Ninguno de los personajes me pertenece bla bla bla xD
¡Perdonen la demora! :D pero entre el hecho de que mi beta no tiene pc y la semana santa me tarde más de lo debido xD
¡Lo siento!
Pero ahora, a leer :D
Made In Daneshka
De cυadradoѕ aмoroѕoѕ:
Devυélveмe a мι тeмe
V
Tras deshacer el resto de los clones de sombras y con un corte en el costado, Naruto miró con pesar el espeso campo teñido de rojo y el cadáver inmóvil de aquel ninja.
— Kyou...ko...
Sasuke blandió con fuerza su Katana y limpió la sangre de la misma antes de enfundarla nuevamente.
No había sido difícil, pero tampoco grato.
Con el pesar de aquella vida acabada, Naruto ayudó a Kyouko a levantarse del suelo en donde había permanecido arrodillada, expectante a todo lo que allí había sucedido.
— ¿Estás bien, Kyouko-chan? — y él sonrió, fingiendo en todo momento la amabilidad dibujada en su rostro. — Perdona que nos hayamos tardado tanto, pero Sasuke y yo tuvimos un par de problemas— Naruto soltó una risa despreocupada, intentando aligerar el pesado ambiente que caía sobre ellos mientras esperaba a que ella recuperara la conciencia y se levantase.
— Naruto-kun... — susurró bajito y estuvo a punto de llorar. Los recientes recuerdos hacían que sus ojos se cristalizaran, volviendo al mismo tiempo su visión algo borrosa.
Y él sólo pudo sonreírle y levantarla en sus brazos para sacarla de ese lugar lleno de sangre y con olor a muerte, mientras los primeros pájaros carroñeros y los cuervos daban vueltas en el aire.
Por último, Naruto miró una vez más el sombrío campo y pidió la paz para el alma de aquél que había dado su vida por una causa que sólo le condujo a la muerte. No pudo evitar el pensar en la familia de aquel hombre, la esposa e hijos que nunca volverían a ver a su esposo y padre.
Y fue entonces el turno de los ojos de Naruto, los cuales se cristalizaron inmediatamente mientras miraba la espalda de Sasuke avanzar con seguridad y firmeza. Internamente, se repetía el simple hecho de que él, como ninja, nunca había podido arrebatarle la vida a nadie, mientras que Sasuke no había dudado ni un segundo en acabar con la de aquel ninja.
Desde el momento en que Kyouko fue secuestrada, Sasuke había corrido en busca de Kusanagi y había seguido a la sombra y él sin duda había ido tras él. La técnica de teletrasportación no había sido tan poderosa y no estaba lejos de allí. Sasuke sólo necesitó usar el Sharingan y de inmediato les encontró.
Naruto creo unos veinte clones de sombras y con la ayuda de una serpiente invocada por Sasuke pudieron conducir a la sombra a un campo abierto. La sombra, quien desde
el principio había sido un hombre, también creó clones de sombra para su defensa aunque estos fueron inútiles.
Sasuke no dudó y atacó sin piedad. Naruto, por su parte, se distrajo un poco lo cual le provocó un corte en el costado. Estaba demasiado preocupado por Sasuke y por Kyouko para concentrarse en la batalla, cosa que le desfavorecía enormemente.
Finalmente, tras un par de movimientos Sasuke se enfrentó directamente contra la sombra y terminó por atravesarlo con espada terminando así con su vida y con la pelea.
- Kyou...ko...- susurró la sombra hasta que su cuerpo de hombre cayó pesadamente sobre el pasto y quedara por completo inmóvil.
Y mientras recordaba todo aquello a la par que escuchaba los sollozos de Kyouko escondida en su pecho, Naruto se sentía terriblemente culpable. De no haber sido por sus estúpidas peleas con Sasuke ambos pudieron haber evitado todo aquello y justo ahora aquel hombre no estaría muerto.
Todo aquello iba y venia en el revuelto mar de remordimientos que se había convertido su mente y en la cual estuvo a punto de ahogarse de no ser porque Sasuke detuvo el paso abruptamente.
— ¿Sasuke...? — se atrevió a preguntar cuando éste dio la vuelta, fijando sus ojos directamente en Kyouko e ignorando su llamado.
— ¿Qué pretendias? — y la simple pregunta les sorprendió a ambos.
