Comentarios: holaaa! Después de tanto tiempo volví a aparecer, debo admitir q tengo varias historias en mente aparte de esta y una ya la estoy escribiendo pero como todavía tengo detalles q arreglar no la voy a publicar. Por ahora les dejo con mi nuevo NaruSaku, sinceramente me gusta mucho más escribir sobre esta pareja, pero los triángulos amorosos siguen siendo lo mío! Jejeje. Bueno espero q les guste y q por favor me dejen sus comentarios a ver q les parece.

Naruto no es mío, si no tendría más romanticismo XD

La letra en cursiva son recuerdos. Los puntos son para cambiar de escena. Cualquier duda saben q sólo tienen q escribirme. El prox cap lo subo la semana q viene. Espero q lo disfruten! Besos!

Capitulo 1

El rubio se desperezó mientras se relajaba en la silla donde estaba sentado.

-Demonios, ¡qué pesado que es esto!

Suspiró y miró por la ventana. Konoha era una villa hermosa y próspera. Veía a la gente ir de un lado a otro. Sonrió. Daría su vida por ellos, y por su hogar. Al fin y al cabo, ese era el deber de un Hokage y para eso había nacido. Por muchas cosas tuvo que pasar para llegar allí. Ahora ya con veinticinco años se lo consideraba el mejor ninja del mundo. Pero cuántas luchas, cuánto dolor, cuántas lágrimas dejó en el camino. Seres queridos perdidos…

Sacudió la cabeza. Ese no era él, nunca decaía, de lo contrario todo se desmoronaría. Su fuerza mantenía la villa y así sería por mucho tiempo, lo había prometido a una persona muy importante.

Golpearon la puerta, se dio la vuelta y vio entrar a su mejor amiga, su consejera, su ayudante y la mujer que tanto amaba. Sakura se había vuelto una kunoichi muy buena, hasta podría aspirar al puesto de Hokage si quisiera, pero ella prefería estar a su lado de una forma un poco más sutil. Cuando lo nombraron séptimo Hokage, dejó la dirección del hospital y se decidió a ayudarlo en el papelerío. "Al fin y al cabo, Naruto, siempre serás Naruto, y aunque seas un genio luchando, eres un desastre en la lectura y escritura", le había dicho en su momento.

Ese día se había puesto una pollera blanca que le llegaba un poco más arriba de las rodillas y una musculosa roja con algunos detalles en blanco que tenía un escote bastante importante, ¿por qué lo torturaba así? ¿Se daría cuenta?, no, lo más probable fuera que no.

Sonrió al verla, esos eran los mejores momentos del día. Cuando podía verla y hablarle, cuando la oía regañarle o cuando le daba consejos. La vida de Hokage no era como lo había imaginado de chico. Por lo general se la pasaba firmando papeles y no salía mucho de la villa, pero no la cambiaría por nada.

-Buenos días, Sakura-chan –las viejas costumbres nunca se iban, él nunca dejaría de agregar el "chan" luego de su nombre como ella nunca dejaría de golpearlo aun con público, si era necesario.

-Buenos días, Naruto –respondió sonriendo levemente. El rubio se deprimió un poco. Algo pasaba. Aunque podía ser lo mismo de siempre.

-¿Está todo bien?

-Claro, tonto… aquí tienes. Debes firmar todos estos papeles, ya los clasifiqué. Los que no eran adecuados los puse aparte, están en mi escritorio por si deseas verlos…

-Sabes que confío en tu criterio, Sakura-chan.

-Gracias… esta tarde empiezan los nuevos niños la Academia… debes estar allí a las dos de la tarde.

-Oook –dijo mostrando el pulgar.

Ella continuó hablando, pero él se perdió en el movimiento de sus cabellos, la curvatura de su boca, el brillo de sus ojos… cada vez le sucedía eso más a menudo. Tenía que prestar atención, lo sabía, pero costaba tanto. Desde hacía tanto tiempo la amaba. Sin embargo… las cosas no habían salido muy bien en el pasado y no deseaba lastimarla. No quería causarle dolor. Una vez le había dicho que lo amaba. Por un mínimo instante fue muy feliz, ¡cómo hubiese deseado que eso fuera real!, pero sabía que no era así. Luego se enteró que le había dicho eso para que dejara de perseguir a Sasuke. Siempre tan preocupada, siempre queriendo sacrificarse. Las cosas no salieron bien. Él no cumplió su promesa, no pudo traer a su amigo de vuelta, pero pudo liberarlo de su dolor. Logró hacerlo, ¿no? A veces lo dudaba. Pero debía creer en ello o no dormiría tranquilo. Sacudió la cabeza. Ese día estaba demasiado nostálgico.

