Hola!
En el resumen se dice más bien poco, pero casi prefiero que vayais leyendo y vayais descubriendo el argumento vosotros mismos. Si os gustan las historias de misterio, estoy segura de que esta historia os gustará. El principio es más introductorio, se presentan a los personajes, que relación tienen con la protagonista (Sakura) y esas cosas; pero según pasen los capítulos os dareís cuenta de que la historia es más complicada de lo que parece al principio; se llenará de incógnitas que vosotros, al igual que Sakura deberéis deducir, y donde al igual que la pelirrosa, no sabreís en quién se puede confiar.
Aunque el protagonista sin lugar a dudas es el misterio, también hay romance. Habrá momentos de SakuNaru, SakuGaa, SakuNeji, SakuSai, SakuSaso, y alguna más como SakuIta, por ejemplo, pues los Sakura ha tenido cinco ex novios (la chica no pierde el tiempo) y esos 5 exs serán fundamentales en toda la trama. pero eso ya lo ireis viendo. Al final sólo quedrá una pareja: SasuSaku.
Espero que os guste ^_^
Habían pasado ya dos horas, ninguno de los dos hermanos había abierto la boca. Cuando la pelirrosa salió del aeropuerto recibió un entusiasta abrazo de su rubio hermano, pero ella se limitó a dedicarle una sonrisa de compromiso, ese día no estaba de humor, y Naruto lo sabía. Ya apenas quedaba un cuarto de hora para que llegaran a la ciudad, su ciudad.
- ¿Es que no vas a decir nada? – Absoluto silencio – Maldita sea, hoy es tu cumpleaños, que clase de chica está deprimida el día que cumple 21 años, si me dijeras que cumples 40…
Pero no pudo terminar porque fue violentamente callado por su hermana.
- Ya que tanto te gustan las fechas te recordaré una. Hoy 28 de marzo nuestros padres y nuestra hermana fueron asesinados ¿ya se te había olvidado?
- Daría cualquier cosa por poder olvidarlo, pero prefiero recordar que hoy hace 21 años que nació mi hermana pequeña, la única que me queda…
Sakura no respondió, se limitó a mirar por la ventanilla del coche intentando contener las lágrimas, sin duda no era un día que quería recordar; aun podía ver con total claridad lo pasado aquella noche.
Hace 11 años…
Dos niños corrían por las calles bajo la incesante lluvia sin parar de reír. Se dirigían a su casa temiéndose la regañina de su madre por haber tardado tanto en volver, y por hacerlo empapados; sin duda habían cogido un costipado que los mantendría en cama y con fiebre durante días, pero ellos estaban felices; habían celebrado el cumpleaños de la pequeña por todo lo alto, después de todo, por fin había llegado a las dos cifras, el momento más esperado de la pelirrosa.
- ¡Vamos corre! Mama nos va a matar, ¿Has visto la hora que es?
- jajaja que más da, hoy es mi cumpleaños, digamos que es… mi regalo.
Ante la amplia sonrisa de su hermana no pudo enfadarse con ella, nunca lo conseguía, esa mirada tierna acompañada de su inocente sonrisa siempre conseguía ablandarlo, sin duda era su mejor arma, ella lo sabía y no dudaba en aprovecharlo.
Ya estaban llegando a su destino, su casa destacaba imponente sobre las demás, aunque era el barrio más rico de la ciudad sin duda la casa de los Uzumaki era la que más sobresalía. Pero algo no cuadraba, todas las luces estaban apagadas y no se oía ni un solo ruido. Naruto calló a su hermana con una severa mirada y la cogió fuertemente de la mano; con sumo cuidado entró en la casa, y ante ellos se abría una escena aterradora, sus padres yacían muertos sobre el suelo, y entre los brazos de Kushina un pequeño bulto, sin duda su hermana.
Después de aquello fueron llevados a una casa de acogida; nunca fueron adoptados pues se negaron a separarse, y nadie quería llevarse a los dos, así que permanecieron allí. Seis años después Naruto cumplió los 18 y se llevó a su hermana con él. Reclamó su herencia y con la ayuda de la familia Yamanaka con la que siempre habían mantenido una buena relación pudo empezar a estudiar empresariales y resurgir las empresas Uzumaki. Sakura por su parte se decantó por medicina, pero a pesar de las insistencias del rubio por que volvieran a su antigua casa Sakura nunca volvió a pisarla. Su hermano realizó reformas y ya se había mudado allí, pero hoy era la primera vez, desde que se fue, que ella la vería. Definitivamente no era el día más feliz de su vida, no podía evitar que sus recuerdos se agolparan en su mente sin ninguna compasión, desgarrándola y asfixiándola. Un sonido seco retumbó en el silencio reinante, el coche se paró y ambos hermanos se miraron.
