Hola por enésima ocasión! Traigo un nuevo fic ! Se me ocurrió cuando escuchaba a mi Nii-san platicar sus "peligroventuras" y se me hizo una buena idea! Espero que les guste! Y luego me dicen si le hago conti o no!
Disclaimer: Inazuma Eleven no me pertenece. El día en que Atsuya se pinte el cabello de … ¡morado!, ese día será mío…
Aclaraciones: cursiva= pensamientos.
Una noche peculiar...
1. ¡Esto es un asalto!
Era una noche tranquila, no hacía mucho frío, sin embargo, una chamarra no estaría de más. A pesar de todo no era tan tarde, pero él pensaba que sí. A nuestro "a veces querido y a veces odiado" peli-crema se le hizo tarde por estar entrenando en una canchita. ¿Por qué estaba entrenando? La respuesta era simple, mañana era el primer día de clases y el equipo de fútbol de su dichosa nueva escuela era conocido por ser unos de los mejores de…de por ahí.
- Esto no puede estar peor… - se decía mentalmente porque según él, había desperdiciado su tiempo ¡él era un buen jugador! ¿Para que diablos quería mejorar en un día sino aprovecho todo el maldito tiempo de las vacaciones? Con sus habilidades actuales podría entrar a ese equipo.
El peli-crema siguió caminando, tenía tantas cosas en mente, tantas cosas que tenía que hacer ese día pero se le olvido, de seguro su hermanita estaba molesta porque no fue a verla. Se paró en frente del parque, ahora se empezaba a lamentar. Si tan solo hubiera estado de acuerdo con su padre llegaría en cinco minutos a su casa, pero no, el señorito Shuuya no quería ser médico. Y ustedes se preguntaran que tiene que ver esto con que tenga que llegar a su casa. Otra vez la respuesta es simple: el señor Goenji le preguntó a su hijo "¿vas a ser médico, verdad?" a lo que Shuuya contestó con un frío y seco "Nop"; y pues el señor Goenji sufrió una de esas reacciones que siempre tienen los padres cuando se les dice algo que no quieren escuchar, para luego acabar y decirle a su hijo "te me vas de la casa". Sí, así de simple y estúpida es la razón.
- Ojala le hubiera dado el avión… si tan solo le hubiera dicho que si, ahora estaría en mi casita… - se dizque regaño el peli-crema, recordando la porquería de casa que tenía en esos días, porque el rey del orden no era él. Se le ocurrió una idea, podía aprovechar que estaba cerca de su "antigua casa" y pasar a ver a su hermanita, aunque posiblemente, ella estaría bastante molesta. – Mejor mañana paso a verla… - pensaba porque su hermanita no es muy linda cuando esta enojada.
Así que, entró al parque pues era la única forma de llegar a su nueva y solitaria casa. Ya estaba oscuro, empezó a hacer frío, uno que otro poste de luz no servía, en fin, más genial no podía estar ese parque. Goenji siguió caminando quería llegar lo más rápido posible a su casa, mañana era el primer día de clases y si le faltaba algo, seguro que entraba en pánico. Siguió caminando como si nada, cuando de pronto su tranquilidad se empezó alterar: alguien lo estaba siguiendo. Él era conocido por ser el goleador de fuego (ó sea que te puede dar un pelotazo que te deje idiota por el resto de tu vida), no tenía nada que temer… ¿O sí?
Siguió caminando. A lo mejor era una persona que quería preguntarle una dirección o alguien que le quería vender algo o a lo mejor un gato…
- Sí, claro, un gato puede tener una forma humana y seguirte durante… - se paró, sacó su celular del bolsillo de su sudadera para ver la hora. O sea, te están siguiendo, es de noche, seguro que te quieren asaltar y sacas tu celular para ver la maldita hora, ¡wow Goenji, eres un genio! – durante… quince minutos… - de repente, Shuuya abrió los ojos como platos, se había dado cuenta de su error. Comenzó a ponerse nervioso, ¿acaso no le podía pasar esto otro día? Pero ni modo la vida es así. Después de repasar la tontería de haber parado para checar la hora, el peli-crema escuchó lo que no quería…
- ¡Esto es un asalto! – pero, algo andaba mal. Esa voz no era para nada amenazante, de hecho, era muy dulce, bueno al menos para él. Shuuya se atrevió a voltear. Era demasiado obvio que algo andaba mal: ese chico no tenía facha de asaltante: sus ojos eran de un tamaño considerable y de un bonito color gris, su cabello era plata con las puntas algo desordenadas, su piel era blanca, casi pálida y era ligeramente bajito. De plano, ese no era un asaltante. Goenji se quedó embobado viéndolo, cosa que provocó que el chico más bajo se sonrojara, y para colmo, esa reacción hizo que el peli-crema también se ruborizara.
-¿Esto es un asalto? – se atrevió a preguntar Shuuya, simplemente no se lo podía creer, es más, cabía la posibilidad de que fuera una broma.
-¿Qué si es un asalto? – pregunta un tanto tímido, Goenji asiente - ¿No tiene facha de asalto?
-Uhm, no… creo que algunas cosas te fallan, y la principal, no te ves amenazante…
-¿Por qué? – preguntó un tanto nervioso. A lo lejos, en un arbusto, se alcanza a ver movimiento, posiblemente otra persona. El peli-crema no se da cuenta de ello.