-¿Naruto?

-¿Eh?

-¿Pasa algo? –se veía preocupada, pero sabía que no era del todo por él. La conocía demasiado bien.

-No, Sakura-chan, todo está bien, sólo tengo algo de sueño…

-¿Acaso no estás durmiendo bien de nuevo? –bordeó el escritorio para poder acercarse a él y verlo más detenidamente- estás algo ojeroso. Naruto…

-¡Estoy bien, lo juro! –respondió el rubio sonriendo aunque algo acalorado. ¿Cómo podía seguir comportándose como un niño con la edad que tenía?

-… -Sakura miró hacia otro lado con tristeza.

-¿Sakura-chan? –preguntó el rubio levantándose asustado de pronto. ¿Qué pasaba?

-Me iré por unos días Naruto, ¿crees que estarás bien?

-¿Eh?, ¡claro que sí!, no soy un niño, soy el Hokage, puedo cuidarme solo y…

-Me refería a los labores –señaló la pila de hojas.

-Ah, sí, yo también me refería a eso. Por supuesto, te has ido en otros momentos y no ha habido problemas… demasiado graves, ¿no? –se rascó la cabeza, siempre que Sakura volvía se encontraba con bastante trabajo al tener que arreglar las cosas que él había hecho mal. Pero esa vez trataría de no ser tan torpe con el papelerío… aunque eso también siempre lo decía…

-Sí… es cierto… -respondió ella de todas formas- bien, entonces volveré a casa. Tengo algunas cosas que preparar y… -se detuvo, él le había tomado la mano y la miraba preocupado.

-¿Nunca me dirás a dónde vas?, ¿seguirás con los secretos, Sakura-chan?... si hay algo que…

-Trabajo bastante, ¿sabes? Y necesito salir un poco y estar sola, Naruto. Voy por ahí… -se mordió el labio inferior. Su triste rostro… no soportaba verlo así. Lamentaba ser la culpable, pero no podía olvidar, sonreír en todo momento no era suficiente para ella.

-Sí… lo siento si esto te exige mucho…

-¡Está bien! yo elegí este trabajo, ¿no? Sé que necesitas de mi ayuda. Estas cosas no te gustan y no se te dan mucho, en cambio a mí sí. Digamos que nos complementamos… -se calló al darse cuenta que esas palabras podían significar mucho más de lo que pretendía- quiero decir…

-Sí, entendí. Buen viaje, Sakura-chan. No te preocupes, le pediré ayuda a Shikamaru o a Kakashi-sensei si tengo problemas.

-Bien, te lo agradecería –dijo besándolo en la mejilla. Se miraron por un momento, luego ella se separó y salió rápidamente. Naruto se dejó caer en la silla suspirando.

-¿Nunca me pedirás que la siga?

El rubio sonrió.

-No es necesario, Sai, sé a dónde va.

-¿En serio?, ¿el amor puede ser tan hábil?

-¡¿Qué dices idiota? –Naruto saltó amenazando al morocho con el puño. El otro sonrió mientras entraba por la ventana.

-Pero le preguntaste, ¿para qué hacerlo si ya lo sabes?

-Porque me gustaría que fuera sincera al menos una vez conmigo, que confiara de la misma forma en que yo confío en ella…

-¿Y entonces?

-¿Qué?

-¿A dónde va?

-Lo busca… Sasuke se fue luego de nuestra batalla final. Estaba muy malherido, pero no quiso que lo ayudáramos. Simplemente desapareció. Nueve años pasaron y no hemos tenido noticias de él. Nada. Estoy seguro de que lo busca… aún lo ama, como siempre lo ha hecho.

-¿Cómo puedes estar tan seguro de que lo ama?

-Es obvio, lo ama desde muy pequeña… -se levanto y fingió mirar por la ventana para ocultar su dolor.

-¿Y eso es razón suficiente? quizá sus sentimientos cambiaron, si le dijeras algo…

-No hay nada que decir, sé que no cambiaron, la conozco.

