Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen. Son obra y propiedad de Masashi Kishimoto.
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Sakura cambió las flores y se sentó de nuevo en el incómodo sillón azul que velaba la cama del hospital.
Estaba agotada después de la intrusión de Kiba y Rock Lee en la habitación. En serio, normalmente tenía las manos llenas con uno solo de ellos, pero los dos juntos eran como un huracán.
Bueno, hasta que Tsunade les echó.
Miró al techo de nuevo.
Ya llevaba siete días visitando aquella habitación, siempre con un lirio blanco en mano y aún no podía creerse lo que había vivido.
¿Quién podría creer que un Kyuubi y Hachibi gigantes destruyeron lo restante del ejército enemigo e hicieron a Tobi o Madara o quienquiera que sea, huir con la cola entre las piernas? Nadie, ella aún no lo había asimilado del todo, aunque la imagen de Naruto transformándose, aquella imagen de meses atrás, aún perturbaba su sueño.
Y lo peor era que eso no era todo.
Antes de que Madara se desvaneciera del lugar, Sasuke apareció, intentando llevarse por delante a cuantos pudiera con él para salvar al fundador Uchiha. Pero no esperaba un Kyuubi furioso que le partiera los brazos y piernas.
La promesa de Naruto a Sakura, la promesa de llevar al joven Uchiha de vuelta aunque tuviera que partirle sus extremidades, se había cumplido.
Y por eso la pelirrosa estaba en aquella habitación.
Tanto Naruto como Killer Bee, el jinchuuriki del Hachibi, habían sufrido daños, heridas de gravedad que tanto ellos como las bestias selladas en su interior tenían que sufrir y resistir por su supervivencia.
Sakura descansó de nuevo su mirada en la cama, Naruto tumbado inconsciente en ella, lleno de vendajes y piel dañada, pero ningún otro daño aparente. Sin embargo, tanto él como el Kyuubi -o eso había dicho Tsunade- estaban profundamente dormidos, intentado recuperar su chakra induciéndose un coma a sí mismos.
Sabiendo esto, es de suponer que la pelirrosa, al saber que su amigo rubio no está al borde de la muerte, fuera a velar a su otro compañero. Pero ella ya había cuidado de Sasuke una vez. Y lo único que había conseguido era que sus esfuerzos y su preocupación cayeran en oídos sordos y que el Uchiha desesperara y se marchara.
Sakura sabía que Naruto nunca la dejaría sola. El idiota rubio siempre había estado a su lado, y era uno de los pocos en los que la chica confiaba. Era como un hermano para la pelirrosa, y él lo sabía y la quería de la misma manera.
No estaba enamorado como en tiempos pasados, ese amor había pasado a otro nivel para considerarla una hermana pequeña de la que debía cuidar, a la que debía proteger y soportar, con la que tenía que quedarse y no abandonar. Ella lo sabía, y no podía agradecer suficiente al chico por ello.
Acarició los mechones rubios de la frente del chico y miró de refilón el reloj que descansaba sobre la blanca mesilla al lado de la cama.
Marcaba las 14:35
Sakura suspiró y se levantó de la silla para sentarse en el borde de la cama, también blanca. Todo era demasiado blanco para su gusto. Blanco y gris.
"Naruto" dijo, en un susurro dulce y paciente, pero a la vez directo, como ella "Tengo que irme un rato. Volveré a las seis y me quedaré a hacerte compañía, ¿está bien?"
Recibiendo como respuesta la respiración tranquila y acompasada del chico, Sakura se levantó y, con una última mirada a la cama desde la puerta, salió de la habitación, cruzándose con Shizune por el pasillo, que se dirigía, seguramente, a rellenar el gotero del rubio.
Subió dos pares de escaleras, cruzándose con enfermeros y enfermeras y algún que otro apresurado doctor hasta llegar a otra habitación que se le había hecho familiar en aquella semana.
Dos ANBU vadeaban la puerta, y la pelirrosa sabía que otros cuatro vigilaban el interior, pero no importaba. Ellos solo hacían su trabajo, vigilar al 'peligroso traidor'.
