Epílogo

6 meses después…

3:00 AM

- ¡Booth! ¡Booth! ¡Oh, por Dios, Booth, despierta! – la Dra. Brennan sacude sin demasiado éxito al agente.

- ¡Booth! ¡Que he roto bolsa! – continua sacudiendo y tratando de despertar a su pareja.

- Ya saqué la bolsa, Bones – masculla entre sueños el hombre que no sospecha la tormenta que se está desatando a su lado.

- ¡Seeley Joseph Booth! – grita de pronto la antropóloga logrando por fin sobresaltar al hombre dormido.

- ¡Que va a nacer el bebé! – grita nuevamente la antropóloga entre jadeos pues las contracciones ya han comenzado.

De un salto, el agente se para de la cama, y cae prácticamente de cabeza mientras intenta apresuradamente subirse los pantalones. Cuando se da cuenta, tiene los vaqueros puestos, pero con el cierre hacia atrás, y la mujer se ríe de él tanto como se lo permite su estado actual.

- Booth, ¿te he dicho que tienes un trasero muy bien formado? – pregunta entre risas, mientras él se gira a mirarla, anonadado. Ella está sentada en la cama, levemente recostada hacia atrás sobre las almohadas, ya tiene puesto un vestido de maternidad azul, amplio, largo, y sobre todo cómodo, un par de sandalias blancas y a un costado descansa el bolso que prepararon juntos cuando el médico se los sugirió hace unas semanas.

- Aún… - una nueva contracción la hace apoyar ambas manos sobre el vientre y contraer el rostro en un gesto de dolor – aún hay tiempo, tómalo con calma, ¿de acuerdo? – sonríe entre su respiración agitada, y agrega - ¿Quieres saber si es niño o niña, cierto?.

- Ok, ok, con calma – levanta ambas manos en un gesto de rendición, y al momento se quita los pantalones y se los vuelve a colocar, esta vez del lado correcto.

Se sienta en la cama, se coloca los calcetines y las zapatillas rápidamente, y en un impulso se gira hacia la mujer allí tendida.

- Bones… ¿te he dicho ya que eres la mujer más hermosa del mundo? – sonríe a milímetros de la cara de ella - ¿y que nuestra hija será la niña más linda?.

- No sabemos si es una niña aún, Booth… - responde ella, la frente perlada de sudor – pero si me lo has dicho, muchas veces – sonríe también y roza levemente sus labios con los de él.

Al momento se aparta por otra contracción, y el movimiento brusco provoca que choque su frente con la de Booth.

- ¡Ouch! – exclama el agente, dolorido por el cabezazo, pero al momento la mira y olvida todo lo demás para concentrarse en lo que tiene que hacer: llevarla a la clínica.

Veinte minutos más tarde han conseguido llegar, y ella ya está en la sala de partos, según el médico que la está atendiendo hay mucho que agradecer a la sirena de la SUV porque de otra manera el bebé estaría naciendo en casa o en medio de la calle.

- Vamos, usted puede hacerlo, una vez más – la anima el doctor, y la Dra. Brennan puja con todas sus fuerzas, el cabello le cae sobre la cara, y aprieta tanto la mano de Booth que este ya casi no la siente.

Los dos tienen la mirada fija sobre el punto de donde ahora se escucha un llanto, para los nerviosos padres suena como el canto de una sirena, es hipnotizante. El médico levanta la vista, y con una amplia sonrisa anuncia: Felicitaciones, tienen una hermosa niña.

- Te lo dije – sonríe el agente volviéndose hacia su pareja para besar su frente delicadamente, sin apartar los ojos del pequeño bulto envuelto en una toalla que las enfermeras limpian, miden y pesan – será la niña más linda, aunque tú digas que la belleza es algo subjetivo. Y el pijama amarillo le quedará precioso.

La antropóloga no puede responder porque precisamente en ese momento la enfermera camina hacia ellos con lo que parecería una bola de mantas blancas sino fuera por los movimientos que ejecuta y el leve llanto que se escucha.

- Felicitaciones, mamá y papá – dice simplemente, acomodando a la recién nacida en los brazos de la Dra.

Después de unos segundos en silencio, se escucha el susurro de la voz de la antropóloga.

- Booth… - llama, sin querer ni poder despegar la mirada del pequeño ser humano en sus brazos – te equivocas…

- Es la niña más linda, objetiva y subjetivamente hablando. Porque es nuestra y porque la amo.

FIN