Disclaimer: los personajes son propiedad de la fabulosa Stephenie Meyer, yo solo los uso para mi locas historias...

CAPITULO COMPLETAMENTE DEDICADO A MI HERMOSA BETA, MIL GRACIAS POR APORTAR TANTO A ESTA HISTORIA EN ESPECIAL EN ESTE CAPITULO... TE AMODORO!

lo prometido es deuda mis niñas, ultimo de los dos caps seguidos prometidos! (mmmm tal ves y esta semana les traiga un cap sorpresa)

advertencia: cap. FUERTE (TEMA MUY FUERTE OJO!), para las que son sensibles a temas fuertes simplemente no lean, y para las que no ENJOY GIRLS!


POV Bella.

—Buenos días, dormilona, ¿Cómo estás?—Una suave voz fue lo primero que escuche, levante mi cabeza sumamente adolorida y mire a todos lados, buscando el dueño de esa voz.

Lo encontré en el otro extremo de una habitación un poco conocida para mí.

— ¿Evan? ¿Dónde estoy?, ¿Y qué demonios estás haciendo tú aquí?—Pregunte confundida, refregándome mis manos en mis ojos. Mi cabeza me iba a explotar.

— Ayer tú amiga Brittany en el instituto me invito a su fiesta, y como no tenía nada que hacer y aparte no conocía a nadie, vine al momento en el que te vi bailando sola y llorando, me preocupaste de verás, así que busque a tú amiga y ella te subió a su habitación, me dijo que podía quedarme así que lo hice, dormí en el sillón cuidando tú sueño.

— Ah… Okey, que patética me tuve que haber visto ¿no es cierto?

—No, tranquila, es más, creo que nadie lo noto.

—Por cierto y Britt ¿dónde está?

— Ella bajo a llamar a tus hermanas para que no se preocuparan.—Contesto suavemente, mirándome con una sonrisa, le regrese la sonrisa y me levante, yendo al baño para por lo menos arreglarme y parecer un poco decente.

Mi reflejo era patético. El rímel y delineador corrido de mis ojos, mi cabello hecho un desastre… Me arregle lo mejor posible, suspirando de vez en cuando.

Después de que Britt volviera de hablar con mis hermanas, Evan, ella y yo bajamos a desayunar, la casa ya estaba como antes como si nada hubiera pasado, hablamos de todo y nada, y por un rato pude olvidarme de mi dolor, después de unas horas, Evan se fue y Britt y yo nos quedamos solas le pregunte por su hermano y me dijo que no sabía nada de él, sabía que algo había pasado con Ken y yo pero no lograba acordarme.

Ya pasaban de las 2 de la tarde y yo no quería aparecerme en mi casa, así que se lo dije a Britt y me dijo que por ella no había problema, que me quedará con ella, así que subimos y nos cambiamos por unos bikinis, ella me prestó uno puesto que yo no traía, nos hicimos unos cocteles y nos fuimos hacia la piscina a relajarnos, le conté a Britt el por qué de mi recaída, ya que me lo pregunto y a mí no me quedo de otra que contarle, después de llorar las últimas lágrimas que juré serían las últimas por culpa de Edward, le pedí urgida a mi amiga mi medicina y ella con gusto me la dio, y ella me acompaño, para cuando Ken apareció en la casa, su hermana y yo estábamos en otro mundo. En uno sin dolor y lo más importante, en uno en donde Edward no existía así como tampoco su engaño, en la noche, los gemelos y yo nos fuimos a una discoteca en el centro de la ciudad.

Estaba muy prendida, se nos paso la noche entre tragos y mi amada medicina, Ken estaba muy raro conmigo pero no le di importancia después arreglaría lo que fuera que hubiera sucedido.