La pelirrosa golpeó la puerta dos veces y la abrió.
"Sasuke"
Brazos vendados y piernas escayoladas, el pelinegro llevó su vacía mirada a la puerta antes de devolverla a la blanca pared frente a él. Cuatro ANBU en las cuatro esquinas de la habitación con sus ojos clavados en el joven.
"Sakura" respondió, monótono y carente de vida.
La pelirrosa sonrió y sacó una manzana y una flor de su espalda, avanzando hasta una de las dos butacas grises de la habitación.
A Sakura aún le molestaba un poco que Naruto, el héroe de la Villa de la Hoja, el salvador del mundo ninja, aquel que había acabado con la guerra junto con Killer Bee, estuviera en una habitación pequeña y normalmente compartida sin televisión ni una mísera estantería mientras Sasuke disfrutaba de una habitación de lujo, individual, con todas las comodidades y la mejor atención.
Le repateaba, pero no podía quejarse.
Estaba demasiado feliz de su regreso y, en consecuencia, había descubierto que sus sentimientos por el chico seguían siendo los de tiempos pasados. Seguía enamorada de él, por muy infantil y estúpido que parezca.
Y Sai la había mirado con reprobación cuando se lo había dicho, pero no le había regañado, y la pelirrosa lo tomó como una silenciosa motivación por parte del antiguo ANBU.
Miró la mesilla de la habitación, descubriendo una rosa blanca en el florero de cristal, y no pudo evitar sonreír, sabiendo que Sasuke había recibido una visita, aunque fuera la de la cerda.
"Veo que Ino ha pasado por aquí" rió por lo bajo, dejándose caer en el incómodo sillón.
"Hn" musitó el pelinegro, mirada todavía pegada en el yeso blanco.
"Te traje una manzana" informó la pelirrosa, teniendo de inmediato a un ANBU a su lado, cediéndole un Kunai "Gracias 'Liebre'" sonrió, pelando la fruta "¿Sabes? Estuve con Kiba y Rock Lee hace un rato. Lee dice que cuando estés mejor quiere la revancha que no consiguió en los exámenes chunnin. ¡Ah! Y sigues siendo un Genin, tienes que hacer el examen" rió, llevándose una mano a la boca "Pero tranquilo, Naruto también tiene que hacerlo, y el sistema cambió, ahora no hace falta que sea en grupos de tres..."
Dolía. Le dolía tanto... pero debía ser fuerte, debía esforzarse, como siempre, para no preocupar a otros, para no preocupar a Sasuke y, en el pasado, para no preocupar a un Naruto al que ella misma le había impuesto un sufrimiento que ella no comprendió hasta que pasaron los años.
"Sakura" interrumpió Sasuke, voz todavía monótona, pero firme y algo molesta.
"¿Hm?" preguntó, terminando de pelar el último trozo, tomando uno ella y preguntando, más con la mirada que otra cosa, si algún ANBU quería, recibiendo una negativa.
"Cállate"
Sakura abrió los ojos con una mezcla de sorpresa y enfado, dejando los gajos manzana con forma de perfectos conejitos en la mesilla.
Tomó aire, con paciencia, y lo expulsó antes de hablar.
"¿Por qué?"preguntó, con una sonrisa más falsa que verdadera "Si estás preocupado por lo del grupo Taka, Karin sobrevivió, pero se marchó no hace mucho, tras recuperarse. El tal Suigetsu está bien también, regresó con la Mizukage, pero el otro chico...
"¡Sakura!"
La pelirrosa se paralizó en mitad de un mordisco, y el grito también sorprendió un poco a los ANBU de la habitación, pero lograron mantener la compostura.
"¿S-Sasuke?"preguntó la joven, en un silencioso susurro, instigándole a continuar.
El pelinegro clavó sus penetrantes ojos en la joven, con un sentimiento que iba desde la desesperación a la ira, pasando por la preocupación, aunque nada de ello se mostraba en su rostro.
