Los personajes son de Stephenie Meyer, yo solo los coloco en esta historia que espero que les haya gustado


las invito a leer

SI LOS HOMBRES LADRASEN (romance/humor: en mi perfil)

y

DREAMS ABOUT LOVE (romance/drama: en mi perfil)

...

Próxima historia a publicar:

Cerca del cielo


CAPITULO 20

PARA SIEMPRE


Las cosas habían mejorado solo un poco, si bien había abierto mis ojos un domingo, en el que nadie estaba a mi lado, y solo la enfermera me había asustado con su cara de pánico, ese día desperté con un dolor de cabeza, la enfermera salió corriendo gritando el nombre de un doctor como si estuviera muriéndose. Al cabo de un rato, el doctor apareció con una sonrisa y empezó a examinarme. No podía decir que estaba bien, al menos yo no lo haría porque me sentía adolorida, no podía mover bien mis músculos, y es que tanto tiempo según el doctor estar en cama, había atrofiado los músculos de mis piernas, ahora me encontraba en rehabilitación, podía caminar, y lo hacía bien pero de un momento a otro empezaban a flaquear y algunas veces caía de bruces por falta de fuerza en ellas, y eso realmente me frustraba.

A veces me preguntaba qué hubiera pasado si hubiera dejado que mataran a Ian, un recuerdo borroso de pronto abrumo mi mente y mis sentidos, de nuevo aquel recuerdo, en el que me interponía entre Ian y Demetri, sin duda si no lo hubiera hecho Edward no estaría a mi lado, yo seguiría con mi orgullo estúpido y mi egocentrismo, tanto que también hubiera sido capaz de no hablar a Jacob por desaparecer y no decirme la verdad, pero las cosas no fueron así, la vida sabe porque se encarga de hacernos sufrir y darnos alegrías, todo siempre compensado.

- Tu puedes, un poco mas – dijo de pronto Edward a mi lado, gire a mirarlo y él me guiñó un ojo, sonreí por inercia ¡tonta!, me recrimine, y es que yo pensaba que mi historia seria como un cuento de hadas, en realidad siempre lo pensé, pensé que llegaría un príncipe y me llevaría a su castillo y me haría feliz, eso es falso

Quizá las historias de princesas si existen, pero en mi caso no, yo aprendí a sobrevivir, aprendí a querer con el corazón, a volver a intentar, a curar un corazón roto en mil pedazos, a sobrellevar una decepción, a llorar con el alma, a pedir perdón y sobre todo a olvidar, porque creo que no podría vivir en el pasado, ensuciándome una y otra vez con el fango, no podría salir adelante, lo único que hice fue perdonar y pedir perdón, salir de ello con la cabeza en alto, sin olvidar que tengo dignidad, una que tengo que manejarla humildemente para poder querer y amar realmente con el corazón.

- Me duele un poco – susurré, a mi lado Edward me cogió de un brazo e hizo que me apoyara en él, sentí un alivio de inmediato

- ¿Descansamos un poco? – preguntó con un tono de preocupación, asentí lentamente cerrando los ojos con alivio - ¿quieres algo de comer? – preguntó con una sonrisa, pero de pronto empezó a sonar mi celular, se levantó y buscó en mi bolsa, se acercó corriendo a mí y rió al ver quien era – creo que tenemos problemas – añadió entre risas, lo miré confundida y luego vi quien era, tuve que rodar los ojos evitando que se me saliera un suspiro de frustración

- ¿Diga? – pregunté, Alice empezó a parlotear y preguntar dónde estábamos, hasta que menciono algo que si me llamo la atención y me preocupé, miré a Edward asustada y luego la perdí en el vacío, me había olvidado de su cumpleaños

- ¡Bella! – gritaron al otro lado del teléfono, yo reí nerviosa

- ¡Alice me olvidé, me olvidé! – respondí asustada, Edward se sentó a mi lado y me cogió de la cintura pegándome a él volví a reír nerviosa y lo miré – hablamos luego ¿sí?, pero quedamos en eso – añadí, corté la llamada y suspiré

- ¿Qué pasa? – preguntó quitando su brazo de mi cintura y poniéndola encima de mis hombros

- Alice quiere que salga de compras con ella – mentí haciendo que saliera de mis labios un tono frustrado, incluyendo el suspiro, él rió y besó mi cabeza

- ¿Terminamos la sesión te parece? – yo asentí, intenté pararme y lo hice, solo que empezó a dolerme la rodilla, Edward lo notó y me ayudo a colocarme encima del aparato

Me dejó sola y luego se sentó en un rincón, observándome cuidadosamente, sin embargo yo me dedique a mirar a la pared, mi primera pregunta era ¿Qué le regalaría hoy?, la segunda pregunta era ¿Por qué Jacob me preguntó si sabía si tenía futuro con Edward?, está bien, sabía que Edward había renunciado a su trabajo, aunque no se había librado del todo, él me decía que tenía que alejarse de mí porque era un poco peligroso, yo lo evité, si pasar postrada en una cama en estado vegetal, me había enseñado a que tenía que estar con Edward sin perder el tiempo, no sé que era.

