Durante el instante que sigue, Jon está seguro de que el más mínimo movimiento podría descomponer en fragmentos el aire que les rodea. El color sube a las mejillas de Robb como se cuela el agua por las fisuras, contrastando con la palidez que provoca en frío.

Se yergue otra vez, retirando la mano que ofrecía para levantarle y se gira hacia Theon, sus facciones tensándose, el aire se escapa de entre sus labios para condensarse en nubes de aliento más entrecortado de repente.

"¿Que estás diciendo?"

Theon suelta el aire con sorna, su mirada la marea insoldable de siempre. "No te hagas el imbécil. Sabes de sobra de lo que hablo"

"Theon" aprieta la mandíbula "Te dije que no lo hicieras. No era- No era de verdad, ni siquiera estaba pensando cuando te lo dije" Se le ahoga la voz, susurra, niega "No puedo"

Jon les mira desde el barro, entendiendo solo a medias, incapaz de decidir qué es lo que quiere entender, el aliento detenido algún punto a medio camino entre sus pulmones.

"Claro que puedes. No está peor que lo que hacemos nosotros. Me limito a darte lo que quieres" Responde Theon, la sonrisa hundiéndosele en las mejillas.

"El no" Susurra Robb, la voz empequeñecida en lo alto de su garganta, y parece asfixiarse, como si el aire frío que les rodea le cortara por dentro.

"Yo no ¿qué?" Suena más agresivo de lo que pretende. No es como si tal y como está, embarrado en el suelo y con los pantalones mojados, manchado de sí mismo, y de Theon, estuviese en posición de exigir explicaciones, pero tiene que saberlo, tiene que entender.

Robb murmura "Mierda", y aparta la mirada, las manos apretadas en puños a ambos costados. Es Theon quien, siendo Theon, se lo explica, contundente. Corta como el frío metal de las espadas.

"Digamos que no eres el único al que su hermano se la pone tiesa" sonríe, para sí mismo, para Jon, retorcido "Eso lo resume bastante bien"

"Theon" y es un aviso, Robb aprieta los dientes, sisea, los músculos de sus mejillas tensándose en respuesta bajo la piel, la tensión cargándose en los músculos de su espalda.

Theon se humedece los labios, arrastra los dientes por la piel brillante de saliva.

"Cuanto antes lo sepa, mejor que mejor. Estoy hasta los cojones de estar en el medio, y de ver cómo me lanza miradas asesinas sólo porque sabe de sobra que follamos. Además-" Añade, algo perverso filtrándose desde el tono de su voz "-no es para tanto"

"No tienes moral"

Theon levanta una ceja, divertido.

"Y supongo que vosotros dos sí que la tenéis"

Todo esto le divierte, como si no fuesen más que pequeñas piezas de un juego que puede manipular a su antojo. Tiene ganas de levantarse, de partirle la puta cara y de mancharla con su sangre, amoratarle los ojos hasta que no pueda mirarle así más. Ni a Robb, sobre todo a Robb, cabrón hijo de puta pero cuando lo intenta, el cuerpo ni siquiera le responde.

"Por los dioses" Robb se pasa la mano, nervioso, por nacimiento del pelo, haciendo que los rizos se arremolinen en una cascada que escapa bajo su mano, la mirada fija en el suelo, en todas las direcciones en las que - lo nota -no puede encontrarse con los ojos de Jon.

Ve como Theon se le acerca, despacio, del mismo modo en que se acecha a una presa. Tira de Robb hacia sí, metiendo los dedos en el borde de su pantalón, traza en su cuello, con los labios, un camino que persigue los senderos de su sangre.

"Para"

Theon sonríe contra la piel "Pregúntale a tu hermano si él quiere que pare" le hace un gesto con la cabeza "Ven aquí. bastardo".

Puta, puta sonrisa de mierda.

