Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! No me pertenece ni sus personajes es propiedad de Akira Amano.

Aclaraciones:

_Hablan los personajes.

-Pensamientos-.

-aclaraciones-

Summary: Pensando que su vida está completa, Reborn, un asesino a sueldo, toma la misión de averiguar sobre cierta familia que al parecer tiene mucho que ver en su mundo. Pero un invasor en su vida le hace darse cuenta que ser un asesino no lo es todo.

Reborn nunca se había enamorado, porque el amor no era necesario en su vida, pero en Italia era diferente, en Italia Reborn se dio la oportunidad de amar. Pero antes de conocer el verdadero amor, Reborn debía de enfrentar todos sus pecados.


Yunmoon Projects

Presenta:

Unlimited

Parte 2: Pecado

Capítulo 15 – Sensación peligrosa (parte 1)

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Los ojos le pesaron cuando intentó abrirlos temprano en la mañana. Tsuna giró sobre su propio eje, quedó recostado sobre su estómago y sonrió cerrando los ojos, el calor y aroma que logró respirar le mando varias ondas de placer, suspiró relajándose cuando alguien comenzó a cepillarle el cabello, un nuevo suspiro salió de su garganta y se acercó más al calor y el aroma, sus manos sintieron algo suave y caliente, se sentía muy bien el estar ahí. El que estaba a su lado debía de ser Reborn, sus manos tibias y, extrañamente, cariñosas siempre eran reconfortantes para Tsuna.

_Hmm… Reborn.

La risa ahogada del sicario le provocó abrir los ojos, sonrió ligeramente y luego entrelazó sus piernas con las del adulto, la calidez se extendió por todas sus extremidades, Reborn no solía dormir sin pantalones, pero esta vez lo había hecho y Tsuna podía sentirlo en toda su dulce gloría. Su piel firme y suave, los muslos firmes apretados contra los suyos y el abdomen duro rosando su estómago, cerró los ojos nuevamente y dejó caer la cabeza en el pecho duro.

Los planes de Reborn, para su mala suerte, no eran dormir ni un minuto más. El sicario comenzó a desenredar su cuerpo, provocando que Tsuna perdiera su comodidad y su calor, de un segundo para otro Reborn ya estaba de pie, pasándose el cabello hacia atrás y estirándose un poco. Tsuna lo admiró con vergüenza, paseo sus ojos por la marcada espalda, la cintura estrecha, las caderas filosas y los muslos grandes y firmes, la tez clara y hermosa. No era difícil imaginar la razón por la cual muchos le habían insinuado que Reborn tuviera tantas amantes.

Tsuna mismo era un amante más, un poco más particular, pero no era más que una puta personal. Reborn fue muy claro con sus sentimientos, no lo amaba y, tal vez, nunca lo haría. Por lo que había supuesto Reborn nunca tendría ese tipo de sentimientos. Hibari tenía razón en ese punto, el sicario frente a él no se arriesgaría como para enamorarse, era imposible en el mundo que vivían.

Pese a todo ello y entenderlo un poco más Tsuna se había enamorado de Reborn, de sus palabras ambiguas, de sus susurros roncos, de sus labios curveados en esa sonrisa burlona y de sus pensamientos misteriosos. Malditamente lo amaba y el asunto era inevitable, el amor no era algo que pudiera evitarse, Tsuna nunca lo creyó, pero fue porque nunca amó a nadie como ahora sentía que amaba a Reborn.

El amor, el amor… era la debilidad del mundo.

Se recargó en las rodillas, la tela suave y tersa de la sabana se deslizó por sus hombros, Reborn giró el rostro para verlo y lo que Tsuna tuvo en frente fue doloroso; los ojos negros, tibios y profundos del sicario arrasaron con él, el rostro esculpido con pinceladas precisas, rasgos finos un poco filosos para no volverlo femenino, pero increíblemente hermoso. Era doloroso tenerlo en frente tan inalcanzable, tan sublime, tan glorioso. Ser un sicario era algo muy complejo, se necesitaba un don y un engaño, Reborn tenía su hermoso disfraz de ángel, pero en el fondo no era más que un come almas.

Tsuna estiró la mano y Reborn la tomó con suavidad.

Tan doloroso el simple hecho de recibir tanta cortesía de alguien tan hermoso. Era un engaño vil, una cruel anomalía. Se levantó de la cama y siguió al pelinegro al baño, se sentó en el inodoro esperando a que Reborn preparara el agua caliente, se quitó la ropa interior y luego se dejó guiar, una vez más, al agua caliente, se sumergió con gozo y el disfrute fue mejor cuando Reborn se colocó detrás de él.

_¿Mejor ahora?

_Hm.

Logró articular mientras se sumergía hasta la nariz, Reborn tomó una generosa cantidad de jabón y luego comenzó a lavarle el cabello, Tsuna suponía que el sicario disfrutaba haciendo eso, porque él no se lo había pedido, el propio Reborn había decidido hacerlo por su cuenta.

