Declaimer: Los personajes aquí presentes son propiedad de JK Rowling y de su famosa serie conocida por todos como Harry Potter, aunque probablemente salgan otros más de alguna otra parte y la lista se haga interminable; sin embargo haré el deber de mencionarlos cuando pueda porque son las series que me gustan y me agrada hacerles propaganda. Pero he de decir que no utilizo ningún personaje con fines lucrativos, si no por mera diversión, ya que me hace mucha gracia situarlos en las más divertidas, vergonzosas y angustiosas situaciones, en las cuales sus creadores no los aventuran porque los quieren demasiado para hacerlos pasar por todo eso.

Shersnape: Bueno tal y como lo prometí, en el final "En Honor a Severus" aquí tienen mi segundo fic en tributo a Severus Snape, Efecto Mariposa, creo que muchos ya tienen una idea de que va, pero bueno espero que les guste…

Resumen Cap: "El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo". Ese proverbio Chino nunca había tenido un significado tan poderoso en su vida, pero en su muerte, Severus Snape comprende cuan cierto era.

― Conversación ―

Pensamientos en medio de conversación

―Recuerdos cortos o pasajes en medio de conversación―

"Énfasis o doble sentido"

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Cambio de POV/personaje/escena/lugar/dirección/punto espacio-tiempo

Fechas/Lugares

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―Mira...a...me...―susurró Snape.

Los ojos verdes encontraron los negros, pero después de un segundo, algo en las profundidades de los oscuros ojos pareció desaparecer, dejándolos fijos, en blanco y vacíos. La mano que agarraba a Harry hizo un ruido sordo al golpear el suelo, y Snape no se movió más.

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CAPITULO 1

UNA CRUEL ILUSIÓN

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Sintió que algo le jalaba, lenta y suavemente, como si se hundiera en sabanas de seda negra, ¿eso era la muerte? Por unos segundos el silencio lo fue todo, luego sintió como si fuera arrastrado, casi arrullado por una suave corriente de agua. Todo estaba oscuro y en silencio, tal y como le gustaba; no más guerra, no más dolor, no más mentiras, por fin estaba en paz. De repente una calidez pareció emanar de algún lugar, un punto a lo lejos rompía el manto oscuro y se hacía más visible, claro, como un túnel; la corriente le llevó lentamente hacia ese lugar y Severus Snape estuvo consiente en ese momento, de que era hora de partir para siempre.

¿Tenía miedo? ¿Se sentía preparado? ¿Habría alguien esperándolo al otro lado? No lo sabía, pero tampoco tenía ganas de volver, sea lo que sea que hubiese al otro lado sería mejor que su vida, no había nada que lo atara al mundo que abandonaba rápidamente y, si era sincero, le daba curiosidad saber si la muerte era, como decía Albus, la siguiente gran aventura.

La corriente, como si fuera algo pensante y aprobara su curiosidad, aumentó la velocidad para llegar a ese punto blanco y dar paso a la nueva alma que dejaba el mundo, como muchas otras en esa noche oscura. Severus de repente se sintió más tangible y consiente de tener de nuevo un cuerpo corpóreo, sus ojos pudieron abrirse y sus manos cerrarse a los costados, mientras la suave túnica negra, su fiel compañera, se mecía fantasmagóricamente al compás de su cabellos. Era el final, ¡por fin! Quizás vería a Lily aunque fuera sólo un segundo, probablemente acompañada de Potter y compañía, pero que se le iba a hacer, tal vez Albus aparecería con sus molestos caramelos de limón ¿Qué les diría a todos? ¿Qué sucedería ahora? En ese momento, en donde deseaba con todo su corazón ir hacia el final, el destino le dio una muestra de que no todo es como queremos, especialmente para él.

Sintió como un temblor, la sensación de estar dentro de una corriente tranquila desapareció, de repente el arrullo se volvió un rugido y todo comenzó a agitarse a su alrededor, distintas corrientes atravesaron su cuerpo, jalando, tirando, revolviendo. Grietas pequeñas en el manto negro se esparcieron creando una especie de red de telaraña plateada, y aun sin saber que le esperaba en la muerte, Severus sabía que esto no era normal.