- Señorita Swan, usted avanzó bastante, tiene mucho apoyo – añadió una enfermera, ayudándome a quitarme los implementos de protección

- Si mi familia y mis amigos son de mucha ayuda, aunque a veces pienso que soy un estorbo, no estoy haciendo nada, y siempre alguien tiene que cuidarme – añadí un poco triste, y la enfermera que me ayudaba no pudo decir nada, más que mostrarme una sonrisa de entendimiento; y es que tenía razón, si no era Edward, era Alice, Rosalie, o Emmett, siempre pendientes de mi, por culpa de la herida de bala, según el doctor, mis órganos se recuperaron lentamente, mi estomago aun estaba sentido, y según ellos era un milagro que haya quedado en coma porque normalmente mueren por hemorragias o shock, no podía hacer nada por el momento y había dejado de estudiar con el fin de recuperarme

- Bella ya no pienses – susurró en mi oído, sonreí saltando solo un poco por el susto

- Gracias – lo miré a los ojos, y me acerque rápido para darle un beso en la mejilla, el sonrió y me abrazó con fuerza

- Feliz cumpleaños amor – susurré en su oído – no tengo ningún regalo, y tampoco uno que pueda ir a comprar a escondidas, lo siento – de nuevo me miró a los ojos y sonrió con más ganas, acariciando mi mejilla

- Tu eres mi regalo Bella – respondió, sentí que me ruborizaba y el pellizcaba cariñosamente mis mejillas – Te amo y para mí eso es suficiente, claro, el que tu lo hagas, aunque no lo merezca – añadió escondiendo su rostro en mi cuello, negué con la cabeza y lo abracé muy fuerte

- Ya hablamos de eso, eso ya está olvidado, ¿vivamos ahora si? – el asintió dándome un beso en los labios, me ayudó a caminar, subiéndome a su coche - ¿podemos ir a ese café que tanto nos gusta ir de la quinta avenida? – pregunté antes de que arrancara el auto, el asintió con una sonrisa

- ¿con antojos? – preguntó, yo asentí entre risas, prendí la radio y nuestra canción estaba sonando, el arrancó el coche y fuimos rumbo al café

Todo el camino nos dedicamos a entonar la canción, miraba a Edward, quien a veces me cogía mirándolo y éste me guiñaba un ojo, volví mi atención al paisaje y a las atestadas calles de Nueva York, sonreí, ahora que todo estaba arreglado tenía muchas ganas de volver a San Francisco, pasear por nuestros callejones, volver a pisar aquel café encima de la ciudad, casi por las afueras donde tenía una vista espectacular.

Era de esperarse, porque si bien vine a Nueva York para estudiar y ser alguien más en esta vida, había escapado de mi rutina, de mi familia, de mis amigos y de un amor que en ese momento creí imposible. En este tiempo y ahora, pude aprender que los problemas se superan, los miedos se enfrentan, y la rutina puede manejarse cambiando de hábito. Suspiré y seguí tarareando la canción que a continuación sonó en la radio, increíblemente la canción era del tiempo de colegio, sonreí mirándolo, y empezamos a mover la cabeza, era una canción algo rockera y para gritarla a todo pulmón, y así lo hicimos.

Recuerdo aquella vez que Edward y yo salimos a pasear, y había un concierto pendiente al que podíamos ir, pero yo no podía por las clases en la noche que se habían presentado en el centro de idiomas, Edward se encogió de hombros y no fuimos, pero salimos a pasear por toda la ciudad y llegamos a unas cuatro cuadras donde se celebraba el concierto, ambos nos miramos y escuchamos de lejos la bulla del lugar

- ¿Vamos? – preguntó él con una sonrisa picara, moví la cabeza negando y con una sonrisa

- Sabes que no puedo Edward, si entramos ya no podré salir de ahí hasta que acabe y mis padres no saben y si lo hago tendré castigo de por vida – él rió y continuamos caminando, de vez en cuando sujetaba mis manos, tiraba de mí y me robaba un beso

Y justo en ese momento empezó a sonar la canción que tanto nos gustaba cantar, yo me emocione y empecé a cantarla incluso a dar unos pequeños saltos, él me acompaño y saltamos como conejos varios metros, riéndonos de nuestra pequeña travesura

- Te quiero Bella – susurró Edward abrazándome de pronto por detrás, yo, sobresaltada por ello, sonreí y giré en mi lugar

- Como yo a ti Edward, mucho – respondí, nos besamos, y ese beso fue tan tierno, que incluso hasta ahora puedo recordar la sensación que me produjo en ese instante

Reí por el recuerdo y continué con la canción, y al parecer Edward también se había acordado porque con un cruce de miradas, reímos a carcajadas. Pero tuvo que concentrarse en el camino ya que nos acercábamos al café, a lo lejos vi como Alice corría dentro del local, casi tropezándose, volví a reírme a carcajadas.

