Una nuevo fic, pero les digo que este fic es la petición de una lectora, que quiere y pelea para que escriba US/UK, se lo prometí hace tiempo y lo olvide por completo. Ayer volvió a pedírmelo y me sentí muy mal al haberlo olvidado, así que aquí esta, espero que les guste a todos los que decidieron venir a leerlo y dejen un review, criticas son bienvenidas y cualquier error déjenme saber. Español no es mi idioma.

Hetalia no me pertenece, solo secuestre a los personajes por un corto periodo de tiempo y ya están llamando a sus agentes.

Summary: …Arthur es un general de la armada británica que es sumamente frio y cruel con sus cadetes hasta que llega de América Alfred, un chico con aspiraciones de héroes que harán que el mundo de Arthur de un giro de 360 grados con la relación de amistad y algo más que surge entre ellos, pero Arthur no sabe donde está metiendo sus manos. Alfred no es un cadete normal.

Itálicos son pensamientos.

Advertencia: Mínimas palabras, OC's y mínima violencia.


—Starting from here, let's make a promise. You and me, let's just be honest…


Otra mañana activa para sus hermanos, Arthur nunca los ha visto descansar o relajarse, ellos siempre están ocupados en algo y nunca tienen tiempo para él. El solo piensa hacer lo mismo de siempre, sentarse todo el día al pie de la ventana con su peluche entre manos mientras sus ojos inocentes, verdes como la grama, se fijan curiosamente al reloj de pared esperando a que las horas pasen para poder ver a sus dos hermanos mayores nuevamente aparecer por la puerta.

Lentamente al escuchar unos pasos livianos acercarse se movió de sitio, esta vez, con un poco de dificultad, logro sentarse en unos de los dos muebles que estaban en la pequeña sala mientras esperaba la llegada de la dueña de los pasos. Luego de unos segundos una chica alta y de figura esbelta salió a relucir. Arthur sonrió tímidamente. La chica solo lo ignoro y se sentó al lado contrario de él. Con estilo peinaba su cabellera color marón mientras miraba atentamente con sus ojos azules al espejo, buscando algo imperfecto en su cara de niña.

—Kathwin…— la chica solo rodo los ojos en molestia, odiaba que su hermano no dijera su nombre bien, esto siempre la hacía objeto de burlas entres sus amigos. Nunca se ha llevado con el menor, no lo odia, pero tampoco lo quiere cerca, ella solo espera a que Ryan venga para poder irse de la casa y no cuidarlo hasta el otro día. —Es Katherine Kirkland, Arthur—

En eso unas llaves resonaron al chocar con una mesa. Para Katherine era la señal que necesitaba para dejar lo que estaba haciendo y salir a toda prisa de la casa sin decir nada. El pequeño solo apretó el peluche como si su vida entera dependiera de ello. Cerró sus ojos verdes y los abrió repentinamente cuando sintió que le arrebataron el peluche de sus brazos. — ¿Ryan? —

—Ryan, de verdad. Devuélvele el peluche a Arthur, lo menos que queremos es escuchar llantos en el medio de la noche — murmuro un chico de mediana estatura comparado con la del pelirrojo del a lado. Tenía el cabello color marrón y todo revolcado. En su cara tenía un par de pecas aquí y allá y unos ojos verdes iguales a los de Arthur.

— ¿No crees que Arthur tiene que dejar de ser un bebe Patrick? Lo único que sabe hacer es molestar con sus cosas e ideas estúpidas, eso es lo que es, un estúpido — murmuro algo molesto el mayor tirándole de mala gana el peluche a la cara. Sin perder tiempo, el niño escondió su cara en la espalda del peluche mientras sus oídos oían los pasos pesados de su hermano Ryan alejándose del lugar.

Arthur…Arthur…Arthur…


General Kirkland… General Kirkland… General Kirkland…

Ojos verdes se abrieron repentinamente al escuchar su nombre, los pensamiento de hace un momento volvieron a esconderse en lo profundo de su mente, otra vez, para luego quizás sacarlos de nuevo cuando nadie esté presente. Siempre vive en el pasado, y no importa cuánto lo obliguen a volver al principio, el siempre se niega.

— ¿Qué quieres? — contesto en un tono frio mientras se le hacía entrega de unas carpetas. Al principio arqueo la ceja en confusión, pero luego de ver la fila de soldados que entraba las acepto.

—Son los nuevos cadetes, señor— devolvió las carpetas, pero no mostro ninguna señal de amabilidad hacia el chico, que sin perder el tiempo se acomodo a la izquierda del británico. Arthur solamente, con pasos firmes se les acerco a los nuevos cadetes, eran de la armada estadounidense, los cuales el tenía que entrenar porque era su nueva tropa de ahora en adelante. Hora de hacerlos hombres y que dejen de ser niños.