Una de las grietas se hizo muy grande, rompiendo por completo la oscuridad, la corriente hasta hora difusa, se volvió un caudal hacia el agujero desbordándose hacia lo que había en ese lado, Severus intentó llegar hacia el punto de luz con su semi-cuerpo, chapoteando con todas su fuerzas pero al final sólo sentía como era arrastrado hacia la grieta, ¿Qué acaso no podía morir en paz? ¿No había hecho lo suficiente para tener un final digno?

― ¡Ritmo idioventricular!

―Maldición. Está entrando en bradicardia.

―Presión bajando. 55 sistólica.

―Ponle una de atropina.

―C.V.P. Arteria pulmonar las presiones subieron...

―Podría ser un émbolo. Retira el catéter P.A. Trae más F.P. y factor 7

―La estamos perdiendo. Ya hemos sustituido su volumen de sangre entero.

Las voces se escuchaban lejos y cerca, eran de hombres y mujeres, todas sonaban urgentes preocupadas, y él sentía que se ahogaba, que moría de nuevo.

―Comenzando masaje cardiaco.

―Pon una de epinefrina. Encuentra cualquier sangrado y detenlo.

― ¿Una ampolleta de bicarbonato?

―No, pon 3 de epinefrina y otra de atropina.

―Roger tienes un minuto para que su corazón vuelva a latir... o sacaré a éste bebé.

―Vamos. ¡Vamos!

¿Bebé, cual bebé, de qué demonios estaban hablando? ¿O en dónde demonios estaba?

― ¿Está respirando?

―Su color es malo.

―Estimulación y succión, y logra algo de acceso.

―No hay latido.

―Señor, no puede estar aquí. Vaya hacia atrás.

La voz sonaba más cerca y autoritaria, se sentía más vivo y más muerto que antes, frío, calor, dolor… todo al mismo tiempo.

―Enciende los monitores. Ventilación, Puntuación de Apgar aún en cero.

―Vamos, no me dejen solo, por favor.

―Ahí está. La señora Snape está regresando. Sistólica 70 y aumentando.

―No hay elevación torácica…

―Deberíamos entubar.

―Bien, hazlo.

―El tubo está dentro. Comenzando ventilación.

Aquello sonó incomprensible, especialmente esa voz que pedía que no lo dejaran solo, aquello era una locura, que alguien lo sacara de allí.

―Continua presionando. Succión a través del tubo.

―Envía 9cc de Ringer Lactato, Aplica 0.5 cc de epinefrina y 0,5 de bicarbonato.

―Vamos bebé, tú puedes.

―Tengo un latido.

―El pulso de la madre es fuerte.

―Gracia a Dios.

Y así Severus Snape volvió a vivir.

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Miles de imágenes pasaron por su cabeza, una detrás de otra, como una rápida reproducción de sucesos, olores, sabores, sensaciones y sonidos. El olor a hospital, el sabor del chocolate, la sensación del sol, el sonido de la risa, la imagen de una cometa, todo al mismo tiempo enredado en cosas menos agradables. Sus padres peleando, Lily alejándose, la gente festejando la caída del señor tenebroso, el pequeño Potter, Albus cayendo de la torre, la serpiente enroscándose en su cuello.

Se despertó tan rápido que prácticamente saltó de la cama, su magia osciló temblorosa y aturdida rompiendo la lámpara de al lado. Severus se encogió sobre sí mismo agarrando la cobija que estaba en sus manos como si fuera su salvavidas, mirando a todos lados buscando la serpiente o al Señor Tenebroso. Pero no había nada ni nadie, ni siquiera estaba en la casa de los gritos, era una habitación en penumbras, como un cuarto, estaba sobre una cama acolchada y olía a fresco y limpio.

¿Estaba en la enfermería de Hogwarts? ¿En San Mungo? ¿Cómo había logrado "volver"? ¿Y quién era el culpable para darle adecuadamente las "gracias"?

―Severus ―una voz femenina se escuchó al otro lado, seguida por rápidos pasos que resonaban en un piso de madera.

La puerta del fondo se abrió impetuosamente, dejando colar algo de luz que no fue suficiente para identificar a la mujer. Era obvio que no estaba muerto, así que sólo quedaban dos opciones, que estuviera en un hospital o en manos enemigas, el problema es que él era Severus Snape, traidor del Señor Tenebroso y asesino de Albus Dumbledore, así que enemigos tenía de sobra.