Esto era el preliminar antes de la larga plática que necesitaban darse, Tsuna lo sabía, por eso estaba disfrutando este baño caliente con Reborn, la tranquilidad del silencia era llenadora y el aroma suave del jabón era relajante. Una pena que el baño no fuera eterno y que Reborn tardará más en lavarles el cabello que en todo lo demás. De repente se encontró a sí mismo en el sofá, esperando que el sicario prepara el desayuno que él debió de haber preparado.

En fin, Reborn tenía mejor mano en la cocina que él.

El rico desayuno, que consistió en panqueques con nutella y canela para él y café negro con huevos y tocino para Reborn fue llevado a la sala. Reborn le dio leche endulzada con miel y Tsuna sentía que se le derretiría la boca con todo ese rico desayuno, tomó el plato y el tenedor y comenzó a disgustar todo, era rico, si, muy rico.

_Ayer no terminantes de contarme lo que te sucedió cuando te mandaron a la alberca.

Tsuna tragó el pedazo de panqueque y en lugar de sentirlo dulce lo sintió amargo, tomó un poco de leche, intentando desatorar el pedazo de comida, tuvo éxito mientras la mirada de Reborn se mantenía en un diario, debía de recordar pedirle a Reborn que le diera mejores lecciones de italiano, era un completo fracasado para intentar aprender nada.

_¿No tendré entrenamiento con Hibari-san?

_No, hoy no habrá nada de eso.

_Entonces la plática puede esperar.

Puntualizó y comenzó a devorar los panqueques, Reborn pareció entender el punto y lo dejó estar mientras bebía su café negro y continuaba con su lectura.

Tsuna no sabía cómo empezar.

Recordaba que el día anterior le había contado sobre la caída y un poco de su despertar antes que la llamada de su papá los interrumpiera. No sabía si contarle todo lo que Uni le había dicho o decirle que había conocido a Byakuran, pero, igual, podría contarle sobre Giotto. Aunque recordaba que Uni había dicho que lo vivido debería de permanecer en secreto tanto como fuera posible. Tsuna iba a decir sobre ello, pero era algo casi inevitable, la fuerza que Giotto había liberado en él fue algo demasiado vistoso, Reborn no pararía de pedir explicaciones cada maldito minuto.

Hubiera sido más sencillo que el sicario simplemente lo creyera un poco de suerte e incluso un trastorno de personalidad, evidentemente esta mafia no era normal y cualquier anomalía era tomada como algo extremo. Su fuerza inusual no sólo había despertado el interés en Reborn, Hibari también se sentía curioso, aunque no lo dijera sus facciones siempre se mostraban más obsesionadas con él cuando lograba utilizar esa fuerza. Muchas otras personas aparecerían y de nuevo, quedarían obsesionados con su fuerza.

El problema era que Tsuna no quería tener esa fuerza.

Podía entender un poco a Giotto, tuvo razón después de todo, estaría en peligro y no podía depender de los demás, Giotto vio en él algo y Tsuna, que no lo había entendido en el momento, logró comprender que era eso que Giotto había visto en él. Lo reconoció como un heredero. Quitando el hecho que se parecían demasiado, el rubio debió de haber reconocido algo en él. El qué era algo que Tsuna aún no podía entender, pero debía de tratarse de algo que hacía referencia a esas luces de colores que desprendían calo y fuerza, aunque él no se creía capaz de obtener algo así, no parecía ser algo normal y Tsuna sabía que él era normal…

Uh…

Aunque ver a todas esas personas en ese sueño no fuera algo normal, tampoco la fuerza que fluía con su adrenalina y determinación, él era el menos indicado para decir si algo era normal o no; aunque a veces quería decir que seguía siendo normal, que la mafia no era su asunto, ya era un poco tarde para decir algo así.

En fin, notó que se había terminado los panqueques cuando la taza violeta de Reborn cayó a la mesa de centro, Tsuna observo su leche y, bajando el plato vació, tomó la taza de porcelana blanca y comenzó a beber, lentamente, disgustando el sabor de la miel y sintiendo como su estómago se calentaba con el líquido suave.

Bien, era el momento, la mirada que le mandó Reborn fue clara, no habría más escusas, no esperaría más, hablaría por que el sicario se lo ordenaba con la mirada y no dudaría en utilizar fuerza para obligarlo. Tsuna soltó un suspiro bajo, poco a poco elevó el rostro y sonrió con tristeza.

_Cuando desperté…

Comenzó lentamente, llamando la atención del sicario.

_Delante de mí estaba una chica y a su lado un chico. Ella dijo llamarse Uni… el chico…

Reborn entrecerró los ojos, sin la fedora podía verse claramente su mirada aterradora, Tsuna no se sintió amedrentado, pero si un poco nervioso.

_Byakuran Gesso.

Soltó el sicario mirándolo, Tsuna asintió lentamente.

_Sí… él dijo que se llamaba así.

_¿Quién era esa chica, Uni?