Lentamente, con ojos verdes bien atentos a sus caras, los observo. En su opinión necesitaban solo un poco de esfuerzo, parecían bien disciplinados, no encontraba nada malo en ellos, no como los primeros, así que será tarea fácil. Desde el principio de esta idea recuerda que él fue el primero en protestar, pero viéndolo ahora, no parecía nada fuera de lo normal. Nuevamente dio otro recorrido y un cadete en especial le llamo la atención, así que no perdió tiempo en acercársele.

— ¿Tu? ¿Cómo te llamas? — pregunto con una voz firme. Unos ojos añiles lo miraron con curiosidad mientras una brillante y calurosa sonrisa se pinto en sus labios pálidos. Arthur quería decir algo más, pero al parecer no encontró palabras, ningún cadete le había respondido como ese joven lo acaba de hacer. Quizás no ha escuchado de lo que dicen del, el general más cruel de la armada británica, pero se lo va a enseñar, una vez deje de sonreír el joven. Cuando deje de sonreír porque la sonrisa de ese americano era como anestesia para el comportamiento cruel de Arthur, algo que nunca ha pasado.

—Alfred F. Jones— respondió. Su voz tenía un tono de alegría y curiosidad mezcladas entre sí. Arthur abrió la boca para contestar, pero no encontró las palabras adecuadas para responder de vuelta. Había algo en ese cadete que llamaban la atención del británico. No eran solos sus ojos, sino su cara infantil, su pelo dorado y al parecer el pedazo de cabello que desafiaba la gravedad; su cuerpo, en fin, era precisamente todo lo que le llamaba la atención, pero no sabía porque. Se veía más joven que los demás, pero también se veía de acuerdo a los datos dados sobre él, así que Arthur no sabe que es lo que tiene ese chico que lo hace sentir nervioso, pero rápidamente recobro su compostura, aun no sabe cómo.

—No voy a empezar con formalidades, pero soy su General y me tiene que respetar, en especial tú, que veo en tu cara que vas a hacer un problema— dijo en voz alta, su acento británico evidente en su voz. Alfred solo sonrió nuevamente al ser señalado, con una sonrisa catalogada por Arthur como estúpida, lo único que necesitaba era sobras de comida en sus mejillas y listo, un idiota infantil en su tropa. —Mañana comenzarán los entrenamientos, se levantaran a las 4:30 de la madrugada. Solo tendrán 30 minutos para su higiene y desayuno—

Todos se miraron entre sí cuando el general les dio las espalda, para ser verdad, para ellos era poco tiempo, pero para Arthur era el suficiente, ellos tiene que aprender a ser rápidos. Su enemigo no esperara a que hagan su movimiento, tienen que estar alerta y eso es lo que les va a enseñar. —Pueden retirarse, descansen, mañana será un día ajetreado—

Arthur giro para ver a los cadetes irse, excepto uno, el que le había llamado la atención. Inseguro de si mismo se le acerco nuevamente para solo ser recibido por la misma sonrisa. El británico se encontró escondiendo sus manos en los bolsillos de su jacket mientras sus ojos verdes miraban algo nervioso al joven. —Desobedeciste mi orden. ¿Por qué te quedaste? —

— ¿Tenía que irme? ¡Oh, verdad! — Arthur se encontró abofeteándose mentalmente por la falta de conciencia del chico. Ahora viéndolo bien, cree, no, está seguro, que él será con el cual tendrá que trabajar aun más fuerte que los demás, esa falta de conciencia lo puede llevar a una muerte segura en el campo de batalla; como General que es no puede permitirlo.

—Ven conmigo— murmuro el británico. El chico con un salto se le acerco, muy energético para el gusto de Arthur, pero no importa. Una leve llovizna comenzó a caer, la mayoría lo vio normal, pero los labios de Alfred se formaron en una especie de puchero, algo mas infantil que le encontró. —Prométeme algo, cadete Jones—

Arthur vio como la cara de Alfred se ilumino de felicidad, el chico si era raro. — ¡Dime! ¡Dime! ¡Yo la cumpliré! Eso lo aseguro, palabra de héroe, y llámame Alfred o Al, como mejor de convenga—

Arthur solo suspiro mientras se quitaba los guantes de cuero que escondían sus manos pálidas, de verdad este chico no sabe donde está parado, no sabe absolutamente nada de donde se está metiendo, Arthur no sabe como la armada estadounidense permiten chicos así, con aspiraciones de héroes. algo inusual para el. —Prométeme que no serás el primero en morir cuando vayas al campo de batalla—

El joven solo soltó una carcajada anormal, para la desgracia de Arthur, y le propino dos palmadas bastante fuertes en la espalda del británico. —Nope, yo no muero—


¿Qué les pareció el primer capítulo? ¿Les gusto? ¿Les está gustando como va quedando? Como dije antes esto fue una petición de una lectora, criticas, consejos de todo es bienvenido. Cualquier error déjenme saber mediante un review. Aquellos que preguntan que si 'Mi Inmortal' tendrá secuela, si la tendrá, estoy trabajando en eso, espero que les guste también.

Hasta el Próximo

Review :)