En una habitación oscura, a la que apenas entraban los rayos del Sol, se encontraba una cama y un pequeño escritorio. La habitación no era muy grande pero tampoco muy chica. Una figura estaba sentada con las piernas juntas y la cabeza apoyada en ellas sobre la cama. La puerta de ese lugar se abrió haciendo que entrara luz, una figura se asomó y se apoyó en el marco de aquella entrada.

-¿Cómo te encuentras?-preguntó la figura.

Ameko levantó la mirada y vio a Toshiro en la puerta, él observó que en los ojos de ella algo había cambiado, simplemente se veía diferente.

-Ameko…¿estás…

-Voy a morir, ¿no es cierto?

-¿Qué? no, claro que no, ¿cómo…

-Tengo que hacerlo.

-¡No me vengas con…

-¡Es cierto!-le gritó ella bajando de la cama.

Ambos se quedaron callados y la joven oficial bajó la cabeza, él apretó los puños, sinceramente quería mantenerla al margen de todo eso tanto como fuera posible. Si Aizen la encontraba de seguro moriría, pero si ella moría antes, Aizen no podría hacer nada y ella estaba consciente de ello, lastimosamente. Toshiro esperaba que de algún modo ella estuviera fuera del alcance de ese traidor que ya bastante daño le había hecho en el pasado, esta vez no quería que dañara a Ameko, si eso pasaba, el capitán estaba seguro de que quedaría destruido. Había llevado a Ameko a una habitación pequeña, en donde escondió su riatsu, tal ves así les daría más tiempo a ellos de planear algo.

-¿Tú lo sabías?-preguntó Ameko.

-¿Qué?

-¿Lo sabías?...¿que yo era la llave?

-Ameko…¿cómo se supone que iba a saberlo?

-Entonces…no encuentro una respuesta lógica…a por qué me protegías tanto…Momo es tu amiga de infancia…y ni siquiera a ella la protegías así.

-Eso no lo sabes.

-¿Entonces por qué?...solo respóndeme eso…

El capitán Hitsugaya estaba en una posición difícil, no era nada fácil el tener que responder a esa pregunta, pudo haber mentido, pero así tal ves perdería una oportunidad con Ameko, pero si le decía la verdad…no podía decírsela, no en un momento así. Además, si el sentimiento de él no era correspondido, sería algo incomodo, se distraería mucho, mejor no decía nada.

-Será…Toshiro…-decía Ameko haciendo que él la mirara-será…que…solo tal ves…¿haya algo más?

-¿Algo…algo más?

-Algo…diferente…entre tú y yo.

-¿Qué más puede haber?-preguntó él.

-Yo…creo…creo que…

En ese instante un shinigami apareció detrás de Toshiro, haciendo que Ameko y el capitán le miraran.

-Capitán Hitsugaya, necesito que me acompañe.

-Ah…sí, enseguida-volvió a ver a Ameko-¿hablamos luego?

-Si quieres.

-Está bien.

Toshiro salió acompañado del shinigami, ¡no lo podía creer! ¿le gustaba a Ameko?, si así era, nada lo haría más feliz, aunque lo disimulaba, claro. Su corazón latía a mil por hora, y sus manos sudaban, pero él pretendía que no, cada paso por ese corredor se hacía más y más desesperante, tenía ganas de voltear y correr hasta donde estaba Ameko, seguir hablándole, hasta que por fin dijera algo, lo que sea, lo que a él le quitara sus dudas.

Entre tanto, Ameko estaba muy feliz en su cama, sostenía las manos juntas en su pecho y dijo para sí misma:

-Mi Toshiro…casi meto la pata…pero no me importa, ya empecé, así que ahora hay que terminar con esto, tú me gustas, me gustas mucho, y te lo diré tan pronto como vengas acá.

Entre tanto, Toshiro llegó con el shinigami a un lugar en el Seireitei con bastantes árboles alrededor estaba solo.