Tsuna se rascó detrás de la oreja, Uni y Giotto era una cosa más difícil de explicar, porque él mismo no lograba comprenderlo del todo, se esforzó por recordar las palabras precisas que dieron ambos al explicar lo que había pasado, pero Giotto era ambiguo, Uni misteriosa y Tsuna bastante torpe. Sin embargo podía decir las palabras casi exactas, probablemente Reborn entendería mucho mejor que él.

_Uni y Byakuran no eran los únicos, había alguien más. Él llegó al final y cuando nos vio pareció entender lo que sucedía al instante. Uhm… esto es un poco raro, pero él y yo nos parecíamos mucho, su nombre era Giotto… sólo Giotto.

Los parpados de Reborn se levantaron un poco, algo en el nombre le había puesto en guardia, Tsuna casi podía palpar su desconcierto, lo vio acomodarse en el sofá y él hizo lo propio.

_¿Sucede algo, Reborn?

_No, nada… ¿Qué más?

Era el momento de hacer trabajar su mente y esforzarse por recordar.

_Uni dijo que algo nos había obligado a llegar a ese lugar; esto es lo que recuerdo que dijo: Uno de los cuatro está pasando por un momento de transición y necesita un poco de ayuda que no logró encontrar en su mundo. Nosotros hemos sido reunidos por esa persona.

Reborn pareció entender las palabras letra por letras, Tsuna aún no podía entenderlo y eso que las había escuchado de primera mano, pero era algo casi imposible de entender. Uni siempre fue misteriosa, no reveló más de lo que debería, pero hubo algo que sin duda logró comprender Tsuna y al parecer Reborn ahora lo entendía con esas pocas palabras, al menos eso le hizo suponer.

_Esa chica, Uni… ¿Qué más dijo?

_Dijo que me conocía, pero no en ese momento…

Reborn asintió, incitándolo a proseguir.

_Giotto también dijo algo… creo que fue esto: El siete es un poder que pocos logran comprender y por ello lo incitan a llegar a este tipo de extremos, he de suponer que uno de nosotros realmente no sabe lo que sucede, porque aún no toma parte de su… mundo.

Fueron esas palabras, en su momento, que incitaron a que Tsuna se diera cuenta que hablaban de él, él no entendía nada, ni siquiera a lo que se refería del siete, sin embargo los tres ahí parecían conscientes de lo que sucedía. Aún ahora, en la actualidad, Tsuna no sabía a lo que se refería el siete.

_Tsuna… ¿Lograste entender algo de eso?

Lentamente Tsuna asintió.

_Uni y Giotto no eran de… esta época. Uni no dijo mucho, pero eso dio a entender, Giotto hablaba un poco arcaico, creo que venían del pasado.

El ambiente se sintió pesado ante las meditaciones de Reborn, Tsuna movió las manos, un poco nervioso ahora. Debía de suponer que lo vivido era extraño y revelador, aunque por un tiempo él lo creyó un sueño.

_Giotto lo es, de ella no puedo asegurarte nada.

Tsuna abrió los ojos.

_¿Lo conoces? ¿Conoces a Giotto?

Le preguntó con entusiasmo mientras se sentaba en el borde del sofá; cuando volvió de su sueño deseo saber quién era Giotto, pero le fue imposible, no había nada de su Giotto.

_Creo que sí… Si dices que se parecía a ti… y si me confirmas que era rubio y ojos miel, entonces casi te lo puedo afirmar.

El recuerdo de Giotto llegó a su mente; sus ojos cálidos, como el oro derretido; su cabello dorado, brillante, suave, con un dulce aroma; su rostro llenó de facciones suaves, casi femeninas, pero preocupantemente atractivas; su voz aterciopelada, fina; y su sonrisa, Tsuna realmente la amó, era suave, con una curvatura elegante cuando sonreía. Todo eso fue muy bueno, sin duda lo que más llamó su atención fue su personalidad, tranquila, suave, cariñosa… muchas cosas que Tsuna esperó encontrar en alguien que fuera su hermano.

_Giotto era así, rubio y ojos como el oro fundido.

No había duda, oro fundido era una descripción casi exacta de los ojos de aquel ser.

_Giotto Vongola… fue el hombre que fundó a la familia Vongola.

Tsuna abrió los ojos con sorpresa, esto era inesperado, no esperaba que alguien tan tranquilo y amigable como Giotto fuera un mafioso, todo era desconcertante, todo era tan…

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… molesto.

Gokudera frunció el ceño tanto como pudo mientras sentía que los nervios lo mataban. No era necesario que él hiciera todo esto, así que no sabía que estaba haciendo en ese lugar, comiendo un filete con papas mientras Yamamoto Takeshi trataba de bromear como el gran pelmazo que era. Lo miró por el rabillo del ojo mientras apuñalaba con brutalidad su pedazo de carne, Takeshi sonreía tontamente, su rostro ligeramente maduro, el cabello corto y negro acomodado sin cuidado, sus hombros rectos y ligeramente tensos, dando a notar que estaba en guardia y que nada podría tomarlo por sorpresa, eso y sin contar los dedos apretando con más fuerza de la necesaria el tenedor. El tipo estaba listo para atacar si era necesario, pero también se le veía tranquilo para actuar como lo estaba haciendo. Gokudera sentía que podía odiarlo mucho.

