecho no pasó desapercibido, el aroma surcó toda la residencia, llamando la atención de los sirvientes masculinos, hasta el mismo dueño; sintieron aquella corrupción en el aire, que despertaba sus instintos más bajos y les nublaba la razón.

Sesshomaru sonrió satisfecho, su espera fue recompensada, se levantó de su silla en su despacho y salió a paso lento, en su camino le lanzó una mirada amenazante a todos los sirvientes que se encontró, subió las escaleras y entró sin tocar al cuarto de la causante de aquel desenfrenado olor, que lo tenía extasiado y con su miembro adolorido.

Al entrar se encontró con Koyuki Takenouchi, una hanyou de cabellos negros, quien no solo le dio el apellido a la pequeña, sino que se convirtió en su madre sustituta, su nana.

-Fuera-Con su voz autoritaria, pero no demasiado alta, echó a Koyuki, quien se encontraba preparando la ropa que se pondría, mientras la chica se bañaba.

-Con permiso-Hizo una reverencia y salió del cuarto, suponiendo que la tomaría como su hembra; ella ya sabía porque la niña estaba en aquella casa, no le sorprendió en absoluto.

El Inuyoukai esperó pacientemente que terminara, al salir del baño la vio cubierta por una diminuta toalla, que dejaba al descubierto sus contorneadas y largas piernas, al igual que la unión de sus redondos pechos.

Al salir vio a su señor, se sorprendió, él nunca entraba a su habitación, menos cuando sabía que se estaba bañando.

-Señor Sesshomaru…-Dijo con su rostro teñido por un fuerte carmín.

-…-Rin intentó regresar al baño, se dio la vuelta pero fue detenida por una mano grande, abrió sus ojos, estaba cerca de su amo, peligrosamente cerca.

-Yo…

-No temas, solo vengo hacer algo que te librará de muchos problemas-La tiró a la enorme y mullida cama, aprisionó sus labios con un beso, su primer beso.

¿Cómo un beso la podía liberar de problemas?

Sesshomaru soltó sus labios, sus sentidos habían sido nublados por la pasión, pero logró detenerse.

-Te voy a marcar como mi hembra,-Logró articular con una voz ronca-sino lo hago sufrirías el riesgo de ser violada por alguno de mis sirvientes o inclusive tus mismos compañeros-No era una mentira, era la verdad absoluta, como fue criada como humana, desde que entró a la escuela había tenido problemas con sus compañeros y con otros chicos mayores que ella, pero ahora sería peor, ya que el olor apareció en ella.

Rin no contestó, ella temía ser ultrajada por otro hombre que no fuera su amado señor, pero aún siendo él tenía miedo, todavía no se sentía lista para perder su virginidad.

-Ese beso te ayudará a sentir tanto dolor, te anestesiará en palabras simples.

-Pero… ¿Acaso para hacer esta marca no se necesita hacer primero el amor?-Sesshomaru la miró fascinado.

-Claro, pero no pienso hacerlo, no aún.

-Adelante-Rin descubrió su cuello blanco, levantando su cabello le dio permiso para que sus colmillos la marcaran.

Antes de morderla la volvió a besar con pasión, le fascinaba esa sensación que corría por todo su cuerpo, poniendo deseosa su virilidad que estaba atrapada entre sus pantalones blancos.

Dejó sus labios para besar su cuello y la lamió, eso hizo que Rin jadeara de placer, al ser una tenjou no necesitaba mucho preámbulo para llegar a la acción.

Extasiado mordió su cuello y el veneno rápidamente atravesó el cuerpo de la joven, fue invadida por el dolor y el placer de la unión; la desesperación se apoderó de ella, intentó parar a su amo, pero estaba debilitada por la fuerte cantidad de veneno que la recorría.

Dejó caer sus manos, estaba vencida por el cansancio, Sesshomaru sacó sus colmillos y empezó a lamer la herida.

Fue una cantidad grande de veneno para lograr agotarla y así no concluir el acto, a pesar de que soñaba con eso. Se separó de Rin y la miró dormir, sus mejillas estaban teñidas de rojo.

La mejor ventaja de haberla marcado era que su característico olor iba a ser aplacado para los demás machos, menos para él, solo Sesshomaru disfrutaría de aquel "afrodisíaco natural" que emanaba de su ahora mujer.

El arrepentimiento lo atravesó, debió de haberla tomado y saciar sus ansias, que valiera la pena haberla esperado por más de 5 años, el celibato no era algo fácil de llevar pero, al no encontrar una hembra digna que no fuera una cualquiera, era imposible en su mundo; allí dominaban las drogas, el sexo y el desenfreno.

¿Desde cuando le importaba que una hembra fuera virgen?

¿Desde cuando había dejado de ser un promiscuo?

¿Por qué había optado por el celibato?