-Asumes demasiado…

….

-Sakuraaa… -Ino estaba apoyada contra el marco de la puerta de la habitación de su amiga y observaba cómo esta organizaba su mochila- ¿por qué te haces esto?

-Cállate Ino.

-¿Por qué le haces esto a Naruto? –la rubia dio en el clavo con lo último. Sakura se había detenido y miraba sus cosas, al parecer algo confundida o quizá dudando.

-¿De qué hablas? –dijo luego de un rato.

-Sabes a qué me refiero. Sólo te haces daño a ti y a Naruto. ¿Por qué no olvidas de una vez a Sasuke?, yo lo hice, soy feliz al lado de Sai ahora y…

-Van a tener su segundo hijo, lo sé, Ino. Suena perfecto, pero no es tan fácil para mí.

-Sakura, sé que lo amabas mucho y…

-No es sólo eso Ino, éramos un equipo, éramos amigos, los tres –Sakura miró el suelo y luego le dio la espalda a su amiga- no hago esto por mí.

-Por favor, te vas tres o cuatro veces al año desde hace ocho años, es obvio que lo buscas para que vuelva contigo.

-Sí, quiero que vuelva. Pero no por la razón que crees. Lo hago por… lo hago por…

-Naruto… este es el único favor que voy a pedirte en mi vida… trae, trae a Sasuke-kun de vuelta. No pude convencerle. No pude detenerle. Estoy segura de que la única persona que puede detenerle… la única persona que puede salvarle… Naruto… ¡eres solamente tú!

-Le quieres de verdad ¿eh? Puedo entender muy bien el dolor por el que estas pasando.

-Naruto… gracias…

-Traeré a Sasuke, de vuelta. Es una promesa para toda la vida.

….

-Deberías decirle, Naruto, ya son adultos, las cosas han cambiado.

-¿Qué dices Sai?, ¿estás loco? –Naruto comenzó a pasear por la habitación. Su amigo lo observó con cierta tristeza. El rubio había logrado su objetivo, su gran sueño, sin embargo se veía tan vacío- ¿qué voy a decirle?, se reiría de mí. Es absurdo, ya te lo dije. Aún me sigue viendo como un tonto… no he cambiado nada a sus ojos. No me molesta, en absoluto… me gusta que me siga mirando como siempre, no con temor, no con respeto, simplemente, como cuando éramos chicos… como si fuera el mismo Naruto.

-Pero ya no eres ese Naruto, eres mucho mejor.

-¿Eso crees?... aunque Sasuke me lo haya dicho, no creo haber ayudado a mi mejor amigo… me siento tan tonto…

-Sasuke estaba orgulloso de ti, lo reconoció, ¿no es cierto?, te prometió que dejaría la villa en paz. Deberías conformarte con eso. Naruto no puedes seguir viviendo en el pasado, la gente te necesita ahora.

-Y me tendrá, cuando sea. Eso jamás lo dudes, Sai. Soy su Hokage.

-Sin embargo, no puedes basar tu vida en ello…

-Sí puedo. Es la mejor forma.

…..

-Obligué a Naruto a hacer una promesa. Lo puse en una situación que nunca debió existir. Nunca tuve la fuerza para recuperar a Sasuke por mí misma, ni siquiera pude matarlo cuando tuve la oportunidad. Quería liberar a ambos con mis propias manos, pero no pude… fui débil –miró a su amiga con determinación- sin embargo, ahora soy fuerte, si lo encuentro… y lo traigo, todo se terminará. Naruto podrá dormir tranquilo. Su promesa habría finalizado. Sasuke… debería ser feliz aquí, es su hogar, con la gente que lo quiere y se preocupa por él.

-Sasuke jamás querría volver. Odiaba Konoha y aun debe odiarla.

-Estaba confundido y furioso. Naruto cambió su forma de pensar.

-Pero no quiso volver…

-No… siempre me pregunté por qué. Necesito saberlo Ino. Para poder convencerlo. Naruto necesita ser libre. No lo hago por mí. Hace mucho dejé de soñar con cuentos de hadas. Sólo quiero que mis dos amigos sean felices y puedan volver a sonreír de verdad…

-Sakura...

-No me mires con esa cara Ino. Estoy bien, en realidad estaré bien cuando logre mi objetivo.