Pero se levanta, el corazón latiendo a mil por hora y el estómago dando mil vueltas de anticipación. "Estoy cansado que de que me des órdenes" murmura, rechinando los dientes, mientras se acerca. Se acerca tanto que nota el aliento agitado de Robb en la mejilla cuando Theon le besa de repente, con la boca abierta, dientes, saliva, y el sabor de la piel de su hermano llenándole los labios "Esta te va a gustar" la lengua, el tacto de la piel húmeda en su carne "Bésale". "No" parece que susurra Robb, pero su voz se pierde en algún lugar del viento, se filtra en la espesura. La mano de Theon mancha el pelo de su hermano cuando hunde los dedos entre sus mechones. Le sostiene la cabeza. Le obliga a mirarle "La primera vez es la más difícil" apoya la frente en su frente, sus bocas se rozan, "Luego-" chocan. Lenguas, y piel, y locura. "-todo es más fácil" Desliza una mano en su nuca, le acerca. Enciende la piel lugares en que sus dedos le rozan "¿Jon?".

Y está en el borde, de ese precipicio en el que lleva años manteniendo el equilibrio, a veces más consciente, otras en algo más parecido a un sueño nublado. Theon ha lanzado las cartas al aire y se ha colocado tras él en el borde, susurrándole al oído que se deje caer.

Y Jon sabe que no hay marcha atrás cuando te lanzas al abismo.

Gruñe cuando alcanza la boca de Robb, todo el miedo, la vergüenza, la rabia y la desesperación difusas que siente congregándose en un beso que es demasiados dientes que chocan, centímetros cubiertos de saliva, desesperación, y los restos metálicos de su propia sangre. Theon agarra el borde de su capa y estira, haciendo que el aire frío que se cuela le estremezca la piel, besándole el cuello dónde queda al descubierto con labios calientes que le producen escalofríos en la base del cráneo. "Sí, joder, si" ríe, y se apoya en él, se frota, rígido de nuevo, contra su pierna.

Robb empieza a devolverle el beso. Inseguro primero, buscando más el aire que su boca, pegándose a él después, jadeando, lamiendo las palabras con la lengua como si fuesen a derretirse, entrando, saliendo "Jon. Dioses, Jon" Hunde las uñas en el costado de Theon "Eres gilipollas Theon, un puto gilipollas" "No hace falta que me des las gracias" Jon ve como le mete la mano en los pantalones, moviéndola por debajo de la tela, despacio, haciendo que los besos de Robb se descoordinen, que le hunda las yemas de los dedos en la piel de la cintura.

"Al suelo"

Se siente tan mareado que le cuesta comprender.

"¿Qué?"

"He dicho que al suelo"

Theon le empuja con saña, haciendo que caiga con violencia en el barro.

"¿Pero qué haces?" grita, ronco.

"Shhh. Ya verás cómo te gusta" le dice, sin sacar la mano de los pantalones de Robb, tan lento que Jon lo siente en su propia piel, en la sangre que palpita entre sus piernas.

Está temblando de pies a cabeza cuando Theon se acerca a él - en parte por el frío, en parte por la excitación y el miedo a lo que está por venir - y muerde en su cadera cuando se agacha para levantarle el jubón, bajarle las calzas, dando más órdenes "Ven a aquí Robb".

Su hermano está parado en medio de la niebla que empieza a bajar de la montaña, el pecho subiendo y bajando como si no fuese capaz retener el aire en los pulmones. Jon le mira buscando las señales de que esto no está bien, de que para Robb es algo tan perverso que no será capaz de volver a mirarle a la cara y deseando no encontrarlas. Lo que encuentra son ojos que han perdido casi todo el azul, la pupila dilatada en la escasa luz que se filtra a través de la bruma.

Se acerca él, estirándose despacio junto a su cuerpo. "¿Estás seguro de esto?" le pregunta, sin mirarle a los ojos, la vista clavada en la lengua que le recorre el hueso de la cadera, en la risa de Theon, que le hace cosquillas en la piel húmeda de saliva "Mira como ésta" Pasa una mano, de abajo arriba, presionando, siguiendo la forma don los dedos, aprieta cuando llega a la cabeza de su polla, la tela humedecida fría contra la piel. Mira a Robb, mientras se acerca para besarle justo ahí, la boca abierta y la lengua una sombra de calor que se derrite. Jon gime, jadea, se le rompe el aliento joder "Pues claro que está seguro" Jon quiere pedírselo, quiere llorar, gritar que sí, que por favor, por favor Robb, angustiado, con la fe de los pecadores que no se arrepienten. Un largo momento de duda pesa en el espacio. Robb posa la mano en su pecho, sobre la piel blanca de frío que descubre el jubón. Le mira, inhala, hondo, labios rojos, carnosos, el umbral de todas sus desesperaciones.