Naruto prefirió callar mientras ella pidió que le soltara, quedando nuevamente de rodillas en el suelo.
— Creo que de nada sirve seguir escondiéndolo.
— Le conocías — Sasuke se cruzó de brazos y la miró con el ceño fruncido y el Sharingan aún activado.
— Sí...yo...
Y Naruto les observaba detenidamente, pero no entendía absolutamente nada.
— ¿Sabías a lo que se enfrentarían?
— No, pensé que sería fácil...y... — la voz salió rota desde lo profundo de su garganta y las lágrimas continuaban saliendo sin cesar.
— Le has enviado directo al infierno — y esas simples palabras fueron suficiente para hacerla llorar desconsoladamente además de despertar en ella un terrible rencor.
— ¡No! — gritó ella, dándole una mirada de odio e ira a Sasuke. — ¡Tú le has asesinado! ¡Tú me lo has quitado!
— ¡Sasuke, Kyouko ya basta, dattebayo! — Naruto intervino lo más rápido que pudo evitando que Kyouko se levantara e intentara atacar a Sasuke, a quien éste acto le pareció terriblemente patético.
— No puedes culparme por tu estupidez — Y con esas simples palabras, el forcejeo inútil de ella cesó, sus lágrimas corrieron libremente mejillas abajo y prefirió guardar silencio aún cuando sus sollozos eran completamente audibles.
Y a pesar de no comprender la situación, Naruto caminó rápidamente hasta Sasuke dándole un fuerte golpe en la mejilla, aunque no lo suficiente para hacerlo caer al suelo. — ¡¿Qué demonios estás diciendo, Sasuke?
Toda la ira, toda la rabia y todo el rencor acumulado en su interior salió de las profundidades de su ser en ese mismo momento. Todo lo que había estado guardando en su interior se había liberado de tan inesperada manera que se quedó inmóvil ante tal acto. No lo había siquiera planeado, su cuerpo simplemente se movió solo.
— Sasuke, yo…— intentó disculparse, aún sabiendo que realmente no lo sentía. Pero cuando Sasuke volteó su rostro para mirarle, esos ojos rojizos como la sangre le paralizaron enseguida.
No había odio en ellos, no había ira y no había rencor.
Desolación…
— Acamparemos aquí el resto de la noche — con el rostro golpeado, Sasuke se dio la vuelta y caminando entre los árboles se perdió de la vista.
Lo que había en esos ojos rojos era desolación. Y Naruto observó detenidamente mientras la espalda de Sasuke se perdía de su vista, hasta que finalmente lo hizo.
— ¿Estás bien, Kyouko-chan? — le preguntó mientras sonreía y regresaba a su lado. Ella se veía realmente mal.
— Perdóname, perdónenme — ella siguió llorando y optó por abrazarse y mecerse lentamente de un lado a otro, cerrando fuertemente los ojos.
Y Naruto seguía sin comprender nada. Simplemente se sentó a su lado y la abrazó suavemente, acariciando su cabello como en una silenciosa promesa de que todo estaría bien.
Aún cuando no fuese cierto…
Naruto no supo cuánto tiempo pasó desde el momento en el que ella se había quedado dormida hasta el momento cuando Sasuke regresó. Al mirarlos, su rostro sorprendido cambió rápidamente a uno de molestia y sin decir palabra subió de un salto a un árbol cercano a ellos.
Su trabajo allí había terminado.
Poco tiempo después, el sol salió y Naruto no había dormido siquiera un poco. Se había quedado toda la noche cuidando el sueño de Kyouko y pensando en todo lo relacionado a Sasuke. En todas las cosas que habían pasado entre ellos, en su relación, en el inicio y el final y por ello terminó por reprenderse a sí mismo.
Se había prometido no volver a pensar en esas idioteces nunca más, por su bien propio más que el de otros. Quizás por primera vez estaba pensando en sí mismo.
No pasó demasiado tiempo para que Kyouko despertara con los ojos rojos y la tristeza dibujada en su rostro. En silencio, le agradeció con una mirada grata el haberse quedado a su lado y él le regaló una sonrisa cariñosa, de esas que asemejan un fuerte abrazo.
— ¿Qué pasará ahora, Naruto-kun?
Y él no supo qué responderle, su destino era incierto y ninguno sabía qué pasaría después de todo aquello.
