Bien, acá les traigo el segundo y último capitulo de esta historia.

¡Espero que la disfruten!

Un saludo grande

Naruto ni sus personajes me pertenecen.

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Los hijos del Kazekage

—La respuesta de mamá y papá—

Miyuki y Shouta, quien llevaba sus manos en la nuca, iban caminado por las calles principales de Konoha en donde se encontraban los puestos de comidas y compras.

—¿A quien crees que le debemos de creer, onii-chan?

El pequeño pelirrojo suspiro, era cierto, hasta el momento le habían dicho dos versiones diferentes de cómo es que llegaban los bebés al mundo. Jamás se imagino que algo tan común como el nacimiento de un bebé pudiera causar tanta disparidad en la gente mayor.

—No se —bufo finalmente.

—¡Onii-chan mira! —Miyuki tiro de las ropas de su hermano—. ¡Son repollos!

Los dos niños corretearon hasta el puesto de frutas y verduras, en donde se quedaron arrodillados mirando la caja con repollos que había en el local. Algunas personas que pasaban los miraban con curiosidad, pues no podían creer que esos niños nunca habían visto un repollo en su vida.

—¿Crees que también nosotros salimos de un repollo, Shouta-chan?

—Quien sabe —el pequeño se encogió de hombros—. Ya nos han dicho dos cosas diferentes.

En ese preciso momento el dueño del local se acerco a la caja de repollo ya que un cliente le había pedido la mitad de uno, les sonrió con amabilidad a los pequeños que lo miraron con atención. Pero cuando el sujeto tomo entre sus manos dicha verdura y saco un cuchillo… ¡Zas!

Corto el repollo a la mitad.

Las caras de Shouta y Miyuki eran indescriptibles, se quedaron en un momento en shock para luego…

—¡Ah, usted es un asesino! —Miyuki grito llorando—. ¡Acaba de matar a un bebé!

—¿Cómo pudo? —Shouta se puso delante de su hermana de forma sobre protectora y apunto al verdulero con su dedo—. ¡Lo voy a acusar con mi papá!

—¿D-De que estas hablando niño? —el vendedor del puesto lo miro sin entender y con cierto miedo, ya que sabia quien era el padre de esas dos criaturas—. ¿P-Por qué me vas… me vas a acusar con Kazekage-sama?

—¡Porque acaba de matar a un bebé! —expreso entre llanto y llanto Miyuki.

Mucha gente comenzó a murmurar de lo que sucedía, a la vez que Shouta muy indignado comenzó a tirarle piedras al puesto de verduras, mientras que su hermanita correteaba de un lado a otro sin dejar de lloriquear. En verdad que los niños estaban armando un gran lío cuando de repente…

—¿Qué es lo que esta pasando aquí?

Una voz fémina imponente se hizo escuchar, Miyuki se dio la vuelta para encontrarse con la figura voluptuosa de la ex Hokage notando como una piedra fue a parar a la frente de la pronunciada mujer, ya que su hermanito Shouta jamás se dio cuenta de la presencia de la mujer rubia

—¡Kyyaaa!

—Onii-chan —susurro Miyuki.

—¿Qué? —expreso frunciendo el ceño y con una piedra en mano con todas las intenciones de lanzarla, pero freno al notar la figura de ella, se le puso la piel de gallina—. T-Tsunade-sama.

—Pequeño demonio —mascullo la ex Hokage, agarrando a Shouta y apretujando la cabeza del niño entre sus grandes pechos como escarmiento.

Miyuki parpadeo viendo como su hermano pataleaba y movía sus manos de manera desesperante, parecía asfixiarse entre los pechos de Tsunade.

"Bendita suerte la de ese mocoso", pensó Kakashi quien se encontraba mirando dicha escena.

—¡Aprendiste la lección, Sabaku No Shouta! —reclamo Tsunade—. ¿Cómo te atreviste a darme un piedraza?

El niño trato de recuperar el ritmo normal de respiración, mientras su hermanita lo ayudaba a reincorporarse.

—Tsunade-sama ¿No cree que se ha sobrepasado? —dijo Kakashi.