De esa manera se me paso el fin de semana, no quería llegar a mi casa,pero ya no podía alargarlo más, mi hija debía de estar muy preocupada por mí, el domingo después de desayunar a las 3 de la tarde, me despedí de los chicos y me fui a mi casa, de camino iba pensando en lo que diría pero ¡al diablo! Debían entenderme, no quería atormentar a mí familia con mi desdicha.

Abrí el garaje desde mi auto y lo deje guardado como si nunca lo hubiera sacado, al entrar a la casa se me hizo extraño tanto silencio, pero no le tome importancia me dirigí a mi habitación, tome una muda de ropa limpia y cómoda, para ir a ver a mi hija, pero claro mis queridas hermanas tenían otros planes, como el de darme el sermón del día.

—Se podría saber, ¿por qué demonios te apareces hasta hoy, Isabella?—Entro gritándome el demonio de mi queridísima hermana Alice, y detrás de ella venían Rose y Brisa, y está última viéndome con una decepción total en su rostro.

— Número uno: . GRITES, número dos no eres mi madre, y tres deja de joderme y vete a comprar todo el puto centro comercial y déjame en paz de una puta vez—Le grite.

— ¿Tienes idea de lo que TÚ hija a sufrido estos días, Bella? La pobre se la ha pasado preguntando por ti, preguntado si su mamá está bien, y ¿tú qué? Feliz de la vida, eres increíblemente egoísta —Termino de rematar Rose, Brisa solo seguía de pie sin mover un solo musculo, solo viéndome sin decir nada, pero ese maldito silencio me mataba más que las palabras de mis hermanas

— Pues por eso mismo no venía, ¿NO ENTIENDEN? Me estaba muriendo, estoy muriendo de dolor, pero claro como no es el maldito de Emmett o el desgraciado de Jasper, no me entienden pero ¡Já! ¿Les digo algo? ¿Quién les garantiza que en este momento esos dos no se están revolcando con alguna perra francesa como el malnacido de Edward? Al fin y al cabo, son hermanos y llevan la misma sangre —Les dije riéndome de ellas, sabía que estaba siendo una perra con ellas, pero me buscaron y me encontraron, inmediatamente que termine de hablar me arrepentí pero no se los dije, solo pude ver como los ojos de Alice y Rose se inundaban de lágrimas, la primera salió corriendo de mi cuarto, pero Rose solo me dio una cachetada y me grito.

— ¡Maldita! No tenías derecho de decirnos esto, Isabella, pero esto nos sacamos por preocuparnos por ti—Y así salió Rose, con sus lágrimas contenida y hecha una furia, pero era lo mejor. No necesitaba de sus regaños si no que me ayudaran y fue lo que menos hicieron.

— ¿Y tú? ¿Que estas esperando para irte también?Le grite a Brisa—.¡Estoy esperando Brisa, GRITAME!

—No, Bella, ¿qué ganaría?, tú sabes que no tienes razón de nada, tus hermanas te aman y se preocupan por ti, y no lo sabes valorar, ¿sabes algo, Bella? Me decepcionas no pensé que un hombre, pudiera hacer que tiraras todo lo bueno que habías logrado en este tiempo, tú hija es la más perjudicada con tus berrinches, piensa en eso. —Cuánta razón tenía, quería decirle que lo sabía pero mi maldito orgullo podía más que yo, todo me lo dijo tan suave como hablando a una retrasada, y yo creo que lo era. Sin decirme una sola palabra más, salió de mi habitación dejándome más hundida en mi miseria, perfecto ahora a mis problemas tenía que sumarle el estar enojada con mis hermanas aunque esto último me lo merecía por pendeja.

Después de la discusión, me bañe y cambie, y fui a ver a mi hija y tal como dijeron mis hermanas, la pobre apenas me vio se me lanzo encima llorando, diciéndome que me había extrañado demasiado, ella me amaba de manera incondicional y yo no la sabía valorar, pero ¿qué podía hacer? Necesitaba curarme para poder estar completa para ella, me la pase todo el resto del día jugando con ella, en la noche mi madre me hizo el interrogatorio, pero lo más extraño fue que me pregunto por los Cullen, y que sí había sido por Edward que me había puesto así, le dije que sí, que había sido por él, por haberme engañado, y le conté omitiendo unos cuantos detalles, obviamente, de mi fin de semana.

