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NO MATTER WHAT


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Y decir que él juro que iba a ser fácil tener un hijo…

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Pensar que unos nueve meses atrás había tratado de asesinar a un pequeño gato blanco por tratar de robarle a su mujer, lo ponía en una situación incómoda. Y no porque lo lamentase, porque verdaderamente no lo hacía, ya que en el momento, el gato lo había encabronado a tal punto que matarlo parecía ser la conclusión más lógica. Aunque no lo había logrado, el maldito animal había salido de su vida, alegrándole la existencia.

Entonces, ¿Por qué se encontraba resignado sentado en la estúpida banca en la que había dejado a Sakura años atrás? ¿Por qué no estaba acurrucado con su perfecta mujer, en vez de exponerse a tal frio?

La respuesta era simple. Su novia lo había corrido.

¿Quién hubiese dicho que Sakura, la mujer que lo amaba a más no poder, que daría la vida por él de serlo necesario, lo correría de su residencia?

¡De su propia casa!

Tal vez una Sakura normal y alegre no lo haría. Tal vez una Sakura ovárica y malhumorada lo pensaría. Pero definitivamente una Sakura embarazada, con antojos, exceso de hormonas y sentimientos si lo haría.

Días luego del intento de asesinato del peludo gato, su mujer había quedado embarazada, lo que no era una sorpresa, ya que no paraban de hacerlo en ningún momento. Además, reconstruir el clan Uchiha, había pasado a ser la prioridad número uno desde el momento en que Itachi había pasado a mejor vida.

Entonces, si tal el embarazo, a pesar de haber sido una sorpresa, no era indeseado, ¿Por qué la mujer lo había corrido?

¡Por no haber conseguido un estúpido pote de ramen con chocolate!

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FLASHBACK

-Sasuke-kun- escuchó una voz a su lado.

-...

-Psst ¡Sasuke-kun!-volvió a murmurar tocándole el hombro.

-ya cállate Sakura- dijo mientras que ocultaba su cabeza bajo la mullida almohada.

-¡Sasuke Uchiha!- le grito con una fina voz y a centímetros del oído- Escúchame cuando te hablo.

Encabronado, con sueño y ahora, parcialmente sordo, el Uchiha se sentó en la cama.

-¿Qué carajo quieres a esta hora Sakura?- le gritó- ¡son las tres de la mañana!

Pero no obtuvo respuesta, solo escucho un sonido ahogado acompañado por el movimiento de sabanas. Cuando quiso acordar, su mujer estaba metida bajo las sabanas llorando y repitiendo algo como "Sasuke-kun no me quiere" y "me ha gritado".

Completamente arrepentido, el Uchiha trato de retirar la sabana que cubría su rosa cabellera.

-Ya Sakura, lo lamento ¿está bien?- susurro mientras tiraba de la colcha, la cual no parecía moverse, cortesía de la muchacha y de su fuerza sobre humana.

-…- Otro llanto acompaño el comentario. Ok, tal vez había sido muy brusco.

-Sakura… no lo dije enserio- susurro por sobre la colcha- vamos, por favor sal de ahí abajo.

Sin hacerse desear un segundo más, la muchacha retiro la colcha. Su rostro, empapado en lágrimas, vaya a saber dios como hizo para perder tanto líquido en esos pocos segundos, estaban abiertos de par en par y mostraban un brillo esperanzador.

-¿De verdad lo dices?- preguntó sentándose rápidamente, acompañando su frase con un pequeño mohín en su boca.

-Hmp...- murmuro a sabiendas que la mujer iba a entender completamente el significado de su monosílabo.

-Aw Sasuke-kun, eres tan tierno.

El Uchiha no omitió comentario. El mes anterior habían tenido una situación parecida, y una pequeña contestación sin gracia, había ocasionado que la mujer lo mandara de un golpe al campo de entrenamiento. Si había algo que había aprendido en esos nueve meses de embarazo de la pelirrosa, era lo siguiente: CON LAS EMBARAZADAS NO SE JODE.

Podía parecer estúpido, pero una risita extraña, un comentario mal calculado o un movimiento de cuerpo diferente a lo normal, podía costarle un pase directo al hospital. Y quien quiere ir al hospital, cuando la doctora más importante, era quien le había propinado tales golpes.

El ciertamente no era estúpido y no quería arriesgarse.

-Ahora dime… ¿para qué me despertaste Sakura?- Repitió sobándose los ojos, en un fallido intento de mantener la concentración en su mujer y no en el cómodo colchón.

