NADA DE ESTO ME PERTENECE, ES DE RUMIKO TAKAHASHI, SOLO ESCRIBO PARA DIVERTIRME.
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Así es como publico el epílogo de esta historia que tanto me he divertido en hacer y me ha animado a escribr un fic largo de Ranma 1/2. La idea ya la tengo en mente, pero sigo consolidándola para hacerla mejor. Gracias a todas las personas que leyeron mi fic y más a las que han comentado.
Espero les guste este final a la historia. ^^
Epílogo.
Todo salió bien… ¿No?
La música seguía inundando la pista de baile. Las parejas permanecían sin querer sentarse, disfrutando sus momentos juntos como nunca antes. Entre todos, una llamaba la atención. Era la primera vez que Ranma y Akane bailaban con todos sus sentimientos declarados y sin inhibiciones de ninguna índole. Cosa que los tenía muy felices.
Abrazados, muy juntos, se movían con gracia alrededor de la pista. Nadie se atrevía a pedir a Akane para bailar, tan íntima era la escena que parecería un sacrilegio. Kasumi y Tofú hablaban mientras iban a la mesa principal para sentarse a descansar.
-¿No crees que ya era hora de que esos tortolitos terminaran juntos?—preguntaba la reciente señora Tofú.
-No podría estar más de acuerdo cariño—dijo el novio, ahora esposo, mientras se sentaba al lado de su señora para mirar a la tierna parejita de enamorados.
El resto de la velada fue de lo más animada, pronto empezaron bailes más juveniles. En ningún momento Ranma y Akane se separaron, permanecieron juntos entre risas y alegres por que ¡Al fin! Habían podido dejar de lado su orgullo y confesarse sus emociones más secretas.
-¡Felicidades!
-¡Estamos tan felices por ustedes!
-Disfruten su tiempo libre.
-Epa, tómense su tiempo, no queremos niños tan pronto.
-¡Rezaré porque siempre estén colmados de bendiciones!
Como esas, muchas otras frases resonaron cuando Kasumi y Tofú salieron del salón hacia la limosina para irse a su Luna de Miel. Los amigos más íntimos y familiares pudieron despedirse personalmente de los novios. Kasumi, en particular, se acercó a Akane a quien abrazo. La menor lloraba emocionada.
-¡Sé bastante feliz Kasumi!—dijo con una sonrisa.
Inclinándose hasta quedar a su altura murmuró en el oído de su hermana menor.
-Tú también Akane. Y mucho.
Ella comprendió lo que su hermana quiso decirle con eso. Le sonrió llorando aún más y Kasumi pronto se le unió mojando tenuemente sus mejillas.
-Te prometo que por mí haré de todo por serlo.
-Nada mejor me podrías prometer.
Se abrazaron nuevamente y Kasumi se fue, lista para emprender una nueva vida al lado de un hombre al que de verdad quería y con quien sabía que sería feliz. Desapareció a lo lejos la limosina y así el salón de eventos se fue vaciando de poco a poco.
Solo quedaban los Saotome y los Tendo. Nabiki se desplomó sobre una de las sillas y resopló.
-¡Al fin! Bueno, la boda salió bien. Y todo el estrés valió la pena.
-En eso tienes razón.—dijo Akane sentándose a su lado y mirándola, ofreciéndola una rebanada del pastel que sobró. Nabiki la aceptó y comiendo miraron alrededor.
-Tío Genma les hizo una mala jugada ¿verdad?—empezó su conversación.
-¡No me lo recuerdes! De hecho, creo que Ranma está algo ocupado con él ahora..—por más que buscaba la menor de los Tendo no encontraba ni a su prometido ni al progenitor de éste.
-Que por cierto, los vi muy juntos durante toda la fiesta—agregó con voz pícara—Que digo toda la fiesta ¡Desde que llegaron al salón! ¿Algo que deba saber, hermanita?
Akane se sonrojó fuertemente y bajó el rostro, escondiéndose de la mirada inquisidora de Nabiki y el chantaje que de seguro pronto vendría.
-N-no… al menos… no aún. Todo a su tiempo Nabiki.
-Como quieras, pero creo que toda Nerima se dio cuenta.
Akane intentó de verdad enfadarse, pero no podía hacerlo ¿Y qué si la ciudad sabía lo de ellos? Por primera vez le importó poco lo que pensaban los demás y se conformó con lo que ella misma sentía ahora: pura felicidad.
-¿Y papá?—preguntó tras un rato de silencio.
-Se fue a la casa.
-¿Y nos dejó solas?
-No, nos dejó con Nodoka y Genma.
-Ósea, solas.
-Sí.
Nodoka estaba también ausente. Ni de Ranma ni de Genma un rastro ¿Qué estarían haciendo?
-¿Y si nos vamos?—propuso después.
-Claro, cuando acabe mi pastel.
Llegaron al Dojo unos quince minutos después. Los Saotome en media hora más. Genma apareció todo magullado y con un ojo morado, Nodoka parecía curiosamente resignada y Ranma altivo.
-¿Qué paso?
-Papá y sus locas ideas—fue lo único que respondió.
Años después Akane descubriría que cuando Ranma le reclamó sobre el favor tan malo que le hizo al recoger el regalo, Genma ya había observado lo bien que se parecían llevar y tramaba plantearle a Soun Tendo el casarlos nuevamente. Ranma escuchó todo ese plan y tuvo una fuerte discusión con su padre. No era que no deseara casarse con Akane, pero le molestaba de sobremanera que trataran tanto de controlar sus vidas.
Esa noche, ya entrada la madrugada y sin que nadie los viera, Ranma y Akane se dieron un tímido pero dulce beso de buenas noches, despidiéndose para irse cada uno a sus respectivas habitaciones, con una sonrisa en sus labios producto de los hechos acontecidos ese día. Y ese era el inicio de una relación plena que los haría más felices de lo que nunca soñaron ser.
Bueno, ni Shampoo ni Ukyo se tomaron eso muy bien, pero terminaron aceptándolo después de mucho tiempo. Mousse agradeció bastante a Saotome que al fin Shampoo lo tomara en cuenta. Cuando Kodachi y Kuno volvieron de su viaje no lo tomaron nada bien, les costó pero consiguieron quitárselos de encima. Y en cuanto a Ryoga…
Una semana después del evento:
-¡Al fin encontré el salón!—dijo emocionado, mirando el salón como una aparición—Pero ¿dónde están las personas?
Curiosamente, P-Chan nunca volvió a aparecer por el Dojo.
Fin.
No podía faltar Ryoga ¿verdad?
Bueno, de este fic me despido. Pero no del fandom Ranma.
nos leemos!
chao!