Disclaimer (o como se diga): Nada de esto es mío, le pertenece todo a los amables guionistas que nos regalan esta historia y la prueba es que si yo tuviese algo que decir Jesse St Jerk habría sido atropellado por Sue en bicicleta y el Superman de los besos tendría un hermano Samcedes.


Este fic está dedicado a Sil, conocida en estos lares como SylviaMaría, porque shippea esta pareja como nadie, porque desde que Sam es un homeless adora esa palabra y porque se merece un regalo de cumpleaños muy especial y espero que esto al menos le haga la misma ilusión que a mi escribirlo.


MÁS QUE SUFICIENTE

Capítulo uno: Verdad oculta

Faltaban poco más de diez minutos para que sonase la campana que daba inicio al comienzo de las clases y Sam todavía no había entrado a la ducha, estaba sentado en uno de los bancos con la toalla en torno a la cintura y la cabeza apoyada en la pared. Ese año los entrenamientos de fútbol se repartían entre las mañanas y las tardes y llevando sólo dos semanas de clase se podía asegurar que la mitad del equipo todavía no se había acostumbrado a tener que madrugar pero esta vez no era el sueño lo que estaba a punto de hacer que Sam llegase tarde a clase. Finn salió de la ducha y se sentó a su lado:

- ¿Va mejor? Podemos decirle a la entrenadora que llame a la enfermera, o puede echarle ella un vistazo otra vez- Sam negó con la cabeza y movió lentamente el hombro de delante a atrás intentando no hacerse demasiado daño.

La entrenadora Beiste estaba decidida a ganar este año y para ello se lo había tomado en serio desde el principio y una de sus ideas había sido que este año volverían a hacerse las pruebas, ningún puesto se daba por garantizado, si lo querían tendrían que ganárselo y además esta vez tendrían dos co-capitanes, para evitar futuros problemas por posibles lesiones e intentar que el equipo funcionase mejor. Hasta ahí todo había ido bien, a todos les había parecido justo y habían realizado las pruebas; el día anterior Finn había sido escogido como co-capitán y después habia sido escogido Sam, todos los que eran miembros del Glee Club y otros jugadores, entre ellos Karofsky para sorpresa de muchos, los habían felicitado, pero había unos cuantos que no parecían muy dispuestos a que dos miembros del Glee Club capitaneasen el equipo de fútbol.

Habían puesto el grito en el cielo y le habían exigido a la entrenadora que cambiase a uno de los dos cosa a la que Beiste se había negado en redondo, alegando que ellos dos eran los que mejor habían pasado las pruebas y lo que ella quería era el mejor funcionamiento del equipo así que tendrían que aceptar la situación actual y para la próxima vez esforzarse más; la verdad es que no habían parecido muy contentos con la respuesta, sobretodo Azimio que había dado por supuesto que el podría optar al puesto; ese día se había limitado a mirarlos mal y salir del vestuario hecho una furia y gritando toda clase de insultos contra los miembros del Glee Club pero no había hecho nada más. Pero hoy las cosas habían cambiado, parecía dispuesto a conseguir el puesto a toda costa, aunque tuviese que lesionar a alguien para ello, y para desgracia de Sam Azimio había decidido ir a por él.

Durante toda la hora se había dedicado a cargar contra él, las faltas se sucedían unas tras otras, todos los chicos que pertenecían al Glee Club habían recibido algún golpe de Azimio pero los mejores los reservaba para Sam, cuando faltaba poco menos de un cuarto de hora para acabar había cargado contra él en una jugada y lo había derribado, en el momento en el que sintió el golpe el nuevo co-capitán pensó que su compañero había llegado a dislocarle el hombro pero por suerte no había sido así; tenía una buena contusión y según Beiste debería tomárselo con calma esa semana pero no había de que preocuparse: hielo, pomada, reposo y analgésicos para el dolor que sentiría durante un par de días; tras haberse encargado del chico la entrenadora había ido tras Azimio a quien le había gritado que como volviese a cargar así contra cualquiera de sus compañeros en el campo lo suspendería para el primer partido y ya se pensaría si lo dejaba volver para el segundo, al jugador no le sentó muy bien y una vez más salió de allí gritando como un energúmeno.

- Menuda ostia - comentó Puck asomándose tras la espalda de Finn y señalando el moretón que ya empezaba a notarse en el hombro de Sam - por mi se la cobramos, cuando quieras y dónde quieras.

- No hace falta, bastante tiene con quedarse sin puesto- le respondió Sam poniéndose en pie para ir a la ducha, justo en ese momento Azimio entró a recoger su mochila y les dedicó a todos una mirada llena de odio, al salir golpeó a Sam al pasar por su lado y este aguantando el dolor que sentía hizo fuerza para aguantar el empujón; la puerta se cerró tras él y sus amigos se giraron a mirarlo.

- No suelo estar con Puck, porque sus ideas están lejos de ser legales, pero si quieres podemos decirle un par de cosas, el poder del número ya sabes - le dijo Finn y se apresuró a añadir- no es que tú no puedas solo con él, pero somos un equipo ¿no?

- Da igual, sería darle más motivos para ir contra nosotros, con suerte se calma, o encuentra a alguien más a quien machacar.

- Es Azimio tío, lo segundo es más probable- comentó Mike desde el fondo del vestuario, el resto asintieron y se apresuraron a vestirse mientras Sam entraba a la ducha intentando que el tiempo no se le echase encima.

Finn había esperado por él ya que los dos tenían matemáticas, después de todo el problema con Quinn parecía que no podrían llevarse bien de nuevo pero a lo largo de ese verano se habían hecho buenos amigos, lo cual le venía bien al Glee Club y ahora también al equipo de fútbol.

Iban hablando las nuevas ideas del señor Shue cuando Finn pareció desconectar de la conversación, Sam cambió los libros del brazo derecho al izquierdo ya que cada vez el dolor se hacía más punzante y se apresuró a seguir la vista de Finn; sabía que su amigo miraba a Rachel y probablemente donde estuviese la novia de Finn, estaría la suya, y no se equivocaba.

Rachel y Mercedes estaban apoyadas en la taquilla de Kurt metiéndole prisa a su amigo, vio como Rachel le mandaba un beso a Finn y él le sonreía; eran realmente empalagosos, pero si ellos eran felices él no iba a decir nada, sabía lo que era sufrir por amor y se alegraba de que aquellos dos les fuese bien, además, que Finn y Rachel estuviesen juntos le daban a él la oportunidad de acercarse a Mercedes en el instituto. Tuvo que reprimir una risa al ver a su chica rodar los ojos ante el gesto de Rachel y una mañana más tuvo que recordarse a si mismo que aunque tuviesen tiempo de pararse con ellos no podía saludarla con más ganas que a los otros dos y desde luego no podía cruzar el pasillo y besarla como se estaba muriendo por hacer.