_Y entonces, Squalo me dijo: ¡Esto no es ningún juego mocoso! ¡Y luego comenzó a perseguirme por toda la zona de entrenamiento!

Soltó una carcajada ante su parloteo y Gokudera terminó de molestarse, dejó enterrado el tenedor sobre el filete y miró con agresividad al pelinegro, pese a ello Yamamoto no perdió la sonrisa, Gokudera odiaba a las personas que se ocultaban detrás de una máscara, así como lo hacía Reborn o como lo hizo Bianchi para fingir que no le dolía el desprecio, odiaba a ese tipo de gente que no demostraba su angustia o su dolor, realmente lo odiaba. Por lo mismo no podía soportar ni un solo segundo más al lado de aquel pelinegro.

_¿Qué?

_Es lo que quiero saber, ¡¿Qué quieres!? Me arrastras a este restaurante de baja categoría y me empiezas a hablar de cosas que me importan una mierda… no me toques las na-…

Gokudera cerró la boca cuando sintió la mirada fija de la gente a su alrededor, frunció el ceño y se levantó rápidamente, la mano grande y caliente de Yamamto lo retuvo de la muñeca antes que comenzara a huir como quería hacerlo, lo vio sacar dinero de su bolsillo, dejarlo en la mesa y ambos salieron al fin del lugar. Casi sintió alivio cuando nadie se acercó, supuso que el hecho de que ambos estuvieran en traje les hacía parecer mafiosos, lo gracioso es que realmente lo eran.

De cierta forma Gokudera entendía porque la gente ocultaba lo que sentía, por cosas como lo que había hecho ahora. Los impulsos y dejarse llevar por los sentimientos provocaban más desventajas que ventajas, el último impulso de la vida de Bianchi la llevó a su fin, ella simplemente se dejó guiar por lo que sentía por Reborn y eso la envió directo a su muerte. No quería dejarse llevar, pero utilizar una máscara era aún peor. Se soltó del agarre del pelinegro y se detuvo.

_No has vuelto con Varia.

Soltó en un murmullo, examinó el daño en su muñeca, no había daño, el agarre del otro siempre fue suave, sólo utilizaba fuerza para intentar llevar un paso veloz, pero nunca hizo más. Era extraño, Yamamoto se veía un poco rudo y feroz, pero casi podía asegurar que no haría daño a menos que lo obligaran. Gokudera no quería ver que lo obligaran nunca, si era posible.

_Squalo me sacó del grupo cuando le conté que fui elegido como el guardián de la lluvia de la competencia de Xanxus. Estoy fuera de Varia.

Lo miró con asombro, ¿en qué momento habló con Squalo? Hasta donde supo estuvieron pegados todo el día anterior después de ir con el grupo de ayuda de Vongola estuvieron juntos, no recordaba haberlo perdido de vista, bueno… en la madrugada, cuando se quedó dormido, Yamamoto pudo haber salido del hospital e ir con Varia…

_Espera… ¿Xanxus sabe sobre el Décimo?

_Squalo dijo que no diría nada aún… pero se lo dirá en el siguiente mes, le pedí tiempo.

_Tch…

El Décimo, como era ahora, no podría vencer a Xanxus, no había posibilidad, Xanxus había vivido toda su vida con la idea de que sería el líder de Vongola en el futuro, se había entrenado arduamente por ese simple pensamiento, Tsuna, por otro lado, no sabía si quiera que Vongola existía, ni decir que la sola idea de la mafia parecía atormentarlo, ni siquiera sabía usar llamas de última voluntad; sencillamente no estaba listo. La batalla en dos meses iba a ser difícil, pero en uno… era imposible, Tsuna no tendría posibilidad. Vongola estaría destinado a su fin si caía en manos de alguien como Xanxus.

_Hey, no te preocupes, yo creo que el líder de Varia no ganará.

Gokudera frunció el ceño al verse descubierto, de todas formas no quería que alguien como Yamamto le consolara, de hecho, no deseaba que nadie lo hiciera, sus preocupaciones eran solo suyas y no esperaba que nadie se metiera en ellas. De todas formas, le sorprendió que Yamamoto dijera eso cuando era obvio que Varia tenía muchas más posibilidades de ganar, él había pertenecido a ese grupo, él tenía que saberlo.

_¿Cómo puedes estar seguro?

_No lo sé, pero si Tsuna es como lo vi ahí, en la batalla, el podrá ganar.

