Hola, bueno aquí les traigo un drabble mas, este surgió de unos poemas que recientemente leí, y esta basado en una imagen del ultimo manga de FT y una situación comentada, en Fairy Tail 256 en su segunda pagina aparece una fiesta con todos los personajes, para lo s que le echaron ojo , pudieron notar que Freed esta observando a Mirajane, y bueno no me resistí a escribir mi versión de los pensamientos del Justin.
Disclamer: Fairy Tail y todos sus personajes pertenecen a Hiro Mashima.
Bella
Sin duda alguna, el gremio se merecía una gran celebración, después de haber desaparecido durante siete largos años y regresar vivos, era un milagro, agregando el regreso de Laxus a Fairy Tail (que en lo personal lo alegraba en demasía), debían de celebrarlo al puro estilo Fairy Tail, es decir bebiendo licor, bailando ridículamente y cualquier ocurrencia que se les pudiera venir a la mente.
No obstante aun en medio de aquel alborotado y alegre ambiente no podía evitar observarla.
Sus manos suaves y delgadas mantenían con gran agilidad y equilibro un par de bandejas con vasos de embriagante licor sobre ellas. Sus cabellos blancos y sedosos por su espalda se mecían suavemente por el meneo de su cabeza. Sus hombros tensos eran cubiertos por los listones rosas de su vestido que se enlazaban sobre su pecho formando un moño llamativo, que hacia fijar la vista en su busto. De allí hacia abajo su vestido ceñido al cuerpo, resaltando su esbelta figura, haciendo hincapié a sus amplias caderas rodeadas por un fino listón con adornos en sus laterales, que hacían que se resaltara su forma de caminar. El resto de su vestido caía suelto hasta sus tobillos, donde al final se encontraban unos blancos y menudos pies. Lo más destacable de ella, sus ojos grandes y azules fijos sobre cada mesa, esperando satisfacer la necesidad de bebida de todos, y que a su vez al ver las locuras de los magos hacían que sus finos labios se curvearan hacia arriba.
Sin duda ella no había cambiado en lo absoluto, no obstante la contemplaba a detalle, por que aunque para ellos aparentara haber pasado solo una semana desde que perdieron la noción de la realidad y volvieron a despertar, sentía como si hubieran sido siete años sin verla.
-no te preocupes, Mirajane sigue igual de hermosa-dijo de pronto en son de broma una voz a un costado de él, provocando que saliera de su hipnosis y girara la cabeza para ver al dueño de esa voz que conocía perfectamente.
-Bickslow- pronuncio al ver que su amigo del casco lo observaba con una sonrisa entretenida, al parecer se había dado cuenta de lo que estaba pensando.
- no debes inquietarte Freed, Mirajane no ha envejecido, sigue igual que hace siete años-dijo el mago divertido.
-tsk, no les voy a negar que es bella- se inmiscuyo en su platica Evergreen, extendiéndose sobre la mesa para hacerse parte de la platica y no ser escuchada por Lisanna, quien se encontraba a su lado charlando entretenidamente con Laxus- pero en mi opinión creo que debería demostrar mas sus atributos-dijo en voz baja señalando su tatuaje de Fairy Tail, claramente haciendo referencia a su propio escote tan notable.
Resopló, al parecer sus camaradas ya se habían percatado de sus más profundos pensamientos y no tenia sentido ocultarlo, así que podía hacerles notar dos grandes errores en lo dicho.
-te equivocas Evergreen, Mirajane es perfecta tal y como es-le dirigió la mirada a su compañera castaña, quien rodo los ojos y bufo, sin gustarle nada lo dicho.
Enseguida vio hacia su amigo de la gran lengua- y Bicsklow, te aseguro que ella será mas bella en cuantos mas años pasen-.
Sus dos amigos se vieron el uno a otro con expresión de confusión y ladearon la cabeza sin comprenderlo.
Y es que a vista de cualquiera, la belleza se da en la flor de la juventud, y con el paso de los años pasa y se pierde.
Era tal y como Bickslow y Evergreen lo percibían, pero estaban equivocados, por que él estaba viendo la verdadera belleza.
Él veía el interior de Mirajane.
Y por ello podía describir por que era tan bella.
Sus manos no eran lindas por que fueran suaves y delgadas, si no por que sabían el momento adecuado para acariciar quien lo necesitaba.
Como en el festival de Fantasia, cuando habían tenido una dura batalla, no obstante ella le había tomado de la mano y le había echo ver que los magos de Fairy Tail estaban uno para otro.
O la vez que ella y Lisanna se enfrentaron a Azuma, y había abrazado a Lisanna para protegerla de la explosión.
No era por que su cabello fuera blanco y sedoso como las nubes, si no por que no temía dañarlo en batallas, y demostraba que sus deseos eran tan puros como su color.
Sus anchas caderas y el movimiento provocativo de estas no eran por que así lo quisiera.
Si no por el esfuerzo y esmero con el que barría y aseaba todo el piso del gremio tras una fiesta realizada.
Sus ojos no eran bellos por que fueran grandes y azules, si no por que su mirada era tierna y profunda y que podía trasmitir los sentimientos a través de ellos, y por más desdichado que uno fuera, siempre trataba de buscar cosas buenas.
Por que a él no lo había destruido y dado por perdido cuando se rebelo en contra de Fairy Tail, si no vio mas allá, mas allá incluso de lo que el lograba ver de si mismo.
Sus ojos eran como una puerta hacia su interior, y alcanzaba a reflejar lo que sentía en ellos, y por ello siempre observaba a los ojos a las personas, como dar una bienvenida calurosa a un nuevo miembro.
Pero sobre todo su boca, no eran sus labios atractivos por que fueran finos y pequeños, si no por que siempre hablaban palabras amables. Y ante cualquier cosa, su símbolo personal y único, era su sonrisa.
Siempre le sonreía a todos y era su símbolo que la distinguía, que sonreía con dulzura a todos y cada uno de sus amigos, cada vez que regresaban de una misión, se marchaban o simplemente por hacerlos sonreír también a ellos.
Como la primera sonrisa que le había dedicado, junto esa mirada cálida y el calor de su mano, esa sonrisa lo había cautivado y lo habían hecho cambiar.
Y si, Evergreen estaba muy equivocada, por que aunque Mirajane no mostrara su cuerpo para verse mas atractiva, como en el caso de Lucy, a él no le importaba su cuerpo, ni su vestimenta ni su peinado, el contemplaba su forma de ser.
Y su encanto sin duda aumentaba cada día, y como le dijo a Bickslow, con el pasar de los años, seria mas y mas bella.