Llevaban ya casi cuatro meses juntos; nunca pensó que tuviese que agradecerle su felicidad a Rachel Berry, a excepción de Finn lo que la gente solía tener gracias a ella eran dolores da cabeza, bueno, realmente no había que excluir a Finn de esa lista; pero le debía mucho más de lo que ella sospechaba. Su idea del trío, no en el sentido sucio de la palabra como ella había dicho, para el baile le había dado a Sam la mayor felicidad de su vida; hasta esa noche no se había fijado realmente en Mercedes y nunca se perdonaría haber tardado tanto en reparar en todo lo que ella era. Había luchado contra sus instintos esa noche para no besarla y durante toda la semana siguiente y al final había perdido la batalla y jamás se había alegrado tanto de hacer algo; habían empezado a salir y puede que fuese pronto para decirlo pero Mercedes era lo mejor que le había pasado, ella lo entendía, lo aceptaba como era, lo hacía sentirse bien, lo quería; nunca habría pensado que la definición de un buen verano sería pasarse las tardes viendo películas, ir de vez en cuando a la playa y cuidar de sus hermanos, pero ese había sido su verano y realmente había sido perfecto, por ella, aquella diva que no dejaba que nadie, excepto él, pasase sus barreras había conseguido hacerlo feliz cuando pensaba que aquello era imposible y no podía estar más agradecido por que ella hubiese visto lo que sea que hubiese visto en él.

Sam quería hacerlo público al volver al instituto, no quería tener que soltar su mano cuando paseasen por la calle, no quería tener que esconderse, quería poder cruzar aquel maldito pasillo y besarla como se moría por hacer cada mañana, pero tenía que reconocer que Mercedes tenía su punto en aquello. Si una relación en el instituto no era fácil, una relación dentro del Glee Club era todavía peor; el McKinley era un hervidero de cotilleos y rumores, que se lo dijesen a él, y Mercedes prefería esperar un poco más antes de exponerse su relación a las hienas.

Era consciente de que ella también tenía miedo de lo que fuesen a decirles, no era una pareja típica, estaban lejos de ser el prototipo de "jugador de fútbol y animadora" pero a él le daba igual, le importaba ella y los que pensasen los demás sobre ellos le importaba una mierda. Se lo había dicho a ella cuando la conversación había salido, se había dado cuenta del miedo de Mercedes a que "el que dirán" pudiese con él y lo había reconocido, quizás en otro momento hubiese sido así pero ahora había aprendido cuales eran las cosas realmente importantes de la vida, y lo había hecho por el camino difícil; había salido con dos cherios y con ella y la gran diferencia era que lo que ellos tenían era una relación de verdad; que la gente hablase, a él le daba igual mientras la tuviese a ella a su lado y si alguien se atrevía a ir contra ella por su relación él no iba a quedarse sin hacer nada, era su vida, no la de los demás, quienes contaban eran ellos.

Mercedes había acabado llorando con sus palabras y había perdido el miedo pero aún así quería esperar un poco más y cuando al volver a clase se inició todo el drama de la casi-pero-todavía-no-plena salida del armario de Santana y la extraña-e-incomprensible-pero-ruidosa-aún-no-estaba-claro-si-definitiva ruptura de Puck y Sizes Sam no tuvo más remedio que darle la razón.

La verdad es que no estaba mal eso de seguir como siempre, sin presiones, sin que todos los ojos del McKinley se volviesen sobre ellos, sólo Kurt sabía de su relación y eso era porque los había descubierto y él jamás los juzgaría, de hecho se había emocionado tanto que durante dos semanas había estado cantando canciones de amor cada vez que los veía, pero Sam quería poder estar con ella delante de todo el mundo, no solo de Kurt, pero sabía que por ahora las cosas estaban bien como estaban.

Consciente de que estaba haciendo lo mejor para los dos se quedó dónde estaba y mientras Finn y Rachel se miraban perdidos en un mundo de regalices y arcoiris, él volvió la vista de nuevo a Mercedes que había dejado de meterse con su amiga para mirarlo a él y no pudo evitar sonreírle, ella le correspondió de la misma manera y desde la distancia a la que se encontraban de ellos pudo distinguir como Kurt recuperaba su costumbre y empezaba a tararear "Love it's all around", tuvo que ahogar una risa como pudo al ver como Mercedes lo golpea con los libros para intentar hacerlo callar, pero Sam lo sabía, Kurt no se callaría, probablemente no lo haría en todo el día; estaba a punto de llamar la atención de Finn para evitar llegar tarde a clase cuando Azimio y dos de sus amigos aparecieron por la esquina con cara de pocos amigos, ni él ni Finn tuvieron tiempo de reaccionar antes de que los tres jugadores bañaran a Rachel por completo en granizado, Kurt y Mercedes que estaban algo retrasados habían tenido mejor suerte pero la capitana del Glee Club estaba completamente empapada.

- ¿Cuál es tu problema?- preguntó Finn apresurando el paso y poniéndose delante de Rachel.

- Ninguno, solo os estoy recordando lo que sois, unos perdedores- fue la respuesta que obtuvo.

- Pues llevabais dos semana tranquilos, pensé que estabais madurando, aunque es cierto que los monos no acaban la evolución- comentó Kurt mientras él y Mercedes intentaban sacudir los restos de la ropa de Rachel. Azimio dio un paso hacia ellos pero Sam y Finn se interpusieron en su camino:

- No toques a mi hermano- siseó Finn.

- ¿Ahora lo defiendes?

- La cagué una vez, pero no va a repetirse - dijo Finn ante la mirada agradecida de Kurt y de adoración infinita de Rachel.

- Puede que quedaseis cerca de clasificaros en esa mierda de competición pero aquí eso no significa nada - habló de nuevo encarándose con los dos cocapitanes.

- Piérdete Adams- la voz de Sam era cortante, sabía que aquello era por él y no quería que sus amigos pagasen los platos rotos. La señorita Pillsbury pasó por allí justo en ese momento camino de su despacho y Azimio y sus secuaces desaparecieron.

- Bueno- empezó a hablar Rachel- el primer granizado del año, el talento de los mejores nunca es apreciado como es debido por los simple mortales que se contentan con creer que Barbra es tan sólo actriz; como veis sigo siendo la cúspide de nuestra pirámide, atacan al líder - Finn se apresuró a darle la razón tras palmear el hombro de Kurt que había vocalizado un "gracias" pero Mercedes tan solo tenía ojos para Sam, no le hacía falta más que mirarlo para saber que le pasaba algo:

- ¿Pasa algo?- preguntó intentando usar un tono normal en vez de preguntar preocupada si se encontraba bien, cosa que sabía que no era probable por su cara y por la manera en que se sobaba el hombro derecho, vio como una expresión de dolor cruzaba su rostro y no pudo evitar morderse el labio en un gesto que reflejaba su angustia.

- Esto no ha sido un simple granizado, ha sido culpa mía, lo siento Rachel- contestó el rubio.

- No Sam, los líderes son aquellos que tienen que dar la cara...

- Cállate Berry, cuando mueras Lady Di te envidiará pero ahora cállate- la cortó Mercedes- ¿cómo que es culpa tuya?

