De acuerdoooo. ¡VENGO EN SON DE PAZ! He entendido que casi nadie esta contento con el otro final. Al menos así lo tomé por la falta de comentarios...

¡LO LAMENTO! ¿¡OKAY!? NO SABEN CUANTO ME DUELE HABERLOS DEFRAUDADO. Solo quise escribir un fic feliz y realista, aunque ya entendí que a nadie le agrado mi idea xD. Por eso vengo con esto. Querían que terminaran juntos, así que hice un final alternativo. Este no es el que yo decía, el que necesitaba terminar antes de subirlo, he hecho este hoy para que fueran felices :3.

Deben de entender que el incesto esta muuuuy mal (aunque para mi es sexy y hermoso *o*) así que por eso no puedo escribir rosas sobre el.

¡ESPERO LES GUSTE! Lo hecho con todo mi amor c:

Disclaimer: Ningún personaje me pertenece, yo solo saco provecho de estos con fines de entretenimiento gratuito. Rayos, así nunca pagaré mi universidad ¬¬... xD

¡Nos vemos abajini!


Desperté lentamente, con ese delicioso olor a naranjas para tranquilizarme. Sentía ese especial calor a un lado mío, ese que me volvía loco. Podía sentirlo en mi radar, ella estaba a un lado mío descansando. Y supe que esta mañana sería igual a las demás; una mañana hermosamente dolorosa.

Me quedé unos minutos así, disfrutando de su calor. Todo era paz y serenidad, tanta que llegaría al punto donde me haría daño. No había nada que pudiera alterarme mientras ella estuviera a mi lado; a excepción de ella misma.

Me voltee completamente, para observar ese pequeño rostro. Sus largas pestañas, sus cejas, su respingada nariz, sus mejillas –tan coloradas como siempre- y sus finos y apetitosos labios. Amaba cada pequeña peca, pelo y dedo de ella. Todo en ella era tan hermoso que casi lastimaba el verlo, pero la realidad era que si dolía; dolía saber que no merecía nada de ello.

No importaba cuantos besos, caricias, palabras y miradas nos dirijamos, ni cuántos momentos pasemos, ni las risas o los abrazos, ella nunca me pertenecía. Dolía tanto, que cada mañana solo esperaba. Tan solo esperaba el día en que yo me apagara por completo, con ese olor a dulce naranjas entre mis brazos.

Y la abracé fuertemente, por primera vez sin preocuparme si la despertaba o no, sin preocuparme del poder que sus azules ojos tenían en mi. Porque me permitiría ser egoísta por un rato más; mirando esos ojos azules llenos de amor e inocencia guardada; besando esos labios tan perfectos y llenos de culpa; observando esa sonrisa de falsa felicidad, que la sentía como cuchillos clavándose con fuerza, uno siempre más fuerte que el anterior; acariciando su cuerpo desnudo, esforzándome porque ella disfrutara, aunque sabía que en el fondo ella no pensaba en mí; coger sus cabellos entre mis manos, siempre sorprendiéndome de la suavidad que estos poseían; tomar toda la esencia que pudiera poseer, la que me enamoraba más y más cada día. Disfrutaría de ella hasta que ella misma pusiera un alto, entonces yo la dejaría ir para luego desvanecerme. Rin era la fuerza que me sostenía, sabía perfectamente que al momento en que ella se cansara, yo caería y moriría en ese mismo instante. Y odiaba eso, odiaba mantenerla atada a mí. A este interminable sufrimiento del que nadie saldría vivo. Odiaba que ella sufriera por mi culpa, porque sabía cuando la necesitaba.

Pero mientras yo moría lentamente, la mantendría entre mis brazos, abrazada fuertemente. Así como hacía en esos momentos.

Y sabría que llegaría el día donde no le temería a esos ojos. Porque me encargaría de que esa infelicidad desapareciera de ellos, daría mi alma por ello.

Llegaría el día donde ambos pudiéramos ver a los ojos del otro y no viéramos solo azul. Tendríamos ese brillo que alguna vez tuvimos en nuestra juventud. Y nos abrazaríamos, un verdadero abrazo, que solo resultara hermoso y no jodidamente doloroso.

Mierda, cuanto deseaba que fueramos felices.

¿Qué habíamos hecho para merecer eso?

-Len…

-Princesa.- Me aparté lentamente, disfrutando de la hermosa vista. Le dirigí una sonrisa, una especialmente para ella.

Nos miramos a los ojos durante minutos, esperando encontrar algo que nunca haríamos. Ya no había chispa. Y sin embargo nos sonreímos, como si ingoraramos ese hecho por completo. Pero no lo hacíamos. Queríamos amarnos sin sentir esa extrema culpabilidad.

