Assassin's Creed: La hermandad de Konoha
Prologo: La llegada

Aunque otros hombres sigan ciegamente la verdad, recuerda: Nada es verdad.
Aunque otros hombres se dejen coartar por la moral o la ley, recuerda: Todo está permitido.
Trabajamos en las sombras para servir a la luz; Somos Asesinos.

-Nicolas Maquiavelo-
-Gran Maestre de los Asesinos-

Era una tranquila tarde en la, por ahora, tranquila aldea de Konoha. Un día libre en la vida de Inoichi Yamanaka que él exclusivamente pidió para poder estar con su hija; la vida como Shinobi y el tiempo en la florería le quitaban casi todo su tiempo disponible con su pequeña hija Ino. Ahora la pareja formada por padre e hija salían caminaban por las calles de Konoha disfrutando de un helado. Claro, en un principio no le había gustado tener una hija, después de todo sus compañeros de equipo, todos ellos habían tenido hijos, pero con el tiempo acepto la idea, transformando a su hija en su princesa consentida.

Ino disfrutaba de su helado para cuando noto cierto contraste en la oscuridad de un callejón. Retrocediendo un par de pasos lo volvió a revisar, notando que una pequeña mancha amarilla en la oscuridad del dicho callejón. "Papá, ¿Qué es eso?" la pequeña tomo el pantalón de su padre, jalándolo varias veces para llamar su atención.

Inoichi siguió la mirada de su hija hacia el callejón, viendo la misma mancha amarilla que resaltaba. Curioso por esto se acercó un poco más para ver de qué se trataba. De inmediato su expresión curiosa se transformó en una seria. "Ino, quédate aquí." Ordeno severamente.

Preocupado se acercó y sus temores se hicieron realidad. Allí estaba totalmente herido e inconsciente el infante Naruto Uzumaki. Su polea blanca con una simbólica flama roja estaba completamente ensangrentada. Como instinto tomo su pulso. Estaba aliviado al saber que el niño estaba con vida. Con cuidado lo tomo entre sus brazos, regresando junto a su hija. Sin advertirle tomo con su fuerte brazo y la puso sobre su hombro, afirmándola a él con una sola mano, la otra se encargaba de mantener a Naruto contra su torax.

Su habilidad Ninja entro en vigor, utilizándola para saltar los tejados de las casas y construcciones llegando al hospital. No perdió tiempo al entrar. "¡Enfermera!" grito con furia. "Tengo un herido." Inicialmente la joven miro con miedo, pero la mirada fría de Inoichi se aseguró de que acatara los pedidos.

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"¿Cómo puede ser esto posible, Lord Hokage?" pregunto indignado. "Es un niño, un niño inocente. Si no lo encuentro en aquel callejón, hubiera muerto desangrado."

"La gente teme lo que no entiende, Inoichi. Es la naturaleza humana." Era la respuesta del anciano líder del pueblo, Hiruzen Sarutobi.

El par de ninjas estaban en una habitación aislada del hospital, mientras Ino observaba sentada en una silla al muchacho rubio sobre la camilla. No había que ser un genio para ver que estaba en un estado grave, y de no ser por su padre el niño estaría muerto. Por su puesto, su padre era un héroe, un ninja.

A la sorpresa de la muchacha, el niño rubio despertó. El muchacho todavía aturdido simplemente observo el techo en silencio. "Oye, niño. ¿Te encuentras bien?" Pregunto silenciosamente.

"Si… ¿Dónde me encuentro?"

"Estas en el hospital, papá te trajo cuando te encontró inconsciente. ¿Qué te paso?" Pareció que la última pregunta de Ino puso nervioso a Naruto porque este último se tensó completamente, quedándose en silencio. "¿Hola?"

"N-no recuerdo." Contesto nerviosamente.

"Entonces, ¿Cuál es tu nombre?"

"Naruto Uzumaki, ¿Y el tuyo?"

"Ino Yamanaka." Respondió alegremente. "Tienes suerte que yo y papá pasáramos por ahí. Estabas muy mal herido."

"Si, ¡Gracias! ¡Espero ver a tu padre para poder agradecerle!" grito entrando un poco en confianza, lo que hizo sonreír levemente a Ino. No se veía un mal chico, en especial por las líneas en su rostro le hacían parecer algo más guapo, como si se tratara de un zorro.

"No tienes nada que agradecer." La expresión alegre se apagó al escuchar la voz seria al abrir la puerta de la habitación. Un hombre con traje de Ninja Jounin estaba parado allí. "Fue gracias a Ino que te encontré a tiempo, deberías agradecerle a ella."

"¡Papá!" grito Ino al verle llegar.

"Gracias." Repitió Naruto. "No hay muchas personas que sean buenas conmigo. Solo el anciano." Dijo con una sonrisa triste. Esa mirada apaleo el corazón de Inoichi. Era la mirada que ocultaba mucho sufrimiento, una mirada que tan solo un adulto ninja en sus más largos días de experiencia Shinobi debería llevar, no un inocente niño.

"Te diré algo muchacho. Cuando salgas de aquí yo e Ino te llevaremos a tomar un helado." Esa simple oración fue como la navidad de Naruto. Sus ojos levemente apagados se iluminaron como una estrella ante el entusiasmo. Rara vez tenia helado, el Hokage era el único y tan solo lo hacía en su cumpleaños.

Dando las despedidas respectivas, Inoichi y su hija abandonaron la habitación. "¿Qué dices Ino? ¿Te agrada Naruto?" Le pregunto su padre.

"Se ve que es divertido, aunque no lo conozco." Comento un tanto abrumada por las palabras de su progenitor.