Los días seguían su curso y pues yo el mío, ahora aparte de ir al instituto y cuidar a mi hija, compartía con los gemelos, ahora que habían vuelto, ellos me ayudaban a conseguir mi medicina y pasaba más tranquila, le había pedido casi de rodillas perdón a mis hermanas, aunque Brisa sabía que había vuelto a las drogas no me dijo nada, simplemente me dejo ser, digamos que las cosas habían vuelto a ser "normales".

Una tarde estaba, recostada en mi cama, viendo hacía la nada, pero me acorde de una conversación que había tenido con Brisa, cuando me había confesado que a ella también la habían violado. En ese momento, no quise atosigarla con preguntas, pero necesitaba saber cuándo le había sucedido a ella, el cómo, ya que tal vez sí sabía con más profundidad su sufrimiento, nos podríamos ayudar mutuamente, así que sin más, me calce mis pantuflas que usaba para estar en casa y me dirigí a su cuarto, pero no estaba, así que la busque en la habitación de Mary y ahí estaba con mi hija en brazos, ella se veía tan cómoda con mi hija, Y Mary estaba feliz de estar con ella.

Brisa sintió mi presencia, porque se volteó y me miro, como me miraba desde hace días, seria y fría. Había llegado a querer a Brisa, y ese silencio, esa distancia, me dolía más. Ella suspiro y miro a Mary, se había quedado profundamente dormida, con un rizo envuelto en su dedo meñique. No sabía como empezar, ni que decir… Así que me quede callada un momento.

POV BRISA.

— Brisa, puedo… ¿puedo preguntarte algo?—Me pregunto Bella después de un largo silencio, deje a Mary en su cuna y ella ni se inmuto, se había quedado completamente dormida, mire a Bella, que seguía parada, recostada en el marco de la puerta.

— Dime —Le dije mientras caminaba a mi recámara, sabía que teníamos que hablar. Desde que le dije mi secreto, supe que tendría dudas… Que lo querría saber.

— Como… ¿Cómo o cuándo te violaron?—Pregunto tímidamente. Por su tono de voz, estaba segura que no se decidía si preguntarme o no. Pero la curiosidad mato al gato, así que… —. Si no te sientes cómoda, no me digas—Añadió ante mi silencio.

Suspire profundamente, adentrándome más en mi habitación, sentí sus pasos detrás de mí, no deje de caminar hasta llegar al balcón de mi cuarto. Esto era lo que más me gustaba de mi recámara. El balcón. Cuando me sentía muy triste o sola, o estaba a punto de volver a caer en el hoyo negro, venía acá y respiraba profundamente, viendo el paisaje de Los Ángeles, era hermoso. Sus noches despegadas y frescas, me ayudaban a relajarme y ver todo con claridad.

Bella estaba detrás de mí, y me daba mi espacio. Ella sabe que es muy difícil hablar de esto… Pero hay veces en que es necesario.

Una parte de mí pensaba decirle: "¿Para qué demonios quieres saber? Encárgate de tú vida, de tú hija y cuando hayas dejado de drogarte, o cuando estés lo suficientemente bien como para diferenciar la realidad de la fantasía, te diré. Pero ahora no me jodas más la vida". Pero eso sería demasiado infantil… y tonto, al menos de mi parte, además, sé que Bella estaba bien, aunque lleva varios días drogándose, sé que ahora está bien… Y necesito tanto hablar con alguien…

— Yo tenía diez años…—Empecé a relatar en voz baja, rememorando cada detalle, completamente todo. Bella se acercó a mí y se quedó a un lado mío, mirando el paisaje, mi vista se perdió en un punto lejano, conforme los recuerdos me envolvían.

