Declaimer: Los personajes aquí presentes son propiedad de JK Rowling y de su famosa serie conocida por todos como Harry Potter, aunque probablemente salgan otros más de alguna otra parte y la lista se haga interminable; sin embargo haré el deber de mencionarlos cuando pueda porque son las series que me gustan y me agrada hacerles propaganda. Pero he de decir que no utilizo ningún personaje con fines lucrativos, si no por mera diversión, ya que me hace mucha gracia situarlos en las más divertidas, vergonzosas y angustiosas situaciones, en las cuales sus creadores no los aventuran porque los quieren demasiado para hacerlos pasar por todo eso.

Shersnape: ¿Me he tomado mi tiempo no? Sí, lo siento, es otra larga y molesta historia, más triste de lo que me gustaría. Perdí un poco el rumbo por la muerte de una amiga pero… ya me siento mucho mejor. A esas cosas hay que darle tiempo para entenderlas y asimilarlas. Así que si notan que hay un toque triste o raro en el cap, ya saben el origen.

Resumen Cap: Albus Dumbledore sabía que se decía con orgullo que Hogwarts era el lugar más seguro del mundo mágico. Él tenía sus dudas, pues había muchos lugares en el mundo mágico, pero sabía que sin importar qué, él, sus compañeros y el Ministerio harían todo lo posible por proteger la institución. Por eso, no le importaba usar cualquier método para lograr este propósito, y sentía que el riesgo valía la pena ¿Pero qué sucede cuando alguien decide hacer lo mismo? Alguien a quien no conoce, no entiende, ni puede controlar.

ACLARACIONES: En el capítulo pasado me equivoqué con la fecha del duelo. Era 22 de Octubre de 1993, había puesto 21. Recuerden que la línea del tiempo de Efecto Mariposa está adelantada 21 años con respecto a la Cannon por comodidad literaria. Aviso que hay spoilers de Pottermore en el siguiente capítulo.

― Conversación ―

Pensamientos en medio de conversación

Recuerdos cortos o pasajes en medio de conversación―

"Énfasis o doble sentido"

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

Cambio de POV/personaje/escena/lugar/dirección/punto espacio-tiempo

Fechas/Lugares

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

En el capítulo anterior…

Y Severus no se equivocaba, una foto de ellos cincos en piyamas de colores totalmente sicodélicas, con formas de animales, la de él de forma de una iguana, ¡una iguana! Juntos en la misma cama cual niños pequeños estaba guardada bajo llave en el consultorio de Albus Dumbledore para la media noche.

Snape tenemos que recuperar esa cámara como sea, mi madre me matará como sepa que esta confiscada. También tenemos que colarnos en la habitación y la oficina del director, tenemos que salvar nuestra dignidad.

Genial James, esa será nuestra segunda misión oficial. Deberíamos buscarnos un nombre, como una pandilla y…

Y así Severus se dio cuenta que había terminado siendo un miembro más de Gryffindor, por un segundo tuvo la esperanza que todo lo que estaba viviendo era producto de un hechizo mental bajo la varita del Señor Tenebroso. Pero al abrir los ojos y ver a los futuros Merodeadores hablando sobre planes y estrategias para entrar en la oficina del director, se dio cuenta de su realidad. Que ingenuo fue al pensar que esto era un premio por su sacrificio, si había algo seguro, es que esto era el infierno.

.

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

CAPITULO 12

PIEZAS DE AJEDREZ

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

.

Una de las cosas que más le gustaban a Von Kreuz eran los zapatos. Zapatos grandes y pequeños. Zapatos de colores o en blanco y negro. Zapatos lindos, suaves y mullidos. Zapatos de tipo militar, robustos y pesados. Zapatos caros y sofisticados. Zapatos sencillos y comunes. Zapatos de todo espécimen, de toda forma, de todo tema, todo tipo de Zapatos. A él le gustaban los Zapatos. Von era un hombre que vivía, literalmente, en los zapatos de otros. Literalmente.

―Buenos Noches soy el Sanador William Spike, el doctor Basil los atenderá en unos minutos.

William Spike era un recién graduado de la Academia de Sanadores Val de Grace, en Paris, Francia. A sus 25 años, estudiante de la casa de Ravenclaw, con unas notas excelentes, había logrado, después de una excepcional carrera en un país extranjero, un puesto en el hospital mágico San Mungo para consolidar su vida académica. William tenía altas aspiraciones y se dedicada a su trabajo tan obsesivamente que pocas veces se le veía socializar con sus compañeros, los cuales había conocido tan sólo hace unos meses.

No había mucho que decir del chico. Era flaco, pálido, alto, cabello rubio tostado, unas cuantas pecas. Tenía unas cuantas manías, sobre todo con las gafas que siempre llevaba, pero fuera de eso ninguno de sus compañeros, menos de sus superiores, podían notar alguna diferencia en su comportamiento. Ninguna.

―Spike ―Una mujer robusta con una túnica verde lima se acercó al joven, quien se encontraba saliendo de una sala en la cual había atendido un ligero caso de intoxicación con ancas de ranas del Amazonas. El chico trabajaba en la planta tres que atendía los casos de envenenamientos provocados por pociones y plantas. Esa era su especialidad.

―Sí, Sanadora Meyer ―Arrogante, vacío, poco social, distante. No había mucho que resaltar del joven Sanador en el tema del entendimiento mutuo. La Sanadora ni siquiera le dirigió una segunda mirada.

―Tenemos un joven estudiante de Hogwarts en la cama 4 habitación 12. Hazle una revisión completa, un test para sustancias comunes y algunos agentes mágicos.

―Por supuesto. ¿Hay alguna valoración inicial? ―Era hombre muy profesional. Era normal que quisiera saber todo sobre su paciente.

―La enfermera de Hogwarts, Madame Pomfrey, nos ha mandado un informe completo. Aquí está ―La Sanadora Meyer le entregó el documento sin pestañar, animándolo a seguir su camino y dejarle hacer su trabajo.

―Okay. Me pondré en ello ―Si William fuera más amigable, es posible que Meyer le hubiese dicho algunas cosas para hacer su trabajo más fácil, ya que ella conocía a la enfermera de Hogwarts, sus procedimientos y trabajaba en esa área desde hace varios años. Si fuera menos arrogante, hasta hubiese tenido una conversación de verdad, quizás fuera de las horas laborales. Y de pronto, dado el caso, la sanadora hubiese notado algo, algo diferente en su joven colega; pero William era todo menos simpático, no tenía sentido tratar de hablar con él, sólo había que dejarlo hacer su trabajo y salir de su radio lo más rápido posible. Lo que le pasara o no, no era de su incumbencia.

Así que el pálido William se dirigió a la habitación 12 sin que nadie se apareciera en su camino, ni le preguntara nada, ni sospechara nada. Llegó al área designada, prácticamente vacía, mientras leía el informe de la encargada de asuntos médicos en Hogwarts. El informe no contenía ninguna evaluación toxica de calibre, el estado exaltado del muchacho hizo imposible la administración de ciertos exámenes y dado a la gravedad de su estado fue trasladado inmediatamente. Era algo, aparentemente, debido a la suerte, pero sospechaba que no tenía nada que ver. Menos, al vibrar algo dentro de su abrigo.

―Fred ―el chico se dirigió a una ventanilla fuera del recinto, unos toques con la varita y la ventanilla se abrió mostrando una especie de farmacia. En ella un viejo hombre, a quienes todos llamaban por su nombre, alzó la ceja al ver a su Sanador favorito.

―Spike ¿necesitas algo?

―Sí, necesito estos componentes para un examen preliminar ―el chico le extendió una lista sin siquiera mirarle. El viejo hombre hizo una mueca.

―Va demorar unos 15 minutos ―la verdad demoraría unos 5 minutos, pero el viejo no tenía ganas de ser diligente con un mocoso engreído.

―15 minutos entonces. Iré a limpiarme ―William guardó el documento que venía ojeando ávidamente y dirigió una mirada disgustada al viejo. No había nada anormal. Sólo era Spike, siendo un maldito mocoso molesto.

El chico fue hacía un baño bien equipado, lleno de todo tipo de desinfectantes y limpiadores. En una planta que trabajaba con pacientes intoxicados, o envenados con pociones u otros elementos, la pulcritud era vital. Por eso el lugar estaba aislado, y dado a que la zona no estaba transitada, Spike se sentía tranquilo para hablar. No era raro que los sanadores se pusieran a pensar en sus siguientes procedimientos mientras realizaban una limpieza a conciencia.

―Parece que tendré que aplicar algunos exámenes más. Este informe está muy detallado.

¿Hay alguien cerca de ti?

―No, será algo largo. Pero será mejor prevenir.

Perfecto. Recuerda borrar todas las huellas y colocar el resultado que ya planeamos.

―Haré un examen de fármacos y drogas mágicas. Hogwarts es grande, quizás es una reacciona alérgica a una planta.

Sé cuidadoso. Sus padres, pero sobre todo su tío, molestarán si hay alguna acusación. Debe parecer una coincidencia.

―Okay, pero…. ¿un ataque de nervios? Quizás es cosas de jóvenes, ¿estrés? Hay muchas razones para pensar que esto lo produce en un hechizo… pero la enfermera recomendó un análisis de pociones…

Exacto. Ponte del lado de ellos, será mejor así. Pero recuerda que al final el resultado debe darse. No te volveré a llamar. Esperamos la señal una vez termines… Von.

―Uhmm… sí haré eso. Hora de trabajar.

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

― ¿Albus…? ―Minerva miró a su viejo amigo con aire preocupado. A pesar de que hace unas horas hubiese deseado romperle en cuello a la persona por la que estaban en esa situación, en la sala de espera de San Mungo, realmente no le deseaba mal al muchacho. No mucho, por lo menos.

A su lado Albus Dumbledore se hallaba…. estupefacto.

Hogwarts es considerado por expertos como el lugar más seguro del mundo mágico europeo actual. Y no sólo, modestia aparte, porque cuenta con el mago más emblemático, y poderoso dirían muchos, del último siglo como su director, además de un grupo de docentes preparados y calificados por éste mismo hombre, sino porque las protecciones eran de las más feroces existentes, comparadas muchas veces con las que existían en lugares misteriosos como las pirámides de Egipto o las pirámides en las profundidades de las selvas amazónicas. Era magia antigua y natural, cuya fuente era la Tierra misma.

Albus no tenía duda que el castillo era más que piedra e historia. Como director era consciente del poder de Hogwarts, que a veces parecía una criatura viviente. Hogwarts había sido llenado en protecciones mágicas tan grandes como misteriosas, todas dispuestas a proteger y preservar la vida y la integridad de sus huéspedes. Por supuesto habían ocurrido desgracias en su interior pero éstas siempre estaban atadas a magos increíblemente poderosos, y muchas veces oscuros.

Y eso, era lo que tenía preocupado a Albus.

¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? Albus Dumbledore, no tenía duda de que algo o alguien, estaba detrás de todo lo sucedido en las últimas 24 horas. No podía dejar de pensar que todo era demasiado casual, era imposible que todo eso hubiese sucedido por mera suerte, no había ninguna duda que todo lo sucedido había sido provocado. La pregunta era ¿Qué o Quién?

― ¿Poppy confirmó que estuvieron TODOS dormidos hasta el amanecer? ― Minerva le miró de mala manera.

―Albus, por favor. Tú mismo les pusiste esas horrorosas piyamas las cuales hubiesen alumbrado en la oscuridad incluso con una capa de invisibilidad puesta ―Albus sintió alivio mentalmente, porque ella no sabía que lo que decía era cierto―. Poppy puso varios hechizos de protección para evitar que ocurriera algún incidente, el elfo estuvo pendiente toda la noche como castigo por lo que paso en la enfermería, tú sabes cómo son esas criaturas cuando se les mete una idea y no por eso dejan de ser menos protectores. Incluso yo misma le pedí a Argus estar más pendiente de esa zona. Hice varias rondas ayer cerca de la enfermería.

Ambos docentes se miraron, cada uno intentado convencer al otro. Era imposible por Godric, no había forma que esos 5 pequeñines pudieran planear algo tan perfectamente, incluso Severus quien parecía tener un raro imán para los problemas y maquinaciones.

―Es que no lo entiendo Minerva. No es que me queje de los resultados, por más lamentable que suene decir eso de mi parte, ya que no le deseo mal al señor Nott. Pero sea lo que sea que vaya a suceder, no puedo dejar de inquietarme la frialdad y el cálculo con el que todo ha sucedido. Principalmente por el castillo, ha sido muy… permisivo ¿me entiendes? ―Minerva le miró comprendiendo. Eso era el as bajo la manga del Albus, su arma final. El castillo, el poder ancestral que se concedía a cada director, y más a uno tan letrado como Dumbledore.

―No puedes ser tan paranoico Director, es cierto que todo ha sido un conjunto de horrendas casualidades, pero aun así, y aunque los señores Snape y compañía hubiesen sido tan inconscientes en los últimos días, la duda sigue siendo ridícula. Hay límites para todo Albus, esos niños no podían llegar tan lejos; no sin ayuda externa…―La mujer quedó en silencio contemplando las posibilidades, Albus esperó pacientemente―. Pero… sí puedo llegar a una idea con respecto al castillo―La bruja hizo un pausa organizando sus pensamientos―. Creo, que podríamos suponer, que Eileen Prince ha hecho contacto con algunos del… Jardín de Lilith. Sabes que ella siempre fue una pocionista de nivel.

― ¿El Jardín de Lilith? ―el viejo mago alzó sus cejas. El Jardín de Lilith era un nombre clave entre las brujas, algo en que los magos, hombres, no debían meterse. Poco era lo que sabía sobre ello, pero era como un centro o club de enseñanza sobre el poder de la Madre Naturaleza, la cual sólo aceptaba miembros femeninos y guardaba sus secretos, celosamente.

―Sí, sabes que es un "lugar" en donde pueden llegar brujas de gran nivel cuyo poder esté relacionado con la Madre Tierra, ser pocionista es una de las mejores formas de relacionarse con el poder natural. Creo que Eileen tiene algún tipo de contacto con ese "lugar" dado a ciertos detalles, es una mujer de recursos―replicó la transformista―. En fin, he escuchado que las pociones hechas con elementos de ese "lugar" por madres sobreprotectoras tienen efectos increíblemente protectores, si a eso le agregamos el hecho que Severus tiene un gato de Freya, conocida como una diosa protectora del hogar hasta en culturas muggles… y el asunto de las runas…todo esto indica que es posible que el chico esté rodeado de magia de protección muy poderosa. Y siendo Eileen una Slytherin, también diría que vengativa, no me extrañaría que embutiere a su primogénito en las más grandes protecciones posibles de cara… tú sabes… todo lo que está pasando en el mundo mágico.

―Bueno, eso sería de tomar en cuenta― pensó Albus meditando. No era suficiente pero era un principio―. Sé de buena fuente que los Prince son una familia tradicional con algunos hechizos de protección de sangre, sin contar con la peculiaridad del señor Snape. No te voy a negar que pueda ser posible, dada la situación, no sería inverosímil que el castillo se sienta inclinado por él y sus compañeros. Existe la posibilidad que esa magia protectora haya sido responsable de que el castillo permitiera tal castigo, pero ¿Quién la provocó? ¿Por qué ahora? ¿Por qué así?

Minerva se sintió más tranquila al ver que Albus lo meditaba. Incluso ella se sentía anonadada, era increíblemente sospechoso y nadie podría culparla de pensar que detrás de todos estos eventos había una mente malévola. Sólo que ella no quería pensar que entre sus alumnos había un culpable. Era ridículo. ¿Pero entonces quién? Era posible que la magia ancestral de los Prince, quizás de los Black y los Potter, hubieran permitido el castigo de Nott dentro de las paredes de Hogwarts ¿Pero quién condujo todos estos hechos? ¿Por qué Nott ha atraído tales desgracias por sí mismo?

― ¿Y si es alguien de Slytherin Albus? ―pensó la animaga preocupada. Quizás ellos estuvieran muy ocupados para notar lo que ocurrían entre los niños y Nott, pero alguien astuto podría haberlo advertido y querer aprovechase de la situación. Y los más indicados para ser sospechosos eran los mismos compañeros del muchacho.

―Me temo que esa idea es muy conveniente, demasiado, tanto como acusar a Severus y sus compañeros. La pérdida de control del señor Nott y todas sus acciones hasta el día de hoy son una maraña de eventos que confunden. Además Eileen Prince, perdón, Eileen Snape, también es una Slytherin.

―Eileen ya ha demostrado ser muy temperamental con su hijo Albus, pero es sólo una madre preocupada no una conspiradora de medio tiempo ―le espetó la bruja la cual sentía debilidad por la joven madre―. Además ella no tiene precisamente un hijo normal ¿Y la varita Blanca? Tampoco hemos tenido eso en cuenta. Puede que todo sea….una horrible coincidencia, pero acusar a los muchachos por el estado del señor Nott es demasiado.

―Puede ser Minerva, pero me extraña la forma en que ha sido aplicado éste "castigo" tan oportuno. Muchas variables mi querida amiga y sólo una constante― Severus Snape pensaron los dos al mismo tiempo―. Pero bueno, tienes razón, habrá que contemplar todas las posibilidades, mas me temo que no es el momento ni el lugar para hablar de eso― Con un suave movimiento de la varita el mundo exterior volvió a conectarse con ellos, y los ruidos del hospital se escucharon de nuevo junto con el taconeo inflexible de una madre Sangre Pura y su aireado esposo.

― ¿Quieres que me quede más tiempo? ―pregunto la transformista, mirando la marea que se les venía encima.

―No, ha sido demasiado y no quiero que dejar el castillo solo por mucho tiempo. Volveré a Hogwarts lo más pronto posible, informales a los demás sobre lo que ha sucedido ―con esto el viejo mago se puso de pie para recibir a la pareja de padres, acompañada de un furioso líder de familia. Iba a ser un día muy largo.

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

―Te he dicho que no lo sé, Black.

―Pues no te creo. Es demasiada coincidencia.

―No tiene sentido Sirius, todos estábamos aquí.

― ¿Estás de su parte James?

―Trata de pensarlo por un momento Sirius ¿cómo podría haber hecho algo estando aquí con nosotros?

―Tú también Lupin… ¿Y tú Peter?

El bajito se sintió acorralado, todavía embotado por todo lo sucedido. No era capaz de hilar sus pensamientos correctamente y en esos instantes sólo tenía ganas de esconderse en un agujero y no salir jamás. Pero la realidad era cruel y cruda, no daba espera, no iba a desaparecer por más que rogara o llorara.

El día anterior, Peter había perdido algo que no estaba seguro que era ni que sabía que tenía o existía hasta ese día, pero ahora estaba seguro que lo había perdido, porque se sentía vacío y silencioso, como una marioneta usada y desechada. Para su suerte, el apoyo de Severus y sus demás compañeros fue lo suficientemente tangible para que ese vacío no fuera creciendo y ahogándolo. Fue un verdadero alivio, cuando al llegar la noche, sus compañeros le acompañaron no sólo físicamente sino emocionalmente, en especial Severus. Al salir el director y los demás docentes, Peter sintió el miedo y el dolor que había ocultado en alguna zona de su cerebro volver a él, pero los fuertes ronquidos y el calor de sus compañeros de casa le habían dado una especie de seguridad, que le permitió descasar un poco dándole ánimos para seguir adelante, por lo menos hasta que volviera a enfrentar a su agresor. Cosa que había sucedido más pronto que tarde.

STAR FLASH BACK

Los cinco niños, dormidos profundamente, se pusieron en guardia cuando el sonido de ruidos incoherentes se filtró por las paredes de la enfermería. Conforme pasaba el tiempo se hacían más y más fuertes, eran alaridos y palabras incompresibles que debía escucharse por todo Hogwarts. Después de unos pocos minutos de tensión, la puerta de la enfermería se abrió de par en par, mostrando a un afiebrado Logan Nott.

Pettigrew sintió que su sueño se había convertido en una pesadilla al ver a su agresor tan pronto, el niño perdió todo el color y se sintió encerrado de nuevo en la pequeña sala al costado del gran comedor, se sintió atado, amordazado e impotente mientras el terror recorría todas sus entrañas, la certeza que Nott venía a terminar lo que ayer no pudo, se instaló en su cerebro más rápido que el hecho de que el chico estaba acompañado por una preocupada Poppy y varios docentes, entre ellos McGonagall y Flitwick.

Logan Nott tenía los ojos rojos y desorbitados, la piel pálida de un verde lechoso que daba asco, su pelo siempre arreglado estaba enmarañado y su piyama tenía un conjunto de manchas de todos los colores que olían a vomito y otros fluidos corporales. El chico echaba un poco de espuma por la boca y gritaba como si un sinfín de bestias lo persiguieran, no podían controlarlo entre los docentes y temblaba de tal manera que su caminar era completamente errático. Sin pensarlo empujaba y daba botes, gritando más y más incoherencias, era como si fuera a morir de un infarto fulminante en cualquier momento.

Entonces Nott los vio.

Sobra decir que en el momento en que los ruidos se hicieron más notables, ya Severus estaba de pie con su varita en mano preparado para todo, seguido por un menos alerta Sirius y los adormilados James y Remus; pero cuando Nott entró al lugar ninguno de ellos pudo reaccionar lo suficientemente rápido. Miles de sombras recorrieron la cara de Severus antes de, afortunadamente, darse cuenta que Nott venía acompañado, en un terrible estado de histeria y no con la intención de hacerles daño. Fue afortunado, porque por lo mínimo le hubiese mandado un sectumsempra, sin pensarlo dos veces, de sentirse en peligro.

Así que los niños estaban todos de pies viendo al culpable de sus desgracias, enloquecido, embrutecido y en un estado de locura que paró en el mismo instante que los vio. Por un momento Nott quedó en silencio y luego palideció más de ser posible, sus ojos se abrieron de terror como si estuviera viendo el peor de sus miedos cara a cara. El chico empezó a balbucear más incoherencias y dio un paso atrás temblando, dejando tanto a los pequeños como los profesores confundidos con su actuar. Mientras, la enfermera aprovechó el momento de calma para buscar rápidamente un frasco en su oficina personal, suministrarle un calmante poderoso era lo mejor para éste caso, era lo mejor para todos.

La profesora McGonagall se dirigió hacia los niños buscando protegerlos dado el caso, pero no dejó de sorprenderse cuando el chico se movió de improviso tomando una lámpara del lado de las camas como si fuera una tabla de salvación, mirándola con locura. En ese instante Black no dudó en mandarle un expelliarmus pero Minerva lo detuvo a tiempo, usar magia en alguien en ese estado de histeria no era la mejor opción y podría ser peligroso, tanto para el afectado, como para quienes lo rodeaban. Sin embargo, la vieja bruja no dejó de apuntar al Slytherin, dispuesta a correr el riesgo de ser necesario. Es que ver a Logan Nott, con una potencial arma punzante en las manos, con esa expresión sicótica era más que suficiente para esperar lo peor.

Los demás profesores rodearon al chico calmadamente, Slughorn hablándole suavemente. El Slytherin reía y lloraba, para luego poner esa cara de asesino en serie. De un momento a otro se movió con agilidad rompiendo la lámpara contra el suelo y golpeándolo como si allí hubiera alguien a quien deseaba matar y torturar. Sus manos se llenaron de sangre, las lágrimas corrían por su cara juvenil distorsionada en una mueca de terror que amenazaba con dejarle marcas para toda la vida… Y de repente, alzó su mirada hacia los niños, una mirada que Severus reconoció inmediatamente. Entonces, Peter se desmayó.

END FLASH BACK

―Si Severus hubiese hecho algo así, nos lo diría― Peter dejó atrás sus recuerdos y miró a su compañero― ¿verdad?

Hubo un tenso silencio después de eso cortado cuando Severus resopló molesto porque todo el mundo le ignorara y le llamara por su nombre cuando él había sido claro en que no le gustaba que lo hicieran. Pero la realidad era que Severus, debajo de esa careta, se encontraba confundido, molesto y un tanto temeroso, no había previsto este desarrollo de sucesos ni por asomo y aunque se encontraba satisfecho con tener a Nott lejos, así fuera un tiempo en San Mungo, era evidente que su estado había sido un ataque premeditado. El estado de Nott era una intoxicación de las bravas, y si Severus era sincero, diría que era una intoxicación por Polvo de Pesadillas, pero eso era imposible. ¿Era imposible verdad?

―No tengo tanta habilidad para planear una venganza en menos de una noche, no por lo menos sin varios planes de respaldo. Y no me arriesgaría tan estúpidamente.

―Eso no aclara nada, Snivellus―volvió apuntar Black, que sentía que Severus sabía algo y no quería decirles―. ¿Vamos a volver a lo mismo?

―No fui yo Black, no sé qué ha pasado ―el chico sentía una punzada en la cabeza de tanto pensar ¿El estado de Nott era por el Polvo de Pesadillas? Pero si la botella estaba segura en su baúl ¿cómo podía ser eso posible? ¡Mierda! ¿Por qué no podía salir de la enfermería?

Dumbledore había entrado, seguramente después de hacer algunas llamadas por red Flu, justo después de que Peter se desmayara. Dando una mirada a toda la habitación dejó que Madame Pomfrey se encargará del joven, luego de que él mismo usará un conjuro para inducir a Nott en una especie de sueño. Tan sólo era su voz, cantando una canción inentendible, pero Severus reconoció que era magia de las Sirenas, con las cuales Albus siempre había tenido buenas relaciones.

Cuando pudieron por fin calmar al adolescente, Madame Pomfrey recomendó mandarlo a San Mungo con urgencia después de hacer unas pruebas y un informe preliminar. Mientras la enfermera calmaba la situación, el niño desvanecido era atendido por Sprout y McGonagall, la cual imaginaba que la impresión lo había superado. Calmando a los jóvenes Gryffindor, la enfermera y las docentes decidieron darles algo de comer y dejar al chico bajito recuperarse sin usar una poción.

Sin poder decir nada, los demás niños obedecieron sin preguntar, siendo observados por sus docentes sospechosamente, especialmente Minerva y Albus. Con su sonrisa afable el Director los instó a quedarse en silencio dentro de la enfermería acompañando a su joven compañero, esperando a que Madame Pomfrey y al elfo salieran, luego de dejarles algo de comer, para sellarla sin disimular ¿sus razones? Muchas y ninguna, pero nadie preguntó nada.

Afortunadamente, Albus también la selló de todo el que quisiera espiarlos pero esta vez sin ser muy evidente ¿Qué significaba eso? ¿Sospechaban de ellos? Se preguntaba Severus ¿Albus les había dado tiempo y espacio para que pusieran sus versiones de acuerdo? ¿Ya habrían hecho un examen a Nott? ¿Cuál era el resultado? El joven se encontraba sentado junto a los otros en una especie de círculo armado por la cama improvisada en la que habían dormido, todavía llevaban esas ridículas piyamas que Severus sospechaba tenían algunos hechizos de más para ubicarlos, por eso el chico evitaba pararse o moverse demasiado, tratando de evitar verse nervioso, en el caso que Albus estuviera vigilándolos de alguna manera.

― ¡Por Merlín que no lo sé Black! ¿Me crees tan descuidado para hacer algo así? ¿Tienes idea de cuantas cosas podrían salir mal en un plan tan apresurado? ―dijo después de un momento, colocando las manos sobre sus sienes. La cresta verde fluorescente se meció con el movimiento.

― ¿Cómo por ejemplo que Nott muera o quede loco para siempre?

―Por supuesto que no, Potter ―respondió Severus sin contemplaciones, a éstas alturas no valía esconder su animadversión por el joven Slytherin y su desinterés por su estado de salud―. Sí, pensé en la venganza ayer. Sí, pensé en muchas formas de hacerlo, pero si las hiciera realidad, no sería tan evidente.

―Entonces reconoces que sí lo harías ―Severus miró malamente a su compañero, sin poder evitar gruñir a su piyama en forma de chacal, llena de visos de rojo brillante y amarillo rechínate. Si ese era el punto que Black quería probar pues le iba a dar la satisfacción con tal que le dejara de joder.

―Cualquiera de nosotros lo haría, Sirius. Cualquiera lo hubiese pensado después de lo que pasó ayer ¿no entiendo lo que deseas demostrar? ―El pálido chico castaño cruzó sus patas en un gesto serio, llevaba una piyama en forma de lobo o perro gris a cuadros, cuyas líneas también eran de colores chillones. La piyama era demasiado tierna para representar su lado lobuno, pero sin dejar de ser estrambótica a su manera.

― ¿No es evidente Lupin? ―concluyó el Sangre Pura sorprendiendo a todos―. ¡Exacto! ¿Quién haría algo como esto? ¿Quién desearía una venganza así sin importar nada más? Una de sus víctimas. Y si no fuimos nosotros o Snivellus, entonces hay más culpables. Es así de simple, o de alguna manera ese deseo se hizo realidad "mágicamente" Snivellus o alguien aprovechó, se vengó y nos echó el agua sucia.

Severus se quedó boquiabierto mirando estúpidamente a Black, aquello no se le había ocurrido dada sus dudas sobre la poción en su baúl. El chico boqueo un rato más y luego se recompuso, trató de concentrarse en la única conclusión que tenía: aquello era una intoxicación, estaba seguro. Y se parecía demasiado a el efecto de una sobredosis de Polvo de Pesadillas. Aquello no dejaba de molestarle ¿era posible que de alguna manera Nott terminara tomado la poción que él dejó en su baúl? ¿Cómo, cuándo y quien podría sacarla y saber qué era? Sólo él, y él no había sido.

¿Ulquiorra?

La varita no le respondió. No tenía nada que decirle.

Sólo di sí o no ¿Tienes algo que ver con esto?

―….―Silencio―….No.

Era lo más que iba a conseguir. Si la varita milenaria no tenía nada que ver y él no había sido, entonces no habían más culpables posibles, nadie más sabía de la existencia de la poción de Polvo de Pesadillas o de sus propiedades, mucho menos su ubicación, la cual dejó desprotegida, recordó tardíamente. Sin embargo, para Severus, era imposible que la poción saliera por si sola de su baúl y terminara justo en la garganta de Nott. El chico suspiró, necesitaba salir y revisar su Baúl para sentirse tranquilo, su mente siempre alerta no dejaría pasar esa coincidencia sin verificar todas las posibilidades.

Pero entonces, si no era Polvo de Pesadillas ¿Qué otra poción mágica produciría un efecto tan similar? ¿Era posible que hubiese una poción desconocida, por él en éste mundo, por la cual se generaran tales efectos? ¿Quizás alguien había abusado del componente principal de Dulces Sueños, la flor de opio? Ahora que lo recordaba ¿No se basó en la poción para dormir sin sueños adulterada para hacerla? ¿Era el único que sabía que la valeriana australiana tenía tales afectos psicosomáticos por la Áspid blanca que vivía en sus ramas? Mierda ¿realmente no había otras posibilidades?

― ¿Y bien Snivellus? Sirius tiene un punto allí. Si no fuiste tú, ni nosotros ¿entonces quién?

―Viniendo de una casa como Slytherin, creo que puede haber muchos sospechosos James― comentó Lupin satíricamente mirando al joven el cual llevaba una combinación de colores que no tenía ningún sentido en un intento de parecer un león… o un chiguagua con melena, la verdad ninguno de ellos podía estar seguro―. Una vez caído en desgracia, alguien que quisiera vengarse aprovechó lo sucedido para ejecutar un plan y culparnos a nosotros.

― ¿En verdad, hasta ahora lo piensan? ―dijo Sirius rodando los ojos―. Con Nott en problemas y nosotros involucrados, sería sólo empujar las cosas. Todo el mundo sabe que Snape es un experto en pociones y que su madre, que también es una pocionista, tiene una querella con los Malfoy, si se sabe que hemos tenido problemas con Nott, nadie va a dudar que nosotros estemos detrás de todo. Blanco es, serpiente lo pone, no puede ser de otra forma. Tómalo Severus y ahora dime que los Slytherin no son malos.

― ¿Y eso que tiene qué ver? ―preguntó Pettigrew perdido por esa última frase, moviendo sus bigotes, estaba vestido con una piyama en forma de gato… un gato rosado, rosado biche con rayas amarillas―. De todas formas, también está Hades ―Severus le dirigió una mirada penetrante―. Los gatos de Freya pueden ser muy tranquilos, pero hay leyendas que dicen que cuando su amo es puesto en peligro pueden convocar el poder de los muertos vivientes, es como un llamado de la protección familiar, es un mito pero se dice que hay registros de ello. Por esos los muggles piensan que los gatos negros traen mala suerte y muerte, pueden ser muy vengativos.

Severus alzó una ceja sorprendido. Necesitaba urgentemente saber más sobre ese gato perezoso que tenía de mascota ¿cómo es posible que alguien le diera a un niño algo tan peligroso?

―Pero eso no tendría sentido ¿verdad? ¿No es demasiado exagerado? Severus no es el líder de su casa, apenas estamos en primero. Incluso si el gato de Freya pudiese hacer algo así, el poder debe provenir del vinculo mágico con la casa de... ¿tu madre?― James se sintió cortado por la incomodidad, no quería tocar un tema sensible como los estados de sangre y esas cosas.

―Prince, mi madre es una Prince ―sin contar con su oscura ascendencia. Mierda, tengo dolor de cabeza.

― ¿Prince? ―respondió con sorpresa Remus, mirando atentamente a su compañero a pesar de la picazón que le producía su disfraz verde biche―. ¿Tu madre es una Prince? Con razón eres un genio en pociones, escuché que fue un Prince el que mejoró la obtención del Polvo de cuerno de bicornio, lo que produjo múltiples investigaciones para todo tipo de antídotos, no que ellos estuvieran felices por eso. Sé que los Prince son de las mejores familias pocionista de los últimos siglos pero son conocidos por sus pociones oscuras― el chico hizo una pausa―. Esto es malo Severus, eso te hace más sospechoso.

―Uhmm…―Sirius odiaba todo lo relacionado a casas, familias y genealogías pero incluso él sabía sobre los Prince, y su relación con las artes oscuras y las pociones, en otro momento hubiese hecho algún comentario ácido al pelinegro pero prefirió dejarlo para después―. ¿Es posible que el gato hubiese convocado nuestros antepasados también? Es decir con todo lo del duelo y eso.

Pettigrew meditó un tiempo sin saber que responder, pero sabía, o más bien creía, que no era completamente imposible. Su familia no era precisamente famosa por algún tipo de poder o habilidad especial, ni siquiera por su posición social en la comunidad mágica. Pero los gatos y otras criaturas mágicas eran su punto fuerte. Aún así, James tenía razón al no considerarlo posible dado a que Severus no era el líder de su casa, era sólo un niño, el poder que su gato podía convocar no lograba ser tan grande. Pero el tema del duelo también debía tomarse en cuenta, la magia que Nott rompió ayer, el atacar a un compañero así en el interior del castillo, todo eso podría traer una consecuencia. O por lo menos él esperaba que trajera una consecuencia.

