Notas de la traductora: Tan tan tan, y aquí el tan esperado episodio final =3 espero que les guste ;D Muchísimas gracias a todos por sus mensajes a lo largo de la historia, por su apoyo para con mi traducción y sus palabras de aliento ^^ Pronto traeré dos one-shots más del mismo autor (Y relacionados con esta historia) para que estén al pendiente ;D durante esta semana los publicaré ambos y con eso daría conclusión a la 'saga' que es 'El Quinto Acto' mil gracias por todas sus palabras, recuerden que esta historia no es mía, yo solo hice la traducción del inglés al español, esto fue obra del gran Sinnatious ^^ ¡nos seguimos leyendo! ¡Gracias a todos por su apoyo!
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Notas del Autor: Este capítulo es muy largo, es el más largo hasta ahora, lo que normalmente me dice que aún no he sido lo suficientemente brutal con mi machete de edición, pero ¿supongo que es bueno salir con una porción grande y linda? Y Dios sabe que puedo agonizar sobre los finales muchísimo.
Así que, sí. Esto es. Espero que hayan disfrutado leyendo mi especie de historia de viaje en el tiempo algo autocomplaciente. No hay secuela, así que espero también que el final los satisfaga – aún y cuando se que siempre va a haber personas que habrían querido que terminara de otra forma. Pero si me disculpan un momento de pretensión, ¡la gran naturaleza del fandom (y de ciertos poemas) es la libertad de crear una nueva interpretación cuando no obtuviste la que querías!
También, muchas gracias a todos los que mandaron review. No siempre logré responder, pero en verdad aprecié a aquellos que se tomaron la molestia en comentar.
El Quinto Acto
Capítulo 38
Por Sinnatious
Lentamente, Cloud se volvió consciente del leve murmullo de las voces cercanas. Era confuso. ¿Quién estaba hablando? ¿Esto era la Corriente Vital? No se sentía como la Corriente Vital – él debería saberlo, había nadado a través de ella más de una vez. Frunció el ceño, sus dedos se crisparon y un gemido bajo nació en su garganta. Todo dolía.
Las voces repentinamente se callaron. Hubo un movimiento y entonces – "¡Está despertando!"
"Iré a traer a los demás." Las pisadas pasaron rápido.
Cloud se forzó a abrir sus ojos e inmediatamente deseó que no lo hubiera hecho. Los cerró de nuevo con un siseo.
Hubo más movimiento y el sonido de tela. "Intenta otra vez. Ya cerré las cortinas."
Con cuidado, levantó un párpado. La luz no le quemó desde la parte trasera de su cráneo esta vez. Giró su cabeza hacia un lado, hacia la voz. Era Génesis, sentado en la cama que se encontraba a su lado, con sus brazos cruzados y lucía muy molesto.
"¿Qué…?" susurró, con su garganta rasposa y seca. ¿La Posada en Nibelheim? ¿Qué le ocurrió al Reactor? Y, ¿no se suponía que estaba muerto? ¡No había posibilidad de que Aerith hubiera interferido esta vez!
"Tú," declaró Génesis, "Tienes mucho que explicarnos."
Zack regresó a la habitación. "Angeal aún está durmiendo, pero los demás llegarán aquí en un minuto." Se dejó caer en la silla al lado de la cama de Cloud. "Buenos días, solecito, ¿cómo te sientes?"
Se sentía, apropiadamente dicho, como si hubiera sido empalado por Sephiroth. Y disparado por Vincent. "¿Cómo…?"
Zack se movió inquieto, mirando hacia otro lado. "No te detenías. Génesis tuvo que invocar un hechizo de Sueño sobre ti en el último minuto."
"Honestamente no esperaba que tuviera ningún efecto," gruñó el Comandante. "Fue un acto reflejo."
Con cuidado, Cloud levantó una mano para tocar su brazo desnudo. Lo había olvidado. Le había dado a Kunsel el Listón. ¿Era por eso que Jenova había tenido mucha más fuerza y efectos sobre él? No, no del todo. No podía culpar la ausencia de Listón.
"Zack," susurró, con su estómago revolviéndose ante el recuerdo. "En el Reactor, yo-"
Zack sonrió de lado y giró sus hombros. "Estoy bien ¿lo ves? ¡No te preocupes! No eras tú mismo. Y además, te detuviste cuando contó, ¿verdad?"
"No todos nosotros tuvimos tanta suerte," una nueva voz se arrastró desde la puerta.
Cloud sabía quién era sin siquiera mirar – lo hubiera sabido incluso si él no hubiera dicho nada "Sephiroth." Sus dedos apretaron las sábanas y se esforzó por sentarse, jadeando por el esfuerzo.
"Oye, ¡tranquilo!" Zack lo ayudó a descansar contra la cabecera. "No pudimos curarte por completo. Génesis casi se desmayó intentando salvarte."
"El problema no fue el curarlo," lanzó un bufido el Comandante. "Fueron todos los hechizos de hielo, fuego y sueño antes de eso."
"Es tu culpa, por usar materia como si fuera el fin del mundo," regañó Sephiroth.
Con tacto, Cloud no señaló que estuvo muy cerca de haber sido el fin del mundo.
"Podría encargarme ahora," gruñó Génesis.
Sephiroth le dirigió una severa mirada a la par que ingresaba a la habitación para estar con ellos. La parte lúcida de su ser – la parte que no estaba en frenética negación – se percató de que estaba siendo cuidadoso de mantener su distancia. "Nada más de materia. No al menos por otras doce horas. No tenemos éteres y no necesito que todos nosotros estemos convalecientes y en cama."
Eso hizo que Cloud prestara mayor atención a sus compañeros SOLDADOs. Génesis tenía un aspecto ligeramente pálido – del tipo que venía por agotamiento debido al uso de la materia, específicamente. Zack lucía un poco agotado también. Sephiroth no lucía cansado del todo, pero mirando con más atención, Cloud podía ver la orilla de vendas blancas asomándose por debajo de su saco. Y tampoco tenía su hombrera izquierda.
Los labios de Sephiroth se enarcaron, aparentemente habiendo notado su inspección. "Ya ibas a medio ataque cuando Génesis hizo que te desmayaras, así que no escapé completamente ileso. ¿Te importaría intentarlo de nuevo?"
Cloud le dirigió una mirada fría. "No presiones tu suerte," gruñó. Deseaba con todo su ser tener a First Tsurugi, pero una mirada furtiva alrededor de la habitación reveló que se encontraba recostada en una esquina alejada, bastante lejos de su alcance, con Vincent cuidadosamente situado entre ellos. Cloud ni siquiera había visto llegar a Vincent.