—¡Mira mi frente! —recalco Tsunade señalándose el chichón rojo que tenia en la misma.

—Bien, bien —Kakashi retrocedió moviendo sus manos nerviosamente, para luego mirar a los pequeños—. Niños ¿Por qué están haciendo tanto lío?

—Onii-chan estaba haciendo justicia, no estábamos haciendo lío.

—¿Justicia?

—¡Si! —grito Shouta—. ¡Ese hombre mato a un bebé!

Kakashi y Tsunade abrieron los ojos sorprendidos para inmediatamente mirar al dueño del local de verduras.

—Y-Yo les juro… les juro que esos niños se volvieron locos —hablo el hombre acusado—. Yo solo…

—¡Nosotros no estamos locos! —gritaron los hijos de Gaara.

—¿Se puede saber porque dicen esas cosas niños? —cuestiono Tsunade—. Aquí no hay ningún bebé muerto.

—Es que estaba a punto de nacer —Miyuki fundió su boca en un puchero—. Ese hombre agarro un repollo y… ¡Zas! Lo corto a la mitad y… ¡Zas! Lo mato.

—¿Eh?

Kakashi y Tsunade miraron al vendedor.

—¿Qué querían que hiciera? Mi cliente me pidió medio repollo, no lo quería todo entero.

—¡Igualmente eso no le daba derecho a matar a un bebé! —le reclamo Shouta.

Kakashi suspiro y haciendo un gesto de despreocupación con su mano le dio entender al vendedor que ellos se ocuparían de esa situación. Finalmente, miro a los hijos del Kazekage de Suna.

—A ver niños ¿Me pueden decir quien les dijo que los bebés salen de los repollos?

—Tío Shikamaru —respondieron al mismo tiempo los dos pequeños.

Tsunade cayó en cuenta de lo que estaba pasando y entorno los ojos, mientras que Kakashi sonrió gracioso debajo de su tapabocas.

—No me diga —Shouta arqueo una ceja—. ¿A qué es mentira, verdad?

—Kakashi-sensei —lo llamo dulcemente Miyuki—. ¿Usted sabe como se hacen los bebés?

—Por supuesto —respondió Kakashi tranquilamente y llevándose las manos a los bolsillos. Tsunade lo miro confundida.

—¿Y como se hacen los bebés?

Kakashi saco de su bolsillo uno de sus típicos libritos de lectura.

—Kami-sama da el privilegio… el cosmo los une… el romance y la pasión… mientras haya mujeres lindas… ¡Habrá bebés!

Expreso con emoción quien fue el sensei de Naruto, Sakura y Sasuke.

—¿Are?

Shouta y Miyuki movieron sus cabecitas de manera graciosa, de un lado hacia otro, pues no habían entendido aquella explicación.

—¡Kakashi! —grito Tsunade estampando la cara del nombrado en el suelo, del puñetazo en la cabeza que le propino.

La ex Hokage estaba indignada ¿Qué demonios pretendía decirles Kakashi a esos confundidos e inocentes niños?

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La arrincono contra el escritorio de aquel despacho, mientras introducía con pasión y deleite su lengua en la boca de su mujer, quien estaba sonrojada y respiraba con dificultad. No quería separarse de ella, pero el aire le había comenzado a faltar.

—G-Gaara —murmuro Matsuri al sentirse librada de aquella bella prisión en la que su esposo la mantenía.

—No digas nada —susurro Gaara en la comisura de sus labios e intento volver a besarla, pero ella volvió a hablar.

—Esto no esta bien, es la oficina de Shikamaru-san y…

El Kazekage no le dejo seguir hablando y sentándola arriba del escritorio volvió a besarla, mientras sus manos comenzaban a recorrer el cuerpo de su esposa. La amaba demasiado y como el idiota de Shikamaru los estaba haciendo esperar mucho, pues no dudo en llenar de besos a Matsuri para hacer tiempo antes de la llegada de su cuñado con el papeleo correspondiente.

—G-Gaara… en serio… para, por favor —Matsuri suspiro con dificultad al separarse de él.

—Tengamos otro bebé, Matsuri.

La petición cayó como caída del cielo.