- Sí, Adams quiere mi puesto en el equipo - Sam calló un segundo al sonar el último timbre- es una historia larga, os lo contaré en Glee, pero corred la voz, creo que hoy nos van a llover granizados...y tened cuidado - las últimas palabras las dijo mirando a Mercedes fijamente a los ojos, Rachel y Finn no se dieron cuenta puesto que los dos estaban limpiando la chaqueta de Rachel pero Kurt si apreció el gesto y le contestó a Sam con una sonrisa y guiñándole un ojo mientras se cogía al brazo de su mejor amiga:

- Tranquilo tendremos cuidado, además, no quiero que me estropeen esta chaqueta - Mercedes le dió un manotazo y Kurt se excusó en voz baja- mi padre me matará con lo que me costó, Finn puede confirmártelo.

- Un granizado más no nos hará nada, pero ten cuidado tú Evans, me parece que aquí hay algo más gordo- Mercedes estaba realmente preocupada y su voz la delataba, quería saber que estaba pasando allí pero ahora tenía que irse con Rachel y Kurt a inglés y conformarse con decirle aquello y recibir un asentimiento casi imperceptible por su parte. Hasta después de comer no tendrían clase con el señor Shue, y no podría escaquearse a buscarlo a la hora de la comida porque tenía que ir a secretaría a arreglar un fallo en su horario...la diva sabía que aquella iba a ser una mañana muy larga.

Cuando finalmente llegó la hora del Glee Club el huracán Adams como había sido bautizado había afectado ya a varios miembros del grupo, al baño en granizado de Rachel había que sumar el que habían recibido Quinn y Artie, el robo de los libros de Tina que habían aparecido dos horas después de la clase, el encierro en el baño de Puck durante la hora de la comida y los golpes que Sam se había comido de vez en cuando por el pasillo.

Eran cosas que ya les habían pasado pero esta vez Sam sabía que era por él y no podía evitar sentirse culpable por ello, bastante difícil lo tenían ya como para que él les buscase más problemas, quería pensar que la cosa no pasaría de ahí como siempre, pero realmente podía desatarse una batalla campal si en una de sus bromas a Adams le daba por nombrar la inclinación sexual de Santana; es verdad que ellos no habían acabado muy bien pero era una compañera y no tenía que pasar por aquello por su culpa, además Brittany también se vería envuelta. Realmente todo el mundo podría acabar metido en aquellos, y estaban hablando de sus amigos, y de su novia, no quería hacerlos pasar por eso; no estaba dispuesto a que Mercedes pasará por aquello por culpa suya.

Mientras él se perdía pensando aquello Finn ya había acabado de explicarles lo que había pasado al resto de sus compañeros y reparó en que todos se habían callado y miraban para él, el señor Shue parecía haberle preguntado algo pero él no se había enterado tan perdido como estaba en sus divagaciones, levantó la cabeza y vio como Mercedes tenía la vista clavada en su hombro y era capaz de ver también como las palabras "contusión" y "dislocación" daban vueltas en torno a la cabeza de su novia.

- Perdón, ¿qué decía señor Shue?

- Decía que que quieres hacer Sam, es tu puesto, tanto si quieres renunciar como si no es tu decisión.

- ¡¿Está de coña! No va a ceder el puesto para dárselo al mierda de Azimio, ni de coña- gritó Puck.

- Tampoco es tan mala idea, normalmente esto nos lo hacen porque sí, pero con quien tiene el problema es conmigo- empezó a decir Sam pero su voz quedó acallada por el debate que se desató en el aula y con eso volvió a perderse en su cabeza.

Podría decirle a la entrenadora que escogiese a otro, su madre había conseguido un trabajo, no era ni de lejos el que tenía antes pero era algo, aún así él tenía que seguir en la pizzeria aunque hubiese podido recortar unas cuantas horas y de todas maneras tenía que seguir cuidando a sus hermanos, y también había que tener en cuenta que era el último año de instituto...eran muchas las cosas que se le acumulaban, por una parte no era tan malo renunciar al puesto; pero había trabajado muy duro el año pasado para conseguirlo, no era algo que le hubiesen regalado y sería algo de lo que sus padres se sentirían orgullosos, y él también lo estaba, realmente no quería renunciar al puesto, pero tampoco podía pedirles a sus compañeros que se ofreciesen de conejillos de indias por él y más después de como lo habían ayudado; miró a Mercedes deseando poder hablar con ella de todo aquello y se fijo en como tiraba de Kurt hasta dejarlo sentado a su lado y le susurraba algo al oído sin dejar de mirarlo a él; al cabo de medio minuto Kurt asintió y se puso en pie de nuevo.

- ¡Silencio por favor! Vamos a ver, ¿granizados y vejaciones? No me diréis que es algo nuevo para vosotros, estamos más que acostumbrados y en mi opinión Sam no debería regalarle el puesto a ese - calló un minuto como si pensase mejor lo que iba a decir a continuación - simio, vamos a dejarlo ahí - rodó los ojos hacia Mercedes casi sin que se notase- es su puesto, se lo ha ganado y después de todo lo que ha pasado ¿va a renunciar a ello porque es miembro del Glee Club? Eso sería otra manera de dejar que nos pisasen, tiene el mismo derecho que cualquiera, si Finn y él son los que deben capitanear el equipo deberían poder hacerlo sin que ser uno de los nuestros sea un aspecto negativo, ya está bien de discriminarnos porque seamos las únicas personas con personalidad de este instituto, ¿qué decís?

La habitación estalló en gritos nuevamente pero esta vez se mezclaban con aplausos a Kurt.

- ¿Qué decís?- preguntó el señor Shue - ¿le demostramos a Azimio y a todo el colegio una vez más que el Glee Club es capaz de todo?

Los gritos volvieron a inundar el aula mientras Sam le daba las gracias a sus compañeros y cierta diva no le quitaba el ojo de encima.

Esa tarde Sam estaba solo en el motel, disfrutando de lo que era un rato de tranquilidad en mucho tiempo, Stacy y Stevie estaban en unas clases de natación gratuitas de la parroquia, y él tenía un par de días libres por el hombro, dado las horas extra que había trabajado esa verano su jefe lo había mandado a casa diciéndole que no se preocupase y esperase un par de días a recuperarse; así que allí estaba. Su madre lo había dejado con una bolsa de hielo en el hombro y tumbado en la cama, prohibiéndole hacer ningún movimiento brusco o cocinar la cena y su padre le había dicho que si no podía acabar los deberes le escribiría una nota para el colegio, era la única forma en que los Evans podían agradecerle a su hijo mayor su comportamiento durante aquellos meses y aunque Sam había hecho los deberes y probablemente podría haber cocinado les había dado las gracias sabiendo que no podía rechazar aquello, sus padres estaban contentos de hacer algo por él y no iba a quitarles aquello.

Empezaba a quedarse dormido cuando escuchó como llamaban a la puerta y sabiendo quien era se levantó de un salto, se acercó en dos pasos y antes siquiera de poder saludarla los labios de Mercedes estaban en los suyos, dio un paso atrás llevándola consigo y estiró un brazo para cerrar la puerta, la apoyó contra ella y respondió al beso. El domingo no se habían visto porque Mercedes y toda su familia habían ido a llevar a su hermano a la universidad, el lunes quitando las veces que se habían cruzado en el instituto también les había sido imposible y ese día tampoco habían coincidido mucho así que tenían que resarcirse del tiempo perdido. Sam llevó las manos a la cintura de Mercedes y la pegó a él por completo, puerta, ella y él parecían formar un solo ente en aquel momento.