"Relájate," ordenó Sephiroth. "No estoy deseoso de continuar con nuestra batalla todavía. Y tú no estás en condición para siquiera intentarlo."
"Preferiría que no la continuaran en lo absoluto," comentó Génesis, irritado. "No puedo invocar Cura Completa tantas veces en un día."
"Me temo que eso depende de Cloud."
Los otros SOLDADOs dirigieron su atención hacia él. Él miró hacia un lado, con sus dientes apretados. La verdad era, que si no fuera por sus heridas, probablemente ya se habría levantado de la cama y estaría atacando, con arma o sin ella.
"Vamos, Cloud," suplicó Zack. "El futuro sonaba en verdad muy mal, ¡pero las cosas fueron distintas esta vez! ¡Sephiroth aún está cuerdo y toda la cosa!"
Su cabeza giró de regreso a la par que observaba a su compañero SOLDADO con ojos abiertos de par en par. "¿Tú sabes?"
Cloud repentinamente deseó haber simplemente saltado al núcleo del Reactor. Y entonces verlos intentar y revivirlo. Esta no era una conversación que quería tener ahora. O nunca.
"Yo les dije," lo confirmó Sephiroth. "Aunque dependió del Sargento Kunsel el informarnos de los detalles."
"¿Kunsel?" Tampoco se había percatado de su llegada – el SOLDADO Segunda Clase había estado de pie junto a la puerta, observando en silencio sus interacciones. Al notar su atención, lo saludó con su mano. Aún lucía pálido y recostaba su peso contra el marco de la puerta un poco más de lo estrictamente necesario, pero era bueno ver al Segunda Clase en una pieza y coherente. Había estado preocupado luego de las nefastas predicciones de Hojo. "¿Qué ocurrió contigo?"
"Logré escapar gracias a ti, pero la adicción de mako pudo más que yo. Estuve inconsciente por un tiempo, pero desperté en Midgar hace unos cuantos días bajo el cuidado de la encantadora novia de Zack." Zack sonrió ante la mención de Aerith. "Esperaba poder regresar antes de que algo ocurriera, pero llegué aquí hace tan solo unas horas." Lanzó un suspiro, rascando la parte de atrás de su cuello. "Si tan solo hubiera sido un poco más rápido… bueno, a como estaban las cosas tuve que pedir un montón de favores para llegar aquí tan rápido."
Cloud sintió una ola de alivio, seguida rápido por el temor. "¿Qué les dijiste?"
"Jenova, Meteoro, ShinRa. Solo las cosas grandes," le aseguró Kunsel.
"Cosas que debiste habernos dicho desde el principio." La profunda voz de Vincent ingresó a la conversación por primera vez.
Cloud observó las sábanas de la cama. "No me habrían creído." Tampoco se habría tomado el riesgo de qué es lo que Sephiroth, Génesis o alguno de los otros podría haber hecho con el conocimiento. Si hubiera una materia capaz de borrar los recuerdos de las personas, habría dado el brazo con el que usaba su espada por ella en ese momento.
"Sin embargo, debimos haberlo adivinado," gruñó Génesis. "El PHS era algo que lo delataba completamente."
"Pero, ¿quién hubiera pensado en viaje en el tiempo?" protestó Zack. "Siempre había otra explicación. ¡Simplemente no lográbamos que todo embonara! Como el cómo consiguió los tratamientos, o qué le ocurrió a sus amigos y familia." Hizo una pausa. A Cloud no le gustó la mirada de creciente excitación en su rostro. "Espera… esa cosa con la mamá de Spike… ¡Spike eres tú!"
Sonaba totalmente demasiado feliz. Cloud lo observó de forma penetrante. "¡No te atrevas a decirles!"
"Aww, ¡pero Cloud-!"
Por alguna razón, Génesis lucía absurdamente complacido por la revelación. Probablemente él no quería saberlo.
"Deja al muchacho en paz, Zack," advirtió Kunsel. "Aparentemente le debo mucho. Además, ¿qué se supone que hagan si lo saben? Y ¿quién querría escuchar todas las horribles cosas que podrían estarles esperando en el futuro?"
Zack hizo un puchero. "Sí, está bien, veo tu punto. Pero cielos, Cloud, ¿no es eso algo difícil? Quiero decir, es tu Mamá."
"Lo sé, Zack." Luchó por mantener su voz en un nivel bajo. "Pero ella está viva en este tiempo. Eso es todo lo que importa." Ya había aceptado la muerte de su madre y sin importar qué tanto Jenova desgarrara sus viejas heridas eso no cambiaría.
"Ah sí. El Sargento Kunsel mencionó el incendio del pueblo. Eso, al menos, explica por qué odias tanto a Sephiroth," meditó Génesis.
"Eso no justifica nada," rechazó Sephiroth. "Merezco el beneficio de la duda. Ni siquiera he visto a la Sra. Strife, mucho menos he tenido la oportunidad de asesinarla."
"Pero no estabas dando, exactamente, un buen ejemplo de cordura, ¿sabes? Incendiando la mansión así," señaló Zack. "No me extraña que Cloud saltara a conclusiones." Hizo una pausa. "¿Por qué incendiaste la mansión?"
"Quería destruir la investigación," fue la simple respuesta. "Era desagradable y necesitaba ser eliminada de este planeta."
"Pero, ¿qué hay de los científicos y guardias?" Preguntó Zack con cuidado.
Sephiroth no pareció molestarse por la pregunta. "Los dejé ir y les dejé en claro que no quería volverlos a ver, antes de iniciar el fuego." Ante el incómodo silencio de Génesis y Zack, levantó una ceja. "¿Pensaron que los había matado?"
"¿Qué se suponía que pensáramos?" se defendió Zack. "¡El lugar era un infierno!"
Cloud aún estaba conmocionado por la revelación de que la mansión había sido destruida. La verdad es que lo había pensado muchas veces – luego de que hubieran liberado a Vincent, allá en su línea de tiempo original, había jugado con su materia de Fuego entre sus manos por al menos unos buenos diez minutos antes de marcharse y seguir a los demás. Algo siempre lo detenía. Era como lo contrario a un lugar sagrado, algo tan involucrado en su historia personal, algo tan magnificentemente terrible que él nunca creyó en verdad que pudiera ser destruida.
"El edificio era viejo. Se incendió bastante bien." Sephiroth lucía un tanto satisfecho ante el recuerdo.
