No pensaba publicar tan pronto esta historia, sin embargo la situación lo amerita, me hubiese gustado escribir esta historia de otra forma pero ya estaba pautada de está forma. Quizás en una próxima historia (tarea para mí).
Historia dedicada a una personita, que independiente del camino a tomar, siempre será mi sobrina. Quizás el final del prólogo sea la premonición de tu destino, llegaste a nuestras vidas de esa forma, sin embargo en tu corazón siempre sabrás a quién pertenece tú regalo del día de las madres.
Todos los personajes le pertenecen a JK Rowling
Querer una vida no significa tomar las primeras opciones que tenemos frente a nosotros, sin embargo hay veces que para tener un sentido debemos errar para encontrar aquel sentido a nuestra vida.
Destinados al Silencio
Prólogo
Caprichoso destino.
Muchas veces el destino nos juega trucos que a la larga solo provoca un sinfín de malas elecciones que afectan a nuestra vida de forma radical, dejándonos a la deriva sin saber bien que hacer. Harry Potter y Hermione Granger lo hicieron, sus caminos de una forma u otra fueron separados por decisiones apresuradas y guiadas por su racionalidad, y el afán de querer vivir de una vez por todas a causa de la guerra que ya llegaba a su fin, rehacer su vida con rapidez fue su opción y para su desgracia no la más acertada.
Y así fue. Harry se casó con Ginny tan pronto ambos salieron del colegio formando una familia joven, por supuesto y como es habitual los primeros seis meses fueron los mejores para ambos, lleno de amor y promesas de un futuro juntos, sin embargo aquello solo perduró por poco tiempo y antes de cumplir un año su matrimonio se había deteriorado considerablemente, la comunicación que ambos mantenían había disminuido considerablemente y los celos de Ginny solo causaban discusiones y malos entendidos que termino por matar el poco amor que ambos conservaban. En pocas palabras solo eran dos perfectos desconocidos viviendo bajo el mismo techo, transitando una convivencia que ya no deseaban.
Hermione por su parte se casó con Ron, y tal y como había ocurrido con la relación de sus mejores amigos, el matrimonio simplemente era un vaivén de discusiones e inseguridades, el carácter de ambos sin duda alguna jugaba un papel fundamental, creando discusiones sin sentido y donde generalmente quien terminaba cediendo siempre era Hermione. Los besos y caricias, ya no existían al séptimo mes y su comunicación, que nunca fue buena, aquí técnicamente no existía.
A pesar de los conflictos y gritos vividos en sus respectivos matrimonios los mejores amigos encontraron en su amistad, aquella conexión que siempre habían mantenido en su tiempo de estudiantes y que en esos momentos se hizo más presente que nunca. Aquel vinculo les hizo abrirse a su mejor amigo y confesar sus inseguridades y temores, siendo escuchados y comprendidos sin juicio o reproche de por medio, siempre fue así y se alegraban que esa parte de su relación aún se mantuviese intacta. Muchas tardes se la pasaron hablaron y riendo, algunas veces de sus problemas matrimoniales y otras veces simplemente riendo o recordando vivencias de estudiantes.
Cada sonrisa, risa y abrazo entre ambos fue despertando cierto sentimiento que pulsaba por salir a la luz, pero que fue opacada por ambos amigos que se empeñaba en mantener aquella línea y permanecer tras de ella, temerosos de cruzarla y que la larga desembocara en peligrosas consecuencias.
Y así siguieron reviviendo aquella conexión hasta que la navidad llegó para todos y con el ello el punto de quiebre insostenible para ambos jóvenes. La reunión se llevó a cabo en casa del moreno y allí la velada fue intensa y extraña, y como nunca tranquila, quizás porque a su alrededor existían otras personas con las cuales interactuar o simplemente el dialogo entre ellos se hizo más que presente. La atracción entre ambos era inevitable, y por mucho que intentaban alejarse y permanecer con sus respectivos esposos, su contacto visual siempre les mantenía unidos.