- Hola guapo- dijo ella separándose un segundo, volvió al beso y le pasó la mano por la nuca consiguiendo erizarle la piel y que Sam clamara paso a su boca para profundizar el beso cosa a la que ella accedió encantada, una mano de él subió a su pelo y la otra bajó más allá de su espalda haciendo que Mercedes sonriese contra su boca, probablemente los pequeños Evans los habrían encontrado así cuando llegasen si la mano de Mercedes, que en aquel momento no era capaz de recordar ni su nombre ni la letra de ninguna canción de Aretha, no se hubiese aferrado al hombro de Sam haciendo que este dejase escapar un quejido, intentó disimularlo con rapidez pero su novia ya lo había escuchado.

- Lo siento, lo siento- se disculpó con rapidez apartando la mano y moviéndose de la puerta- ¿te duele mucho? ¿necesitas algo? ¿te han dado algo para el dolor? ¿cómo se te pudo ocurrir lo de dejar el equipo? Es tu puesto no el de ese imbécil, y como se te ocurra dejarlo yo misma te patearé el culo ¿estamos? Y deja de echarte la culpa ¿Qué han dicho tus padres?- Mercedes empezó a disparar preguntas y frases como si todo lo que llevaba acumulando durante el día saliese ahora de ella, parecía que lo de no poder tener una relación normal acababa pasándoles factura en ciertos aspectos y ahora acababa de quedar como una loca ante su novio, así que calló de golpe; Sam sonrió al ver su reacción y le contestó enumerando con los dedos:

- Mercy respira. Va yendo a mejor, me hacía falta verte pero ya estas aquí; sí, durante un par de días, tengo las pastillas en la mesilla; sé que es mi puesto pero tampoco quería que vosotros pagaseis por mi culpa, ¿cuidamos unos de otros no? Pero la verdad es que no quería dejarlo, y mis padres me han dicho que están orgullosos, creo que las ha hecho ilusión, en plan que bueno, es algo que me conecta algo con la vida adolescente normal y no de la del sin techo; ¿me he dejado algo? Porque si te contesté a todo quiero otro de esos- acabó con una sonrisa. Mercedes se sentó en la cama pero en vez de besarlo siguió hablando:

- Sam unos granizados no van a matarnos ¿vale? Hemos pasado por cosas peores y seguimos aquí, sería peor que lo dejases salirse con la suya; y en cuanto a lo de tus padres es normal, yo también estoy orgullosa, y por cierto, te recuerdo que el mes que viene ya estaréis viviendo en un apartamento.

- No puedo esperar a ese momento - le dijo Sam que se había sentado a su lado tumbándose y pasando un brazo por sus hombros para arrastrarla con él - parece que todo se va arreglando.

- Te lo dije - respondió Mercedes entrelazando su mano con la que estaba acariciando su cara - todo acabaría por mejorar, os lo merecéis.

- Para mi todo empezó a ir a mejor desde el baile - mientras lo decía soltó su mano y giró hasta quedar de lado y mirarla.

- ¿Crees que diciéndome esas cosas vas a conseguir que te bese Evans? - preguntó ella girando a su vez.

- ¿Ha funcionado? - dijo ya prácticamente pegado a sus labios, ella ni siquiera acabó de asentir antes de darle lo que quería.

Había pasado un buen rato y Mercedes y Sam seguían tirados encima de la cama completamente enredados uno en el otro, ella había intentado apartarse un par de veces pero él se lo había impedido y había acabado rindiéndose entre besos y risas, volvió a intentar separarse y Sam que estaba sobre ella giró para quedar sobre su espalda intentando sujetarla por la cintura para que no se saliese con la suya pero en el momento en que su hombro tocó el colchón con más fuerza de la esperada tuvo que soltarla por el dolor, Mercedes se sentó y se inclinó hacia él acariciando su cara:

- ¿Estás bien?

- Sí, realmente no es nada - respondió apretando los dientes.

- Hombres - bufó - seáis del color que seáis tenéis que ser los machos del corral - la sonrisa de su novio la ablandó y comentó apartándole el pelo que le caía por la frente antes de levantarse - realmente fue una buena idea que mi madre te cortase el pelo.

- ¿Estoy más irresistible? - bromeó él sentándose.

- Estás aún más bueno Evans, habla con propiedad - antes esas palabras él quiso levantarse pero ella estiró el brazo impidiéndoselo - no señor, te vas a quedar ahí sentado, yo voy a ir a por un vaso de agua y cuando venga vamos a acabar nuestros ejercicios de español, porque tus hermanos están a punto de llegar y si queremos que crezcan sin más traumas de los que les provocará Lady Gaga no pueden pillarnos así, y no me pongas esas cara Evans, ya tuviste tu ración de diva por hoy- Sam se echó a reír y se dejó caer con cuidado en la cama sabiendo que aquella era una batalla que tenía perdida, pero a cambio podía consolarse con una buena panorámica de su chica mientras esta cruzaba aquellos pocos metros - y deja de mirarme.

- Ah no, eso si que no- fue la respuesta de él antes de que un trapo de cocina se estampase en su cara.

Mercedes estaba sentada en la cama acabando sus deberes de español pero su atención se debatía entre la última traducción y la cara de Sam que estaba en el suelo enfrente de ella.

- ¿Sigues pensando en lo de Azimio?

- ¿Cómo lo sabes?- preguntó él levantando la cabeza de la libreta.

- Soy una diva, las divas lo saben todo - su voz cambio después de la broma y dejó el tono diva-on para cambiar a uno que solo reservaba para él- porque te conozco, y por esa cara sé que todavía le estás dando vueltas y vueltas, ¿qué te preocupa?

- No lo sé- dijo soltando el lápiz- es solo que no me parece bien que vaya tratar a todo el mundo así por mi.

- Sam... si no fuese por ti sería por cualquier otra cosa, es Azimio, es el equipo de fútbol, se creen con derecho, y no lo tienen.

- Eso es verdad - Mercedes rodó los ojos divertida como queriendo hacer notar que aquello era obvio - pero ¿y si llega a haber tirado el granizado a ti y no a Rachel?

- Mira tú que cosa; uno más, uno menos, ¿quien los cuenta?

Sam se puso de rodillas y la obligó a mirarlo antes de hablar:

- No voy a dejar que se metan con mi novia por hacerme daño a mi, y menos aún voy a quedarme quieto si eso pasa, y me da igual que se enteren así, defenderte es un motivo más que suficiente para que esto se sepa.

- Sam...- intentó empezar Mercedes.

- No nena, en esto no hay discusión posible - no había dejado de ser dulce pero parecía inflexible en ese aspecto.