- ¿Qué pasa? – preguntó Edward, aminorando la velocidad para estacionarse

- Es increíble como los recuerdos pueden abordar mi mente en un instante – sonreí, supuse que él no había visto a nuestra amiga a punto de caerse, él estacionó el auto y cerró las ventanas del auto

- Son solos recuerdos, buenos o malos, solo son esos, pero de todos ellos yo quisiera haber hecho todo lo posible por no separarme de ti y…. – lo callé poniendo mis dedos sobre sus labios, me acerqué a él con cuidado, y lentamente me posicioné mejor para evitar algún dolor en mis piernas

- Ya no recuerdes todo eso, no sigas castigándote por todo lo que pudo ser y no fue, estamos juntos ahora y eso es lo que importa – él sonrió y se abalanzo sobre mi besándome, pero este fue un beso salvaje, lleno de pasión, pero tuve que terminarlo porque sentí un par de miradas, disimuladamente volteé y observe como Emmett y Alice miraban sonrientes por la ventana del local.

Negué internamente y moví la cabeza, ellos no tenían remedio, se ocultaron rápido dentro del local ya que vieron salir a Edward del auto y yo esperaba pacientemente a que me ayudara a salir, y así lo hizo, me cargó con suavidad no sin antes depositar un beso en mi frente y así entramos al local, pero lo que no me esperaba y mucho menos Edward era la fiesta sorpresa, el local adornado de globos incluso había gente que hace mucho no veíamos, estaban todos nuestros amigos, los amigos de Edward de su anterior trabajo, amigos de la universidad de colegio y nuestras familias.

Los padres de Edward estaban muy contentos y con un niño entre brazos Carlisle se acercó a nosotros, felicitándolo por su cumpleaños

- Feliz Cumpleaños Edward – lo abrazó y el niño con ojos azules lo abrazo fuerte también, Carlisle y Esme habían adoptado un niño hace muchos meses, y estaban feliz de tener un nuevo hijo, mis padres también se acercaron y lo felicitaron, incluyendo mi hermana que lo abrazo fuerte y mi hermano que estampó una fuerte palmada en su espalda, todos rieron ante el hecho

Y así todos estuvieron felicitándolo, Edward prácticamente me arrastraba con todos, incluso con el señor que siempre nos atendía en este café que tanto nos gustaba, Alice y Jasper estaba tomando unos helados al fondo sin ser interrumpidos, me separé de Edward y fui donde ellos, me senté al lado de Alice y ambos sonrieron.

- ¿Cómo? … - empecé a preguntar pero Alice rió carcajada limpia

- ¿Tú creías que ibas a arruinar el regalo que le tenía a Edward? – preguntó retóricamente, miré a Jasper de soslayo y solo aguantó la risa – sabia que le dirías que te habías olvidado, pero nosotros no, mucho menos yo, así que le preparamos una fiesta sorpresa, para que tu también estuvieras sorprendida – reímos juntos, se acercó Rosalie y Jasper se fue con Emmett a felicitar a Edward

- ¿Cómo estás? – pregunto Rose mirándome con las muletas, hice una mueca y me encogí de hombros

- El doctor dice que avancé bastante pero yo me siento igual – las dos me miraron con preocupación y sonrieron con comprensión

- Tienes que tener paciencia Bells, esto no es rápido, afortunadamente estas viva, así que no te quejes sino, no estarías aquí – dijo de pronto Alice dándome un coscorrón en el hombro, yo reí y tenía razón, no estaría aquí disfrutando de todo esto

- Hace unos días noto raro a mi hermano, ¿sabes algo Alice? – preguntó Rose, la pequeña hizo una mueca y encogió sus hombros

- Yo también lo noté raro, mas callado incluso asustadizo, ¿tú crees que tiene otra? – yo reí y ambas me miraron mal

- Es imposible que pienses eso Alice, Jasper de adora y por sobre todo te ama – ella sonrió a medias y miramos alrededor