Para ironías de ambos, el destino parecía querer conspirar contra ellos, removiendo aquellos sentimientos que por tantos años quisieron salir a flote pero que por miedo e inseguridades nunca se atrevieron a dar el primer paso, ahora aquellos sentimientos estaban a flor de piel y poco podrían hacer, la vida les brindaba en aquel instante una nueva oportunidad para remediar los errores cometidos, y solo ellos debían tomar la decisión.
La noche llegó a su fin y ya todos dormían, todos menos Harry, quien se levantó de su cama para dirigirse hacia la cocina, muchos pensamientos se agolpaban en su mente y necesitaba algo con que poder conciliar el sueño. Para cuando ingreso a la cocina se encontró con qué no era el único que no podía dormir, su mejor amiga se encontraba sentada en la mesa con una taza de té sobre sus manos.
-No soy el único que no puede dormir – afirmó el moreno parado bajo el umbral de la puerta. Aún la imagen de la castaña durante la cena de navidad permanecía grabada en su mente; Un sencillo vestido café y su cabello suelto le había cautivado durante toda la velada
-No, no eres el único – sonrió ella tímidamente. Observó a su amigo dirigirse hacia la lavabo y llenar un vaso con agua – Todo resulto bien. Está es una buena fecha para reconciliarse.
-Quizás – suspiro él dejando a medio camino el vaso de agua de su boca – Aunque prefiero rectrificar errores.
-Es buena idea – susurró Hermione sonriendo con cierta nostalgia. Dio un último sorbo a su té y se incorporó de su lugar – Buenas noches, Harry.
-Hermione – habló este dejando a un lado su vaso para coger a su amiga por la muñeca, girándola para luego verla a los ojos – mi único error fue haber sido tan cobarde.
-No podemos – negó la castaña contra los labios del moreno – ya es demasiado tarde. Nuestro tiempo ya paso.
-El tiempo es un banco, Hermione – expuso él en apenas un susurro – al dormir nuestra cuenta vuelve a cero y podemos volver a iniciar y yo quiero iniciar de nuevo, junto a ti. El pasado está hecho y deseo poder construir un futuro sin precipitaciones.
-Y esto es una precipitación – volvió a decir Hermione sin dejar de mirar los verdes ojos de su amigo – y estamos cometiendo un error.
-Conocernos nunca ha sido un error – habló Harry sonriendo al tiempo que se permitía acariciar la mejilla de la castaña – Sino hubiese sido por ti, nunca hubiera sobrevivido a esa guerra. Y en estos últimos meses me he dado cuenta que siempre has sido mucho más que una amiga para mí, eres la mujer con la cual quiero pasar el resto de mis días. Te amo.
-Y yo a ti Harry – murmuro ella – Sin embargo hay tanto en riesgo…
-Siempre hemos estado en riesgo y hemos salido adelante – sonrió él – está no será diferente.
Ya no existía más excusa y mucho menos temores, solo la presencia del otro les bastaba para conseguir aquel valor para cruzar definitivamente aquella absurda línea que ambos mantuvieron durante tantos años, y la unión de sus labios fue la mejor manera de derribar aquella barrera, y esa noche nadie más importó, a su alrededor no existían los pelirrojos hermanos ni matrimonios de por medios, vivían el allí y el ahora.
Y lo hicieron durante los dos siguientes meses, disfrutando de su relación, amándose en secreto y disfrutando de aquel amor por tanto tiempo fue prohibido para ellos. Para cuando quisieron darse cuenta su amor ya había atravesado muchas barreras, dando como resultado que al cabo del tercer mes se enterarán que su amor había dado frutos: Un bebé crecía en el vientre de Hermione y aquello provoco que su vida girara 360 grados, si bien aquella noticia les hizo inmensamente felices se vieron en la obligación de adoptar medidas para evitar ser descubiertos, el embarazo de la castaña fue ocultado por medio algunos trucos y Harry intentaba por todos los medios ocultar sus constantes salidas de su casa, argumentando trabajos atrasados y reuniones.