―Tendría que consultar varios libros de mi familia. Estoy seguro que mi madre tiene alguno dedicado sólo a los gatos de Freya, supongo que tal vez deberíamos pasarnos por la biblioteca, pero si tu madre es una Prince, Severus, ¿no es posible que ella te haya puesto una protección familiar? Las grandes familias lo hacen, quizás…

―No es posible. Lo hace ―Todos le miraron sorprendidos―. Mi madre es la más preocupada en que yo esté aquí. Ella ya no es una Prince y ustedes saben por qué.

¡Oh sí! La madre de Severus era una Sangre Pura que abandono su clase y se casó con un sucio muggle. Tenía suerte de estar viva, si es que alguno de sus familiares se lo seguía permitiendo.

―Ella no es la líder de tu familia, todo lo contrario, es una repudiada. Me imagino que tienes algún tío o primo vivo que te mataría si supiera de ti ―comentó Black sin un ápice de consideración―. Dudo que alguna de nuestras magias ancestrales tenga que ver, incluso con lo de duelo no es suficiente. Nott estaba como loco, estaba muy mal, todo esas cosas son boberías, no pudieron causar tal estado…. alguien le ha envenenado, es muy claro―. Un silencio más tenso cubrió la enfermería. Severus lo meditó profundamente de nuevo, con la duda reflejándose en su cara.

―Eso nos deja con un gran problema, nos culparan o por lo menos a Severus cuando lo de Nott se conozca, ¿eso no ayudará a que Nott no sea expulsado?― apuntó Pettigrew desesperado. Todo lo que le había pasado y ahora era él el culpable, ahora Nott era la víctima―. Bueno, por lo menos nadie sabe sobre nuestro intento de venganza ¿cierto? Eso nos da ventaja ―Lupin palideció considerablemente. Potter hizo un ruidito y Sirius le miró intensamente.

―Bueno… verás, ayer en la sala común… ―la mirada de Sirius se volvió más oscura― No dije nada realmente, sólo dije que no estábamos peleando por un asunto del estado de sangre, sino porque unos Slytherin nos atacaron y Severus no quería que nos vengáramos.

―Tú…

― ¡Oh vamos Sirius! Debiste ver cómo me miraron nuestros mayores. De hecho una perfecta ya se había dada cuenta que algo raro pasaba, porque nos empezamos a juntar y todo eso… y también vieron a Nott cuando estaba merodeando cerca de éstos dos.

― ¿Lo vieron? ―está vez preguntó Severus.

―Sí…. Y por lo tarde que se quedaron ayer hablando, parece que los mayores quieren iniciar una guerra con Slytherin.

―James ―Sirius dijo con hilo de voz―… eso es… fantástico.

Severus rodó los ojos, el chico de gafas se sintió tranquilo con que Sirius no se sintiera traicionado o molesto con él. Por su lado Peter no estaba para nada contento y Lupin… Lupin…

―Pues yo sí hable ―James y Sirius dejaron de celebrar el supuesto inicio de la guerra contra las serpientes y miraron hacía el chico pelicastaño―. El profesor Dumbledore se dio cuenta, me preguntó y le conté todo.

Severus suspiró, preguntándose si era éste tipo de comportamiento el cual había hecho sospechar a Sirius en el pasado de Remus. La lealtad y el cariño que debía sentir el hombre lobo hacía el director, quien le había dado una oportunidad en el mundo mágico, debía hacer éste tipo de situaciones muy recurrentes en su vida pasada en donde Lupin vivía tratado de evitar que se metieran en problemas por orden del director, sin decirle nada a los otros Merodeadores. No es que fuera muy eficiente, pensó ácidamente el oscuro hombre-niño, por lo menos no lo había sido cuando se trataba de molestarlo.

De todas formas Severus ya se había figurado que Albus vería a través de sus mentiras pero no esperaba que hubiese confirmado todo tan rápidamente y menos que fuera Lupin quien los echara al agua.

― ¿Qué hiciste qué…? ―La voz de Sirius se escuchó peligrosa. Severus se decidió a intervenir.

―Puedes decir lo que quieras Black ―Para su sorpresa Lupin no se quedó callado―. El profesor Dumbledore ya lo sabía todo, no es el mago más poderoso porque sí, es un hombre inteligente. Negarlo sólo nos haría ver más culpables. Pero aun así… me preguntó y yo le respondí la verdad, le debo mucho y mi familia también. No me arrepiento de eso.

―Es bueno saberlo Lupin, donde está tu lealtad. Pero debiste decirnos antes de ser un sapo traidor.

― ¡Oh no de nuevo! Siempre tenemos que pelearnos. Déjalo así Sirius, Lupin seguro tuvo sus motivos, todos muy importantes e imposibles de ignorar ¿quién no le debe algo al profesor Dumbledore? ―aunque sonaba despreocupado, Severus sabía que Potter no se encontraba mejor que Black. Estaba tan o más enojado que éste.

―Y ese es el por qué ustedes dos son unos idiotas ―los dos Sangre Puras voltearon a verle―. Sabía que esto podía pasar cuando fui a la dirección, sabía que el director iba a darse cuenta de todo y sabía cuál era el riesgo de omitir esa información. Pero eso era por miedo a McGonagall o el profesor Slughorn, el profesor Dumbledore es más compresivo y alcahueta de lo que la gente cree, ayer lo demostró ¿no? Él escondió tu capa en las sabanas, Potter.

― ¿No te importa tener un sapo entre nosotros Snivellus? ¿O no será que tú también eres uno?

―Por eso digo que son unos idiotas ¿Nosotros? No hay ningún nosotros Black. Es cierto que hemos llegado a cierto punto de reconciliación pero ¿en dónde estamos? Ayer sucedió algo horrible y ninguno de ustedes está preocupado por lo que le pasó a Lupin o a Pettigrew, ¿Creen que de la noche a la mañana lo van a olvidar?…. Ah pero sí, hay que exigir que sean fieles ¿Fieles a qué…? A unos compañeros que les echan al fuego sin pensar en ellos. Estamos sacando las castañas de la hoguera, no esperes perfección.

―Espera Severus eso no es…

―Sí lo es Lupin. No quiere decir que no me sienta molesto contigo por haber hablado y dicho todo. Pero entiendo porque lo hiciste y no me siento lo suficientemente superior, moralmente hablando, para reclamar por algo cuando… pasó lo que pasó. Yo también me olvidé de ustedes en medio del duelo, fueron falla tras falla lo que hizo que todo se nos saliera de las manos, así que no tengo nada que decir. Este es resultado de todos esos errores. Es más, ahora estamos peor que antes, podríamos concentrarnos en eso ¿por favor?

Un silencio incluso más pesado se extendió por la enfermería. La pequeña comunidad se desmoronaba tan rápido como se había armado, pero todavía había algo que los unía.

―Fue horrible…―dijo Pettigrew con toda la valentía que pudo―. Es horrible ―el muchacho tembló sin poder evitarlo―. No quiero volver a verlo nunca más, preferiría que mandarán un Avada y… ahora resulta que yo, nosotros, vamos a ser los culpables… ―el pequeño se rompió. Severus suspiró molesto de todo.

―Me gustaría decirte que al final se hará justicia, pero supongo que eso no será suficiente ni verdad. El daño ya está hecho y no hay ningún consuelo para eso. Lo único que puedo decirte es que seas fuerte Peter ―Pettigrew se sorprendió porque Severus usara su nombre―. No te sientas mal de decirnos lo que piensas, de molestarte, de gritarnos, ser valiente no tiene nada que ver con soportar estúpidamente una causa perdida. No te resistas, grita, llora, sácalo, acéptalo y supéralo.

―Eso apesta Snivellus ―dijo Sirius con menos molestia que antes pero sintiéndose cada vez más claustrofóbico―. ¿Y tú qué Lupin? ¿Cómo es…? Oh, ¿Quieres gritar y llorar?

―No. Pero si pudiera lo haría ―la respuesta de Lupin fue tan seca que nadie pudo refutarle nada. Era cierto que él no había sido manoseado pero de todas formas verlo, sentirlo y no poder hacer nada, nunca se había sentido tan pequeño, débil, sucio, por lo menos no en un día que no fuera luna llena―. Pero no voy a excusarme en eso. Sé que debí ser más fuerte y cuidadoso, en ambos casos, pero no lo fui. Y eso es lo que hay. Tómalo o déjalo.

― ¿Es un chiste verdad? ¿No te das cuenta de que si nos culpan habremos hecho todo esto para nada? ―comentó Potter sombríamente―. Nos arriesgamos para nada, Pettigrew y tú han quedado traumatizados para toda la vida por nada, todo esto si Nott no es juzgado. Si en cambio es considerado la "víctima", nosotros pagaremos los platos rotos; si alguien nos echó el agua sucia o quizás el mismo Nott lo planeó, no hemos pensado en esa posibilidad, como abriste tu bocota el profesor Dumbledore puede estar sospechando de nosotros, es más en este mismo momento Nott puede estar en camino y podrá hacer lo que quiera, eso si es que no nos expulsan antes. Vale que cometiera mis errores pero las consecuencias siguen siendo mi responsabilidad.

―No lo digas así Potter― exclamó Severus, que esperaba volver al tema principal. Lupin podía ser más terco y testarudo de lo que había imaginado, no necesitaba más discusiones inútiles―. Hemos perdido una batalla pero todavía no hemos perdido la guerra ―Severus se masajeó las sienes y luego mostró una cara determinada―. Fallamos, TODOS, eso es lo que tenemos, ahora mismo, la pregunta es ¿vamos a dejar esto así?

―Lo vuelvo a decir, apestas Snivellus, me va dar una ulcera.

―Cállate Black, estoy intentando mantener la moral arriba, no me voy a sentar a esperar que alguien resuelva el problema por nosotros―respondió airadamente volviendo a su modo agresivo―. Lo que pasó con Nott es efectivamente un envenenamiento, puedo hacer una lista de las pociones o combinaciones que pueden producir tal efecto. Comenzaremos con eso para averiguar quién pudo envenenarlo y luego…

― ¿También puedes hacer las pociones? ―Severus resistió mandarle un hechizo a su compañero pero Sirius no se amínalo―. Suéltalo Snivellus, sé que nos ocultas algo. James tiene razón, si Nott es considerado una víctima habremos hecho esto para nada y estaremos en una peor posición que al principio. Todos estamos en el mismo barco y está lleno de mierda. Yo nunca he confiando en ti, en nadie la verdad, por lo que veo quizás debería seguir haciéndolo ―el aristócrata le mando una mirada aireada a Lupin, quien volteo la cara visiblemente molesto―, pero no soy un cobarde, asumiré mi responsabilidad en este desastre, pero sin misterios. Hagámoslo bien esta vez.

Severus se sintió en una encrucijada, Sirius Black lo había puesto contra las cuerdas y lo peor es que estaba seguro que no lo hacía a propósito. Estaba tranquilo, contemplativo quizás, abierto a comenzar de nuevo, todos habían aceptado que el problema era grave y que ellos tenían la culpa. Una nube deprimente los había envuelto de la noche a la mañana, literalmente.

Para Severus era claro que no tenía porque decir nada ¿cómo iba explicarlo de todas formas? La poción podría estar segura en su baúl y él se echaría al agua por sí sólo, pero Black tenía un sexto sentido para ver lo que no debía ver y decir lo que no debía decir, Severus sabía que al ser el mismo un mago de una casa oscura reconocía cuando alguien ocultaba algo, cuando algo no estaba bien, incluso inconscientemente. Si daba un paso en falso todo lo que había ganado se perdería en ese instante, pero si lograba aprovechar esa oportunidad…

―Le hice una alteración a la poción que le suministré a Nott, un experimento mío ―el silencio fue mayor está vez.

― ¡ES TÚ CULPA! ―para su sorpresa el grito provino del menor quien se levanto inmediatamente con ganas de echarse sobre Severus pero el pelinegro le mandó una mirada terrible. La frase había sonado mucho más acusatoria que nunca, sin embargo logró controlar su carácter.

―Sí Pettigrew, le puse un poco de polvo afrodisiaco para que fuera más peligroso de lo que era y que la acusación fuera más creíble si los violaba. Así, Nott terminaría en San Mungo o Azkaban para que alguien se diera cuenta de que estaba intoxicado con una poción hecha por mí.

―Bueno…

―Ni lo pienses Potter. No se pueden esconder pociones de ese tipo en un examen sin añadir ingredientes que no se consiguen en el armario del profesor Slughorn ¡Es un Nott por Merlín! Lo que menos quería era que terminara en Azkaban o San Mungo ni siquiera quería que fuera a la enfermería. Una cosa es Hogwarts y un examen de rutina, pero el cuerpo de Aurores y su grupo no se contentaran con eso, no hay que ser un genio para saberlo.

― ¿Entonces qué Severus? ―el pelinegro se hallaba sorprendido, no imaginaba que el gordito tuviera tal carácter, por lo menos el suficiente para hacerle frente. Claro que todo perdía forma cuando lo veías en ese traje de gato rosa.

―Alergia. El componente que altere es el relajante, use un tipo diferente a las ramas de valeriana… fue una cantidad mínima, pero una rara combinación con otros elementos puede producir una reacción alérgica masiva. Una intoxicación severa. Es muy poco probable, diría que imposible, pero no sé lo que hizo Nott después de que nos separamos, ni siquiera sé que le dio Madame Pomfrey, o si es alérgico a ciertos componentes, pero los síntomas son muy parecidos, así que quizás…

― ¿Sea tu culpa que Nott esté a punto de volverse un lunático? ―terminó Sirius todavía evaluativo. Severus no estaba seguro de nada, no hasta que viera la poción en su baúl sana y salva, pero era cierto que había hecho la poción de impotencia con sus propios pasos, claro que no había agregado nada tan contraproducente. Aún así era cierto que esa variación de valeriana producía esos efectos en condiciones improbables o abuso de la sustancia.

―No entiendo ―refutó Lupin, menos acusativo pero igualmente precavido―, ¿si no querías que alguien sospechara sobre lo que hicimos por qué cambiaste ese componente, para qué? No tiene sentido.

―Ten cuidado Snape, nada asegura que esa información no salga de aquí y nos termine hundiendo más― James no se contuvo, la traición era lo que más odiaba en el mundo. Y a él no le importaba todo el asunto de la poción. A pesar de que Sirius era quien más interactuaba con el pelinegro, el de gafas también lo tenía fichado. James podía decir que Severus Snape era un pocionista dedicado y meticulosos, no cometería un error tan simple, si él decía que era poco probable, le creía.

―No importa Potter. Lo que usé es sustituto de la valeriana, una variante de otro país, sus efectos son mejores y permite que no haya síntomas de adormecimientos de las piernas, lo cual es común en las pociones de éste estilo. No quería que Nott descubriera tan rápido que era una poción de impotencia, tampoco que se tomara una carísima poción de estimulación y al final resolviera el problema en una hora. La poción de impotencia no suele usarse para efecto en largos periodos, así que pensé en una forma de alargar su efecto por lo menos unos días. Este método está siendo usado hace unos 5 años en laboratorios en Francia pero en otro tipo de pociones mucho más avanzadas.

―Entonces no es un experimento tuyo si ya otra gente lo hace Snivellus ―dijo Sirius viendo a Severus intensamente. ¿Mentía, no mentía? No era capaz de definirse.

―Pero hizo la poción de otra manera. Algo pudo salir mal ―sea lo que sea que estaba impulsando a Pettigrew, Severus necesitaba identificarlo. Era evidente que el chico estaba mostrando su lado más Gryffindor―. ¿Puedes estar 100% seguro que lo que le diste no hizo más peligroso a Nott, Severus? ¿Puedes asegurarlo?

―Sí ―contestó inmediatamente el pelinegro―. Las pociones no controlan a nadie, no obligan a hacer a nadie nada. No las pociones normales. Sólo las oscuras hacen eso, y para eso necesitas… sangre y dolor. Sangre y dolor de inocentes generalmente.

―No creo que saber eso ayude a tu defensa Severus.

― ¿Por qué Lupin? Soy un pocionista, o por lo menos soy un aprendiz de pocionista y para ello debo conocer todas las pociones posibles, incluso las oscuras. Cuando le di a Nott esa poción estaba consciente de lo que podía hacer… un error y estaría en la enfermería o algo peor, todos seríamos descubiertos y adiós a cualquier plan de reserva, no se hacen pociones para jugar, tienes que tomártelo en serio ―el chico se volvió a su compañero más pequeño―. Puedo asegurarte Pettigrew, que lo que le di sólo evitaba que tuviera una erección por un tiempo, el tiempo que necesitábamos, si eso es suficiente para que pierda la razón e intente violar a uno de sus compañeros de colegio no quiero ni imaginarme qué pasaría si alguien lo castrara.

―Pero es posible que en una rara coincidencia, esa poción tuviera efectos secundarios, perjudiciales para Nott ¿verdad? ―Sirius volvió a sentir esa innegable apatía por el pelinegro.

―Ya te he dicho que yo no he planeado esto Black. Es complemente improbable, incluso un Maestro de pociones experimentado no lo habría previsto ―. Y era verdad. Él era un maestro de pociones experimentado y consideraba que una alegría por valeriana australiana era tan probable como que Voldemort no usará una imperdonable en menos de una semana.

― ¿Y por qué debería creerte? Nos mentiste.

―No, les dije que iba a hacer una poción de impotencia. Y eso fue lo que hice. ¿Debí explicarles todo el proceso de elaboración? No sabía que te interesaban tanto las pociones Black.

― ¿Entonces por qué no lo dijiste desde el principio? ―Black se irguió molesto. Molesto porque ocultará cosas, molesto porque siempre estuviera tomando riesgos estúpidos solo, molesto por la posibilidad de que los hubiera engañado―. Pasó lo mismo con el gato ese, no dijiste nada, hiciste un plan de reserva si decirnos nada.

―Una cosa no tiene que ver con la otra ―reclamó el pelinegro, empezando a exaltarse―. Lo de Hades fue una cosa de más, por si acaso alguno fallaba. Cosa que sucedió.

― ¿No confiabas en nosotros verdad y no tuviste los cojones para decírnoslo? ¿Por qué hacerlo ahora, entonces? Crees que soy tan tonto para no creer que eres capaz de haber planeado todo desde el principio ―Severus ahora sí palideció. El hijo de puta le estaba acusando de haber puesto a sus compañeros en peligro.

―No soy tan maquiavélico Black. Sé que tienes mucha experiencia, debido a tu familia, en planes en donde otros son puestos en peligro, pero yo no tengo esos ejemplos ―el golpe fue duro pero Sirius no se amínalo.

―No desvíes la conversación Snivellus, nos mentiste y esa es la verdad ¿Cómo explicas que divagues sobre lo que sucedió con Nott, que no seas capaz de ordenar tus pensamientos? Lo veo, veo la duda en tus ojos.

― ¿Ahora eres psicólogo? ―dijo Severus rearmando todas sus barreras mentales―. No estoy seguro de lo que tiene Nott, soy pocionista no un sanador, lo que sé del cuerpo humano es todavía muy limitado, hay miles de cosas que pueden producir un estado así y una de ellas tiene que ver con lo que he hecho.

―Entonces eres menos fiable de lo que pensé Snivellus. No debiste ofrecerte si tenías tan poca experiencia y tan pocos cojones―el aristócrata termino levantándose.

― ¡Oh cómo lo siento Black, siento mucho decepcionarte! Nunca podré recuperarme de esto, ¿tal vez la próxima vez debería hacer todo tú, oh grandísimo Sirius Black? ―Severus se dejó llevar y se levanto enfrentando a su compañero.

―Tranquilo pequeño Snivellus, nunca tuve muchas expectativas en ti, así que no hay decepciones. Y sí, tal vez sería mejor que yo hubiese hecho las cosas, quizás así no habría pasado nada y no estaríamos aquí.

― ¿Qué quieres decir con eso Black? Dilo claro y fuerte.

―Que no eres infalible idiota, no eres Merlín reencarnado. Todo esto puede ser tu culpa y lo sabes, deja de creerte superior a nosotros y por una puta vez confía en nosotros.

― ¡BASTA LOS DOS!

Los dos duelistas intercambiaron insultos y las varitas ya estaban en sus manos conforme su carácter los encendía. Era claro para James, de sólo verlos destilar frustraciones, que nada bueno iba a pasar de seguir peleándose entre ellos justo en ese momento y cuando ambos estaban entrando a una zona peligrosa, el chico de gafas decidió intervenir. También sabía que esta pelea era diferente, no era que no confiaran en Severus, bueno no lo hacían totalmente, era simplemente que Severus no confiaba en ellos.

A pesar de su discurso, Severus había intentado hacer todo solo. Había intentado mover todos los hilos sin decirles nada y hacerse cargo de todo, como si él fuera el único responsable, como si fuera el único que debía cargar con ello. Y ellos le había dejado hacerlo, el pelinegro pensaba que ellos le dejarían cargar con el problema incluso ahora que había crecido en magnitud.

―Esto es lo que vamos hacer ―Alzó la voz el último de los Potter con autoridad―. Severus hará su lista o lo que sea, él es el único que sabe de esas cosas, tenemos que confiar en su criterio pero tienes que aprender a trabajar en equipo ―Severus boqueó estupefacto, Sirius le sonrió al de gafas―. Sirius, tú conoces mejor sobre las relaciones entre Sangre Puras con los Nott, yo tengo vagos recuerdos pero sé que tú sabrás a quienes les convendría un escándalo familiar, necesitamos esa información ―El aristócrata estaba a punto de reclamar―. No te quejes o te hechizo. Peter cállate y contrólate, tú eres nuestra carta del triunfo, nuestra prueba tangible de que Nott es el único enemigo aquí, tienes que prepararte para eso, mientras puedes hacer algo sobre el gato ese de Freya. Lupin ―James hizo una pausa―. Nos traicionaste, no importa las razones, dijiste algo que nos pudo haber afectado terriblemente, pero Severus tiene razón, ninguno puede decir nada, todos fallamos, así que, aquí y ahora ¿contamos contigo, incluso si es por encima de Dumbledore?

El licántropo se sintió atrapado por esas palabras, además de sorprendido por el extraño giro de eventos. Una parte de él quiso negarse, pero al ver la mirada fulgurante que brillaba a través de los cristales de James, algo se movió en su interior y, muy a su pesar, su sentido lobuno pocas veces se equivocaba, así que asintió con la cabeza.

―Dilo en voz alta, todos ―James se volvió hacia todos y por un segundo Severus creyó ver un fantasma, un nombre que había desaparecido de su consciencia por mucho tiempo: Harry Potter―. ¿Estamos todos, todos, juntos en esto? No hay vuelta atrás, somos los únicos que podemos hacer algo contra Nott y contra él que armó esta trampa. Tenemos que confiar en que podemos. Todos.

―Sí ―Dijeron los cuatro restantes a regañadientes ante la mirada ardiente del último de los Potter.

―Okay. Puedo intentar hablar con algunos conocidos de Gryffindor y otras casas, llenaremos todos los huecos. Severus tiene razón, no podemos dejarles ganar.

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

Había una cosa complicada de ser un Sangre Pura de gran poder y reconocimiento, y era que tenías muchos "socios" y "aliados". Potenciales enemigos, sería una mejor descripción, o por lo menos eso pensaba Egerton Nott, especialmente en días así, donde no sabía si todo era casualidad o un perfectamente elaborado ataque.

La familia Nott era una de las familias mágicas más antiguas de Inglaterra, sin embargo no poseían la fama de los Black ni el abolengo de los Malfoy, debido a que en sus principios eran una familia pobre y sin mayor renombre. Es más, la historia de los Nott es bastante patética en comparación con las grandes familias de Europa, incluido los Weasley, pero lo han ocultado bien para no ser el hazmerreir.

Nacidos en Nottingham como una rama secundaria de varias familias Sangre Pura de la época, hijos de amantes y niños de segunda, los Nott empezaron desde muy abajo, como simples sirvientes con un poco más de calidad de vida que un Elfo domestico. Un día, y para salir de su miseria, a Agoras Nott, cuyo apellido en aquella época era otro, se ocurrió que la mejor forma de hacerse un lugar era irse de Nottingham, adoptar un apellido falso y crear una historia épica. Por supuesto no pudo ser más creativo.

Abandonado todo, se dirigió a Worcestershire, allí probó su suerte gracias a dinero robado de sus familiares, especialmente su padre infiel, además de los objetos sacados por su chantaje. Cuando desapareció de repente junto con su esposa, nadie dijo nada en su tierra natal y él fingió ser un noble exiliado de Escocia (la cual se encontraba apabullada por una guerra con los duendes en esa época) en la zona en la que se reubicó, la cual hospedaba a varios Sangre Puras, todos adinerados pero tontos.

Alimentado con la idea de la superioridad mágica, usó a sus hijas e hijos como moneda de intercambio y sus descendientes hicieron lo mismo. Entre engaños y artimañas lograron una posición acomodada robando a familias Sangre Pura y reuniendo una fortuna significativa. Por supuesto una vez se toparon con grandes como los Black o los Malfoy, no pudieron escalar más, era imposible superar en astucia y malas intenciones, pero dada su brutalidad y esnobismo congeniaron para crear un frente purista junto a otras familias como los Avery o los Yaxley.

Los Nott había venido de menor a mayor, en el ámbito mágico, para la década de los 40 se reconocían por su habilidad con los hechizos y el duelo. Y entre ellos Egerton era conocido como el comienzo de una nueva era para los Nott. Slytherin de pura cepa, Egerton fue un excelente estudiante y uno de los primeros magos en probar, legalmente, la ineficiencia del Estatuto del Secreto de los Magos en cuestiones económicas, lo cual le daba un excelente lugar en la comunidad purista. Pero a pesar de todo eso, Nott tenía un problema. Un problema grave: Su hermano menor.

Dedicado en cuerpo y alma a mejorar la posición social de su familia en base a su inteligencia, Nott se encontró con que su hermano había concebido primero. Emeret Nott era todo lo contario a su hermano mayor, era estúpido y brutal, no había mejor forma de describirlo. Banal, pervertido y con pocas neuronas embarazó a una bruja de una familia menor, los Macnair, con menos neuronas que él. Eso fue suficiente para hacer que todo lo que Nott había logrado se cayera como un castillo de naipes.

Los líderes de grandes familias o sociedades siempre son vigilados, sobre todo por sus conductas en ámbitos personales, donde se puede ver más las deficiencias y hacer mayor critica. Un hombre que no puede controlar a un miembro de su familia se considera ineficaz, y las demás casas Sangre Pura consideraron el nacimiento de Logan Nott como la prueba que Egerton Nott no tenía el suficiente poder para jugar en las grandes ligas. Además Nott no se había casado con una bruja de buena familia a pesar de que ya le pesaban los años, lo cual hacía que se hablara de su sexualidad, cosa que entre los íntimos era conocida como dudosa.

Egerton sintió ganas de matar a su hermano por su error, pero logró resarcir el daño al casarlo y encargarse de su sobrino como si fuera su hijo, mostrando su lado más "noble". A su hermano le dio algo de dinero, y él y su cuñada se dedicaron a hacer estupideces, pero ocultándolo bien, o entonces Egerton se desharía de ellos en serio. Para su fortuna Logan heredó todo su intelecto y astucia, por lo cual el mago se sintió aún más contento y sin dudarlo pensó en hacerlo su heredero para no tener que casarse con una encopetada bruja y fingir cosas que no quería fingir. Por supuesto eso sucedería en unos años, siempre que el chico se comportara como esperaba.

Es posible que vivir en ese poco agradable ambiente familiar hiciera a Logan Nott más pervertido y cruel de lo que sus genes le indicaban que fuera. Su tío lo cuidaba y mimaba como si fuera su padre real, pero no era muy cuidadoso a la hora de ocultar ciertas cosas que un niño no debe ver. Así Logan, quien veía a su tío como una imagen a seguir, se sintió inclinado desde pequeño a una vida desenfrenada en donde todos sus caprichos tenían que ser concedidos o simplemente usaba la fuerza. Esa personalidad soberbia y brutal era lo único que Logan le había sacado a su padre, a veces el chico perdía los papeles haciendo cosas peligrosas pero se cuidaba de ocultar esas cosas a su tío, con la esperanza de heredar pronto el nombre de la familia y poder hacer lo que quisiera.

Es por eso que no era raro ver a Egerton Nott llevando la batuta en un problema que incluyera a Logan. Incluso él mismo lo llevaba al andén 9 y ¾, pero en éste caso necesitaban de toda la presencia familiar de cara a lo que sea que se venía. No todos los días recibías una llamada del Director de Hogwarts informando sobre un asunto urgente con su sobrino, debido a malos comportamientos y al minuto siguiente le informaba que debía dirigirse a San Mungo con urgencia.

Egerton sólo esperaba que ese chico no hubiera hecho nada grave como lo que sucedió con la chica de Ravenclaw. Se la había pasado porque era una nacida de muggles, que con su sola presencia ya era irritante, así que no le molestaba que su sobrino la hubiese puesto en su lugar, pero hubiese preferido que fuera más discreto. Los jóvenes de hoy en día eran demasiado impetuosos como le recordaba Abraxas Malfoy al quejarse un poco de su petulante hijo.

― ¿Entonces qué es lo que ha sucedido Dumbledore? ¿Dónde estabas cuando mi sobrino resultó herido? ¿Acaso Hogwarts está bajando su categoría?

El viejo mago le dio una sonrisa tensa pero amenazante a un mago que no pasaba de los 1.80 metros, cabello medio canoso medio castaño, con por lo menos unos 40 años, una cara flaca con pómulos salientes y mirada de color azul oscuro penetrante, llevaba una túnica sobria pero elegante de un color verde avellana y debajo un conjunto en color negro, la capa era de esas que usaban los Jueces y abogados, botas de tacón bajo y un cinturón plateado reluciente que lucía el orgulloso símbolo de Slytherin. Ese era Egerton Nott, un notable mago, letrado en leyes e historia, un hombre brillante en un lado oscuro, o eso solía pensar Albus a veces. Pero de allí a que permitiera que le pasara encima había mucha diferencia.

―Creo que lo mejor será esperar y hablar en una zona más privada. He venido por la gravedad del asunto, y no me refiero solamente al estado de salud del joven Nott, Egerton, sino a cierta situación en la que se vio involucrado recientemente.

Los padres de Nott temblaron visiblemente. Ambos eran padres sólo de nombre, la máxima iteración que había tenido con su hijo eran las cenas formales y alguna fiesta en donde necesitaban estar presentes. La madre de Nott, Agustina Macnair, ahora Nott, era una encopetada bruja rubia, no natural, que llevaba tantas joyas como fuera posible. Vestía una pegada túnica de color Beige, mientras un pañuelo de seda cubría su boca exageradamente pintada, para simular nerviosismo. Era delgada, demasiado delgada y tenía un peinado que recordaba un poco a Marilyn Monroe.

―Por supuesto profesor. Sea lo que sea que ha pasado, todos en mi familia queremos lo mejor para mi pequeño.

Emeret Nott en cambio era bajo, y aunque delgado, no tenía la soltura ni la dignidad de su hermano mayor. Claro que era guapo, o relativamente apuesto, tenía un aura de pícaro y fresco, vestido a la moda con un traje ajustado y una bella túnica de color morado brillante, varias joyas y un gracioso peinado encopetado. Parecía tan banal como su esposa.

―No lo dudo Emeret, ya he hablado con Dimitri, asumo que siendo uno de los mejores doctores de San Mungo en el área, no tendrán ninguna queja que sea él quien esté a cargo del grupo de médicos que atienden a su hijo.

Los jóvenes Nott miraron al líder de su familia quien aprobó la elección, bastante sorprendido que Dumbledore no hubiese escogido alguno dentro de su planta como Price o Wood. Dimitri Miklaszewski era un conocido Sanador, que emigró de Rusia por sus relaciones con Grindelwald, no como simpatizante sino todo lo contrario, fue uno de los que más se le opuso y tuvo que huir en un intento de salvar su vida. Aun así su relación con Albus Dumbledore era tensa, ya que lo acusaba de no haber actuado antes y haber evitado que Grindelwald cometiera tantos crímenes.

Por supuesto eso ponía a Egerton más a la defensiva, haber escogido un Sanador que no se llevaba bien con él, pero que aun así no era un purista, podía ser una treta para hacer ver algo a su favor. Dumbledore era un mago poderoso pero por encima de todo brillante y manipulador, un hombre cuyo poder no sólo estaba representando en su habilidad mágica, que hacía temblar a muchos, sino en las hordas de fanáticos y enemigos que manejaba con un dedo.

―El sanador Miklaszewski me parece bien, aunque estaré abierto a otras opciones. Pero vamos, que todos estos preámbulos me están empezando a preocupar.

Dumbledore resistió la mirada evaluativa del Líder de la familia Nott, le doblaba la edad y en sus términos el hombre era apenas un mocoso en el arte de intimidar. Por eso había decidido intervenir personalmente en el asunto y encarar al mago. La comitiva se dirigió a un espacio reservado en la oficina del Sanador Miklaszewski, con calma el Director convocó varios sillones, de colores no estrambóticos pero originales, además de un juego de té que ya había solicitado al servicio del hospital. Ninguno de los Nott tomo nada.

―Bueno, según lo que sé el joven Nott está siendo evaluado por el personal del área de intoxicaciones. Me temo que sufrió una profunda crisis de histeria y alucinaciones, producto, al parecer, de algún tipo de agente externo no identificado.

Los Nott guardaron silencio respetuoso, preguntándose qué tipo de agente había sido usado en éste caso.

― ¿Qué es lo que quiere decir Director? ¿Qué significa todo esto?

―Logan ha tenido una querella con algunos estudiantes de primer año de Gryffindor y ayer atacó a dos de ellos en circunstancias que dejan mucho que desear ―respondió el Viejo Director―. Su comportamiento ha sido completamente errático, y aunque quiero darle el beneficio de la duda, dado a que conversamos un poco, lo que nos cuentan los afectados me ha inquietado lo suficiente para aislarlo por un tiempo y convocar a la Planta de Docentes.

El zarpazo fue mortal. Egerton frunció el ceño visiblemente, seguramente era un asunto como el del año pasado. Por lo que sabía el viejo Nott a Gryffindor había ingresado varios Sangre Sucia y hasta el hijo de una Prince, el tal Snape, del cual se hablaba a susurros por su confrontación con los Malfoy. Teniendo en cuenta el carácter de su sobrino y lo horrible que debe ser compartir el mismo espacio con un espécimen de esa categoría no era de extrañarse que se hubiese sobrepasado, hasta allí no había nada que se saliera de control, Dumbledore no parecía particularmente amenazador, así que un castigo ejemplar y algún estúpido discurso debían ser suficientes ¿no?

―Suena como si hubiera hecho algo grave Dumbledore. Hablaremos de eso a su tiempo, pero ¿por qué lo remitieron a San Mungo? ¿Tiene que ver una cosa con la otra?

―No ―respondió Dumbledore un poco dudoso―. No, exactamente. Pero ayer, se celebró en Hogwarts un magnifico duelo entre los señores Sirius Black y Severus Snape ―los ojos de Nott brillaron, él sabía sobre ese evento funesto―. Sin embargo al final, la varita blanca del señor Snape tuvo un descontrol que golpeo la puerta de la habitación de espera de los estudiantes a ser seleccionados. Pensábamos que no iba haber heridos, ya que la zona generalmente está abandonada, pero encontramos a Logan, solo, con dos estudiantes. Debido a la fuerza del hechizo recibió un golpe en la cabeza.

