¡Hola gente! Aquí una historia de las nuevas.
Saint Seiya no me pertenece a mí, sino a Masami Kurumada.
WARNING: Este fic contiene escenas que podrían ser perturbadoras para cierto tipo de público. No apto para personas sensibles al angst, al abuso o que tienen problemas con el Yaoi.
Al final algunas notas aclaratorias. Con todo, ¡espero que les guste!
Amado de esta manera
El calor en sus mejillas le avergonzaba. Sabía que por más que intentara calmarse, su blanca piel enrojecía casi por cualquier cosa. Y es que ese beso en sus labios era más que cualquier cosa, en especial cuando sentía una ávida invasión que le dificultaba respirar.
La voracidad de aquellos besos le avergonzaba. No estaba seguro de si ese comportamiento era natural, después de todo, jamás había estado con nadie, él había sido el primero. Nadie más lo había tocado de esa forma.
Nadie más me ha amado de esta manera, nadie.
La brusquedad de aquellas enormes manos lo avergonzaba, sentir esos dedos tocándolo, esas manos recorriéndolo, era perturbador. Le hubiese gustado que siempre fuese dulce y tierno como la primera vez; le hubiese gustado que fuera tan cuidadoso como en aquella ocasión, en la que a cada movimiento, le pedía que confirmara si quería continuar. Y él respondía sí, confirmaba sí, su respuesta siempre fue: sí.
Pero es él mismo. Es la misma persona que me hizo sentir amado en esa ocasión. No es momento de ponerme exigente, tengo suficiente con saber que me ama, que está aquí, ahora, a mi lado. Él y sólo él me ha amado realmente y ésta es su forma de demostrarlo. Nadie más me ha amado de esta manera, nadie.
El sonido de su propia voz lo avergonzaba. Era espontáneo por naturaleza. Nunca se privó del gusto de reír a carcajadas si algo le parecía gracioso; nunca contuvo el llanto al sentirse conmovido o dolido; nunca evitó gritar o quejarse al recibir un ataque o sentir dolor. Y hoy no puede evitar que esos molestos sonidos surjan de sus labios al sentir esas caricias; no puede evitar esa respiración entrecortada, lenta, profunda; no puede evitar los suspiros y los delicados gemidos al ritmo de esos violentos movimientos… no puede evitar exclamar cuando aquella sensación límite invade su cuerpo.
Y abrazarlo, necesito su abrazo. Necesito que me rodee con sus brazos, que me apriete contra su cuerpo; que me demuestre que está conmigo, que no va a dejarme. A él le gusta sentirme temblar entre sus brazos, le gusta oír el sonido de mi voz mezclarse con el suyo. En comparación, es poco lo que yo le brindo a cambio de su calor, a cambio de su amor. Nadie más me ha amado de esta manera, nadie.
El olor de su cuerpo lo avergonzaba. Le avergonzaba aún más cuando se combinaba con el fuerte olor del sudor de su compañero. Pero no hay más, no hay nada más fuera de este abrazo; por más desagradable que fuera, era necesario para dormir toda la noche entre sus brazos. Necesitaba sentirlo a su lado toda la noche, seguro de que jamás se iría.
No, él no se irá, él no me dejaría. No es como ellos, él me ama. Me ama sin importar que sea débil, sin importar si soy o no un bebé llorón, me ama a pesar de haber dañado a mis camaradas, a pesar de estar manchado, a pesar de ser culpable de lo que le ocurrió a Seiya, a pesar de todo. Él nunca se fue, siempre estuvo aquí y yo no lo supe ver; él siempre cuidó de mí sin que yo lo notara; él siempre me amó sin que yo lo supiera y acompañó a mi soledad con su propia soledad. Es justo como él me lo dice siempre: Nadie más me ha amado de esta manera, nadie.
Y entonces… ¿Por qué le avergonzaba?
No me avergüenza, me incomoda.
¿Y por qué?
Es normal, lo que hacemos es vergonzoso
¿Lo es?
…
¿Lo es?
…
¿Te avergonzarías si estuvieras con ella?
¿Con quién?
Con tu amada…
¡Yo no tengo ninguna amada!
La tienes, recién te diste cuenta de cuánto la amabas y de cuánto te ha amado ella a ti
Ella no me ama. Pretendía quererme, cuidaba de mí como quien cuida de una mascota. Cuando me marché de su lado, simplemente me olvidó.