―Severus, cariño ¿estás bien? ―la luz por fin apareció cortando los hilos de su pensamiento, sea como sea, Severus iba a saber si sus sacrificios habían sido en vano o habían valido la pena y el imbécil de Potter había vencido al Señor Tenebroso, sin embargo, a pesar de haber barajado todas las posibilidades en su cabeza, nada le preparó para lo que veía.

En frente de él, había una mujer que jamás había visto en su vida, era delgada, con una figura estilizada, elegante, somera, su cabello era negro y brillante, su piel lucía algo pálida pero sana, sus labios rojos contrastaban con su piel clara, como una cereza jugosa y apetecible, sus ojos negros y profundos, eran brillantes llenos de coquetería. Vestía una sencilla piyama hasta las rodillas cubierta por una chaqueta o albornoz de seda además de una pantuflas afelpadas, pero lo más impactante es que en su mano derecha llevaba un varita, negra y gruesa, que él reconocería incluso en el fin del mundo, esa era su propia varita.

―Severus ¿Pasa algo malo?― la mujer se puso seria, su cejas negras, muchos más gruesas de lo que deberían ser en una mujer pero muy bien arregladas, se entrecruzaron en su frente, su mirada se volvió dura, precavida, la mano que sostenía la varita se tensó, como si algún peligro invisible los estuviera rodeando, sus facciones aparentemente suaves se vieron más duras, toscas y Severus perdió el aliento al ver que la mujer en definitiva era algo que jamás había visto en su vida.

Porque Severus jamás había visto a Eileen Prince como la veía ahora, bella, fuerte y segura.

― ¿Tobías? ―dijo la mujer en un grito fuerte, todavía bastante tensa, había movido su mano en rápidos y agiles movimientos de varita, convocando hechizos que Severus sabía eran demasiados avanzados para su madre, pero que ubicaban y descartaban algún peligro en una habitación.

― ¿Qué pasa? ―Una voz gruesa ondeo por el piso, fuertes pasos se sintieron por una escalera, pasos de un hombre alto y grueso que apareció de repente en la puerta con un bate de beisbol recostado en su hombro derecho.

En ese momento Severus supo que estaba muerto, o loco, o las dos cosas, pero aquello no podía ser verdad ni en un millón de años. El hombre era tan alto como lo era él estando vivo, se parecían muchísimo, excepto por ese aire misterioso que Snape siempre cargaba, el cabello negro del desconocido estaba corto, pero con varios mechones que iba de lado y que daban la sensación de estar peinado para una propaganda muggle, su nariz aguileña sobresalía en su cara pero se perdía entre su barba tipo candado, el bigote estaba finamente cortado, los cabellos negros arreglados, la camisa y el pantalón de colores grises, uno más oscuro que otros, revelando un cuerpo medianamente delgado pero nada desagradable, el hombre estaba descalzo y Severus pudo ver que hasta las uñas estaban bien arregladas.

―No sé, sentí… creo que… bueno ―la mujer que se parecía a su madre se vio indecisa y le señaló con la mirada, su no-padre frunció en ceño y su expresión se volvió algo adusta, eso le trajo memorias desagradables al oscuro ex-profesor que sentía que de un momento a otro iba todo iba a derrumbarse―. Cariño, estás descalzo… bueno supongo que… reparo.

La mujer agitó la varita y la lámpara se arregló mágicamente, Severus contuvo la respiración, su no-madre había hecho magia en frente de su no-padre, el cual era mucho más fornido de lo que él podía recordar jamás y que además tenía un bate en la mano, miró a la lámpara hipnóticamente todavía sosteniendo la cobija como si eso pudiera salvarlo. El miedo y el desconcierto debió pintársele en la cara porque los dos extraños le miraron preocupados y luego se miraron entre ellos, como decidiendo que debían hacer.

―Tu sutileza a veces me desconcierta ―la voz de su no-padre no sonaba muy molesta, quizás algo sarcástica.

―No tiene sentido ocultarlo ahora Tobías. Severus deja de asustarte y escúchame, ya hemos hablado sobre esto, más o menos ―la mujer se acercó a su cama, sentándose en la cabecera a su lado, mientras Severus aprovechaba para mirarla con detenimiento, era obvio que no era el adulto que acaba de morir, la mujer y el hombre se veían muy altos y él se sentía pequeño.