Los Nott se tensaron evidentemente. El padre tomo la mano de la mujer quien fingió una preocupación palpablemente falsa, el teatro era aburrido para ellos, pero para Egerton era importante que mantuvieran la apariencias. El líder de casa en cambio estaba furioso, su idea de una escaramuza no llegaba tan lejos, si su sobrino fue encontrado a solas con dos compañeros ya se imaginaba el circo que se armaría. Maldito chico inconsciente, y además el tal Snape está indirectamente involucrado, tenía que tener cuidado.

―Lo que dice me preocupa más. Si esto paso ayer ¿por qué no se nos comunicó inmediatamente?

―Porque el golpe no era de gravedad Egerton. Ya que era un escenario extraño interrogamos a TODOS los implicados encontrándonos con acusaciones un tanto pesadas. Decidí reunir al cuerpo docente para determinar una mejor forma de solucionar el problema de cara a convocar a los padres de los implicados. Por supuesto Madame Pomfrey estuvo muy pendiente de la salud del joven Nott, tanto que fue temprano a la habitación donde lo aislamos para revisar que tal había amanecido, lo que encontró fue un chico en un estado perturbado. Varios profesores fueron convocados y lo guiamos a la enfermería en donde procuramos darle una poción calmante y remitirlo inmediatamente a San Mungo.

―Eso no tiene sentido Dumbledore. Primero acusas a mi sobrino de algún acto censurable y luego aparece en un estado perturbado, tal que han tenido que internarlo ―el hombre se paró para darle más poder a su amenaza―. Esto no se va a quedar así Dumbledore, demandaré por Negligencia, llegaré hasta la última consecuencia de ser necesario.

El mago mayor no le detuvo o trato de calmar los ánimos como era su costumbre. En cambio lo miró con pereza, como alguien que ya esperaba tal acusación y le importaba muy poco. Albus estaba acostumbrado a los ires y venires de los Sangre Pura, amenazaban con su poder para conseguir que muchos se amilanaran. Bueno, él no era un Gryffindor por nada.

―Eres libre de hacerlo Egerton, estaré dispuesto a atender a cualquier queja de los padres de familia. Por ahora me preocupa más este nuevo evento. El comportamiento errático de Logan también podría ser producto de preocupaciones juveniles que de alguna manera hayan terminado en esta crisis nerviosa, quiero esperar el resultado y creer que todo esto tiene una explicación lógica y razonable.

El viejo mago quiso decirle un par de cosas a su antiguo docente. Los Nott no se drogaban por ejemplo. Sin embargo la tranquilidad de Dumbledore le daba mala espina, dado a que no sabía que fue lo que sucedió no podía saber que hacer o decir, si en el peor caso podían tapar todo con estrés y preocupaciones juveniles él estaba dispuesto a ceder terreno. Además estaba el asunto del niño Snape y su varita misteriosa, había escuchado tantas historias extrañas de ese niño que se sentía prevenido. No hay que olvidar que era hijo de una Slytherin, que si bien él la recordaba como una niña de poca valía, según lo que había escuchado había crecido para ser una víbora peligrosa.

― ¿Y cuándo vamos a saber algo Profesor? ―intervino la rubia maga, haciendo un apunte en el momento preciso. Por lo menos estaba educada para saber qué hacer en situaciones así. El director sonrió sacando un reloj de sus bolsillos, el objeto tenía varias imágenes de planetas y líneas que lo adornaban, y aunque no parecía tener ningún sentido, para Dumbledore era tan útil como cualquier reloj de manecilla.

―Es posible que en unos 10 minutos tengamos el primer reporte, tenderemos que esperar un rato ―entonces el viejo mago guardo su reloj y en cambio saco unos dulces―. Por cierto ¿Alguien quiere un caramelo de limón? ―dijo Dumbledore con su habitual brillo en los ojos sin importarle la estupefacción de sus acompañantes.

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

Logan Nott todavía se encontraba fuertemente sedado y era probable que sólo en horas de la tarde pudiera despertar. Y aún si despertaba, no podría decir mucho hasta que todo su sistema se estabilizara, lo cual no sucedería por lo menos hasta en un día más.

Spike, o mejor dicho, Von, no sabía muy bien en qué consistía la poción que había mandado al chico a San Mungo. Sus conocimientos sobre el tema, apenas era aceptables, apoyados en los recuerdos del verdadero Spike. Su disfraz no era imperfecto por eso, Von se tomaba en serio su trabajo y por lo general duraba varios meses de seguimiento cuando decidía suplantar a alguien; pero en este caso la solicitud fue hecha apenas unas semanas atrás y dentro del mundo mágico.

Von llevaba varios años trabajando fuera del mundo mágico, al cual no reconocía como su hogar. Prefería su trabajo en el mundo muggle, no porque fuera más fácil engañar allí, ya que la oficina de Aurores estaba siempre alerta, sino porque era más cómodo para él. Los muggles era moldeables, inesperados, sorprendentes, los magos… los magos solían ser más rígidos y molestos. Suplantarlos requería menos arte y era muy aburrido a veces.

―Spike ¿ya terminaste con el chico? ―La Sanadora Meyer apareció en la periferia, puntual como un reloj suizo. Von bien podía hacer lo que quisiera al chico y luego aparentar normalidad de lo predecible que era la mujer, además que nadie esperaría semejante actuar del hombre que suplantaba.

―Sí Sanadora Meyer. Tengo los resultados y su análisis ―hubo una pausa de acuerdo al rol―. ¿Estaré a cargo de este caso?

―No ―disfrutó la palabra la regordeta Sanadora, sabiendo que Spike quisiera tener un caso así en su hoja de vida―. El doctor Miklaszewski está a cargo. Nos reuniremos en su oficina en unos minutos ¿le hiciste algún examen de más?

―Algunos, pero esperaré a que el Sanador Miklaszewski decida sobre ellos ―tacaño, pensó la mujer, aunque borde el chico era brillante, seguramente estaba guardándose algo para quedar bien.

―Okay, yo haré algunas pruebas más… ―lo sé, harás las mismas pruebas por si acaso puedes tomar ventaja. Pero ya he sacado todo lo que tenía que sacar y metido todo lo que había que meter. Tú sólo me vas a servir de respaldo, aprovéchalo, hoy podrás brillar en mi obra.

El chico puso su cara de arrogancia molesta que alejaba a todos y le permitía a Von desempeñar su papel con calma, a pesar de llevar tan poco tiempo para caracterizar correctamente el personaje. Para su fortuna esa misma personalidad le permitía empujar a sus compañeros a actuar según lo planeado, siendo partes de su plan y convirtiéndose en cómplices sin saberlo. Si todo iba según lo ideado, pronto volvería a su vida normal, luego de implantar algunos recuerdos en el verdadero Spike. Sin errores, sin prisas y sin correrse el rímel, ese era el lema de Von.

―Entonces organizaré el informe e iré a la oficina del Sanador Miklaszewski a dejarlo.

Caminado suavemente, pero como si tuviera un palo metido en medio de sus piernas, la Sanadora sabía que el mocoso iría directamente donde el Sanador a ser el empollón de siempre. Exactamente eso era lo que iba a ser Von, quien necesitaba un momento a solas con el áspero Ruso, ¿quién iba a imaginar que hablaría con un compatriota suyo en medio de un trabajo? No importaba, de hecho eso haría más fácil las cosas.

Mentalizándose para lograr hacer su papel hasta el final, el chico atravesó varios pasillos entrando por la zona menos transitada, del lado contrario a donde se encontraban los Nott y Dumbledore. La oficina del Sanador Miklaszewski casi parecía un pequeño departamento, era un hombre sin hijos y cuya vida era ser Sanador, así que prácticamente vivía en el hospital. Donde se encontraban Dumbledore y los demás era como una salita de estar, y hacía la derecha había una pequeña cocineta y hasta un baño para invitados. Su oficina, que pertenecía a una zona más personal, tenía una puerta que conectaba con la zona de residentes, un poco hacía al fondo había un pequeño cuarto con un catre, un closet y un baño, donde el Sanador descansaba o se cambiaba cuando podía.

Von apretó los papeles en sus manos y flexionó los dedos con calma. Meyer y sus otros compañeros eran una cosa, el Sanador al que iba engañar era otra, pero ¿Albus Dumbledore? Sabía que era una posibilidad encontrarse bajo su radar, pero Spike era un Ravenclaw de perfil bajo, su relación con el director era superficial y si él mantenía su farsa por menos de una hora, saldría indemne a echarle en cara a su maestro haber logrado lo que él nunca pudo.

Está bien. Rígidos. Aburridos. Y sobre todo prepotentes. No sólo tengo la magia de mi lado, también eso que ellos no conocen. Es hora de tu mejor baile, Von.

Con esa decisión el chico toco la puerta.

―Siga.

―Sanador Miklaszewski, soy el Sanador William Spike, hice algunos de los exámenes al Joven Logan Nott remitido de Hogwarts.

El Sanador era un hombre de avanzada edad, bigote pronunciado, bajo y un poco regordete, tenía un monóculo encima de un ojo y una pipa enorme en la boca. Su piel era lozana y mirada de color marón claro. El cabello era completamente blanco y desordenado, una gran calva brillaba a lado de unos mechones que iban en todas la direcciones. Vestía una túnica sencilla de color verde lima, el uniforme general de los Sanadores, pero en éste caso había optado por tener una capa negra al costado. Extranjero y todo, él sabía cómo eran los Nott, por eso revisaba y revisaba papeles, preparándose para lo que veía.

―Déjame el informe. Lo revisaré ―su voz era ronca y había un ligero acento extraño.

―Por supuesto ―el joven se acercó dejando todo en su lugar, para luego, con menos confianza de la que acostumbraba a tener, preguntar―. ¿Si me disculpa Sanador? Hay algo que me gustaría comentar de forma personal ―el viejo Sanador lo miró, dejó lo que hacía y le instó a continuar.

―Se realizaron todos los exámenes de rutina para el caso, pero una rara respuesta en el análisis de pociones alucinógenas me llevó a hacer algunas pruebas de más, sólo para confirmar que no hubiera daños más severos de ser algo más que una intoxicación y no se hubiera notado ―el Sanador asintió aprobando el proceder.

―Había una cantidad anormal de estimulante hormonal y las enzimas hepáticas eran altas.

―Infección del Hígado ―respondió el Sanador preocupado.

―No exactamente Sanador Miklaszewski, pues le hice una prueba de infecciones y salió negativa. Un completo análisis del sistema linfático indica que el cuerpo está procesando algún tipo de elemento con mucha dificultad ―el chico hizo una pausa supuestamente incomodo―. El informe de la enfermera de Hogwarts, Madame Pomfrey, indica que el Señor Nott ha tenido un problema de índole sexual en los últimos días, que el comportamiento histérico tenía tintes violentos y, según un examen rápido ―otra pausa―, sus niveles de oxitocina y epinefrina, estaba completamente disparados.

― ¿Oxitocina?

―Sí, la llamada droga del placer ―Von fingió completa incomodidad. Spike era virgen e inexperto en temas sexuales―. Es extraño todo lo que el informe indica, episodios de violencia, frustración sexual y luego un ataque histérico, así que pensé que tal vez, en una fase de experimentación juvenil del sexo tomo por equivocación alguna poción estimulante de dudosa calidad. Así que hice un completo estudio de la sangre ―el doctor frunció el ceño, la mayoría de Sangre Puras odiaban los análisis de sangre que no había sido aplicados legalmente hasta los años 40, cortesía de la medicina muggle―. Lo hice porque hay algunos rumores de pociones de Ambrosía manipuladas… ellas tienen un efecto terrible en el sistema nervioso y…

―Spike, tranquilo ―le previno el viejo Sanador― Entiendo tus razones. Estamos aquí para ayudar a nuestros pacientes y la mínima duda puede costarle la vida. Hiciste bien muchacho ¿Y qué resultó? ―El chico se recompuso.

―Un alto índice de Norma-Grey.

El ruso abrió los ojos sorprendido y luego miró los documentos organizados prolijamente. Durante más de 3 minutos lo único que se oyó en la habitación fue el pasar de las hojas de los documentos que Spike/Von había preparado junto a las pruebas falsas.

Norman y Grey eran dos Pocionistas y Sanadores que vivieron en el siglo XIX y que estudiaron a fondo el fenómeno de los Squibs. En aquella época por toda Europa, en especial Inglaterra, Francia y España, hubo un aumento considerable en el nacimiento de Squibs, especialmente en familias Sangre Pura.

Un estudio detallado de varias instituciones sugería que la costumbre de casarse entre primos y familiares muy cercanos, estaba produciendo graves efectos sobre la población no-neonata de los magos. En aquella época muchas familias, alentados por el Estatuto Internacional del Secreto, decidieron cortar por completo sus relaciones filiales con muggles, y ejercer esa práctica común entre los puristas. El hecho que los Sangre Pura no habían tenido ningún problema visible durante tanto tiempo por relacionarse sólo con sus semejantes, alentó a varias familias y al gobierno, ya que así era más fácil seguir el estatuto.

Sin embargo, los resultados fueron una disminución considerable de la población mágica hasta el punto que las alarmas se prendieron en todo el viejo continente. Hubo algunas querellas por ello y los puristas intentaron acusar a los muggles de estar conspirando contra la población mágica, pero la verdad es que el culpable era la reproducción sesgada. Norman, en un estudio independiente, compiló sus observaciones y de otros personajes sobre los Sangre Pura y su comportamiento, para dar base a sus teorías.

Aunque la mayoría afirmaba que los Sangre Pura solían ser agresivos, un tanto inestables y excéntricos, todas estas cualidades eran vergonzosamente enmascaradas con su prepotencia, orgullo y riqueza económica. La gente simplemente decía que ellos eran así, porque eran ricos y arrogantes. Norman, en cambio, tenía sus propias ideas.

Norman conoció a Grey, un pocionista joven y nacido de una familia muggle con tradición medica alrededor del año 1855. El chico tenía un hermano muggle trabajando en Austria donde conoció a Gregor Mendel y su trabajo "Versuche über Plflanzenhybriden". Los Grey solían ser médicos con cierta filosofía naturista y el joven le mando un ejemplar a su hermano, para compartir los curiosos resultados. Así Grey llegó a conocer el trabajo con semillas que dio origen a las leyes de Mendel, que rigen la herencia genética.

Por supuesto Grey, al igual que muchos biólogos muggles, no valoró el trabajo de Mendel como algo tan significativo para el futuro pero sí tomo algunas ideas, especialmente su primera observación: "Cuando se cruzan dos individuos de raza pura, los híbridos resultantes son todos iguales". Según esta observación, y dándole una interpretación en su entorno mágico, Norman y Grey crearon una teoría en donde la "pureza" mágica representaba una fuerte concentración de paquetes mágicos del mismo "carácter" (llamado luego genes mágicos), que era poderosamente dominante. Al concebir dos magos Sangre Pura de la misma familia, ese gen se hacía más y más fuerte opacando a otros necesarios para la estabilidad mágica y que generaba una pérdida de poder. Al concebir, así sea en cantidades, el gen más fuerte se establecía y una pequeña porción era dejada a los genes más débiles, entre más y más se llevaba a cabo esa práctica más se cerraba en círculo, haciendo que la magia colapsara dentro del mago hasta llegar a concebir un squib.

Evidentemente los puristas se opusieron a ésta idea, pero familias como los Malfoy, que había abrazado la doctrina de Purismo por conveniencia pero que tenían mestizos en su árbol genealógico, eran la mejor prueba de que el Purismo extremo, como le llamaban en su círculo, era terriblemente peligroso. Por supuesto los squibs han seguido apareciendo en la historia y la razones no son del todo conocidas, pero ahora es más sencillo de entender que simplemente, ya sea por enfermedad u otras razones, el gen mágico colapsa en la concepción de la misma manera como reaparece en los nacidos muggles.

Pero ese no era el único logro de Norman y Grey. Años después crearon una escala de valores que, en teoría, debían permitían determinar la estabilidad mágica según ciertos estudios en los paquetes mágicos (genes). Con el apogeo de la medicina Muggle y su influencia en ciertos trabajos de Sanadores renombrados, en el 1955 se creó el índice de Norma-Grey, en base a esas investigaciones, confirmando muchas de las teorías sobre la estabilidad mágica. Con eso el índice se volvió importante a la hora de determinar e identificas ciertas enfermedades mágicas peligrosas.

Y había una en especial que se adaptaba a los signos de Nott. Una típica en los magos Sangre Pura de aquellas épocas de alto nacimiento de squibs, quienes practicaban el purismo extremo, práctica que había vuelto gracias a, probablemente, Cantakerus Nott, quien publicó aquella lista sobre los Sagrados Veintiocho.

Reflexia Toxica.

Von asintió evitando sonreír. Los magos, especialmente los europeos, estaban muy atrasados en temas genéticos, gracias a la poderosa influencia de los Sangre Pura en el siglo XX. Por supuesto los muggles le debían mucho de su conocimiento a Holocausto y otras prácticas aberrantes que no tenían cabida dentro de una sociedad tan natural como la mágica, pero la ignorancia de esos temas le permitía a Von hacer maravillas. Ningún mago que se respete, sea purista o no, podía siquiera pensar que los químicos muggles, encontrado en los sitios más inesperados, pueden ser superiores a sus pociones milenarias ni a sus exámenes a punta de varita. Los muggles eran seres de sin magia, y no había nada más fuerte que esta. Nada.

Pobres ignorantes. En este mundo hay varias cosas más poderosas que la magia. La ambición humana por ejemplo.

Nott viviría con el estigma de tener Reflexia Toxica, si es que vivía lo suficiente, y ningún mago europeo pondría en duda el dictamen. Por supuesto no es como si la enfermedad fuera completamente mortal o intratable, pero para los orgullosos puristas era una marca. La Reflexia Toxica es una malformación mágica que se desarrolla generalmente en la juventud, generando una inestabilidad mental asociada principalmente al plano sexual, cuya producción anormal de hormonas y drogas, como la Oxitocina, creaban desequilibrios mágicos que terminaban en serios daños hepáticos si no se tenía cuidado. Los reportes de la enfermedad datan de varios siglos pero sólo fue ingresada al compendio de enfermedades mágicas peligrosas en 1897, principalmente por lo silenciosa que es.

Dado a que la pubertad es una época complicada la enfermedad se camuflaba entre sus portadores como histeria juvenil, pero sus episodios de histeria y depresión llegaban a niveles peligrosos, fuera de lo que se consideraría normal en adolescente, provocando que la magia reaccionara de las formas más insólitas y en unos pocos casos terminando en asesinatos, actos de magia oscura o suicidios muy visuales. También podía desencadenar en Epilepsia y otras afecciones más serias que dejaban a sus pacientes en estados vegetativos.

En la actualidad, gracias al indicie de Norman-Gray y a nuevos tratamientos se puede controlar adecuadamente, pero el afectado se vuelve fármaco-dependiente y debía cambiar absolutamente todo su estilo de vida si quería sobrevivir a la pubertad y llevar una adultez sana. Mas era una sentencia, ya que el ministerio consideraba que una persona con Reflexia Toxica no podía tomar decisiones legales por miedo a su desequilibrio emocional y mágico.

―Necesitamos comprobar estas pruebas con detalles.

―Por supuesto Sanador Miklaszewski. De hecho creo que la Sanadora Meyer estaba haciendo algunas, iré a informarle lo que me diga en este instante.

―No ―respondió el doctor dándole una mirada evaluativa―. La llamaré por Red Flu y luego nos reuniremos con los Nott y el director de Hogwarts en pleno.

Von asintió mientras en su interior maldijo en voz baja. Sabía que eso podía suceder, es más, lo esperaba. Miklaszewski era un buen Sanador y a pesar de aspecto severo era un gran maestro, que el quisquilloso de Spike hubiese descubierto tan elegantemente algo tan crucial para un paciente haría que el chico creciera a sus ojos y deseara darle un cuarto de hora que catapultara su carrera. Por supuesto Spike era un genio, era realmente un Sanador muy capacitado y Von no recreaba personajes falsos, los retrataba.

Von estaba en el cuerpo de Spike siendo Spike, no Von, no sólo era trasformase en alguien para cumplir su objetivo, era escoger alguien, quien, siendo el mismo, le pudiera permitir cumplir su objetivo. La misión de Von era encubrir todo lo que le había sucedido a Logan Nott y sacarlo de Hogwarts definitivamente, para eso necesitaba un Sanador encubierto que limpiara todas las huellas y al mismo tiempo plantara unas falsas. Había estudiado el caso al detalle y había elegido el método, las personas y planteado varios escenarios ficticios, como un guionista que crea una obra, donde él era el director y parte de los actores que la actúan. No importa si no era real, debía parecer real.

No era la primera vez que Von hacía eso y tenía un éxito el 98%, y no era un record perfecto sólo porque algunas veces le tocaba improvisar sobre la marcha. Pero Von tenía ese record porque sabía escoger bien sus objetivos y escenarios, nada de metas inalcanzables en plazos imposibles, era muy cuidadoso con ello. Y ésta, podría considerarse una misión con un nivel 7 de dificultad, en una escala de 1 a 10, más que nada por el corto tiempo para preparar todo; excepto por una cosa: Albus Dumbledore.

Aquella variable se le había pasado a su "equipo" de apoyo. Dumbledore no salía de Hogwarts en la actualidad, debido al creciente movimiento purista que se establecía cada vez más, por lo cual se había sentido seguro de estar lo suficientemente lejos de su ojo astuto para realizar su misión con éxito. Pero la sola presencia de ese hombre, aunque sea indirecta, la hacía una misión de nivel 10. Y ahora…. ahora debía prepararse para enfrentar y engañar al mago más poderoso del mundo. Esa misión debía estar a otro nivel, un nivel de dificultad que no se podía medir con números.

―Bien, Meyer se encargará ahora. He llamado a Holk y vamos a revisar todo esto con detalle, Sanador Spike.

Bueno, por lo menos Spike saldrá beneficiado de todo esto. Y espero que yo también.

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

― ¿Ésta es la lista?

Severus frunció el ceño ante su compañero. Cómo había terminado trabajando para James Potter era un misterio, pero allí estaban ellos tratando de recordar todo lo que podían y plantear su estrategia frente al problema que tenían. Y por supuesto, dada a las tareas de Potter, él no tenía nada que hacer, el muy egocéntrico ¿Por qué le había cedido el liderato a ese mocoso? ¡Ah sí! Para que Black dejara de joder.

Severus prefería hacer las cosas a su manera y no dejar los asuntos en manos de otros, menos capaces que él, sin embargo eso no le gustaba al señorito. No, Black esperaba que le dijera hasta a qué hora iba al baño para no sospechar de él ¿Qué ninguno de ellos entendía el concepto de secreto, privacidad o información clasificada? Severus no necesitaba nada de esto, por primera vez desde que se le había ocurrido la idea de ayudarlos el pelinegro se reimplantaba su estrategia, ser un paría parecía muy atractivo ahora.

―Es todo lo que recuerdo… Potter ―Remus sonrió ante la respuesta acida de Severus, preguntándose si el pelinegro no entendía la estupefacción de James. Severus le había entregado casi un metro de pergamino, con una escritura pequeña, apiñada y prolija llena de pociones que ninguno de ellos conocía. Él mismo le había ayudado ya que no tenía nada más que hacer. Bueno había tenido que escribir exactamente que le había dicho a Dumbledore, aunque no se sentía seguro de escribir sobre la recomendación del director. Sonaba raro cada vez que lo escribía.

―Esa no es una lista Snape, esto es una lista ―le dijo Sirius que apenas llevaba unos 20 centímetros de pergamino con una letra grande y espaciada.

― ¿Hacer pociones es tan peligroso? ―dijo Pettigrew quien también había decidido escribir lo que sabía sobre los gatos de Freya, además de ayudar a Sirius. Su familia conocía a todos los Sangre Pura y todos los chismes de última hora.

―Por supuesto ―dijo Severus apasionadamente―. Hacer pociones es un arte complicado que pocos logran entender ―señaló, mandando una mirada airada a Sirius que sólo entorno los ojos―. El asunto no es echar cosas en un caldero y ver que sale.

― ¿En serio? ¿Dónde está lo artístico de hacer una poción para bañarse de mierda de Dragón Hocico Sueco con Sarpullido Negro? ―James parpadeó y luego miró al pocionista por sobre sus gafas.

―La materia fecal del Hocico Sueco es uno de los materiales más comunes en lociones caras del tipo de Velle o Montis. Son buenas lociones, pero no mucha gente lo sabe por obvias razones.

Sirius y James hicieron una cara de asco. Esas lociones eran de las más caras de mercado y se usaban en la ducha. No podían creer que alguna vez se hubieran bañado con ellas.

―Recuérdame consultarte la próxima vez que compre mi champú, Severus ―dijo Remus sonriendo un poco, la tensión de unos minutos antes parecía haberse disipado superficialmente mientras estuvieran concentrados en una cosa―. Supongo que comer guisantes morados de Chile en salsa de chocolate Danés después de tomar Whisky de Fuego adulterado también es posible.

― ¿Guisantes morados en chocolate? ¿Te refieres a esas barras de Dulces Pinkis? Son deliciosos, pero valen como 100 galeones.

― ¿Y lo probaste alguna vez? ―pregunto curioso Sirius mientras miraba la lista inhumana de Severus. El odiaba el dulce.

―Una vez en una fiesta donde los Yerlex. Es la única a la que ido.

―De todas formas eso quiere decir que todas estas… cosas… son posibles. Nott pudo haberse bañado en mierda y luego comerse una Barra de guisantes con alcohol y envenenarse hasta la muerte ¿Es en serio? No voy a volver a comer ni a bañarme con tranquilidad.

―Bueno Potter, te faltan leer sobre las cremas, los perfumes, los pastelillos, los caramelos, las mermeladas, los geles…―Severus señaló la lista con orgullo―. Pero todos son alimentos o sustancias caducados, en descomposición o con alguna alteración. No tienes que vivir con miedo por ello.

―Entonces las probabilidades son…

―Bajas Black. Pero las hay, lo he ordenado de menor a mayor probabilidad ―James revisó la lista llegando al uso inadecuado de pociones, alergias e intoxicación premeditada.

― ¿Flor de Loto Indonesia en Agua de Betel? Recuerdo eso, un Auror murió hace 5 años, el dictamen es que fue envenado. Dejaron de importar esas flores, mi madre tuvo que registrar algunas que tiene en nuestro jardín.

Severus asintió, él también había sabido sobre el caso y sabía quién estaba detrás de aquella muerte. Por supuesto, y si la historia seguía como él la conocía, esa persona ya estaba muerta. Sus predecesores Pocionistas en los Death Eater eran muy viciosos y reemplazables, por lo menos en opinión del Señor Tenebroso. Generalmente duraban unos cinco a nueve meses antes que se volvieran partes de las pociones que tanto adoraban.

― ¿Poción de Ambrosia modificada con granos de canola española finamente molidos en aceite de Bardo en cocción lenta? ¿Poción Estimulante hecha con enzimas de colores y una variación de Fermut? ¿Poción de filtro de muertos en vida con grado tres de Zeiman junto a una picada de Marimo japonés? ―Remus se detuvo y tocó con un dedo una de las mejillas de Severus― ¿Eres humano? ¿Cómo sabes todo esto? Eres un puto genio.

Severus no pudo evitar sonrojarse por las alabanzas de Remus para luego darle un manotazo por el atrevimiento de tocarlo, era vergonzoso que el chico le dijera tales cosas sin pensarlo dos veces. Su yo más joven era mucho más ufano y tímido que su anterior yo.

―No le infles el ego, Lupin ―rebatió Sirius inmediatamente, pinchando la burbuja de Severus―. Los Malfoy tienen un campo de orquídeas níveas, no creo que sea tan fácil de conseguir en el mercado negro, esa poción sin sueños modificada pudo haber sido hecha por Malfoy.

―Todo eso me ha dado dolor de cabeza ¿Si hay tantas cosas que pudieron producir algo similar a lo que Nott tiene, por qué tantas dudas Snape? Eso de poción de Amortenia adulterada con azafrán, meigas y lúpulos debería ser fácil de conseguir para alguno de los Slytherin ―Severus rodo lo ojos.

―Podían producir algo similar Potter, pero no igual. Lo vi por unos segundos, sin un estudio detallado no sé que pudo haber ocasionado tal comportamiento, o sea que todas esas cosas son posibles culpables pero no hay nada seguro.

― ¿Y todas son cosas caras, complicadas y que cualquier Sangre Pura o persona puede conseguir? ―Severus meneo la cabeza. Dudaba que Peter volviera a ver las pociones como algo inofensivo.

― ¿Las pociones adulteradas debe ser hechas por un maestro de pociones Severus? Es decir, quien quiera que haya hecho esto tendría que hacerlo el mismo ―Remus miró la lista de Sirius―. Los Nott no son una familia que se lleve mal ni bien con otros Sangre Pura, tanto para arriesgarse de esa manera… tal vez, el culpable es un ¿Ravenclaw? ―Severus no dijo nada y James recordó algo.

―Nott tuvo un problema con la buscadora de Ravenclaw el año pasado, la mandó al hospital, los mayores hablaron de eso ayer.

―Todas estas son especulaciones Potter, y en Slytherin hay buenos Pocionistas Lupin. Si quieren mi opinión… ―Severus cerró los ojos y trató de hacer un escenario―. La persona que hizo esto es frío, calculador y siente un desprecio grande por Nott, probablemente él o alguno de sus conocidos haya sido víctima de Nott de alguna manera y quiso vengarse. Además sabía que nosotros fuimos atacados, también sabía o imaginaba que íbamos a hacer algo, esta persona se mantuvo aparentemente al margen pero debió trazar un plan según nuestros movimientos. Espero que sucediera algo, algo como Nott golpeado por una puerta, de alguna manera ubicó a Nott y le dio la poción ayer en la noche. Es decir tuvo apenas unas horas para ejecutar su venganza.

―No necesariamente Snivellus, el duelo era conocido por todos, si el tipo es tan inteligente y tiene un ojo sobre Gryffindor no debió ser complicado imaginar que podría suceder algo en el duelo. Tuvo por lo menos una semana, incluso desde que nos atacaron, tal vez desde el principio de curso.

― ¿Pero esto cómo nos ayuda a prepararnos con lo que viene? Estuvimos haciendo una poción en los baños de niñas, si alguien nos vio seremos sospechosos de una vez ¿Ese era su plan desde el principio? ¿Quizás es uno de los Slytherin que estaban con él?

Severus miró a Pettigrew y concluyó, al contrario, que este personaje estaba muy cerca de ellos. Según su experiencia, la idea más probable siempre era la equivocada. Si bien los Gryffindor no eran dados a hacer planes siniestros como ese, podrían ser varios, ¿quizás un Ravenclaw con algún aliado Gryffindor? El muchacho miró sus manos enguantadas en la piyama verde. Si era una sobredosis por Polvo de Pesadillas entonces ¿era plausible que uno de sus compañeros hubiese registrado su Baúl y tomado su poción sin saber que era con la intención de culparlo?

El pelinegro no le halló sentido. Ellos estaban recluidos en la enfermería, tenían una coartada perfecta, además no es como si su poción pudiera llevarlo a él inmediatamente, las pociones que él hacía no eran tan fáciles de rastrear, ya que las hacía a su manera, y ésta ni siquiera era conocida en este mundo, si algo así había ocurrido ¿podría ser que aquella persona no tenía intención de perjudicarlos?

―Potter dijiste que los mayores estaban hablando ayer sobre el asunto…

―Sí.

― ¿Escuchaste que era lo que estaban diciendo?

― ¿No creerás que ellos…?

―No descarto la idea de que alguien se ha aprovechado de la situación Black, pero lo que sea que le sucedió a Nott, es posible que sucediera en la noche. No puedo decir que un examen por un golpe en la cabeza pudiera detectar mucho pero… Madame Pomfrey hubiese notado algo, bueno en algunos casos ―Severus se detuvo―. Es un poco premeditado pero tenemos una coartada, ese ataque de histeria no podría producirse con una poción de efecto retardado, a lo más hubiese sido administrada ayer y eso no tendría sentido ¿quién iba a saber que todo iba a terminar tan mal?

―Entonces, es probable que entre el duelo y hoy le envenenaran ―secundó Lupin―. Pero todos nosotros estábamos en lugares a la vista de todos, por más que pareciéramos culpables no podrían probar nada.

―Y a la vez serviría de cortina de humo, entre nosotros, nuestros mayores, enemigos en Ravenclaw, Slytherin, vaya saber uno si Hufflepuff, todo el castillo sería acusado, el escándalo, los medios…. Es un plan perfecto.

―Plan el que tú no tienes nada que ver ―dijo Sirius más en afirmación que en pregunta mirando al pelinegro. Aunque le detestaba, Sirius sabía que Severus era más orgulloso de lo que aparentaba. Por una cosa así se pavonearía como una colegiala―. Así que lo único que debemos hacer es ¿esperar a que la poción que le diste no sea la causante de todo esto?

―Creo que no me rastrearían tan fácilmente, pero…

― ¿Pero qué?

Severus sintió que alguien los observaba. El pelinegro se levantó mirando hacía todos los rincones, mientras los demás se inquietaban. Con su experiencia, Severus podía decir que la magia de Albus seguía activa, dudaba que hubiera alguna persona en el castillo que pudiera superar eso, miró hacía los cuadros todos vacíos. Casi vacíos.

Una sombra vibraba en uno de ellos. Severus puso sus ojos sobre ella tratando de recordar si alguno de los directores tenía un cuadro en la Enfermería, sabía que por lo menos dos habían sido sanadores, así que no le extrañaba ¿Estaba Albus espiando todos sus movimientos? No. La enfermería estaba aislada por completo, una cosa así daría pie a pensar que el director estaba planeando algo, entonces ¿quien le miraba?

Es un castillo muy viejo.

La voz de Ulquiorra casi le hace dar un brinco, para su fortuna pudo reprimirlo como un escalofrío y voltear hacía sus compañeros para evitar interrogatorios.

―Dejemos de hablar sobre esto, guardemos todo y finjamos dormir o charlar.

― ¿Por qué…?

―Es un presentimiento Black, hay algo turbio en todo esto definitivamente. Cuando estemos en la torre de Gryffindor tendremos más privacidad.

El de gafas detuvo a Sirius antes de que replicara y luego le dio una mirada al pelinegro, quizás ninguno de ellos tuviera el sexto sentido de Severus, pero era claro que no iban a llegar a ningún lado allí encerados. Lo mejor era concentrarse en lo que vendría y por la luz reflejada en las ventanas era seguro que los docentes ya sabía que era lo que le pasaba a Nott.

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

― ¿Perdón? Creo que he escuchado mal.

Von reforzó todas sus barreras mentales, usó toda su magia para mantener el disfraz hasta el más mínimo detalle, juntó toda su experiencia actoral para representar a Spike hasta ser un clon del chico, tímido pero petulante, arrogante pero medroso. Y estaba teniendo éxito, mucho éxito, porque realmente estaba aterrado hasta los huesos. Albus Dumbledore era una verdadera leyenda, vieja y antigua pero una verdadera leyenda al fin y al cabo.