¿Por qué ya no mataba con la misma frecuencia?

¿Por qué estaba pensado dejar su "negocio" de asesino?

Luego de pensarlo un rato su respuesta a las preguntas era esa chiquilla, que dormía como niña. Rin, una diosa, un ángel… una mezcla prohibida que había logrado penetrar su corazón como jamás nadie lo había logrado.

Sin haber tenido relaciones con ella la catalogaba como perfecta, sin haberla visto desnuda sabía que su cuerpo era hermoso.

¡Como si lo necesitase!

Sonrió irónico, ella no necesitaba ser hermosa, ni siquiera era eso lo que lo atraía de ella.

¿Era su Inocencia?

¿Era su dulzura?

O

¿Era su manera de ser?

Definitivamente era mezcla de todo.

No era ese olor, porque desde antes ya se sentía extraño.

Sabía que algo muy extraño había invadido su corazón.

¿Era Amor?

¿Era simple pasión?

Un recuerdo invadió su mente.

Hace 4 años Sesshomaru se dirigió a "Shikon" uno de sus centros nocturnos, quería solo una cosa sexo y más sexo, quería saciar sus ansias, quería hacer más corta la espera de esa chiquilla, de esperar que fuera una mujer.

-Midori, prepárame 10 de las mejores mujeres que tengas,-Se dirigió con un seudónimo a la chica de cabellos largos y verdes, su nombre verdadero era Iris-no quiero de las chicas nuevas, quiero de las más expertas.

-Como ordene Señor-Le hizo una reverencia y vio a Sesshomaru subir las escaleras, ella tenía menos de 2 minutos antes de él bajara muy enojado por hacerlo esperar.

Tener sexo con humanas era algo que jamás había hecho, pero estaba harto de la abstinencia y acostarse con Kagura le resultaba asqueroso y que decir de Sara, su sola presencia le fastidiaba. Así que no tenía muchas opciones.

Al poco rato subieron las 10 mujeres jóvenes, estaban contentas, por fin tendían buen sexo con un tipo que además de guapo tenía un cuerpo perfecto, sus fantasías sexuales se cumplirían, no había nada mejor que hacerlo con hombre dotado no solo de hermosura, sino de dinero; una noche con el dueño era suficiente para olvidarse de todos los tipos gordos y sucios con los que se acostaban.

Entraron una por una a la habitación, cada una movía sus caderas a su manera, aquello parecía desfile de lencerías, distintas mujeres de distintos colores de cabellos trataban de seducir a aquel "hombre".

Todas se sentaron en la cama, unas empezaron a desvestirse y otras jugaban con su cabello, Sesshomaru estaba sentado en una silla, solo observando a aquellas mujeres.

Su rostro estaba oculto por las penumbras de la habitación, las prostitutas empezaron a inquietarse, aquel tipo no parecía querer moverse.

El Youkai analizó a las mujeres que lo esperaban, una a una, tomándose su tiempo.

Una valiente se paró e intentó tocar aquel cuerpo perfecto que parecía estar esculpido en mármol, no parecía de este mundo. Sin saberlo esta tentando al diablo y no literalmente.

Su mano no logró tocar a aquel joven, éste se había parado, su respiración se hizo fuerte, se había enfurecido.

-¡¿Acaso el gran centro nocturno "Shikon" no puede conseguir mejores rameras que éstas?

Las chicas se asustaron, de repente aquel hombre gritó y no se refirió a ellas de una manera dulce.

Se quedaron calladas, no querían perder su trabajo.

-¡Malditas rameras!-Apretó su puño-¡Tienen 3 segundos para salir de aquí!-Señalando la puerta.

Sin pensarlo dos veces corrieron desbocadas hacía la puerta, él también salió para desquitarse con Midori.

Al llegar vio a la culpable en la entrada.

Sin darle tiempo a discutir la tomó por los cabellos y se la llevó a rastras a la habitación, ella trataba de soltarse de aquel fuerte agarre pero fue imposible.

La llevó a una habitación, ella notó que las mujeres que había mandado no le habían parecido.

-Esas son nuestras chicas más solicitadas, después de las "ardientes"-Refiriéndose a Sara y a Kagura.

-¿No las has visto? Son adefesios, despídelas a todas y contrata a unas que sea dignas de trabajar aquí.

-Como ordene señor.

Las chicas esa misma noche dejaron el recinto, Sesshomaru no es que fuera tan remilgoso con una ramera, pero le frustraba saber que sentía algo más por esa pequeña niña, se empecinaba a compararlas a todas con ella, sabiendo que por su raza, era diosa, algo sumamente hermoso y único.

Pero de eso a enamorarse de ella, definitivamente tenía que hacer algo.

Primero el celibato y ahora compararlas a todas las mujeres con Rin, era el colmo de los colmos.