No había hecho nada, eso le hizo preguntar que había visto Yamamoto en él, Tsuna sólo reaccionó cuando Reborn estuvo en peligro… aunque debía de confesar que su destreza, la rapidez y la aparente fuerza con la que movió el puño fue sorprendente, tal vez aún había posibilidades de obtener una victoria, pero se tendría que exponer al Decimo a un entrenamiento sin descanso, eso sin contar que los propios guardianes necesitaban entrenamiento. Observó de reojo al pelinegro, queriendo saber que pasaba por su cabeza.

_¿Por qué aceptaste algo así? No creo que volverte enemigo de Varia valiera la pena.

Era mentira, para Gokudera valía la pena, Varia era un grupo de asesinos que su fin era la aniquilación, el propósito del Noveno era retomar las raíces de la familia y volverla un grupo vigilante, cosa que el segundo corrompió con toda su arrogancia y ansias de poder; Xanxus en la cima significaría que Vongola no sería diferente de una mafia cualquiera, los esfuerzos del Noveno… los esfuerzos de Bianchi, todo eso no sería más que acciones inútiles.

_Lo sé, realmente no lo vale.

Dijo de forma tranquila Yamamoto, Gokudera comenzó a caminar sintiendo que el otro le seguía por atrás. Lo esperaba, alguien como Yamamoto no entendería lo que Vongola era en realidad, nadie lo hacía porque todos veían al grupo como una familia de mafia, pero en el fondo, sin Vongola, toda la mafia ya hubiera llevado un desequilibrio en la ciudad, pese a todo Vongola había conseguido que la mafia conviviera en una… paz singular con todas las personas que vivían una vida tranquila y común en la superficie.

_Pero estoy emocionado con saber que me depara la vida en Vongola. Todos parecen interesantes, incluso tú, si… Gokudera Hayato, eres mucho más interesante de lo que creía. Puedo ver pesar detrás de tus pestañas, vives ahogado en una oscuridad infundada, pero aun así, tu ser brilla en la luz. Personas así, que no se hunden en la oscuridad de sus acciones… son tan emocionantes.

Gokudera se vio sumergido en las palabras suaves y cálidas de Yamamoto, era la primera vez que se sentía de tal forma, la nebulosa que reinó su mente le dejó aturdido, casi a merced del otro, su respiración se volvió lenta, pausada, permitiendo que todo lo sobrepasara. Era un engaño, al igual que Reborn, Yamamoto Takeshi tenía el disfraz de alguien amable y comprensible, lo estaba seduciendo con su voz suave, con sus ojos entrecerrados y con la dulce curvatura de sus labios, estaba siendo embaucado y aunque lo notaba no sabía qué hacer, era su primera vez. Takehsi sonrió tontamente, se habían detenido.

_El que sea Décimo Vongola hará una revolución en ella.

Los dedos calientes de Yamamoto recorrieron un mechón de plateado cabello, descubriendo su frente y aún en esas circunstancias Gokudera no sabía qué hacer. Los dedos se engancharon en un mechón y de repente sintió la otra mano extraña sostenerlo por la muñeca de su mano derecha, la mano del pelinegro serpenteo hasta su anillo de la tormenta, una caricia vaga en el metal fue dada, en su interior estaba trastornado, por fuera sabía que se veía sorprendido; pero continuaba sin saber qué hacer.

_Nos veremos luego.

Lentamente se vio desprendido de todas sus atenciones, las manos dejaron de tocarlo y lo sintió alejarse, probablemente el desconcierto pintó su rostro, porque Yamamto sonrió antes de darle una caricia en el cabello y comenzar a caminar, lentamente. Esto estaba mal, si esa clase de persona era el guardián de la lluvia… sencillamente no sabía que iba a suceder en el futuro. Sintió que salía del trance en el que le había inducido y gritó.

_¡Hey!

Yamamoto se detuvo, pero no volteo, Gokudera llegó a su lado en dos zancadas, colocó una mano sobre su hombro, estaba suelto, pero en guardia, tal y como estaría un sicario.

_¿Qué buscas al aliarte con nosotros?

No contestó enseguida, ni siquiera se molestó en voltear a verlo, pero pudo distinguir una sonrisa surcar sus labios mientras alzaba la barbilla para mirar el cielo nublado de Italia. Gokudera desprendió sus dedos del hombro del otro, no sabía si quería a alguien como él rondando al Décimo, empero, sabía que él era el mejor para el puesto, algo se lo decía y no podía negar que estaba atrapado entre dos pensamientos: uno le decía que lo dejara estar, que no se metiera en la vida de Yamamoto Takeshi, el otro, sin embargo, contradecía al primero, le pedía que averiguara tanto como pudiera, que era necesario y esencial; pero no sabía porque.

_Para lidiar con Varia deberán entrenar. A muchos dentro del grupo no les importara entregar su propia vida con tal de obtener la victoria.

Eludió el tema con eso y aunque se sintió molesto sabía que la mención del grupo Varia era importante, Yamamoto le dirigió por fin la mirada, había una sonrisa aparentemente tranquila en su rostro, Gokudera desvió la mirada, el miedo de que volviera a sumergirse en sus palabras lo mantenía en guardia ahora.