"Y entonces te fuiste hacia el Reactor," murmuró, aún intentando reconstruir todo lo que había ocurrido. "Igual que la última vez."
"Aparentemente. Pero ni siquiera te detuviste a preguntar cuáles eran mis intenciones," respondió Sephiroth.
"No necesitaba hacerlo. Tú mismo lo dijiste – que ibas a mostrarme el final," espetó, con sus puños apretando las sábanas.
"¿Y eso era un problema? Me pareció bastante poético."
"Te lo pareció," se burló Génesis, para luego dirigirse a Cloud. "Este hombre no tiene ninguna comprensión hacia la Literatura. ¿Sabes lo que me dijo? Que pretendía exterminar a la Diosa. Y luego procede a acusarme a mí de tener un complejo de héroe y problemas de ego."
"¿Lo estás negando?" Sephiroth sonaba divertido.
"Saben," intervino Zack, "Yo no sé mucho sobre Loveless, pero siempre pensé que la Diosa era la chica. Ya saben, la que se queda atrás, esperando al héroe."
"Esa es la versión que están presentando en el Sector 4 en este momento," coincidió Kunsel.
Era como si el mundo se hubiera puesto de cabeza. Había malentendido todo desde el principio – cegado por los eventos de su pasado. Todo ese tiempo, ¿Sephiroth había hecho un mejor trabajo luchando contra Jenova que el que él había hecho? ¿Había pretendido destruirla desde el comienzo?
Y por alguna razón, en lugar de concentrarse en eso, ¿estaban discutiendo Loveless?
"Lo han malinterpretado por completo," declaró Génesis. "Están olvidando el elemento más importante. El 'Regalo de la Diosa'. Una destrucción que lo consume todo o una salvación que lo cura todo." Observó a Cloud por el rabillo del ojo. "La conclusión depende enteramente solo de eso y nada más."
Un pesado silencio cayó sobre ellos ante esas palabras. Sephiroth lucía pensativo. Zack parecía confundido. Y quién sabía lo que Kunsel o Vincent estuvieran sintiendo.
Entonces Sephiroth descartó, "Es un concepto impreciso. Ante los ojos de Cloud, mi destrucción habría sido una forma de salvación."
Cloud se sonrojó. Había estado pensando esas exactas palabras.
"Dicho eso," continuó el General, "Nunca imaginé que estarías tan comprometido con la 'salvación' del planeta como para sacrificarte a ti mismo con tanta voluntad."
Él se tensó. "Era necesario," observó el suelo, esperando silenciosamente que lo dejaran así. Dejarles pensar que eso era todo. Un ataque desesperado en el que lo arriesgó todo para derrotar a su oponente.
Aunque nunca había tenido suerte. "No creo que eso sea del todo correcto," habló Vincent, con su voz apenas lo suficientemente fuerte como para cruzar el aire pero siendo capaz de atraer la atención de todos en la habitación sin excepciones. "Eras capaz de bloquear o evadir ese ataque. Pudiste haber golpeado una vez más antes de que ninguno de nosotros tuviera la oportunidad de reaccionar." Su mirada rojiza se posó en él, fría y calculadora. "Así que la pregunta entonces es, ¿por qué no lo hiciste?"
El silencio que siguió esa pregunta se volvió asfixiante.
"¿Cloud?" Kunsel sonaba preocupado.
Tomó un profundo respiro. Vibró incómodamente en su pecho y el dolor en su costado resurgió ante el movimiento. "Porque," dijo, "así es como debía ser."
Tomó un largo tiempo para que su declaración fuera entendida.
"No puedo creerlo," murmuró Génesis, eventualmente. "Angeal tenía razón. Tú eres suicida."
Zack se puso en pie. "¡Cloud! ¡No puedes hablar en serio! ¿Un asesinato-suicidio?"
"Era la única forma para asegurar que nunca ocurriría de nuevo," repitió, sin levantar la vista de la cama. Quería desesperadamente esconderse bajo las mantas y ocultarse.
Zack negó con su cabeza. "Imposible. ¡No lo entiendo! Jenova fue destruida, ¿verdad? Aún y si pensaras que Sephiroth podría aún ser un riesgo, ¿por qué intentarías asesinarte?"
¿Cómo podía explicarlo? Ellos nunca entenderían.
En ese fragmento de segundo se había preguntado qué haría luego de asesinar a Sephiroth.
Su primer pensamiento había sido el de destruir a ShinRa. Destruir a la compañía que habría drenado la vida del Planeta, dejado caer la Placa en el Sector 7 y que había hecho que Sephiroth fuera posible, en primer lugar. Destruir al hombre que dejó a su madre en Nibelheim, para que muriera.
Excepto que… una vez que se había liberado de la influencia de Jenova, se había dado cuenta de cuán familiar sonaba esa línea de pensamiento.
Cuando descubrió la verdad de sus orígenes…
… La primera cosa que Sephiroth había hecho cuando regresó de la Corriente Vital fue asesinar al Presidente ShinRa.
Comenzó a odiar a ShinRa,
La venganza contra ShinRa no había sido suficiente. Dirigió sus ojos resentidos hacia el Planeta y construyó nociones fantasiosas sobre lo que necesitaba ser destruido y creado nuevamente – que era su derecho por nacimiento.
Y entonces, luego de un tiempo, comenzó a odiarlo todo.
Se había sentido enfermo hasta la médula. ¿Qué tan seguro podía estar de que al exigir la venganza a ShinRa, en salvar el Planeta, no crearía una calamidad igual de mala? ¿Cómo asegurar que él no se convertiría en algo peor que Sephiroth?
Incluso ahora, no estaba seguro si podía confiar en sí mismo con esa clase de poder. Jenova había sido capaz de controlarlo con tanta facilidad. Todo lo que había necesitado fue tomar ese fragmento de resentimiento que tenía por no poder tener los mismos amigos o familia en este mundo, acompañado por esa ira que hervía al descubrir su descendencia, y Jenova había sido capaz de abrirse camino dentro de él, más profundo incluso que cuando había sido nada más que una pizarra en blanco, buscando desesperadamente por la verdad de su identidad.
Solo porque Jenova se había ido eso no significaba que la amargura también. ¿Cuánto más le tomaría? ¿Qué tan cerca estaba del abismo?
Si se convertía en el siguiente Sephiroth, ¿alguien sería capaz de detenerlo?
