N/A: ¡Holas gente~! Ya volví con otro drabble para la compilación 8D. Espero que les guste ;3. Por cierto, quería agradecer a toda la gente linda que se lee estos cosos sin sentido pero, por sobretodo, quería agradecer los comentarios de kikyoyami8, kurai Ikari, Setsuka Minami, Disturbed Nord, Kasaru-chan28, Mimi Hyuga y de Elizabeth Reinsworth. Son amor gente y lo saben(?).

Oh sí, otra cosa que debo agregar: este es el primer fic/capítulo/drabble/oneshot/coso que alguien me betea, así que quería darte gracias Poli-nee~ por aceptar ser mi beta personal 3 (además de que, por mi culpa, tuviste que ver Hetalia x,DDDDD). Muchísimas gracias 3. Espero no estresarte con toda la cosa random que te estoy mandando x,DDD. Si fuera así, eres libre de golpearme x,D

Sin más blablá, les dejo con el siguiente.

Disclaimer: Axis Powers Hetalia y todos sus personajes son propiedad intelectual de Himaruya Hidekaz.

Extensión: 818 palabras.

Beta: PolidL-Chan

Advertencias: Insinuaciones de shonen-ai x,DU. Fail humor. Prusia OoC(?) .

Resumen del drabble: Hungría, apenas veía a Austria siendo atacado por Prusia, salía en su defensa, ignorando los motivos del albino para atacar a Roderich.


Prusia in love

III. Una manera awesome de acercarme a ti

— ¡Vamos, señorito! ¡Sabes que te mueres por acostarte con el grandioso!— le insinuó Prusia al austriaco, acercándose con fines nada inocentes al castaño.

— Por supuesto que no— negó Roderich, mirándolo con una mueca desaprobatoria en el rostro y añadió, molesto, haciéndole el quite al otro país—. Además, deja de gritar ese tipo de cosas en mi casa. Son indecentes— puntualizó, levantándose de la silla y dirigiéndose al interior de su casa.

Prusia esbozo una sonrisa que sólo un país tan genial como él era capaz de mostrar y, decidido a lograr su objetivo, fue tras Austria. Tenía que lograr, fuese como fuese, un poco de atención por parte del aristócrata país.

Hace algunos minutos atrás, había decidido ir a la casa de Austria, sólo para molestar, por lo que sin demora, había encaminado sus pasos hacía allá. Sin embargo, apenas lo vio sentado en su terraza, bebiendo relajadamente una taza de té, decidió poner en marcha ese plan que había estado planificando y esbozando durante años enteros.

Al notar que el pianista ponía una mano en la perilla de la puerta, dio dos zancadas y, autoritario, lo detuvo. Esta vez, no dejaría que su oportunidad se escapase.

— ¡Oye, ¿acaso no escuchaste? ¡Te estaba haciendo una invitación!— hizo notar, recalcando, con un dejo libidinoso—. Deberías agradecer que quiera compartir mis cinco metros contigo.

— Por favor— contestó el otro, rodando los ojos—. Deberías dejar de ser tan infantil, Gilbert, ¿acaso no tienes…?— lo increpó, siendo interrumpido por algo que no vio venir.

Elizaveta, mientras los dos países discutían, había notado que Prusia pretendía obligar a Austria a hacer algo que su esposo no quería hacer. ¿De qué se podría tratar esta vez? No tenía idea y poco le importaba. Antes de darse cuenta o preguntar qué ocurría, notó como la situación había sido zanjada de golpe: sus manos sostenían un sartén, Gilbert se hallaba tirado en el suelo, casi inconsciente, y Roderich miraba la escena pasmado ante la reacción de su compañera.

— ¡¿Acaso no te basta con poseer una región del señor Austria? ¡Deja de molestarlo!— gritó enojada.

Ciertamente, si hubiese visto a cualquier otro par de países teniendo una escenita de esas, hubiera gritado y, sin perder tiempo, los hubiera grabado y fotografiado. Sí, le gustaba el yaoi y todo el mundo lo sabía. Sin embargo, el hecho de que Roderich fuese uno de esos hombres, cambiaba por completo la situación. No dejaría que Prusia lo convirtiese en parte del otro bando.

El albino, sobándose la coronilla y con una sonrisa confiada dibujada en su semblante, se atrevió a proponerle a la chica, con total desfachatez—. ¿También quieres un poco del grandioso Prusia? Descuida, hay Gilbert para todos~.

Esa proposición se hizo merecedora de otro sartenazo que el prusiano, aunque fuese incapaz de aceptarlo abiertamente, disfruto en su fuero interno.

— ¡¿Cómo si quisiera? ¡Mejor devuélvele la región al señor Austria!— alegó la muchacha, mientras Roderich trataba de calmarla.

Gilbert, viendo que la realización de su propósito iba de mil maravillas, decidió proseguir con su plan—. Te la devolveré, pero sólo si me atrapas— le ofreció como opción, mientras se alejaba de ella.

La húngara, sin reflexionarlo mucho, partió tras de él, determinada a recuperar el territorio austriaco. No consentiría ni un día más que Gilbert tuviese esa parte, tan importante para Austria, en su poder.

Lo que ella no sospechaba era que ese había sido el objetivo inicial que Prusia buscaba conseguir. ¡Cualquiera se hubiera dado cuenta de él, ¿no? Llevaba años y años molestando a Roderich, no porque le gustase— como todos los países suponían y daban ya por sentado— sino que para conseguir la atención tan esquiva de Elizaveta. Sabía que la muchacha, apenas Roderich fuese molestado, saldría en su defensa, lo que era una oportunidad perfecta para atraerla hacia sí. Si eso no funcionaba, podría llamar su atención actuando una escena homosexual, cosa la húngara tampoco podría obviar.

¡¿No era un plan genial? De una u otra forma, ella le prestaría atención y— quien sabe— tal vez podría enamorarse más rápido de él.

Por el mismo motivo, ver el cómo ella lo perseguía incansablemente, lograba que una felicidad etérea y tan grandiosa como él, le hiciera cosquilla en el estómago (momentáneamente, omitiría el pequeño detalle de que Hungría lo estaba acechando sólo para matarlo con el sartén).

Ahora sólo debían alejarse del austriaco. Apenas eso sucediera, lograría— fuese al precio que fuese— arrancar una declaración de amor por parte de Hungría o, si eso no se pudiese, la conquistaría hasta que la chica cayese rendida ante su awesomidad.

Si ya había encontrado una forma genialpara acercarse a ella, ¿Cuánto le costaría encontrar una manera igual o más genial para conquistarla?

¡Vamos! ¡¿No estaba hablando de Prusia, el mejor país sobre todos los del mundo? Para él sería pan comido, pensó, antes de recibir un sartenazo cuasi mortal en su nuca.

Fin Drabble: III. Una manera awesome de acercarme a ti

Por: Nana Walker


N/A: Gracias por acompañarme hasta aquí. Como siempre digo, comentarios, críticas constructivas y sugerencias son bien recibidas.

Y, como diría alguien por ahí: see you again~.