- No puede ser… Naruto dime que no te olvidaste de echar gasolina.
- Esto…
- ¿Y bien?
- Lo siento… - Sakura salió del coche con expresión de reproche, seguida por Naruto -pero tranquila, solo faltan unos cuantos kilómetros para llegar así que iré a por gasolina y en dos minutos estoy aquí.
Sin darle opción a replica salió disparado por la oscura carretera, "Nunca cambiará". Se apoyó en el capó del coche y miró el paisaje sombrío, a lo lejos podía distinguir vagamente la ciudad, pero ella se encontraba en medio de unas llanuras, con bosques decorando el horizonte.
- Genial, la escena perfecta para una película de terror, es que este día no se va a acabar nunca…
El frío empezaba a aumentar, ya habían pasado dos horas y media, debería haberle dado tiempo de sobra, algo ha debido de pasarle.
- "Bien Sakura, no te queda otra, tendrás que ir andando".
Cogió las llaves del coche que aun estaban puestas y empezó a caminar con paso decidido pero sin poder ocultar su temor. Tras un cuarto de hora caminando divisó la intermitente luz de una gasolinera, pero estaba cerrada, al parecer hoy era un día especial y ni las gasolineras hacían excepciones. Haciendo uso de su memoria intentó recordar las calles, las tiendas, las casas… su casa; pero nada, todo estaba cambiado. Entre calles y edificios pudo escuchar a un grupo de jóvenes reírse.
- "Tal vez puedan ayudarme".
Pero según avanzaba vio que no eran un grupo del que podría fiarse, además a esas horas de la noche no debería fiarse de cualquiera. Lentamente e intentando no hacer ruido retrocedió hasta chocar con algo, se giró y vio un fuerte torso frente a ella, subiendo un poco la mirada pudo ver una peligrosa sonrisa y unos ojos que la miraban divertido aunque con malas intenciones.
- Vaya preciosa, ¿Te has perdido?
El hombre la sujetó fuertemente por el brazo mientras que la joven intentaba liberarse con todas sus fuerzas. La arrastró lentamente hacia su grupo de amigos hasta que sintió como le mordían. La joven, en un subidón de adrenalina improvisó, se le ocurrió clavarle el tacón en el pie, y al parecer fue todo un éxito, el hombre grito y la soltó instintivamente. Pero su triunfo duró poco, el grito había alarmado a sus compañeros que acudieron a ver qué pasaba, solo tenía una oportunidad así que salió corriendo tanto como le permitieron sus piernas, pero los bonitos y delicados zapatos no ayudaban. Podía oír la jauría de salvajes ebrios que se acercaban a ella entre rudas risas. Tras meterse por unas oscuras callejuelas y perderse entre las sombras consiguió despistarles, pero lo más importante, ahora estaba completamente perdida.
- ¿Sakura? ¿Eres tú?
- ¿Sai…? ¡Sai!
Sakura se abrazó a él con fuerza, como si fuese una ilusión que podía desaparecer en cuestión de segundos.
- ¿Qué haces aquí? Tu hermano nos dijo que el avión se retrasaría y que seguramente dormiríais en un hotel cercano… de hecho cancelamos la fiesta, ahora mismo volvía de recoger todo.
- ¿Qué estás diciendo, Sai? El avión no ha llegado con retraso, al contrario, ha llegado antes de lo esperado. Además, Naruto no me ha dicho nada de que la fiesta se había cancelado… - entonces recordó qué estaba buscando - ¡Naruto! Oye Sai, ¿Has visto a Naruto? Se nos acabó la gasolina y vino él solo, pero como tardaba tanto decidí venir a buscarle.
- No, lo siento – pero algo extrañó a Sakura, la mirada de Sai era… fría y calculadora, aunque apenas duró unos segundos, siendo sustituida por una sonrisa – te ayudaré a buscarle, pero vayamos a una calle más ancha, en estas callejuelas es fácil perderse.