- Escúchame, puedo cuidarme sola perfectamente pero te quiero aún más por preocuparte así por mi pero lo que me haga Azimio va a ser por ser un miembro más del Glee Club no por salir contigo, y es absurdo que tú vayas a saltar ahora por un granizado.

- Pues a lo mejor ya van siendo horas de que alguien lo haga.

- Relájate ¿vale?- le dijo acercándose para besarlo- haremos lo de siempre, callarnos y pasar, ya lo dice mi madre: no hay mayor desprecio que no hacer aprecio y nosotros somos mejores que ellos - Sam asintió y le devolvió el beso y la conversación se vio interrumpida ahí con la llegada de Stacy y Stevie. Llegaron dando saltos y explicándoles todo lo que habían aprendido en clase; incluyendo una demostración de estilo mariposa sobre el colchón que la joven pareja observaba divertida cuando Sam recordó algo:

- ¿Que se supone que tenía que decir Kurt en su discurso en vez de simio?- susurró en el oído de Mercedes.

- Retrasado impotente- contestó ella sin apartar los ojos de los niños, sintió como Sam disimulaba una risa y añadió- no creerás que a mi me gusta que se metan con mi hombre.

- Te quiero- volvió a susurrar él dejando un beso en su cabeza.

El día siguiente el instituto McKinley volvió a verse azotado por el huracán Azimio, o como había dicho Kurt: la tormenta tropical Azimio, porque con el número de granizados que había comprado para tirarles encima él solito debía de haber reflotado el negocio.

Todos los miembros del club, incluso el señor Shue, estaban preocupados porque pasase a la fase insultos y dada su manera de razonar cargase contra Santana, o peor contra Britany, porque en ese caso nadie podría contener las cosas malas que ya sabían pasaban en Lima Heights Adjacent; pero parecía que por ahora no se le había ocurrido, o era más listo de lo que creían y valoraba su vida o era tan tonto que no se había enterado de los rumores que corrían por el pasillo, nuevamente usando las palabras de Kurt: seamos realistas, es la segunda opción, su cerebro es casi inexistente.

Pero que los insultos aún no hubiesen entrado en la ecuación no quería decir que se estuviese calmando, y dado que les tocaba gimnasia y los jugadores aprovecharían para entrenar era probable que la cosa fuese a peor.

Y así había sido, no llevaban 20 minutos de clase cuando otra falta de Azimio consiguió sacar a Beiste de sus casillas:

- ¡Ya está bien! ¡Al vestuario! ¡Ya! Matar a Evans no va a conseguirte un puesto; quedas suspendido del entrenamiento dos semanas - la cara de Azimio palideció- sí, ya sabes lo que significa, serás suplente y como sigas tirado de la cuerda vas a encontrarte fuera del equipo ¿HE SIDO CLARA?

Después de semejante grito por parte de la entrenadora había desaparecido en el vestuario y el resto de la clase había guardado silencio absoluto, cuando entraron al vestuario todavía lo encontraron allí sentado; cuando Sam pasó a su lado para coger la toalla se puso en pie y lo encaró:

- Me han echado por tu culpa.

- No, te has echado tú solito - fue la respuesta seca que obtuvo mientras el rubio lo rodeaba para coger sus cosas.

- Si tú y esa mierda de club no existieseis las cosas serían como deberían ser en este instituto- prácticamente chilló.

- Si esa mierda de club y yo no existiésemos tendrían que buscarse a otros a los que hacer papilla y tú estarías jodido porque dada tu inteligencia es bastante posible que te tocase a ti- respondió Sam girándose para mirarlo, su compañero no le respondió, se limitó a ir a la puerta y a lanzarles una mirada asesina a todos y gritar, antes de salir dando un portazo:

- ¡Estáis acabados! ¡Tú y todos tus amiguitos!

- Bueno, creo que después de esto podemos decir que antes de que acabe el día Santana va a pegarle.

- Desde luego- completó Artie la frase de Finn- porque hemos dado paso a los insultos, pero has hecho bien tío- Finn y Puck le palmearon la espalda camino a la ducha pero Sam no pudo evitar preocuparse, cabrear a Azimio no era bueno, pero tampoco iba a seguir callado más tiempo.

- ¿Te duele el hombro?- preguntó Artie al verlo tan callado.

- Ah, no, va mucho mejor, es sólo que esto no me da buena espina, es la misma sensación que Jake tiene cuando habla con los Onomaticaya...

- ¿Avatar? - preguntó Artie.

- Sí - respondió Sam, no podía entender como Artie seguía sin ver la película- que no me fío de que las cosas se queden así vaya.

- No te rayes tío, ya se verá- Sam asintió no muy convencido pero se dirigió a la ducha.

Mientras tanto Mercedes y Kurt estaban hablando en las taquillas mientras esperaban por Rachel, todos los miércoles iban a casa de los Berry a ir preparando pequeñas composiciones de prueba para las canciones del Glee Club; así era como había empezado, aunque ahora y tras muchos esfuerzos para conseguir que Rachel se relajase era más una cita semanal para hacer los deberes y cotillear juntos; Finn ayudaba a Burt en el taller, Blaine tenía ensayo de los Warblers y Sam normalmente trabajaba, así que era un día perfectamente femenino, nuevamente usando una expresión de Kurt.

- Tierra llamando a Mercedes, ¿me escuchas?- preguntó Kurt molesto.

- Ummpp- murmuró ella con la cabeza en la taquilla.

- No me digas que ahora también hablas ese lenguaje de ET, tu novio te ha vuelto friki- Kurt solo pudo pronunciar un susurro horrorizado.

- Se llama Na'vi y no, no lo hablo, simplemente no encontraba el libro; pero no te metas con él, el no se mete con tus modelos de Alexander McQueen.

- De acuerdo, recibido, queremos a Sam y el Babi es parte de él, lo aceptamos así.

- Na'vi Kurt, Na'vi- pronunció Mercedes despacio.

- Cómo sea, mi diva tiene un hombre que la hace feliz, yo estoy viviendo en un mundo de amor y Finn ha conseguido que Rachel solo sea desquiciante el 98% del tiempo; prácticamente se podría decir que tocó la felicidad - Mercedes rió ante las palabras de su amigo y guardó los libros en la mochila mientras él seguía hablando- ¿pero dónde se mete esta mujer?

- Déjala, ni siquiera ha salido la mayoría de la gente.

- No juegues conmigo Aretha, se que quieres que Barbra llegué tarde para así poder despedirte con la mirada de tu atleta.

- Bueno pues sí, bastante difícil es verlo tan poco, y por cierto, si no te importa ¿puedes cubrirme hoy? Hoy libra así que me iré pronto de casa de Rachel, ¿te importa?- preguntó Mercedes poniendo cara de pena.

- All you need is love- cantó Kurt - yo te cubro, pero deberíais ir pensando en hacerlo público, es el McKinley, nunca nada será fácil.

- Lo se - tuvo que admitir Mercedes - lo mismo dice él, quizás tendría que haceros caso, pero creo que aún no.