-¿Cómo has dormido, princesa?

-Como siempre… He tenido esos sueños.- Pesadillas, eso eran. Torturaban cada noche a mi princesa, y me frustraba tanto no poder desaparecerlas. Quería hacerlo, deseaba tanto hacerlo. Necesitaba desaparecer cualquier cosa que le hiciera daño a mi princesa.

Entonces, solo debería desaparecer yo.

-Rin...- La abracé fuertemente, haciendo todo lo posible por controlar mi fuerza. Pero me enojaba. No podía evitar sentir ese odio hacia mí mismo.-Lo siento…- Era todo mi culpa. Si tan solo dejara de ser un cobarde que decía amarla y protegerla y finalmente huir de ahí.

Porque en este caso, huir era un acto de valentía.

-¿Por qué lo sientes, Len?- Me preguntó, con la voz quebrada. Sentí algo romperse dentro de mí.- ¿Por qué, Len? ¿Por qué?- Se agarró fuertemente de mis hombros. Yo cerré los ojos con fuerza, sintiendo sus lagrimas correr por mi pecho. Dolía más que cualquier cosa en el mundo.- Tú me amas. Tú me proteges. ¿Entonces porque te disculpas?

Mantuve la boca cerrada, aguantando un sollozo. Lo menos que necesitaba ahora era preocuparla. Pero ella sabía que ambos llorábamos, no había forma de que no lo supiera. Ambos sufríamos de la misma forma. No había otra manera de hacerlo, si uno sufría, el otro también lo hacía. –Por eso mismo, porque te amo.- Aplasté mi nariz en su cuello, intentando tomar ese olor, aquella droga que tanto me calmaba. Pero esta vez no funcionó.- Por eso lo siento.

Sentí una vibración en mi pecho; ella reía. Y sentí una dolorosa descarga recorrer por todo mi cuerpo. No de esas que sentía cuando ella sonreía, o me miraba, o reía. Era una nueva sensación que se había generado con el paso del tiempo. Era la que me despertaba y me llevaba a la realidad. Una realidad donde Rin no reía con sinceridad, con esa chispa tan centellante que dejaba aturdidos a todos, no. Una realidad donde sus risas eran sarcásticas.

-Len….- Se separó de mi, para poderme ver a los ojos. Yo me asusté, porque su expresión no era la misma de antes, la inocencia la había perdido. Ahora solo quedaba la maliciosa mueca de quien había aprendido de sus experiencias; ninguna de esas experiencias era buena.- Entonces, yo también me disculpo.- Abrí los ojos desmesuradamente. Sentía una infinidad de contradictorias sensaciones recorrerme. Felicidad; tristeza; enojo;- Yo…- Nostalgia; incredulidad; pasión; miedo; desesperación; culpabilidad; esperanza;- Te amo, Len.- Y sobre todas…

Amor.

Sonreí, abandonando la realidad y regresando a ese sueño enfermizo, donde todo era amor y felicidad. Y antes de sumergirme completamente, desee nunca salir de ese transe, donde los dos vivíamos en esa sombra de felicidad sin sentido. Donde el dolor y el sufrimiento eran un mito.

-Yo también te amo, mi pequeña- La acomodé sobre mi pecho, acariciando tiernamente sus cabellos de oro.- Más que nada en el mundo.

Lo siento, mamá. Ojalá nunca tengas que vernos de esta forma. Sé que te mataría.

Juntos eramos unos cobardes que corrimos de todo lo que alguna vez fuimos, de la realidad y de todo el que nos amaba para poder alcanzar la felicidad. Rin era la bondadosa que me la entregaba y yo era el egoísta que la recibía.

Oh si, ya lo recordé.

Somos unos asquerosos incestuosos.


¡TARAAAAAAAAA! ¿Mejor? ¿Wakis de pollo? Necesito saber sus opiniones D:

Además de lo otro, también deben entender que Rin si ama a su hermano, pero no con la misma intensidad. En este final ha aprendido a quererlo, o al menos eso piensa, por el bien de su hermano. O bueno ¡ tómenlo como ustedes quieran! Me gusta que ustedes lo interpreten como les gusta :3

¡LOS AMITO MIS PEQUEÑOS! Pero necesito pedirles un favor ¿Podrían comentar por favor? ¿PORFAVORPORFAVORPORFAVOR? ¡Es que estoy salada! En ninguna de mis historias tengo casi comentarios, y realmente me esfuerzo. Me gustaría que me dijeran si les gusta, o si necesito esforzarme más. Si no nunca aprenderé.

¡CUÍDENSE MUCHO! Que tengan un día así bien 'inchi hermoso :D

¡Chaito!