Sephiroth pareció sentir su línea de pensamiento. Se cruzó de brazos y lo observó con una mirada verde y severa. "Te propongo un trato, Cloud. Tú prometes asesinarme si me vuelvo loco y yo haré lo mismo por ti."
Las palabras lo sacaron de su introspección y observó al General. "No puedes. Yo puedo derrotarte."
"Entonces simplemente tendré que solicitar ayuda," respondió, con una ceja levantada hacia el resto de los ocupantes de la habitación.
Zack se cruzó de brazos. "¡Oye! ¡No pasamos por todo ese esfuerzo para salvarse solo para matarte después!" Se inclinó hacia él, con una expresión seria. "Pero sabes que no te dejaríamos hacer nada malo. Si Génesis, Vincent, Kunsel y yo trabajamos juntos, podríamos derrotarlos a cualquiera de ustedes, ¡sin problema!"
… Eso era verdad, ¿no era así? En el Cráter del Norte, Avalancha había estado con él. Para esa versión particular de Sephiroth – la más fuerte – no había luchado solo.
Era abrumador. Los había descartado a todos, subconscientemente – ellos no eran sus amigos, de su línea del tiempo. Ellos eran personas que él tenía que salvar, no personas con las que podía contar. Había estado tan atrapado por la ausencia de Tifa y Avalancha, la desconfianza de Vincent, en todos los sacrificios que tenía que hacer y los secretos que tenía que mantener que no se había dado cuenta de los nuevos aliados que le rodeaban. Entre los cuales, aparentemente ahora se encontraba quien fuera una vez su enemigo mortal.
"No lo entiendo," murmuró. "¿Cómo es que todo cambió? Al final no hice nada."
No había asesinado a Hojo. No había destruido a Jenova. No había detenido la Guerra de Wutai. Ni siquiera había sido capaz de asesinar a Sephiroth. No había hecho una sola cosa de las que se había propuesto cuando decidió cambiar el futuro.
"Tú me curaste," le recordó Génesis con delicadeza. "Aparentemente, de lo contrario, yo habría dejado ShinRa."
"Debo confesar que eso podría haber tenido un impacto en mi propia conducta," reconoció Sephiroth. "Cuando tú y Angeal se perdieron, podría no haber manejado la traición de ShinRa tan bien sin la presencia de Génesis."
El Comandante sonrió de lado y se acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja. "Así que al gran General Sephiroth sí le importo."
"Solo quise decir que tu obsesión con Loveless era suficientemente entretenida para distraerme."
¿Esa era la diferencia?
Imposible. Todo ese tiempo, todas esas fallas, todo ese esfuerzo… ¿y ya había cambiado el destino por ese único e irreflexivo acto de compasión? ¿Por esa única estocada de simpatía que había sentido por un compañero, que también había sido un sujeto de prueba, en Wutai?
Jadeó, doblándose sobre sí mismo. Génesis y Zack estaban a su lado en un instante. "Cloud, ¿qué ocurre? ¿Se reabrieron tus heridas?" Su amigo – vivo, completo y no-tocado por Hojo – dio palmadas en su espalda, cuidadosamente.
"¿Necesitas otra Cura Completa? Vincent podría ser capaz de invocarla," ofreció Génesis.
Negó con su cabeza. El dolor de sus heridas a medio cerrar ni siquiera se registró. La habitación de la Posada repentinamente se sintió sobrepoblada. Cinco SOLDADOs y un ex-Turco. Ninguno de los cuales habría estado ahí de lo contrario.
¿Se atrevía a creer? ¿Se atrevía a confiar?
"¿Eso era?" repitió roncamente. "Solo porque Génesis no dejó ShinRa, ¿no te volviste loco?"
Sephiroth frunció el ceño. "Quizá no del todo." Inclinó su cabeza hacia Vincent. "Si tampoco hubiera estado enterado de que tengo una madre humana, podría no haberme visto muy inclinado a usar la razón."
Cambios tan pequeños.
Le dirigió a Sephiroth una mirada dudosa. "¿En verdad no tienes ninguna noción de divinidad? ¿Ningún 'derecho sobre el Planeta'?" Presionó.
"¿Por qué habría de tenerlos?" preguntó Zack. "Él es tan humano como el resto de nosotros."
Sephiroth, sin embargo, le observaba igualmente. Sabía de qué estaba hablando Cloud. "No negaré que en la biblioteca… incluso en el Reactor, el pensamiento se cruzó por mi mente." Lanzó una mirada hacia Génesis. "Más que Dioses… Éramos monstruos."
Génesis sujetó su hombro.
Él se cruzó de brazos. "Pero sabes, Cloud, en ese último momento, cuando fuiste empalado por mi espada y yo pensé que el final estaba por venir… Jamás antes me había sentido tan humano en mi vida." Frunció el ceño, casi hablando solo para sí mismo. "En verdad pensé que moriría. En ese instante, me sentí mortal por primera vez."
Recordó que ya había visto esa mirada antes. La primera vez en el Reactor, cuando Cloud lo había lanzado dentro del núcleo. Entonces en el Cráter del Norte, cuando se enfrentaron en medio de la Corriente Vital que giraba. En las ruinas de Midgar, por solo un momento, cuando Cloud lo había atacado con Omnislash.
Era suficiente. Esa admisión pública, más que cualquier otra cosa, lo convenció.
Aún había una oportunidad. Algo más podría hacer que Sephiroth perdiera el control. Pero ahora… pensó Cloud, por primera vez, podría valer el riesgo.
Y con todos los demás a su alrededor… quizá él mismo también podría correr el riesgo.
Esa tarde Cloud se encontró caminando por el pasillo en la Posada, hacia la otra habitación, con una mano presionada contra la pared para algo de soporte extra. El mako trabajaba rápidamente – probablemente le tomaría unos cuantos días más para curar sus heridas sin la ayuda de materia, pero al menos podía ponerse en pie y caminar cortas distancias sin reabrir la herida de bala en su pierna o el agujero que Masamune había dejado en su costado.
Había sido una tarde estresante, llenada con interminables preguntas sobre el 'futuro' y repetidas demandas de promesas de que no se mataría a sí mismo ni a Sephiroth en el momento en el que los demás estuvieran dándoles la espalda. Finalmente, sin embargo, tuvo una oportunidad para escaparse de la habitación. Kunsel había ido a visitar la casa de los Strife para ofrecer su agradecimiento y Sephiroth había ido a hablar con el Alcalde sobre la mansión.
Se detuvo en el corredor. "Tenías razón. No necesitas preocuparse. No intentaré matarlo de nuevo."
