Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! No me pertenece ni sus personajes, es propiedad de Akira Amano.

Advertencias: Universo Alternativo. Mukuro dos años mayor que Tsuna. Un Mukuro sádico, agresivo y temible, menos con Tsuna (digamos que le tiene un trato especial). Un Tsuna que aparenta ser lindo e ingenuo. Un poco de OCC (puede ser mucho, mejor ustedes díganmelo). Participación de la primera generación Vongola, de la Decima generación, de la familia Millefiore y probablemente algunos integrantes de los Shimon. Este fic es yaoi, clasificación M (no ahora, pero más adelante habrá lemmon y ese tipo de cosas). Pareja principal 6927. Ligeros toques de 1827, G27, X27 y R27 (no lo se, puede que meta a Tsuna con más… pero sería de una forma mucho más ligera que con los que ya mencione).

Aclaraciones:

_Hablan los personajes.

-Pensamientos de los personajes-.

-aclaraciones mías-.

Summary: Con sólo ocho años, Mukuro se encuentra recluido en una prisión de la cual es comprado y se lleva una sorpresa al enterarse que ahora es pertenencia del hermano menor del hombre que le compro.


Yunmoon Projects

Presenta:

Artes oscuras

Parte 1: Primicia

Capitulo 1: Prisión.

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Con amargura recibió los rayos del Sol matutino, sus ojos lentamente se abrieron hasta mostrar sus ojos de diferentes colores, uno de color rojo profundo y el otro de un azul brillante. Se estiro en su lugar hasta que escucho varios ruidos de sus huesos, la posición en la que había dormido era incomoda, bueno, no era como si en primer lugar tuviera un lugar cómodo en el que dormir. Capto el sonido de pisadas acercándose, no aseguro si esas pisadas se dirigían a su celda, pero aseguro que esas pisadas estaban cerca. Los pasos se detuvieron frente a la puerta de su celda y se levanto instantáneamente, sus ojos se entrecerraron y se alejo hasta colocarse en la orilla del lugar, si volvían para golpearlo esta vez si que les iba a mostrar su habilidad, ya estaba harto de tantos golpes.

_¿Es esta?

Escucho la voz grotesca de algún hombre, frunció el ceño.

_Pero si es ese monstruo, Mukuro Rokudo.

_Pero dijo que quería ver al más joven y es este niño.

Eso lo molesto, ¿querían al más joven? Apretó las manos contra la ropa que llevaba puesta y totalmente irritado escucho la puerta de acero de su celda abrirse. Dispuesto a atacar dio un paso, pero el hombre solo le tomo del cabello, jalándolo con fuerza y haciéndole doblegarse al instante.

_Tienes suerte, mocoso, si hubieras tenido un año más no hubieras salido de aquí… monstruo.

El menor gruño ante el insulto, pero el hombre soltó una carcajada y lo estampo contra la pared de la celda, su espalda trono por el golpe, pero ni el dolor aplaco su mirada feroz. El hombre mayor lo tomo del cuello y lo apretó con fuerza, esa fuerza sobre su piel de niño prometía dejar marcas dentro de algunos días.

_Mira, mocoso, si te dejamos libre es porque han pagado una buena cantidad por ti. Giotto Vongola es el mejor cliente que hemos tenido y si haces algo malo… vamos a matarte. Así que no causes problema a tu nuevo dueño.

El menor apretó los dientes, ¿había dicho Giotto? El nombre le era un poco familiar. Había escuchado que una familia importante de Japón se había mudado recientemente a Italia –tenía sus contactos-, esa familia era influyente pese a su precedencia, el nombre de Giotto se había mencionado en esa historia varias ocasiones. El hombre sonrió de lado al ver que había logrado hacer que el chico dejara de pelear, le coloco unas esposas en las muñecas y tomo la cadena que colgaba de ellas y lo jalo.

_Pero no te sientas afortunado, no sabes que te espera ahí.

Y después de decir eso soltó una fuerte carcajada haciendo molestar al menor, de pronto paro de reír y dio la vuelta, los ojos del hombre miraron a Mukuro con despreció y luego le sonrió con malicia.

_Después de todo, eres solo un crió de ocho años… Aunque le podrías servir… de alguna forma.

Las palabras con doble sentido hicieron enfurecer a Mukuro, pero se aguanto las ganas de matar a ese hombre en ese mismo lugar, sabía que le podía ir mal. Sus ojos, letales, miraron al hombre con desprecio, lo detestaba con cada célula de su cuerpo. Pero realmente se había interesado un poco, quería saber porque un hombre de ese estatus lo compraría. Lo guiaron entre pasillos y escaleras y se dio cuenta que realmente estaba muy abajo, su celda debía de estar realmente resguardada. El hombre que sujetaba su cadena comenzó a quitarle las esposas una vez llegaron a la puerta de salida de la prisión, cuando le quito las esposas abrió una puerta y lo empujo al exterior y por primera vez después de cuatro años volvió a pisar suelo que no pertenecía a esa prisión. Per notó algo, sus ojos, grandes por su edad, miraron fijamente el vehículo frente a él, un auto negro que tenía la puerta trasera abierta. El hombre que lo había estado guiando lo arrojo dentro del auto, le sonrió con una amenaza implícita por ultima vez y cerró la puerta con brusquedad, se acercó al conductor y comenzó a hablar algo con él.