Observé con cuidado a cada una de las personas que había en el lugar, observé con sutileza a Rosalie y a Alice, mis dos grande e inseparables amigas, aquellas a quienes les debo prácticamente mi vida por tantas cosas que pasamos juntas, amores y desamores, fiestas, tristezas y alegrías, observé a Emmett, Jasper, Jacob y Edward, reían abiertamente con una copa en sus manos, Edward me miró y yo sonreí, increíble como haberlos conocido en una clase de arte para luego pasar a una conversación por el chat y terminar paseando agarrados de la mano, Emmett solo fue por añadidura, siendo el primo de Edward y Jasper el mejor amigo, era lógico lo que venía después, y Jacob, mi Jake, si algún día estuve enamorada de él, fue por su gran corazón y la amistad que me brindaba en ese entonces. Pero no podía olvidarme de Ian, que no estaba aquí, la policía se lo había llevado y según me contaron estaba pagando por haber ocultado información, lo perdoné cuando fui a visitarlo y quedamos como antes, solo que Edward se sentía incomodo cada vez que lo íbamos a visitar, Ian entendió, pero le agradecí por el tiempo que me acompañó e hizo que me sintiera mejor cada vez que estaba mal, estaba agradecida por ello.

Seguí viendo con la mirada a todos, encontré a varias amigas del colegio con amigos de Edward, sonreí, amigos que jamás iba a olvidar, detrás de ellos mi familia, mi padre y mi madre juntos por siempre, mis hermanos, los padres de Edward los padres de Jasper y Rosalie, y Alice había pasado a ser hija de Carlisle y Esme, ya que sus padres habían fallecido hace varios meses atrás.

La gran familia que habíamos formado entre nosotros, un pequeño grupo de amigos que habíamos pasado por tantas dificultades y ahora estábamos más unidos que nunca.

- ¿en qué piensas? – preguntó alguien a mi lado, volví mi mirada al presente y observe quien me había hablado, Edward como siempre sonriéndome, rodeó con cuidado mi cintura y me atrajo a él

- ¿ya te dije cuanto te amo? – pregunté, el sonrió y depositó un beso en mi nariz

- Eso lo sé princesa, no tienes porque repetírmelo – respondió entre risas, me acerqué y besé su mejilla

- Tengo que repetírtelo aunque me canse por si te olvidas – añadí volteando mi rostro para observar a la gente

- Créeme que jamás lo haría – añadió besando mi cabeza – mira – susurró, lo miré y seguí su mirada, vi en el centro del salón a Jasper con un pequeño micrófono en mano, volví mi mirada a él y este asintió

- Por favor si me dejan hablar – de pronto dijo Jasper, pude notar su voz temblorosa – agradezco su atención – todos reímos por los nervios de nuestro amigos, pero él continuó – Alice mi amor, hemos pasado tantas cosas juntos, tanto tiempo dedicándonos el uno al otro, y ahora más que nunca estoy seguro de seguir, pero quisiera que sea hasta que la muerte nos separe – paró un poco para respirar y de paso buscar en su bolsillo, lo que supuse el anillo, pero abrió los ojos asustado mirando al resto de la gente

- ¿buscas esto? – preguntó Alice parándose delante de él, todos reímos y Jasper también, tranquilizándose un poco – porque si es así, déjame decirte que es un anillo precioso, Rosalie y yo nos dirigimos una mirada de incredulidad, bromear cuando Jasper está poniendo todo su esfuerzo de calmar sus nervios

- ¿Qué dices? – preguntó Jasper ya con el micrófono en el piso porque lo había soltado para arrodillarse

- Claro que si Jazz, eres tan importante para mí, y créeme que no quisiera pasar esta vida y las que siguen con alguien que no seas tú – todos aplaudieron, Jasper colocó el anillo en el dedo de Alice y esta gritó, lanzándose a su, ahora, prometido

Sonreímos y felicitamos por el compromiso, yo sabía que todavía no era tiempo para nosotros, pero haber pasado tanto y continuar juntos, significaba algo, solo esperaba que nosotros también tuviéramos nuestro momento de felicidad plena, como este que acaba de pasar Alice, y obviamente deseaba con todas mis fuerzas estar siempre con Edward, para siempre

- Para siempre amor – susurró él en mi oído, como leyendo mis pensamientos, sonreí y lo besé

- Para siempre -


Y chicas este es el ultimo capitulo, porque ya no podía seguir alargando la historia ni tampoco haciendo esperar

muchísimas gracias a todas por leer, por seguir y estar pendientes de esta secuela, realmente me encantó escribirla

a todas las que me enviaron los reviews preguntándome si iba a seguirla, muchas gracias por su interés realmente esas preguntas me ayudaron a construir poco a poco ese capitulo, y en este capitulo hay algo de verdad: LOS PROBLEMAS SE SUPERAR Y LOS MIEDOS SE ENFRENTAN

les mando un abrazo enorme

Próximamente estaré publicando una nueva historia, aun estoy con la lluvia de ideas asi que pronto sabran de mi.

Las quiero y gracias por seguir y visitar mis historias.