—¿Qué…? —Matsuri abrió sus ojos negros, sorprendida.

—¿No quieres?

—No, no es eso, digo… —ella lo miro con pena—. ¿De verdad quieres tener otro bebé conmigo?

—Claro, tonta, si eres mi esposa —sonrió levemente—. Además, Miyuki y Shouta ya están mas crecidos por lo que podremos ocuparnos de un bebé como corresponde, y creo que a ellos los hará feliz tener un hermanito ¿Qué dices?

—Que si

Matsuri sonrió con alegría y lo beso con dulzura abrazando el cuello de Gaara con sus brazos. Pero en ese momento ambos sintieron el sonido de unas voces y la puerta que se abría…

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Mientras tanto por las calles de Konoha, en donde un mundo de niños corría y andaba de un lado a otro.

—Son así de chiquitos —Kankuro hacia señas con sus manos tratando de explicarle a una mujer que altura tenían sus sobrinos—. Tienen el cabello rojo, son los hijos de Kazekage de Suna ¿Los vio?

—Si, los he visto por la zona de comercio, pero ya no se si estarán por allí.

—Muchas gracias.

Kankuro salio corriendo hacia donde se le había indicado, no podía volver ante Gaara sin sus hijos, sino era verdaderamente un hombre muerto, muerto en vida. Mientras iba pensando en ello, no se dio cuenta en que momento fue que choco con alguien de frente.

—Fíjate, idiota.

—¡Sasuke! —Kankuro iba a replicar muy ofendido, pero recordó que debía ir por Shouta y Miyuki.

—No me grites y quítate de mi camino.

—Quítate tú de mi camino ¿O que no ves que estoy muy ocupado buscado algo?

Sasuke sonrió con arrogancia.

—¿Buscando algo? Yo diría que estas buscando a alguien y por partida doble.

Kankuro lo miro fijamente, como queriendo descifrar las intenciones del Uchiha.

—No te preocupes, Kankuro del desierto… el Kazekage se Suna no sabrá por mi boca que perdiste a sus hijos.

—¡Nandato! —Kankuro grito, pero se contuvo al notar que no estaba en posición, corrió su cara hacia un costado—. Tú… ¿Tú los has visto?

Sasuke Uchiha estaba por volver a burlarse, pero de repente recordó el momento muy incomodo que le habían hecho pasar los hijos de Gaara, no era agradable, jamás en su vida se había sentido tan estupido.

—¿Y a ti que te importa? —Sasuke respondió secamente y dándose la vuelta, pero Kankuro lo había visto, vio el leve sonrojo que había aflorado en las mejillas del joven.

—Tarado —susurro—. ¿Pero que mosca le pico?

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Shikamaru suspiro con desden al notar al Kazekage junto a su esposa en su oficina, había algo que no le cerraba de aquello, pues Matsuri se veía muy nerviosa y Gaara —a pesar de que su semblante se mostraba impenetrable como siempre— a cada segundo que pasaba miraba de reojo a su mujer.

—¿Qué hacen?

—¿Y tú que crees? —Gaara lo miro inexpresivamente, pero su tono extrañamente había sonado sarcástico—. Te estábamos esperando.

—Si, claro… esperando… —Shikamaru se hizo el desentendido—. Linda forma de esperar.

Matsuri enrojeció, Gaara arqueo una ceja y Temari miro a su novio sin entender.

—En fin —el Kazekage decidió cambiar rotundamente de tema, Shikamaru lo que tenia de perezoso lo tenia de astuto—. Aquí trajimos el papeleo restante, es todo tuyo… encárgate.

—¡Pero que aburrido! ¿No podían darme algo menos problemático?

—¿Podrías dejar de quejarte, Shikamaru? —dijo Temari.

—Nosotros volveremos con Naruto —hablo Gaara.

—Si, si, vayan con Naruto, pero traten de no perderse o desvirtuarse de camino —comento Nara dando un bostezo.

Gaara empuño una de sus manos, ese idiota de cuñado que tenia se estaba pasando de la raya, tomo a Matsuri de la mano y salio rápidamente de allí. En ese momento, Temari reacciono recordando que había visto a Shouta y Miyuki al cuidado de nadie, lo que la preocupo.