— Te llevaremos al país de La Roca — de un salto, Sasuke bajó del árbol y cruzado de brazos les miró a ambos con indiferencia. — Nuestra misión aún no ha acabado.
Kyouko simplemente asintió, ella sabía cuál era su destino y esa noche había comprendido que no podía huir de el tan fácilmente. Y decidió entonces rendirse, decidió dejar de huir y aceptar lo que el futuro deparaba para ella.
Pero antes de entregarse por completo a su destino, tenía una última petición.
Un último deseo…
— Antes de irme, quiero verle — y fijó sus ojos directo en los azules, mirándolos con anhelo.
— Debemos continuar, hemos perdido demasiado tiempo — Sasuke volvió a intervenir en la conversación, siendo ignorado totalmente por ella, quien mantenía sus ojos en los de Naruto y él parecía perdido en los de ella.
— Por favor… — suplicó esta vez, mientras sus ojos se cristalizaban nuevamente.
Ante aquel rostro marcado por la tristeza, Naruto no pudo negarse y ayudándola a levantarse la acompañó de regreso al campo, seguidos por un tranquilo silencio y por Sasuke, indiferente a todo.
Una vez que los árboles se disiparon, el verde y brillante campo se abrió paso en la inmensidad de aquellas tierras. A cada paso que Kyouko daba, su corazón latía violentamente y sentía la opresión inminente en su pecho. No podía respirar bien, no sabía si todo aquello era real y no quería comprobarlo.
La desesperación le invadió e inesperadamente corrió desembocada hacia donde se suponía yacía el cuerpo sin vida. Y a la poca distancia, divisó una cruz hecha con ramas de los árboles clavada entre una colina miniatura.
Una tumba…
Su tumba…
Desesperada, con las lágrimas en sus mejillas y los ojos secos, se arrodilló al lado de la persona enterrada allí. Con delicadeza, acarició las piedras y la cruz como si del cuerpo de aquel hombre se tratase.
— Perdóname... fue mi culpa, lo siento tanto…
Naruto se detuvo en el momento en el que ella se arrodilló junto a la tumba, mientras que Sasuke se había detenido mucho antes, justo cuando ella comenzó a correr desesperadamente. Sin decir palabra alguna, respetando su dolor, le dieron todo el espacio que necesitaba.
Sorprendido, Naruto se atrevió a regresar al lado de Sasuke y sonreírle como hacia mucho tiempo no lo había hecho. — Sasuke, lo has hecho tú ¿No es cierto? — pero no obtuvo respuesta. Sasuke simplemente le miró unos segundos para posteriormente darse la vuelta y alejarse de él.
Aún así, Naruto seguía sonriendo abiertamente y hasta rió muy bajito a causa de aquello. Y no necesitaba respuesta, porque ya la sabía.
Sí, Sasuke había hecho aquello.
Minutos después, cuando Kyouko estuvo lista, se levantó y ambos continuaron con el viaje. Regresaron a la pequeña posada para pagar los daños y recuperar las cosas de ella que habían dejado. Luego de que la dueña de la posada les hubiese pedido que se quedaran a desayunar, tomaron nuevamente el camino principal que los llevaría directo al país de La Roca.
Horas después, a la hora del almuerzo, decidieron parar en un puesto de comida.
Sasuke se había alejado de ellos, mientras que Kyouko observaba los dangos en su plato con mucho interés. Naruto, por su parte, seguía sin comprender qué sucedía. No tenía idea de qué había pasado realmente la noche anterior y mucho menos quién era el hombre que había muerto a manos de Sasuke.
— ¡Debes comer, Kyouko-chan! — Naruto intentó animarla pero en aquella situación parecía imposible.
— ¿Qué sentido tiene hacerlo?
— ¡Es por tu salud! ¡Si no comes enfermaras, dattebayo!
Kyouko sonrió en ese momento y Naruto creyó haber logrado algo bueno con ello.
— Akira solía decirme eso una y otra vez.
— ¿Quién es Akira, dattebayo? — preguntó Naruto cual niño pequeño, quien no entiende lo que esta pasando.
Hasta que ella decidió contarle todo mientras él la escuchaba con mucha atención.
Ambos lo habían planeado todo.
Sin poder evitarlo, sería enviada al país de La Roca para ser comprometida con uno de los hijos del Señor Feudal para terminar con los conflictos entre ambos países. Todo sería por la paz, por la unidad y por una nueva alianza.