En ese momento Rachel apareció corriendo al final del pasillo, dirigiéndose hacía ellos y sorteando a la gente que ya había salido con el sonido del último timbre, cuando casi los había alcanzado Azimio apareció y chocó con ella tirado todos sus libros al suelo, Mercedes y Kurt se agacharon para ayudarla y Mercedes le dijo desde el suelo:

- Por lo menos podrías disculparte ¿no crees?

- ¿Me estás hablando a mi?- contestó Azimio en un tono que asustaría a cualquiera.

- Sí - respondió Mercedes poniéndose en pie- eres él único que ha chocado con ella a propósito y ni siquiera se ha disculpado por tirarle los libros.

- Mercedes déjalo- murmuró Rachel.

- Sí, será mejor que lo dejes imbécil, hazle caso a tu amiga.

- ¿Y tú me llamas imbécil? ¿Te has mirado en un espejo?- Mercedes ya había tenido suficiente, una cosa era quedarse quieto cuando te lanzaban granizados porque sabías que estaban por encima de la situación y otra permitir aquello, además la cara de dolor de Sam cuando había cogido en brazos a Stacy para meterla en la cama todavía estaba fresca en su cabeza.

- Dios mío, ¿dónde está ET cuando se lo necesita?- se preguntó Kurt nervioso.

- ¡Ni tú ni ninguno de tus compañeros de ese club de karaoke tenéis derecho a hablarme! Y menos desde que ese friki se cree tan bueno como para quitarme lo que es mío; voy a seguir tratándoos como quiera, y dad gracias a que solo haremos que dejen el equipo y no el instituto.

- Ese friki es mejor que tú, por eso tiene el puesto- lo dijo tranquila, sabiendo que le iba a doler porque era verdad, y aunque sabía que su reacción podía ser tremenda no dudo en hacerlo.

Los chicos habían salido juntos del vestuario y se dirigían a la salida hablando:

- ¿Finn hoy tienes tarde Finchel?- preguntó Puck

- No, hoy es un día femenino para Rachel, Kurt y Mercedes- excepto Sam que ya sabía que era aquello los demás lo miraron como si estuviese loco- no preguntéis, ¿por qué?

- Ya que Sam no trabaja podemos ir a mi casa a jugar al Street Fighter, ¿qué decís?

- Tengo que estar en casa dentro de una hora, pero me da el tiempo para machacarte- rió Finn mientras los demás asentían.

- Yo tengo que ir a cuidar de mis hermanos, pero también puedo pasarme un rato- dijo Sam recordando lo que que le había dicho Mercedes de salir antes de casa de Rachel.

- Perfecto, una tarde de tíos solos.

- Sí, pero antes quiero pasar a despedirme de Rachel.

- Estás hecho un moñas tío- aunque todos iban vacilándolo pusieron rumbo a las taquillas y nada más entrar al pasillo vieron que algo iba mal; Azimio y Mercedes estaban discutiendo mientras Kurt y Rachel recogían unos libros del suelo, pararon un momento antes de echar a andar dispuestos a ver que pasaba allí cuando de repente Azimio agarró a Mercedes por los brazos y con fuerza la empujó contra la taquilla mientras le gritaba ante unos aterrorizados Rachel y Kurt, en el momento en que lo hizo escucharon a Sam decir:

- Hijo de puta - sin que ninguno de sus compañeros pudiese hacer nada tiró los libros al suelo y salió corriendo hacia allí, olvidándose del dolor de su hombro se echó sobre Azimio y lo sacó de encima de su novia y lo empotró a él contra las taquillas.

- Vuelve a tocarla y será verdad que no juegues ningún partido, pero será porque no tienes piernas- lo tenía inmovilizado con un brazo en el pecho y su tono de voz era uno que jamás le habían oído, la expresión de su cara era de pura furia y Azimio solo pudo asentir, aún así Sam no parecía muy dispuesto a dejarlo ir.

- Venga tío, ya, no te vayas a meter en un lío- dijo Finn intentando apartarlo.

- Ya está, yo soy el primero en querer partirle la cara pero creo que ya conseguiste que se cagase encima- apostilló Puck ayudando a Finn.

- Sam, Mercedes está bien, no le ha hecho nada- fue esa frase de Kurt la que consiguió que aflojase un poco su agarre pero no llegó a soltarlo del todo.

- Sam estoy bien, estoy bien- dijo Mercedes todavía no recuperada del susto pero intentando mantener la calma para solucionar aquello. Ante eso su novio si que soltó a su compañero de equipo y se giró hacia ella.

- ¿De verdad que estás bien?- preguntó alzando una mano para acariciarle la mejilla, no había acabado el movimiento cuando Azimio, al que Finn y Puck le habían dicho que se fuese volvió a hablar:

- ¿Te pones así por defender a esta? Pues que sepas que cuando no estés cerca haré que se coma sus palabras, no vale nada, como todo ese club vuestro, ¿me oyes Mercedes? Ya te pillaré sola o con esos dos, que es lo mismo- nada más acabar la frase el puño de Sam impactó contra su cara, Azimio cayó al suelo y los demás tuvieron que apresurarse a sujetar a Sam para que no se lanzase a por él; Azimio se levantó y siguió provocando a Sam hasta que el profesor Shue y la entrenadora Silvester salieron al pasillo:

- ¡Ya está bien!- gritó ella- Contaré hasta tres y como no os disperséis yo misma os expulsaré; 1,2...- no había llegado al tres cuando Azimio se soltó de los dos chicos que lo sujetaban y se fue por el pasillo sin mirar atrás, Sam se soltó de Puck y Finn y echó a andar en sentido contrario- ¿Ves Will? Pelea zanjada y no hay porque molestarse en mandarles un parte- El profesor Shue negó con la cabeza y se acercó a preguntarle a sus chicos si estaban bien.

- Alguien debería ir tras Sam ¿no?- preguntó Rachel.

- Iré yo- dijo Mercedes.

- Sí, será lo mejor, al fin y al cabo fuiste tú a quien empujó Azimio- apostilló Kurt intentando cubrir el arrebato defensor de Sam; Mercedes asintió y salió corriendo camino del aparcamiento mientras el pasillo se llenaba de comentarios.

Nada más salir por la puerta barrió el aparcamiento con la mirada y lo encontró apoyado en su coche, estaba mirando al suelo y la mano izquierda sujetaba el hombro derecho, debía de haberse hecho más daño en la pelea, sintió ganas de pegarle a Azimio y a si misma por no haber cerrado la boca; cogió aire y se acercó a él.

- Sam ¿estás bien?- le dijo levantándole la cara, cuando la miro vio que seguía enfadado pero también que había algo más.

- Lo siento, ¿vale? - su tono de voz aún era nervioso- se que no quieres que nadie se entere aún y que lo que acabo de hacer prácticamente ha sido una declaración en vivo y en directo pero no podía quedarme quieto, y como ese gilipollas intente hacerte algo de nuevo volveré a hacerlo; Mercedes no voy a dejar que nadie te ponga una mano encima ni se meta así contigo, y menos aún por mi. Aunque te parezca mal, no puedes pedirme eso.

Mercedes dejó escapar un suspiro aliviada de que eso fuese lo que preocupaba a Sam, él tenía miedo de que ella se hubiese enfadado y viceversa, menudos dos estaban hechos, pero aquello tenía fácil solución.

