Capitulo 6:Caso resuelto

Al día siguiente.

-Sé cuando llegará Kid, y tengo una ligera idea del truco que ha usado, incluso sé donde está escondido/quien es (no adelanto si se disfraza de alguien), pero hay algo que no tiene sentido, el hecho de que se alejara, la tercera bola de humo y el rasguño en el marco de la ventana. Además, el truco que usó ayer para salir de la habitación no podía ser usado hoy. ¡Espera, tengo una idea.-Piensa Conan. Después de eso, se va corriendo a donde el jarrón. Va dando golpes en la pared.- Aquí... nada. Aquí... , en el pedestal. Bingo, este es el lugar. Además, suena un leve y rítmico pitido. Debe de ser ese el plan que tiene esta vez para huir. Además, él es el único que sabía que estaba en esa parte y no en cualquier otra parte. Ahora solo me queda el detalle del rasguño y la tercera bola de humo. Espera, aprovechó que se fue para deshacerse del hilo y el trapo, pero lo de la bola... No me cuadra, por más que pienso en ello. Y seguramente no me dé tiempo a averiguarlo, ya que quedan cinco minutos para la llegada de Kid, aunque la policía no lo sepa.

-Inspector, ¿tiene idea de donde estará Suzuki?- Pregunta un policía.

-Qué más dará, yo controlaré el sistema- responde.

-He de darme prisa. -piensa Conan- El botón estará por aquí. Genial, se abre. Ahora solo queda esperar.

Fuera empieza a oírse mucho alboroto. Kid ha llegado. El estrépito indica que el sistema de seguridad está en marcha. Entonces, la puerta por la que entró Conan se abre. Es una habitación pequeña y llena de cables.

-Veo que ya has llegado, Kid.

-¿Quién anda ahí?

-Tu código fue fantástico, pero bastante fácil. Tan solo hay que poner unas letras debajo de otras hasta formar un rectángulo de 4x5 letras. Si ahora lees de izquierda a derecha, de arriba a abajo, se puede leer: mañana a las diez y media. Por cierto, soy Conan Erogada, detective.

-Pero qué estás diciendo. Tan solo soy yo, Jirochi. Vine a arreglar una cosa de sistema de cámaras, ya que esta es la sala principal del cableado.

-Eso es mentira y puedo demostrarlo. La primera vez, viniste con una simple idea en mente:destrozar el jarrón. Y eso fue porque tú eres quien puso el jarrón falso, ya que querías crear el efecto de que no podrías haber cometido el robo.

-Eso no tiene ningún sentido, si es verdad, dime como pude cometer el robo si yo estaba con vosotros cuando se rompió el jarrón, además de en el momento del robo.

-Eso fue fácil, puesto que ningún robo fue cometido ese día. Todo lo que vimos en ese momento era una grabación en la que aparecías tú robando el jarrón. Nos engañaste tan solo con el objetivo de que no sospecháramos de ti.

-Aunque eso fuera verdad, explícame cómo fue posible que rompiera el jarrón si estaba con vosotros cuando se rompió.

-En realidad, eso fue más complicado y dejó bastantes pruebas. Primero cogiste el jarrón y pasaste un extremo de un hilo por un círculo de arcilla dentro del jarrón. Por cierto, ese círculo debía de ser grande como para que no pudiera salir del jarrón tirando de él. Bueno, a lo que iba, ese círculo tenía dos grandes huecos. Por cada uno pasaba un extremo del hilo, que previamente habías atado a un rollo de papel higiénico . Ambos subían por la fachada del edificio hasta entrar por la ventana en la que encontré marcas de roce. Después, ataste ambos a la tapa de una mesa o algo así. Tan solo esperaste a que la lluvia mojase el rollo hasta que se rompiera. Por supuesto, en ese momento debías estar con nosotros. Después te volviste a separar de nosotros para recoger los hilos. Los árboles dificultaban la visión del jarrón. Hoy, para el robo, te pusiste tres disfraces. Por encima el de Jirochi, luego el de Kid, para el robo, y por último otro de Jirochi. Vamos, confiesa, fuiste tú.

-Es verdad, me has pillado, pero no me pillarás.

-¡Espera! Antes de nada explícame por qué había tres bolas de humo en la sala del jarrón en vez de dos.

-Fácil, mi compinche soltó las bolas de humo usadas por un conducto de ventilación mientras, veíais la grabación, pero por error se le cayó una. Ahora debo irme.

-¡Mierda, una bola de humo! Se ha escapado por la ventana.

Viéndolo huír, dice Sonoko:

-Joo, ¿cuándo podré verle de cerca?