Todo esto sin tomar en cuenta su opinión, sus deseos o anhelos. Por lo cual ella no tomaría en cuenta los de su padre o las necesidades de su pueblo.
Estaba enamorada, completa y perdidamente enamorada. Akira era uno de los guardias principales de su padre además de un ninja conocedor de las sombras.
Era un plan a simple vista perfecto.
Se dejaría llevar al país de La Roca acompañada por dos ninjas y cuando estuviesen a mitad de camino, Akira iría por ella. Fingirían un secuestro y ambos escaparían sin problemas.
Pero su plan tenía muchos defectos.
Nunca le dieron importancia en conocer quiénes serían los ninjas que la acompañarían y tampoco contaron con la posibilidad de que éstos podrían darles problemas.
Y se habían dado de lleno contra esa posibilidad.
Nunca habían considerado la posibilidad de tener que luchar, de pelear hasta desfallecer o morir.
No era un plan perfecto.
Intentaron escapar, pero aquel Sharingan podría ir más lejos de lo que imaginaban. No pudieron esconderse, no pudieron huir. Ella le pidió que se detuviese, pero Akira se negó y quiso luchar, quiso protegerla hasta el final.
Hasta la muerte…
Consiguiéndola directamente de la Katana del Uchiha. Aún cuando Akira logró herir a Naruto, sus habilidades nunca tendrían comparación, nunca podrían siquiera imaginar en igualarse.
Akira había dejado de ser ninja inexperto para convertirse en un cadáver muerto.
Y para cuando Kyouko dejó de hablar, sus palabras eran cortadas por el temblor de su garganta. Las lágrimas que pensaba agotadas volvieron con el doble de fuerza y el dolor en su pecho le impedía respirar por largos segundos.
Naruto sintió un ligero mareo a causa del malestar que aquello le había producido. No sabía qué decir o qué hacer, no sabía como actuar en un momento como ese. Como último recurso, la abrazó fuertemente, sin poder prometerle que todo estaría bien.
Porque no lo estaba…
— Le gustaban mucho los dangos — y ella seguía hablando, quizás sólo para desahogarse — Íbamos a casarnos, ¿sabías? Después de escaparnos nos iríamos a otro país y viviríamos una mejor vida.
— Kyouko-chan, no tienes que seguir contándome todo esto...yo... — Naruto se sentía realmente mal, no quería que ella siguiera haciéndose daño así misma recordando todo aquello aún cuando no parecía estar escuchándolo.
— Pero ahora está muerto, ¿cierto? Debí haber aceptado mi destino desde el principio y no querer jugar a las escondidas. Inclusive ahora es muy tarde para arreglar las cosas...
Ella hizo amago de querer continuar hablando, pero Naruto no podía ni quería seguir escuchando todos esos recuerdos — ¡¿Pero qué demonios estás diciendo dattebayo? ¡Querer escoger tu propio destino no es algo malo! ¡Luchar por lo que quieres es lo que te hace quién realmente eres!
— No lo entenderías, Naruto-kun.
— ¡¿Entender qué? ¡Lo único que no puedo entender es que te des por vencida!
— A veces, aunque queramos algo con todas nuestras fuerzas y luchemos por ello no significa que nos será concedido o que logramos conseguirlo.
— ¡Puedes luchar hasta conseguirlo!
— ¿Inclusive si ello causa tu muerte o la de un ser querido?
Y antes de que él pudiese contestar, ella se levantó de la banca y caminó hasta Sasuke quién los esperaba con los brazos cruzados, observándoles detenidamente hasta que los tres estuvieron nuevamente en el camino.
Ante aquello, el ninja número uno en sorprender a la gente no tenía nada que decir, nada con lo cual defender sus propios ideales.
¿La muerte de un ser querido? Aquella simple palabra le hacia pensar en que si estuviese en el lugar de Kyouko, no soportaría el que Sasuke, Iruka-sensei o alguno de sus seres queridos estuviese muerto.
¿Lucharía él por defender sus sueños aún cuando uno de sus seres queridos fuese sacrificado?
¿Lucharía aún cuando el ser que amaba tuviese que morir para lograrlo?
No, no lo haría. Sacrificaría su sueño, lo dejaría y hasta lo olvidaría de ser necesario para mantener la vida de aquellos a los que ama intacta.