—¡Gaara! —Temari grito abriendo la puerta, pero noto que ni su hermano, ni su cuñada estaban en el pasillo—. Pero… ¿Ya se fue?

Shikamaru sonrió de medio lado, sabia que al entrar a su propia oficina había interrumpido algo entre Gaara y Matsuri, y cuando creyó pensar en algo; en realidad lo termino diciendo en voz alta.

—Yo sabía que Gaara era un pervertido oculto.

—¿Qué dijiste? —Temari le revoleo un porta lápices por la cabeza.

—¡Oye! ¿Por qué te pusiste violenta?

—¿Por qué dices esas cosas de Gaara?

—Vamos que esta grandecito ya, además… ¡Mira como esta mi oficina! —Nara señalo los papeles que estaban tirados en el suelo.

—Tú eres un desordenado, Shikamaru.

—Claro que no, tu hermano estaba haciendo chanchadasen mi oficina y seguramente arriba de mi escritorio, porque esos papeles estaban aquí arriba.

—¡No digas bobadas! Mi hermano es el Kazekage de Suna, es un hombre honorable y respetado

—¡Claro! Y Shouta y Miyuki salieron de un repollo ¿Verdad?

—Bueno, eso fue lo que le dijiste a los niños ¿No?

Shikamaru se sonrojo levemente y bufo, esa mujer problemática le había ganado la partida.

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Naruto estaba tirado en el suelo de su oficina descostillándose de la risa.

—Ja, Ja, Ja —se agarro el estomago, pues ya le dolía de tanto reír—. ¿Qué de donde salen los bebés? Ja, Ja, Ja ¿Una cigüeña? Ja ¿Un repollo? Ja ¿El cosmo y Kami-sama? Ja ¿La pasión, el amor y…?

Shouta y Miyuki lo miraban confundidos, ellos no entendían que tenia de gracioso la pregunta que habían hecho, mientras que Kakashi suspiro resignado, Tsunade empuño sus manos, Hinata estaba apenada y los demás Kages presentes —a excepción de Gaara— miraban la situación sin poder creerlo.

—Sabia que era mala idea traer a los niños aquí —susurro Kakashi—. Pero bueno, veníamos buscando a Gaara, no a Naruto.

—¡Naruto Uzumaki! —Tsunade lo agarro del cuello de su ropa y lo zamarreo de un lado a otro—. ¡Compórtate idiota! ¡Eres el Hokage!

—L-Lo siento… L-Lo siento —Naruto se disculpo con miles de estrellitas rondando en su cabeza por aquella sacudida, cuando logro volver en si, miro a los hijos de su amigo y les sonrió con confianza—. Niños, no le crean nada de lo que les han dicho estos ignorantes.

Todos miraron al Hokage con atención especialmente Shouta y Miyuki.

—¡Yo, Naruto Uzumaki les diré como se hacen los bebés!

Más de uno allí presente sabia que la última persona en el mundo que debía responderles esa pregunta a los pequeños era Naruto, pero cuando Tsunade y Kakashi intentaron detenerlo, fue demasiado tarde.

—¡Jutsu sexy pervertido! —Naruto grito haciendo el correspondiente sello de manos.

Tanto Miyuki como Shouta parpadearon al ver como Naruto se había transformado en una hermosa mujer rubia que se encontraba desnuda, les tiraba besitos y miles de corazoncitos se desprendían a su alrededor. A Kakashi y el Raikage les salio un litro de sangre por la nariz, mientras que Hinata enrojeció por completo, Tsunade y Mei abrieron sus ojos a mas no poder.

—Cuando mami se pone melosa e invoca este jutsu pervertido, papi se pone muy ardiente y entonces con mucha pasión deciden hacer un bebé —hablo Naruto transformado en una mujer.

Hinata reaccionó y le tapo los ojos a Miyuki, mientras que Kakashi —después de haber parado su sangrado nasal— hizo lo mismo con Shouta.

—¡Naruto! —Tsunade grito dando el correspondiente puñetazo en la cabeza, haciendo que el Hokage termine desparramado en el piso y ya sin la transformación—. ¡¿Cómo te atreves a enseñarles esas cosas a los niños, irresponsable?!

