Glee y sus personajes no me pertenecen.


Smile

Kurt se merece esto, ser feliz con quienes desea serlo, así que sonríe como si la vida se le fuera en ello. Sonríe, empujando su voz a niveles imposibles, olvidando los detalles o las pequeñas cosas que le preocupaban antes, al ensayar esta canción. No puede pensar en ellas y no sirven de nada ahora.

Si hubiera cantado así, con el corazón desecho y afiebrado entre la pena y una alegría pálida, quizá habrían ganado las regionales, y tal vez Kurt…

No, es mejor no ir por ese camino ahora; o al menos no cuando la mirada clara descansa sobre él, impresionándolo, quitándole ese control de caballero que nunca le fue fácil retener, pero que Kurt es capaz de destruir en un instante, y con un minúsculo vistazo. La mirada presente, la melodía, la tristeza, el aliento de no arruinar esto lo obligan a tragar en seco y cantar.

La promesa velada de que será feliz, de verdad feliz, donde pertenece trepa cual realización en sus pensamientos y envía una fuerza extraña a sus brazos, a los ojos ambarinos extasiados en contemplación del joven Hummel.

Aunque detecta pena, hay algo más que no veía en su expresión desde nunca. Y si Blaine Anderson es incapaz de encender aquel tipo de sonrisa eufórica —de simple y sana pertenencia, pese a haber tratado lo más que pudo—, entonaría un suave tono de despedida indeseada, tomaría la mano de porcelana en silencio y expresaría apoyo sin hablar, incluso si el adiós rasgaba ciertas ilusiones y deseos que no podrían concretarse.

En la vida real, no el cuento de hadas del que Wes y David suelen mofarse. Sabe que Kurt lo ama, pero New Directions significa más para el cantante que amor romántico; aquí y en este momento —comprendiendo todo—, la distancia es algo que tendrá que soportar, con un abrazo angustioso como premio.


N/A. Sí, Klaine. Muy enfocado en la interpretación de "Somewhere only we know" del episodio "Born this way".