- Gracias- respondió ella y él la miró sin acabar de comprender- gracias por defenderme así y por preocuparte por mi, gracias por que todo te de igual lo que piensen, gracias por haber hecho eso delante de todo el instituto.

- Mercy, te quiero, ¿cuántas veces voy a tener que decírtelo?

- Lo sé- respondió ella con una sonrisa- pero fui yo la que se lo buscó, podría haberme callado y haberte evitado esa pelea.

- Me da igual, lleva días buscándome y era cuestión de tiempo, además, no pienso permitírselo, y menos contigo, escúchame bien - mientras hablaba subió las manos a su cara y la alzó para que lo mirase a los ojos- no voy a dejar que te toque y si eso hace que se entere todo el instituto que lo hagan pero como vuelva a hacerte algo- Sam seguía enfadado y Mercedes podía decirlo, por el tono de su voz, por su expresión y también por la manera en que se aferraba a ella.

- Estoy bien, no me ha hecho nada, estoy bien- lo interrumpió en un tono suave intentando calmarlo y dándole igual estar en mitad del aparcamiento se puso de puntillas y le dio un beso. Sam se dejó llevar y olvidó que supuestamente ellos eran solo amigos dentro de aquel instituto y reaccionó dejando salir todo la preocupación y el enfado; la giró con rapidez y fue ella la que terminó apoyada contra el coche, no perdió tiempo e hizo que separase sus labios para entrar a su boca, sus manos la mantenían completamente pegada a su cuerpo, como si tuviese miedo de que pudiese separarse de él, Mercedes se aferró a su nuca y lo inclinó aún más hacia ella; llevaban tanto tiempo disimulando que aquel beso era mucho más que cualquiera que hubiesen compartido, era el primero que se daban en público sin preocuparse, sin apartarse con rapidez, sin mirar si alguien estaba cerca y estaban completamente perdidos en él.

Kurt salió a buscarlos y llevaba un par de minutos parado y asombrado por la capacidad respiratoria de sus amigos cuando vió como por fin Sam se apartaba y avanzó pensando que ya no los interrumpiría, pero lejos de lo que había pensando el rubio no se separó de su amiga, bajó la cabeza a su cuello y tras unos segundos volvió a lanzarse sobre la boca de Mercedes sin apartar las manos de la parte más baja de su espalda, ella lo estaba esperando y antes de que su novio acabase el movimiento movió la cabeza y fue quien lo besó a la vez que una de sus manos bajaba del cuello a la cadera de su novio para mantenerlo pegado a ella con sus dedos parcialmente metidos en el bolsillo trasero de sus vaqueros.

- Definitivamente ni es gay ni la está utilizando- murmuró Kurt, se acercó a ellos carraspeando profundamente para que lo escuchasen pero no surgió efecto- chicos, chicos, ¡chicos!

Ante el grito Sam y Mercedes se separaron y miraron a Kurt, los dos sonrieron avergonzados y Sam buscó la mano de ella y entrelazó sus dedos aunque seguía mirando a su amigo sonrojado.

- Bueno- dijo el ex-Warbler- el día que encuentre a mi hijo sacándole las anginas a su pareja se como me miraran los dos, eso ha sido...intenso, creo que tengo ganas de ver a Blaine- ante las palabras de su mejor amigo Mercedes dejó escapar un quejido y escondió la cabeza en el brazo de Sam que se reía, viéndola avergonzada soltó su mano y pasó un brazo en torno a sus hombros:

- Piensa que fue peor cuando nos encontró en tu casa- le dijo mientras le acariciaba el brazo.

- No me estás ayudando Evans - murmuró ella desde su pecho donde escondía ahora la cara, Sam dejó un beso en su cabeza y Kurt no pudo evitar dar un pequeño aplauso y decir:

- Aiii, es que sois tan monos - Mercedes lo fulminó con la mirada y se apresuró a cambiar de tema- bueno, a lo que yo venía. Primero de todo, Sam gracias por defender así a Mercy, se que no te las tengo que dar y blablabla, pero sin mi diva no soy nada.

Ante esas palabras Sam le sonrió y Mercedes que rodeaba la cintura de su novio con un brazo extendió el otro para apretar la mano de su amigo, Kurt estaba a punto de aplaudir de nuevo pero se contuvo para no ganarse una bronca de Mercedes y siguió hablando:

- Os paso el control de daños: deberíais soltaros porque tenéis la increíble suerte de que la gente se haya quedado cotilleando en el pasillo y yo haya sido el único que viese ese momento de pasión desenfrenada Samcedes.

- ¿Samcedes?- preguntó Mercedes.

- Estoy hablando querida - la reprendió Kurt - y sí, Samcedes; hace dos meses que os encubro, si alguien va a poneros nombre una vez que se sepa ese seré yo. Como iba diciendo, todo el instituto sigue dentro y nadie sospecha nada, con los dos días que llevaba Azimio les parece normal que te hayas tomado así lo que le ha hecho a Mercy; para resumir que piensan que es algo así como si Finn me defendiese a mi, pobres incautos...si tan sólo se fijasen en los detalles. Cualquiera diría que no tienen oídos, porque cuando le gritaste a Azimio después de darle el puñetazo que si tenía huevos te repitiese lo que acababa de decirle fue bastante obvio- antes esas palabras Sam enrojeció y Mercedes dejó un beso en su mejilla.

- Entonces aún sigue sin saberse- murmuró Mercedes cayendo en la cuenta de lo que Kurt había dicho y apartándose un poco de Sam pero sin llegar a soltarlo - entonces podemos seguir como hasta ahora.

- Pero yo no quiero seguir como hasta ahora - se apresuró a decir su novio; giró para mirarla a la cara y volvió a hablar mientras entrelazaba sus manos con las suyas- si quieres que sigamos así no me importará, de verdad, pero piénsalo durante un minuto por favor. Estoy cansado de escondernos, de no poder estar contigo, de robarle minutos a la hora de la comida para vernos a hurtadillas, de no poder estar con mi novia. Quiero poder venir contigo al instituto mañana, que crucemos el pasillo cogidos de la mano y despedirte con un beso en la taquilla. Sólo piénsalo un minuto ¿vale?

- Sois tan adorables- no pudo evitar murmurar Kurt en voz baja.

- Sam es que...no sé...yo no soy lo que...- Mercedes quería decir que sí, pero los nervios seguían ganándole la batalla, era no era la chica que la gente elegiría como idónea para él, era como si ella no estuviese a su altura, se sentía absurda por pensar así, nada ni nadie podían hacerla sentirse inferior y sabía que él no pensaba así pero era algo que no podía controlar.

- Mercedes ya está bien, si alguien es poco para el otro ese soy yo, yo soy el friki de Avatar, yo soy el que no tiene casa, yo soy el que no merece al otro en esta relación, nunca por mucho tiempo que pase entenderé que hizo que me quisieses; y ya me da igual entenderlo, solo quiero disfrutar del hecho de que una diva como tú se haya decidido por un mediocre como yo - Mercedes sonrió ante sus palabras y llevó una mano a su mejilla y habló como si estuviesen solos, ignorando las lágrimas de Kurt que había sacado un pañuelo.