Ese día, mis padres habían ido a una fiesta, Dimitri era el mejor amigo de mis padres, y él se quedó a cuidarme. Yo al principio, me agradaba Dimitri, era bueno conmigo y me daba dulces a escondidas, jugaba conmigo y me ayudaba en muchas cosas, era como el hermano que nunca tuve.

Ya habían varios días en los que lo notaba raro, me miraba… de una manera diferente. Me daba escalofríos y, bueno, asco, pero me decía a mí misma que era el mismo Dimitri de siempre, el que me regalaba dulces y ayudaba en la tarea.

Mis padres no lograron conseguir que la nana se quedara conmigo, así que Dimitri dijo que él se encargaría de mí. Yo acepte gustosa, creyendo que comeríamos helado y veríamos películas de terror, ya que mis padres me prohibían verlas. La noche era perfecta para ver películas de terror, estaba nublado y en cualquier momento llovería, los truenos se escuchaban, pero mis padres no podían faltar. Era necesaria su presencia.

BuenoDijo mi papá después de pensarlo—. Está bien, pero nada de dulces, ni de películas prohibidas.

Ni de porno, Dimitri Añadió mi madre ante la incredulidad del aludido.

Emma, ¿Cómo puedes pensar eso de mí?Pregunto ofendido Dimitri, yo me eche a reír, aunque en ese tiempo no sabía que era porno.

Ya dijeSimplemente dijo mamá antes de tomar el brazo de mi padre y caminar fuera de la casa, le seguimos hasta la puerta y los despedimos hasta que vimos que el coche desapareció.

Los sirvientes estaban fuera, era domingo y era su día libre. Solo estábamos Dimitri y yo y nadie más. Cuando el coche desapareció de nuestra vista, Dimitri se volteó a mirarme y la misma mirada desde hace días apareció, me recorrió completa.

Yo traía un mini short azul, camisa de tirante blanca e iba descalza. Dimitri traía un pantalón deportivo camisa blanca sin mangas y también iba descalzo.

A ver quién gana a tú cuarto, el perdedor va por los helados y el ganador elige la películaMe reto, yo acepte, ya que tenía en mente ver una película terrorífica y sabía que Dimitri escogería a Rocky, ya que desde hace meses tenía esa obsesión por Rocky.

AceptoDije sonriendo.

Una… Dos… ¡Tres!Grito Dimitri, eche a correr sin ver si él me seguía o no, subí rápidamente las escaleras y llegue jadeando a mi cuarto, cayendo en mi cama boca arriba.

Un minuto después, Dimitri llego tranquilamente, sonriendo como nunca antes lo vi sonreír. Un escalofrío me recorrió entera. Pero lo ignore.

Te ganeDije jadeando, mi pecho subía y baja, pude notar la mirada de Dimitri en mis pechos, me sentí incómoda pero no le hice caso. Me senté en la cama y mire burlona a Dimitri—. Gané. Así que yo elijo la película… Y quiero ver… El payaso Eso Sonreí. Dimitri me miró con una ceja arqueada, cerró mi puerta y escuché el click del seguro, pero tampoco le di importancia. Mi mente de niña pensaba que estaba con Dimitri, y que él nunca me haría nada…

Que equivocada estaba.

¿El payaso Eso?Pregunto en voz baja… amenazante…

Sip Explote la "p" al final. Dimitri se acercó a mi cama y se quedó al filo de está.

HumRonroneo, ese ronroneo me inquieto y me puse de rodillas quedando a su altura.—. Y… ¿Qué te hace pensar que vamos a ver películas?

Su pregunta me dejo en shock, una tipo alarma empezó a sonar por mi cabeza, pero le ignore, empecé a respirar rápidamente.

¿Por qué tú lo dijiste?Pregunte temerosa.