Mukuro solo observo el interior, era un auto que parecía caro, no podía ver al conductor debido a un vidrio negro que lo separaba de él, analizo su situación y se dio cuenta de la verdad, no sabía la razón de su compra, no sabía para que lo habían comprado, desconocía incluso como era su nuevo dueño. Debería de estar aterrado, pero ese tipo de sentimientos hace mucho que los había perdido.

El auto comenzó a moverse provocándole sacar un vergonzoso jadeo, miro por la ventana y con cierta amargura se despidió de esa prisión. Sus manos pronto comenzaron a apretar la ropa que llevaba puesta y se dio cuenta que se encontraba nervioso, se sentía ofendido por sentir ese tipo de sentimientos, pero sabía que era algo que realmente no podía evitar. Pronto se encontró aburrido y sintiendo comodidad, por primera vez, comenzó a sentir sueño, lo evito, lucho por no quedarse dormido, pero al final lo hizo.

Pasaron alrededor de cuatro horas, sin que él lo supiera, cuando volvió a abrir los ojos, para ese momento el auto ya no estaba en movimiento y había una construcción frente a él. Rayos, era tan grande que su dimensión lo asombro, nunca había visto una casa de esa dimensión y aunque la prisión era grande era horrible, esa casa en cambio era preciosa. Escucho una puerta abrirse, el hombre que había estado conduciendo el auto le abrió la puerta y con una gentileza extraña –para él era extraña, nadie había sido gentil con él- lo guío dentro de la casa. El interior era sorprendente, todo se veía tan caro y reluciente, todo era brillante, incluso lo que tenía que ser oscuro lo era, el interior de la casa brillaba como si fuera oro. El hombre lo guió a una habitación y sin decir nada lo dejo solo.

La habitación en la que había sido dejado era brillante como todo el lugar, las paredes estaban pintadas de un color azul fuerte y las cortinas doradas le daban un toque llamativo, pero se veía bien. Había sillones en el centro y una mesa de cristal, sillas en los rincones adornaban la instancia. Sus divagaciones pararon cuando escucho la puerta abrirse, se puso en guardia, ya quería conocer a ese tal Giotto. Pero entro un niño, pequeño, de cabello color café caramelo y unos grandes ojos color chocolate, se veía menor que él y supuso que ese no era Giotto. El niño sonrió cuando lo vio y se acercó a él. Era majo, bastante mono. El castaño se acercó a Mukuro a tal grado que sus narices rozaron, el peliazul quiso alejarse, pero no lo hizo y realmente no supo la razón.

El menor soltó una risita mientras se alejaba un poco del invitado de su hermano mayor, Mukuro sintió que el castaño comenzaba a acariciarle el rostro. El castaño fue feliz al sentir la suavidad de la piel del invitado, aunque estaba sucio, el niño mayor tenía una piel suave, Mukuro se sintió mareado por las continuas caricias y miradas que le lanzaba el niño menor. El pequeño castaño le acarició el cabello y sus ojos marrones se iluminaron como si fueran dos farolas, sus manitas pasearon por su cabello azuloso oscuro, sin querer le toco una oreja y sintió como el mayor se movía.

_¿Tsuna te ha molestado?

Su voz infantil provoco gracia a Mukuro, pero con su sonrisita juguetona respondió al niño.

_No.

Entonces el niño le sonrió y volvió a acercarse, de nuevo lo hizo demasiado, al parecer ese pequeño no conocía lo que era espacio personal.

_¿Para qué que te trajo Giotto-nii?

Preguntó el pequeño, Mukuro se estremeció cuando escucho el nombre, realmente él tampoco lo sabía y estaba igual de curioso por saber la razón, si había sido comprado para propósitos sexuales o algo similar entonces pensaba escapar, no tenía la intención de aceptar esos tratos, de hecho, ni siquiera quería estar ahí. Pero entonces el castaño lo abrazo fuerte, sus manitas alrededor de su cuello lo estremecieron, el calor que le proporcionaba el niño menor era extraño, pero era bastante agradable.

_¿Serás amigo de Tsuna?

Mukuro se preguntó si 'Tsuna' era su nombre, le sonrió, ese niño estaba siendo amable con él después de todo.

_¿Quieres que sea tu amigo, Tsuna?

_¡Claro!

El menor se separo y le miro con ojos brillantes y una sonrisa tierna, sus manitas volvieron a acariciar el cabello de Mukuro, pese a que era un poco molesto que hiciera eso, Mukuro se lo permitió y de nuevo no supo porque se lo permitía, a él nunca le había gustado que lo tocaran tanto.

_¿Cuál es tu nombre?