-Oh cierto… es que quiero que vayas a comprarme Ramen con chocolate- respondió sonriente.

-¿Ramen con qué?

-Con chocolate- contesto con obviedad.

-Eso no existe Sakura- murmuró lo mas delicadamente posible.

-Si existe Sasuke-kun…

-No, no existe

-SI existe Uchiha…

-¡No existe Sakura! En la cocina hay ramen y chocolate… ¡ve y mézclalos!- contesto encabronado, arrepintiéndose al instante.

-¡Uchiha Sasuke!-dijo tétricamente- Vas a mover tu bonito trasero de esta cama y vas a ir al almacén mas cercano a comprarme un pote de ramen con gusto a chocolate ¿¡Fui lo suficientemente clara o tengo que repetirlo!

-N-no no…- gritó saltando de la cama como un resorte, haciendo señas con ambas manos protegiéndose de cualquier misil que pudiese volar a su rostro.

-Gracias Sasuke-Kun, eres un cielo- respondió contenta, para luego rotar en la cama con la clara intención de volver a dormirse- no demores…

-Tsk…

FIN FLASHBACK

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Recordando el increíble momento en el que había caído en la telaraña de su esposa, no pudo evitar pensar si el llanto había sido parte de una especie de plan macabro por parte de Sakura para vengarse de haberla dejado embarazada.

Porque pensándolo bien, eran sus espermatozoides…. Ya podía imaginarse la sarta de barbaridades que la muchacha le iba a estar gritando en la sala de partos.

Tal vez existía una especie de manual que se les entregaba a las mujeres acerca de cómo hacerle la vida imposible al hombre que te dejo embarazada. A aquel que no menstrua, que no va a tener que pasar en su vida por la experiencia de tener un hijo. Aquel cuya única preocupación es encontrar un agujero donde meter su miembro.

Tal vez las enfermeras hacían un cursito y les enseñaban a las madres a cómo hacer sufrir tanto al hombre para que a la próxima de hacer algún comentario mal formulado, se la piense dos veces.

Una mujer embarazada, es una mujer peligrosa.

Cuando se entero que Sakura estaba preñada se alegró completamente. Pero no tenía ni la más pálida idea de cómo actuar durante el proceso, por lo que se puso en plan de reunir información. Averiguó que el sistema se les revolucionaba completamente, vivían excitadas y tenían antojos prácticamente las veinticuatro horas del día. También que se volvían completamente insoportables…pero del cuento a la experiencia hay un largo trecho.

Podía vivir con eso de que vivían excitadas, es más, no tenía ninguna objeción , pero el hecho de que los antojos se le dieran a la madrugada, era lo más molesto del mundo.

Lamentaba haberse reído de Shikamaru cuando el muchacho le aconsejo "no le digas que no, a menos que tengas algún tipo de sentencia de muerte". En el momento le había sonado algo exagerado y dramático, pero al verle la cara de desgraciado al pobre hombre, quien estaba pasando en ese momento por los antojos de Ino, le hizo pensar que tal vez, y solo tal vez, aquello tenía algo de cierto.

Mirando la punta de sus pies, no pudo evitar pensar en aquel gato blanco, el que le había jodido la existencia por un día. ¿Qué hubiese sido de él, si Sakura hubiera querido quedarse con el maldito animal?

Probablemente su vida se hubiera vuelto un infierno, porque no había manera de que la muchacha le creyese que no lo quería muerto y sepultado, por lo tanto, la vida de pareja se les hubiese complicado. Es decir, con el gato todo el tiempo encima de Sakura, por miedo a que él lo fritase con un chidori, sus actividades sexuales se hubiesen reducido tal vez un cincuenta por ciento.

Y si el sexo hubiese escaseado, tal vez Sakura no estaría embarazada. Y si su mujer no estuviese esperando un hijo, el no estaría muerto de frio en esa banca.

Entonces: ¡TODO ERA CULPA DE NEJI POR HABERLE ROBADO AL ESTUPIDO Y PELUDO GATO!

Refuñando por lo bajo por haber suplantado al gato por una mujer con antojos que lo corría de su casa por no cumplir con el mandado, recordó la paliza que le había propinado cuando osó aparecerse por su cama sin el ramen con gusto a chocolate.

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FLASHBACK

Cuando vio que todo almacén o posible establecimiento en el que pudiese adquirir tal asqueroso producto, estaban completamente cerrados, no le quedo otra que elaborar un plan. Su mente maquino por varios minutos las opciones discriminando aquellas que no podían servirle en propósito.