—Pero…

—¡Nada! —Tsunade piso la cabeza de Naruto, haciéndolo callar nuevamente.

—¿Ya podemos ver? —cuestiono dulcemente Miyuki.

—Si, pero no crean nada de lo que les dijo Naruto —Kakashi les aconsejo y casi ordeno.

—Bueno, si estos niños tiene sus dudas al respecto de donde salen los bebés creo que lo mas normal es que una mujer experimentada como yo se los explique —hablo Mei de manera diplomática.

"Como me hubiera gustado que el Kazekage de Suna hubiera querido intentar hacer un bebé conmigo", pensó irónica. Pues ella no pensaba en tener hijos sino en el proceso para tener uno. Con desilusión la Mizukage bajo sus hombros con depresión, miro a los hijos de Gaara y Matsuri. "Aunque bueno… aun queda el Hokage", pensó divertida y picaramente, aunque sabia que esos dos hombres estaban muy lejos de su alcance.

—No, usted no le va a explicar eso a los niños —intervino el Raikage.

—¡Pero porque! —Mei se quejo.

—Porque usted es peligrosa.

—¡¿Nani?!

En ese momento, llegaron a la oficina de Naruto, Gaara junto a Matsuri, quienes notaron rápidamente la presencia de sus hijos en el lugar.

—¡Mami! —los niños corrieron hacia su madre y se aferraron a sus piernas, y luego miraron a su padre—. ¡Papi!

Todos los restantes suspiraron con alivio, pues ahí estaban los responsables que debían hacerse cargo de las dudas existenciales de esos dos pequeños.

—¿Qué hacen aquí? —cuestiono Gaara mirándolos con atención.

—Estábamos buscando a mamá —contesto Shouta.

A la oficina llegaron en silencio Temari y Shikamaru observando como sus sobrinos se le colgaban de las piernas a Matsuri.

—¿Y para que me buscaban?

—Mami ¡Dinos, dinos! —los niños saltaron en su lugar—. ¿Cómo se hacen los bebés?

Matsuri parpadeo sin poder creerlo, se había quedado en shock por unos leves segundos, al igual que Gaara, quien abrió sus ojos sorprendido.

—¿Q-Qué… qué?

—¿Qué como se hacen los bebés? —los niños repitieron la pregunta.

—Gaara —susurro Matsuri mirando a su esposo.

—Te preguntaron a ti —el Kazekage se cruzo de brazos haciéndose el desentendido, a Matsuri se le ensancho una venita en la sien.

—¡Vamos, mami! ¡Dinos! —Miyuki le suplico a su madre para después mirar a su padre—. Papi ¿Tú lo sabes?

Shouta miro seriamente a su papá, Matsuri sonrió triunfante. Ahora Gaara no podía evadir su responsabilidad, claro que no la iba a dejar sola y lavarse las manos en esa cuestión.

—B-Bueno yo… —miro a Matsuri, buscando con esa mirada que ella lo ayudara y lo apoyara en alguna explicación—. Si, se cómo se hacen los bebés.

Matsuri se agacho a la altura de sus hijos, Gaara la imito.

—Un bebé se hace cuando papi y mami se quieren mucho —hablo Matsuri y su esposo asintió—. Un bebé se hace con mucho, pero mucho amor.

—¿Entonces no los trae la cigüeña? —cuestiono Miyuki.

—No, la cigüeña solo tiene cigüeñas pequeñas —explico Gaara.

—¿Tampoco salen de un repollo? —dijo Shouta.

—No, el repollo es una verdura, no puede tener bebés —respondió Matsuri.

—¿No los crea Kami-sama, los une el cosmo, la pasión y el amor con las mujeres lindas hacen bebés? —Miyuki miro de reojo a Kakashi.

—No —dijeron firmemente sus padres.

—¿Y no salen de un jutsu pervertido? —Shouta se cruzo de brazos.

—¡Definitivamente no!

Gaara y Matsuri suspiraron con pesar ¿Qué clase de cosas les habían metido en la cabeza a sus hijos?

