Hola chicas ya sabran que siempre pongo la misma escusa pero aja! yo estudio medicina y se me hace complicado estar muy pendiente de fanfiction, tarde pero llego el Epilogo
tambien queria decirles que pronto estare de vacaciones si que voy a subir una nueva adaptacion!
con mucho cariño Nessa
Epílogo
Según Bella, había sido el peor momento en el que un hombre podía haber ido a su puerta a decirle que quería pasar el resto de su vida con ella. Después de todo, ella acababa de aceptar un nuevo trabajo, y Sam debía comenzar el colegio después de las Navidades.
Edward había tenido que dejar de pedirle que regresara con él inmediatamente ya que la virtud de Bells de no querer fallar a la gente era una de las cosas que le encantaban de ella.
Así que le habían preguntado a Sam qué quería hacer… pero la respuesta del pequeño no había realmente ayudado. Les había dicho que no le importaba dónde vivieran siempre y cuando los tres estuvieran juntos.
En ese momento, Bella se había dado cuenta de que Edward era muy importante para su hijo… que era un padre para Sam en casi todos los sentidos de la palabra.
Finalmente habían ido a hablar con la directora del colegio para explicarle que habían decidido comprar una casa por la zona para que Sam asistiera al colegio.
Ambos se habían enamorado de aquel rincón de la campiña inglesa. Estaba lo suficientemente cerca de un gran aeropuerto, y así Edward podría viajar al extranjero… aunque ya le apetecía menos viajar y, por primera vez en su vida, le atraía la idea de delegar en otros y quedarse en casa. También estaba lo suficientemente cerca de Londres como para que él fuese cuando quisiera.
Habían encontrado una gran casa antigua con una parcela tan grande que Sam podía jugar un partido de fútbol en ella si quería. Había establos para caballos y una gran cocina con un jardín donde podrían plantar melocotones blancos… fruta que a Edward le había encantado de niño. Quizá no fueran a crecer tan grandes ni tan dulces como aquella recordada fruta… pero plantarlos representaría un símbolo de algo que él había encontrado con Bells. Raíces.
Era la clase de casa que ninguno de los dos había tenido nunca pero que ambos habían deseado. Era un hogar. El primer hogar para ambos.
—El hogar es donde esté tu corazón —dijo Bella.
Él la había besado y la estaba llevando a su habitación.
—Es cursi, pero cierto.
—Entonces mi casa está contigo, mía bella —dijo él dulcemente—. Per sempre.
El conocimiento de Bella del italiano había mejorado mucho y sabía que aquello significaba «para siempre»… pero aunque no hubiese entendido ni una palabra del idioma hubiese sabido lo que significaba.
Podía leerlo en sus ojos.
Fin