―No creo que hayas escuchado mal Egerton. Dimitri ha sido muy claro.

La reunión fue tensa desde el principio con el líder de los Nott exigiendo a dos manos, luego de soltar su verborrea sobre su superioridad, inmediatamente el hombre quiso intimidar con su posición y dinero. La cúpula de doctores se amínalo un poco pero Miklaszewski no se sintió impresionado, estaba acostumbrado a esa rutina absurda con cada Sangre Pura que venía a su despacho.

Sin tacto el Sanador cambió la conversación a lo que verdaderamente importaba, con calma la doctora Meyer explicó la situación actual de muchacho, teniendo que ser apoyada por el viejo Sanador a cada intervención de los Nott. El Sanador Holk hizo sus apuntes sobre lo que vendría y sobre las consecuencias del ataque, hasta allí había sobrevivido entre tanto grito y amenazas, entonces con calma el Sanador le pidió a Spike explicar lo que había encontrado en los distintos análisis y sus miedos sobre algún problema grave en el joven.

Por último, y no por echarse flores, el Sanador Miklaszewski tomó la palabra y describió el proceso mental que le llevó a pensar que lo mejor era hacer un análisis de sangre antes que el chico muriera por una infección mal controlada. Por supuesto también les dijo que lo que realmente tenía Logan era una Reflexia Tóxica.

― ¡Eso es imposible! ―gritó predeciblemente el señor Nott. Por eso el viejo Sanador había tomado esta parte de la conversación. A él no le intimidaba la verdadera y oscura presencia de Egerton Nott, que parecía que los iba a hechizar allí mismo.

―Eres libre de pedir nuevos exámenes Egerton, también puedes llevártelo a otro hospital, incluso a otro país, pero eso son los resultados. Lo hemos comprobado tres veces, hemos hecho pruebas en varías tomas diferentes, lo siento pero tu sobrino tiene Reflexia Tóxica, no sería tan incompetente para dar un diagnóstico sin haber hecho las comprobaciones adecuadas.

Dumbledore frunció un ceño. Él sabía que Dimitri era extremadamente profesional, los doctores de San Mungo era eficientes y cumplidos con su trabajo, no tenía duda que todo había sido realizado bajo un completo control. Entonces, ¿por qué se sentía predispuesto a sospechar?

―Es un logro bastante grande Dimitri. Yo siempre pensé que descubrir la Reflexia Tóxica era una cuestión más complicada.

El ruso atusó su bigote antes de mirar al llamado mejor mago del siglo. Su desprecio se pintó en su cara sin poder evitarlo, no soportaba esa mirada de superioridad que Dumbledore siempre llevaba, como si el mundo tuviera que agradecerle y reverenciarle porque hubiese parado su culo de su asiento para hacer lo que cualquier mago de la "luz" debía hacer: enfrentar a Grindelwald.

―Lo signos son muy claros, Dumbledore ―dijo con voz seca―. Pero los exámenes lo son aún más, Spike estaba buscando restos de pociones o combinaciones que produjeran sus problemas en el hígado. Hogwarts es un castillo muy grande y cualquier cosa puede suceder en sus paredes o en su enfermería. Por eso ordené nuevos exámenes.

―Eso es muy atento de tu parte Dimitri ―replicó Dumbledore con sus ojos un poco más oscuros, no le importaba que el otro mago sintiera animadversión por él, pero preferiría que no se metiera con sus demás colegas―. Sin embargo, estoy seguro que en mi institución se han realizado todos los procedimientos posibles, prueba es que el informe de Madame Pomfrey ha servido para dar una luz sobre lo que sucedía la joven Nott, por lo menos eso es lo que ha dado a entender el Sanador Spike.

Von sintió los pelos de su nuca pararse y contra su instinto levanto un poco la mirada hacia el director de Hogwarts, siendo consciente que el mago seguramente intentaría usar su poder en Legilimancia para saber si el Sanador Miklaszewski decía la verdad. Afortunadamente el viejo hombre intervino conociendo las intenciones del director.

―Pues mi institución y los Sanadores a mí cargo no son menos que tus empleados ―dijo en un tono recio―. Aquí también se han hecho todo debidamente documentado, y si hemos dado un diagnóstico es porque eso es lo que los estudios han indicado. Aprecio mucho tu interés por tu joven estudiante Dumbledore, pero creo que esto es definitivamente un asunto familiar. Lo siento Egerton pero insisto en que Dumbledore se retire ahora que ya tiene la información que quería.

En el primer momento que los Nott aparecieron en su sala sentados con ese amante de los dulces, el Sanador Miklaszewski había pedido, lo más amablemente que podía sin mandarlo a la mierda, que saliera de la habitación. Sin embargo el señor Nott había considerado que era mejor tenerlos a todos en el mismo punto de cara a lo que venía, ahora reconsideraba la propuesta.

―Me temo que no es algo tan simple Dimitri. Si realmente el joven Nott tiene Reflexia Toxica, Hogwarts es el mayor interesado. No mucha gente lo sabe, pero se hacen pruebas y test de personalidad cada año para una gran variedad de síntomas, los jefes de casa vigilan a sus estudiantes con cuidado principalmente por este tipo de enfermedades que se presentan en la pubertad y son tan silenciosas, Madame Pomfrey también es muy cuidadosa con ese tema. Si bien el comportamiento de Logan ha sido errático los últimos años, debo decir que ha sido una sorpresa total tu diagnóstico.

El Sanador Miklaszewski quiso ahorcar al mago mayor con su propia barba, quien, si bien era un gran mago, creía que tenía en instinto para determinar cosas que sólo un sanador profesional podría ver ¡El colmo del descaro! Comparar la pequeña enfermería de Hogwarts con su despacho de Sanadores, con los mejores estudios en las mejores instituciones educativas del mundo para Sanadores e Investigadores de enfermedades mágicas.

―Es normal sentir este tipo de estupor… ―comenzó Spike en tono dudoso―… cuando hay un diagnóstico tan inesperado y negativo, Profesor Dumbledore, pero las cosas han cambiado mucho en los últimos años. San Mungo ha obtenido mejoras en objetos mágicos, pociones y otros elementos para realizar pruebas más precisas, y esas pruebas arrojan datos muy claros… ¿sugiere que hay algún elemento externo que pueda alterar los resultados?

La pregunta rozaba entre la ingenuidad y la malicia, tal y como era costumbre de Spike, según lo recordaba el viejo Mago. Dumbledore no poseía una memoria eidética pero incluso a su edad, sus recuerdos estaban bastante intactos, lo suficiente para recordar bien al joven medimago, con el cual había tenido algunos momentos de interacción dentro de sus años de estudios, momentos bastante esporádicos la verdad.

Recordaba que Spike era un estudiante seleccionado en Ravenclaw. Era un chico muy aplicado, alguien con un buen desempeño en pociones y trasformaciones; según algunos comentarios de varios colegas era un chico inteligente, estudioso, algo arrogante y petulante, tal vez no muy social. Se había graduado con buenas distinciones pero nada demasiado sobresaliente, todas eran distinciones de tipo académico, comunes en los estudiosos Ravenclaw. No había nada por lo cual Dumbledore pudiera sentir que algo estaba fuera de lugar. Pero lo estaba.

Y Von lo sabía.

La trasformación de Von, en ese momento, dependía mucho de la impersonalidad de las relaciones de la persona que imitaba. Un metamorfomago experimentado, como él, podía simular por completo la apariencia de su objeto a copiar con tal o más precisión que la que se obtiene con la mejor poción de PolyJuice, pero sin una debida personalización todo aquello no serviría para nada. Por eso cuando tenía una misión estudiaba hasta el más mínimo detalle de su personaje con tal de engañar hasta su propia madre. Y lo había hecho con éxito en ambos mundos, tanto muggle como mágico.

En ese sentido Von no estaba preocupado, no del todo. Tal vez no sería capaz de engañar a la madre de Spike pero estaba seguro de que podía hacerlo con cualquier persona medianamente conocida por el muchacho. Unas semanas no había sido suficiente para retratar a Spike como si se hubiese metido debajo de su piel pero confiaba en su habilidad actoral y su experiencia ¿entonces cual era el problema?

El problema es que Dumbledore dudaba. Y lo hacía con fuerza.

Las apreciaciones iniciales de la misión estaban completamente erradas y ahora estaba improvisando sobre la marcha, cediendo cada vez más terreno. La táctica de mantenerse al margen no servía de nada en este momento, el Director de Hogwarts estaba prevenido, cauteloso, predispuesto, es como sí todos estuvieran en un salón de interrogaciones y su magia pulsaba en ese sentido. La tensión de estar frente a un mago con tal poder y astucia para ver su disfraz estaba combinada con la sentencia de que ese mago desconfiaba de todos los presentes, incluido él mismo. Von se encontraba en la cuerda floja más delgada de su vida.

―No podría asegurar algo como eso, mi querido muchacho ―La vieja táctica del abuelo bonachón, pensó el Sanador Miklaszewski―. Yo no soy un Sanador ― Y por supuesto la postura humilde―, pero, quizás sea cosa de mis años, la verdad no me siento conforme con el diagnóstico, quizás sea algo ¿apresurado? ―Y finaliza con la falsa debilidad, pero dejando claro su inconformidad.

― ¿No entiendo director? ―Von le imprimió un tono confundido pero respetuoso―. Los síntomas son muy claros: la agresividad, los problemas de índole sexual, los cambios de humor, el ataque de histeria… ¿sugiere que esto no se debe a una enfermedad? ¿Qué hay otros elementos externos que no conocemos?

Y la pregunta no hecha fue tirada al fuego. Von mostró toda la mano de naipes.

―Tal vez tenga razón Sanador Spike. Quizás el director tiene información que no conocemos. Al fin y al cabo, dicen que él sabe todo lo que pasa en Hogwarts, incluso en toda Europa, aunque a veces su mirada se desvía de algunos lugares ―el viejo ruso no pudo evitar hundir el dedo en la yaga, interviniendo para alivio del metamorfogmago, viendo con satisfacción como Dumbledore endurecía su rostro―. Los datos de las pruebas pueden ser alterados, es cierto, pero... ¿qué otra explicación habría para tal comportamiento? ¿Y por qué nada de eso sale en tres test diferentes?

Abuso de drogas por ejemplo. Que es un hijo de puta por naturaleza, también. Oh y que alguien está escondiendo todo para tapar crímenes cometidos con un: Está enfermo. Arriesga mucho acusándonos de eso…

―Creo que Dimitri tiene razón Dumbledore. Aprecio mucho tu preocupación e intervención pero esto es un asunto meramente familiar ―La voz de Egerton se escuchó por toda la sala. Era el momento de tomar las riendas.

Dumbledore miró intensamente al joven Spike para luego pasar su mirada al viejo Sanador. Nada le cuadraba. Nott no tenía Reflexia Tóxica por más que las pruebas dijeran lo contrario, casi podía poner las manos al fuego por eso. Ese chico había sido envenenado en su castillo, por alguien con razones de peso, las suficientes para que la magia ancestral de Hogwarts fuera permisiva. Lo habían hecho con el objetivo de sacarlo del colegio y probablemente, excusarlo de su comportamiento.

Ahora que lo pensaba ¿significaba esto que todo había sido hecho para beneficiar o perjudicar a Logan Nott? Por la respuesta de Egerton se podría decir que el tío ni los padres del chico tenían nada que ver, pero Albus no podía asegurarlo. Además Logan era bastante astuto, no podía descartar que el mismo chico se hubiese puesto en tal posición para evitar lo que se venía encima. Pero… ¿eso no fue lo que se evitó ayer con esa charla amañada? ¿No estaba Logan confiado de ganar cualquier juicio en su contra? Por otro lado, tendrían que comprar algún Sanador para hacer el trabajo, y aunque Dimitri se llevaba muy mal con él, no era posible tal cosa.

Por supuesto si el objetivo era sacarlo de Hogwarts, lejos de los chicos que había lastimado sin hacer escándalo, por lo menos por un tiempo, entonces todo tendría sentido. Es más, él responsable podría tratar de fraguar una venganza más tarde, y aunque el mago consideraba que Eileen y su esposo harían eso y más, ninguno de ellos sabía nada del asunto, por suerte para Logan. Por las pocas reuniones que había tenido su "nuevo movimiento" sabía que los padres de Severus eran tan protectores como una Dragona empollando. Logan tendría suerte de sobrevivir si alguno de ellos llegaba a saber sobre lo ocurrido.

¿Pero entonces? ¿Quién era la persona que estaba controlando los hilos de este asunto? ¿Era Spike, quien aparentemente parecía un joven Sanador brillante, el que estaba comprado? ¿O tal vez era la carnada, manipulado en su arrogancia por alguno de los otros Sanadores? ¿Quizás Dimitri podría estar dispuesto a participar en algo así, si fuera por la seguridad de unos niños y el plus de dejarlo a él por el suelo? Pero sobre todo… ¿Por qué? ¿Por qué esta persona misteriosa quería dañar a Nott? ¿Por qué…?

Los ojos de Dumbledore brillaron. No, no era un ataque a los Nott. Era por los niños. Alguien con menos perfil que él estaba haciendo su trabajo, y aunque a Dumbledore no le molestara, no le gustaba deberle favores a nadie.

―Tienes razón Egerton ―sorprendió a todos cediendo rápidamente―. Me retiro señores, ha sido una visita agradable por razones desafortunadas, aun así espero tener noticias positivas del joven Nott. Egerton, los espero a ti y a los padres de Logan, en la tarde en mi despacho para hablar sobre el incidente de ayer y lo que la planta de Profesores decida con esta nueva información. Tengan buenos días.

Y antes que ninguno de ellos pudiera decir algo, Albus Dumbledore ya se había desaparecido.

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

Hogwarts. Sábado 23 de Octubre de 1993. Hora del Almuerzo.

―Minerva ¿Cuánto tiempo más se va tardar Albus?

Los líderes de Casa habían sido convocados muy temprano esa mañana sólo para presenciar el ataque de histeria del joven Slytherin. Luego de la impresión todos habían vuelto a sus deberes, en espera a que el Director regresara a la institución, pero para sorpresa de todos, el viejo mago les había mandado un mensaje diciéndoles que se verían a la hora del almuerzo. Minerva no podía sentirse más extrañada, el director había pasado casi toda la mañana fuera de Hogwarts y eso era muy raro.

Pero lo que la consternó fue su orden de dejar a los niños abandonar la enfermería sin ningún tipo de restricción, ni vigilancia. Casi podía sentir el destello de los ojos de Dumbledore, que seguramente indicaba que había descubierto todos los secretos detrás del asunto, secretos que debían estar fuera de Hogwarts al parecer. La mujer decidió no darle vueltas, tratar de entender a Dumbledore era una tarea tan agotadora como entender a los Centauros, pero por lo menos los centauros eran serios en sus alocuciones, Dumbledore disfrutaba que nadie lo entendiera, lo hacía a propósito muchas veces.

―En unos minutos vendrá, tendremos que comer la Sala Privada Horace.

―Y dejar a los chicos solos un sábado a principio de año―preguntó Pomona impresionada. No era común hacer algo así, por las fechas que corrían.

―Estoy seguro que los chicos se comportarán bien, lo único de lo que se ha hablado todo el día es de el duelo de ayer, supondrán que estamos debatiendo sobre el ganador para anunciarlo hoy mismo.

El pequeño Filius Flitwick animó a sus compañeros a dirigirse a la Sala Privada. Al igual que Minerva, sabía que intentar entender las marañas de su director era un caso perdido, lo mejor era obedecer y esperar a que no fuera muy críptico. Casi como si lo estuvieran llamando con la mente, Albus apareció en las puertas y rápidamente se dirigió a su despacho, llamando a su elfo personal. Éste le informó que el almuerzo estaba listo y los profesores en sus lugares, el viejo mago le agradeció la información, le entregó algo y se quedó a solas unos segundos después. Entonces sacó de su túnica un objeto brillante con apariencia de un borrador, lo colocó sobre la mesa mientras lo miraba con sus gafas media luna cayendo por su nariz torcida, esperó unos segundos y el objeto se movió ligeramente.

Con calma el mago llamó a los directores y les preguntó casualmente por las horas que estuvo ausente, después de los informes se dirigió a la Sala privada de los Profesores de Hogwarts bastante meditabundo. Cuando llegó, más calmado de lo que debería, ya que llegaba tarde, Minerva fue la única que le mando una mirada represiva. El Gryffindor sólo se encogió de hombros.

―Bueno Albus, nos tienes en ascuas, menos mal no muertos de hambre. Debo decirte que ha sido un detalle el vino de Borbón.

―Traído de España directamente, Horace ―Y se sentó sin decir nada más. Todos entendieron que era su infantil forma de presumir.

― ¿Y fuiste a España a comprar una botella de vino de más de 1000 galeones? ―Minerva no tenía humor para soportar el misticismo de Dumbledore―. Escúpelo Albus, nos tienes esperando desde la mañana ―El Director se tomó su tiempo para saborear un poco la ansiedad de su vieja amiga, pero no demasiado, no quería hacerla enojar.

―El joven Nott ha sido diagnosticado con Reflexia Tóxica ―Pomona, quien untaba un panecillo, terminó partiéndolo en dos, Filius soltó un chillido poco masculino, Horace se atragantó con el caro vino, Minerva parpadeó confundida―. Pero tengo mis dudas sobre el asunto. Dado a que el Sanador encargado del caso es Dimitri Miklaszewski, a quien yo mismo lo escogí, y todos saben lo mal que me llevo con él, no hay mucho que pueda hacer para escarbar sobre las pruebas. Sin embargo, tengo sospechas de que alguien ha modificado el resultado para favorecer a los niños y ahorrarnos un juicio engorroso. Un juicio, en donde ellos pudieran verse afectados.

Los comensales quedaron más sorprendidos aún, no era común que Dumbledore hablara con tanta claridad, exponiendo sus ideas más controversiales sin importarle que sus palabras salieran del círculo en que se había dicho. No, a menos que su intención fuera precisamente esa.

― ¿Estás bromeando, Albus? Eso no tiene sentido ―el primero en reaccionar había sido Horace, quien a pesar de vino, estaba bastante sobrio.

―No. Para nada ―Albus tomó una copa y mordió un poco de su carne―. Todo sabíamos en qué terminaría el asunto, lo que sucedería si los Nott se ponían a la defensiva, lo que pasaría si los padres de los implicados se enteraban y todo terminaba fuera de los estrados judiciales. Escándalo, acusaciones, mentiras, manipulaciones, dolor, maltrato. Pero con este diagnóstico se podría justificar las acciones de Nott como un ataque de locura momentánea de la cual no es responsable. Por lo tanto ambas partes podrían hallar una solución adecuada.

― ¿Adecuada? ―rugió Minerva―. ¿Qué te hace pensar que la persona que ha hecho esto estaba tratando de proteger a los niños? ¿Más bien no está tratando de proteger a Nott?

―Pero ¿Reflexia Tóxica? Eso es un estigma muy fuerte Minerva, no creo que se arriesguen así ¿cierto Dumbledore?

―Ciertamente Filius. Desde que el resultado fue dado, los Nott han estado más callados de lo usual y ustedes saben que eso no es normal en los Sangre Pura de su calibre. He estado meditando el asunto con cuidado, consultado a varios conocidos y he llegado a esa conclusión. Legalmente hablando, un enfermo de Reflexia pierde su independencia legal y jurídica como miembro de la comunidad mágica, se ven atados a un responsable y si bien Logan es menor de edad, se puede interponer una querella contra los Nott por comportamiento inadecuado y ganaríamos por inferencia. Logan sufre de una enfermedad que produce todo tipo de trastornos, podría tener la mejor curul de abogados del mundo, los jueces fallaran al favor de quien los demande. Nadie se arriesgaría con tal diagnóstico encima, preferirían usarlo como un recurso de manipulación para lograr un acuerdo favorable. No importa el crimen, el consejo supremo lo mandará de vacaciones a un centro hospitalario estatal y lo condenará a vivir allí por años.

Los docentes quedaron en silencio. Hacer eso sería bajo, si realmente el joven estaba enfermo, al punto de no poder responder por sus actos, seguramente cualquiera lo consideraría. Cualquier demanda terminaría en un acuerdo, posiblemente monetario y la inserción del chico en un centro médico. Pero si Nott no estaba enfermo, aquello simplemente era una tortura.

―No tiene sentido de todas formas. Al final, Nott no va a pagar por sus errores.

―Sí, pero no irá a Rusia a buscar otros niños a quienes molestar Minerva ―sentenció el viejo mago―. Irá a una institución adecuada para afrontar su enfermedad, lo hará en silencio y sin escándalo. La Reflexia Tóxica es una enfermedad difícil de detectar y con síntomas muy específicos, los exámenes por los cuales se diagnostica no son simples o fáciles de manipular. Ningún mago que se respete pondría en duda tal diagnóstico ―El silencio fue más intenso esta vez, lo suficiente para que sólo el sonido del tenedor de Dumbledore llenara el lugar.

―Dumbledore, con todo respeto, dudo que Egerton Nott acepte una cosa así como así. Consultará otros Sanadores, en otros países, lo negará hasta la muerte.

―No he sido yo Horace, si eso estás pensando, quien está detrás de tan… singular movimiento ―el viejo mago sonrió con algo de tensión―. Pero Logan Nott no tiene Reflexia Toxica, es una trampa, estoy completamente seguro de eso.

Los docentes miraron a su director con preocupación ¿Significaba esto que alguien había encontrado una solución un problema tan grave de Hogwarts de la forma más diplomática, y maquiavélica, y no había sido Dumbledore? ¿En caso de ser así, quien había sido, cómo lo había hecho, a dónde iba a parar el mundo sin había otro manipulador igual a su director?

― ¿No es posible que Logan realmente tenga Reflexia? ¿Por qué crees que no es así? Si es el sanador Miklaszewski… ―la profesora Sprout todavía se hallaba confundida, demasiadas preguntas y pocas respuestas.

―Siendo que es Dimitri, me preocupa más. Es un diagnóstico falso Pomona, lo sé, tengo los medios y las pruebas, pero…

No podía decirlo. Como muchas cosas que sabía.

Dumbledore no era sólo un mago inglés de gran poder, también era un hombre con una alta posición en ciertos círculos y organizaciones mundiales. Organizaciones con secretos que no podían ser dichos. Además, todo el mundo sabía que el viejo mago tenía mucho contacto con los Inefables, no sería raro que supiera de cosas que ningún mago siquiera imaginaría que existieran.

―Miklaszewski no se vendería por nada. Es muy terco y profesional, lo demostró con creces en la guerra con Grindelwald, lo habrían engañado a él a sabiendas que tú… ―Slughorn se quedó callado, palideciendo rápidamente―. ¿Eso es lo qué esperas Albus? ¿Qué vaya de chismoso en las muchas fiestas a las que me invitan? ¿Pretendes pescar en río revuelto? ¿No puedes dejar el asunto así? No puedo creer que hagas esto ¿por eso me trajiste ese vino?

―Yo no me sentiría tan ofendido Horace ―refutó el más pequeño de los presentes, con su siempre actitud relajada―. Todos nos imaginamos eso en el mismo momento en que Albus nos habló con claridad. El asunto aquí es que hay alguien que intervino en los problemas internos de la Institución, alguien que apuntó alto. Tú los has dicho, Egerton Nott no se va quedar de brazos cruzados ¿no es eso muy arriesgado? Y engañar a Dimitri Miklaszewski ¿Cuántas personas pueden hacer eso?

―No muchas. Pero Egerton no será muy público, no sí le da miedo el qué dirán los otros Sangre Pura ¿lo citaste verdad?

Albus sonrió suavemente. Podría ser el mago más poderoso, y manipulador, de toda Inglaterra; pero era un error pensar que resolvía los problemas de Hogwarts por debajo de cuerda, y solo. Si bien no confiaba todos sus huevos a la misma canasta, con respecto a la institución era diferente. Hogwarts era sostenido por sus docentes, quienes protegían celosamente el más grande tesoro del mundo mágico: el futuro, si alguien se metía con ello, el director y los jefes de casa tenían la obligación de tomar cartas en el asunto, era su responsabilidad y él no podía negarles ese deber.

―Bueno, si así son las cosas ¿qué debemos decir en la junta de docentes? Los despaché en la mañana pero deberían llegar en una hora ―continuó la Hebóloga, confiando plenamente en su jefe.

―Eso no es un problema Pomona. Esto es lo que vamos hacer…

Mientras Dumbledore describía su plan maestro a los demás docentes, la situación no era menos estresante para los jóvenes involucrados. Una vez McGonagall los liberó de su encierro preventivo en la enfermería por orden del Director, sin ningún tipo de restricción, todos ellos tuvieron reacciones diferentes, pero unidas al mismo sentimiento: Algo grave había pasado.

―No están todos los profesores almorzando.

― ¿No me digas?

Sirius y James se encontraban en la mesa, uno al lado del otro, tratando de mantener bajo perfil; mientras Severus, Lupin y Peter estaban al otro lado comiendo en silencio. Los cinco niños habían sido soltados después del desayuno, y aunque los prefectos de Gryffindor se dieron cuenta de la ausencia del Sangre Pura y el Hombre Lobo, no comentaron nada para no producir alarma.

Fue una gran sorpresa para muchos que el desayuno contara con la ausencia del director de Hogwarts que no salía ni los domingos. Además, la ausencia de Logan Nott, quien al parecer había estado involucrado en algún tipo de incidente, justo en el duelo de ayer y justo con los amigos de Snape, hacía que miles de teorías escandalosas recorrieran toda la sala del comedor. Y los Gryffindor eran los más preocupados.

―Deben estar reunidos, planeando que hacer con "ese" asunto ―sentenció Severus. Él había sido el más sorprendido al ser liberado con tanta premura.

Al principio, el pelinegro llegó a considerar que Albus intentaba hacerles sentir una falsa seguridad con ese movimiento, buscando que en medio de ella uno de ellos dijera algo que los incriminara. Por lo tanto, les recomendó guardar silencio absoluto sobre el tema, pero después de unas horas era claro que no estaban siendo vigilados ni acusados. ¿Qué significaba eso? Albus no actuaba así. Si les había dado tanta libertad, significaba que había algo que deseaba obtener, algo que se escapaba a su ojo siempre atento, a sus cálculos siempre precisos. Algo había pasado con Nott que Albus no entendía por completo y esperaba que ellos lo llevaran a la respuesta. El problema es que ellos tampoco la tenían.

La idea de que alguien los había ayudado, en vez de perjudicado, empezaba a tomar fuerza en la mente del niño-hombre, sólo eso podría explicar tal caudal de eventos. Si alguien deseaba vengarse de Nott, acusándolos a ellos en el proceso, era imposible que los dejaran campar a sus anchas. Y aunque Dumbledore pensara que ellos eran inocentes, los trataría con más dureza para que nadie notara cual era su opinión y poder hallar una solución al problema. Albus era así, duro con los inocentes para probar su valía, blando con los culpables para atraparlos cuando menos lo esperaran. Pero dejarlos libres sin la más mínima vigilancia, y sin esas horribles piyamas gracias a Merlín, era demasiado, era como avisarles que no se incriminaran estúpidamente. Pero, entonces ¿qué era lo que buscaba?

Severus se sentía acorralado entre la pared y la espada, ni siquiera había podido abrir su baúl con tranquilidad porque a pesar de todo se sentía vigilado por sombras y fantasmas que eran más producto de su imaginación. Con la mirada había indicado a sus compinches que lo mejor era callar hasta que el director tuviera la decencia de aparecerse ante ellos y terminar ese calvario, de decirles de una vez que era lo que estaba pasando y no seguirlos torturando con su silencio.

Pero Albus era experto en tortura. En ese tipo de tortura, en la que no era necesario ningún tipo de elemento, ni hechizo, ni siquiera las palabras. Todo con el fin de quebrar al más fuerte, para que terminara a los pies del viejo mago, haciendo y diciendo lo que él quería que hicieran. Y estaba funcionando muy bien.

―Voy a enloquecer. Todo el puto mundo nos está mirando ―Sirius aplastó su albóndiga con fuerza, sintiendo todo su carácter revolverse con tanto mirón.

Sentarse juntos no fue la mejor decisión de todas, dado al duelo y todas las dudas que había sobre ellos, pero no podían arriesgarse a que alguno perdiera ante el silencioso tormento del director. Severus hubiese preferido estar encerrados o separados, pero James había insistido en que lo mejor era hacer un frente, si alguien se ponía de chismoso al final podían decir que todas sus querellas habían terminado. La desconfianza que había producido el actuar de Lupin los tenía al límite. Otro punto para el director allí.

Pero la realidad es que la tensión, la desinformación y los rumores iban más allá de lo que los chicos imaginaban. En menos de un día, el fantasma de la rivalidad había afilado las uñas y se restregaba las manos puyando a los de peor carácter. En la casa de Gryffindor la historia que los niños de primero habían sido acosados por estudiantes de Slytherin, cuya peligrosidad era conocida por todos, ya se sabía por completo, eso sin contar que los de Ravenclaw tenía la espina clavada de lado a lado contra Nott y su grupo.

Si bien Logan no había "delinquido" a tal grado, su acoso había sido todo menos discreto con algunos estudiantes, pero nadie había dicho nada convenciéndose de que tan sólo eran ideas mal sanas que esperaban con todas sus fuerzas sólo quedaran en eso, ideas. Pero ¿unos niños habían sido atacados por un grupo Slytherin, produciendo el enfrentamiento del día anterior, en donde casualmente Nott había sido encontrado, solo, con dos de esos jóvenes, quienes algunos testigos decían habían estado en la Dirección? No necesitaban señales más grandes.

La bestia rugía molesta, las dudas y silencio de los docentes sobre el asunto, la evidente tensión de esos pequeños niños eran un coctel de que les decía una cosa: Slytherin había pasado la línea, había lastimado a sus pequeños y eso… eso hacía que la agresividad, entre la casa roja y verde escalara rápidamente. Los verde-plateados aunque fingían no saber nada sobre Nott y sus actividades, estaban seguros que el imbécil había molestado al León dormido y ellos mejor que nadie sabían que en ese punto debían tener los dientes afuera, atacar antes de ser atacados por esa manada de perdedores. Así, el comedor era un caldero de emociones y sensaciones que amenazaban con explotar en cualquier momento.

Y en ese instante, en el punto más álgido, un estudiante de segundo año de Gryffindor apareció un poco apresurado por el portón del comedor, sin saber que era lo que estaba pasando, era algo tarde, casi todo el mundo estaba terminando. La velocidad a la que iba no era censurable pero casualmente una estudiante de Slytherin salía con varios compañeros, un poco más distraída de lo que debía, mostrando más de su escote de lo que debería. El choque fue mínimo. El muchacho había esquivado a la chica y apenas le había levantado la túnica, pisándola un poco de lo larga que era, pero… eso fue suficiente.

―Hey tú mocoso ¿qué demonios estás haciendo? Discúlpate ―Uno de los tipos que la acompañaba, saltó inmediatamente, deteniendo al muchacho bruscamente.

En la mesa de profesores casi no había nadie, por lo menos nadie con la suficiente autoridad. Hagrid, quien había sido invitado algunos fines de semana a comer con los docentes, había terminado rápido pues tenía algunas cosas en mente sobre el bosque prohibido, el profesor Binns obviamente no comía, los profesores más viejos, el de Cuidado de las criaturas mágicas y Astronomía habían salido el día anterior. Los docentes en Hogwarts tenían los domingos libres pero algunas veces podían ir y venir en los fines de semana según sus obligaciones familiares. En lo general los Jefes de Casas tenían más restricciones con la movilización, pero la presencia siempre imponente del viejo director hacía que pocas veces el comedor se descontrolara. Cosa que parecía suceder esta vez.

―Flint, suelta al segundo año ―intervino uno de los prefectos de séptimo año de Gryffindor―. No es necesario que seas tan brusco.

Generalmente la intervención de los mayores y prefectos era suficiente para calmar los ánimos pero el ambiente no se prestaba para dejarlo pasar.

― ¿Y si no lo hago qué? ―respondió agresivamente el muchacho, los Slytherin midieron la temperatura del asunto―. Debe disculparse. Deberías agradecer que le esté enseñando modales a los de tu casa, cosa que necesitan urgentemente.

Risitas descaradas se escucharon por la sala. Flint no era precisamente el más inteligente de su casa pero sabía cómo provocar con disimulo.

― ¿Y cómo se va disculpar si lo tienes agarrado como si fuera un perro? Creo que eres tú el que debería aprender modales ―una estudiante nacida muggle intervino sin pensarlo.

―Esas son palabras grandes para una boca tan… pequeña ―la ácida voz del, no reconocido, rey de Slytherin, Lucius Malfoy, llenó el recinto y Severus notó como todo el comedor se tensó por completo, por el evidente doble sentido de la frase. Eso era la señal de problemas. Grandes problemas.

Por Merlín, que nadie diga nada, que no hagan nada. Pueden ser más listos que él.

―No todo lo que es importante viene en un gran empaque, Malfoy ―respondió Frank Longbottom y Severus sintió su estomago revolverse. Era una buena respuesta pero un mal movimiento, demasiado provocador―. Flint suelta el chico, déjalo disculparse y asunto quedará arreglado.

El consejo era lógico pero los sentimientos eran otros. La furia en los ojos de los estudiantes de ambas casas era real, y todos ellos pedían lo mismo: Sangre. El primer hechizo voló tan rápido que los estudiantes del medio, Ravenclaw y Hufflepuff, apenas tuvieron tiempo de cubrirse, los profesores presentes ni siquiera pudieron sentir el infierno desatarse, todo fue espontaneo, hechizos volaron de un lado a otro mientras los prefectos trataban de hacer algo, varios se escondieron debajo de las mesas que se convirtieron en barricadas rápidamente.

Severus había tomado velozmente a Lupin y a Pettigrew por los cuellos, arrastrándolos debajo de la mesa luego de mandarle una mirada a los otros dos. Sabía que los idiotas querrían unirse a la fiesta pero esperaba que fueran sensatos y se salvaguardaran. Esta no era una simple pelea, sus mayores estaban luchando en serio, aprovechando que la mayoría de alumnos de primeros niveles ya había salido, incluyendo a sus dos compañeras que se fueron molestas por la falta de información y respuestas de parte de ellos.

Un bombarda, particularmente poderoso, destrozó una esquina y varios hechizos punzantes atravesaron una pared. Astillas y pedazos de pared, platos, comida y demás iban de un lado a otro convirtiéndose en peligrosos proyectiles. Los docentes intervinieron medio minuto después de comenzar el pleito pero en pocos segundos el comedor se había vuelto un verdadero campo de batalla y no había mucho que pudieran hacer. Los chicos trataban de esconderse en cualquier cosa que les proveyera algo de protección, mientras los más grandes les hacían espacio para que se cubrieran y contraatacaban con saña. Pero a pesar de eso, la voz de Lucius se escuchaba tan fuerte y clara para Severus, que el chico supo que la peligrosa serpiente se había movido hacía ellos.