—Niños —los llamo Gaara—. Como dijo mamá, cuando papi quiere mucho a mami deciden tener un bebé. Papá le planta una semillita a mamá y a ella le crece la panza por nueve meses, que es donde crece la criatura. Y luego nace un bebé, así llegaron ustedes.

—¿Y tú le pusiste dos semillitas a mamá? ¿Por eso vinimos dos? —pregunto inocentemente Miyuki.

—Créanme, que seguramente su papá trabajo mucho —comento por lo bajo Shikamaru recibiendo un fuerte codazo por parte de Temari.

El Kazekage trago saliva nervioso.

—Algo así.

—Vaya, con que era así de fácil —dijo Shouta pensativamente.

—Bien —Matsuri suspiro con tranquilidad y miro a los niños—. ¿Lo entendieron?

—¡Si!

Los presentes sonrieron con agrado al ver como el Kazekage y su esposa salieron bien librados de la situación, no le habían dicho la verdad con lujos de detalle, pero tampoco les habían mentido, ya que les habían hablado metafóricamente.

—¿Y papi te podemos hacer otra pregunta? —Miyuki miro dulcemente a su padre que le sonrió levemente.

—Si, claro, mientras no tenga nada que ver con bebés y esas cosas.

—No, nada de eso —Shouta movió su mano en signo de restarle importancia al asunto, Matsuri suspiro con alivio.

—¿Qué es lo que quieren saber? —Gaara relajo sus facciones mas tranquilo.

—Papi —Shouta y Miyuki hablaron al mismo tiempo—. ¿Qué es tener sexo?

Gaara se quedo en shock, Matsuri se llevo una mano a la boca reprimiendo un grito de asombro, Tsunade y Kakashi se cayeron de espaldas al suelo, Naruto sonrió con nerviosismo rascándose la cabeza y Hinata se sonrojo violentamente. Mientras que Temari parpadeo varias veces, Shikamaru suspiro pesadamente y los demás Kages tenían sus ojos bien abiertos.

Con todo lo que se habían esforzado Gaara y Matsuri por no mencionar ese tema en la explicación de los bebés y ahora los enanos le salían con esto ¿Qué cuernos les decía ahora el Kazekage a sus hijos?

—¿D-De donde… sacaron eso? —pregunto Gaara aun sorprendido, pero con suma cautela.

—Es que cuando apenas llegamos a Konoha después de comer Ramen con Hokage-sama fuimos a buscar a tío Kankuro para jugar con él —hablo Shouta—. Y lo encontramos en un puesto de bebidas hablando con una ninja muy bonita.

—Si, tío Kankuro no nos vio —dijo Mayuki—. Pero nosotros escuchamos cuando tío Kankuro le decía a esa ninja que a la noche la esperaba en un lugar especial, porque así se iban a divertir mucho teniendo sexo.

Todos notaron como Gaara cerro sus ojos con impotencia a la vez que una vena enorme se ensanchaba en su frente, mientras empuñaba sus manos con sumo enojo ¡Ese idiota de Kankuro se iba a enterar! ¡Pero que clases de chanchadas andaba hablando delante de sus hijos! Miles, pero miles de veces le advirtió que sea cuidadoso con su bocota floja porque sus hijos aunque no se notara siempre andaban metidos en todos lados.

—Kan-ku-ro —susurro conteniéndose.

—G-Gaara, tranquilo —Matsuri se acerco a su esposo y lo tomo de los hombros—. Vamos, seguro fue un accidente, los niños dijeron que Kankuro-san no noto que ellos estaban ahí.

El Kazekage miro a su mujer y trato de relajar sus facciones ante ella. Matsuri y Gaara se miraron entre si por segundo para luego abrir los ojos de par en par. Si, a los dos se le había cruzado la misma idea por la cabeza, pues sabían los curiosos que eran esos pequeños. Ambos miraron inmediatamente a sus hijos.

—¿Y después de haber escuchado eso ustedes que hicieron? —el Kazekage y su esposa preguntaron al unísono.

—Bueno, seguimos a tío Kankuro en el momento que se encontró con esa ninja, queríamos ver que iban a hacer —respondió Shouta y todos los presentes se pusieron pálidos, especialmente sus padres.