Decide, entonces, lo nota. Robb decide.

A partir de ese momento, la realidad se expande y se contrae en tiempos que responden a leyes distintas. Theon deshace el cordón que le sujeta las calzas y se los baja de un tirón, inmovilizándole las rodillas. El frío del lodo le quema en las nalgas y los dientes de Robb le arañan la piel suave del interior de los labios. El calor que le inunda el cuerpo como una corriente se incendia en los lugares en los que la saliva le abrasa.Pierde la capacidad de diferenciarles. Robb mordiéndole el cuello. Ahora Theon. Una mano recorriendo con las puntas del los dedos la piel suave de los testículos, obligándole a levantar el culo para acariciarle más abajo, justo debajo, otra colándose bajo la tela del jubón, rozando los pezones casi sin tocarle, difusa, irreal. Dientes que rasgan en sus costillas y ahora una boca que dibuja curvas calientes en su polla, haciéndole gemir desde el fondo del estómago, de las cavernas de sus pulmones y sacar todo el aire de golpe "JoderRobbTheonRobb" arrastrando las palabras como una condena "Tranquilo, muchacho" Es la voz de Theon. Robb le come la boca en ese momento, llenando el espacio del aire que le falta "No querrás que se acabe tan pronto"la saliva caliente es un recuerdo vivo de los caminos que sigue con la lengua. Se lo mete entero, succiona, suave, lleno de saliva y ardiendo como la brea. Robb abandona su boca, desapareciendo hacia abajo, y solo le da tiempo a maldecir joderjoderjoder antes de sentir como lame la piel que queda al descubierto, mezclando la saliva con la lengua, y entonces son sus labios, y los labios de Theon, besándole, besándose, contra su carne, alguna risa ahogada y los gemidos de Robb le intoxican como el veneno, llenándole la polla, zumbándole en la sangre "Theon. Ah" Y algo debe estar haciéndole porque le escucha reír como se ríen las fieras, haciendo un juego de las cosas perversas "Eso es cariño, eso es" Es como una ola que se envuelve a sí misma, oírle decir eso, esa forma de tratar a Robb como no le ha visto jamás tratar a nadie. No encuentra deferencia entre el odio, y las ganas, la envidia se da la vuelta y no le encuentra sentido, se le derrite entre los dedos como la nieve, cambia, se reconstruye. Los labios de Robb le rodean de nuevo, acarician, mojados de saliva, ahora con la lengua, círculos en la piel rugosa, en los pliegues y las curvas de su polla, dentro y fuera, ahora otra vez, le besa la piel con la boca cerrada, un beso casto, sin sentido entre todo lo demás, como una concesión o la asunción de la locura.

Theon se tiende a su lado y le habla al oído, una mano retirando el pelo mojado de su frente. Le siente contra su pierna desnuda. Alarga la mano, dejando pequeñas manchas de barro cuando persigue la línea de su mandíbula "Córrete. Venga" Hunde la cara en su cuello, los bordes de sus pestañas aletean contra su piel "Vamos. Córrete para mí. Córrete para él" La lengua de Robb dibuja ondas lentas, imposibles, cada roce le hormiguea en los lugares dónde la sangre viaja más lenta, y Jon no puede, no sabe, pero se corre, en oleadas, en su boca, como las réplicas de un terremoto, calambres en las puntas de los pies, en los extremos de las manos.

Cuando el calor empieza a filtrarse hacia la tierra y el frio regresa a los lugares de dónde lo tres lo han sacado a base de labios y de mordiscos, Theon le da un beso, en la boca, habla en su oído, los dedos enterrados en su pelo, un príncipe del mar envuelto en la piel de un lobo "Ahora ya sabes lo que se siente" horas de beso lánguido y de mil augurios de tormento.