Volver sin la dichosa comida era peligroso, pero también lo era quedarse en el frio. Probablemente le daría hipotermia. Meditó también la opción de mezclar el ramen con trozos de chocolate, pero reflexiono que tratar de engañarla iba a ser peor, porque probablemente pensaría que la creía una inepta buena para nada, que no era capaz de diferenciar los alimentos.

Por lo que la única opción lógica que le quedaba era hacerse el desentendido y volver a la cama como si nada de eso hubiese pasado. Tal vez podía mentirle y decirle que lo había soñado, o algo por el estilo.

Sonriendo socarrón, se apresuro a regresar a su hogar, con fin de poner en marcha su plan inteligente y a prueba de fallas.

Cuando por fin ingreso al dormitorio, dudo en sí lo mejor era volver acostarse en la cama. Definitivamente dormir en el colchón era más incomodo, pero se podía salvar de algún que otro insulto, y quien sabe, tal vez de algún golpe. Pero cavilándolo más a fondo, si Sakura se daba cuenta que el había dormido en el sillón, iba a recordar que él no le trajo su preciado alimento, y ahí sí que no iba a tener excusa para evitar la paliza que le iba a dar.

Moviéndose con la sutileza de un puma acorralando a su presa, levantó las negras sabanas y se acostó. Permaneció inmóvil unos segundos para corroborar que la muchacha no se hubiese despertado. Implorando por lo bajo que su sueño fuese lo suficientemente profundo como para retenerla hasta la mañana.

Pero no todo deseo es posible. Y claramente, no toda embarazada tiene el sueño pesado.

En el momento en el que el Uchiha había suspirado contento por su hazaña, y cerrado los ojos, escuchó un pequeño Click, acompañado de una molesta luz.

Sakura había prendido la lámpara de mano, lo que significaba que Sakura estaba despierta.

Oh dios.

-Sasuke-kun…

-…

-Sasuke-kun ¿hay alguna razón por la cual decidiste acostarte sin antes darme mi ramen con sabor a chocolate?

-…

-Uchiha….

- Tal vez…-murmuró bajito. Rezándole mentalmente a todos los Hokages por apoyo.

-…Sasuke- repitió endureciendo el tono de voz.

-No había nada abierto Sakura… ¡además eso no existe!

-Oh pequeño, estoy SEGURA de que algo hay abierto a estas horas- respondió en un falso tono dulce.

Sasuke trago duro.

-…Ya duérmete Sakura, por la mañana lo compro- respondió volviéndose a acostar, ignorando completamente el sentimiento atorado en su garganta.

Miedo

Vale decir que no fue necesaria una respuesta. El Uchiha tampoco esperaba una. Sakura lo mando volar, traspasando su nueva ventana, la cual un mes atrás había sido destruida de la misma manera que ahora.

Definitivamente no volvería a hacerle reparaciones a la casa hasta que Sakura diera a luz.

FIN FLASHBACK

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Sentado en esa incomoda y fría banca, gruñó por lo bajo.

¿Y ahora que se suponía que debía hacer?

No podía volver, porque definitivamente terminaría muerto. No podía quedarse allí porque moriría de frio, y ciertamente no pensaba ponerse a recorrer todo Konoha en busca del estúpido Ramen con sabor a chocolate.

Ramen. Ramen. Ramen.

ESTÚPIDO RAMEN Y ESTÚPIDO DOBE por siempre comerlo.

Y una lamparita se encendió en un cabeza.

¡El dobe!

Probablemente el Usuratonkachi tendría un arsenal de ramen en su casa, por lo tanto, si el dichoso producto que Sakura quería, verdaderamente existía, Naruto lo tenía que tener.

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Luego de golpear una vez y no recibir respuesta. El Uchiha se encontró a si mismo prácticamente tirando abajo la puerta de su amigo. Sentía pena por Hinata, probablemente la despertaría, pero más pena se daba el mismo, por estas cagado de frio, a la intemperie y mendigando ramen.

Jodida vida le había tocado.

Cuando vio encenderse la luz al otro lado de la puerta, se enderezó las ropas. Estaba desesperado sí, pero tampoco quería aparentarlo frente a la única persona que podía burlarse del hasta el cansancio durante toda su vida.

-Maldición teme… ¿Qué quieres a estas horas? ¿Me extrañabas?- preguntó acomodándose la remera. Una que era de un extraño color verde agua, nada masculino y bastante pequeña para su gusto. Definitivamente era de Hinata.