Preguntó el castaño, Mukuro dudo en responder a eso, pero los ojitos tiernos del niño le causaron un estremecimiento, de nuevo se sintió extraño con ese niño a su alrededor, era lindo como pocos y se veía tan cariñoso, tan ingenuo y puro. Sin duda alguna era un niño rico, pero era diferente, eso podía sentirlo y casi asegurarlo. Entonces decirle su nombre no le costaría nada.

_Su nombre es Mukuro y tiene dos años más que tú, Tsuna.

Esa voz le provoco un estremecimiento total y que las caricias del castaño pararan. El menor agrando su sonrisa y sus ojos brillaron más, sus manitas soltaron el cabello azuloso de Mukuro y corriendo se encamino al hombre mayor, al rubio de ojos azules brillantes.

_¡Giotto-nii!

Giotto sonrió mientras recibía a su hermano menor, lo envolvió en un abrazo y lo cargo para besar sus mejillas, las cuales eran suaves y redondas. Lo bajo de nuevo y le acarició el cabello castaño, el menor se encogió con felicidad ante el contacto mientras que sus manitas apretaban la tela del pantalón de su hermano mayor.

_¿Mukuro te ha gustado?

Le preguntó el rubio al pequeño niño, Tsuna asintió mientras se dirigía de nuevo hacía Mukuro, le acarició el pelo con lentitud esperando escuchar de nuevo los ronroneos que hacía el peliazul de manera inconsciente, pero Mukuro ya se encontraba a la defensiva, ese hombre mayor le había comprado y no conocía sus intensiones, pero a la vez mantuvo una mirada desafiante mostrando que no le tenía miedo y era la verdad, Mukuro no le tenía miedo a Giotto.

_¿Puede ser amigo de Tsuna?

_¿Por qué no se lo preguntas tú de forma correcta?

Algo tímido, el niño castaño miro a los ojos al peliazul, sus mejillas tenían un tinte rojo que lo hacían lucir lindo, sus deditos se movían nerviosamente y luego desvió la mirada de Mukuro. Mukuro sintió gracia por la escena, ¿le daba pena preguntarle cuando su hermano mayor estaba ahí? Supuso que si, después de todo la primera vez que se lo había preguntado no se había comportado de una manera tan tímida.

_Mukuro-kun… ¿Quieres ser amigo de Tsuna?

Pero Tsuna estaba nervioso porque hace un momento Mukuro no le había dicho que si y le daba pena que le dijera que no frente a su hermano mayor, pero Mukuro solo le sonrió mientras le tomaba una mano, se sentía débil frente a ese niño.

_¿Por qué no?

A Tsuna se le iluminaron los ojos y saltó sobre Mukuro provocando que ambos cayeran al suelo, Mukuro estaba un poco perturbado por el golpe. El menor frotaba su cabeza en el pecho del mayor y Mukuro sintió un calor extraño, miro más arriba encontrándose con la sonrisa de ese tal Giotto, rápidamente deshizo su sonrisa –que no supo en que momento se formo- y miro al mayor con el ceño fruncido, pero el hombre rubio sólo le dirigió una sonrisa amable y luego se acercó para quitar a su hermano de encima de él.

_Vamos Tsuna, el suelo esta sucio y estas aplastando a Mukuro.

_¡Tsuna lo siente!

Tsuna se levantó rápidamente de Mukuro permitiendo que el otro chico también se levantara. Entonces Giotto hablo, y sus palabras declararon el nuevo camino para Mukuro. Su destino.

_A partir de ahora, ¿podrías pertenecer sólo a Tsuna, Mukuro?

Al parecer, la compra no había sido para Giotto, había sido para su hermano menor.

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¿Podrías pertenecer a Tsuna? Esa frase me provoco una extraña emoción, uff… Como que al leerla una segunda vez me sentí emocionada, digo, ¿Mukuro perteneciendo a Tsuna?

Mi primer 6927 y sale esto, espero que les guste porque encontrar una idea digna para esta pareja me costo mucho trabajo, a mi me encanta esta pareja, pero mi mente no podía encontrar una buena idea para crear un fic, pero esta idea extrañamente me gusto.

Para ser sincera no pensaba subir este fic hoy, pensaba hacerlo mañana o el sábado, pero dije: ¿Por qué no ahora? Y pues al final decidí subirlo.

Esta idea se desarrollara de manera lenta, pero cuando lleguemos a la cima habrá MUCHO amor. Cuando miraba a Mukuro solo pensaba en una situación comprometedora con Tsuna, así que me costo trabajo no tener ideas 'raras' mientras escribía. Pero recuerden, esto puede estar lleno de azúcar sin que eso se trate específicamente de amor de pareja, así que no se molesten por eso, pero ¡los dos son niños todavía! Así que no puedo escribir cosas que dos niños de esa edad no harían. Pero véanlo por el lado positivo, Mukuro podrá tener a Tsuna a su disposición cuando quiera y en el 'futuro' eso puede ser conveniente.

Espero que disfruten este nuevo fic.