El sólo pensar en que Sasuke estuviese muerto le haría desear estar muerto también. Y eran ninjas, lo sabía, sabía que él o Sasuke podrían morir en cualquier misión y en cualquier momento, pero prefería pensar que no sería así. Porque los dos eran fuertes, los dos eran capaces de luchar contra un ejército de hombres y sobrevivir.
Prefería pensar que junto a Sasuke, ambos eran invencibles y que nada malo pasaría. Pero ahora todo era diferente, nada estaba bien.
Al igual que la anterior, esa tarde el cielo cubierto por negras nubes se extendia de un lado a otro y en todas direcciones. Momentos antes de llegar al país de la roca, una ligera lluvia comenzó a caer pero ninguno se detuvo hasta llegar al palacio del Señor Feudal. La entrada estaba decorada por enormes y majestuosas estatuas además de un vasto jardín.
Con paso calmado pero decidido, Kyouko subió escalón a escalón de la pequeña escalera que le conduciria a su destino. Todo lo contrario a Naruto, quien se mostraba incómodo y un poco molesto.
Todo aquello no parecia correcto...
Le parecía irónico el simple hecho de que aunque hubiese pasado tan poco tiempo con ella, indudablemente había creado un lazo con ese simple "Sé lo que se siente. Y le gustaría tanto que las cosas hubiese sido diferentes, que nada de aquello en verdad fuera a pasar.
Y es que todo había pasado tan rápido. Desde el principio no había querído ser parte de la misión por el simple hecho de que tendría que trabajar en conjunto con Sasuke, pero no tuvo opción y así terminó por conocera. Ella le parecía tan extraña, tan reservada. Y cuando comenzaba a sentir empatía, fue secuestrada por quien suponían el enemigo, al mismo a que Sasuke había arrancado la vida sin saber que todo era un plan de fuga creado por un par de enamorados dejando como resultado una muerte.
¿Podrían haber sido las cosas diferentes? Quizás si Akira no hubiese tomado esa actitud y dado el primer ataque, quizás seguiría vivo.
Pero quizás si ellos hubiesen hablado antes de atacar sería todo diferente, o quizás no. De lo único de lo que estaba seguro era que todo había terminado muy mal.
— Bienvenidos — uno de los guardias abrió la puerta principal además de indicarles el camino hacia el interior del castillo. — Estamos muy agradecidos, mi Señor estará feliz de saber que Kyouko-sama ya está aquí.
Escasos segundos después, un hombre elegante y talvez refinado salió a recibirlos.
— Síganme, por favor — sin objetar, los tres le siguieron al interior del palacio. — Mi Señor desea hablar con ustedes, por favor esperen aquí — Y tras ello, desapareció entre los oscuros pasillos junto con el guardia. Poco después, un grupo de doncellas vinieron por Kyouko para llevarla directo a su nueva habitación.
El Señor Feudal del país de La Roca apareció y muy animado les agradeció y les encomendó llevarle a la Hokage un sake muy especial además de un importante pergamino.
— Estoy muy agradecido por sus servicios, su misión ha concluido aquí.
Finalmente, Sasuke tomó el pergamino y la botella de sake entregado por el mismísimo Señor Feudal y se dirigió a la salida acompañado por Naruto, quien perdido en su propio mundo de ideas, se debatía entre lo correcto y lo incorrecto.
— Sasuke...— llamó dudoso a lo cual el otro sólo le miró. — ¿Crees que esto este bien?
— ¿A qué te refieres?
— ¡A Kyouko-chan! Esto no es lo que ella desea.
— No tiene otra opción, es su deber.
— ¡Teme! ¡¿Su deber dices? — nuevamente, al escuchar esas palabras indiferente, todo el rencor había vuelto a él. — ¡Siempre hay otra opción, dattebayo!
Antes de que Sasuke pudiese discutir aquello, los gritos de los guardias interrumpieron justo a tiempo.
— ¡Encuéntrenla! — gritó uno de los guardias en el jardín principal. — ¡Nuestro Señor ha ordenado su inmediata captura!— y de inmediato, todos los guardias del palacio corrieron de un lado a otro buscando a la joven.
Rápidamente, Naruto había detenido a uno de los guardias para preguntarle que estaba sucediendo.
— ¡Kyouko-sama ha escapado!
— ¿Cómo?
— Estaba en su habitación tomando un baño y cuando una de las doncellas entró para llevarle ropa nueva, ya no estaba.
