~Capítulo 21: La Citación.~

Tal y como lo expresaba la nota, Botan lo hizo. Se sentía algo curiosa por saber qué es lo que esa chica quería hablar con ella. La vez anterior le pareció que le había molestado que le dijera algo. Puso su mente a reflexionar, después de ello le había enviado una nota en la que le pedía que se reunieran, asolas y en un lugar poco concurrido a esas horas como era la azotea. De ahí podía deducir dos cosas, la primera era una trampa, aunque personalmente no le parecía el tipo de mujer que hiciera eso, y la segunda es que las "mascotas" no podían establecer relación entre ellas. Debían mantenerse anónimas o habría algunas consecuencias, las cuales por ahora ella desconocía.

Subiendo la angosta escalera de caracol, no sabía cómo sus compañeros no se mareaban, ella ya estaba que pronto vomitaría si no llegaba ya a la azotea. Una vez salió, fue directa a apoyarse a la barandilla de la escuela.

El viento le meció los cabellos helándole la piel de la cara. Gracias a ello la sensación de mareo disminuyó, vio cómo se veía toda la ciudad desde allí, la gente parecía diminuta, ahora llegaba a entender por qué este era el sitio favorito de Hiei. Sin embargo, por muy favorito que fuera, ella no volvería allí; no porque no le gustara el sitio, sino porque el acceso era horrible y no quería volver a subir por allí.

Ya pasaba de la hora, la chica todavía no había llegado y Botan empezaba a inquietarse, quizá sí era una trampa después de todo. Cuando se volvió hacia la puerta vio a la mujer cerrarla fuertemente, iba a decirle algo cuando se metió la mano en el bolso y sacó un arma, apuntándola con ella.

Botan se asustó, instintivamente se quedó quieta y alzó las manos.

-No te muevas.-le ordenó la chica.

Poco a poco la chica de pelo plateado se fue acercando, cuando llegó a su altura empezó a tocarla con movimientos bruscos, Botan no dejaba de ver el arma apuntando hacia ella y no podía hacer nada. Cuando la chica llegó a sus zonas íntimas palpó como comprobando algo, siguió por sus piernas hasta que le ordenó:

-Gírate.

Botan obedeció, la chica siguió cacheándola por detrás, después de comprobarlo todo minuciosamente acabó la inspección. Se guardó el arma y le dijo:

-Ya puedes girarte, tranquila, no te voy a hacer daño.

Lentamente, se giró, estaba alerta por si la chica hacía algún movimiento extraño, aunque si quisiera matarla, poco podría hacer para evitar que le metiera un balazo, además de que podría haberlo hecho ya, ocasiones había tenido pues ella no se había movido para nada. Cuando la vio, le dio la sensación de que esa chica no era mala. No obstante, actuaría con cautela.

-¿Te he asustado?-le dijo la chica-Lo siento, no era mi intención.

Botan le miró sin llegar a creerla.

-No puedes pretender que al apuntar a una persona con una pistola, esta no se asuste.-le dijo.

-Tienes razón, pero debía hacerlo. No sabía si te habían colocado algún micro oculto o algo, y no podía arriesgar nuestras vidas en vano.

-¿Arriesgar nuestras vidas? ¿Qué te pasa? ¿De qué hablas?

-No sabes dónde te has metido, ¿Verdad? Mejor dicho dónde te han metido.

-¿A qué te refieres?

-Obviamente a ser una mascota. Eres otra víctima que no sabe nada, pero por suerte ellos tampoco.

-¿Podrías dejar de hablar en clave? En vez de aclararme las cosas, las estás liando más. Además, ¿Quién eres en realidad?

-¡Uy! Perdona, me llamo Neither. Soy una infiltrada de la policía y estamos investigando desde hace algunos años la organización criminal de Sensui.

-Espera, espera, espera, para un momento.-Le dijo Botan con las manos extendidas.- ¿Has dicho organización criminal?

-Sí, no estás sorda.-hizo una pausa.- Sé que no es común y puede parecer de locos, pero es así.

-Enséñame la placa de policía.

-¿Desconfías de mí?-esbozó una sonrisa de lado.-Chica lista, aprendes rápido.

Neither apartó su pelo plateado, parecía muy satisfecha de la reacción de ella. Se metió su mano en el bolsito donde traía la pistola, Botan se tensó, pero luego saco una placa de policía y un pasaporte que la acreditaba para tal.

Botan lo leyó minuciosamente, pensando e intentando descubrir algo en lo que pudiera saber qué es falso, ella ya había visto de cerca antes otra y era algo que recordaba a la perfección, nunca se olvidaría. Después de pasar un tiempo se la devolvió. La chica de pelo plateado estaba expectante.

-¿Ya has visto que no es falsa?

-No estoy cien por cien segura, pero no lo parece.

-Porque no lo es Botan. Eres muy cuidadosa.

-Según esto hace poco que entraste en la policía. Me parece un poco extraño que entraras en esta investigación sin tener gran experiencia.

- Eres astuta, no sé cómo te han engañado para que hagas eso pero bueno tampoco te voy a preguntar. Sí, mis jefes son jóvenes pero gracias a ellos se pudo avanzar mucho en la investigación y mi superior es un prodigio.-hizo una pausa.- en cuanto a experiencia, tengo la mía, por eso no te preocupes. Deberías de preocuparte más por ti, intentaré cuidarte, pero no podré hacerlo siempre y menos delante de ellos.

Botan ignoró lo último que dijo.

-¿Y por qué estáis aquí?

-No te puedo decir todo, no hasta que acabe, solo quería advertirte que tuvieras cuidado, donde te han reclutado son muy peligroso y más para ti. Ten mucho cuidado en la fiesta a la que te llevarán mañana, no creo que estés preparada para ver eso.

Después de decir eso la chica se levantó y se fue alejando hacia otra puerta que antes había pasado desapercibida.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Quiero decir lo que he dicho Botan.-le dijo mientras se paraba y se giraba a verla directamente a los ojos.- Si no quieres volverte a marear, baja conmigo por aquí.

Botan la siguió en silencio, sin decir nada. Estaba reflexionando todo lo que había pasado y ella le había dicho, ahora todavía sentido más respeto por la situación en la que se encontraba. Cuando llegaron al final de la escalera, antes de abrir la puerta Neither se giró y le dijo:

-Sé quién eres en realidad Botan.

Y se fue, dejando a la chica disfrazada de hombre anonadada, pensaba que solo ella conocía su secreto.

Al salir por la puerta, le pareció ver un retazo rojo por la esquina, se acercó a comprobar qué o quién era, pero no había nadie. Quizá solo había sido su imaginación. Dejó de lado esa idea y se marchó a su habitación, debía estudiar o sus notas se resentirían y eso no debía pasar por nada del mundo, o su objetivo de ser médico nunca se cumpliría.


Bueno, aquí está otro de los capítulos. Muchas gracias a los que seguís la historia, a los que dejais comentarios y todo. Ya parece que se va aclarando todo poco a poco, aunque bueno, otras dudas surgen. Jajajaja. Espero que os guste este capítulo recién sacado del horno y con mucho amor hecho. Un saludo a todos y muchos besitos y abrazos mis queridos lectores (L).

Att: Sakura Kuran-Haruno.