-Te sacrificas demasiado por Naruto… no creo que hagas todo esto porque lo quieres como a un amigo…

-¿Qué quieres decir con eso? –preguntó Sakura aparentando estar distraída con la elección de la ropa que se iba a llevar.

-Sabes que quiero decir. Naruto está enamorado de ti desde que tengo uso de razón. Si le dijeras lo que sientes, quizá podría ser feliz, no tendrías que hacer esto. Sakura allá afuera está cada vez más peligroso, y tú eres importante para la villa, si alguien se entera quién eres…

-No puedo decirle nada, él… ya me rechazó una vez… puede que en ese momento tuviera algo de razón, pero… creo que quizá era porque ya no sentía lo mismo por mí que cuando éramos chicos, y es comprensible, siempre lo he tratado tan mal… -sonrió con melancolía- los sentimientos pueden cambiar, yo lo sé muy bien. No quiero causarle más dolor. No puedo hacerle eso. Y con respecto a lo que decías de que afuera es peligroso… ¿con quién crees que estás hablando?, no soy tonta, sé lo que pasa mejor que nadie, me encargo de todas las noticias que le llegan al Hokage al fin y al cabo. Nunca me ha pasado nada ni me pasará nada esta vez. Volveré, porque debo hacerlo.

Ino miró el suelo. Volvía a perder la partida. No lograba convencer a Sakura de que dejara el pasado donde estaba, atrás, lejos… no… ella se empecinaba en escarbar y sacarlo nuevamente para seguir torturándose. Ella y el rubio eran tan similares en ese aspecto. Seguramente Sai tampoco había logrado nada con el Hokage. "Estúpidos cabeza dura". Se cruzó de brazos enojada y miró a su amiga.

-Bien, ya tengo todo listo… ¿Ino?, ¿qué pasa?

-¡Que eres una completa tonta, Sakura Haruno!, y me cansé –dio media vuelta y se fue. Oh cuánto se iba a arrepentir de eso luego. Debería pedirle perdón a Sakura, su eterna rival, por haber sido tan brusca, pero en ese momento sólo eso pudo decir.

La pelirosa sonrió. Ino era tan impulsiva y enojona como ella. Pero no iba a hacerla cambiar de parecer nunca. Se puso la mochila y salió de la casa. Tardó un poco en llegar a la entrada ya que varias personas la detuvieron en el camino, para saludarla, preguntarle o pedirle algo. Cuando por fin llegó a los grandes portones se encontró con alguien que no esperaba.

-Naruto…

-Quería saludarte, y desearte un buen viaje –dijo el rubio. Aún le parecía raro verlo con la gabardina roja y negra, parecía mucho más serio, tan distinto de la persona que conocía.

-En quince minutos debes estar en la Academia –respondió ella suspirando.

-Jajaja, lo sé, pero puedo llegar bastante rápido, ¿no lo crees?, además soy el Hokage, demonios, si quiero retrasarme puedo hacerlo.

-Eso no es adecuado… -Sakura se acercó- el Hokage debe dar el ejemplo.

-¿Y qué ejemplo doy si no vengo a despedir a mi mejor amiga y mano derecha?

-Sólo serán unos días, nunca tardo más de cinco…

-Sí… lo sé… pero se hacen eternos ¿sabes?... Sakura-chan yo… -sonrió mirando hacia otro lado- solo cuídate mucho, ¿sí?, trata de no meterte en problemas. Si algo te sucediera, no sé qué haría…

-Hey, ¿otro más que no confía en mis habilidades?

-No es eso… pero… -lo sabía muy bien, mataría a todo aquel que se atreviera a dañarla, destrozaría cualquier ser sin importarle nada. No quería llegar a esos extremos y esperaba no tener q hacerlo nunca.

-Lo sé, lo sé. Yo también me sigo preocupando por ti aunque eres el mejor ninja que existe, je, las viejas costumbres nunca se pierden. Volveré en tres días esta vez, te lo prometo, así no te aburres con Sai y Kakashi-sensei.

-Está bien, te tomo la palabra.

-Ya vete a la Academia tonto. Yo estaré bien.

-Ok –se acercó a ella y le dio un beso en la frente sorprendiéndola- nos vemos pronto, consejera Haruno –la saludó riendo mientras desaparecía tras una nube de humo.