—Si, se metieron en un cuarto rentado de la calle oscura de la aldea —hablo Miyuki inocentemente—. Con onii-chan pegamos la oreja en la puerta porque no podíamos ver —la niña puso su mano en una de sus orejitas mostrando como habían pegado la oreja a la puerta.

—Aja, luego de un rato escuchamos gritos, respiraciones agitadas y expresiones de dolor —Shouta se cruzo de brazos—. Así que supusimos que estaban en un entrenamiento, porque a la chica parecía dolerle los ataques de tío Kankuro.

—Si, pero al parecer era una muy buena ninja porque tío Kankuro gritaba de felicidad diciendo "Si, mas y mas, eres genial, sigue así" —Miyuki levanto su puño en forma de triunfo.

Gaara tenía la mirada ensombrecida, estaba seguro de algo, mataría a su hermano mayor así fuera lo último que hiciera en su vida, mientras que Matsuri no podía salir de su asombro intentando encontrar las palabras precisas para poder arreglar todo ese asunto.

En ese momento, la puerta se abrió con cierta violencia dejando ver al ninja de la arena especialista en marionetas, que se mostraba algo agitado por haber corrido demasiado.

—¡G-Gaara! —grito Kankuro—. Shouta y Miyuki no aparecen por… ninguna… parte.

Kankuro abrió los ojos sorprendido al notar la presencia de sus sobrinitos en ese lugar, relajo su cuerpo con alivio, pero dicha tranquilidad no duro mucho para el marionetista.

Fue en un segundo flash, en donde los únicos que reaccionaron a tiempo fueron Naruto y Matsuri que tomaron en sus brazos a Shouta y Miyuki, alejándolos de la presencia de Gaara que…

—¡Ataúd de arena! —grito dirigiendo toda su arena hacia su hermano.

—¡Kazekage-sama!

—¡Otou-san! —gritaron Miyuki y Shouta en los brazos de Matsuri y Naruto.

Temari no lo dudo y abrió su abanico.

—¡Kankuro te vas a enterar!

—¡C-Chotto, chotto, m-matte! —grito Kankuro siendo perseguido por la arena y viento de sus dos hermanos, no entendía que es lo que había hecho ahora, pero si estaba seguro de algo.

Si no corría por su vida… era hombre muerto.

Miyuki y Shouta se miraron entre si, ahora estaban mas que seguros que aquella noche que llegaron a Konoha y escucharon detrás de la puerta a Kankuro, lo menos que estaba haciendo su tío era entrenar. Porque si fuera entrenamiento su papá y tía no se hubieran puesto de esa manera.

Y a todo esto…

Aun nadie les había respondido.

—Mami —la llamo Shouta que estaba en los brazos de Naruto, viendo el desastre que ocasionaba Gaara y Temari al tratar de despedazar a Kankuro.

—¿Qué pasa, hijo? —le sonrió Matsuri con Miyuki en brazos.

—Al final… ¿Qué es tener sexo?

Naruto comenzó a sudar nerviosamente, Miyuki sonrió con alegría, ella aun tenía esa duda, los demás presentes abrieron sus ojos asustados y Matsuri miro a su esposo, que lo único que hacia era lanzar y lanzar ataques a su hermano mayor en compañía de Temari. Esa no era la actitud que debía de mostrar, la joven castaña empuño una de sus manos con enojo.

—Naruto-san baje a Shouta, por favor —pidió amablemente.

—C-Claro.

Naruto hizo lo que le pidieron y tuvo la leve sensación de que Matsuri se había enojado. No se equivocaba.

—Vamos —Matsuri con Miyuki en brazos y tomando la mano de Shouta salio de aquella oficina, que ya estaba hecha pedazos.

—Matsuri-chan ¿Adonde vas? —cuestiono Hinata.

—Me vuelvo a Suna con los niños —dijo sin mas desapareciendo del lugar, Shikamaru suspiro, sabia que su cuñado ahora esta metido en tremendo problema.