Lucius no era un mago de gran valía para el Señor Tenebroso, principalmente por la envidia que generaba su gran abolengo, su clase y su arrogancia, Abraxas Malfoy sufrió mucho bajo su mando en una clara muestra del rencor de Tom Riddle. A diferencia de los Black, los Malfoy eran más prácticos y menos apasionados, hacían todo por un beneficio y no dudaban en darte la espalda si dejabas de ser útil a sus deseos. Pero no por eso Lucius era un mal duelista, ni mucho menos un mal líder. Severus recordaba a Lucius en su pasado como un estudiante a la vanguardia, carismático y calculador, aunque lo recordaba unos años más adelante que en su actual vida, había dejado de pensar en las fechas y en los eventos como algo fijo en este nuevo mundo o vida reencarnada.

Lucius siempre fue una constante extraña en su vida pasada, jamás pudo estar seguro si había conectado con él a pesar de lo que pudieran decir lo demás, pero en el fondo, Severus sabía que Lucius podía ser un amigo, no muy fiel, pero sensato y preocupado. Algunos lo tacharían de ingenuo, pero él había visto, además del déspota, orgulloso y cruel Malfoy, al padre, al esposo, al erudito, a un hombre que era capaz de mostrar sentimientos y cariño por los suyos, al igual de un odio implacable contra sus enemigos. Pero todo eso lo vio cuando se casó y tuvo su primer hijo, siendo joven, Lucius no era otra cosa que un peligro moldeado a las manos de su déspota padre. En esos momentos era un hombre consumido por el deseo de poder y darle un escarmiento al Gryffindor del momento debía resultar tentador, sin contar con su anterior encontrón. El rubio iba ir por su cabeza sí o sí.

No quedó duda de eso, cuando un hechizo rozó su mejilla y se vio frente al joven, tan poderoso y elegante como lo recordaba. A pesar de su poder, experiencia y confianza en sus habilidades, enfrentar a un Lucius tan decidido era demasiado para él en esos momentos, especialmente cuando tenía otros niños detrás de él. Pero antes que Severus pudiera pensar en una forma de salir de tal problema un hechizo fue lanzado al rubio, quien lo rechazó con un escudo. Allí, con dos años menos de enseñanza mágica y 13 de malicia, estaba Alice Gordon. Severus sólo pudo abrir los ojos de horror. La pelea era en serio, había heridos y sangre por todo el lugar para demostrarlo, ella no saldría indemne del duelo.

Afortunadamente Lucius no la tomó en serio, la veía más como una mocosa impulsiva como todas las Gryffindor, pero Severus no estaba dispuesto a confiarse en eso, Lucius podía ser un "caballero" pero tenía una gran habilidad para ser un patán cuando le contrariaban. Mirando por la periferia rápidamente ubicó al imbécil de Longbottom peleando con un patético Flint; mas allá vio a varios luchando entre tres o cuatro, mientras algunos se quedaban en la retaguardia mandando hechizos de potencia. Severus conocía esa táctica y sabía que era muy efectiva frente a los desorganizados Gryffindor. Los Slytherin tenían la ventaja, y eso que la mitad sus mejores y más peligrosos duelistas estaban ausentes, definitivamente Malfoy los tenía bien entrenados, razón por lo cual tenía que acabar con el asunto rápido si no quería pasar en la enfermería lo que restaba del fin de semana.

Con rapidez sacó de su túnica un pequeño vial de color blanco perla arrojándolo al suelo con fuerza, Malfoy dirigió su mirada a él enseguida para luego ser bañado con una fuerte luz blanca, fue lo suficientemente rápido para darse cuenta que era una variación de polvo peruano, pero para su sorpresa no produjo oscuridad sino luz. Los contrincantes más cercanos fueron cegados por varios segundos, pero la fuerte voz de Severus se escuchó con hechizo que ninguno conocía.

¡Muffilato Ampere!

Era una variación de su hechizo Muffilato, que servía para evitar que sus conversaciones fueran escuchadas, tenía el mismo efecto de producir un obstáculo acústico pero esta vez no era un murmullo sino un ruido agudo y retumbante que los dejaría sordos por unos segundos. Con el cuerpo adaptado a la acción, Severus lanzó varios hechizos desarmadores y aturdidores a donde sabían estaban los miembros más débiles pero vitales de la refriega, su corazón retumbo en protestas por estar sobrecargándolo tanto pero el pelinegro soportó la punzada en su lado izquierdo. Para su fortuna sus demás compañeros de casa atrás de él, y que no se vieron afectados por sus acciones, dejaron las formalidades para después y decidieron hacer lo mismo sin importar que los tacharan de aprovechados, así que cuando la luz desapareció se confió al pensar que tenía la victoria en la mano, un poderoso hechizo lo lanzó hacia atrás produciendo una herida en el costado, probablemente una costilla rota, pero aún con ello vio a sus compañeros Gryffindor, unidos con algunos Ravenclaw, finalizar lo que él comenzó.

En aquellos momentos, sólo unos cuantos Slytherin estaban de pie junto a una enojada Narcisa quien sostenía Lucius. El rubio vomitaba babosas sonoramente, Alice mostró valía al mandarle un hechizo una vez se dio cuenta que había atacado a Severus, el hechizo le pegó directamente y aunque el muchacho quiso devolvérsela, Fran Longbottom había intervenido rápidamente. McLaren y otros del equipo de Quidditch formaron un círculo de protección frente a los más pequeños, a lo lejos Severus pudo ver a Potter jadeando con un feo moretón en el ojo, Black sostenía su varita con altanería frente a un chico de tercero mostrando su casta, pero también tenía marcas en el cuerpo, Remus se había defendido como pudo sintiendo la potencia de la luna llena en sus hechizos, hasta Pettigrew había intentado hacer algo.

Habían ganado.

― ¿Se puede saber qué está pasando aquí?

O tal vez no.

Todo el odio, toda la ira, toda la violencia terminó en un segundo. Allí, en la puerta de entrada se encontraba un mago de esos que no puedes desafiar sin importar qué. Incluso si su túnica color mango biche era una ofensa para el buen gusto. Los ojos siempre amables de Albus brillaban oscuramente muestra de su mal genio, detrás de él ninguno de los Jefes de casa se veía mejor, Slughorn en especial quien ya se las olía al ver a sus estudiantes rodeados por los Gryffindor y algunos Ravenclaw.

― He preguntado ¿qué ha pasado aquí? ―Con algo de miedo, el joven profesor de Aritmancia alzó la voz, explicando más o menos lo ocurrido, mientras los estudiantes guardaban profundo silencio―. Lo siento ¿Habré entendido bien? ¿Todo esto sucedió por un ligero choque entre dos estudiantes de las casas de Gryffindor y Slytherin?

Si lo dices así, suena increíblemente estúpido.

Pensó Severus entre la bruma del dolor, pero nadie dijo nada por miedo a enfadar más a su, generalmente afable, Director.

―200 puntos menos para ambas casas ―el golpe dolió pero no se escuchó ni la más mínima queja―. Los prefectos llevaran a los heridos a la enfermería, aquellos que no se encuentren con heridas se quedarán aquí mientras cotejamos a quienes estaban por fuera del comedor en el momento de la contienda. Suspenderé el inicio de la temporada de Quidditch indefinidamente, al igual que las salidas a Hogsmeade y la fiesta de Halloween, hasta que aclaremos este asunto ―Eso dolió más que los puntos sustraídos―. Eso será por ahora, los castigos adicionales serán notificados por sus jefes de casa― El pesado silencio, que duró menos de un segundo, fue como una puñalada―. Me apena decir que me siento muy decepcionado de todos ustedes.

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

Hogwarts. Sábado 23 de Octubre de 1993. Horas de la tarde.

―Estaré castigado de por vida, una vez mi madre se entere.

―Sinceramente ya ni eso me preocupa. Siempre pensé que ir a Hogwarts era algo muy calmado y seguro.

― ¿Quieren callarse los dos, Lupin y Pettigrew? Mi cabeza va explotar.

Los cinco niños volvieron a la enfermería, para molestia de la matrona, quien no podía creer que tuviera tantos pacientes por una querella entre casas. Si bien la rivalidad entre Slytherin y Gryffindor era legendaria, hacía varios años que no se veía tal desorden. Chicos con huesos rotos, con heridas y cortadas, con golpes y moretones, algunos vomitando hasta su primera papilla sin contar los hechizos mal utilizados y aquellos que sufrieron daño colateral.

―Guarde silencio usted, señor Potter ¿En qué estaba pensando? Apenas esta mañana salieron de aquí. No llevan ni 24 horas fuera y de nuevo están lastimados…―la mujer hubiera seguido si no fuera por los quejidos de Severus. Efectivamente le habían roto algunas costillas, pero el principal problema es que su corazón había tenido una arritmia.

Severus tenía que dejar de meterse en tantos problemas o la misma Poppy lo mandaría a San Mungo. Albus apenas la había convencido que no era lo más sensato dado a las circunstancias, que Severus entendió tenía que ver con Nott. La curiosidad carcomía al joven pocionista, pero no se sentía en las condiciones de soportar el juego de Dumbledore. Para colmo el otro "líder" del grupo estaba imposibilitado por un gran golpe en la cabeza, Potter había tenido suerte al enfrentarse a un chico de cuarto sin salir más lastimado. Tanto Lupin y Pettigrew estaban más o menos bien, pero no tenían iniciativa propia. Lo cual dejaba una sola opción.

― ¡No fue culpa nuestra, los Slytherin nos atacaron!

Sirius sólo tenía algunos moretones y cortadas, su experiencia en duelos era muy superior que la de los contrincantes que se topó, y aunque la sala estaba llena tanto de leones como serpientes, mostraba su nulo sentido de supervivencia avivando el problema con acusaciones fuera de lugar. Afortunadamente el miedo a un castigo más grande, por parte del director, hacía que los de la casa verde se tragaran sus opiniones. Especialmente Lucius, que apenas terminaba de botar la última babosa.

―Eso no importa ahora, joven Black. Por favor guardemos silencio para poder atender a todos con rapidez ―Pomona decidió ayudar en la enfermería junto a varios elfos domésticos. Sabía que sus compañeros estaban recibiendo las malas noticias que se gestaban desde ayer, siendo el problema reforzado por la lucha de hoy.

La reunión del profesorado duró mucho menos de lo que Albus deseaba pero ahora tenía cosas más importantes que pensar. Habían descartado a casi la mitad del alumnado, que se encontraba por fuera o habían huido rápidamente del campo de batalla, uno de ellos había sido lo suficientemente sensato para avisar a los elfos quienes sabían donde se encontraban los Jefes de Casa. Albus se había asegurado de tener la mayor privacidad para explicar el asunto que se traía entre manos, por lo cual demoraron en asistir a la situación de emergencia. Le molestaba de sobremanera no poderse ausentar ni medio día de sus labores sin que hubiese un problema, pero Albus sabía que sus alumnos no se comportaban así porque sí.

Entre los interrogatorios a quienes participaron en la refriega, descubrió que el asunto de Nott era más profundo y que su acoso no era tan nuevo, tal y como lo habían temido. El chico ya había mostrado su lado oscuro y aunque nadie había querido declarar o decir algo personalmente, al parecer el suceso de ayer había desatado a la bestia dormida: los mayores de Gryffindor. Los chicos admitieron que simplemente no pudieron soportarlo y aceptaron toda la responsabilidad por dejarse llevar por sus emociones en el comedor, en vez de hablar con su Jefe de Casa.

Minerva se amínalo un poco por eso. Hablar abiertamente de acoso era tan difícil en esa época como en otras. La mayoría de gente se engañaba a sí misma diciéndose que son alucinaciones suyas y trataban de evitar pensar en ello, borrarlo de su mente y, si no había contacto físico directo, preferían ignorar el problema. Para los niños era incluso más difícil, muchos de ellos ni siquiera sabían qué sucedía y tendían a interpretarlo como algo diferente, a pesar que algo en ellos sentía que no era correcto.

Ninguno de sus prefectos dijo nada en concreto, habían escuchado un rumor por aquí o por allá, una mirada perdida que era un poco más intensa de lo normal, un toque ligero en los enfrentamientos, encerronas a niños cada vez menores. Nott había, lentamente, empezado a acechar en las tres casas, pero nada notorio; cualquiera, incluso el más anti-Slytherin, lo catalogaría como bravuconería y despotismo pero no como pruebas de algo pervertido, de algo como lo que al parecer era, de algo que negaban con la ilusión de que el daño no fuera hecho. Pero la realidad es una, y cuando todas las fichas cayeron por su propio peso la represa no pudo soportar más, entre las cuatro casa fluía la información con suficiente frecuencia para hacerse un panorama de lo que había sucedido el día anterior. La inocente explicación de James fue la gota que derramó el vaso.

― ¿Estás seguro de lo que vamos hacer Albus? ¿Seguiremos con tu plan?

―Seguiremos Minerva ―el hombre alzó la mano para calmarla. Ambos docentes se encontraban en su despacho, esperaban a Horace y a los Nott para comunicarles la decisión final de la planta de docentes―. Hacer algo más sería exponer, no sólo a Remus y Peter, si no a muchos otros. En esta situación, Egerton se agarrará del diagnóstico con todo y hará un gran espectáculo para que su nombre salga limpio.

―Pero... ¿no puedo entender por qué crees que esa persona ayudó a los niños? Parece todo lo contrario.

―Puede verse así, pero ha sido una jugada inteligente. Si todo hubiese sido descubierto antes, incluso con Nott… ―Dumbledore cerró los ojos―. Incluso con pruebas, dada la situación actual sería pólvora debajo de una mecha. Yo sé que lo entiendes a la perfección Minerva, sabes que los Sangre Pura sólo necesitan una excusa para hacer público el frente que han elegido. Ya no podemos detener "eso" por más tiempo, ya no podemos controlarlo siquiera, estamos entrando a la parte más siniestra de la guerra, cualquier suceso será la chispa que necesita para encender el país con una confrontación de ideologías.

Minerva suspiró molesta, la situación en Inglaterra se agravaba cada día más. Desde hace ya más de 10 años que cosas tenebrosas sucedían esporádicamente pero en los últimos años la violencia y crudeza empezaba a cruzar todas las líneas. El miedo, el odio, la rabia que había estallado hoy, en el comedor de Hogwarts, era la prueba de ello.

―Esto ha llegado muy lejos, director. Sin la intervención de los niños, quizás sin la aparición de Severus, Nott hubiese seguido creciendo como un depredador entre estos muros, con cientos de niños a su disposición ¿Habría cruzado la línea en un lugar más apartado? ¿Qué habría pasado al graduarse? Cada vez más las querellas no son con pequeños hechizos de bromas, el señor Crabbe le rompió una pierna a la señorita Smith en tres partes, Grissom recibió severos daños en la espalda tratando de proteger a unos de primero, el mismo Severus está de nuevo en la enfermería de cuenta del señor Malfoy ¿Qué destino le espera a todos esos jóvenes cuyos padres se ven atraídos por esa ilusión de poder, si desde el seno de Hogwarts no podemos hacer nada para pararlos?

Dumbledore entendía el punto de su colega. Tom estaba jugando bien sus cartas. Había intentado volver a Hogwarts para tener este tipo de control sobre los adolescentes quienes por un lado tenía la presión de sus padres, no sólo Sangre Puras, sino también los miedos y deseos de una vida estable en una sociedad aparentemente cambiante. Con su discurso de la supremacía esperaba ganar adeptos para luego mostrar su cara más violenta, pero quería hacerlo desde el punto de la víctima, del revolucionario, del luchador.

Infectaba todo con su virulento resentimiento, incluso las familias más tranquilas y de mente abierta, ahora mostraban miedo a relacionarse con los muggles o nacidos muggles. Para éstos últimos se les hacía más difícil vivir, eso sin contar que aquellos que entraban a Hogwarts eran amilanados por agentes del ministerio que no dudaban en mostrar su incomodidad por su procedencia no mágica. La sociedad mágica inglesa empezaba a caer en ese juego de poder.

―Evitaremos enfrentar a los Nott, dado al diagnóstico que tienen y le haremos creer que pensamos que ellos han orquestado tal plan ―el mago más alto se levantó y empezó a pasearse por su despacho―. Los acusaremos sin hacerlo, también de lo que ha sucedido hoy, seremos dramáticos pero haciéndoles sentir que han ganado una batalla pero no la guerra. Egerton se valdrá de ello para subir de posición y aprovechar la enfermedad de su sobrino, hará ver a los suyos que tan sólo es un teatro para ocultar la verdad, o lo que cree que es verdad.

― ¿Lo acusaremos de comportamiento indecoroso?

―Lo acusaremos de usar sus recursos a favor suyo, pero sin extralimitarnos. Dimitri se molestará conmigo pero… no me importa. De cara al público, dejaremos que la tragedia tome su papel, Egerton hará esa parte por sí solo. Evidentemente nuestros alumnos no creerán la historia y debemos estar preparados para más confrontaciones como ésta, pero algunos no sólo no creerán, sino que verán detrás de todo ese teatro y es posible que se sospeche de mí, me encargaré de tomar responsabilidad cuando eso suceda. Eso nos dará un margen de acción.

―Cómo si fuera un juego de ajedrez ―se lamentó la transformista―. ¿Vas a declararle la guerra a los Sangre Pura? ―Albus sonrió.

―Adelantaré todos mis planes. No podemos ocultarle lo que pasó a los padres de Remus, Peter y Severus, por supuesto recomendaremos mantener la calma y entender la situación desafortunada de Logan Nott, pero…

―Usarás el hecho como propaganda ―dijo con los dientes apretados y levantándose completamente molesta―. Para aquellos que todavía no aceptan la realidad, usarás el diagnóstico como prueba que los Sangre Pura se aprovechan de su status para delinquir impunemente, mientras que aquellos, quienes no te creen capaz de enfrentar la situación, les harás creer que orquestaste todo desde las sombras. Por un lado o por el otro, piensas ganar gente a tu favor.

―Te repugna que haga algo como eso ―no era una pregunta, era una afirmación. Dumbledore y Minerva se conocían lo suficiente para saber lo que pensaba el otro tan sólo por su postura corporal.

―Lo hace, y mucho Albus ―le contestó la Gryffindor sinceramente―. Pero sé que a ti te repugna más aunque lo niegues ¿hasta dónde vamos a tener que llegar para parar a ese hombre? ¿Hasta rebajarnos a su nivel?

―No seas tan dura Minerva ―el mago más viejo trató de tranquilizarla―. ¿No vale la pena mientras podamos ganar esta guerra? En fin, los Nott deben estar por llegar con Horace ¿seguirás mis instrucciones o realmente tienes alguna idea de último momento?

La animaga suspiró negando con la cabeza, no tenía una mejor idea para afrontar el problema. Como siempre Dumbledore era lógico y práctico, dejando a un lado los sentimentalismos, usando cada evento como una oportunidad, cada persona como una pieza. Y para su mala suerte, funcionaba. Porque Dumbledore era el líder que necesitaban, era el único capaz de endurecer su corazón lo suficiente para enfrentar a la persona que amenazaba con hundir a Inglaterra en una era de terror.

―Lo haremos a tú manera.

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

Inglaterra. Viernes, 29 de octubre de 1993.

― ¡Señor Nott! ¿Cómo está su sobrino? ―se escuchaba, entre la muchedumbre, la voz de una mujer.

― ¿Qué han arreglado con las familias afectadas? ―otra dijo.

― ¿Es cierto que varios implicados piensan que todo esto es encubrimiento? ―uno más osado se atrevió a preguntar.

― ¿Cuánto tiempo más piensan guardar silencio? ¡La gente merece saber la verdad!

La reunión con los Nott se extendió por dos horas y las varitas habrían salido a flote si no fuera porque Albus se encontraba de mal humor. La acusación formal de la institución se resumía en que Logan había cometido atropellos contra varios estudiantes y había tenido un comportamiento indecoroso, dado a su diagnóstico era evidente que todo se trataba de un síntoma de su enfermedad recién descubierta.

Por supuesto tanto Slughorn y McGonagall jugaron sus papeles, tal y como Dumbledore se los había pedido, uno acusando y dudando del diagnóstico y el otro tratando de resolver el asunto por las buenas. Dumbledore hizo de juez parcial pero su mirada era calculadora y Egerton supuso que el viejo mago creía que él había encubierto a su sobrino.

Nada más lejos de la realidad. Fue chocante saber que había pruebas de señales de acoso al estudiantado más joven de Hogwarts por parte de su sobrino, pero el diagnóstico era real, Egerton había hablado con varios contactos, hecho pruebas en otros establecimientos médicos y la respuesta había sido la misma. Su casta estaba maldita. Pero, tal y como predijo Dumbledore, el teatro hizo a Egerton tomar la cuerda más corta y hacer un espectáculo con el cual se especulara que realmente Logan Nott no tenía ninguna enfermedad, sino que buscaban encubrir sus fechorías.

―En estos momentos mi familia y yo estamos pasando por una situación que no le deseo a nadie ―la rueda de prensa había sido sobria, pero con los más renombrados periodistas de Inglaterra y Europa. Egerton decidió encargarse de todo. Mandó a su cuñada a la clínica so pretexto que había sufrido un grave shock por la noticia, y su hermano estaba con ella y su hijo, cual padre destrozado―. Sé que mi sobrino ha tenido un comportamiento errático que deja mucho que decir sobre nuestra casa, pero…―pausa dramática―… todo es producto de una enfermedad infame. Una enfermedad que, según estudios de importantes y destacados Sanadores, tiene relación con la influencia del mundo muggle sobre nuestra comunidad, sobre nuestra forma de vivir ―una ola de excitación recorrió la sala―. Mi sobrino ha sido privado de una juventud normal por esta enfermedad, y a pesar de ello ha demostrado entereza para evitar una desgracia mayor y lo ha hecho solo ―flash y murmullos―. Sí señores, solo. Al ser un Sangre Pura y Slytherin sus profesores había notado su comportamiento sin siquiera pensar que pudiera haber algo detrás de ello, ni siquiera nos avisaron sobre estas circunstancias ni hicieron nada para evitarlas, acusándolo infamemente, señalándolo con el dedo por no compartir sus mismas creencias ―silencio atronador, desenfreno en los periodistas―. ¿Esto es lo que queremos para el futuro de nuestros hijos? ¿Es Hogwarts de verdad un lugar seguro? No sólo mi sobrino ha resultado afectado por ese prejuicio, el hijo de una respetada bruja de nuestro círculo se ha visto involucrado en la manipulación de quienes no entienden de dolor sino de apariencias, personas que querían aprovecharse de los eventos negativos relacionados con síntomas de la enfermedad. Afortunadamente ella ha sido muy compresiva y nuestras familias han unido lazos para enfrentar esta terrible y dolorosa situación ―nadie sabía quién era realmente y por protección a los menores, ningún nombre era soltado―. Pero, ambos, mi sobrino y este pequeño son fuertes, de casta, superaran esta dura prueba. Sin embargo, si los docentes hubieran hecho su trabajo nada de esto hubiese pasado ―la voz de Egerton, acostumbrado a hablar en los estrados, sonaba imperiosa y afectada―, ni siquiera sabían, ni sabrían, nada de lo ocurrido puesto que los estudiantes no confían en ellos ¿Qué ha pasado con la gloria de Hogwarts? ¿Qué está haciendo Albus Dumbledore? ¿Mirando hacia otro lado como hizo en antaño? ¿Tratando de proteger su nombre? ¿Acusando a inocentes y no dando la cara? ¿Pretendiendo enlodar a grandes eminencias, como el Sanador Miklaszewski, sólo porque no besan el piso por donde anda? ¿Qué sucede señores….?

El discurso seguía y seguía, y la prensa había hecho su agosto (aunque era octubre) con ello, el Profeta ya iba por edición especial numero 15. Los nombres de los afectados fueron protegidos por evidentes razones, la casa de Aurores intervino superficialmente y sólo para evitar que la sangre corriera, ya que, como Dumbledore había prometido, los padres de los tres implicados principales fueron convocados, y todos ellos tuvieron reacciones totalmente diferentes.

STAR FLASH BACK

Los padres de Remus, Peter y Severus fueron llamados con urgencia, ellos tres eran los únicos que habían hablado a nombre propio y aceptado haber sido atacados por Nott. Una vez Egerton había aceptado el trato que Dumbledore le propuso, que consistía en llegar a un acuerdo con los afectados sin pasar por el escándalo judicial, el hombre debía aceptar que su sobrino había actuado bajo los efectos de una enfermedad peligrosa y que, aunque no era consciente de sus actos, debían dar la cara a los familiares de las víctimas. La primera en ser llamada, por orden de Dumbledore, fue Delia Pettigrew, la madre de Peter, quien como ama de casa, se encargaba de todo lo relacionado con el chico y fue atendida en el mismo despacho del director, con los Nott lo suficientemente cerca.

Delia Pettigrew era una mujer regordeta como su hijo, con un gusto dudoso para la moda y con un carácter muy parecido al Peter que Severus había conocido en su vida anterior. Era baja, un poco ufana, nerviosa y un tanto desprendida de su hijo pero aun así se mostró completamente sorprendida por las acusaciones, más del hecho de que Peter hubiese sido la víctima principal del acoso de un Sangre Pura. Por supuesto tuvo miedo, ya que Peter había sido quien más había sufrido a manos de Logan Nott, miembro de una de las familias más emblemáticas de los Sangre Pura y sobrino de Egerton Nott, un tipo al que no quería contrariar para nada.

El director le dejó visitar a su hijo ese mismo sábado e incluso le ofreció la oportunidad de llevárselo por una semana, pero la mujer, aterrada por la situación, decidió que lo mejor era esperar a ver que opinaban sus hermanos y cuñados sobre ello, pues su marido se encontraba de viaje. La visita fue corta y compleja, Peter había sido llevado al despacho del director, la mujer le preguntó si estaba bien y que era realmente lo que había pasado. A pesar de la vergüenza, el niño no le mintió a su madre y casi de inmediato la mujer había partido para lograr una solución rápida al problema entre ellos y la curul de abogados de los Nott.

Por supuesto Dumbledore consiguió calmarla antes, al contarle que Logan sufría de Reflexia Tóxica lo que explicaba su aterradora conducta, pero aclarando que ella era libre de interponer una demanda dado el caso. Por supuesto ella no lo hizo. La reunión con los Nott en los días siguientes fue más protocolo que otra cosa, la mujer y su familia no tenían intenciones de ir lejos en el plano legal y sólo querían una indemnización que fue concedida con una fuerte suma sin que la pidieran, así como el ofrecimiento de llevar a Peter a los mejores Sicomagos (sicólogos mágicos) y Sanadores para cualquier problema que representara por el trauma vivido. La mujer hasta agradeció el ofrecimiento. Egerton tenía una ventaja allí y la explotó lo más que pudo aprovechando el carácter lambón de la familia Pettigrew.

Por otro lado Lyall y Hope Lupin, llamados por Minerva en su sala personal, reaccionaron de forma más esperada, sobretodo la hija de muggles. Lyall era un adulto, algo apuesto, un poco tímido pero vestido sobriamente que tenía un aire al Lupin adulto de la vida pasada de Severus pero de apariencia más sana, por otro lado Hope era una mujer bellísima, cabello castaño, de ojos claros que Remus había heredado, vestida un poco más alegre que su marido. Ambos no podían creer que todas esas cosas estuvieran sucediendo justo a su hijo, cuyo sueño siempre había sido entrar a Hogwarts y hacer amigos de su edad. Aunque la animaga les contó que el afectado directamente había sido Peter, los padres no dejaron de vociferar enojadamente por tal circunstancia. De todas formas, el saber que el chico implicado tenía Reflexia Tóxica calmó un poco los ánimos, pero no lo suficiente para sentirse a gusto con que un Sangre Pura hubiese tenido un "comportamiento indecoroso" con uno de los amigos de su hijo, estando él presente.

Minerva les dejó ver a su retoño en su oficina, quien volvía a ser niño en los brazos amorosos de sus padres, los cuales le preguntaron una y otra vez si se encontraba bien. Para Remus fue una grata sorpresa pero lo fue más al ver que su padre trataba de hacerle entender que el chico quien había cometido tal acto, realmente tenía una enfermedad muy compleja que le hacía actuar de esa manera. Remus no se creía el cuento y sabía que sus padres tampoco, pero preferían no llamar la atención sobre él, quien lamentablemente tenía un funesto secreto que esconder. Lo único que querían era al chico lejos de su hijo y cualquier otro niño, dado a que la familia Nott planeaba retirarlo a una instalación médica, no necesitaban más, ni siquiera su dinero. Los Lupin demoraron un buen tiempo con el niño, aprovechando para actualizarse y saber de primera mano las impresiones del pequeño con respecto a Hogwarts, ignorando a los Nott por completo.

Los Snape fueron los últimos en ser llamados y el mismo Horace los enfrentó, en un lugar lejos de su oficina pero seguro para el resto del mundo, la propia casa de los Snape. La sorpresa de Eileen no podía ser mayor al saber que su antiguo mentor se había movilizado desde Hogwarts con urgencia para comunicarles cierto problema, y a pesar de su deseo de obligarle a hablar inmediatamente, decidió informar a Tobías y pedirle que regresara a la casa rápidamente. Tobías tardó un poco, mientras dejaba todo en orden en la oficina y Horace tranquilizó a la madre, diciéndole que su hijo estaba bien pero que prefería hablar con los dos al mismo tiempo. La pelinegra supuso, por la forma que babeaba su viejo docente sobre las habilidades extraordinarias de Severus en pociones, que el asunto era alguna petición personal disfrazada de algo oficial, siendo que Slughorn siempre fue fanático de rodearse de grandes magos.

El muggle llegó, algo atareado, para ser recibido por la mirada evaluativa de un hombre tan viejo que le sorprendía el fuerte apretón que le dio. Ya que había sido un docente de su esposa, ahora docente de su hijo, puso su cara más amable y diplomática con tal de agradarle a pesar de su falta de magia. Con algunos prejuicios, Slughorn era más laxo en ese asunto de la pureza mágica y al final congenió con el padre, quien evidentemente no era un muerto de hambre, sino un empresario de éxito que si hubiese sido un mago, estaría en las primeras páginas de las revistas económicas mágicas. Ya que al jefe de la casa Slytherin le gustaba la grandeza, no le pareció tan malo hablar con el señor Snape.

―Y bueno ¿qué es lo que le trae por aquí, profesor Slughorn?―dijo Eileen, cansada de tanto preámbulo. Ya habían abierto un fino champan y unos bocadillos exquisitos habían sido devorados. Slughorn se tensó un poco.

―Verás Eileen, Dumbledore te debió informar que Severus ha tenido pequeñas rencillas con algunos compañeros de su casa, nada demasiado grave, pero que terminó en todo esto del duelo. Que por cierto ―comentó al ver que la cara de Eileen se oscurecía―, fue simplemente magnifico, incluso Flitwick estaba asombrado ―la muchacha asintió esperando que prosiguiera con el relato―. Bueno, ayer, justo cuando se desarrollaba el duelo, dos estudiantes de primero de Gryffindor, amigos de Severus, fueron atacados, en una situación confusa, por un estudiante de mi casa, el cual según lo que nos cuentan los niños, tuvo… un comportamiento indecoroso.

A Eileen no le gustaba el rumbo que tomaba la conversación. Se había equivocado al suponer que el viejo profesor no venía a hablarle de Hogwarts y ahora resultaba que una situación compleja se daba entre las casas.

― ¿Comportamiento indecoroso? ―repitió Tobías, gustándole menos la historia. El viejo mago carraspeó un poco.

―El chico tuvo una querella con tu hijo y dos de sus compañeros más cercanos, ya sabes que Slytherin y Gryffindor siempre están teniendo confrontaciones ―trato de minimizar el pocionista―. Pero, al parecer… éste comportamiento indecoroso ya se venía presentado con anterioridad, incluso en esa querella ―el hombre pudo ver como los padres cambiaban de semblante―, lo cual produjo las discusiones internas de tu hijo con otros compañeros de Gryffindor.

―No le entiendo profesor ―dijo Eileen cansada de tantas vueltas―. ¿Qué es lo que me quiere decir? Ambos somos Slytherin, este preámbulo no es necesario.

―El chico del que te hablo es Logan Nott, el sobrino de Egerton Nott ―Eileen abrió los ojos―. Tiene Reflexia Tóxica, según Sanadores de San Mungo y ha venido ―hizo una pausa evaluativa―… acosando estudiantes como parte de su... trastorno.

No hay forma de describir lo que Eileen sintió en ese momento, mucho menos Tobías. ¿Un chico estaba acosando a su hijo?

― ¿LOGAN NOTT? ¿CUÁNTOS AÑOS TIENE? ¿NO DEBE SER DE PRIMER AÑO CIERTO? ¿ESTÁ EN ÚLTIMO AÑO? ¿Y A QUÉ EXACTAMENTE TE REFIERES CON ACOSANDO ESTUDIANTES? ―La mujer ser paró inmediatamente, mostrando toda su orgullosa sangre agolpada en la cara de la rabia.

Slughorn la dejó explotar. Tobías intentó tranquilizarla y tranquilizarse él mismo antes que tomara su escopeta y fuera a matar a cualquiera hijo de puta que hubiese osado de poner un sólo dedo sobre su puro y virginal hijo. Ambos padres volvieron a sentarse para escuchar el resto de la noticia.

―Si preguntas por tu hijo, según lo que nos contó, Nott los acorraló, a él y dos compañeros, con otros estudiantes de Slytherin. Hubo entre ellos un intercambio de hechizos que hicieron mucho ruido, los otros Slytherin huyeron y cuando Logan quedó solo con ellos los desnudó. Pero Severus sintió que su mirada era muy intensa, usó su magia para protegerse. Todo quedó allí y eso pasó hace ya más de un mes ―Eileen quedó en una sola pieza.

― ¡MÁS DE UN MES! ―gritó ahora Tobías estupefacto.

―Severus y sus compañeros decidieron guardar el secreto. Varios chicos más, antes que ellos, optaron por lo mismo a pesar de sentir que las acciones del joven Nott no eran normales. Es algo difícil de decir para mí, pero… Logan estaba fuera de sí por, al parecer… problemas sexuales, acorraló a dos niños de Gryffindor en medio del duelo y… ―el hombre se detuvo―… hubo algo de roce con uno de ellos.

― ¿Roce? ―dijo Eileen con voz estrangulada. Ambos padres no podían asimilar toda aquella información.

―Hemos hablado con el chico y el otro muchacho presente. Tú hijo y sus otros compañeros confirmaron su historia. La gente no ve lo quiere ver Eileen, Logan se ha comportado erráticamente estos dos últimos años pero ninguno de nosotros nos hubiésemos imaginado que podría llegar tan lejos. Me apena decir que ni siquiera yo, como Jefe de casa, podría imaginarme que estaba mostrando esos síntomas… ―el hombre se detuvo―… es en parte mi culpa, en parte culpa de todos por… no ser capaces de…―Horace decidió no seguir.

― ¿Reflexia Tóxica? ¿Un Nott? ¿Y cuando fue que descubrieron eso? ¿Después que lo encontraran con las manos en la masa? ―acusó inmediatamente la Slytherin, negándose a creer en tal casualidad. Eileen no podía creer la desfachatez de Egerton Nott, a quien conocía como cabecilla de la familia Nott. Increíble lo que podía hacer ese viejo avaro para proteger al pervertido de su sobrino.