-Tsk, ya basta idiota- respondió asqueado- tengo algo que pedirte.

-No teme, por tercera vez, no me voy a casar contigo- dijo bromeando entre bostezos.

-No seas dobe…necesito que me des algo de ramen…

-¿Ramen?- dijo incrédulo limpiándose con un dedo los oídos como si hubiera escuchado mal- ¿Uchiha Sasuke quiere ramen?

-No es para mí inútil, es para Sakura- gruño con obviedad.

-Oh… ya veo- murmuro adentrándose en su casa y riendo por lo bajo- no puedo creer que haya llegado el día en que finalmente Sakura Haruno consiguió dominar al Uchiha…

Sasuke lo siguió.

-No seas estúpido, es que vive con antojos- dijo exasperado- ¡me está volviendo loco!

-Oye… tú querías un hijo, ahora a aguantarse hombre- le contestó mientras que revolvía las alacenas en busca de su amado producto.

-Hmp…

-Ahora ¿qué clase de ramen quiere?- preguntó mirándolo sobre su hombro derecho.

-Con chocolate...

-¿Eh?...- preguntó sin entender

-¡Dije que quiere Ramen con CHOCOLATE!- gritó.

Naruto no contestó, solo se tiro al piso y comenzó a rodar como idiota. Obviamente los antojos de su mujer habían servido para alegrarle la madrugada al Uzumaki.

-¡Ya basta dobe!

-Oh teme… ¡estas jodido!- respondió entre risas- ¡Eso no existe!

-¡Como si no lo supiera idiota, pero Sakura insistió en que si!- exclamó malhumorado- ¡estoy dando vueltas desde las tres de la mañana!

-¿Desde las tres? ¡Pero si son las cinco!...-sin esperar respuestas, volvió a reír como loco.

-Tu ríe tranquilo idiota… ya voy a disfrutar yo cuando Hinata quede embarazada- dijo volteándose para salir de esa casa.

-¡Oye, con esas cosas no se bromea!

-Y por cierto, llevas puesta la remera de tu novia inútil.

-¿Qué?- preguntó extrañado, mirándose. Evidentemente, había confundido las ropas y no pudo evitar pensar lo poco masculino que se debía de ver en ese momento- ¡No se te ocurra contarle a nadie teme!

El Uchiha no contestó, simplemente siguió marchando hacia la puerta, para cerrarla lo más fuerte que pudo. Estaba enojado, y tenía que descargar su rabia con algo.

Cuanto más caminaba, mas indignado se sentía. Él era un Uchiha, un ninja elite, uno de los más fuertes, y sin embargo se encontraba despotricando solo, en el medio de la nada, porque su embarazada novia lo había corrido por no conseguirle un asqueroso postre.

Definitivamente el orgullo le había quedado por el piso.

¿Qué diría su padre si lo viera vagando solo por ser un completo dominado? Porque tenía que admitirlo. Sakura daba miedo cuando se lo proponía, pero él estaba completa e inevitablemente sometido a ella.

Había encontrado a la única mujer que lo podía controlar a su antojo. Que no tenía miedo de hacerle frente, que le pegaba sin pensar en las consecuencias porque sabía que él no era capaz de tocarle un pelo, y se había casado con ella.

Era un idiota. Pero estaba orgulloso de serlo.

Esa mujer lo había aceptado con todos sus defectos, lo había acompañado y apoyado a través de todo, y él no podía estar más orgulloso y feliz de poder compartir el resto de su vida con ella.

En medio de sus cursis pensamientos, su lamparita volvió a prenderse.

¡Había sido un estúpido!

Pero no por contestarle de la manera incorrecta a Sakura, o por no llevarle su postre.

Había sido un estúpido por no recurrir a lo más simple y básico para zafarse de cualquier situación dificultosa en temas de pareja.

En vez de enfrentarla y decirle lo tonta que era por querer algo completamente asqueroso e inexistente, tendría que solo haber asentido con la cabeza, decirle lo bonita que era, lo mucho que la amaba y lo orgulloso que estaba por tener un hijo con ella y voilá. Ella se hubiera olvidado de su estúpido postre.

Y el Uchiha volvió a sonreír.

Volvería a su casa y encararía a Sakura, y si tenía suerte, suplantaría una fría noche en una dura banca, por una sesión de besos calientes en un colchón cómodo.