_Superbi Squalo es el guardián de la lluvia dentro de ese grupo, ¿lo sabes, no?

La risa burlona le dio tanta curiosidad que volvió a mirarlo, la sonrisa ahora parecía un poco competitiva, parecía una sonrisa real, mucho más real que todas las anteriores. Bueno, esto era mejor que ver la sonrisa amable y tonta, falsa; realmente odiaba las máscaras.

_Esa es una de las razones por la cual estoy aquí. Adiós, Gokudera.

Se fue, con parsimonia pero manteniendo su sonrisa, Gokudera sintió un estremecimiento en ese momento. Sus ojos no se apartaron de la figura de Yamamoto, ni siquiera cuando este desapareció de su vista, no podía entenderlo pero creía comprender un poco lo que sucedía.

Lo que fuera que rodeaba al guardián de la lluvia, debía de ser algo…

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…misterioso.

La forma como Tsuna llegó a ese sueño, inducido o no, era algo misterioso. Ver a Giotto Vongola debía de ser algo sorprendente, pero lo sorprendente era el hecho que Giotto parecía entender la situación tan fácilmente… aunque la chica también era consciente de lo que sucedía. Tsuna permaneció callado, dejando que él sacara sus propias conjeturas. Reborn realmente estaba pensando demasiado bien las cosas, el sueño de Tsuna no parecía ser más que alguna clase de ayuda, sin embargo…

¿Quién había planeado algo así?

Eso debía de ser lo más preocupante, alguien había enviado a Tsuna a esa alberca, provocando que quedaría inconsciente, debió de haber sido en el momento indicado, el tiempo, el lugar, todo. Los viajes por el tiempo eran especialidad de la familia Bovino, pero un viaje así era diferente de lo que había escuchado, además; Giotto Vongola era de siglos atrás, los Bovino no podían moverse tanto en el tiempo. ¿Entonces quién? Podría pensar que se trataba de Byakuran. Tenía que ser él.

_¿Qué hay con Byakuran? ¿Qué te dijo en ese lugar?

Tsuna se tensó de inmediato, volvió la cabeza a Reborn y luego bajó un poco el rostro, pensando. Byakuran le había dicho muchas cosas, pero no sabía que tan bueno sería decir esas cosas, ¿debería de decir algo? No estaba seguro, no quería hacerlo, pero ya había comenzado con toda la charla, de todas formas no creía que pudiera mantener esto en secreto por siempre.

_Bueno, él fue muy amistoso conmigo. Me habló un poco sobre él, dijo que era un jefe y que ahora tenía problemas con alguien. Además dijo que quería ser mi amigo si nos conocíamos en el mundo real.

Eso se escuchaba como Byakuran, pensó Reborn, además, debió de haber llegado a la conclusión que Tsuna y Giotto tenían algo de parentesco, eran casi iguales, por no decir que idénticos. Esto no estaba bien, no, nada. Si Byakuran ya conocía a Tsuna, ¿entonces que pretendía ahora? Una vez que, por asares del destino, Xanxus perdiera la competencia y fuera anunciado al legítimo heredero de la voluntad Vongola; ¿qué pasaría?

El simple pensamiento era inquietante.

_¿Qué más?

_Oh, bueno, ellos dijeron que lo mejor era no hablar demasiado de sus mundos, porque podríamos alterar algo, sin embargo, Byakuran dijo que los dos pertenecíamos al mismo tiempo; Uni y Giotto dijeron lo mismo. Como no sabíamos cuánto tiempo permaneceríamos ahí, hablamos de algunas cosas, sobre mí un poco, Giotto y Byakuran se sorprendieron cuando les dije que me molestaban… y eso; así que ellos decidieron enseñarme a pelear.

_¿Pelear? ¿Fueron ellos quienes te dieron esa fuerza?

Tsuna removió su cabeza.

_Sí y no.

_¿Cómo?

_Bueno… Ellos me enseñaron algunas técnicas para atacar y defenderme… pero como Hibari-san se dio cuenta; yo realmente no podía pelear nada bien. Byakuran dijo que me faltaba motivación… sin embargo; Giotto dijo que algo había sellado mi determinación.

Determinación. Se decía que la llama de Cielo era la más difícil de conseguir, ya que esta sólo crecía en aquellos que tenían determinación, dominio y voluntad; un líder innato con la sangre adecuado. Así como Luce, Aria y el propio Noveno. Sus llamas eran especiales, incluso los líderes de algunas familias no podían tener llamas porque les hacía falta alguna de las tres anteriores, no era sólo sangre, se necesitaban de muchas cualidades para poseer una llama tan poderosa.

_Entonces… él soltó mi determinación… Fue muy cálido. Él… colocó sus labios sobre mi frente y luego su anillo… y de repente me sentí casi libre. Fue sorprendente.

_De todas formas… tú no puedes pelear a menos que…

_Sucedió algo; cuando él liberó mi determinación dijo que ahora liberaría mi voluntad… pero de repente desperté. Así he pensado que falta mi voluntad para poder… pelear… y eso…

Tenía sentido, si Tsuna tenía determinación, pero no la voluntad, entonces no podría ser un líder…

Un momento.