- Tú eres cualquier cosa menos mediocre, eres mi hombre y la afortunada soy yo...

- Pues demuéstramelo - la cortó Sam- sólo quiero estar contigo - se sentía mal por presionarla y realmente si veía que era demasiado para ella dejaría de insistir pero realmente necesitaban dejar todo el engaño atrás y empezar a vivir su vida sin que importase lo que los demás dijesen. Estaba dispuesto a demostrarle las veces que hiciese falta que era ella la indicada para él, la única; al principio había tenido miedo de que ella se negase a que se supiera por las mismas razones que Quinn y Santana se habían avergonzado de él, pero había llegado a conocerla de verdad y sabía lo que le pasaba de verdad, por eso insistía. Vio como Mercedes lo miraba fijamente durante un minuto y no apartó la mirada intentando acabar de darle la seguridad que necesitaba, se fijó en como sus ojos brillaban y antes de que lo dijesen supo que toda la determinación de Miss Jones había ganado la batalla.

- Sí, tienes razón, ya está bien de esconderse - y con eso lo besó; a diferencia de antes este beso era más dulce, más calmado, Sam notó el sabor salado de las lágrimas de Mercedes así que se separó de ella, secó sus ojos con los pulgares y dejó un beso en su nariz.

- ¡Sois mi it-couple!- gritó Kurt llorando y abalanzándose sobre ellos para abrazarlos. Sam y Mercedes rieron y le devolvieron el abrazo hasta que el mismo se separó y habló de nuevo- bueno, ya está bien, esto no me hace ningún bien, la nariz hinchada no me favorece. Iros y disfrutad de vuestra tarde y mañana demostradle al mundo que sois una pareja fuerte y poderosa, quiero decir, no sois como Blaine y yo, pero os acercáis bastante.

Después de despedirse de ellos Kurt entró al instituto a buscar a Rachel que esperaba nerviosa las noticias:

- Ya estás aquí- lo saludó en cuanto apareció- ¿no te parece que está carga dramática nos ayudará muchísimo a componer? Por cierto, ¿cómo están Sam y Mercedes?

- Rachel voy a contarte una cosa porque mañana ya lo sabrá todo el mundo, pero tienes que mantener la boca cerrada, ¿de acuerdo?

- Palabra de diva- contestó ella levantando la mano derecha, Kurt se acercó y empezó a susurrarle todo al oído mientras salían de allí, cuando acabó la copitana del Glee Club dió un grito:

- ¡Dios mío! ¡Soy la reina del amor! He ayudado a que esto pasase, sin mi no habría llegado a suceder, mi padre siempre dice que tengo un don para estas cosas y parece que tiene razón. Estoy doblemente dotada, el canto y las artes amatorias- Kurt rodó los ojos pero ella siguió hablando- y mañana lo harán oficial, Dios mío...esto va a ser más emocionante que ver el DVD del concierto de Barbra; incluso diría que va a ser mejor que un concierto en directo pero bueno, ya sabes, Barbra es Barbra.

Kurt asintió ante sus palabras y los dos empezaron a suponer como sería y quedaron en que al día siguiente Rachel llevaría donuts para que desayunasen en el coche cuando Finn y él la recogiesen para así poder salir antes de casa y esperar delante de las taquillas a que el fenómeno Samcedes llegase al McKinley.

Y así lo hicieron, faltaban dos minutos para que sonase la campana y estaban perfectamente situados en la taquilla de Kurt esperando a que la puerta se abriese y Mercedes y Sam hiciesen su entrada triunfal; Finn no entendía de que iba todo aquello pero había aprendido a no preguntarles cuando estaban como ahora, cogidos del brazo y casi hiperventilando mientras hablaban a una velocidad imposible de seguir, él se limitaba a acabarse el donut esperando a ver cual era esa gran noticia de la que Kurt no había parado de hablar desde la cena del día anterior.

- Ya están aquí- dijo Kurt emocionado mirando el móvil, ya que le había hecho prometer a Mercedes que le mandaría un mensaje en cuanto llegasen al aparcamiento; por fin la puerta se abrió y vieron como Sam sujetaba la puerta para que ella pasase, iban cogidos de la mano, con los dedos entralazados, aquello era toda una declaración de su situación, según avanzaban las miradas iban dirigiéndose hacia ellos y se escuchaban las exclamaciones de asombro pero ellos parecían ajenos a todo lo que no fuese el otro.

- Perfectos, simplemente perfectos- dijo Rachel.

- Te lo dije- respondió distraidamente Kurt mientras los miraba.

- Anda, Sam y Mercedes, con suerte ellos saben que se supone que estamos esperando - comentó Finn- esperad - dijo fijándose en sus manos- ¿Sam y Mercedes?

- Sam y Mercedes - afirmó Sam cuando llegaron a su altura y Rachel se lanzó a abrazar a Mercedes.

- Samcedes para ser exactos- lo corrigió Kurt - ¿ni siquiera lo sospechabas? Después de la poco sutil intervención de Sam ayer, era casi evidente.

- No me había dado cuenta - dijo Finn boquiabierto- pero enhorabuena.

- Es que él no sabe ser sutil, todo lo hace a lo grande - dijo Mercedes haciendo que todos se echasen a reír - ¡Eh! No me estaba refiriendo..., ¡dejadlo ya!- los increpó al ver que no paraban de reír; Sam la soltó y subió el brazo a sus hombros.

- ¿No está siendo tan malo no?- le pregunto de manera que solo ella lo escuchase.

- No - le respondió tomando la mano que estaba sobre su hombro- pero ¿no notas como nos miran?

- Realmente no, tengo cosas más importantes en las que centrar mi atención- contestó él clavando sus ojos en los de ella, Mercedes se puso de puntillas y le dio un pequeño beso antes de echar a andar con Finn y Rachel hacia clase; a primera hora tenían Glee Club así que iba a ser interesante, pero al menos sabían que tenían un defensor inquebrantable en Kurt que los seguía diciendo:

- Adorables, simplemente adorables.


Nota de la autora: Esta es la primera historia que publico aquí y no es de lo mejor que he escrito pero espero que os haya gustado lo suficiente a los que os hayáis animado a leerla y os haya hecho pasar un buen rato con esta pareja (con eso me doy por más que satisfecha) de la que espero nos sigan regalando grandes momentos, sobretodo espero que te haya gustado a ti Sil, que te mereces todo esto y más por tu cumpleaños, de hecho no creo que esto esté a la altura pero lo he intentado.

Un beso a todos, Deb.

P.D: Aún no controlo muy bien lo de los espacios y esas cosas aquí, así que perdón por los fallos que se me puedan haber colado.

P.D 2: Esto en principio iba a ser un One-shot pero a demanda de la cumpleañera intentaré seguirlo para mostrar las reacciones de los demás, el Glee Club, Azimio, el resto del instituto...pensaré y si se me ocurré una buena manera de continuar lo haré.