Ay, linda Brisa…Susurró Dimitri. . ¿Sabes? Desde el primer día que te vi, supe que sería mía… He esperado pacientemente cinco años, y no pienso esperar más… Creo yo que he sido un buen hombreSe acercó lentamente a mí y me aleje de él, pero me tomo de la cintura y me pego a su cuerpo. . Un muy buen hombre…

SuéltameSusurre con miedo.. Dimitri, por favor, suéltame.Sollocé.

No, no, noCanturreó, el miedo se apoderó de mí cuando una de sus manos viajaron por mi costado izquierdo, tocando todo a su paso, mis manos habían ido a sus hombros, tratando de soltarme, me agarro fuertemente la barbilla y me hizo mirarlo.. Esta noche, es nuestra noche… Esta noche serás mía…

No era tonta, sabía lo suficiente de sexo como para saber lo que él iba a hacer. Pero de todas maneras me negué, me retorcí para intentar alejarme de él, pero él tenía más fuerza. Él era más fuerte…

Su mano en mi barbilla me mantuvo quieta mientras me besaba con fuerza. Nunca había sido besada, y este era mi primer beso…

Me aventó a la cama y antes de que me pudiera mover, se dejó caer en mí, suplique y lloré, para que se detuviera, pero no lo hizo. Cuando volví a sentir sus labios en los míos, cerré los ojos fuertemente, al igual que mi boca y piernas.

Sentí como se quitaba su playera y la arrogaba, pero no abrí los ojos ni me moví, se levantó unos segundo de mí y escuche el friz de la ropa al quitarse, antes de que pudiera pararme y echar a correr, él ya estaba otra vez encima mío. Apreté mis brazos alrededor mío, pero su fuerza era mayor. En segundos mi playera desapareció, dejándome desnuda ante él, no pude ni quise abrir los ojos, aunque tenía cerradas mis piernas, él me quito mi short y mis braguitas, no sin antes haberme acariciado el torso desnudo y las piernas, estaba paralizada del miedo… Me sentía impotente, débil.

Sentí sus labios en mi cuello, lo chupo y mordió, no grite, pero solloce.

Sí gritas o haces algún ruido, juro que te mataré Susurró en mi piel, apreté fuertemente la mandíbula y las lágrimas empezaron a bajar silenciosamente.. Así es, pequeña.

Sus labios bajaron por todo mi cuerpo, no quedo piel expuesta que él no toco con sus asquerosos labios, el miedo fue creciendo conforme pasaban los segundos, las lágrimas no cesaron, la debilidad, impotencia, horror, asco y odio llegaron a mí, supe que tenía que hacer algo, no podía quedarme ahí quieta y dejar que él hiciera lo que quisiera conmigo.

Cuando sentí sus labios en mi vientre, me empecé a remover, patalear sin abrir las piernas, abrí los ojos y empecé a dar manotazos a su cabeza, él la levanto para mirarme y sus ojos eran negros, una sonrisa malévola apareció en su rostro. Seguí luchando hasta que hablo.

Así me gusta, pequeña, peleaMe beso con fuerza, pero esta vez abrí mi boca y lo mordí con todas mis fuerzas, él gimió de dolor y se alejó para verme y sonrió.. Pelea, pelea todo lo que quieras, serás mía aun así.

¡No!Grite, logré darle una patada en su pierna, pero él se río. Alce mi rodilla y le pegue en su entrepierna, se quedó un momento sin aliento y se dejó caer a un lado mío, aproveche para levantarme y correr a la puerta, pero antes de que pudiera abrirla, siquiera tocar el pestillo, sentí sus manos en mi cintura nuevamente.