Vincent apareció tras él, pareciendo emerger de entre las sombras. "No es solo por Sephiroth por quien estoy preocupado."
"Tampoco voy a matarme. Yo nunca quise morir."
"Aún así, tenías la intención de hacerlo."
"¿Preferirías que me encerrara a mí mismo en un cofre por treinta años?" Se dio la vuelta para enfrentar al ex-Turco directamente. "¿Qué habrías hecho tú, si perdieras el control de Caos?" Esa era una respuesta que ya sabía, pero una de las muchas cosas que jamás compartiría.
"… Parece ser que me conocías muy bien en tu futuro."
Cloud lanzó un suspiro y continuó avanzando lentamente por el pasillo. "Sí."
Vincent no tenía una respuesta. Cloud no había esperado una.
"¿A dónde vas ahora?"
"Solo voy a la siguiente habitación." No entró en detalles más allá de eso. Vincent le siguió, de alguna forma haciendo que el nada natural ritmo lento que llevaba pareciera perfectamente normal.
Se detuvo afuera de la entrada, observando la línea de luz cálida asomándose debajo de la puerta. Podía escuchar voces en el otro lado. Probablemente eran Zack y Génesis. "Oye. Deberías llevar a Sephiroth a ver a su verdadera madre."
"¿Piensas que sería sabio?"
Cloud se encogió de hombros. No podía hacer daño. Solo era un poco más de seguridad. Cualquier cosa que mantuviera a Sephiroth firmemente conectado en el lado de la humanidad. "Nunca descubrió toda la verdad en mi tiempo," murmuró. Tanto como él, en ese aspecto.
Vincent inclinó su cabeza y Cloud giró la perilla.
La habitación era un perfecto espejo del que él había salido – tres camas alineadas contra la pared, un lavabo en una esquina y viejas y desgastadas pinturas colgando de la pared. La cálida luz de las lámparas sombreaba todo de un naranja apagado que le daba un dolor de cabeza, en lugar de crear la 'acogedora' sensación que el dueño había pretendido dar. Génesis y Zack estaban sentados al lado de la cama que estaba cerca a la pared más lejana y levantaron la vista cuando entró.
"¡Hola!" saludó Zack.
Génesis frunció el ceño. "Se supone que aún no deberías estar levantado y andando." Hizo girar una materia entre sus dedos. "No me hagas invocar Sueño de nuevo sobre ti."
Cloud en verdad necesitaba recuperar a Listón de Kunsel, pronto. Génesis estaba disfrutando demasiado su recién descubierta vulnerabilidad a los estados provocados por materia.
Avanzó para pararse cerca de la cama. Angeal lo observó, cansadamente – recostado contra la cabecera. No lucía muy bien y estaba cubierto por vendajes. "Strife." Su mirada se dirigió a Vincent a continuación y tomó una expresión cautelosa.
Zack rápidamente los introdujo, "Vincent, este es mi mentor, Angeal. Angeal, este es Vincent. Es un ex–Turco." Aparentemente suponiendo que eso le añadiría más puntos de carácter, agregó, "Él mató a Hojo."
Vincent no hizo movimiento que pudiera ser interpretado como un saludo, pero Angeal se relajó y asintió al mismo tiempo.
"¿Qué tal está?" preguntó Cloud a Génesis en voz baja. No es que eso importara. En una habitación llena de SOLDADOs, todos podían escucharle fácilmente.
El Comandante de cabello rojo presionó sus labios en una línea fina, lanzando una mirada a su amigo convaleciente. "Con degradación, hay poco que la materia pueda hacer."
"No te preocupes por mí. Ya lo he aceptado," dijo Angeal cansadamente, con sus ojos cerrados a la par que su cabeza descansaba contra la almohada colocada tras él.
Génesis frunció el ceño. "¿Lo has aceptado? ¡Te has rendido, querrás decir!"
"No puedes rendirte, Angeal. Se supone que hay una cura, ¿verdad?" Zack le lanzó una mirada desesperada.
Génesis debió haberles dicho. Cloud se mantuvo impasible. Aerith debería estar a salvo de ShinRa ahora que Hojo se había ido, pero prefería no tomar oportunidades. En su lugar, murmuró, "Quería decir que lo siento."
Angeal negó con su cabeza. "Génesis y Zack me lo explicaron. No eras tú mismo. Pensé que algo estaba raro cuando te confronté." Soltó una sonrisa irónica. "De cualquier forma, me lo merecía."
"¡Angeal!" Zack comenzó a protestar, pero su maestro levantó una mano, pidiendo silencio.
"Génesis, Zack, ¿pueden darnos un momento?"
Génesis parecía reacio a dejarlos sin alguien que vigilara. Era entendible. Había sido Cloud quien había dejado a Angeal en su situación actual, en primer lugar. Las heridas no amenazaban la muerte de un SOLDADO normal, pero con un estado de degradación tan avanzado, se volverían un verdadero problema.
"No tengo mi espada, si es eso por lo que estás preocupado," ofreció Cloud.
Génesis lo observó, luego a Angeal. "Eso puedo verlo perfectamente."
"Es solo que no le gusta que lo dejen fuera," confió Zack, entonces hizo una mueca a la par que Génesis lo sujetaba de la parte trasera de su cuello como si fuera un cachorro desobediente. "¡Au! ¡Génesis!"
"Llámennos cuando terminen," resopló y arrastró a Zack fuera de la habitación con él. Luego de un momento, Vincent también salió.
"¡Y no escuchen tras la puerta!" Exclamó Angeal tras ellos.
Cloud se sentó en la cama que estaba al lado de la de Angeal, con su mirada enfocada en la pared opuesta.
"Ahora que estás despierto, están concentrando toda su preocupación en mí." Se movió en su lugar con una ligera mueca. "No me importaría demasiado si te desmayaras en el pasillo cuando termines," bromeó.
Cloud lo observó. "¿No estás molesto?"
El Comandante de cabello gris lanzó un suspiro. "Yo soy quien debería estar haciendo esa pregunta."
Pasaron un minuto lleno de un incómodo silencio. Honestamente, luego de haber lidiado con Hojo, Cloud se había olvidado por completo sobre Hollander y su secuestro inicial. De hecho, comparado con los últimos meses, su tiempo en Banora parecía unas vacaciones en Costa de Sol. Eventualmente, se encogió de hombros. Probablemente no le nacía el perdonar a Angeal, pero podía pasarlo por alto. Había logrado declarar una tregua con los Turcos, después de todo, y ellos habían dejado caer la Placa en el Sector 7.