Tanto el moreno como el pelirrojo trabajan en el ministerios de magia como aurores mientras que Hermione se desempañaba como medimaga, empleo que le ayudaba a mantenerse en buen estado de salud y ocultar cualquier registro de controles.
Los meses pasaron a una velocidad vertiginosa hasta el esperado noveno mes. Muchas veces intentaron hacerle frente a sus respectivos esposos, sin embargo nunca pudieron hacerlo, temían las reacciones de los hermanos y no querían hacerles daño, así fue como aquel mes, tomaron la decisión más difícil de sus vidas a pesar de amarse con locura y pasión.
Esta decisión que nos lleva a este lugar, donde Harry y Hermione se encontraban en un silencioso abrazo, el dolor en sus corazones no tenía comparación y por muchos esfuerzos que hicieran aquel destino les restregaba que no podían seguir juntos, y que sus caminos inevitablemente estaban separados.
Allí frente a ambos se hallaba la razón de su existir, su pequeña bebé: Helena, dormida en su pequeña cuna color crema situada en un pequeño cubículo. Entre lágrimas la castaña se despredió de su cuello de un colgante que mantenía sujeta la letra "H", Harry reconoció aquel objeto como el regalo que él le había obsequiada aquella navidad. Observó a la madre de su hija colocar el colgante sobre el cobertor del bebé, el moreno haciendo acopio de todas sus fuerzas cogió la trampilla y la hizo cerrarse lentamente.
A un paso tambaleante e inseguro caminaron por largas horas hasta que la noche se hizo presente y les obligó a ir hasta sus respectivas casas, el moreno por seguridad acompaño a Hermione hasta la casa que compartía con Ron. Y en un abrazo se despidieron, no sabiendo a ciencia cierta si aquello significaba una despedida definitiva o si simplemente implicaba un "hasta luego"
-Hermione – murmuro Harry antes que la castaña ingresará a su casa – Estoy seguro, que algún día volveremos a verla.
-Yo también – habló esbozando una leve sonrisa en su rostro – Por ahora debemos continuar con nuestras vidas, Harry.
El aludido no tuvo tiempo de responder, Hermione ya había ingresado a su casa y él no tuvo otra opción que caminar hasta la suya. Ambos debían volver a su realidad y esa era que debían compartir con personas a quienes ellos no amaban, continuando una mentira que dolía pero de la cual no podían salir por más que ellos quisieran.
Su único consuelo era la esperanza de algún día volver a encontrarse con su hija y Harry Potter estaba convencido que aquello ocurría en el algún momento, debía ser paciente y confiar en aquel destino que tantas malas jugadas les había cobrado durante años. Aquella esperanza era lo único que le mantendría con vida y le daría fuerzas para soportar cada día hasta ese momento, en cual podría abrazar nuevamente a su hija.
Después de todo, la magia estaba en ella.
Hola a Todos.
Bienvenidos a esta nueva historia de Harry y Hermione, está vez situada post guerra Voldemort y todo lo que ello implica. Sólo tomo la idea general del último libro, matrimonio Potter-Weasley y Weasley-Granger, por supuesto sin hijo ni nada, introduciendo ideas propias y nuevos conflictos.
En el próximo capítulo avanzaré once años, por lo cual se encontrarán con ciertas situaciones un tanto extrañas y confusas pero por medio de los capítulos se irán resolviendo.
Debo decir que esta historia pensaba dividirlo en tres historias distintas (ya con los capítulos se darán cuenta más o menos de cómo pensaba hacerlo) finalmente decidí hacerlo todo en un solo fic, pues aquello me acomoda y le da más emoción a la historia.
Solo espero sigan esta historia siempre escrita con mucha dedicación y cariño, no acostumbro a escribir por escribir y siempre estará ligado a algún sentimiento.
En fin, espero que les haya gustado esta pequeña introducción.