¡Noo!Grite y trate de soltarme, pero me volvió a aventar a la cama, para está vez pararse frente mío, me abrió con fuerza las piernas y se puso entre ellas, sin dejarme volver a cerrarlas, me sentía desprotegida, aterrada. Maldije el haber querido una cama grande, donde le llegara a la mitad la altitud de la cama, yo me tenía que subir de un salto. Maldije el momento en que ese tonto capricho vino a mí. Los truenos se hicieron más fuertes y conforme gritaba, la lluvia se dejó venir, con toda la fuerza que una tormenta traía.

Rápidamente, con una mano, tomo mis dos manos para ponerlas arriba de mi cabeza, me inmovilizo mis manos, y con su otro brazo, lo dejo encima de mis caderas, apretando tan fuerte, que no pude mover mis piernas por el dolor, los sollozos empezaron a salir de mi boca.

Por favor, por favor, DimitriLloré, mirándole suplicante.. Por favor, no… No lo hagas.

Lo siento, pequeña… Eres mía, y tengo que demostrarlo Me dijo antes de meterse dentro de mí, de golpe, grite de dolor y sufrimiento.

¡No, por favor, no!Gritaba, mientras él entraba y salía de mí lentamente, haciéndome daño… Mucho daño…

Dolor, asco, sufrimiento, terror, odio… fue todo lo que pude sentir en esos momentos, dejé de gritar para sollozar, mientras él gemía y sus labios chupaban y mordían todo aquello al que tenía acceso. Mis pechos, mi cuello, clavícula… Sentía asco cuando sus labios tocaban mi piel, cerré los ojos, y quise morir ahí mismo…

Sus manos no me soltaron, sus manos en mis caderas me apretaron más fuerte, haciendo que gimiera de dolor, cosa que lo excito ya que empezó a moverse más fuerte dentro de mí, me dolía, ya casi no sentía mis piernas y me sentía al borde de la inconsciencia. Rogaba por que llegara ya, mis lágrimas caían y caían. No veía el final de nada… De mi sufrimiento, de mis lágrimas, de mi dolor…

Cuando él grito, sentí algo caliente entrar en mí, cerré nuevamente los ojos imaginando que era, en la escuela nos empezaban a hablar de esto, pero mis amigas me habían contado varias cosas, que sus hermanas mayores hacían.

Lo sentí caer sobre mí, lo sentí respirar en mi cuello, soltó mis manos y dejo de apretarme en mis caderas, pero no me podía mover, me sentía demasiado débil como para hacerlo.

Te odioSusurré, él río en mi cuello, cosa que me puso la carne de gallina de puro horror.

Y yo te amo, pequeñaDijo antes de levantarse y empezarse a vestir, me miro por un momento. No me podía mover.—. Ahora ya eres mía… Siempre lo serás y no sabes lo que me agrada.

Lo mire con todo el odio, dolor y asco que sentía, empecé a sollozar cuando él se fue, dejándome sola. Me hice un ovillo, llorando realmente mi dolor. Deje salir todo, grite y patalee, pero ya no podía hacer nada…

No supe en qué momento me quede dormida, cuando desperté, era un nuevo día, estaba con mi piyama, y cobijada, pero me di cuenta de que no eran las mismas cobijas de ayer… Eran otras.

Ayer estaban las rosas pálido, hoy estaban las azules fuertes. Me levante con un gran dolor en mi entrepierna, mis caderas y mis manos… En realidad, todo mi cuerpo me dolía.

Buenos díasDijo Dimitri, su simple voz me congelo en mi asiento y no pude más que mirarlo aterrada.—. Espero hayas descansado, la tormenta sigue y tus padres no llegaran hasta la tarde, yo tengo que irme ya. Te extrañaré, pequeña.

Yo no Dije con rencor, sus ojos me miraron tristes, pero no pude más que mirarlo con odio.—. Te odio, Dimitri… Te odio y no quiero volver a verte nunca.

Que lastima, pequeñaMe dijo, sin inmutarse ante mis palabras.—. Yo te amo con mi alma… Pero sé que necesitas tiempo.

Me das asco…Susurré. Él me miro duramente, pero no se acercó a mí.