―Logan tuvo una crisis hoy en la mañana, no podíamos contralarlos entre todos. Albus mismo se encargó del asunto, lo llevó a San Mungo, escogió a Miklaszewski para que se encargara de caso, sabes que es un Sanador implacable. El diagnóstico es plausible, Eileen por favor, sé que como madre te sientes dolida porque tu hijo se haya visto envuelto en todo esto pero piensa en esos otros muchachos, el escándalo, el dolor, el drama…

Tobías, quien no conocía nada de esa enfermedad, supuso que era algún tipo de trastorno mental o algo similar, pero aun así no podía dejar de sentir que el culpable merecía más de lo que se hombre proponía ¿había venido a abogar por su alumno? Incluso en el mundo muggle los enfermos mentales tenían que cumplir condenas.

―Me disculpará profesor Slughorn, podré ser un muggle y no saber qué tipo de enfermedad es la Reflexia Toxica, pero todo lo que dice suena como si ese muchacho, o su familia, no fueran a responder por sus actos.

―Efectivamente señor Snape, es usted ignorante de ciertos detalles…―quiso decir el pocionista, sintiendo que al ser un muggle, el padre se veía más tentado a acusar y volverse un problema. Pero Tobías no lo tomo bien.

― ¿Tiene hijos señor Slughorn? ―dijo con esa voz gruesa que le salía cuando estaba verdaderamente enojado―. Severus es nuestro tesoro, mi esposa y yo tuvimos largas discusiones sobre mandarlo a Hogwarts, al mundo mágico, por el peligro que representaba, y fui yo quien más insistió que ese era el lugar en donde debía estar, porque quiero absolutamente lo mejor para él ―Slughorn supo que su anterior respuesta no había sido adecuada pero ya era tarde―. No puede usted venir a mi casa y decirme que un pervertido, enfermo o no, ha puesto sus ojos sobre mi hijo, hace más de un mes, tocado a uno de sus compañeros, hace un día, y esperar que me sienta mal por el atacante.

―Señor Snape no es…

― ¡NO! –gritó exasperado y levantándose―. Me importa muy poco la condición de ese muchacho o sus excusas baratas, mi única preocupación es mi familia.

―Eso lo entiendo pero…

― ¿Lo entiende? Pues me parece que no ―contestó Tobías viéndose mucho más amenazador que antes― Me parece que no entiende nada de lo que digo, pero le aseguro que yo se lo haré entender.

― ¡TOBÍAS! ―le detuvo Eileen con energía, tomándolo de un brazo. Cuando la ira dominaba a su esposo, no era capaz de pensar con claridad― Lo siento profesor, puede esperar unos minutos aquí, mientras charlamos en privado― a penas el viejo mago asintió, todavía impactado por la vigorosidad del hombre, la pareja desapareció en un crack.

Slughorn no era un hombre valiente, ni le gustaba la violencia, como a muchos de sus colegas, por lo cual no sería raro que se sintiera impactado por la poderosa presencia de Tobías. Pero… ¡había que ver cuando carácter tenía ese hombre! Durante la velada le pareció una mansa paloma, sujeto a su esposa y de personalidad muy servicial, al mejor estilo de un Hufflepuff, nada difícil de controlar…. Bueno al parecer también tenía las garras de los tejones, quienes se transformaban cuando alguien tocaba lo que amaban.

― ¡Mendigo Albus! Una madre con vena asesina y un padre con ira virulenta, apuesto a que lo sabía. No, no señor. Yo no voy a dar la cara por él ―Y el pocionista, decidió que lo más sabio era llamar al director por si acaso.

Mientras Slughorn se comunicaba con Dumbledore, arriba, en la habitación de los Snape, se vivía un ambiente muy tenso. Eileen sabía que el peor defecto de Tobías era su carácter explosivo, sabía que cuando se dejaba llevar por la ira podía ser muy impulsivo pero sobre todo agresivo, ella había sufrido por ello en aquella época en donde ninguno de los dos sabía para donde iba su relación. Sin embargo no era conveniente en estos momentos dejarse avasallar por los sentimientos, ni tampoco quería que Tobías golpeara a su antiguo docente, luego de que se le pasara la rabia sabía que él lo lamentaría.

Controlar su carácter era algo que Tobías había logrado a medias, pero que sin duda cambio mucho de su destino. Dado a su infancia abusiva, Tobías tendía a estallar como una forma de huir de los problemas, peleaba, gritaba, vociferaba pero nunca hallaba soluciones a nada y ese no era la mejor forma de afrontar la vida. Con tesón, logró aplacar su ira con algunos ejercicios de meditación que había aprendido en varios cursos de control de la misma, a los que asistía de vez en cuando. Eileen a su lado le hablaba con esa voz dulce pero firme diciéndole que inspirara y expirara.

― ¿Mejor? –le preguntó la mujer.

―No ―respondió con rotundidad.

Si había algo a lo que Tobías tenía miedo era a repetir los errores de su padre. Sabía que en otras circunstancias, y si no hubiesen pasado ciertos eventos, podría haber sido así y Severus hubiese crecido en un hogar si amor en donde la violencia tanto física como emocional fuera pan de cada día. Por eso se esforzaba tanto por liberarse de esos demonios del pasado con tal de darle a su familia el mejor padre y esposo posible. Tobías no le había mentido al pocionista, Severus era su tesoro, la idea de que algo o alguien llegará a empañar su infancia era demasiado para soportar.

―Severus no es un niño débil, mi amor ―comenzó la mujer con voz firme―. Sea lo que sea que ha pasado, lo enfrentaremos como una familia, como siempre.

―Sí, lo haremos ―después de la ira siempre le quedaba la tristeza, la culpa y los malos recuerdos, Eileen lo sabía mejor que nadie.

―Severus nos tiene a los dos. Siempre estaremos para él, por eso tenemos que ser fuertes y soportar cualquier cosa por su bienestar.

―De acuerdo ―aceptó el muggle, recordando que la víctima aquí no era él, que su hijo todavía lo necesitaba.

―Y si alguien le ha hecho algo, nos mostraremos calmados y receptivos, nos aseguraremos que Severus esté bien, haremos un inventario de daños y le daremos al culpable el mismo trato multiplicado por 10 ―Tobías no pudo evitar sonreír entonces.

―Lo sé ―dijo, dejando todo salir para ser remplazado por un fiero instinto protector―. Lo siento, me dejé llevar.

―Sí, lo hiciste. Pero nada está perdido ―aseguró la mujer―. Dumbledore mandó al profesor Slughorn hasta acá porque sabía que nuestra reacción sería matar y preguntar después. Y eso que al parecer el tipo no tocó a Severus ―dijo la mujer con sus ojos brillando peligrosamente―. Pero, si te soy franca, dudo que Dumbledore se quede tan tranquilo si un estudiante ha herido a otro compañero de tal manera ―El muggle parpadeó confundido.

― ¿No lo haría? Suena como si no quisiera que exigiéramos a la familia del tal Nott por sus acciones. O por lo menos eso me ha dado a entender tu viejo profesor.

―Sí, lo sé, Slughorn es un poco lambón y cobarde pero… ―Eileen se mordió los labios insegura―. La Reflexia Tóxica es una enfermedad rara, extraña y muy conveniente, casi para creer que los Nott tratan de encubrir a su sobrino tras un diagnóstico falso, pero… no lo creo ―Tobías se mostró dudoso.

―Es una enfermedad que explicaría y exoneraría a el chico Nott ―apuntó a la cadena de hechos―. Cuya familia, supongo son Sangre Puras y se volverían peligrosos si se hace una acusación formal contra ellos.

―Exacto ―agregó la pocionista, contenta de que su marido pudiera ver los hilos―. Egerton Nott podría ser muy peligroso, especialmente para el otro chico involucrado. Lo destruiría, moral y sicológicamente con tal de salirse con la suya. Además es una mago de leyes, enfrentarlo en el estrado sería complicado, más si le agregamos todo lo que está pasando actualmente en el Mundo Mágico.

―Pero con un diagnóstico así, llevaría las de perder en un juicio ¿es una enfermedad que le marque? ¿Algo que ofenda su casta? ―la mujer asintió sonriendo―. Eso es otra cosa, si hubiesen comenzando por allí, no me hubiese enojado tanto.

Eileen sólo rió quedamente. No podía asegurarlo, pero su intuición le decía que Logan Nott se había visto maniatado por un agente externo y que Egerton no ensuciaría su apellido de esa manera cuando había otras formas de solucionar el problema. No, aquella treta había sido ejecutada para neutralizar a los Nott y dejarlos en bandeja de plata a sus enemigos.

―Aun así Eileen, no me gusta todo lo que ha pasado ―siguió Tobías―. Primero lo de la elección, luego lo de la varita, más tarde lo del duelo y ahora esto… ¿Quién fue el que dijo que Hogwarts era el lugar más seguro del Mundo Mágico?

Eileen rodó los ojos. Bien cierto era que Tobías había insistido mucho en dejar ir a Severus a Hogwarts, para dos horas después de ver partir el Expresso tener la tentación de ir a buscar a su hijo y cubrirlo en su grandes alas de mamá gallina. Había sido muy difícil para los esposos Snape poder soportar la partida de su retoño, el cual era el centro de su vida, la primera noche la pasaron en ascuas resistiendo mutuamente el deseo de regresar el tiempo y no dejarlo ir nunca, todo para recibir una carta explicando que Severus había tenido un comienzo accidentado en el Colegio de Magia.

Saber que su hijo había quedado en Gryffindor había impactado a Eileen tanto como si la hubiesen golpeado con un bate, preguntándose si el sombrero no se había equivocado o si alguien le estaba haciendo una broma. Pero rápidamente se preocupo al saber que la elección había durado 7 minutos y estaba registrada como la elección más larga en la historia del ancestral Colegio.

Allí iba la discreción y el bajo perfil de su hijo.

Pero luego de digerir la información y de una larga charla de sus amigos sobre dejar al pájaro abandonar el nido, empezaron a crear una vida sin que su hijo lo fuera todo. Cenas por allí, escapadas por allá, la pareja reavivaba su amor como dos adolescentes. Hasta que la segunda carta llegó con otro tema preocupante. No fue tan sorprende saber que la varita milenaria sería un problema para Severus, y a pesar de desear comprarle una varita normal, las recomendaciones del mismo Dumbledore parecía estar acordes. Unas clases privadas y Severus, quien ya se perfilaba como uno de los mejores estudiantes de ese año, dominaría la varita en un tres por tres.

Y luego le siguió el asunto de sus rencillas con Sirius Black, quien ¡oh sorpresa! También había quedado en Gryffindor, por lo cual Severus le había retado a un duelo mágico. Esta vez se inquietaron bastante, pero el mismísimo Director les escribió una carta, llena de mucha prosa y labia, donde minimizaba el asunto a una querella entre dos niños que eran como el agua y el aceite. La cosa no pasó a mayores y esperaban las cartas semanales de su hijo, que mandaba lo domingos generalmente, contándole alegremente como había barrido el piso con el mocoso de Walburga Black.

Y en vez de eso…

―Tienes razón, pero no volvamos a lo mismo ―Eileen presintió que su marido haría un berrinche de nuevo―, Tobías, Severus no nos lo perdonará nunca, aunque trate de disimularlo, se nota que está muy feliz de estar en Hogwarts. Mira, lo que debemos hacer es hablar con Dumbledore, le pediremos que nos lo deje ver y comprobar que está bien, exigiremos que ese tal Nott no se le vuelva acercar, amenazaremos a los Nott sénior y luego amenazaremos a Dumbledore. Es simple ―Tobías no pudo con esa lógica aplastante.

Para cuando los dos esposos bajaron se encontraron una escena de lo más particular, un cuidadoso Slughorn evitando por todos los medios que Albus Dumbledore incendiara su casa, con el loco brillo que tenían sus ojos al ver el lugar como si fuera un niño en una dulcería.

― ¡Oh Eileen, querida! Que maravilloso gusto, sobre todo los cuadros. Aunque yo elegiría un color más alegre para las paredes.

Ambos esposos parpadearon. En la sala de su casa se encontraba un alto hombre, barba larga, cabello blanco y la más horrenda túnica color amarillo verdoso que jamás hayan visto nunca. A Dumbledore, en aquella época, no sólo le gustaba ponerse túnicas de colores estrafalarios, sino que éstas cambiaban de color según las horas del día.

―No tengo ni la menor duda de eso, profesor Dumbledore ―Tobías miró a su esposa ¿Ese era Albus Dumbledore?

― ¡Oh! Perdón por mis modales mi querido muchacho. Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore, a sus servicios ―Tobías sonrió tensamente ¿le había leído la mente? El anciano le sonrió.

―Director ―reprendió Eileen en un tono que a Albus se le antojó sospechosamente parecido al de Minerva cuando lo regañaba―, mi marido y yo hemos recibido noticias alarmantes de Hogwarts y nuestro hijo. Eso nos ha inquietado bastante y nos gustaría verlo en estos mismos instantes.

―Por supuesto, me parece algo completamente aceptable ―Slughorn le mandó una mirada de horror a su superior, ¿acaso había olvidado lo que había pasado hoy? La mirada no pasó desapercibida por los atentos ojos de la pelinegra―. Pero entenderás que al ser Tobías un muggle hay que hacer ciertos arreglos.

Si hubiese podido suspirar de alivio, Horace lo hubiese hecho, pero su consuelo no duró mucho.

―Eso no es ningún problema director, yo le he dado a mi marido cierta protección natural que le permitirá entrar a Hogwarts sin necesidad de quitar los hechizos de ocultación para muggles.

― ¿Protección Natural? ―exclamó Horace aun más aterrado.

―Lo sé ―contestó Dumbledore para la estupefacción del viejo pocionista―. Pero la entrada a Hogwarts está restringida por asuntos de seguridad. Sabes mejor que nadie que la red Flu no es la mejor forma de trasporte para seres no mágicos, además de que la casa no está conectada a ella, así que nuestra mejor, y única, opción sería un trasladador.

Y como si estuviera burlándose de ellos, el viejo mago sacó un calcetín horrible de color verde pistacho. Eileen sólo le miró molesta, ahora entendía porque Minerva tenía tantas arrugas.

― ¿Una media?

―Sí, señor Snape. He convertido esta bonita media en un objeto mágico que nos permitiría trasladarnos a Hogwarts, sólo tiene que tocarla y se activará a la cuenta de tres ―Albus realmente disfrutaba del peligro, pensó Horace, y el muggle también ya que decidió ir hacía la media sin importarle las consecuencias.

Eileen no se sintió segura de esa decisión pero conocía a Albus Dumbledore como todos sus antiguos alumnos lo conocía, era un mago al que no debías tratar de entender. Si había ofrecido el trasladador como medio de trasporte, seguramente sería seguro para Tobías o ella lo ahorcaría con su barba.

Con un movimiento de su varita, la mujer convocó sobre ellos ropa mágica para la ocasión, no pretendía ir a Hogwarts vestida como una muggle y dar pie a que alguien se burlara de Severus, así que escogió su más fina y entallada túnica, junto a algunas joyas no muy vistosas. Para Tobías, había convocado la más elegante de sus túnicas, la cual le daba un aire muy respetable y usaba con soltura, tanto como para que Slughorn se sintiera sorprendido de lo camaleónico que era el hombre.

Por su lado Albus no dijo nada, pero por su mirada lamentaba que los colores no fuera más vivos. No entendía porque la juventud insistía en usar esos colores tan opacos y pasteles, y toda esa moda refinada. Al final no dijo nada y reunió a todos alrededor de la horrorosa media, contando hasta tres.

Para todos los magos presentes la sensación de enganche y el revoltijo en el remolino a gran velocidad no era nueva, para Tobías fue una de las peores experiencias de su vida. Cuando por fin sintió que sus pies volvían al piso, su vista se nubló y cayó contra una pared aparecida de la nada, entre el mareo y el golpe escuchó la voz de su esposa y una botella fue puesta en su boca, tenía un sabor horrible pero de alguna manera había evitado que devolviera su almuerzo sobre la hermosa túnica color verde botella de Eileen.

―Horace ¿podrías avisarle a Minerva que los señores Snape están aquí? Creo que los señores Lupin disfrutarían de conversar con otros padres en su misma posición.

―No hay problema Dumbledore ―el Slytherin obedeció de inmediato, al darse cuenta que habían sido trasladados a la entrada de Hogwarts, lejos del despacho del director. Como eran sus temores, Dumbledore realmente los iba a dejar ver a Severus.

―Bueno, creo que lo mejor será llevar a Tobías a la enfermería, para que descanse unos instantes. Me parece que tu protección se ve opacada por las nuevas barreras mágicas que hemos aplicado el verano pasado. Menos mal que diseñé ese Traslador yo mismo ―dijo como quien no quiere la cosa.

Eileen le miró enojada pero resignada. Si Dumbledore tenía la intención de demostrarle que su contacto con la Magia Natura no era suficiente para proteger a su marido muggle, vaya que lo había logrado.

Este hombre es irritante ¿no podía habérmelo dicho y ya?

―No… Eileen… Severus.

―El profesor Dumbledore tiene razón Tobías, te hice un chequeo general pero en la enfermería de Hogwarts te valoraran más acertadamente. Relájate Tobías, está a tan sólo unos minutos y la revisión no durará ni uno. En 20 minutos te sentirás mejor e iremos a ver a Severus.

El hombre obedeció a su esposa y se apoyó un poco en ella, los tres se dirigieron a la enfermería a paso lento, Tobías porque se sentía mareado, Eileen porque sentía nostalgia, Dumbledore porque retrasaba lo inevitable.

―Habló sobre unos tal Lupin señor ¿quiere eso decir que los otros atacados por Nott son Peter Pettigrew y Remus Lupin? ―preguntó de repente Eileen, para apartar el silencio y concentrarse en el ahora.

― ¿Cómo lo sabes? ―respondió Dumbledore después de una pausa―. ¿Severus te ha hablado de ellos en sus cartas?

―Veo que no ha cambiado mucho profesor ―contestó con bastante impertinencia la Slytherin―. Severus me habló de todos los que conoció en estos días, pero yo reconozco su interés hacia a ellos, disfrazado en "La semana pasada estudié con Lupin y Pettigrew", son parte de su grupo de estudio, eso es un gran avance.

Dumbledore rió por la forma de hablar de Eileen, había pensado que Severus era más como su padre, pero ahora estaba seguro que había sacado su personalidad sarcástica de la pocionista. Ambos padres le cayeron muy bien la verdad, habían formado una hermosa familia y era seguro que Severus tenía muy buenos ejemplos que seguir. Las posibilidades de que ese niño se convirtiera en un gran mago de la luz se multiplicaban a cada rato.

―Sí, los jóvenes Lupin y Pettigrew se vieron, lamentablemente, involucrados en el asunto, siendo Peter el más afectado ―los ojos azules del mago brillaron sombríamente, confirmándole a Eileen que Dumbledore no estaba tranquilo con la situación. Los Gryffindor podían ser tan vengativos como los Slytherin―. Pero bueno, recodarás que su familia tiene lazos con los Avery y los Crabbe, su madre es Delia Stone, creo que la recuerdas bien.

Eileen suspiró para sí misma. Ella recordaba a los Pettigrew como una de las familias de lacayos de los más importantes de los Sagrados 28, como se llamaban aquellos que se consideraban la elite de los Sangre Pura. Su propia familia estaba dentro de este círculo, conocido como los 49 Protectores, las familias Sangre Pura más jóvenes y que todavía no tenían el abolengo para estar dentro de los 28 sagrados, muchas de ellas con corrientes extranjeras.

La verdad, detrás de ese directorio hecho en la década de los 50, había más política que ideología, las grandes familias Sangre Pura se apoyaban en unas más pequeñas y quienes estaban bajo su yugo, formado coaliciones de poder. Elevándose al status de "Sagrados", se creían dioses que podían impartir castigos y beneficios, haciendo a los "Protectores", mensajeros y defensores de su doctrina narcisista, siendo estos últimos un misterio que a veces ni las propias familias conocían; como era el caso de los Potter, incluidos en el segundo círculo, quienes tan sólo era una familia activa, políticamente hablando, y no daban apoyos preferenciales según status de sangre.

Pero familias como los Pettigrew eran muy serviciales con sus antiguos amos incluso en la actualidad, y la pequeña Stone, era de esas niñas, que como Eileen, soñaba con casarse con un Sangre Pura importante, tratado que en cada fiesta, o venta de esposas, alguno pusiera sus ojos en ellas. Eileen no podía, como madre, imaginar el horror de saber que su hijo había sido tocado de alguna manera por un chico mayor y no desear descuartizar al culpable, pero lamentablemente la sicología barata del poder y la sumisión debía estar tan arraigada en los Pettigrew que dudaba que Stone reaccionara negativamente siendo que los Nott estaban involucrados. Ellos tenían mucho que perder a mano de los Sangre Pura.

―Y asumo que tomó muy mal la noticia ―Dumbledore le sonrió con suavidad al muggle. Al igual que su hijo, Tobías parecía muy rudo por fuera pero por dentro era más suave que el pan.

―Fue impactante para ella Tobías, pero sus familiares ya le indicaran que es lo mejor para el pequeño Peter. Creo que en unos días se reunirán con la curul de abogados de Egerton y llegaran a un acuerdo monetario.

― ¿Y espera que nosotros o los Lupin hagamos lo mismo? ―respondió ácidamente la mujer.

―A los Lupin no les interesa el dinero. Remus es un niño maravilloso pero ha tenido una infancia difícil, su salud es una gran preocupación para ellos, tanto para tener reservas sobre su estadía en Hogwarts. Pero creo que no quieren otra cosa que su hijo esté feliz y seguro, por lo cual no le dan mucha importancia al plano legal, siempre y cuando Logan Nott no vuelva a estar cerca de su pequeño.

Bien, pensó Eileen. No recordaba el apellido, pero asumía que no sería fácil congeniar con ellos para exigir a Egerton medidas de seguridad a su sobrino y amenazarlo bajo cuerda por cualquier evento inesperado. Lo lamentaba por el pequeño Peter, a cuyos familiares les faltaban cojones, pero ellos no tenían la intención de dejarse amilanar por Nott y sus abogados.

―Bueno, a pesar que todavía no me siento a gusto con la noticia ―siguió conversando Tobías con calma, para evitar vomitar―, creo que mientras ese joven esté muy lejos de mi hijo, o cualquier otro niño, todo irá bien.

―Yo también pienso lo mismo ―aceptó el Gryffindor―. Sobre todo por lo que ha sucedido esta mañana.

― ¿Se refiere a la crisis que ha tenido y lo ha mandado a San Mungo? ―apuntó con malicia Eileen, esperando ver algún gesto en Dumbledore que aclara el misterio de la supuesta enfermedad de Nott.

―Sí, eso también ―dijo Dumbledore, doblando a la derecha, camino a la enfermería―. Pero a lo que me refiero ocurrió unas horas después. Los estudiantes mayores de Gryffindor se enteraron sobre el incidente del joven Nott con los niños de primero, lo cual hizo que sus alarmas sonaran y algunos temores que ya se venían dando sobre el comportamiento indecoroso de Logan, se hicieran reales.

― ¿En serio? ―respondió esta vez Tobías, Eileen se imaginó lo peor―. ¿Y qué pasó?

―Tuvieron un duelo en medio del comedor y lo destruyeron por completo. Más de la mitad del alumnado resultó gravemente herido.

La simpleza con que el hombre había soltado tal afirmación encendió las alarmas paternales en ambos Snape, quienes corrieron a la puerta de la enfermería sin pensarlo. Y allí en la cama más cercana, su pequeño hijo los veía sorprendido.

END FLASH BLACK

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

Hogwarts, Despacho del Director. Viernes, 29 de octubre de 1993.

Albus Dumbledore miraba sin ninguna afectación los múltiples artículos del Profeta, los cuales hablaban de suspensión y destitución a su cargo. El mago era muy consciente de su responsabilidad en los hechos, ya que como director era su deber estar alerta y vigilante de lo que sucedía en el interior del castillo y por supuesto estaba dispuesto a pagar la pena exigida por la comunidad o el ministerio.

Pero la verdad es que nadie se atrevería a retirarlo de su cargo a pesar de la presión de los Nott y otros que se les había unido en el trayecto. Mucha gente le defendía, asegurando que era precisamente por los hechos que debía permanecer en su cargo, ya que Dumbledore era un pilar en la protección de Inglaterra quien se dividía como podía para abarcar todas sus múltiples funciones. El director, tenía uno que otro cargo en estamentos internacionales y nacionales que no le quitaban mucho tiempo, pero de 5 años para acá no se movía ni un galeón sin su consejo y hasta autorización en toda la Isla. Era conocido por todos que el actual Ministro, Dugald McPhail, solía pasar mucho tiempo en el despacho del director para pedir su consejo y dirección, lo cual evidentemente había ayudado a retrasar lo que parecía inevitable.

Por eso, una gran parte no le reprochaba que sucesos como ese escaparan de su control, pero algunos sí se atrevían a sugerir que debía dejarle el cargo de Director a alguien más para que ocupara el cargo en el que todos le necesitaban. Incluso McPhail estaba de acuerdo que Dumbledore era el indicado para ser ministro de magia, una vez su periodo terminara. Pero Albus no tenía esas pretensiones, admitía su error de priorizar los eventos externos sobre los internos, pero seguía aferrado a Hogwarts y lo que representaba: La seguridad de un futuro para la comunidad mágica.

Seguridad que estuvo a punto de tambalearse una vez los Snape vieron a su hijo en la enfermería.

START FLASH BACK

Severus tenía un increíble sexto sentido para el peligro, una especie de alarma que se activaba cuando su vida corría peligro, cuando sus enemigos estaban muy cerca de describirlo o cuando su madre aparecía de repente.

Por eso, y a pesar de sentirse realmente muy mal, se levantó de improviso en la cama que ocupaba en la enfermería de Hogwarts sorprendiendo a su compañeros. A un lado volvía a estar Black, pero no mal herido sino sentado hablando con Potter, a quien debían dejar en observación por su golpe en la cabeza. Al otro lado estaba Pettigrew con las niñas, lo habían llamado al despacho del director y una vez su madre se fue decidió ir a ver a sus compañeros.

No es necesario explicar que Peter se encontraba secretamente devastado por la reacción, o más bien poca reacción, de su progenitora y que había intentado consolarse con sus compañeros, al regresar en mucho menor tiempo que Remus, quien todavía estaba con sus padres. Todo aquello era suficiente para hacerlo sentir mal, cosa que intentó eludir contando que era posible que Logan Nott no volviera. Por primera vez Sirius decidió dejar pasar el tema y no hacer preguntas incomodas que hicieran sentir más mierda a Pettigrew. Y no lo hacía por alguna razón en especial, simplemente no quería más drama del que se vivía con las niñas revoloteando alrededor de ellos.

La enfermería había tenido que ser expandida y organizada por sectores según la gravedad de las afecciones y dolencias de los pacientes. Todos ellos se encontraban en algo así como una sala de observación mientras Poppy atendía aquellos que todavía tenían heridas considerables. Hacia el fondo estaban varios Slytherin, incluyendo a Malfoy, retirado en la cama final con Narcisa Black de enfermera personal. Diagonal y frente de ellos estaban varios estudiantes, Longbottom y Gordon entre ellos.

Estaban algo apiñados, con visitas por todos lados, enfrascados en conversaciones sobre cómo, cuándo y por qué de los eventos de última hora, cuando Severus se sentó en su cama inesperadamente.

― ¿Qué pasa Snape? ¿Tienes ganas de cagar? ―preguntó Sirius como siempre directo, dada la palidez del chico pelinegro. Severus siguió mirando la puerta y ésta terminó abriéndose bruscamente.

Para sorpresa de todos, dos personas entraron de improviso al lugar quedándose plantados en la puerta. Una mujer alta, con una fina túnica color verde botella pegada a su femenina figura, ojos negros y cabello del mismo color atado en un moño elegante, ataviada de algunas joyas sencillas pero acordes, guantes negros y botas de punta fina se presentaba junto a un hombre alto y corpulento, con el cabello negro, una barba tipo candado perfectamente cortada, el cabello perfectamente arreglado, vistiendo una túnica azul oscuro, viéndose debajo una elegante de camisa junto a un pañuelo a juego en el cuello.

― ¡Sevy-junior! ―Severus quiso morirse en el acto al escuchar el fatídico mote, olvidándose de su desconcierto inicial. Su padre, ajeno a ese sentimiento, corrió sin importarle la opinión de los demás hacía su hijo, quien palideció más de ser posible, al ser abrazado y mimado frente a sus demás compañeros por un hombre que a todas luces parecía sacado de alg´´un cuento de hadas.

Que alguien me mate ahora por favor. O que le mande un olvidate a Black.

En cambio la mujer sólo volteó agresivamente hacía la puerta, encontrando el espacio antes ocupado por un mago, completamente vacío para su exasperación. Eileen Prince, ahora, Snape, prometió hechizar a Albus Dumbledore la próxima vez que lo viera.

―Cálmate Tobías que lo estás agobiando. Apártate y déjame ver su estado ―dijo la mujer, dejando la puerta y dirigiéndose a la cama del paciente. Su marido se apartó en el acto. Una vez su varita repasó los daños sobre su hijo, chispas color rojo salieron de ella―. ¿Quién ha sido? ―dijo con su voz más peligrosa―. ¿Quién te ha lastimado así, Severus?

Tanto Peter como Mary y James supusieron que aquellas personas eran los padres de Severus. Lily quien ya los conocía sólo admiró la ternura que mostraba el corpulento adulto a su único hijo extrañado a su propio padre, por su lado, en la cabeza de Sirius sólo resonaba una cosa, la palabra Sevy-junior.

―Fue Malfoy ―contestó Alice Gordon señalando al rubio sin ninguna pena, al ver que nadie decía nada de la mera impresión. La mujer volteó hacia la fuente, para ver a su "sobrina" también en la enfermería frunciendo el ceño todavía más―. Nos atacó a él y a mí ―añadió la niña, como quien no quiere la cosa.

El taconeo de Eileen se escuchó por toda la sala, que quedó en profundo silencio al sentir que la temperatura había caído hacía el cero absoluto, una oleada de magia había golpeado las ventanas, empañetándolas como si una ventisca las azotara de la nada. Rápida y mortal la mujer se dirigió hacia el Slytherin, varita en mano sin pensarlo dos veces.

―Lucius Malfoy ―saboreó el nombre con lentitud, cuando estuvo frente al muchacho―. Nos volvemos a encontrar ―le miró agudamente, notando sus heridas―. Y en ambas te veo vomitando babosas.

La fría magia que irradiaba la mujer tenía quietos a los otros Slytherin, quienes, demostrando los valores de su casa, decidieron no intervenir pues valoraban sus vidas. Además la mujer estaba confirmando los rumores que todos conocían, y en secreto disfrutaban de que fuera verdad.

―Disculpe señora, pero… ―comenzó Narcisa, cuya cabeza enamorada parecía haberla hecho olvidar su instinto de supervivencia. Su tono era orgulloso, tratando de imitar a su madre y fallado miserablemente, pero no pensaba dejar que una traidora de sangre insultara a su futuro marido.

―Mi nombre es Eileen Snape y no me hables si no te doy permiso ―la respuesta fue como una cachetada en la cara, los ojos de Eileen brillaron peligrosamente, dándole a Narcisa una muestra de la "mirada", aquello le hizo replantear su ataque―. No me gusta la gente sin modales, así que cuida tu tono mocosa ―la mujer volvió al adolescente como si Narcisa no mereciera más de un segundo de su atención―. Creo que no fui lo bastante clara cuando tú y tu padre se encontraron con nosotros en el callejón Diagon y tuvo la pésima idea de hacerse el gracioso. Quizás empotrarlo contra un muro no fue suficiente para que tus pocas neuronas lograran asimilar el mensaje.

El rubio boqueó indignado. Lo menos que quería era que esa mujer viniera a Hogwarts a corroborar lo sucedido en el Callejón.

―No sé de qué está… ―los labios de Malfoy dejaron de emitir sonido con un movimiento de la varita de Eileen, cuyo rostro mostraba su lado más perverso.

― ¿No me has escuchado? No me gusta la gente sin modales ―Eileen escupió palabra por palabra con virulenta ira.

Malfoy empezó a sudar frío, una punzada recorrió sus piernas de nuevo y el muchacho reconoció el hechizo enseguida. Si bien no era un Crucio, era lo suficientemente doloroso para que algunos padres Sangre Pura lo usaran cuando querían castigar a sus hijos sin dañar su cuerpo pero si su mente. Eran años de temor infundados con ese tipo de castigo.

―No voy a permitir, ni tolerar bajo ningún pretexto que alguien lastime a un miembro de mi familia ―la voz era sedante, pero el dolor aumentaba. Los Slytherin a un lado palidecieron aterrados. Severus se inquieto al reconocer el movimiento de la varita de su madre y Sirius Black no pudo apartar la mirada de la mujer―. Si alguien hace algo como eso, no voy a dudar en tomar cartas en el asunto y usted no quiere verme tomar cartas en el asunto ¿no es así, señor Malfoy? ―la punzada de dolor casi hace a Lucius morderse el labio, pero con dignidad logró hacer un gesto de negación sin abrir la boca―. Así que le recomiendo señor Malfoy, estar lejos de mi hijo en lo que resta de Hogwarts y concentrarse en lo importante, que es terminar la escuela, casarse con alguna rubia tonta y tener la descendencia que perpetué su Sangre ¿me entiende usted señor Malfoy? ―el cuerpo le ardía, especialmente en sus partes más sensibles, sentía como si alguien estuviera torciendo sus miembros hasta arrancarle la piel―. HE PREGUNTADO SI ME ENTIENDE ―gritó al final para que el muchacho le contestara verbalmente.

― ¡SÍ! Sí, señora ―la mujer dejó de torturarlo con su varita unos segundos después y dirigió su iracunda mirada a los demás Slytherin, quienes parecían querer trepar el techo con tal de estar lejos de esa mujer.

―La recomendación va para todos ―dijo con voz suave, su varita reposando tranquila a su lado pero lista para todo―. Pero sé que ustedes, quienes ahora representan los colores de mi antigua casa, me harán sentir muy orgullosa al ser más… precavidos que los demás.

Con eso la mujer movió su varita suavemente, haciendo que una bruma cálida envolviera la enfermería. Un segundo después, Madame Pomfrey llegaba preocupada por los gritos que había escuchado en la otra sala.

―Pomfrey, que pena, ¿te he distraído de tus labores? ―dijo la extraña a la enfermera en un tono de voz amable casi en el acto, dejando estupefacto a aquellos que la había escuchado susurrar con una voz venenosa.

―Ah… pues…―sus ojos se dirigieron a los Slytherin, todos pálidos y cabizbajos.

―Lo siento, saludaba a los hijos de mis viejos amigos ―la mujer los miró y ellos asintieron rápidamente―, mientras esperaba que aparecieras. Tobías, mi esposo, ha tenido un percance cuando veníamos hasta acá a ver a Severus.

