Disclaimer: applied.


Pues hola, no soy de dejar mensajes al principio pero esta vez será la excepción. Comencé el movimiento para agrandar el MinaKushi y muchas autoras me han dado su apoyo del cual estoy muy agradecida ¡Todos sus one-shot son lo máximo! Pero me faltaba aportar, tengo también fics MinaKushi pero son fics largos y tomarán tiempo, así que este será mi primer one-shot. Espero que le guste, y sigan apoyándonos para agrandar el MinaKushi.


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INVENCIBLE

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Minato Namikaze era el héroe más grande que existía en Konoha, admirado y temido por muchos, no había persona capaz de superar su ingenio ni su inteligencia, tampoco su poder. El talento que demostró desde que ingresó a la academia fue tan extraordinario que Jiraiya, uno de los sanin, lo convirtió en su alumno.

Por si fuese poco, su velocidad fue tan legendaria que la gente comenzó a llamarlo "el rayo amarillo de Konoha", un sobrenombre que levantaba orgullo y terror en todas las naciones del mundo shinobi.

Era el héroe de la tercera gran guerra ninja.

Invencible: así lo denominaban todos, amigos y enemigos, compañeros y rivales, maestros y alumnos. Meterse con él era tan peligroso que pronto se dijo que era mejor huir al verlo. Una vez que fue nombrado Yondaime Hokage pareció que su período de poder alcanzó su cúspide. Y, una vez más, todos confirmaron que era invencible.

O al menos, así era la creencia popular.

Nadie podía vencerlo en batalla hasta el momento, era cierto. Nadie supera su inteligencia ni su talento, sí. Nadie se movía a velocidad más rápida que él, sí. Pocos eran tan tontos para retarlo en desventaja, sí. Nadie se metería con sus seres queridos a menos que quisieran verlo verdaderamente furioso, sí.

Pero tenía una debilidad.

Su esposa: Kushina Uzumaki. La única mujer a la que miró desde la primera vez, a pesar de que ella nunca fue amable con él cuando fueron niños. La única a la que amaba, aquella ninja hiperactiva y traviesa de cabellos rojos como el fuego, y llamativos ojos violáceos. La misma a la que rescató de los secuestradores de Kumo a los quince años, y la que finalmente terminó correspondiendo sus sentimientos haciéndolo el hombre más feliz sobre el país del fuego.

Ella era su debilidad.

Si algo le pasaba a Kushina, él moriría. Así de sencillo. El mayor héroe de Konoha, al que todos lo creían invencibles era débil por ella y ante ella. La sonrisa de Kushina iluminaba su día, sus constantes travesuras lo sacaban de la rutina y lo divertían, sus momentos dulces y tiernos lo volvían un tonto completo. Ella reía y él era feliz.

Kushina erasu debilidad, pero también su fortaleza.

Si alguien la lastimaba él quedaría débil y vulnerable. Al menos por un momento, luego el anhelo de protegerla le daría fuerzas para seguir adelante, porque era su debilidad pero también su fuerza.

Él si era invencible, pero por razones diferentes a las que todos pensaban.

No era por su talento, su poder o su velocidad. No era por ser temido ni nada de eso.

Minato Namikaze era invencible mientras Kushina sonriera para él, mientras ella estuviese a su lado para formar una familia, un deseo que tuvo desde la anterior guerra. Mientras tuviese a su esposa junto a él siempre sacaría fuerzas para luchar hasta el final. Nadie lo vencería mientras Kushina viviese.

Con ella, Minato era invencible.

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—¡Minato! —El chillido de Kushina lo devolvió a la realidad.

Se volvió hacia su esposa con una gran sonrisa, y ella le correspondió con dulzura, empezando su charla incesante. Habló sin parar de ropa para bebés, absorta en la adoración que sentía al ser que crecía en su interior, un pequeño bebé producto que su amor, y al que esperaban con ansias. Él completaría el sueño que habían tenido desde que quedaron huérfanos: una familia.

La noticia era reciente y su felicidad era infinita.

De pronto, Kushina interrumpió su charla y tomándolo de la mano, lo arrastró de la torre del Hokage al mirador. Desde ese sitio, bajo los rostros esculpidos de los grandes héroes, observaron Konoha en todo su esplendor. Los ninjas y civiles que vivían allí formaban la aldea, sus amigos, su familia.

Minato sonrió y abrazó a Kushina por detrás, pasando sus manos por el vientre aun plano. Aún no podían sentirlo pero ya era una realidad, allí estaba creciendo su hijo, una personita que era parte de él y de Kushina. Un hijo, la sola palabra lo hacía dichoso.

—¡Nuestro hijo será el mejor ninja de Konoha, 'ttebane! —chilló Kushina, dejándose abrazar y mimar, riendo de forma contagiosa.

—Sí —Minato le dio un casto beso en el cuello—. La sombra del fuego ilumina el pueblo —murmuró sonriendo.

Mientras Kushina y Naruto, su hijo nonato, estuvieran con él… Minato era invencible.

Él siempre iluminaría Konoha.

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Pues ¡Hola otra vez!

Espero que les guste. Al último hago alusión de Naruto, sé que Minato no elige el nombre de Naruto hasta casi el final del embarazo de Kushina, pero como dice Kuraii-chan ¡es la magia de fanfiction! Jejeje ^^U

Y agradezco a cada autora y autor, lectora y lector que me han brindado su apoyo para esta noble causa. ¡Que viva el MinaKushi!

Isi-san, Aniyasha, Tsukimine12, Minakushi-chan, Emiita, Sabaku No Kuraii, algunas de las tantas que han escrito one-shot de esta adorable pareja y me han ayudado, sé que si seguimos así pronto el número de fics de esta pareja será respetable. Apenas hay 44, con la mía seria 45, pero no llena ni dos hojas de FF. También haya otras autoras que me han dicho que me ayudaran y que aún no publican, pero sé que lo harán pronto, también les agradezco su apoyo.

Sigan uniéndose a esta causa.

No se… tal vez podremos crear una comunidad, yo quiero hacer una, estuve hablando con Isi-san pero no sabemos cómo… ¿alguien nos ayuda?

Bueno. Besos.

¡Que viva el MinaKushi!

Bella Scullw.

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Editado (03/09/19)