Por dios, era TAN inteligente.

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Prendiendo la luz de mano que se encontraba junto a la muchacha, se acuclilló a su lado.

-Sakura…

-…

-Sakura, despierta- volvió a intentar- Vamos, levántate un segundo.

-¿Qué quieres Sasuke?- susurró dormida, pero todavía enojada por no haber podido satisfacer su antojo.

-Lo lamento… fui un idiota- susurró forzando las palabras. Claramente no sentía que todo el embrollo fuese su culpa, pero su instinto de supervivencia le pedía a gritos que se disculpara.

-Sí, la verdad que si- respondió sentándose- No me trajiste mi ramen sabor chocolate.

Reprimiendo las ganas de decirle que el tal alimento no existía, asintió.

-Si lo sé, pero es que de verd…-

-Sasuke-kun- interrumpió la pelirrosa, haciendo una extraña mueca.

-Déjame terminar Sakura, lo que paso fu…-

-¡UCHIHA CIERRA TU MALDITA BOCA!- le gritó apretando su vientre.

Decidiendo que estaba recibiendo un regaño completamente gratuito, explotó. Allí estaba él, como un completo idiota disculpándose sin razón, y su mujer le gritaba como si el maldito ramen fuese el último alimento sobre la faz de la tierra.

-¡Estas loca! ¡Yo como un cornudo disculpándome y tu gritándome en medio de la cara!- espetó a pocos centímetros del rostro de la muchacha.

Sakura, ni lenta ni torpe, tomo uno de los negros mechones de cabello de su novia y tiro hacia adelante.

-Escúchame bien Uchiha…y presta atención -le susurro tétricamente perforándolo con la mirada- ¡Acabo de romper bolsa, así que me vas a llevar YA al hospital, si no quieres que te castre aquí y ahora!

-¿Qu-que?- dijo anonadado, mientras que las palabras le caían lentamente como fichas- ¡S-si ya nos vamos!

Sin esperar contestación, el muchacho la tomo en brazos y salto por el mismo agujero que su cuerpo había realizado en la pared horas antes. Sin importarle que no tuviera abrigo y que su mujer vestía solo un simple camisón de seda rosa.

-¡UCHIHA!- le gritó en el oído apretándose más a su cuerpo- ¡Hace un frio de los mil demonios y no me dejaste ni agarrar un saco!

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Luego de varias horas de trabajo de parto, un agudo llanto se escucho en una blanca habitación del hospital central de Konoha.

-Sasuke-kun ¿no es hermosa?- preguntó sonriente la pelirrosa mientras que sostenía a su hija en su pecho.

-Si…- murmuró mirando embobado a la pequeña criatura que Sakura tenía en brazos.

Recapitulando lo pasado, Sasuke no pudo pensar un solo momento en el que hubiese estado más feliz. Su hija había nacido, y aunque él ahora tenía dos dientes menos, una pelada del tamaño de su mano y un machucón importante en su mejilla, todo cortesía de su mujer, quien había alegado que los dolores de parto era su culpa por haberla dejado embarazada, no pudo evitar sonreír.

-¿Cómo quieres llamarla?- preguntó entre risas la muchacha, quien no pudo evitar largar una carcajada cuando vio al muchacho con dos agujeros negros en la boca. Después vería como le volvía a pegar los dientes.

-Mikoto- respondió sin dudar, sonriendo ampliamente y acercando su rostro para besar a su mujer.

Finalmente el Sasuke Uchiha tenía una familia propia. Una que pensaba proteger hasta las últimas consecuencias. Ahora lo único que faltaba era casarse con Sakura, pensó, dándole lugar a su mente para maquinar que tenía que ponerse en plan de recabar información acerca de cómo hacer la gran pregunta.

Sonaba simple pero, ¿Quieres casarte conmigo? era una pregunta más difícil de lo que aparentaba.

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¡THE END!


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¡Hola!

Pues, este es mi pequeño regalito del día de la madre.

¡Quería hacerlo gracioso, pero a la vez mostrar lo que pasaron nuestras madres y padres para tenernos!

Amo a mi mama, así que ¡FELIZ DIA DE LA MADRE ADELANTADO A MI MAMA!

Espero que les haya gustado. No lo subí el domingo, el día correspondiente al día de la madre, porque voy a estar media complicada. De todas maneras, voy a hacer lo IMPOSIBLE para actualizar a medio vivir a tiempo.

¡SALUDOS!

¡Gracias x leer y por dejar reviews!

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