-Porque… - no le podía decir que su cara era muy tierna ¿cierto?, era la primera vez que lo veía, y además, estaban en un "asalto". – No tienes un arma. – fue lo primero que se le vino a la mente. El oji-grisáceo ve su mano.
- Oh, es cierto. – revisa algo en sus bolsillos, se remanga las… mangas (perdón por la redundancia), busca a su alrededor. Goenji lo mira con una gotita en su nuca.
-¿No es eso que traes allí? – señala el bolsillo izquierdo de su pantalón que parece abultado, Shuuya no se podía ver más listo esa noche. El menor mete su mano y saca un aparatito al que todos le tendríamos miedo. Menos Goenji, porque al parecer esa arma era falsa, de hecho parecía ser de cartón. Sí, así de "grave" y confusa estaba la situación.
De los arbustos del parque se escucha mucho ruido, como si alguien estuviera maldiciendo. El peli-plata suspira con pesadez, el peli-crema se altera. Sin embargo, de los arbustos sale alguien muy parecido al dizque asaltante solo que de pelo rosa, con un gesto que demostraba su explosiva personalidad y parecía ser menor que el peli-plata.
- ¡Shirou, Shirou, Shirou! – Reclama molesto el peli-rosa - ¿Qué diablos estas haciendo?
-Si no te gusta como lo estoy haciendo, lo hubieras hecho tú desde un principio… ¡además es tu culpa! – los señala con el dedo índice, el peli-rosa se sorprende. - ¡Tú hiciste esta cochinada! – le muestra la amenazadora arma de cartón.
-¡Si tú no me hubieras seguido la corriente, no estaríamos metidos en esta lío! – le contesta agresivamente.
-¡Ahora yo! ¡Ahora yo!
-¡Pues claro! ¡Eres el mayor!
-¡Guarda silencio, Atsuya, que estamos quedando como unos idiotas en frente de... este chico! – ambos se miran con enojo, sinceramente no se puede decir quien tiene la actitud más tonta en este momento: el par de hermanos por hacer una obra de teatro o Shuuya por no irse de ese maldito lugar. Pasaron minutos, minutos que se volvieron horas, bueno ya estoy exagerando, pero pasó bastante tiempo.
Después de que los chicos de ojos grises terminaran su riña, su pelea o como gusten llamarla, se dieron por vencidos. Ellos sabían que esa noche no era la mejor. ¿Por qué no era la mejor? Porque mañana era el bendito primer día de clases y de tanto nervio por arreglar un pequeño problemita, recurrieron a ese inútil medio. Ambos suspiraron resignados y les vino una ligera "depresión".
-Debo de dejar de hacerle caso a Atsuya…
-Debo de dejar de obligar a Shirou a hacer cosas problemáticas…
Era en lo único que pensaban en estos momentos. Mientras que Goenji todavía no se iba, tuvo al menos dos oportunidades de irse, pero no, quien sabe que trae Shuuya en la cabeza. Aunque si prestábamos atención a la situación, era por el peli-plata.
-Perdón, es la primera vez que lo hacemos. – murmuraba el peli-plata fastidiado por la necedad de su hermano.
-Si, no hay problema… ¡¿Cómo que no hay problema! ¡¿Qué diablos me pasa! Bueno, tranquilízate y lárgate de este lugar. Bien, ya me voy… - ¡al fin reaccionaste!
-Ey, ey, baka. – una venita salió instantáneamente en la cabeza del peli-crema. - ¿Podrías pasar por aquí mañana en la noche? Mañana ya lo hacemos bien… - dijo el peli-rosa despreocupadamente, como si estuviese pidiendo un favor. Su hermano puso una cara de vergüenza ¿Cómo se le ocurría preguntar eso?
- ¡Atsuya!
- Ah, claro. – fue la contestación confusa de Goenji. No se le pudo ocurrir algo mejor. El menor de aquel par hizo un gesto de satisfacción ¡tenía toda una nochecita para empezar de nuevo el plan!; en cambio, el mayor se quedó sumamente confundido, tanto por la contestación del peli-crema y por como lo había mirado hace un rato, de alguna u otra forma, se sentía feliz por ello, un chico bastante atractivo se había fijado en él, ¡eso no te pasaba todas las noches!
Pero bueno, dicho eso, nuestro "a veces querido y a veces odiado" peli-crema se retiró de lugar, dejando a aquellas personas a su porvenir. Fue una noche peculiar, conocer a un par de hermanos con esas personalidades tan distintas era algo que no se podía encontrar a la vuelta de tu casa.
- ¿Cómo diablos se me habrá ocurrido decir "claro"? – era la duda que transitaba por su mente, pero, aunque él no quisiera admitirlo, había dado esa respuesta a propósito. Seguramente, mañana a esas horas de la noche volvería a pasar por allí. ¿Por qué? Por tercera vez la repuesta es simple: quería otra noche peculiar, quería volver a ver a aquel peli-plata…
Que tal me salió? Les gustó? Merezco reviews? Ya saben que espero que lo hayan disfrutado. Se que algunas pensaran que me vi. muy mal con los pobrecitos hermanos Fubuki, pero se me vino la idea de repente! Y no se preocupen, pronto su racha de malos terminara!
Bueno, quieren que le siga o no les gusto? Espero sus comentarios ya sean criticas constructivas, opiniones y demás, menos amenazas de muerte porque esas me dan miedito!
Ya me voy!