Una vez que el guardia se había ido con el resto, Naruto jaló del chaleco de Sasuke para que éste le escuchara. — ¡Sasuke! ¡Tenemos que hacer algo, dattebayo!
— Naruto, este ya no es nuestro problema.
— ¡Claro que lo es! ¡Si ella escapó es porque no desea estar aquí y no podemos permitir que la encuentren!
— Ella no tiene otra opción, debe hacerlo por su país.
— ¡Siempre hay otra opción!
Y en respuesta a aquello, Sasuke le miró con una ligera y casi imperceptible decepción. — A veces por más que lo intentes, no encuentras una salida y tienes que aprender a vivir con ello.
Y con esas palabras lo único que había conseguido Sasuke era otro golpe directo a su quijada.
— ¡Pues si no piensas ayudarme a encontrarla puedes irte al infierno! ¡Tú y tu maldito orgullo Uchiha pueden irse directo al infierno!
Descalza y vestida sólo por un delgado camisón de algodón, Kyouko corría entre el bosque de bambú desesperadamente. Podía escuchar los gritos de los soldados
llamándola, queriendo encontrarla. Una vez que salió del bosque, se encontró con los fuertes y gruesos árboles del camino.
Debía escapar, debía correr y no regresar jamás. No podía permitirse vivir aquella vida, Akira nunca hubiese querido eso para ella.
Simplemente no podía ni quería aceptar su destino.
Naruto tenía razón, siempre había otra opción. Bueno o malo, siempre hay algo que puedas hacer.
Cuando las voces estuvieron lo suficientemente lejos para no ser escuchadas, se sintió libre hasta que al pasar junto a uno de los árboles alguien tomó su mano y la jaló contra sí. Kyouko gritó, intentó golpear a aquel sujeto, intentó luchar por su vida.
— ¡Tranquila dattebayo! — Hasta que esa voz tan conocida la hizo respirar en paz. — ¡Soy yo, Naruto!
Y ella no pudo hacer otra cosa que arrojarse directo a sus brazos y llorar desconsoladamente. Tenía tanto miedo.
— Tranquila, tranquila. Aquí estoy.
Con la llegada de la ligera lluvia, la noche también llegó y ambos se refugiaron bajo un enorme árbol. No tenían idea de qué hacer y mucho menos a dónde ir.
Naruto sabía que si la llevaba de regreso al país del agua su padre no cambiaría de opinión y el compromiso seguría en pie. Por otra parte, si la llevaba a la aldea Tsunade no podría protegerla, no si no quería ver a Konoha involucrada en disputas entre dos países.
Era probable y lo más seguro de que si alguno de los dos países descubría que le estaba ayudando a escapar, considerarían la acción como un acto de traición por parte de Konoha.
Y ninguna de las opciones parecían ser correctas, ninguna idea parecia funcionar y no había una solución aparente.
No estaba bien...
Nada estaba bien...
Y era en momentos como ese que se daba cuenta de lo mucho que le hacia falta Sasuke, seguramente él y su mente de genio podrían arreglar esa situación.
¿En dónde demonios se encontraría ese bastardo? Había creído que Sasuke le seguiría y no fue así. Se sentía tonto, muy tonto y ya no sabía si era porque de verdad lo era o
simplemente se debía a que Sasuke era un maldito. De lo único de lo que estaba seguro era que se inclinaba por la segunda opción.
— Naruto...— le llamó ella desde el suelo recostada sobre aquel árbol — Siento mucho causarte todos estos problemas.
― ¿Ah? ¿De qué demonios estás hablando? ¡Hacia tanto tiempo que no me divertía así! ― Y Naruto rió divertido y tonto. Lo que decía era cierto, desde hacia tanto tiempo ya que no se metía en problemas que había comenzado a extrañarlos.
— ¿A dónde iremos?
— A Konoha, te llevaré con Tsunade-Obachan y ella decidirá qué haremos.
No había otra solución...
Mientras la lluvia seguía cayendo y ellos esperaban pacientes a que la tormenta se acabara, Naruto se quitó el chaleco y lo puso sobre los hombros de ella.
Comenzaba a hacer frío.
— Kyouko-chan — y fue su turno de llamarla, ciertamente la curiosidad era algo que lo estaba asesinando lentamente — Cuando dijiste que sabías lo que se sentía sobre Sasuke y yo...— dudó un poco — ¿A qué te referías, ttebayo?