Pero vino hasta Japón para prevenirte
Y luego desapareció, se fue, no volvió jamás…me abandonó: ella no me amaba.
¿Te avergonzarías si estuvieras con ella?
No estoy con ella, ¡ella no está aquí! No tiene sentido pensar en eso ahora.
¿Te avergonzarías?
…
¿Te avergonzarías?
…
¿Te avergonzarías?
… no lo sé
¿No lo sabes?
…
¿No lo sabes o no te avergonzaría?
No lo sé.
¿Te avergüenza estar con él?
…
¿Te avergüenza?
… sí
¿Y por qué te avergüenza?
Porque hacemos cosas raras
¿Los dos hacen cosas raras?
… me hace cosas raras
¿Cosas malas?
¡No!, él nunca me lastimaría
Y sin embargo, te duele
…
Te duele y te avergüenza
Pero él me ama
¿Te ama?
Él me ama, siempre me ha amado y siempre ha estado conmigo
¿Cómo sabes que te ama?
Me lo dijo, está siempre a mi lado: me besa, me abraza, me acaricia, me pone atención. Además él me dijo la verdad.
¿La verdad?
Si, la verdad
¿Cuál verdad?
Que nadie más me ha amado de esta manera, ¡nadie!
¿Nadie?
Todos me abandonan siempre, todos se van, todos me dejan, no les importa lo que me pase. Nunca sentí de ellos un abrazo, nunca ninguno de ellos me dio un beso, ni siquiera mi hermano desde que volvió; ellos nunca me demostraron amor. Y se van, siempre se van. ¡Siempre tiene que haber una batalla de por medio para que pueda volver a verlos! Me odian.
¿Te odian?
Me odian; si no me odiaran, se quedarían a mi lado. Les doy asco porque soy un llorón, porque soy débil, porque soy repugnante. Fui el envase del enemigo ¡y soy el peor de los cobardes!
¿Ellos te dijeron eso?
No, nunca lo dijeron. Pero no es necesario, lo sé.
¿Y cómo lo sabes?
Se ve en sus caras, cómo sienten lástima de mí, cómo les repugno. Fingen sonrisas y luego se van, me abandonan. Me odian y por eso me dejan solo.
¿Ellos te lo dijeron?
No.
Entonces, ¿quién?
…
¿Quién?
… él me lo dijo.
Él te lo dijo…
Si, él lo sabe, él los escuchó diciendo lo mucho que me odian y me lo dijo porque me ama. Por eso no tengo a nadie más que a él. Nadie más me ha amado de esta manera, nadie.
.
.
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-¿Qué sucede? ¿No puedes dormir?
-¿Eh? No, no es eso; es sólo que… estaba pensando en algo.
-¿En qué? No es hora de pensar, es hora de dormir.
-Sí, lo siento. Te desperté porque me muevo mucho ¿verdad?
-Sí. Ya duérmete. Mañana debo ir a la Fundación.
-Sí.
El joven cerró entonces sus hermosos ojos verdes al tiempo que se aferró al cuerpo a su lado. Sin que se diera por enterado, una sonrisa de satisfacción se dibujó en el semblante de aquél hombre maduro; sin duda, era una gran satisfacción tener a ese tierno niño, a ese delicado e ingenuo adolescente totalmente a su merced.
-Buenas noches Shun.
…
-Buenas noches, Tatsumi.
.
.
.
NOTA DE LA AUTORA.- Si, ya lo sé, ¡horrible!
Y es que siempre me pregunté cómo era posible que dejaran a alguien tan lindo e ingenuo como Shun, un niño de trece años de carita angelical, con serios problemas de autoestima, probablemente aún pre-púber, solito en una mansion enorme con un adulto tan manipulador y maldito en todos los sentidos como es Tatsu.
En serio, usen esa fórmula en el mundo real y vean qué es lo que pasa. Pederastía y Síndrome de Estocolmo servidos en charola de plata!
Pues este fic es un homenaje a todos aquellos niños y niñas, jóvenes, jovencitas y mujeres que viven en las garras de algún desalmado sin escrúpulos.
No sé qué hacer con éste fiki. Me encantan los finales así, angustiantes… pero no quiero dejar a mi Shunny en manos de ese bastardo. Díganme su opinión ¿ok?
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Nos leemos pronto!