Sakura rió también mientras se tocaba la frente. Nunca le había costado irse de allí, pero ese día era distinto. Miró hacia atrás, a la villa, por un instante pensó en quedarse, pero luego volvió a mirar al frente. No, no podía mentirse, las cosas nunca estarían bien hasta que se resolviera el pendiente que ambos tenían. Comenzó a correr, siempre le hacía bien el ejercicio. Por eso entrenaba todas las mañanas. Anduvo un buen trecho hasta que se detuvo. Algo no andaba muy bien, tenía un mal presentimiento. Miró hacia atrás de nuevo.

-Naruto… -susurró, luego sacudió la cabeza enojada consigo misma- no seas tonta, Sakura, es el Hokage, el mejor ninja del mundo, nada podría pasarle.

….

Naruto volvió a su casa luego de un día bastante agotador. Las batallas no eran problema, pero los niños eran tremendos. Gritaban, lloraban, corrían, era increíble la energía que tenían. Aunque él también la había tenido de chico. Y supuso que aún la poseía, pero ya no podía ir corriendo como un loco por las calles, no se vería bien. Luego fue a comer ramen a Ichiraku, pero no lo dejaron tranquilo. La gente se acumuló en el lugar para hablarle.

Por fin tenía un momento de paz. Se tiró sobre la cama. Estaba bien de todos modos, siempre fue su sueño ser Hokage y proteger la villa, ser reconocido… ¿por qué sin embargo sentía que no todo era perfecto? Suspiró. Quizá porque la otra cosa que se propuso nunca la pudo cumplir.

-¡Sasuke, Sasuke! –corrió hacia él. "Por favor, que no esté muerto, por favor". Se arrodilló junto a su amigo.

-Te has hecho fuerte, Naruto… supongo que has ganado…

-¿Por qué no me siento victorioso?

-Porque eres un tonto… -el morocho trató de levantarse pero no pudo, se dejó caer de nuevo.

-¡Sasuke-kun! –Sakura había llegado- deja que te cure…

-No gracias… estaré bien… no moriré tan fácilmente –respondió cortante el Uchiha. La pelirrosa lloraba copiosamente y eso parecía molestar a Sasuke.

-Sasuke… -Naruto no sabía qué decir.

-No te preocupes, ganaste, dejaré en paz tu villa –volvió a intentarlo y esta vez sí pudo levantarse ante la atónita mirada de sus ex compañeros- serás… un gran Hokage. Sigue protegiendo la villa como hasta ahora.

-¿Vas a irte?, puedes volver, nadie…

-Konoha ya no es mi hogar, yo siempre odiaré a esa gente… pero… admito que estoy cansado y no quiero… seguir así…

-Sasuke-kun… -Sakura se acercó a él- por favor…

-Aún te falta mucho, Sakura. No debes dudar al atacar o eso será tu muerte algún día. Protégela siempre Naruto…

Los dos se sorprendieron por esto último, nunca pensaron que Sasuke, quien había intentado matar una vez a Sakura ahora dijera esas palabras. Pero algo había cambiado en el morocho, las palabras de Naruto durante la pelea, y la misma batalla que habían tenido de alguna manera había tocado algo en el interior del morocho. Y así, lo vieron irse sin poder decir nada más. Volvía a desaparecer de sus vidas, y quizá esa vez fuera para siempre.

Sasuke le había dado su bendición, si se podía decir así, con respecto a que se convirtiera en Hokage. Lo había considerado fuerte, más que él mismo y eso era algo importante viniendo de un Uchiha tan orgulloso. Pero aún así se sentía culpable. Todo su esfuerzo fue en vano. Sí, impidió que Sasuke siguiera matando y destruyera Konoha, pero no trajo a su verdadero amigo de vuelta. El Sasuke que él conoció de chico había muerto para siempre… lo lamentaba también por Sakura. Cuánto tiempo lloró por él. Cuántas veces la encontró con los ojos rojos e hinchados y la foto de los cuatro entre sus manos. No podía ser feliz jamás, porque las personas que más apreciaba no lo eran. Sasuke jamás lo sería y Sakura…

Lo mejor era descansar, al otro día tendría muchísimo trabajo al no contar con la ayuda de Sakura. Sí, ser Hokage había sido su sueño de toda la vida, pero si no podía compartir su alegría con los demás, ¿de qué le servía?