"No les dije. Sobre tus Células-S, quiero decir," dijo Angeal.
"Eso no importa," murmuró. "Sephiroth ya lo sabe."
"Supongo que sí." Pasó un momento muy breve. "Así que, viaje en el tiempo, ¿eh?"
Cloud se encogió de hombros de nuevo.
Angeal lo observó, pensativo, por un largo rato. Era extraño ver al hombre así – viejo, cansado, con cabello gris, su rostro arrugado y condenado en una cama. No lucía como uno de los mejores SOLDADOs de ShinRa. Su no fuera por el brillo sutil de sus ojos o las plumas blancas asomándose por debajo de las sábanas, él habría podido ser confundido como el abuelo de alguien.
"Probablemente ya has recibido un interrogatorio, pero ¿puedo preguntar solo una pregunta más?"
Él asintió.
Angeal observó hacia la distancia – a través de una ventana que mostraba solo la manchada oscuridad de la noche de Nibelheim. "He estado pensando mucho al respecto últimamente, como probablemente supondrás. Mi legado. Qué debería hacer." Tocó las vendas que rodeaban su pecho con una sonrisa arrepentida. "Conozco muy bien a mi cuerpo como para saber que no me queda mucho tiempo. No creo que Génesis y Zack entiendan cuán poco tiempo me queda." Lanzó un suspiro y luego regresó la vista hacia él. "Supongo que solo estoy dando rodeos. Strife… ¿así es como muero?"
Sabía que sería solo cuestión de tiempo antes de que alguien le hiciera esa pregunta.
Cloud observó su mano. Antes de que Kunsel se hubiera ido, más temprano, silenciosamente había presionado una botella de líquido transparente en su regazo. 'De Aerith', había gesticulado.
"No," dijo cortantemente. "Así no es como tú mueres."
Eran las pequeñas acciones las que hacían las más grandes diferencias.
Sin decir palabra, le entregó la botella a Angeal. Él la observó sin expresión, hasta que la comprensión lo cubrió. "Pero… ¡has estado encerrado los últimos seis meses!"
"No hagas preguntas que no responderé." Se puso de pie y se dirigió hacia la puerta. Angeal probablemente querría privacidad.
"¡Strife!"
Se detuvo, con sus dedos descansando en la perilla de la puerta.
"… Gracias. No solo por la cura. Sino por ayudar a Génesis, a Sephiroth y a Zack."
"En realidad no es nada," murmuró. "Ni siquiera soy yo a quien tendrían que agradecerle."
"Creo que te estás menospreciando. Tal vez no mataste a Hojo o a Jenova, por lo que he escuchado, pero si no fuera por ti, tampoco lo habría hecho nadie más." Le dirigió una mirada consideradora. "… Has estado peleando solo durante mucho tiempo, ¿no es así? Todo por tu propia cuenta."
Casi cualquiera que mirara a Angeal no vería nada más que músculos, pero era astuto a su manera. Él entendía a las personas, de la misma forma en que Aerith y Zack lo hacían.
"… Sí. Pero ya no más."
Las cosas progresaron rápidamente luego de que Angeal fuera curado. Tseng había hecho bien su trabajo – la revelación cuidadosa de los fondos mal dirigidos hacia el Departamento Científico, el papel de Hojo en el asesinato de Hollander y las mentiras del profesor sobre la 'Tierra Prometida' habían hecho enfadar lo suficiente al Presidente como para evitar que hiciera un alboroto cuando descubrió que Hojo estaba muerto. Él era un experimentado hombre de negocios, incluso conforme fue envejeciendo – no era tan estúpido como para arriesgarse a que todos sus mejores SOLDADOs desertaran, especialmente cuando el daño ya había sido hecho. Así, muchos días después del incidente en el Reactor, Lazard había llamado y preguntado cortésmente cuándo es que regresarían, para que él pudiera organizar la lista de misiones. No mucho tiempo después de eso, los Turcos llegaron en helicóptero para recoger los restos quemados de la mansión, un nuevo y desconocido doctor fue promovido a jefe del Departamento Científico, la 'muerte' de Kunsel fue explicada como parte de una misión clasificada y todo el asunto fue silenciosamente barrido debajo de la alfombra, con la condición de que mientras ellos pretendieran que nada había cambiado, ShinRa estaba dispuesto a pretenderlo también.
Las encubiertas elaboradas, reflexionó amargamente Cloud, eran la verdadera especialidad de ShinRa.
Ahora, dos semanas después, caminaba por los suburbios del Sector 5, con sus ojos cuidadosamente dirigidos hacia el suelo. Su última temporada en los tanques de mako aún los tenía brillando de forma tan potente como las de uno de los SOLDADOs de DeepGround – tomaría un tiempo antes de que su sistema se ajustara y éstos se revirtieran a su luminiscencia normal.
Se sentía extraño el regresar a Midgar. Estando atrapado en los laboratorios de Hojo, se había casi resignado a perder otros cuatro años de su vida. Y el volar de regreso en un avión, en lugar de ir a pie, en motocicleta, bote o en cualquier medio de transporte que pudieran conseguir – eso también había sido extraño. Le había tomado a Zack meses para llevarlos de vuelta a Midgar, siendo perseguidos por ShinRa. La posibilidad de tomar un avión de regreso y volver a trabajar para la compañía no era un pensamiento que si quiera hubiera contemplado.
En verdad Cloud no había querido regresar – ya había sido bastante malo trabajar para la compañía de nuevo la primera vez. Kunsel y Vincent también se habían mostrado renuentes. Pero los otros habían argumentado persuasivamente que sería más sencillo cambiar a ShinRa desde dentro en lugar de correr por ahí haciendo explotar los Reactores.
Era simplemente incómodo trabajar para ShinRa ahora que sabía. Ya no estaba seguro de cómo reaccionar alrededor de Lazard o Rufus o el Presidente. Había considerado usar su relación para ejercer cierta influencia en la compañía, pero Cloud no era del tipo que usara ese tipo de política. Prefería que nadie supiera del enlace en lo absoluto – eso, a la larga, también haría las cosas más sencillas para su yo más joven.
Su vida era demasiado complicada. Extrañaba tener problemas normales.
Ahí estaba la iglesia. Aún era un accesorio en los suburbios, apenas y había cambiado, no importaba en qué tiempo se encontrara. Cloud ralentizó su paso, aproximándose con una tranquila reverencia, con sus pisadas volviéndose más suaves, como si no quisieran perturbar la paz. Se detuvo afuera y tomó un profundo respiro. Aún ahí afuera, podía olerlas. Las flores.