― ¿Dumbledore te avisó? ―olvidando momentáneamente el asunto, Madame Pomfrey no pudo evitar preguntar con un tono sorprendido.

―A su manera ―respondió con un gesto despectivo la joven madre, mientras ambas mujeres se dirigían hacía la cama de Severus, los chicos Slytherin olvidados por completo.

―Me lo imagino ¿pero qué tenemos aquí? ¡Oh Eileen! ―la matrona enseguida se fue encima del hombre mayor, haciendo que se sentara en la cama donde Pettigrew y las niñas estaban charlando ―Un muggle en Hogwarts. Sin ánimos de ofender señor Snape, pero eso es muy peligroso.

―No hay problema señora Pomfrey, cada día me acostumbro más a este tipo de viajes, pero me gustaría saber sobre Severus.

No había nada más sorprendente que ver un muggle en medio del más emblemático entorno mágico de toda Inglaterra. Incluso para un squib, era muy complejo entrar a Hogwarts así como así por lo cual todo el mundo estiró la cabeza para ver mejor al hombre. Eileen rodó los ojos por eso y dejó a la enfermera hacer su trabajo, mientras se dirigía a la cabecera de la cama de Severus para tranquilizarlo y darle un dulce beso en la coronilla, probablemente de la pena, al ser mimado por su progenitor frente a sus amigos, había olvidado el detalle que su padre era un muggle y que no debería poder entrar allí con facilidad.

―Bueno, bueno, pero ¿qué tenemos aquí? ―la bruja le dio una mirada a la Slytherin luego de revisar a Tobías por heridas internas― ¿Magia Natura? Ya decía yo que todas las protecciones de Severus venían de eso.

Los Slytherin presentes, que apenas recuperaban el aliento, se estremecieron. Anteriormente Prince, una bruja poderosa y letal y ahora una practicante de Magia Natura ¿qué tipo de mujer era Eileen Snape?

―Yo haría cualquier cosa por protegerlos. Ambos son mis dos amores, enloquecería si les pasara algo ―dijo la mujer entre risas pero quienes la habían visto amenazar descaradamente a Malfoy, entendieron lo que había debajo de sus palabras. La mujer enloquecería, pero primero torturaría, mutilaría y mataría a los culpables.

―Éste no es el caso ¿le diste una poción para el mareo? ¿Hecha por ti? ―la pocionista asintió―. Recuerdo que eras la mejor de la clase ¿todavía eres capaz de hacer la poción de muertos en vida con los ojos cerrados? ―. Bien, además era una pocionista de miedo. Los chicos de Slytherin tuvieron ganas de reír histéricamente.

―Lo siento por insistir pero… ―Tobías se tomó un vial que la enfermera le dio sin rechistar, con sus ojos centrados en su pequeño.

―Severus también está bien ―contestó la enfermera mientras se movía revisando al tosco hombre de nuevo―. Se partió unas costillas pero ya las he reparado, lo malo es que el sobreesfuerzo mágico que ha tenido últimamente ha mellado un poco su estado de salud y afectado algo su corazón, pero nada que unas pociones y DESCANSO, no pueda curar. Estoy segura que si ustedes le insisten en eso, yo no tendré dolores de cabeza ni más visitas constantes.

Tobías no se sintió aliviado con ese diagnóstico, le mandó una mirada de reproche a su esposa, quien le sonrió tensamente. Sus ojos inmediatamente se posaron en el chico rubio que era culpable, esta vez, del estado de su hijo, preguntándose si debía decirle algo. Pero recordado las recomendaciones anteriores de Eileen, de tomar las cosas con calma, ser fuertes para Severus y luego vengarse con 10 veces más saña, cerró los ojos calmándose y desechando la idea. Entonces por fin pudo reparar en los demás. Allá a los lejos vio a Alice quien le sonrió de forma un tanto peligrosa, supuso entonces que el tal hechizo de las babosas había sido cosa suya, seguro de que Lacie y Douglas estarían orgullosos de eso. Por otra parte reconoció a la pequeña Evans, cuya madre se había vuelto algo así como su apadrinada.

― ¿Cómo estás Lily? No te había visto ―la pelirroja se sonrojó, cuando todas las miradas se concentraron en ella, sorprendidos porque el padre de Severus la conociera―. Que días me encontré con tu madre, ha logrado un trabajo importante con un conocido mío, parece que está más tranquila con tu venida a Hogwarts.

―Sí, ella me lo contó en una carta ―Severus frunció el ceño, dejando atrás las preocupaciones por la presencia de sus sobreprotectores padres. Él no sabía nada de eso ¿Por qué Lily o su padre no se lo había comentado?―. Me dijo que el señor Sloan ha sido muy amable con ella.

¡Ah por eso! ¡Su padre estaba loco! Seguramente había intentado ayudar a la señora Pool, quien, ahora divorciada, debía tener muchas obligaciones. Menuda manera de congeniar con ella, la mujer de seguro se sentía en deuda. Eso sin contar que la había dejado en las garras del gigoló más terrible que había conocido, después de Sirius Black.

―Lo sé, me he asegurado de eso ―contesto su padre, con una sonrisa que significaba que había amenazado a Sloan sobre las consecuencias de meterse con la señora Pool― ¿Y asumo que ella es McDonald? ―cambió el tema mirando a la chica de las coletas, mientras Poppy buscaba una poción― Realmente te pareces a Joane, un poco más alta.

―Papá ―susurró Severus con advertencia. Cuando su padre intentaba distraer su mente saltaba a su modo social y metiche, pero Severus, cuya imagen ya había caído al abismo con ellos allí, no necesitaba que los mocosos creyeran que hablaba de ellos en sus cartas.

Pero aquel susurro despertó por fin al dúo de idiotas de su ensoñación. Sirius quien todavía miraba a Eileen Snape con evidente recelo y James quien todavía no podía creer que la mujer hubiese barrido el piso con el estreñido de Malfoy.

―Sí, ella es McDonald ―metió la cuchara James―. Yo soy James Potter, este es Sirius Black y el gordito de allá es Peter Pettigrew.

Los ojos de los Snape viraron en diferentes direcciones, los de Tobías fueron a parar a la pequeña figura de Peter, quien se sentía un poco intimidado por las acciones de la señora Snape y la apariencia gruñona del señor Snape, mientras que los de Eileen terminaron en Sirius, quien todavía estaba pálido por lo ocurrido.

―Supongo que Walburga debió sentirse un tanto sorprendida porque terminaras en Gryffindor ¿no? ―Comentó Eileen no queriendo volver a temas espinosos. Sirius, en cambio, parpadeó confundido, no conocía mucha gente que llamara a su madre por su nombre.

― ¿Estudió con mi madre?

―No, para nada. Esa vieja escoba es mucho mayor que yo. Pero nos vimos en algunas fiestas, dudo mucho que se acuerde de mí, pero yo sí me acuerdo de ella ―la forma en que lo dijo sonó un tanto agresiva y rencorosa.

Eileen como muchas niñas de su época, habían asistidos a innumerables fiestas que se apodaban bajo de cuerda de "venta de esposas". Las veladas eran a diferentes horas y con diferentes motivos, pero siempre las mujeres se colocaban a un lado formado un círculo de prospectos, mientras que los hombres charlaban del otro lado, haciendo los tratos adecuados, según los interesados. Y en el círculo de las chicas, siempre había una reina y un conjunto de cortesanas. La reina de su época fue Walburga Black, la sobria pero encopetada Black tenía varios años más que ella y ya era toda una mujer bellísima cuando Eileen apenas era una niña. Deseada por mucho odiada por otros, su reina era más un tirana monstruosa que disfrutaba de escoger un bufón en cada fiesta para atormentar y humillar.

Y Eileen lo fue en uno de ellos.

Molestada cruelmente por su nulo sentido de la moda, a pesar de ser una niña, Eileen fue vapuleada con saña por Walburga y sus compinches, fue tan horrorosa la experiencia que cualquier mínima autoestima que tuviese fue destruida inmediatamente. Por supuesto su madre no quiso darle la importancia que tenía y la obligó a ir a otra fiesta para ganarse el favor de Walburga Black y otros personajes importantes. Aquella vez Eileen había puesto todo de su parte, incluso su padre le había comprado un traje a la moda, joyas de último momento, hasta recibió clases de baile y etiqueta.

Entonces cuando se presentó segura de agradarle esta vez a la Reina de la fiesta, la muy desgraciada la ignoró sin poder siquiera recordar su nombre.

Desde ese momento Eileen se volvió invisible. Soportó en cada fiesta que la mayoría de gente la ignorara, pensando que le desagradaba a la tirana de los Sangre Pura y como nadie quería estar indispuesto con ella nadie le hablaba. ¿Acaso era todo por envidia, celos, alguna cosa que ella había dicho o hecho? No, ella era muy insignificante incluso para que la Sangre Pura la odiara. Eileen nunca pudo superarlo, como muchas otras antes que ella, entrar en el punto ciego de la poderosa Black era lo mismo que estar condenado al anonimato, y lo peor es que habría dado todo por agradarle, por entender porque la miraba como si fuera aire en una habitación vacía.

―No mucha gente suele llamarla por su nombre ―contestó medidamente el aristócrata, con ese mismo orgullo petulante que Eileen conocía muy bien.

―Lo sé. Pero no podría llamarla como todo el mundo lo hace enfrente de unos niños, menos su propio hijo.

El apunte fue tan contundente que ahora Severus susurró un "mamá" azorado. Vale que él y Black tuvieran una pésima relación pero él prefería dejar las a madres fuera de sus contiendas, joder ahora tendría que disculparse con el idiota, no podía negar que estaba de acuerdo con el concepto que su madre tenía de la señora Black, pero seguía siendo la madre del idiota.

―Creo que el señor Snape, ya se encuentra mucho mejor ¿Albus los trajo para algo más que ver a Severus? ―intercedió Pomfrey rápidamente para dejar el tema atrás, cuando Tobías se tomó la última poción.

―Nos dijo algo sobre los Lupin ―respondió Tobías de inmediato―. El profesor Slughorn fue a avisarles que estábamos aquí, tal vez espera que nos encontremos en su despacho, pero desapareció antes de llegar a la enfermería.

―Típico del Director. Iré a hablarle para saber si deben ir a su despacho, los dejo un rato con Severus y los niños. Eileen… ―miró la mujer a la pocionista.

―No te preocupes querida, no moveré ninguna de tus pociones ―la enfermera suspiró resignada. Ella había estudiado con Eileen y aunque no se conocían de nada, las últimas visitas de Severus a la enfermería, que terminaban en intercambios de cartas, y las historias de Minerva le daban una buena imagen del tipo de Slytherin que era.

La sala quedó en silencio mientras la mujer se dirigía a su despacho, Sirius no se sentía seguro de que decir, aunque miles de preguntas se agolpaban en su cabeza, por otro lado Lily y James no sabían si podían iniciar una conversación, tal vez los señores Snape querían concentrarse en Severus. Mary en cambio deseaba hablar, especialmente después de escuchar el apellido Sloan, pero decidió que lo mejor era quedarse callada.

Por otro lado Peter sentía que lo mejor era desaparecer, hundirse en las paredes y no volver a mostrar su cara nunca más. Si su madre había sido convocada por lo de Nott, y por la mirada que le había dado el señor Snape, era seguro que ellos y los Lupin estuvieran en Hogwarts por lo mismo y ahora supieran su vergonzoso secreto. Y no sólo eso, sino que los padres de ambos niños había reaccionado de una forma muy diferente de la que lo haría su familia, haciéndolo sentir más indeseado y minúsculo.

―Bueno, no creo que Sevy… digo Severus ―se corrigió el señor Snape―, deba hablar mucho y a mí me gustaría saber un poco de todos ustedes. He escuchado que ha sido un comienzo de año algo accidentado ―trató de iniciar una conversación, mientras su esposa acariciaba la cabeza de su retoño, quien realmente necesitaba descansar.

―Ha sido una cosa sobre la otra ―le siguió la cuerda McDonald―. Aunque lo de hoy fue bastante intenso.

― ¿Ustedes resultaron heridos? ―preguntó Tobías, mirando a los niños que tenía cerca pero no mostraban ninguna venda.

―Nosotras ya habíamos salido del comedor cuando todo comenzó ―respondió Lily.

―Severus nos protegió a mí y a Lupin ―reconoció a su vez Peter, con ese tono entre lambón y lastimero que Severus le había conocido en su otra vida.

―Sí, Snape los arrastró para esconderse debajo de las mesas ―dijo Sirius suavemente.

―Era la mejor decisión ―para un cobarde, Sirius gritó en su mente―. Los Slytherin aprendemos desde primer año la formación de ataque de emergencia, y hacemos simulacros constantemente. Los ataques son divididos por frentes y buscan siempre a los blancos más emblemáticos, la mejor forma de ayudar, si eres uno de esos blancos, es moverte en la periferia y atacar la retaguardia. Sin vencerlos a ellos, la avanzada y el equipo de penetración te harán polvo.

Los Gryffindor presentes miraron a la única Slytherin presente en aquel pozo de leones, casi sin poder creer lo que decía.

―Bueno, espero que no tengan que verse involucrados en un asunto así de nuevo ―decidió decir Tobías. En serio ¿Hogwarts era el lugar más seguro del mundo mágico? No quería imaginar cómo sería un lugar peligroso.

―Lo dudo, más con… ―Sirius no siguió pero señaló hacia el fondo. El Sangre Pura dudaba que Lucius y su grupo obedeciera a la mujer. Quizás la amenaza los espantara unos días pero…

―Pero tú no tienes por qué preocuparte por eso ―dijo Eileen con una sonrisa considerada―. ¿Por qué crees que ningún miembro de los cazadores te atacó? Me refiero al grupo dentro de Slytherin que ataca los blancos elegidos ―la mujer le acarició la cabeza como un perro―. Tú eres un Black, aunque estés en Gryffindor, ellos saben que no pueden tocarte sin permiso, y no me refiero a que no puedan molestarte y hacerte alguna broma pesada pero... este ataque tenía como objetivo causar el mayor daño posible. De todas formas si se meten contigo se meterán con tu familia y entre los Slytherin, sabemos bien con quien no debemos meternos.

Sirius resistió el impulso de quitar la mano de la mujer de su cabeza, como muestra de que su cabezonería no lo dominaba por completo. Al parecer el fastidio que le tenía el hijo también se reflejaba en la madre, en esa forma de ser tan… tan… Slytherin… tan Black.

―Eso no me importa en lo absoluto ―contestó entre dientes.

―A Black no le gusta que lo comparen con su familia mamá ―apuntó Severus, un poco adormilado.

― ¿En serio? ―la mujer miró de nuevo al aristócrata―. Pues entonces empieza a comportarte diferente a ellos.

―YO NO… ―una mirada y Sirius recordó que a la mujer no le gustaba la gente sin modales, y aunque eso no lo acobardaba no quería darle la satisfacción de compararlo con su prima Narcisa―. Yo… no me comporto como ellos ―dijo tratando de mantener su voz indiferente.

―Mamá, ni lo intentes―volvió a intervenir Severus―. Black es un idiota.

―Lo sé.

La vena en la frente de Sirius amenazaba con explotar, ya era muy difícil soportar a uno pero con esos dos juntos todo su instinto asesino salía a flote sin poder evitarlo.

―Eileen, Severus ―medió el padre de familia―. Están siendo groseros con él. Lo que mi esposa quiere decirte ―se dirigió a Sirius―, es que debes evitar ser tan prepotente, orgulloso, petulante, arrogante, altivo, de mente cerrada…

―No estás ayudando amor.

―Sí lo estoy haciendo. Soy un muggle, no conozco a los Black, pero en mi trabajo me relaciono con gente que se cree nacidos del culo de Dios o algo así, y tú irradias la misma aura.

Corrijo. No soporto a los tres.

―No tiene sentido que se lo diga señor Snape ―dijo McDonald con una sonrisita, sin saber que estaba jugando con fuego―. Debió verlo después de que finalizó el duelo y Severus estaba todo herido…

― ¿Qué?

― ¿Herido?

―Black y yo hemos resuelto todas nuestras diferencias, mamá, papá ―intervino Severus, con los ojos cerrados por el cansancio, pero seguro que sus padres estaban viendo a Black como un Halcón mira a su presa―. Hemos dejado todo eso atrás y comenzado de nuevo.

― ¿De verdad, cuándo? ―bromeó James impertinentemente, recibiendo la mirada de Halcón de los Snape―. ¡Oh! Sí, lo hicimos, todos, está mañana. Ahora somos todos… amigos.

― ¿En serio? ―Mary mostró más bolas que James al ser receptora de la mirada de los Snape―. En el almuerzo casi ni hablaron, se miraban mal y era completamente igual a como era antes del duelo, pero con más tensión ¿cierto Lily?

La pequeña risita de Peter los sacó de ese momento incomodo, justo cuando la mirada de los Snape azuzaba a la pelirroja de confirmar o negar lo dicho por la castaña. El gordito había visto los ojos de ambos padres viajar por todos sus compañeros con tal sincronización, que era imposible no reírse. Por supuesto cuando los ojos se posaron en él, tragó incomodo por ser el nuevo centro de atención.

―Está bien ―dijo Severus en un tono suave que no pasó desapercibido por Eileen―. Black y Potter forman su propio grupo, son muy ruidosos para Pettigrew y para mí, que preferimos la calma, Lupin es muy tolerante y se amolda a nosotros cuando puede, pero es un buen tipo.

Los ruidos sonaban muy lejos para Severus a pesar de tener los ojos cerrados, le habían aplicado un fuerte calmante para todas las dolencias del cuerpo y eso le hacía sentir entre dormido y despierto. Mientras hablaba patosamente, por la droga, escuchó el sonido de una puerta abriéndose pero no le prestó mucha atención. Cuando el nombre del hombre lobo salió de sus labios, tres personas más entraban a la enfermería, todas ellas muy interesadas, de repente, por escuchar lo que tenía que decir. Los magos solían decir que sólo los niños, los borrachos, los afectados por veritaserum o pociones calmantes tendían a decir la verdad.

Eileen decidió arropar a su hijo y acariciar su cabeza para inducir el sueño contra el que luchaba, quizás por su presencia allí, quizás porque quería saber a que habían venido. Pero la pocionista sabía que Severus necesitaba descanso y ellos necesitaban hacer muchas vueltas en Hogwarts, además, una despedida sentimental sería más incomoda todavía, más que su dramática entrada.

Los Lupin decidieron bajar cuando el profesor de pociones informó a Minerva que los Snape estaban en el castillo. Luego de imaginarse la treta de Dumbledore, Minerva les pidió esperar un tiempo prudente a que Pomfrey se comunicara con ellos y les dijera que la enfermería seguía siendo un lugar seguro. Sólo Remus pudo imaginarse que significaba aquello. Luego de unos minutos, la enfermera se comunicó con la docente y ellos decidieron ir hacía allá con su hijo, para no incomodar a los señores Snape quienes debían tener tantas ganas como ellos de estar con su pequeño.

No había sido un viaje largo, ambos recordaban Hogwarts de sus años de estudios, pero sí fue una sorpresa entrar al lugar y escuchar alguien hablando de su hijo. Para Lyall fue un momento muy extraño, desde que Remus había sido mordido, ellos fueron de lugar en lugar, tratando de darle lo mejor a su hijo pero al mismo tiempo teniendo miedo a que la gente supiera la verdad y lo discriminara, incluso lo lastimara. Había sido muy duro dejarlo partir, cada vez que recibían una lechuza o veían el Profeta esperaban malas noticias, pero saber que Remus, a pesar de todo, tenía compañeros con los cuales jugar, divertirse, hablar como cualquier niño normal debía ser el mayor regalo que pudieran pedir.

―Lo siento ¿Está bien? ―preguntó Lyall, al ver al muchacho pelinegro tan pálido.

―Sí, lo está. Un poco cansando ―respondió Tobías levantándose pero volviéndose a sentar―. Y yo, todavía estoy mareado ―los Lupin parpadearon extrañados.

―Ustedes deben ser los Lupin ―intervino Eileen mirándolos por primera vez después de darle un beso a su hijo. El hombre no se le hacía familiar, seguramente, por su apariencia, había estudiado varios años antes que ella, mientras que la chica le resultó familiar. Muy familiar ― ¿Howell?

La madre de Lupin tampoco había reaccionado al apellido Snape, probablemente extranjero, y en las cartas su hijo era un poco parco al describir a sus compañeros, así que no podía ni imaginar quien era la madre del niño que estaba dando que hablar en muchos círculos. Pero tan sólo le bastaron unos segundo para reconocer a la mujer que tenía en frente.

― ¿Eileen? ¿Eileen Prince? ¡Por Morgana, estás viva!

Eileen y Hope estudiaron en Hogwarts en la misma época, siendo la última nacida muggle y estudiante de Ravenclaw. Aplicada, y además bella, era el centro de atención de la casa de los cuervos, además su actitud alegre, jovial pero sobretodo servicial la hacían alguien muy vistosa para el sexo masculino, hasta para los más recatados Sangre Pura. Por eso era considerada por muchas de las compañeras Slytherin de Eileen un blanco de burlas, bromas y chismes horribles llegando hasta atentar con su vida, debido a que tenía ataques de pánico severos que era gatillados por aquello que le producía temor, siendo el Boggart una criatura peligrosa para su salud.

Eileen no había hablado con Hope hasta tercer año en donde coincidieron en el club de Gobstone, pero allí sólo mantuvieron una relación cordial dada a las costumbres de la familia Prince. Sin embargo ambas eran buenas jugadoras y se mantuvieron activas en el Club logrando crear lo que uno llamaría una amistad torpe pero sincera, que era un secreto que Eileen negaba con fuerza. Lamentablemente, mientras Eileen crecía volviéndose una chica más oscura y, en su persecución, fea, por culpa de sus miedos, baja autoestima y su familia, Hope se volvía más bella y popular, haciendo que esos detalles mellaran su amistad.

En su último año la rivalidad llegó a un punto sin retorno para Eileen, quien era la más adecuada para el puesto de capitana pero aun así los otros miembros del Club prefería a Hope por su apariencia y popularidad, y aunque la bella Ravenclaw nunca negó que Eileen era mejor que ella en el juego y las más adecuada para la capitanía, muchas chicas de Slytherin usaron eso para molestar a la castaña, envenenado y usando a Eileen en el proceso.

A Hope no le importaba la opinión de la gente sobre ella, sobre todo cuando sabía que todo venía de la envidia que le tenían, pero ver como Eileen se alejaba de ella, enredándose con gente de mala calaña le dolió mucho, más cuando una de ellas logró enterarse que la castaña y la pelinegra de verdad habían sido amigas. En una ingeniosa treta, hicieron que Hope fuera hacia la vieja casa cerca de Hogsmeade al falsificar una carta con la letra de la Slytherin, a sabiendas que en esa casa había una infestación de Boggarts. Si no fuera por Lyall, quien es un experto en espíritus mágicos como los Boggart y había sido llamado para controlar la situación, Hope no hubiese salido viva de allí. A pesar de que Eileen no tuvo nada que ver con el incidente, Hope sólo le había contado a ella y otra amiga sobre su problema con los Boggart, por lo que la consideró culpable y decidió no volver a hablar con ella jamás.

Una vez graduada, Hope y Lyall se hicieron más cercanos gracias a la terrible experiencia, tanto que terminaron enamorándose, con esto la chica olvidó el rencor por el incidente que le permitió conocer al amor de su vida y se interesó por la vida de su antigua amiga, sorprendiéndose con los rumores que corrían. Entonces un día todo cambió, la estudiante de Runas antiguas y futura señora Lupin, escuchó por accidente a Brutus Doyle y Dorian Gamp hablar de algo que la dejó helada hasta los huesos. La chica los encontró en el polvoriento archivador del Ministerio, una habitación mediana llena de estantes y libros viejos tan apiñados que apenas había espacio para varias personas, ella estaba allí en la parte más profunda y oculta entre tanto papel, por motivos académicos, cuando los hombres, seguros de que nadie estaba por allí, llegaron hablando sobre el descalabro que había hecho Eileen al embarazarse y casarse con un muggle.

Los dos hombres también hablaron sobre como todo había comenzado al planear burlarse de ella, Doyle jugando con sus sentimientos, y Pamela Selwyn, la líder de la pandilla de chicas Slytherin que casi la mata, al hacerla acostarse con un muggle en un bar. En medio de la conversación salió a relucir que habían tapado todo en la inutilidad de la Prince, hasta su amistad secreta, que según Pamela nunca quiso traicionar y había tenido que echar mano de las Ravenclaw que odiaban a Hope en secreto. Todo fue contando con tal de echarle tierra y que Agnus Prince no los señalara como los culpables del desprestigio que estaba viviendo la familia. Pero eso no fue lo peor, lo peor es que con toda frialdad, Gamp le había asegurado a Doyle que pronto se desharían de ese problema para siempre.

Aquella situación hizo que Hope sintiera pena por haber abandonado a Eileen sin siquiera darle el beneficio de la duda, pensando que ella había participado en aquella trampa mortal, a pesar de su carácter odioso y su baja autoestima, ella admiraba a Eileen como bruja y como compañera y no se merecía que su familia le diera la espalda de esa manera. Siendo consciente que su amistad estaba demasiado dañada, decidió avisar por una carta a su vieja amiga del peligro que corría y que lo mejor era salir de Londres. Pero para su desgracia el aviso llegó demasiado tarde y luego escuchó el rumor que había muerto en un accidente de boca de sus propios padres.

― ¡Estás viva! ―no pudo evitar llorar Hope― ¡Oh Eileen! Había escuchado… ―La pelinegra abrazó a la castaña, que como ella recordaba era muy sentimental y no quería que sus chillidos despertaran a Severus.

―Por supuesto que estoy viva, mujer cálmate o convoco una cubeta de agua helada ―para su desgracia Hope sólo se rió ¿Acaso creía que su amenaza era en vano?

―No has cambiado nada, sigues siendo tan amable como siempre ―lloriqueó la adulta para sorpresa de su marido y su hijo, quienes no consideraban la amenaza como amabilidad.

― ¿Acaso es una amiga tuya Eileen? ―preguntó Tobías, sin poder recordar a la mujer. Tal vez era una conocida por su trabajo secreto.

―Algo así ―contestó cabeceando, con la mujer todavía llorando sobre ella―. Ambas pertenecimos al club de Gobstone.

― ¿Gobstone? ―no pudo evitar apuntar Sirius, el cual considera a ese deporte uno de los más aburridos del mundo.

―Eileen era la mejor ―dijo de repente Hope―. Todavía recuerdo cuando barriste el piso con esa chica de Beauxbatons ―y luego se volvió echar a llorar.

―Sí, por supuesto ―la calmó Eileen desconcertada de su actitud―. Hope ¿realmente pensaste que estaba muerta?

― ¿Cómo no iba pensarlo? ―contestó la mujer―. Escuché a tu primo hablar de "solucionar el problema para siempre", te mande un carta ¿te llegó cierto? No puse firma pero la hice como acostumbrábamos, pero luego vi a tus padres decirle a todo el mundo que habías muerto en un accidente, me sentí tan mal entonces.

El silencio en la sala demostraba cuan pendiente estaban los presentes en el reencuentro de las dos brujas. Era increíble que las madres de Lupin y Snape fueran amigas, pero lo era más que una de ellas estuviera segura de la muerte de Eileen. Para los Snape fue como abrir la caja de recuerdos dolorosos que no querían abrir de nuevo, especialmente al comprobar que era posible que los Prince tuvieran que ver con su accidente.

―Sí, me llegó, pero… es una larga historia Hope, lo siento porque pensaras eso, hablaremos otro día quieres… ¡Ahora cálmate! ―decidió cortar por lo sano la Slytherin, no tenía ganas de hablar de eso justo en la enfermería.

Hope siguió el consejo al darse cuenta que había más gente en el lugar, especialmente aquella esquina llena de serpientes. No sabía que significaba todo eso, pero si Eileen estaba allí, entonces ella era la madre de Severus Snape, una mujer marcada con el estigma de haberse casado con un muggle. Aquel momento no era adecuado para aclarar las cosas, pero le alegraba tanto verla con vida y mucho mejor que la última vez que se vieron.

―Tie-tienes razón, perdóname, pe-peroro es-estaba segura que habías muerto Eileen. Y-y me sentí mu-muy mal por lo que pasó en séptimo con la ton-tonta de Selwyn ―hipeó un poco―, y lu-luego escucho a Doyle hablan-blando de eso, fui muy dura con-contigo.

― ¿Dura? Que yo recuerde fui yo la que fui dura contigo. No te culpo porque te aburrieras de eso, era una mocosa muy patética en aquella época ―reconoció Eileen sin avergonzarse. Era la verdad. Hope abrió la boca y volvió a cerrarla. Eileen no sabía nada.

―Hablaremos sobre eso en otro momento ―respondió sin tartamudear y conteniendo el llanto, extrañando a Eileen―, ¡Pero mírate! ¡Estás hermosa! Ahora eres la señora Snape ¿verdad? Lyall deja que te presente ―siguió con algunas lágrimas en los ojos.

En otra época Eileen habría considerado el cumplido un insulto. Bien que era una mujer bonita, bien arreglada y elegante, pero no se podía comparar con Hope, quien de seguro podría ser una modelo de primera categoría. Aun así lo acepto como tal, ya que Hope tenía ese don de ver la belleza que incluso la gente que no ve en sí misma.

―Sí, tienes razón, ese que ves allí es mi esposo, Tobías Snape. Es muggle y el viaje no le ha sentado bien. El pequeño en la cama es mi hijo Severus ¿qué vamos a hacer con nuestro hijos? He escuchado quejas de Madame Pomfrey sobre su mala costumbre de visitarla demasiado ―Los padres de Lupin sonrieron tensamente. Dudaban que Remus, así se comportara bien, dejara de visitar la enfermería constantemente.

―Es un gusto conocerla señora Snape ―dijo Lyall, después de las presentaciones―. Hope me habló de usted una vez con mucho cariño y tristeza, me alegra saber que se encuentra bien y que es la madre de uno de los amigos de mi hijo. ¡Qué pequeño es el mundo!

Diminuto.

Hubiese pensado Severus de estar despierto. Y se habría dado cuenta de que algo no cuadraba en esa historia, no para al anterior Severus Snape.

END FLASH BLACK

Mandar a los Lupin había sido una jugada maestra de Dumbledore, quien recordaba haber visto a Hope y a Eileen platicar con más cercanía que el de unas "conocidas". Él, al igual que muchos, también había escuchado que Eileen Prince estaba muerta, y aunque no sabía todos los detalles de la historia, estaba muy ocupado para darle demasiada atención a los rumores. Pocas familias Sangre Pura eliminaban a los desterrados sin importar la humillación, preferían hacer de cuenta que estaban muertos y ya que el cuerpo de Aurores no se había pronunciado, asumía que simplemente era un farol de los Prince.

Pero sacó varias conclusiones al hablar con Hope cuando cuadraban todo lo referente sobre Remus, una de ellas que la muchacha creía con firmeza que Eileen realmente estaba muerta. Sin saber cómo proceder lo dejó en el tintero, asumiendo que en algún momento llegarían a encontrarse, si el destino lo quería así. Y bueno, como habían resultado las cosas, supo que era una buena oportunidad para que se reencontraran y la Slytherin olvidara momentáneamente su enfado con él.

Tal y como lo planeó, ambos pares de padres llegaron a su despacho más animados que indispuesto con él, por lo tanto no demoró en tratar el tema que tenía entre manos, informándoles que las tres familias se reunirían por separado con Egerton y su curul de abogados, volviéndole a recomendar prudencia y mesura en la forma en cómo se moverían de hoy en adelante.

Los Lupin, como menos conocidos que los Pettigrew y una familia mestiza, fueron recibidos con más frialdad. Ambos padres rechazaron un acuerdo monetario, mucho menor que el de los Pettigrew, pero aceptaron el apoyo médico, Lyall pensaba usar aquellos contactos por si acaso Remus necesitaba atención especializada y para seguir en su incansable búsqueda de una solución a su condición. Por supuesto, los Lupin no se mostraron compasivos con el culpable y Egerton podía jurar que sospechaban de él, como encubridor de los crimines del joven Nott. Tan sólo querían su palabra de mantener a su sobrino lejos de su hijo y ellos no harían ninguna demanda.

La reunión con los Snape fue más tensa, uno, porque había un muggle, dos, porque Eileen era una traidora de Sangre, tres, porque era entre Slytherin. Era como estar en un campo minado, puyas iban y venía, amenazadas veladas e ingenio por doquier. Tobías rechazó de plano cualquier ayuda de los Nott, y siendo Severus menos afectado por Logan, Egerton no consideraba una demanda de parte de ellos algo serio, pero la mujer le dejó claro que prefería morirse de hambre que aceptar un solo galeón de su cochino dinero. Al final, le exigió mantener a su sobrino lejos, muy lejos de su vista y asunto arreglado. Entre dientes se rió de él, por haber perdido tan importante heredero, plantando la duda de que si no había sido engañado sobre el diagnóstico.

Pero al final Egerton se encontró que para su mala suerte, el mocoso era defectuoso. Logan había despertado unos días después para encontrarse con la realidad que sería encerrado en un centro hospitalario lo más lejos posible, desheredado y sin posibilidades de hacer sus deseos realidad. Su tío había mantenido una fachada amable de cara para afuera y lo había atormentado una vez estaban solos, con una enfermedad como la Reflexia Tóxica era un poco más que un squib y una total ofensa para toda su familia.

El muchacho no podía aceptarlo. Él no estaba enfermo. Le contó todo a su tío con pelos y señales, acusó a Snape tantas veces que Egerton empezó a dudar. Pero entonces ¿cómo era posible que todos los test tuvieran el mismo resultado? El hombre le ordenó a su sobrino dejar de molestarle con el asunto y seguirle la cuerda mientras la tormenta se calmaba. Legalmente, tenía las manos esposadas, pues al hacer un acuerdo había aceptado la culpabilidad de su sobrino en los hechos por lo cual era acusado y aunque había hecho firmar un compromiso de no demandar a los padres de los implicados, los Snape habían exigido que se agregara una clausula que indicaba que no se harían demandas por el delito de comportamiento indecoroso, ya que el culpable tenía Reflexia Tóxica. Pero ellos podrían demandar por acoso y acceso carnal a un menor de edad, si se llegaba a demostrar que su sobrino no tenía la enfermedad.

Estaba contra la espada y la pared, tratando de sacar el mejor partido de la situación pero todavía viéndose muy maniatado. ¿Era posible que alguien… de alguna manera hiciera que su sobrino diera positivo en los test sin tener realmente Reflexia Tóxica? ¿Dumbledore? ¿Los Snape?

Imposible. Y si así lo fuera sería imposible de demostrar.

Así que Egerton siguió rumiando, buscando pescar en río revuelto lo que pudiera, con un extraño presentimiento. El presentimiento de que el mocoso Snape era más peligroso de lo que habían supuesto inicialmente.

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

Hogwarts, Biblioteca. Viernes, 29 de octubre de 1993. Horas de la tarde.

―No puede ser cierto. Estamos aquí, un viernes, en la biblioteca ―Sirius se quejó por quinta vez, sin poder creer que tuvieran que llegar tan lejos.