En otra situación habría podido con esas 10 y otras más, podría aceptar la abstinencia, pero estar enamorado ¡Jamás!

Un Taiyoukai idiotamente enamorado de alguien a la que planeaba convertirla en su amante, en su esclava sexual.

Definitivamente ridículo.

Quien lo viera ahora enamorado hasta la médula, cometiendo estupideces para hacerse creer a si mismo que no sentía y no sentiría nada por esa chiquilla; maldecía la hora en que esa chiquilla se había topado en su camino.

Aunque tenía sus ventajas habérsela quedado, pero de eso a aceptar abiertamente que la niña se ganó a pulso un merecido lugar en su corazón, era otra cosa.

Sonrió amargamente.

¿Era ese el pago por sus cientos de asesinatos?

¿Era simple casualidad?

Prefería el fuego del infierno a tener que amar. Pero luego de pensarlo no tenía nada de malo, aunque tal vez nunca se lo digiera, ella siempre ocuparía un lugar importante en su corazón ¡Y hay cosas que nunca cambian!

Tal vez no era un caballero y su alma estaba manchada de sangre de inocentes o inclusive criminales, pero al fin y al cabo asesinatos, tal vez nunca había amado y tratado a alguien con dulzura y delicadeza; seguro heredado de su madre Irasue, que era fría y despreocupada, indudablemente por eso era así. Pero sabía que podía aprender a amar.

Probablemente y no era nada del otro mundo, fácil como matar a un débil humano, tan fácil como respirar.

-Que ironía, un Taiyoukai queriendo aprender a amar,-Dijo saliendo de su pensamiento y acariciaba tiernamente el rostro de la joven-ya veo porque mi padre decía que nunca había que decir nunca,-Susurraba en la oscuridad de aquella habitación-tú mismo caíste en los brazos de una humana, totalmente enamorado ¿Por qué yo no?-Sonrió sarcásticamente.

El mundo estaba loco, él estaba loco quizás.

-¿Y qué? Puedo estar loco, puedo estar enamorado, pero puedo ser lo suficientemente macho para por fin aceptar lo que siento, nunca lo diré con palabras, pero sí con hechos.

Luego de reflexionar, se retiró de la habitación de Rin, no podía estar cerca de ella, no aún, ya eran altas horas de la noche así que se retiró a su habitación.

Ya era medio día cuando Rin despertó, no recordaba si era día de escuela, si tenía examen; solo sabía que estaba adolorida, a su lado estaba Koyuki.

-Nana…

-¿Te sientes bien, mi niña?

-Me siento mareada.

-Es normal,-Le ofreció una grata sonrisa- iré por tu comida, mientras báñate ¿Te parece?

-Está bien.

Al rato la nana regresó, no llevaba la comida, Rin se estaba peinando, le dijo que Sesshomaru la estaba esperando porque quería almorzar con ella.

Ella bajó y al entrar al comedor se encontró con aquella imponente figura de cabellos plateados, su amado señor, el placer la recorrió por completo, debido a esto su rostro se manchó de vergüenza.

Se sentó y Sesshomaru le sonrió, era una sonrisa pequeña y sutil, pero ella le correspondió con otra más grande.

-¿Ya te estas acostumbrando?

¿Acostumbrándose, a qué?

¿A ser recibida por una sonrisa cálida?

O

¿A las locas sensaciones de placer que le provocaba?

-¿Eh?

-Me refiero a las sensaciones-Dijo divertido y como si supiese que no sabía a que se refería- ¿No las sientes?

-Pues…-Su cara estaba totalmente roja, Sesshomaru entendió eso como un sí.

-Es lo más normal del mundo, ser la hembra de un gran youkai tiene sus ventajas-Le ofreció otra pequeña sonrisa-Ya te acostumbrarás.

Terminaron de comer, Rin se disculpó y se retiró. Sesshomaru no pudo evitar ver y disfrutar de esa exquisita figura femenina que se marchaba, con ese kimono color rosa pálido y de mangas amplias, falda corta y ese obi largo amarrado al lado derecho con un moño la hacía lucir hermosa.

Estaba impaciente, pero quería torturarse y torturarla a ella de paso, aunque si lo pensaba bien solo quería que la chica estuviera totalmente lista para él, que no dudara en entregarse por completo.

Esa noche pasó normal y tranquilamente, en su enorme cama se le ocurrió la idea de tomarse un año sabático, el tiempo que fuera necesario para cumplir su deseo.

Luego de 7 meses Rin no parecía estar "rogando" que Sesshomaru la hiciera suya y sus fallidos intentos no servían de nada, entre ellos estaba pasearse sin camisa por la casa o acercarse a ella para que experimentara el placer de su presencia, pero el único que estaba experimentando algo era el youkai, y no era algo agradable, era una terrible frustración.

La situación se estaba volviendo "precaria" e insoportable, pero pronto vería su paciencia y sus fechorías rendir frutos.