Necesitaba verla con sus propios ojos. Asegurarse de que no era su imaginación. Asegurarse de que ella aún estuviera viva.
Empujó las pesadas puertas hasta abrirlas. Las bisagras resonaron ruidosamente, anunciando su llegada. Y ahí estaba ella, vistiendo su vestido veraniego blanco, con un listón rosa en su cabello, hincada entre las flores blancas y amarillas.
No eran solo las flores, se dio cuenta luego de un momento. También había un pequeño lago. Solo era del cuarto de tamaño del que él recordaba, pero aún así sintió escalofríos de familiaridad recorrer su columna vertebral. Qué extraño – ahora se estaba sintiendo nostálgico por las cosas que recordaba del futuro, en lugar del pasado.
"¡Señor Don Nadie!" saludó Aerith, con su voz haciendo eco dulcemente por las paredes de piedra. "Esperaba que vinieras a visitarme."
Se dirigió por el pasillo hacia ella, deteniéndose a una corta distancia. Ella no esperó a que él dijera nada – probablemente sabía que no lo haría. Estaría contento con solo estar de pie y contemplar la escena todo el día. "Zack vino aquí tan pronto como regresaron de Nibelheim," dijo ella. "Estaba muy feliz por él. Me alegra que su maestro se encuentre bien."
"Gracias a ti," murmuró.
"No fui solo yo. Todos trabajaron juntos." Entrecruzó sus manos en su regazo y lo observó con sus ojos verdes y brillantes. "Y ¿qué hay de ti, Señor Don Nadie? ¿Ya estás bien?"
Él observó hacia un lado, no siendo capaz de verla a los ojos. "… No lo sé. Quizá."
Ella le dio una mirada considerante ante eso, pero no lo presionó.
Cloud se movió incómodo en su lugar. Había venido a verla, pero ahora que estaba aquí, no sabía qué decir. "… Era tu voz la que escuché, ¿verdad? En el Reactor."
Ella asintió. "Fue solo por un minuto," le confesó. "Por solo un minuto pude ingresar a la Corriente Vital. Aprendí mientras intentaba convocar el agua."
Me he vuelto más fuerte desde la última vez que nos vimos.
"¿Eso significa que ya puedes escucharlo?" preguntó. "¿El llanto del Planeta?" Recordaba a Nanaki hablando al respecto cuando surgieron por primera vez las ARMAs. Esa era una preocupación persistente que también estuvo siempre en el fondo de su mente – que a pesar de que las amenazas más inmediatas de Jenova y Meteoro hubieran sido eliminadas, eso también significaba que la amenaza a largo plazo no sería neutralizada.
Ella tarareó un poco y le dijo, "No deberías preocuparte mucho. El Planeta es más fuerte de lo que piensas." Ella seleccionó una flor y cuidadosamente rompió el tallo, añadiéndolo a la pila que crecía junto a ella.
Él recordaba enormes remolinos de la Corriente Vital surgiendo desde la superficie, recorriendo el cielo y elevándose para enfrentarse a Meteoro. "Sí. Supongo que sí lo es."
"Entonces, ¿por qué la expresión tan triste?" presionó.
Él negó con su cabeza. "¿Cómo puedes no estar asustada? Sabiendo lo que hice."
Ella inclinó su cabeza hacia un lado. "¿Qué quieres decir?"
"Yo… yo casi lo maté," confesó. "A Zack. Y no solo él. Pude haberme convertido en el contenedor de Jenova." Las palabras salían con rapidez de su boca. "Si no hubiera sido por ti-"
Ella se mostró sombría. "Todo lo que hice fue darte un empujón. No hubiera podido hacer nada si hubieras decidido no escuchar."
"Pero ¿Cómo fue que tú- Yo no soy un Cetra."
"Tonto." Ella le dedicó una suave sonrisa. "Solo porque no puedes escuchar al Planeta, eso no significa que el Planeta no puede escucharte. Estabas llamándolo con todo tu ser."
Era increíble. "Aún así… Gracias," murmuró.
"En realidad no fue nada," prometió ella. "Solo estoy feliz de que aún estés con nosotros. Zack te habría extrañado. Yo también lo habría hecho."
El sentimiento lo dejó fuera de balance. Odín, ¿acaso todos sabían lo que había hecho?
"No te preocupes. Zack no me lo dijo." Ella tomó otra flor, acomodándola en un conjunto ordenado junto con las demás.
Considerándolo, eso no era demasiado tranquilizador. "Pensé que no podías leer mentes," le acusó.
"Por supuesto que no puedo. Pero de cualquier modo puedo saber lo que estás pensando. Está escrito por toda tu cara."
Y sus amigos siempre se quejaban de que él no era expresivo.
"Aunque no estás pensando en desaparecer, ¿verdad?" preguntó ella con suavidad.
Cloud hundió sus hombros. "La verdad es que lo intenté. Pero apenas y logré salir de Midgar antes de que Génesis y Sephiroth aparecieran para arrastrarme de vuelta." Resopló. Ahora que había aprendido cómo usar su conexión, Sephiroth había estado dando un buen uso a las Células-S para rastrearlo. Probablemente aún lo consideraba como alguna especie de reloj suicida.
"Bien," dijo ella. "No te culpo por lo que ocurrió y tampoco lo hace Zack. Es lo que haces con tu futuro lo que cuenta." Ella reunió las flores y las llevó hacia una carreta que lucía pintoresca. Ante su mirada curiosa ella sonrió. "¿Te gusta mi carreta de flores? Zack la hizo para mí."
Se dio cuenta de que había otras dos en el rincón de la iglesia – una parecía que se caería en pedazos ante la más ligera brisa y la otra le recordaba a una de las máquinas de Scarlet. Esta tenía un corte delicado, estaba pintada de color blanco y tenía unas grandes ruedas ornamentales. La tercera es la vencida, supuso. "Es linda." Aunque ¿qué le había pasado a su canasta? ¿Esto también era otro cambio? "Sabes, incluso podrías venderlas arriba de la Placa ahora. Ya no tienes que ocultarte más de ShinRa. Hojo se ha ido."
La brillante sonrisa que le dedicó lo dejó fuera de balance. "No había pensado en eso. Sería maravilloso si todos pudieran disfrutar de ellas."
"Y Zack prometió que te mostraría el cielo alguna vez ¿verdad? Ahora ya puedes ir con él."