¿Quién había sellado eso en Tsuna en primer lugar? Giotto Vongola dijo que habían sellado su determinación y por lo visto también su voluntad, entonces alguien tuvo que saber quién era Tsuna. Alguien sabía de él, alguien fue muy astuto en ir por él y afectarlo. No había duda, mucho antes que Reborn tomara interés en Vongola alguien ya lo había hecho, Tsuna estaba en peligro.

Así como fue contratado por yukazas… ellos debieron de saberlo por otra persona. Alguien en la mafia estaba moviendo hilos desde mucho antes. Si mandaron a matar a Tsuna fue porque sabían que era imposible que el niño hiciera algo, no contaban con que el mismo Giotto Vongola ya había liberado parte de su fuerza. Casi podía afirmar que se intentaba destronar a Vongola. Desde que esas familias débiles comenzaron a hacer alianzas entre ellas debió de suponer que harían lo que fuera.

Había escuchado que desde que Xanxus fue relegado a la mansión Varia varios ataques atentaron en su contra; así como se quería destruir a Xanxus, también a Tsuna.

_¿Reborn?

Lo miró; sus ojos abiertos con miedo, con pánico; supuso que estaba realmente serio, pero no tenía dudas, Tsuna estaba en peligro y tenía que ver cuanto antes a Hibari y decirle todo, el pelinegro podría contactar con la inteligencia externa de Vongola sin ir directamente con Iemitsu, esto se tenía que trabajar en confidencialidad; un error, un mínimo error y algo saldría mal.

_¿Reborn? Me… me estás preocupando…

Soltó Tsuna, levantándose de su lugar; Reborn soltó un bufido.

_Pensaba… No es nada.

Tsuna seguía asustado, Reborn dejó el asunto, por ahora, tomó la mano de Tsuna y se levantó. Realmente siempre le gustó ver a la gente desde arriba, la altura imponía; sin embargo cuando Tsuna lo miraba desde abajo parecía fascinado de verlo, a Reborn le fascinaba que lo mirara de esa forma. Paseo su dedo con suavidad en el rostro infantil del castaño, suavidad, calor y aroma; de nuevo estaba fascinado… y preocupado.

Así como alguien bloqueo su poder, algún otro intentó desbloquearlo. La pregunta era: ¿buscaba a dos entes diferentes o buscaba a un único? Podría pensarse que buscaba a dos, pero la idea que fuera una sola sonaba mucho más coherente, una persona intentó fastidiar a Tsuna y esa misma devolverle lo que por derecho le pertenecía.

_Reborn…

Suspiró vagamente el castaño, Reborn deslizó la mano por su rostro, el cuello y luego su brazo, evitó tocar su mano y luego dejó caerla sobre su cintura, no fue sugestivo, pero tampoco fue cariñoso; los grandes ojos de Tsuna se entrecerraron con la caricia y luego se dejó caer contra él. Sin esperar más sujetó su mentón, lo elevó y luego lo besó. La lengua cálida y húmeda fue diferente que otras veces.

Reborn no sabía qué hacer.

De haber sido un sicario libre simplemente hubiera buscado por su cuenta y luego matado a los que querían hacer daño a Tsuna; ahora trabajaba con Vongola y era consciente que no podía hacer nada de eso. Que molestia. No pudo evitar pensar que Rokudo Mukuro tenía razón (que desagradable); realmente odiaba tener que rendir cuentas a alguien y no poder hacer lo que quisiera. Era exasperante; lo odiaba.

No se dio cuenta que besaba con rudeza y lujuria a Tsuna hasta que el castaño soltó un gemido y se apartó, lo empujó por los hombros y lo miró, se veía preocupado.

_¿Realmente te encuentras bien, Reborn?

_Lo estoy… creo que te mordí.

Tsuna se sonrojó y colocó el dorso de su mano sobre la boca y le miró con pena. Un pensamiento llenó la mente de Reborn; de habérselo quedado e irse enseguida; de no haberse aliado con Vongola sería suyo. Mierda, solo suyo, nada de esto…

No tendría que temer que lo mataran, como lo habían hecho con Bianchi.

Tsuna lo miró a los ojos y luego bajó la cabeza, Reborn alzó una ceja.

_Lo ignoré hace tiempo… porque sabía que no era de mi incumbencia… pero… ¿Quién es la persona de la que Gokudera-kun te habla? La persona que… fue herida…

Reborn, por primera vez, se quedó sin habla. Nunca, realmente nunca, tuvo como propósito hablar de Bianchi con nadie, ni con Tsuna, ella era especial para él; no quería tocar ese tema.

_Nadie.

Se puso tan a la defensiva que fue casi obvio para Tsuna que ese nadie era un alguien muy, muy importante.

_Tú siempre te quedas callado, ¿por qué nunca quieres decirme las cosas?