―Hey Sevy junior ¿Qué pasa? No tienes que estar asustado, mírame ―Severus obedeció al hombre, que definitivamente no era su padre, ser parecía, pero este era mucho más, como decirlo, limpio, normal, feliz, además ¿Sevy junior? Severus no pudo evitar fruncir el ceño con resolución por ese mote.

Vuelve a llamarme así y no vivirás para contarlo.

―Te he dicho un millón de veces que no le llames así Tobías, ya tiene 8 años ―su no-madre paso un brazo atrayéndole a su cuerpo, sus brazos le trasmitieron esa calidez que Severus tanto había necesitado en sus primeros años de vida, estos estaban rellenitos y sin marcas, toda la mujer era acolchonadita, suave y olía a flores como toda mamá.

¿8 años? Te han faltado los otros 30. O Es el fin del mundo o el Señor Tenebroso me revivió y me torturó hasta la locura, tiene que ser.

―Okay ―el hombre se acercó dejando el bate a un lado, sentándose en la cama y acariciando los pies del pequeño que le veía fascinado, alternando su mirada entre su madre y su padre―. Bueno Severus, hemos hablado varias veces sobre que… hay la posibilidad de que existan… he… ciertas personas… como en los cuentos…tu sabes…

Oh que bien, tengo a una versión de Quirrell como mi padre. Definitivamente este es un castigo del Señor Tenebroso.

― ¡Oh Tobías, amanecerá y no terminarás! Severus escúchame ―la mujer tomó su cara con una de sus delgadas manos para que la mirara―. Yo soy una bruja y esto es una varita mágica, con la que puedo hacer magia de verdad.

Severus miraba a la mujer tratando de mantener la compostura, una parte de él deseaba alejarse y tirarse a un precipicio, pero su cuerpo estaba demasiado a gusto en esos brazos, como si ser abrazado con amor y cariño fuera algo normal. Sentía que aquello no tenía ni pies ni cabeza.

La sutileza no es lo tuyo ¿verdad?

―Creo que esta algo confundido cariño, quizás te esté comparado con la bruja de la señora Montoug, no es que te parezcas…―el hombre no pudo continuar, su mujer le había lanzado una almohada convocada que detuvo con una sonrisa deslumbrante que Snape jamás le había visto a su padre.

―Sigue así e irás a dormir al sofá ―Severus casi se atraganta, había entre ellos una atmosfera cálida, romántica, hasta sexual, el no-niño en ese momento quiso que se lo tragara la tierra, ¿esos desconocidos que se parecían a una versión más sana y horrendamente feliz de sus padres no estaban coqueteando allí sentados en su cama, verdad?―. Severus, yo soy un ser mágico, al ser mi hijo naciste con unos poderes especiales iguales a los míos, sé que nunca hemos tenido una conversación seria sobre eso, pero eso era por que eras muy niño y... bueno ya no lo eres, además hoy has demostrado tus poderes.

No me digas…

―Lo que tu madre trata de decirte hijo, es que algunas cosas raras van a empezar a suceder a tu alrededor, como despertarnos en la noche por haber roto algo, mover cosas con desearlo pero todas esas cosas tiene una explicación, eso sucede porque eres un mago, como el que vimos en la feria pasada el saco el conejito del sombrero.

Tanto Severus como su no-madre resoplaron y fulminaron al alto hombre con una oscura mirada, comparar a los magos de verdad con esas imitaciones muggles era casi un insulto.

Tienes que estar bromeando. Eso es, es una broma de Albus y el trio de idiotas, en el otro mundo, no es real.

―Tobías déjame a mi quieres, no pasa nada, seguramente está asustado por una pesadilla, deja de comportarte como una madre histérica.

―No me estoy comportado como un histérico ―la voz gruesa del hombre se escuchó unos decibeles por encima de la media y su no-madre rodó los ojos.

Seguro, eres todo un hombre.

―Severus es un niño inteligente ¿verdad? ―la mujer apretó su nariz, la cual era ya grande para su edad, balbuceando las palabras en un tonito desesperante lo cual le hizo arrugar el entrecejo―. Hay muchas cosas que tenemos que explicarte tu padre y yo cariño, lo haremos con el tiempo, pero por ahora necesito que me prometas que no le dirás a nadie sobre esto, es nuestro secreto y es importante que nadie sepa nada.

