House sostenía cuidadosamente a su hijo en brazos. Ya había crecido un poco desde el día en que nació, pero seguía siendo tan pequeño… Parecía que había sido ayer la primera vez que lo vio. Ya tenía dos días de nacido cuando por fin tuvo valor de ir a ver a su madre, que estaba aún internada en el hospital. Ella había llorado mucho aquel día en cuanto lo vio llegar. Eran lágrimas de alegría de comprobar de que en el fondo sí le importaba su hijo, pero también de rabia por haberla dejado sola esos primeros días. Pero conocía bien al padre del bebé, sabía que no solía aceptar de buenas a primeras los cambios en su vida, y un hijo era un gran cambio para siempre.

También sabía que la discusión que habían tenido antes del parto lo había acobardado, pero aún así no era escusa para desaparecer de esa manera… aunque obviamente ella no le recriminó demasiado. Primero porque los doctores le dijeron que debía permanecer tranquila y en reposo por lo menos un mes, y luego porque, en el fondo, temía que él volviera a irse.

En ese momento, ella los observaba desde el marco de la puerta de la habitación del pequeño. Greg se veía tan tierno admirando al pequeño… aunque también notó que fruncía un poco el ceño, como cuando estaba en medio de un diagnóstico y algo le llamaba la atención.

-¿Todo en orden?-Preguntó entonces, entrando al lugar.

House no la miró, últimamente parecía que siempre que podía evitaba mirarla, pero le contestó mientras se ponía de pie y le entregaba a su hijo.

-Sí. Tómalo tú.

Y sin decir ni una palabra más, salió del lugar dejándola sola con el bebé. Se sintió un poco decepcionada, nunca había sostenido al pequeño más de diez minutos seguidos, pero ésta vez pensó que sería diferente.

Lo dejó acostado en su moisés unos minutos mientras trataba de hacerlo dormir, no le costó demasiado ya que llevaba un buen rato despierto, y luego fue a buscar a House. Lo encontró mirando al vacío en su sillón en la sala, con el bastón en una mano y un vicodín en la otra.

-¿Vamos a hacer algo para celebrar este jueves?-Inquirió ella, rogando que él por lo menos recordara que fecha era el jueves siguiente.

-¿Celebrar?-Dijo él luego de unos segundos, mientras se llevaba la pastilla a la boca-No hay nada que celebrar.

-Claro que sí-Repuso ella, dolida-Nuestro hijo cumple dos meses de vida.

House se giró bruscamente a verla, lo cual la asustó un poco. Parecía enfadado.

-¿Estás burlándote de mi?

-¡Por supuesto que no!-Se defendió ella, desorientada por la reacción del doctor-¿Qué te hace pensar eso?

-¿Entonces por qué usas justamente esa frase?

-¿Qué frase?

-"Dos meses de vida". De vida…

Entonces ella lo comprendió. Que idiota, siempre olvidaba que con Gregory House hay que estar siempre pendiente de cada palabra que dices. Nunca se le escapaba nada. Todo lo que digas puede ser usado en tu contra, literalmente. Eso era lo que más odiaba de él, aunque contradictoriamente también era lo que más amaba…

-Lo lamento-Se excusó-No pensé que…

-Bueno-La interrumpió él- Es obvio que no pensabas. Sabes bien qué día es hoy.

Ella en realidad lo había olvidado completamente, recién en ese momento lo recordó y estaba muy arrepentida. Pero no lo pareció delicado de su parte decir que no recordaba una fecha tan clave en la vida de Greg.

-Disculpa-Dijo simplemente.

-Las cosas no podrían haber salido mejor para ti. ¿Verdad? No te importa que Matthew esté muerto. Incluso a veces pareciera que ese hecho te alegra.

-¿Cómo te atreves a decir eso?-Exclamó Stacy alzando la voz, indignada-¿Cómo podría yo alegrarme de la muerte de un bebé?

Los ruidos de la pelea despertaron a Andrew, cuyo llanto comenzó a escucharse en todo el pequeño departamento.

-Ve a callar a tu hijo, ¿quieres?-Dijo House de mala manera.

-"Nuestro" hijo-Corrigió ella mientras salía de la habitación.

Tomó a Andrew en brazos y trató de calmarlo, al mismo tiempo que intentaba calmarse ella. Justo cuando estaba logrando ambas cosas, House entró a la habitación.

-Sabes…-Comenzó a decir, dubitativamente, como cada vez que se disponía a hablar de sus sentimientos- En los años que llevo ejerciendo la medicina, y a pesar de que siempre intento evitarlos, tuve que lidiar con infinidad de padres. Vi muchos que ni siquiera eran padres biológicos, y lo sabían, pero que amaban a sus hijos como si lo fueran…

Mientras hablaba, no paraba de mirar al bebé, que aún estaba en brazos de Stacy. Éste, ya sin llorar pero completamente despierto, también lo miraba, al igual que ella. No entendía muy bien por qué House estaba diciendo esas cosas, pero por lo menos ya no estaban discutiendo. Él prosiguió:

-Eso siempre me intrigó. ¿Cómo hacen para pretender que tienen algo que los une? ¿Se engañarán a ellos mismos, tratando de convencerse de que en verdad son sus padres? Si hay algo que lamento no haberle preguntado a mi padre, es si él sabía que yo en realidad no era su hijo… creo que en el fondo lo presentía. Pero, en fin, eso no tiene mucha importancia ahora. Es curioso pero… a mi me pasa totalmente lo contrario a esas personas. Ellos saben que no son sus hijos, pero los quieren como tales. En cambio yo…-Stacy cerró sus ojos, tratando de contener sus lágrimas, sabiendo lo que House diría a continuación- sé que Andrew es hijo mío, pero no lo siento así.

Hubo un largo e incómodo silencio luego de esas palabras. Luego de un rato, el pequeño hizo ademanes de querer ir a los brazos de aquel hombre que lo miraba con sus intensos ojos azules, pero éste lo ignoró y salió del lugar. Stacy no quiso seguirlo, pero cuando escuchó que se abría la puerta de la casa preguntó en voz lo suficientemente alta para que House la escuchara:

-¿A dónde vas?

-Al cementerio-Dijo House luego de unos segundos- A "celebrar" los cinco meses de no-vida de mi hijo.


(NO NOS MATEN, POR EL AMOR DE DIOS)

¡Todavía le faltan muchos capítulos a esta historia, no os desesperéis!

os amamos, muchas gracias por los reviews, en serio nos motivan para escribir

Cachu y Eve