"Bien, entonces arreglaremos eso. Cuando invitemos a Naruto a tomar helado, luego le llevaremos a cenar con nosotros y tu mamá, ¿Te parece?" Ino asintió feliz ante la oferta de su padre. Los únicos chicos de su edad que conocía eran Shikamaru y Chouji, y no eran muy agradables. Shikamaru era un perezoso que solo se acostaba a ver nubes y Chouji, un glotón sin remedio. Seria agradable conocer a alguien más animado que ese par de lentos.

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Dicho y hecho. El helado llevo a una cena y una cena llevo a una gran amistad formada. Ino podría decir que había encontrado a alguien con una chispa más activa que sus anteriores amigos y Naruto encontró a su primera amiga. Los días posteriores se transformaron en tardes de juego en su compañía mutua. Naruto era un bromista natural causando que Ino prácticamente perdiera su voz a risas. Los juegos infantiles eran verdaderas persecuciones, escondidas y muchas otras diversiones.

Las cenas en la casa de los Yamanaka no terminaron, de hecho se hicieron muy frecuentes. Tanto la madre como el padre de Ino estaban fascinados con el muchacho, en especial con su primera reacción a comida hogareña, confesando que era la primera vez que comía en un ambiente de esa categoría. El cuarteto, formado por la familia Yamanaka y Naruto, bromearía y charlaría con naturalidad, mientras que los pequeños Ino y Naruto agregaban propias charlas de su mundo infantil.

Ahora el par de niños estaba en el parque de Konoha en otra tarde de juegos y aventuras, pero ya durante el atardecer notaron un tumulto de niños bastante grande. Se podría escuchar el llanto de una niña. Naruto e Ino, fueron prácticamente llamados por este llanto. Se trataba de un grupo de niños molestando a una niña de cabello rosado. El par de rubios fácilmente ahuyentó a todos los brabucones. "¿Te encuentras bien?" preguntó Ino.

La muchacha estaba sentada sobre el castillo de tubos en el parque. Sin dejar de llorar levanto la mirada al par de rubios que la observaban detenidamente. "¿Por qué estas llorando?" le pregunto esta vez Naruto.

"Esos chicos, me molestan por mi frente. ¡Es muy grande y fea!" se quejaba.

"Yo la encuentro bonita." Fue la respuesta rápida de Naruto.

"Si, no tienes por qué ocultarla. Deberías mostrarla con orgullo." Agrego Ino.

"¿De-de verdad?" pregunto dudosa.

"¡Sí! ¡Te hace ver inteligente!" otra vez intervino Naruto, Ino borro suavemente sus lágrimas mientras su otro amigo continuaba hablando. "Yo soy Naruto Uzumaki."

"Y yo Ino Yamanaka. Si quieres los tres podríamos ser amigos. Naruto es algo bullicioso pero te acostumbras con facilidad." Comento burlesca la heredera Yamanaka.

"¿Cómo si tu no lo fueras?" respondió Naruto poniendo sus manos típicamente en su nuca. A Ino se involuntariamente le dio un tic en el ojo derecho.

"¿Qué fue eso?" Respondió con una mirada asesina.

"Na-nada." Se defendió Naruto con sus manos.

"Eso pensé." Contesto Ino con su tono satisfecho. Entre tanto la niña de cabellos rozados se empezó a reír. Era divertido ver como ambos se relacionaban, prácticamente se podía ver la amistad entre ambos. Sin duda que formar parte de ese par sería divertido.

"A todo esto, soy Sakura Haruno." Contesto finalmente la niña de cabellera rosada, ahora que la batalla entre ambos había terminado.

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El joven respiraba agitadamente mientras recuperaba el conocimiento. Su visión se aclaraba recuperando el sentido de sus alrededores y sus propios cinco sentidos. De inmediato recordó lo último que sucedió. Apretó su mano derecha involuntariamente, dando un suspiro de alivio. El objeto aún estaba en sus manos. Se levantó del suelo observando sus extraños alrededores, ciertamente no estaba en la batalla final. Había logrado salvar el fruto de Abstergo y por ende de los Templarios. Ahora solo tendría que volver a usar el fruto y regresar a una posición aislada, buscar a los asesinos restantes para dar el golpe final en contra sus enemigos.

Desmond Miles se concentró en el Fruto del Edén pero nada paso, ni siquiera un brillo o chispa, nada. Estaba sin energía, ¿Quién sabía cuanto tiempo tardaría en recargar energía el Fruto del Edén? Porque estaba claro que en el escapo ocupo toda la que tenía.

Volviendo a suspirar en resignación se volvió a concentrar en sus alrededores. ¿Una montaña con cuatro caras esculpidas en la misma roca? Era otra versión del Monte Rushmore, pero jamás había visto a esas personas, ¿A caso era otra manipulación histórica de los Templarios o simplemente no estaba en su mundo? ¿Qué significaba todo esto?


Nota del Autor:

Resubido y eliminando las notas anteriores. No sera Naru/Saku/Ino, pero decidi dejar esta parte. Notaran algunos cambios en los capitulos siguientes, nada demaciado radical (a pesar de ser solo el interludio y Capitulo 1). Como siempre dejare las parejas en silencio, pero ya dije que serian sobre mujeres maduras ya que las jovenes las acapare para otro fanfic e igualmente este Naruto sera más maduro por lo que no tiene utilidad juntarlo con alguien de su edad.

Los siguientes dos capitulos (Interludio y Capitulo 1) estan modificados levemente, agregando algunas cosas y unos leves cambios en otras. Esten atentos.