-¿Qué suced…

Pero fue interrumpido porque el shinigami le atacó de repente, Toshiro se alejó rápido, sacó su Zampakutoh y comenzó a contraatacar.

Por su parte, Ameko seguía pensando en sus cosas, cuando, sintió una presencia extraña, y se alejó de la cama segundos antes que la pared detrás de esta se destruyera, Ameko se levantó rápidamente y sacó su Zampakuoth.

Para Toshiro no fue muy difícil derrotar al shinigami, terminó algo agotado pero no fue gran cosa, se quedó mirando a la nada un rato y se maldijo a sí mismo, había caído en una trampa, se dirigió lo más veloz que pudo a donde se encontraba Ameko, abrió la puerta y lo que vio lo dejó impactado. Las paredes estaban quemadas de algunas partes, había sangre en el suelo y un agujero en la pared. ¡¿Cómo pudo dejar que lo engañaran así? ¡Ameko ya no estaba! y quién sabe a dónde se la había llevado Aizen, pero algo más se dejó sin habla cuando tocó la puerta, miró tras ella, y estaba la palabra "adiós shinigamis" escrita con sangre, Toshiro no pudo estar más tiempo ahí, tenía que informar de inmediato.

-¡¿Qué?-preguntó Ichigo asombrado.

-¿A quién le informamos?-preguntó Momo.

De repente, la tierra comenzó a temblar, ellos se quedaron callados, observaron el cielo, este estaba extraño y se estaba abriendo poco a poco, de ahí unos hollows salieron.

-¡¿Qué está pasando?-preguntó Rangiku.

-¡Es Aizen!-dijo Toshiro.

-¡Si nos dirigimos a ese agujero, de seguro llegaremos al otro mundo en el que Aizen está y por lo tanto…

-¡También con Ameko!-terminó Rukia.

Pero algo retasó sus planes, Kira se acercó a donde ellos estaban, de seguro tenía importante información que decirles, sin embargo no tenían tiempo en ese entonces.

-Kira, apártate por favor…-dijo el capitán Hitsugaya, pero él les detuvo.

-¿Kira?-preguntó Matsumoto.

-¿Qué haces?-le cuestionó Hinamori.

Kira sacó su Zampakutoh y atacó al capitán, pero el joven de cabello blanco esquivó apenas el ataque.

-¡¿Qué significa esto?-preguntó al rubio.

Kira se levantó de nuevo y en ese momento Ichigo tomó a Toshiro del brazo y corrió con él de ese lugar, los demás les siguieron, corrían por los pasillos del Seireitei sin tener la más mínima idea de lo que estaba pasando.

-¡Por qué nos atacó Kira?-preguntó Momo.

-¡Debe de estar siendo controlado por Aizen de alguna manera!-respondió Renji.

-Ya no me asombraría-dijo Ichigo.

Estaban corriendo, esperando llegar a un lugar seguro, cuando Komamura apareció frente a ellos, los chicos pararon y sacaron sus zampakutoes, preparándose para atacar.

-Un momento-interrumpió Renji-¿el capitán estará usando su bankai?

Todos se callaron y empezaron a ponerse nerviosos al recordar el enorme bankai del capitán Komamura. Justo unos segundos después del comentario del pelirrojo, el techo que estaba sobre ellos comenzó a romperse, vieron hacia arriba y era el bankai del capitán, ¿realmente tenía que pasarle eso en ese momento?. La única verdad era que tenían que derrotarlo, así que Toshiro, Renji e Ichigo liberaron su bankai, Momo y Rangiku también se colocaron en posición de ataque. El pelinaranja se abalanzó contra el enorme samurái, las chicas se encargaban de atacar al capitán Komamura para que los chicos pudieran encargarse del enorme atacante, pero, cada segundo que pasaba podía ser letal, tanto para ellos como para Ameko, ¿realmente sabían lo que estaban haciendo?