Ella pareció meditarlo un poco hasta que finalmente contestó. — Lo dije porque sé lo que se siente tener a alguien como él cerca de ti.
— ¿Alguien como él?
— Sí. Sé que es tu Compañero, pero Sasuke-kun es una persona oscura. Es malhumorado, es rencoroso y hasta quizás un poco malvado. Se nota que ambos se odian profundamente.
— Ya veo...
— Deberías alejarte de él, no es bueno estar con alguien como él.
Esta vez fue el turno de Naruto para sólo asentir, se sentía tan decepcionado e incomprendido aún cuando había sido su propio error confundir las palabras de ella. Kyouko no tenía idea de lo que significaba Sasuke para él puesto que el único sentimiento visible y que les unía era el odio.
El odio y el rencor.
— ¿Sabes quien enterró a Akira?
Naruto no sentía agrado de las personas que juzgaban a otros, y mucho menos cuando se trataba de Sasuke.
— Has sido tú — ella sonrió — Y quiero agradecértelo, Naruto-kun.
— Te equivocas.
— ¿Qué quieres decir con eso?
— Sasuke lo hizo.
Después de ello, ninguno dijo nada hasta que la lluvia cesara y pudieran continuar con el viaje.
Al estar cerca del campo, Kyouko le pidió que se detuviesen a tomar un poco de aire.
— ¿Puedo verlo una última vez?
Naruto simplemente asintió y como la mañana de ese mismo día la acompaño a visitar aquella tumba.
Nada de lo que vendría ahora sería fácil, por eso ella debía sacar fuerzas de donde no tenía para afrontar con valentía el futuro incierto que esperaba por ella.
Aún cuando nada de lo que estaba pasando lo consideraba como real. Y con lentitud y aún en negación, Kyouko caminaba lentamente, como si realmente no quisiera ver la tumba de su amor. A la distancia, apreció gracias a la claridad de la luna una figura sentada junto a la tumba de Akira.
Impaciente y preocupada, corrió hasta la figura movediza temiendo siempre lo peor. Naruto sólo la siguió.
— ¡Deténgase! — gritó con fuerza. — ¡¿Qué demonios cree que está haciendo?
Al llegar junto a la figura, supo que era un hombre, pero no cualquier hombre.
— A-Aki..ra...— y no sabía si era un espejismo, pero era el mejor momento de su vida. El más feliz. — ¡Estás vivo! — Ella gritaba emocionada mientras él no dejaba de abrazarla — ¡Estás aquí!¡Estás aquí!
Aún cuando su estado no era el mejor, Akira la abrazó sin importarle el dolor de sus heridas. él sonreía como nunca lo había hecho.
— ¡¿Cómo...cómo pudiste sobrevivir?
—Recibí un poco de ayuda — y aún sonriendo, Akira señaló con la cabeza un árbol cercano. — Sasuke me ha salvado.
Tras aquello, Naruto, quien había permanecido callado delante de aquella escena, fijó sus azules ojos en el árbol encontrandose directamente con dos pares de ojos los rojos.
Y supo que todo estaría bien.
Cerca de la media noche, bajo la luz de la luna, en el camino principal que se dividia en dos caminos con distintas direcciones, ya no había dudas. Las decisiones estaban tomadas. Cada par tomaría el camino que les llevaría directo a su destino.
— El país del Té está a un par de horas de camino — Sasuke miraba directo a los ojos de Akira quien también mantenia su vista en esos ojos negros. — Es mejor que partan ahora y llegaran antes del amanecer.
― Entendido — el joven castaño le agradeció con una sonrisa — Muchas gracias.
Sasuke quien cruzado de brazos sólo asintió.
— Muchas gracias — Kyouko de inmediato abrazó efusivamente a Naruto en medio de aquella despedida. — A ambos — y esta vez fue el turno de Sasuke para ser abrazado.
— ¡Te dije que había otra opción, dattebayo!
— Lo sé, y desde ahora lo tendré siempre en cuenta.
Unas risas tontas y un par de abrazos más fueron lo último de esa despedida.
— ¡Nunca te rindas, Kyouko chan!
Cercano el amanecer, a un par de horas de la entrada este de la aldea, Naruto seguía enmarcando aquella enorme sonrisa en su rostro. Las cosas no podrían haber salido mejor.