Rápidamente la condujo a la calle principal que conectaba con la carretera, a lo lejos se podía ver un bulto, sin duda el deslumbrante coche negro de Naruto.
- ¿Por dónde empezamos a buscar? – Pero no obtuvo respuesta - ¿Sai?"esto no me puede estar pasando… ahora desaparece Sai, son las 3 de la mañana, estoy sola y completamente pérdida ¡ya está bien! ¡Esta broma no me gusta nada!"
Miró hacia todos los lados, pero ni rastro de su amigo, tenía dos opciones: volver a perderse entre esas callejuelas hasta que algún buen samaritano se apiadara de ella o volver al coche y esperar hasta que Naruto volviera, o al menos hasta que amaneciera. Volvió a mirar las estrechas calles, apenas se podía ver más allá, la oscuridad era profunda, y no había nada de iluminación salvo en las principales calles, así que decidió volver al coche.
Ya faltaba poco para llegar, cada vez podía ver menos y el frío empezaba a hacer estragos en la pelirrosa. Por fin llegó al ansiado coche, pero no solo a él, a escasos metros se podía distinguir una figura esbelta, sin duda humana.
- "Tal vez…"¿Na… Naruto?
Nadie contestó salvo el viento silbando cada vez más fuerte. La figura se movió ligeramente y empezaba a caminar hacia ella. Retrocedió lentamente hasta chocar con el vehículo, no sabía qué hacer, todo su cuerpo temblaba incontrolablemente hasta que escuchó un grito proveniente de las tinieblas tras la figura.
- ¡MÁRCHATE DE AQUÍ, SAKURA NO TE PARES, CORRE, CORRE!
La voz de su hermano la sacó de sus dudas y se dio la vuelta dispuesta a correr, pero otras tres sombras se acercaban a ella por este lado. Se metió en el coche y cerró por dentro, intentó arrancarlo, pero solo conseguía sonidos lastimeros provenientes del motor.
- ¡Maldita sea! Por favor arranca… ¡Funciona de una maldita vez!
Milagrosamente el motor arrancó haciendo uso de la poca gasolina que pudiera quedarle y se abalanzó salvajemente sobre las tres siniestras figuras, pero perdió el control del vehículo y se introdujo en el bosque hasta chocar con un árbol. Abrió los ojos y vio la luna del coche totalmente resquebrajada con una gruesa rama atravesándolo y llegando hasta el cristal de atrás. Podía sentir unas leves gotitas de agua que se resbalaban por su cara mezclándose con gotas de sangre que salían de su frente y labio. A lo lejos escuchó como las hojas eran pisadas, la estaban buscando.
Con el codo rompió el cristal de la puerta y salió clavándose infinidad de cristales en la espalda y en las piernas. Explotando todas sus capacidades físicas consiguió levantarse y salir corriendo entre los árboles, la lluvia que había empezado a caer provocaba que se formaran charcos de barró, en uno de ellos la pelirrosa resbaló y cayó por un hoyo en el suelo de donde se vio incapaz de salir. Pero por suerte para ella, las pisadas se alejaban; al parecer la oscuridad de la noche iba a ser una ventaja por primera vez.
Cuando se aseguró de que nadie estaba cerca intentó levantarse, pero era inútil, la cabeza le iba a estallar, el labio, la espalda y las piernas le ardían con furia, mientras que el brazo ni lo sentía, y las piernas quedaban inertes mientras eran lentamente enterradas por el barro. Vencida se desplomó sobre el frío suelo sintiendo más que nunca como chocaban las gotas de agua en su delicada y blanquecina piel.
Algo le alertó, unos ojos… ¿amarillos?, no, tres pares de puntos amarillos la vigilaban incesantemente desde todos los ángulos posibles; veía como se acercaban y cerró los ojos; peor, ahora podía escuchar sus agitadas respiraciones a escasos centímetros de ella y podía sentir la presencia de tres cuerpos calientes que se movían sin cesar, hasta que, rendida a su suerte, se desmayó.
Eso es todo por hoy. No deis nada por hecho, esto acaba de empezar, y como ya he dicho, la historia es mucho más compleja y complicada que un sinple secuestro, pero no os adelantaré más. Agradecería que me dierais vuestra opinión.
Actualizaré pronto n_n
*ByE*