―Si no quieres estar aquí, nada te ata Black ―le respondió Remus, concentrado en un libro de defensa contra las artes oscuras.

―Máteme, por favor, tengan piedad ―gimoteó James.

―Deberían intentar leer un libro ―aconsejó Peter sabiamente, con un libro de Criaturas Mágicas en su regazo. Ambos niños lo miraron con sus ojos empañados de aburrimiento.

―No seas ingenuo Pettigrew, a menos que sea una revista de Quidditch, dudo que estos lean algo ―apuntó Severus, absorto en un libro de Pociones.

― ¿Qué está mal contigo Snivellus? Es viernes, no tenemos clases, pero estamos aquí, en la biblioteca.

―Por eso les digo que…

―Lo sabemos Remus, pero saben lo que pasará si salimos ―respondió James con la cabeza entre sus manos. Los cinco niños se encontraban atrincherados entre libros y el silencio, evitando a cualquiera que quisiera información de primera mano.

Luego de que la visita partiera al despacho del director, Lupin decidió esperar para contar lo que sus padres le habían dicho. Pasaron tranquilos, y un poco vigilados, el domingo, para entrar a una semana nefasta. Severus apenas pudo volver a sus aposentos el miércoles, encontrándose con un escándalo del tamaño de su nariz.

Las múltiples ediciones del Profeta eran exasperantes, y aunque sus nombres no habían salido a la luz, no había que ser un genio para que todos los estudiantes supusieran que uno de ellos había sido el "atacado". Por supuesto, nadie decía ni preguntaba nada por miedo, respeto y discreción, pero la vigilancia a cada movimiento era tan pesada que tuvieron que recurrir a cualquier método para evitarla.

El que peor la estaba pasando era Peter, quien, a pesar de no encajar en el perfil del "afectado" que superaría el "trauma" por su "casta", se sentía mirado y juzgado por cada ser vivo que se cruzara con él. Para fastidio de Sirius, dada la descripción, algunos rumores lo señalaban a él, incluso a James, de ser el niño del que hablaban y como ellos cinco estaban en medio de la tormenta tenían que aguantar la curiosidad insana de aquellos que no tenían pudor. Los padres de James se encontraron impactados de tal noticia e inmediatamente se comunicaron con Hogwarts, a ellos le siguieron muchos padres, tanto que las lechuzas iban y venían por todas partes, incluso Sirius recibió una de sus padres, en donde le exigían no hablar con nadie sobre el tema y no insultar el buen nombre de los Nott. Sirius quiso vomitar al leerla.

Sin embargo, fue una sorpresa cuando su prima Bellatrix le mandó una, muy melosa por cierto, preguntado por cada detalle del suceso.

―Hey Snape, ya que tu madre es una Slytherin quizás puedas ayudarme en algo.

Severus suspiró molesto. En el momento de la visita estaba drogado, pero no lo suficiente para olvidar la impertinencia de Black ¡Ese niño tenía un gran problema! Aun así decidió llevar la fiesta en paz y tratar de minimizar los sucesos del evento, eso sí, enterándose, para su consternación, que su madre y la madre de Lupin eran amigas en sus años de estudiantes.

― ¿Qué quieres?

―Mi prima Bellatrix me escribió para saber el chisme de primera mano, no sé qué responderle para que me deje en paz ―Todos los presentes alzaron la vista hacía su compañero más pedante. Severus sintió un aire frío pasar por su cuerpo.

Realmente había tenido una dura recaída y las órdenes eran estrictas, el altercado entre su madre y Malfoy, para su sorpresa y alivio, no fue conocido hasta en el más oscuro recoveco del mundo mágico. Aunque los presentes, Gryffindor tenían que ser, no dejaron de burlarse del rubio por debajo de cuerda, hasta ahora Abraxas Malfoy no había puesto alguna queja o reclamo. Severus se preguntó si el uso de "ese" hechizo le hizo considerar la peligrosidad de su madre y el prefecto convenció a su padre y sus compañeros de no actuar a la ligera.

Pero Severus conocía a los Sangre Pura, un insulto como ese debía ser un pase directo a ser señalados como un blanco a matar. Probablemente Bellatrix estaba tratando de demostrar eso en su "círculo". Eso sin contar con lo sucedido con Nott, en cuyo centro se hallaba él de nuevo.

― ¿Contarle la verdad? ―contestó midiendo la respuesta de Sirius.

―No es gracioso Sevy-junior ―contestó molesto. Snape cuando le hablaba normalmente, Snivellus cuando quería enojarlo, Sevy-junior cuando estaba molesto ¿Quién entendía a Sirius Black?

―Si estás preocupado, aunque lo dudo, por mi familia, no te detengas. No te dejará de molestar hasta que le digas lo que ella ya sabe de segunda mano.

― ¿Estás seguro Snape? Me parece mala idea contarle algo así.

― ¿Y justo tú lo dices? ―replicó James a Remus.

―No hay punto de comparación Potter ―le increpó Remus con más fuerza de la debida.

― ¿Y si le cuentas la mitad de lo sucedido omitiendo lo que te parezca importante o no quieras decirle? ―intervino Severus, antes que esos dos se pusieran a discutir sobre lo mismo.

―Ese es el problema, que no quiero decirle nada.

―Pero se enojará contigo ―habló por primera vez Peter del tema.

― ¿Y qué? ―Severus se imaginó el escenario: Black en su casa, acosado por su prima, sus padres, sus tíos, lo amenazan y entonces el idiota les dice exactamente eso.

―Tú también te encuentras en una mala posición Pettigrew ¿tu familia te ha molestado con eso? ―el ratonil muchacho se sonrojó ante la pregunta del pelinegro.

― ¿No habrás hablado como Lupin cierto?

―Potter, te lo advierto ―Severus entrecerró los ojos, el 31 era luna llena, molestar a Lupin en ese momento era mala idea.

― ¿No habíamos quedado en dejar todo atrás? ―decidió mediar.

―Y lo hice. Lo perdoné y todo, pero eso no quiere decir que lo haya olvidado.

―Pero ya no importa James, deja a Lupin en paz, y concentrémonos en lo importante.

― ¿Responder a tu prima? ―preguntó el más pequeño de los cinco.

―Provocar a Slytherin.

―Sí, ese tema me gusta más.

―No pueden estar hablando en serio ―dijo Severus mirando al dúo de idiotas.

―Tranquilo Snivellus, tú descansa, como mami te recomendó.

Severus se masajeó las sienes mirando al ojiplateado con exasperación. Empezaba a pensar que esa forma de ser bravucona, era sólo una manera de huir de su familia.

―Déjame escribirles, a ambas, tu prima y tu madre Pettigrew, creo que con eso será suficiente ―ahora las miradas se fueron hacía él.

―No, no lo haré ―saltó Sirius sin pensarlo después de asimilar lo dicho.

―Yo no tengo problemas ―opinó contrariamente Peter.

―Sólo por curiosidad ¿por qué crees que eso será suficiente?

―Es simple Potter. Las familias de Black y Pettigrew quieren saber de mí, de mi madre, de mi familia, pero quieren saberlo desde una perspectiva segura. Por eso lo primero que harán, una vez lleguen vacaciones de navidad, es presionar para que estos dos les sirvan de informantes ―Sirius quiso replicar pero Severus lo paró―. Sé que no te prestarás para eso y espero que Pettigrew tampoco, pero es su decisión, al fin y al cabo nuestras familias están en frentes contrarios.

―Mi madre no está… es decir…

―Lo sé ―cortó Severus casi sin creerlo―. Sabes lo que quiero decir.

Él, Severus Tobías Snape Prince, confiando en Peter Pettigrew. El mundo estaba destinado al fracaso después de eso.

Si bien los Pettigrew son superficiales e interesados, él sabía que la madre de Peter y su familia no querían problemas. Más que cobardes, eran una familia que buscaba estabilidad, no estaban dispuestos a abandonar su zona de confort por un futuro incierto y sin lugar a dudas, a pesar de la cercanía de familias Sangre Pura como los Nott, la madre de Peter se mantendría firme en ser neutral, para ella sería beneficioso que su hijo se codeara con gente de dinero y posición pero para nada lo quería metido en medio de una guerra.

―Así que le darás la cara tú mismo para que no sigan molestado a Peter y Sirius ―era más una afirmación que una pregunta. Y había sido hecha en ese molesto tono condescendiente con el que Potter había comenzado a hablarle.

―No necesito que él de la cara por mí en nada.

―No seas obtuso Sirius, Severus no hace esto para ofenderte, todo lo contrario, lo hace porque se preocupa por ti.

― ¡Wow! ¡Wow! No te comas los huevos antes de contarlos Lupin. Yo no me preocupo por Black ―el hombre lobo cerró los ojos crispado. Ese tira y afloja era estresante.

―Pues yo tampoco me preocupo por ti ―le siguió Sirius inmediatamente.

―Bien, pues entonces déjame hablar con tu prima ¿qué es lo peor que puede hacerme? ¿Mandarme una maldición en la respuesta?

Sirius no supo responder a eso. No lo había pensado siquiera, en el momento en que Bellatrix viera la letra apiñada de Severus ¿qué pensaría?

―No, pero se enojaría. Y mucho.

―Se enojaría con él y no contigo ―concluyó James, quien había entendido la jugada de Severus.

―Mi madre no te mandaría una maldición Severus ―el susodicho le miró mal pero se la dejó pasar. Últimamente eso se estaba volviendo común. De los cuatro, a quien mejor toleraba era la rata. El fin del mundo se acercaba.

―Las cartas serán muy diferentes, se las mostraré antes de mandarlas. Ustedes le escribirán, que en respuesta a sus preguntas, que mejor que el directamente implicado.

―Eso es temerario ―volvió apuntar Potter con ese tono que molestaba a Severus.

― ¿Estás seguro Severus? Creo que tu familia ya tiene suficientes problemas encima.

― ¿Por qué lo dices? ¿Tu madre te contó algún secreto de los Snape?

Sirius era insoportable. Fue algo inesperado para Severus escuchar que Hope Lupin creía que su madre estaba muerta por haberlo escuchado de boca de sus abuelos. Más al saber que le había mandado una carta sobre la supuesta amenaza de un "primo" de su madre, pero a pesar de lo perturbador que era tal casualidad Severus decidió dejar esa información en reserva hasta que supiera bien qué tipo de relación tenían su madre y esa mujer. Las coincidencias era lo que menos le gustaban a Severus, quien veía en ellas una oportunidad para que sus enemigos le tomaran con la guardia baja, en ese sentido, que el ataque de histeria de Nott resultara algo tan similar a una sobredosis por Polvo de Estrella, pero tan propio de una enfermedad como Reflexia Tóxica lo tenía con los nervios de punta.

― ¿Sirius, quieres parar por favor? ―escuchó la voz tensa de Lupin, quien no estaba en su mejor momento.

―No ―contestó burlonamente Sirius para luego mirar atentamente a Remus―. Has estado muy raro últimamente ¿sabes? ¿Ya decidiste volver al grupo de Snivellus? Bien que sospechabas de él tanto como nosotros.

El enojo del hombre lobo se multiplicó pero trató de aplacarlo por miedo a que lo relacionaran con la luna llena. Aquello era lo que más provocaba rumores, como su personalidad cambiaba drásticamente al acercarse el evento universal.

―Tú eres el que actúa raro, Black ―intervino rápidamente Severus―. No entiendo que haces aquí cuando es evidente que no me soportas ¡Joder! Creo que no te soportas ni a ti mismo últimamente.

―Yo puedo estar en donde me dé la gana Snivellus.

―Seguro, pero cuidado te muerdes y te matas con tu propio veneno ¿Qué pasa contigo? Hemos hecho de todo por llevar la fiesta en paz, si te hablamos, está mal, si no lo hacemos, también. Si digo algo, es malo, si no lo hago, igual ¿Cuál es el sentido entonces? Si hagamos lo que hagamos, ya nos declaras culpables, incluso con un duelo en medio pareciera que nada ha cambiado. Vives completamente a la defensiva, como si todo lo que hacemos es un ataque a tu persona o una razón para sospechar. Siento decírtelo, pero tú no eres una de mis prioridades en mi plan malévolo de conquistar al mundo.

Sirius se estremeció con la burla de Severus hasta ponerse pálido. Con rigidez se paró de la mesa y salió de la biblioteca sin mirar atrás, mientras dejaba a los demás estupefactos, al no responder nada a semejante comentario.

―Sirius no es una mala persona, Severus ―dijo Potter mientras se levantaba con la intención de seguirlo―. Sí, es un poco paranoico pero tienes que entenderlo. Está acostumbrado a vivir entre serpientes.

Entonces Severus no pudo evitar sentirse mal mientras el de lentes abandonaba la sala siguiendo la cola del perro como siempre.

Joder, no le dije nada que no sea verdad ¿entonces por qué mierdas me siento culpable?

―No es tu culpa Severus, alguien tenía que decírselo alguna vez ―medió Lupin al ver la indignación abandonar el rostro del pelinegro.

Esa semana había sido lo suficientemente pesada para agregarle el que Sirius Black fuera más pedante de lo que acostumbraba, si es que eso era posible. Lo raro es que había comenzado a actuar así el lunes, aumentando cada día en su intención de ser completamente inaguantable, tanto que no podían estar un segundo sin que llovieran balas de veneno. Sin Severus en el medio, todos supusieron que el escándalo y el chisme le había molestado y evitaban el tema como la peste, sólo así lograron cierta tolerancia a su ácido carácter pero una vez Severus volvió a la torre de Gryffindor, todo terminaba de mala manera. Sea lo que sea que le estuviera pasando con el Sangre Pura, el pelinegro se había vuelto su válvula de escape favorita, llegando a actuar de forma similar a como era antes del duelo.

―Sí, Severus, no te preocupes, es tu culpa.

¡No me llamen por mi nombre!

Quiso gritarles pero no lo hizo.

Y tanto Peter como Remus sabía por qué. Era la misma razón que llevaba a Severus a sentirse mal por Sirius a pesar de ser increíblemente odioso con él, la misma por la cual dormía con Peter, el cual desde lo sucedido, tenía pesadillas constantes que le despertaban y le hacían sollozar, aunque Severus sólo le espetara a Peter un "no me dejas dormir" y se metiera en su cama dándole la espalda, completamente molesto. Era la misma por la cual se ponía de lado de Remus al verlo cada vez afectado, aun si saber que era debido a su condición. Pero también era la misma por la que todos ellos gravitaban a su alrededor interactuando de formas muy diferentes, siendo Sirius la más peculiar.

―Estoy seguro que las cosas si han cambiado. Como Sirius dijo, yo también tenía mis sospechas sobre ti, pero… lentamente empiezo a entenderte, incluso James lo hace.

―Eso me hace muy feliz Lupin ―dijo con todo el sarcasmo que pudo. Se negaba a verse a sí mismo como su padre y ser alguien con un fuerte instinto de mamá gallina. Se negaba a creer que realmente era alguien de fiar. Era todo menos eso. Siempre lo sería.

― ¿Quizás está molesto porque nadie se acordó de su cumpleaños? ―Entonces los dos otros niños se volvieron al ratonil niño, atónitos―. Escuché que cumplía en estos días, el 25, creo, pero a nadie le ha dicho nada.

Hubo un silencio mientras cada uno procesaba la información. El lunes había sido 25.

―No creo que Sirius sea de las personas que les interese eso ―quitó el hierro Lupin, pero todos ellos sabía que debía ser una fecha pesada para él, por su familia.

―Lo había olvidado ―susurró Severus, quien recordaba la semana de Halloween como su pesadilla personal de su vida pasada. Los merodeadores solían llamarlas los 7 días del caos, que comenzaba con el cumpleaños del idiota hasta el 31 de Octubre, en esos días hacían tanto desorden para dejar en claro que ese año iban a estar de nuevo en la cima de los imbéciles.

― ¿Lo sabías? ―indagó Lupin, quien logró escuchar su susurro. Sin ninguna coartada para justificar el conocimiento de tal evento, decidió echar mano de lo que fuera.

―McGonagall tiene un calendario, en su despacho con las fechas de los cumpleaños de sus estudiantes marcadas ―una pérdida de tiempo si me permites opinar―. Lo vi de reojo en una de nuestras clases, cuando fui allá.

― ¿Y viste el de Sirius entre todos? ―Severus quiso golpear a Lupin ¿No habían quedado en que ya no desconfiaba de él?―. Yo habría esperado que te interesara más el de Lily.

¡Oh por favor! No empieces tu también. Además ese me lo sé de memoria.

―Él cumple en el mismo mes que yo, por eso lo vi.

― ¿Cumples en Octubre? ―no pudo contenerse Peter, ganándose un regaño de la señora Pince por haber gritado. La mujer los dejaba cuchichear por ser sus más asiduos visitantes pero no debían abusar.

― ¿Cumples en Octubre? ―repitió Lupin con una sonrisa lobuna―. No me digas ¿el 31 de Octubre? ―Severus lo fulminó con la mirada―. Puedo preguntarle a la profesora McGonagall, pero sé que es así. Tú verdaderamente naciste bajo una gran estrella ¿cierto?

― ¡Cállate! Es una fecha común y corriente.

―Pero es 31 de Octubre ―musitó Peter―. Y en éste año es luna llena.

Lupin dejó de sonreír inmediatamente. Si bien no se perdería el festín de Halloween, pues el director todavía no daba su brazo a torcer y el evento seguía cancelado, sólo de recordar que estaría transformado ese día tan especial le daba un poco de miedo.

―Es un día común y corriente ―aseguró Severus fuertemente―. Y la luna siempre se mueve y tiene fases, no le des importancia a eso.

―Pero…

―Además ―le detuvo Severus, presintiendo que hablaría sobre hombres lobos―. ¿No estábamos hablando de Black? Quizás deberíamos ―Severus se retorció. Lupin le debería por toda la vida ese favor―… deberíamos festejar ambos cumpleaños ese día a ver si animamos al idiota y deja de contaminar el aire con su amargura. Ya que no va haber festín, podríamos hacer algo, es domingo ―ofreció a pesar de todo.

Peter y Remus le vieron como si le hubiese salido otra cabeza. No esperaban que Severus saliera con una propuesta tan… juvenil. Por otro lado, Severus sabía conectar las piezas, la semana del caos había surgido en un afán de los Merodeadores de frenar, o mal dirigir, el siempre explosivo carácter de Black. El pocionista nunca pudo adivinar bien porque Sirius reaccionaba tan negativamente al día de su nacimiento, pero recordaba a Bellatrix decir una vez que ese día estaba maldito, no era fácil entender que la fecha no era placentera para Black, de alguna u otra forma, gracias a su bellísima familia. Como el pelinegro no tenía ganas de aguantar más a Black, esperaba que un evento clandestino fuera capaz de distraerlo lo suficiente para que los dejara vivir en paz. Si quería lograr todo lo que se proponía de cara al futuro necesitaba jugar sus cartas sabiamente y tener al dúo de idiotas de su parte, lamentablemente, era una parte crucial del plan. Y los necesitaba vivos, una escena más de estas y no respondía por la salud del imbécil.

― ¿Qué propones? ―decidió preguntar Lupin, siendo consciente que no podría pasar la noche con ellos si se decidían hacer algún festejo nocturno.

―Quidditch.

― ¡Estás bromeando! ¡Tú odias el…! ―se detuvo Peter, mirando para todos lados.

Ahora sí los niños lo veían con cara de estar a punto de mandarle un hechizo. Severus, el que estaba allí, debía ser un impostor y su verdadero compañero ahora estaba secuestrado maldiciendo a diestra y siniestra.

―Estoy seguro de que podremos convencer al profesor Strauss que nos deje practicar en el campo de entrenamiento con las escobas de la escuela ―comenzó sin prestarle atención a las miradas de desconcierto de sus compañeros―. Si vamos a su oficina ahora, lo encontraremos saliendo con prisa, se ha casado hace poco y con la cancelación de la temporada de Quidditch debe haber planeado usar ese tiempo libre. Le diré que me preocupa mi inutilidad para volar sobre una escoba ―aceptó entre dientes―, y que me servirían unas clases adicionales, le diré que unas horas los fines de semana deberían ser suficientes. Los profesores de Hogwarts tienen el deber de ofrecer un horario de atención y clases extras de ser necesario, así que lo pondré en un gran dilema, pero entonces le sugeriré que el capitán de nuestro equipo de Quidditch está capacitado para vigilar mi progreso, Nordland además de capitán, es el premio anual de este año, seguramente no podrá peros por ello. Lo único que tendrá que hacer será firmar un permiso y preguntar a Nordland por mi progreso, indudablemente se preocupará por si él tiene tiempo para mí, pero estando el equipo en ascuas por la temporada no será difícil convencerle. De todas formas hablaremos con él luego y le diré que incluyamos a Black y a Potter para que yo pueda aprender mejor, eso debe ser suficiente para que nos diga que sí.

Severus ni siquiera respiró mientras voto todo eso con rapidez ante el terror que se pintaba en la cara de sus acompañantes. Lupin y Pettigrew no dejaban de sorprenderse de la maquinaria mente de Snape y su forma extraña de mostrar afecto y compresión. Ambos niños asintieron al final, no muy seguros de sí esto era buena idea.

La predicción de Severus resultó tan exacta que daba miedo. El profesor Strauss ni siquiera había mirado el papel de permiso que Severus había redactado a la carrera, y estaba tan apurado que lo firmó sin pensar. Les deseó suerte y que pasaran un buen fin de semana para desaparecer por la puerta rumbo a su casa. Los niños fueron entonces con Nordland quien también se mostró complacido, el permiso sólo decía que se le autoriza, por parte del profesor de vuelo, a vigilar unas prácticas extras, para el mejoramiento en el desempeño del vuelo de un estudiante de primero. Básicamente podía usar el campo de entrenamiento para verificar que los de primero volaran adecuadamente y el equipo al completo podía participar según su criterio. Todo fuera por los pequeños niños.

Por supuesto, luego de cuadrar los detalles de la mañana deportiva, Severus planeó una tarde similar a su primer domingo en Hogwarts. Usando las cantidades industriales de comida que le llegarían de su familia, pasarían la tarde descansando sobre la Haya vieja en el centro del jardín de Hogwarts, para él era la mejor forma de pasar su cumpleaños y esperaba que la sesión de la mañana fuera lo suficientemente agotadora para que Black y Potter no hicieran demasiadas travesuras. Esperaba realmente que el sacrificio valiera la pena y poder terminar la semana en paz, sin ningún herido.

―Bien ¿qué les parece?

Sirius y James habían sido interceptados en la sala común, y Severus los había arrastrado, literalmente, a la habitación de los de primer año contándole todo lo que habían planeado, entre él Lupin y Pettigrew, lo que era mentira, ya que lo había planeado solo.

―Es… fantástico ―dijo Potter, queriendo saltar, llorar, gritar pero conteniéndose y esperando la reacción de Sirius. No tenía idea de por qué Severus había organizado tal día de juegos, bueno si lo sospechaba, pero temía que Sirius se sintiera ofendido por ello.

Sirius por otro lado se estremeció de pies a cabeza. Lo que Snivellus le había dicho en la biblioteca le había molestado, principalmente porque era verdad. Se sentía ofuscado, malhumorado, con ganas de partir algo y pelearse con alguien. Necesitaba descargar su frustración y Severus eran un blanco perfecto, no le importaba cómo, mientras pudiera liberarse de ese sentimiento molesto en su pecho, de esa sensación de vacío que le producían esos putos 7 días de mierda. Había una buena razón para sentirse así y sabía que desquitarse con otros no iba a solucionar nada, aun así no podía dejar de hacerlo, echando atrás todo lo que habían logrado con el asunto de Nott. Por alguna razón, que Snape hubiese pensando que parecía que el duelo no había pasado, le había hecho enojar mucho más, pero consigo mismo.

―Me parece bien ―dijo tensamente sin mirarle a la cara. Severus parpadeó sorprendido.

No había esperado que le agradeciera tal gesto, ni siquiera había esperado que respondiera de buena manera, seguramente el Sangre Pura vociferara a todo pulmón que él no necesitaba de su compasión y al final aceptara ir, tan sólo porque sí, porque se le daba la gana a pesar de estar contento por dentro. Pero esas respuestas esperadas no llegaron, lo que tenía Sirius Black era más serio de lo que imaginaba.

Mierda, es insoportable. ¿Por qué yo, un adulto hecho y derecho, tengo que estar pendiente de estos niños y sus putos traumas? ¿Por el bien de la guerra y el mundo mágico? Pues el Señor Tenebroso ya la tiene prácticamente ganada entonces.

―Black ―comenzó Severus con su tono más mediador―, ¿estás enojado conmigo por lo que dijo mi madre sobre la Señora Black? ―el aristócrata le miró esta vez.

―No.

― ¿Entonces, te molesta el asunto del rumor? ¿Alguien te ha dicho alguna cosa ofensiva?

―No.

― ¿Hay algo que debamos saber entonces? ¿Dije algo inadecuado quizás?

―No.

Por cada "no", Sirius parecía desinflarse lentamente. Severus era un ñoño insufrible y todavía no confiaba en él, pero a pesar de eso, no era culpable de sus problemas. Sería más fácil si lo fuera, si aquello que le hacía daño tuviera forma tangible y pudiera golpearlo hasta cansarse.

― ¿Tal vez tiene que ver con tu prima Bellatrix?

― ¿Qué pasa Snivellus? ¿Preocupado por mí?

―Un poco ―la sinceridad directa de Severus, el Severus de este mundo, el niño consentido y amado por sus padres, era probablemente su cualidad más extraña, ya que Severus, el viejo Severus, hacía todo lo posible porque ningún sentimiento se colara de su máscara perfecta de: me importa un rábano lo que te pasa, pienses o desees.

―Hombre, entonces sí que estamos mal si hasta tú te preocupas ―intervino James ante la estupefacción de Sirius―. No le den tantas vueltas al hipogrifo, más importante… ¡Vamos a poder volar todo el domingo!

―Sólo en la mañana.

―Lo que sea Snape. Pero joder ¿cómo conseguiste el permiso? ¿Podemos llevar nuestras escobas? ¿Será que jugaremos un partido?

James asaltó emocionado a Severus, quien trataba de contestarle la una y mil preguntas que le hacía el de lentes, Pettigrew rápidamente se unió a los dos magos, hablando de lo que harían en la tarde y de cuantos dulces muggles comerían. Por su lado Lupin se acercó a Sirius dándole un espaldarazo.

― ¿Sabes? Mi madre sí me contó un secreto de Eileen Snape ―dijo mirando a sus tres compañeros. Sirius guardó silencio mientras esperaba que continuara―. Me dijo que era una joven odiosa, molesta y que acostumbraba a decir lo que pensaba sin importarle ser grosera, la gente se alejaba de ella casi al instante que la conocía ―Lupin se rió del parecido, él incluso había sentido ese repelús por el pelinegro―. Pero luego de varios meses tratándola se dio cuenta que era la amiga más leal y confiable que podía tener, ella no decía palabras bonitas ni era cariñosa ni amigable, pero siempre se preocupaba por ella y lo demostraba con hechos que luego negaba con vehemencia.

― ¿Como dormir con Peter diciéndole que lo hace porque sus sollozos podían levantar hasta un muerto? ―ahora Remus fue el que lo vio sorprendido―. No estoy tan ciego, ni sordo, no me lo tienes que decir. James también lo hace todo el tiempo.

― ¿Entonces? ―preguntó Remus sin entenderlo.

―No sabría cómo explicarlo ―dijo siendo sincero―. Es como si lo conociera de otra vida, como si algo en mi interior me dijera que no confiara en él.

Y eso era una dolorosa verdad. Porque Sirius Black y todos ellos, tan sólo eran piezas de ajedrez en manos de un destino cruel.

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

.

RESPUESTAS A PREGUNTAS QUE NI SIQUIERA TE HAS HECHO

¿Sirius… Sirius… él, él también ha vuelto?

Sirius Black tiene un problema (Shersnape elude el tema brutalmente). Debe de tenerlo, sin importar que tan cool quiera hacerlo ver JK en la historia original. Sirius era, a palabras menos, palabras más, completamente contradictorio, recuerdo mucho haberme quedado estupefacta al saber de aquella vieja broma que casi mata a Severus, condena a Lupin y a Dumbledore y hasta ha podido matar a James, aquella es la prueba de su impulsividad, de la violencia debajo de su piel con la cual luchó toda su vida.

No me malinterpreten, a mi me gusta mucho Sirius Black, es de mis personajes favoritos, pero todos debemos reconocer que actuaba sin pensar en las consecuencias y lo hacía en grande. Yo creo que para ser así debe haber un trauma profundo, algo que ocultó en su corazón por mucho tiempo y que mejor culpable que su bellísima familia. Si Severus no desea que los errores de su vida pasada se vuelvan a repetir, debe luchar contra eso, es una herida que hace a Sirius una variable incontrolable, si lo deja pasar le pesará en el futuro.

Y bueno… sobre la posibilidad de que recuerde algo como Severus ¿Quién sabe?

¿Y James?

No hay mucha información sobre James Potter para formarme una buena idea de su personalidad, fuera de que era un tanto mimado, un valiente Gryffindor y un amigo importante para Sirius Black. Creo que James era el líder definitivo de los Merodeadores, ese tipo de líder gracioso, relajado pero comprometido en el momento adecuado. También pienso que era muy inmaduro y caprichoso pero en algunos momentos sacaba a relucir una fuerza increíble, que era más común en su hijo Harry.

Alguien dijo que Severus, éste Severus, se veía como un líder aguerrido y eso es verdad jajajaja… pero desde el principio pensé más en James como un líder… lo cual es aterrador porque haría que Severus estuviera aparentemente subyugado a él. Pero si bien Sirius se muestra muy receloso de Severus por razones todavía no claras, James es más abierto de mente, es como ese amigo distante que reconoce tu valor pero no lo demuestra 100%. En resumen, es un rival amistoso con todas sus letras.

Y con esto no quiero decir que lo serán por el amor de Lily, repito, el amor no es mi fuerte, y mis personajes hacen lo que quieren, no puedo asegurar nada sobre ello, no creo que el amor sea tan inamovible para que los cambios profundos en las almas de cada uno de ellos no permita terminar en un final diferente, pero, no le he pensando demasiado. Además cualquier de ellos puede morir en cualquier momento.

Por cierto, James es el líder visible, pero Severus sigue siendo el líder en la sombra…

¿Qué pasó, si el 12 estaba listo?

Bueno, la verdad he cambiado la mitad de este capítulo, así que no pude publicarlo para acortar el tiempo de espera. Como les había dicho, tanto el 12 y el 13 estaban muy relacionados, por lo cual debía tener cuidado; pero como lo había planteado, Nott moría en San Mungo lo cuan generaba una ola de consecuencias más grandes, que se veían acompañadas por un fuerte ataque de los Death Eater a la comunidad muggle donde un amigo de Severus resulta afectado.

Pero entonces murió mi amiga y lo que era un ataque cualquiera se volvió una tragedia en donde vomité todo mi dolor, rabia e impotencia. Eran momentos muy difíciles y sentía gusto en hacer una historia muy negra en donde Severus se sentía miserable en un reflejo de mi misma. Cuando me sentí mejor, me di cuenta que era mucho drama, que me sería imposible salir de ese ambiente tan deprimente en el que había arrojado a Severus, decidí guardar las partes que me gustaron para un momento más adelante, y hacerlo más alegre. Y Nott se salvo con ello. Y otro personaje… por ahora.

¿Reflexia Toxica, Von, Dumbledore?

Soy mala con los nombres de las enfermedades, pero este es el más feo que he hecho jajaja… la Reflexia es un cuadro de síntomas en los magos en donde hay una bomba de químicos en el cerebro, producidas por otras enfermedades, que resulta en comportamientos atípicos, común en la adolescencia. Sin embargo la Reflexia Tóxica es una enfermedad en sí, un Síndrome producto de una malformación genética mágica que es muy peligroso.

Más preguntas, consultar en el libro de enfermedades locas de Shersnape… menos mal no soy doctora.

Sobre Von y su grupo, así como el viaje ultrarrápido de Dumbledore a España, hay una fuerte relación. Muchos ya empiezan a darse cuenta que el mundo que he creado es más grande, o se ve más grande, ya que los magos no están tan aislados. De hecho en Harry Potter los Magos parecen más dominantes y vigilantes de las otras especies mágicas, pero en mi mundo son un sub-mundo. Tal y como es mi idea, hay varias especies con sus propias reglas que son sociedades más viejas y poderosas que la de los magos.

¿Hope Howell?

Spoiler de Pottermore, está en los créditos. Después de leerme la historia de Lupin se me ocurrieron varias ideas, quizás algunos lo notaron cuando hable de la madre de Lupin en el capítulo pasado, además de lo que se descubrió hoy. Me gusta como quedó el personaje, con un estilo moe, de Lyall es más como Lupin cuando era adulto así que no habrá muchas sorpresas sobre él. Sobre la licantropía, pronto será un tema central pero no adelanto más.

¿Eileen no había dicho que debían calmarse y atacar luego?

Eileen es madre y tiene un carácter muy fuerte. Si bien Tobías es muy impulsivo y sabe que si se deja controlar con la ira será peor, ella funciona muy bien enojada. Es mala, es Bellatrix pero más mala todavía, Eileen es una baza muy buena para la "luz" y Dumbledore lo sabe, por eso ha sido muy cuidadoso con ella, ya que Severus también se perfila como otra pieza que debe tener a su favor

¿Treceavo capítulo?

Capítulos largos entonces. Me he acostumbrado a hacerlos así y espero esta vez… crucen los dedos para que pueda publicar más constante.

Yo creo que demoraré más de un mes, pues como pueden ver este capítulo tiene el honor de ser el más largo que he hecho. 106 hojas y todavía no lo puedo creer. El punto es que he metido mucho del 13 aquí y lo he dejado un poco vacío… pero, tengo una sorpresa para ustedes en el próximo… espérenla.

A los anónimos y personas que dejaron reviews, me encantaría responderles algo a cada uno pero estoy muerta, he pasado de largo y no estaba segura de publicarlo pero lo conseguí jijijijij. Me alegra que me dejen sus opiniones y ellas son mi motor para seguir. En el próximo prometo responderles. De veras lo siento.

Para Fanet y mis seguidores de Fantasmas, no, no me olvidado de Fandom de Slam. Siento decirles que el segundo libro todavía va demorar un poco pero ya me volví a leer el primero y recordé todo lo que venía en la próxima entrega. Haré lo posible por organizarme, sé que muchos esperan la continuación desde hace mucho tiempo y siempre lo tengo presente.

Gracias a todos y a todas por tenerme paciencia T_T.

• •.,¸¸,.•ⓛⓞⓥⓔ•*´¨`*• • Severus Snape • •*´¨`*•ⓛⓞⓥⓔ•.,¸¸,.• •

GRACIAS POR LEER ESTA HISTORIA, GRACIAS POR AGUANTAR Y NO ABANDONAR POR MI INCONSISTENCIA. PERDONEN CUALQUIER COSA QUE SE PUEDA PERDONAR (LA MALA ORTOGRAFÍA Y GRAMÁTICA INCLUIDA, Y TAMBIÉN LA DEMORA).