_Porque ella no es de tu incumbencia.

Tsuna no era tonto y claramente escucho un ella en esa oración, abrió ligeramente la boca y luego empujó más lejos a Reborn.

_¿Ella?

Reborn soltó un chasquido con la lengua y retrocedió un paso, no iba a discutir sobre Bianchi con Tsuna, porque ella era especial, ni siquiera Tsuna había tocado su corazón; no como Bianchi lo hizo con él.

_¡Hey!

_¡Maldita sea! ¡No es tu maldito problema!

Soltó, tan frío y tan reacio que Tsuna retrocedió; Reborn nunca le había hablado así, ni cuando lo tuvo cautivo, nunca, era la primera vez que escuchaba su despreció. Se sintió herido, asustado… sobre todo enojado. Crujió los dientes y luego volvió el paso, Reborn era un idiota… un…

_¡Eres un maldito imbécil!

Tsuna corrió hacia él y luego le estampó la cabeza contra la boca del estómago. Dolió como el infierno; estaba por demás recalcarlo. Perdió el equilibrio ligeramente, se sostuvo con el brazo del sofá y luego vio al castaño correr.

Se fue.

Se irguió lentamente y se dirigió a la puerta, vio a Tsuna ahí, arrinconado en el umbral; alzó una ceja con lentitud y se acercó un poco más.

Que… carajo…

_¿Qué haces aquí… Rokudo?

_Kufufufu~ Creo haber escuchado a una damisela gritarle al monstruo, quería… saber en qué podría ayudar. ¿Te encuentras bien, Tsunayoshi-kun?

Tsuna miró de reojo a Rebron, retrocedió hasta quedar a su lado, con la seguridad de poder ocultarse detrás de su espalda, Mukuro, por otro lado, se recargó del marco de la puerta y cruzó los brazos.

_¿Qué quieres?

_¿Qué? ¿No puedo visitar a mí… jefe?

La burla en sus palabras causó escalofríos en la espalda de Tsuna, el castaño miró de reojo a Reborn, luego retrocedió un poco más; con sólo ver su ojo rojo Tsuna sentía miedo, había oscuridad dentro de esa persona, casi era palpable y él estaba muy asustado.

_No puedes.

_Kufufufu~ tan divertido como siempre. Hey, Tsunayoshi-kun, ¿vienes conmigo? Te aseguro que ese no te ha mostrado ni siquiera Venecia, es un espectáculo para tu… pupila… será divertido.

_N-no… no gracias… no creo que…

_¿De verdad? Qué pena. De cualquier forma, te dejaré esto, llámame cuando quieras alejarte de él, yo puedo ofrecerte mucho más. Adiós, Tsunayoshi-kun.

Tsuna recibió la tarjeta y lo vio irse. Qué extraño. Reborn gruñó mientras le arrebataba la tarjeta y la guardaba en el bolsillo de su chaqueta. Tsuna pensó en irse al recordar que estaba enojado, pero tenía miedo de encontrarse con esa persona aterradora, se quedó plantado donde estaba; buscando opciones.

_Escucha.

Comenzó Reborn, Tsuna lo miró.

_Ese tema… no quiero hablarlo, con nadie, ni contigo. Así que no insistas.

_¿Por qué?

¿Quién era ella para poner a Reborn así? Tsuna realmente quería saber.

_Porque ella ya murió y yo no quiero continuar evocándola. Así que ya, déjalo.

Tsuna se sonrojó violentamente, de vergüenza. No esperaba eso, cuando escuchó que alguien había salido herido pensó que se trataba de otra cosa.

_Yo… lo siento… Uhm… podría… ¿Podría al menos saber quién es ella?

No hubo respuesta por al menos un minuto, luego Reborn se encogió de hombros.

_Su nombre era Bianchi.

Y no dijo más, sin duda no pensaba decir más. Tsuna aceptó que no iba a sacarle nada por el momento, asintió lentamente y se acercó a Reborn.

_Lamento haberte dicho imbécil.

_De ti ya me da lo mismo, Dame-Tsuna.

_¡Hey!

Reborn lo rodeo con ambos brazos, bajó lentamente hasta que lo rodeo por la cadera y lo elevó hasta que sus ojos quedaron en la misma altura, Tsuna dejó pasar los brazos alrededor de su cuello, se veía lindo con los ojos entrecerrados y con la mirada perdida, era encantador.

_¿La querías?

Preguntó Tsuna de repente, Reborn entrecerró los ojos, podía ver su desconfianza, ¿para qué desconfiar si ella ya estaba muerta? No lo entendía.

_Quien sabe.

Luego de decir eso lo besó.

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Jajaja, como siempre, actualizando tarde y ni siquiera hay algo… interesante. He estado trabajando en este capítulo, no tienen idea de cuánto. Pero al fin logre lo que quería. Amo este capítulo y sin duda mi parte favorita es cuando Yamamoto sale, es genial, lo amo!

No tengo mucho más que decir, solo espero que lo disfruten!

Shao~ shao~