Era un frío día de diciembre, la nieve caía lenta y cubría todo de blanco y de apariencia linda y suave. Cansada de ver por la ventana, salió de su habitación con su sangre tenjou hirviendo, no sabía porque pero necesitaba a alguien para apaciguar aquellas sensaciones que la venían atormentando, no sabía si habían sido meses o años, lo que si sabía era que fueron una tortura.

Su parte Celestiali había desaparecido por completo, aunque solo temporalmente.

Entró a la habitación contigua, no tocó y la cerró con cuidado para no hacer ruido, sus esfuerzos fueron en vano, la puerta se encargó de anunciar su llegada.

El dueño de la habitación encendió la luz y se encontró con aquella joven, su rostro tenía una extraña combinación de miedo, pudor y nervios, no contrastaba nada con su atuendo, un diminuto kimono color rojo y con detalles de flores blancas, apenas cubría sus muslos, el obi era largo y de color blanco, caía al lado derecho hasta llegar a las rodillas, las mangas eran amplias y al final de ellas tenía detalles de flores rosas; el cuello del kimono era amplio y dejaba ver la unión de sus pechos.

Sesshomaru al ver a SU mujer vistiendo de esa manera se atragantó con su propia salivación que producía, sus ojos se abrieron de par en par, es que jamás pensó verla vestir ese minúsculo kimono que le regaló hace 2 años y que no se había puesto, por obvias razones.

Hermosa era poco para describir aquella figura que tenía al frente.

Ninguna youkai había logrado asombrarlo, hasta ahora, esa niña le daba sorpresas.

El cordero por fin llegó a las garras del león-Mofó en su interior.

Sin hacer contacto visual ni decir nada la joven youkai se despojó de su kimono y lo dejó caer lentamente al suelo, quedando completamente desnuda, ahora si haciendo contacto visual con aquel demonio de cabellera plateada y mirada ambarina, éste se sentó a la orilla de la cama y esperó que ella se acercara, lenta pero segura, cuando la tuvo cerca la atrajo a él; a luz tenue logró degustar aquel majar femenino que gritaba que la poseyera con pasión desenfrenada pero a la vez con dulzura y amor.

Y claro que degustaría esa virginal piel y seguro esos estrechos pliegues de su feminidad, hundiendo su robusto miembro, con pasión pero sobre todo dulzura.

Pero antes la iba a torturar hasta que gritara que la hiciera suya, que admitiera que deseaba sexo y que solo él solo podía dar.

Cosa que no era más que la verdad, al ser la mujer de Sesshomaru, solo podía tener relaciones con él y con nadie más. Algo que ponía de mejor humor al taiyukai.

La alejó un poco de él, solo para pararse y tomarla por las caderas, la giró para sentarla en la cama, sin soltarla la metió mas en la cama y la empezó a besar con gula, ella como pudo le respondía con movimientos lentos.

Ambos eran fuego y si no consumían su unión, se iban a quemar, luego de tantos meses de espera la hora por fin había llegado.

Aquella noche iba a ser como un regalo de navidad jamás recibido ¡El regalo más grande! Y vaya que se lo merecía, ya que la salvó de ser utilizada como ramera en su prostíbulo y ahora era su mujer, solo él se merecía tener el privilegio de abrir el capullo que representaba su virginidad, para convertirla en la flor más hermosa y única de todas.

Con una habitación a semipenumbra, con el frío del invierno, con ese olor que corrompía el aire, con la penuria de tantos años de abstinencia y con el amor que lo enloquecía; todo era perfecto y esa noche iba a estar llena de lujuria y pasión, locura y desenfreno.

Continuará…

Sora-Rin111

...

Bueno este es mi nuevo trabajo, espero hayan entendido que son los celestiali, tal vez eso de contar de órganos sexuales carece de importancia, como sea Rin no tiene una apariencia de "ángel", no puede sacar su forma real, esta raza es sumamente atractiva, no se conoce mucho sobre este linaje de ángeles ya que permanecen ocultos, ya que como se menciona en la historia los matan para vender afrodisíacos, utilizan su sangre y sus fluidos, solo se conoce lo superficial, pero en los próximos capítulos conocerán los secretos sobre ellos.

Les cuento como surgió la idea, es que como ya iba a cumplir años mi onee-sama Atori, pensaba regalarle un fic, pero no sabía sobre que, pero luego de pensar y pensar se me ocurrió hacer una historia donde Rin fuera inmortal y se me vino a la mente un ángel y una tenjou, para hacerla una diosa de la belleza, más linda de lo que ya es, que enamorara y tentara a Sessh, así que este es el resultado, espero les guste y claro especialmente a mi querida Atori que está dedicado a ella.

¿Qué les pareció mi nuevo trabajo?

Espero sus reviews n.n

Sora-Rin111