Me tengo que irHizo ademan para irse, pero se volvió a voltear a mí.—. Si le dices algo a alguien, juro que lo de ayer no será nada, comparado con lo que te haré. Aunque me vaya, te seguiré vigilando, eres mía y en cualquier momento te puedo reclamar, así que cállate o te ira peor.

Sus palabras me dejaron atontada, me aterré y él lo noto.

Así me gusta.Susurró, se acercó a mí y antes de que pudiera hacer algo, me beso con fuerza.—. Nos veremos, pequeña.

Salió de mi habitación, dejándome sentir sucia y vacía. En cuanto se fue, corrí a mi baño, cerrando con llave y metiéndome a la ducha, me bañe con fuerza, queriendo borrar y lavar todo de él, queriendo que lo de ayer solo fuese un sueño… A partir de ese día, nunca volví a ser la misma…

El silencio fue lo único que se quedó entre nosotras, yo lloraba en silencio, el recuerdo era doloroso pero me sentía un poco mejor al decirlo. Sabía que Bella me entendería, ella sufrió lo mismo que yo.

— Cuando mis padres regresaron—Continué después de que el silencio se hizo insoportable.—, yo ya estaba bañada, y en la sala, me preguntaron por Dimitri y les dije que se tuvo que ir, que tuvo una emergencia, mi padre le hablo para saber si todo estaba bien, mientras que yo le pedía a mi madre que me cambiaran de habitación. No me creía fuerte como para poder dormir ahí, era demasiado para mí. Mis padres aceptaron que me cambiara de cuarto, la casa era enorme y que me cambiara no significaría nada. Dimitri le había dicho a mi papá que por una emergencia familiar se tuvo que ir, durante cinco años pude respirar tranquilar al no verle nuevamente. Pero cuando mis padres murieron y él se apareció en mi casa, el terror volvió a mí, me dijo que me iría con él, que le pertenecía, pero al ser el funeral de mis padres, no me toco, gracias a Dios. Cuando tus padres me dijeron que ellos se harían cargo de mí, lloré de felicidad. Me sentí protegida, sabía que con ustedes nada me pasaría, Dimitri no sabe dónde estoy…—Añadí.—. Y creo que es mejor que así se quede.

— Dios mío, Brisa —Susurró Bella, mirándome sorprendida.—. Debiste haber sufrido mucho.

— Lo hice—Asentí.

— Yo al menos no recuerdo que fue lo que me paso… Pero tú —Se quedó sin palabras y sin previo aviso, se me abalanzo, abrazándome con fuerza.—. Solo tenías diez años…—Susurro.

— Lo sé—Musite, echándome a llorar. Lloré lo que en años no lloré, lloré porque fin me libere de esa carga, lloré porque me sentía protegida y segura.

— Nunca más volverá a tocarte, nosotros te protegeremos y cuidaremos, y si veo que Dimitri se atreve a buscarte y si te encuentra, juro que le arrancare las bolas a ese malnacido.—Dijo Bella, aun abrazándome.—. Nadie lastima a mi hermanita. Nadie te volverá a lastimar, Brisa. Nos tienes a nosotros, y nosotros te protegeremos. Los Swan, protegen a los Swan. Y tú, Brisa—Me tomo el rostro entre sus manos y me miro, con lágrimas en sus ojos. —, eres una Swan.

Sus palabras terminaron por derrumbarme, lloré con ella, en sus brazos, hasta que me quedé dormida. Dormí como hace años no dormía, las pesadillas no volvieron. La seguridad, cariño y amor que alguna vez perdí, regresaron a mí.

Me volví a sentir segura.

Protegida… Amada.


Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único.

Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír.

ESTOS DOS REFRANES REPRESENTAN EN ESCENCIA LA LUCHA DE BRISA! MIS NIÑAS ESPERO LES HAYA GUSTADO ESTE CAP...

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