Los ojos de ella se abrieron de par en par y se giró para observarlo, sorprendida. "¿Te lo dijo?"
Avergonzado, Cloud no respondió. Pero Aerith lucía complacida ante la idea, no pensó que necesitaría una respuesta.
Zack podría mantener su promesa esta vez. Aún le parecía irreal. Abruptamente dejó salir un bufido y una carcajada a la par que se sentaba en la banca más cercana.
"¿Algo divertido, Señor Don Nadie?" molestó Aerith, gentilmente.
Cloud se frotó el cuello. "No en realidad. Yo solo…" Él no sabía cómo explicarlo. "Nunca pensé que todo terminaría tan bien." Todo había continuado pasando mal – obtener el final que él quería había parecido imposible algunas veces.
"Pienso que sí lo hiciste, o no te habrías esforzado tanto. Solo tienes que comenzar a creer en eso."
Eran extraños en este tiempo, pero aún así ella lo conocía muy bien. "Nuevamente, tienes razón," admitió.
Ella le dedicó una sonrisa impertinente. "Por supuesto que la tengo. Piensas demasiado, Señor Don Nadie. ¿Dónde estarías si ni Zack ni yo estuviéramos para cuidar de ti?"
Las palabras debieron haberle dolido – porque él los había perdido a ambos una vez, violentamente – pero ahora le llenaban de comodidad. Porque ellos iban a estar a su alrededor, ¿no era así? Eran más jóvenes que él esta vez y su relación era diferente, pero ellos aún estaban aquí.
Finalmente se había sentido cómodo con la idea de que podía iniciar una nueva vida aquí en lugar de la antigua que tenía. Por supuesto, eso no significaba que no continuaría haciendo pequeñas cosas para mejorar las vidas de sus antiguos amigos. Podía hacer algo sobre el incidente en Corel que llevó a Barret a perder su brazo y a Marlene a perder sus padres. Asegurarse de que Nanaki permaneciera a salvo en el Cañón Cosmo. Ayudar a Cid a ir al espacio. Apoyar a Reeve con sus planes, intentar encontrar una forma para prevenir que Rufus se volviera tan despiadado y asegurarse de que Shalua y Shelke no se vieran involucradas con Deep Ground o Avalancha.
También tenía que mantener vigilado a su 'sobrino', quien se había enlistado como cadete en entrenamiento a pesar de la incertidumbre sobre el futuro del programa SOLDADO. Por qué, no lo sabía. Oficialmente, Cloud no se entendía a sí mismo ya. Aparentemente la línea de tiempo había cambiado demasiado.
"Creo que estoy en problemas si necesito que un par de adolescentes me estén cuidando," fue todo lo que dijo.
Aerith se rió. "Entonces, ¿qué ocurre a continuación?" preguntó radiantemente.
"¿A continuación?" Él observó las flores y sus pétalos que se mecían levemente en la brisa que corría a través de la puerta a medio abrir. "No lo sé." Ahora era extraño no saberlo. Pero también era un alivio. Eso significaba que las cosas en verdad habían comenzado a cambiar. Se puso de pie y comenzó a dirigirse hacia la puerta. Aún había cosas que debía hacer. "¿No depende el resto al Planeta?"
EPÍLOGO
Cloud se dirigía hacia el Cuarto de Equipamiento cuando prácticamente fue abordado por un borrón de color rojo en el pasillo. "¿Génesis?"
"¿Dónde has estado?" demandó saber.
Él se liberó de su agarre. "Solo visitaba a una amiga en los suburbios."
El Comandante lo observó sospechosamente, pero viendo que había regresado en una pieza, pareció perdonarlo. Angeal estaba tras él en el pasillo y roló sus ojos a las espaldas de su amigo. Había regresado a su estado normal, aunque había un poco más de arrugas en su rostro y algunos mechones grises aún prevalecían en su cabello.
Le lanzó un pequeño objeto – Cloud lo atrapó por acto reflejo y lo observó, confundido. "¿Mi PHS?" Se preguntaba qué le había pasado, pero asumía que lo había perdido para bien. "¿Dónde estaba?"
"Con Reeve Tuesti," explicó Génesis. "Necesitas ayudar al Planeta, ¿correcto? La tecnología del futuro parece un buen modo de comenzar. Se lo llevé para que hiciera ingeniería inversa."
"¿Sin preguntarme primero?" gruñó, más que nada por la seguridad del aparato.
"Supuse que no lo necesitarías," le restó importancia. "Además de esa única llamada de Vincent, los únicos otros mensajes que recibiste fueron spam. Quizá querrías revisar y bloquearlos."
Los ojos de Cloud se ensancharon y abrió su PHS, pasando frenéticamente mensaje tras mensaje, cada uno peor que el anterior. "¿No has estado respondiéndolo?"
Génesis lució perplejo. "Por supuesto que no. Obviamente era un engaño. Se volvió increíblemente absurdo. ¿Escapar de una manada de Miradas de Muerte (Death Gazes) dentro del nido de un behemoth? ¿Perderse en las planicies y terminar en Modeoheim? ¿Quién creería eso?"
Llegó al mensaje más reciente, maldijo y cerró su PHS. "Díganle a Lazard que estaré ausente por un par de días. Tengo que ir a rescatar a alguien al Cráter del Norte."
"¿El Cráter del Norte?" Angeal levantó sus cejas. "¿Cómo diablos alguien pudo llegar hasta allá?" La parte con vida quedó sin ser dicha.
Cloud lanzó sus manos al aire y se dirigió hacia el elevador. "Desearía saberlo."
Olvídense de salvar a Zack, Aerith, Génesis o Angeal. Mantener a Yuffie con vida se estaba convirtiendo rápidamente en su más difícil misión. Y él aún no sabía cómo es que ella había obtenido su número de PHS en esta línea del tiempo.
¡Gracias por leer!
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Notas de la traductora: Y con esto concluimos (¡no puedo creerlo!) El Quinto Acto =3 Aún hay dos one-shots más que voy a publicar del mismo autor ¡Y son relacionados con la historia! Uno es con Yuffie y una de sus aventuritas luego de toda esta historia y otro trata de cómo habrían sido las cosas si Cloud hubiera ido todavía un poco más atrás en el tiempo cuando la materia se rompe y está tan consumido por su ira hacia Sephiroth que las cosas no salen muy bien que digamos. Ambos son geniales y espérenlos en estos próximos días. ^^ ¡Muchísimas gracias a todos por su apoyo!