Naruto corrió hacia la ventana de su oficina y viendo el revuelo de arena y viento que perseguía a Kankuro por las calles de Konoha, exclamo:

—¡Gaara! Matsuri-chan se enojo contigo y se va de Konoha con los niños.

Todos los aldeanos de Konoha y aquellos que estaban en la oficina de Naruto miraron al Kazekage de Suna, que de un momento a otro freno su arena, dándole un medio respiro a Kankuro.

—Mierda —susurro con enojo Gaara, sabia que Matsuri era una mujer de lo mas dulce y predispuesta, pero no la agarres disgustada porque era muy cruel con su indiferencia, y todo esto por culpa del idiota de su hermano mayor—. ¡Kankuro a esta me la pagas!

Después de expresar aquello Gaara desapareció con un remolino de arena en busca de su esposa.

—¿Se puede saber que mierda he hecho? —cuestiono Kankuro tratando de regular su respiración.

Matsuri metía y metía ropa adentro de las maletas que habían traído, sus hijos la miraban en silencio y sentaditos arriba de la cama sin mover un músculo. Sabían que su mamá estaba enojada y lo peor era que estaba así con su papá.

En ese momento, Gaara se hizo presente en aquella habitación, miro a Matsuri que pareció ignorar por completo su presencia y sus hijos que sonrieron al verlo.

—Niños vayan con Naruto que tiene dulces para ustedes —hablo Gaara—. Y si no los tiene que les vaya a comprar.

—¡Hai!

—Si, niños —hablo Matsuri, pasando por alto las palabras de su marido—. Vayan a despedirse de Hokage-sama.

Los pequeños asintieron en silencio y salieron de aquella habitación. Gaara se acerco a Matsuri y la tomo de la mano para que dejara de hacer las maletas, pero ella se zafo del agarre sin ni siquiera mirarlo.

—¿Qué quieres?

—¿Por qué te enojaste, Matsuri?

—¿De en serio? —ella lo miro frunciendo el ceño.

—No tengo la culpa de que Kankuro… ¡Fue su culpa! ¡Tengo ganas de estrangularlo!

—¡Esa no era la manera!

—Es cierto —Gaara se acerco a ella tomándola de la cintura, odiaba cuando ella se enojaba—. No volverá a pasar.

—No Gaara, suéltame —Matsuri intento zafarse, sabia que él haría eso, con besos y caricias haría que a ella se le fuera el enojo y lo peor es que tenia tanto efecto—. Basta, te dije que me sueltes.

—No quiero, además… ¿Recuerdas que te dije de tener otro hijo? —él sonrió levemente al ver el sonrojo en las mejillas de su esposa ante sus palabras—. Hagamos otro bebé, Matsuri.

—G-Gaara

Matsuri susurro con anhelo para luego sentir como Gaara la besaba con pasión y juntos caían a la cama, mientras él con su mano libre tiraba todas las maletas que había arriba de la misma y estorbaban.

Mientras tanto dos cabecitas rojas que estaban asomadas en la puerta.

—Con que eso hacen papá y mamá todas las noches —dijo Shouta.

—Onii-chan así se hacen los bebés —expreso Miyuki.

—Así parece. Papá dijo "Hagamos un bebé".

—¡Tendremos un hermanito!

—Bien, entonces vayamos, no los interrumpamos —el niño cerro la puerta de la habitación—. Después le preguntamos a mamá y papá que es tener sexo.

—Si —Miyuki sonrió con dulzura.

Shouta se llevo las manos a su nuca y Miyuki a su espalda, dirigiendo sus pasos a la salida. Después seguirían con sus cuestionamientos existenciales, pero de algo estaban seguros, solo se lo preguntarían a sus padres. Al parecer eran los únicos que tenían una respuesta verdadera y con hechos verídicos.

Fin.

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¿Y que les pareció?

¿Les gusto este último capi?

Al final tanto lío por no decirle a los niños eso y terminaron inconcientemente sabiéndolo todo. Y Kankuro que nunca supo porque sus hermanos lo atacaron. Me causo mucha gracia hacer este capitulo y de esta forma, espero que haya sido agradable para ustedes.

¡Muchas Gracias Por Leer!

¡Arriba el GaaMatsu!

¡Hasta otra próxima historia!