Por supuesto extraña, siempre y cuando deje mi nariz en paz, vuelve hacer eso y tu mano no volverá a ser la misma.

―Pero no creas que es un secreto porque es algo malo ―le increpó el hombre que definitivamente no era su padre, acercándosele y colocando una de sus grades y cálidas manos en su mejilla trasmitiéndole amor como nunca lo había hecho―. Tú eres mi hijo y tu madre es mi esposa, ambos son magos y eso no importa en lo más mínimo, pero hay gente allí afuera qué pensaría que tengo mucha suerte, y modestia aparte, no quiero tener que alejarlo a todos por tener una familia perfecta.

¿Estás intentando ser gracioso o que te mate?

―Tobías…

―Es importante cariño, lo que ustedes tienen es un don, deben cuidarlo y respetarlo, pero no temerle, tú Severus eres un mago, mi milagro personal junto a tu madre, y nunca, me entiendes, nunca debes sentirte mal por eso.

El tiempo se detuvo para Severus Snape, que esperaba que alguien saliera de algún lado y le dijera que esto era una broma, una cruel ilusión planeada por alguno de sus enemigos, sin embargo nada pasó, la mujer le dijo que durmiera porque faltaban unas horas para ir a la escuela y el hombre le acarició suavemente la cabeza, arropándolo con delicadeza. Para cuando la puerta se cerró la mente del chico sólo podía procesar una cosa…

Fue mi imaginación o el tipo ese le puso una mano en el trasero a… la mujer y le dijo que aprovecharan para hacer de misioneros.

Y así Severus Snape volvió a morir.

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RESPUESTAS A PREGUNTAS QUE NI SIQUIERA TE HAS HECHO

¿Y esta sección?

Una costumbre mía, para tener una charla amena con el público.

¿Efecto mariposa?

Bueno no es la primera vez que alguien revive a Severus, ni que le hace volver a vivir su vida, sin embargo esta vez todo está ambientado en el: ¿Y Qué hubiera sucedido si Tobías y Eileen Snape hubieran sido padres y esposos felices? Bueno la verdad, más adelante podrán saber cuál fue la primera condición inicial modificada y como aquella primera decisión desemboca en distintas situaciones que llevaran a un final jodidamente distinto a lo que Severus vivió en su ¿Vida? Además me gusta la idea de un Tobías que no le envidie nada a Dumbledore.

¿Romance, Lily/Sev, pro Slytherin, lemon?

Uhm creo que cualquiera que me haya leído antes se ha dado cuenta que el romance no me va, claro que este es mi primer fic largo en esta sección, simplemente no puedo con eso, el amor es muy complejo para mi mente científica. También debo advertirles que tengo la tendencia a meter mil personajes de mil series diferentes, afortunadamente los manejo bien y para ser sincera Harry Potter ya tiene muchos personajes, también escribo con mucho humor negro y por supuesto no hay nada mejor que un final tal vez no tan feliz, pero bueno veamos cómo evoluciona la cosa a ver qué tal sale. Comenzaremos con una clasificación suave y veremos si hay que subirle el tono. Por supuesto su opinión en cada cap me puede tentar a hacerle algunos cambios a mis costumbres.

¿Qué fue eso de Ritmo idioventricular?

Grey's Anatomy, episodio 18 de la temporada 7, en ese episodio una de las doctoras tiene un accidente y estuvo a punto de perder a su hija, con eso pueden saber cómo "nació" Sev, pero todas esas cosas van a ser explicadas más adelante.

¿Esa última frase?

Imagina por un momento que retrocedes a la edad de los 8 años y escuchas a tus padres decir cosas que un niño normal no entenderían, pero que tú, con una mente de 30 y tantos entiende muy bien. Yo también me moriría.

¿Y las actualizaciones?

Bueno, la verdad no estoy segura ya que me gustan los caps largos, pero si los hago cortos espero poder tenerlos cada 15 días, lo siento pero tengo dos series más en otra sección y si mis lectores se enteran que estoy escribiendo otra me cuelgan… pero bueno me las arreglare para complacerlos a todos.

GRACIAS Y PERDONEN CUALQUIER COSA QUE SE PUEDA PERDONAR (LA MALA ORTOGRAFÍA Y GRAMÁTICA INCLUIDA)