"¿Voy a sobrevivir siquiera?" murmuró, en un susurro que tan solo Sakura logró escuchar "Por ser un Uchiha esos dos consejeros desean mi muerte ¿no lo entiendes? Volver, después de lo que he hecho, lo que quiero hacer... estoy atrapado, solo me espera mi muer..."
El golpe resonó en las paredes y ni siquiera los ANBU lograron detener a la airada pelirrosa. ¿Morir? ¡Claro que merecía morir! ¡Por su culpa habían muerto tantos! ¡Y Naruto! ¡Toda su vida para salvarle! No era de extrañar que le diera un bofetón, pero aún así... quería pegarle hasta que perdiera el sentido.
"¡Idiota! ¡¿De quién es la culpa de todo esto? ¡Tú eres el que se marchó ciegamente a vengar a su familia! ¡Y lo único que conseguiste fue matar a tu hermano y a muchos otros ninja que tenían familia propia, gente a la que querían!"
Sasuke levantó la mirada, sorprendido, al igual que sus ANBU,pero Sakura no se dio cuenta, ni siquiera prestó atención. Llevaba demasiado tiempo conteniéndose, guardándose su dolor y preocupación para sí misma, y ya no podía más.
"¡Naruto te trajo de vuelta porque yo se lo pedí, porque creía en ti, porque NOSOTROS somos tu familia te guste o no! ¡Y ahora no despierta!…Sasuke, Itachi fue un buen ninja y hermano, traicionó a su familia para poder salvarte. Si hubieras muerto él habría sido considerado un héroe. Pero te dejó vivir... y tu... ¡eres un idiota!" gritó, levantándose bruscamente y saliendo de la habitación.
Uno de los ANBU silbó, voz femenina tras la máscara de dragón.
"¿Que?"preguntó Sasuke, irritado, mirada ahora desviada a la ventana.
La ninja se señaló a sí misma, en una silenciosa pregunta. Sasuke levantó una ceja y se cruzó de brazos, mirándola de refilón.
La mujer rió antes de responder.
"Esa chica tiene razón, muchacho. ¿Buscas vengar y reinstaurar tu clan y qué haces? Matar al otro miembro de tu familia que aún vive e 'intentar' matar a las mujeres que desesperadamente intentan pegarse a ti. Bastante idiota"
"¿Quién ha pedido tu opinión?"musitó el pelinegro, volviendo a desviar la mirada.
La ANBU se acercó lentamente y le obligó a mirarla a la cara, pulgar bajo su mentón.
"Tú. ¿Tienes mala memoria a corto plazo o algo?" rió ligeramente, apartándose del chico que ahora la miraba con más molestia que enfado, y ¿puede ser? Algo de vergüenza. "Mira chaval. Godaime es como una abuela con el zorrito rubio. Le adora. Bueno, yo también, es adorable... Pero eso no viene al caso"
"¿A qué quieres llegar con todo esto?" musitó el pelinegro, veneno en sus palabras.
"Te creía un listillo" rió otro ANBU, con una máscara de mono, mientras su compañera volvía a su puesto "Piensa chico. La Godaime adora a Naruto. Naruto NO te quiere muerto. Da igual lo que los carcamales digan, la Godaime manda. ¿Cual puede ser el resultado?"
"...¿Creía que los ANBU eran profesionales y me equivoqué?" murmuró Sasuke, recibiendo un sonido indignado del hombre de la máscara de mono y una carcajada de la dragón.
"No morirás, aunque muchos te queramos muerto" acalló otro de los cuatro, otro hombre, y, por su voz, mayor que sus otros dos compañeros "Solo estarás... más vigilado. Y se restringirán tus ascensos como Shinobi y tus movimientos por el País del Fuego."
Sasuke miró al ANBU con máscara de carnero y miró sus manos, brazos vendados y escayolados, sin poder sacarse lo que había dicho Sakura de su cabeza.
Naruto...¿no despierta?