— Aún no puedo creer que lo hayas hecho, Sasuke.
— No sé de qué demonios estás hablando.
— ¡Claro que lo sabes!
Era obvio que lo sabía, aún cuando no quisiera hablar de ello. Sasuke se había convertido en el héroe de ese día. Kyouko y Akira debían estar cerca del país del Té en ese mismo momento. Esa noche habían dejado todo atrás, dejando una tumba en el verde campo que representaba todas las ataduras y las responsabilidades.
Y a Naruto se le hacia casi imposible creer que Akira estuviese vivo, él había visto a Sasuke atravesarlo con su Katana. Y aún cuando parecía obra de un Edo Tensei o algo así, se reducia al simple hecho de que Sasuke no le había matado del todo. Si bien le había herido, no había sido de gravedad y todo había formado parte de una ilusión creada por el Sharingan.
Cuando estaban lejos del campo esa noche, Sasuke regresó para ayudar al pobre y desafortunado muchacho que seguía inconciente en el suelo. Tras confirmar sus sospechas, lo llevó a una posada cercana y pidió que le cuidaran dejando un poco de dinero extra.
Simplemente, increible.
Por otro lado, con respecto al país del Agua y de La Roca, Konoha no sería la responsable de aquel fracaso. La misión había sido todo un éxito al momento de llevar sana y salva al palacio.
Pero eso no significaba que ellos estuviesen exentos del mal humor de la Hokage al leer el reporte.
—¡¿Que ustedes qué?
Y ambos se podían imaginar sin problemas el terrible escandalo que ella armaría al darse cuenta de todo. Pero antes de enfrentarse a la ira de la Hokage, necesitaban un buen baño y un par de horas de descanzo.
Para cuando llegaron a la aldea, la mayoría de los comerciantes y habitantes iban y venian sin parar. Para su fortuna, Ichiraku Ramen estaba a punto de abrir.
— ¡Eh, Teme!— gritó Naruto con una enorme sonrisa y antes de que Sasuke tomara el camino hacia casa, Naruto lo tomó del brazo y lo jaló sin reparos con dirección fija al puesto de ramen. —Te invito al ramen, ¡Eres mi héroe, dattebayo! — para luego reírse de Sasuke sin ningún remordimiento y sin tomar en cuenta que Kusanagi había salido de su vaina hacia ya mucho rato.
— ¡Naruto!
Sí, todo volvía a ser como antes, o eso quería creer.
Aclaraciones importantes xD:
1._ Todas y todos saben que acepto cualquier clase de critica, lo que no acepto es la manera grosera en la que son escritas y para muestra de ello, nunca he borrado un comentario de critica :D (los cuales siempre son anonimos)
2._ Mis fics no se basan en lemon todo el tiempo -w- sinceramente no creo haber escrito nunca un lemon real :D solo toqueteos entre otras cosas xD
3._ Si no gusta la historia ni ningun otro de mis fics, ¿Para qué tomarse la molestia de leerlos? Si no soy del agrado, no lea xDD
4._ Cada quien tiene gustos personales, y si mi fic tiene reviews es porque hay personas a las que les agrada y por eso continuo escribiendolo :3
5._ Por más que se me critique y se me diga que el fic está horrible y malo, no me importa. Si no soy excelente, pues seguiré escribiendo hasta serlo :D
Pasando ahora a temas realmente importantes...
YOOSSHHH! XD
He vuelto niñas y niños :D perdonen mi tardanza, pero mas vale tarde que nunca ¿Cierto? XD
El fic lo he hecho bastante largo (creo yo) en modo de recompenza por la tardanza xD aunque creo que desde este punto los capitulos seran maaas y maaas largos cada vez!
no, no hubo lime ni lemon xD lo siento, pero estan peleados! esa clase de cosas no volveran a ocurrir taaan facilmente xDDD
¿Se arrepienten todas aquellas que dijeron querer castigo para Sasuke? XDD
JODERRR! que Sasuke lo salvo? ni eso yo me lo creo! XDD pero a Naruto parecio agradarle bastante! :D
El primer de los mil pasos para la reconciliacion! XDD
Espero haya sido de su agrado nwn las quiero mucho :D
el proximo capitulo espero subirlo lo mas antes posible nwn
tengan paciencia con esta pobre personita! XDD
¿Review?~
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