Nuevo fic de S.E amigos :D Es que realmente me encanta esta serie~
Es raro XD Ojalá os guste :D Siento si hay faltas de ortografía, es que tengo prisa y no hay tiempo de corregir ·_·
-¡Soul!—Gritó ella por decimosexta vez, moviendo insistentemente a su arma.
-Mmmm…Maka, quiero dormir un poquito más.—Se quejó, colocando la almohada sobre su cabeza.
-¡Soul!—Repitió.-¡Shinigami-sama nos ha llamado!
-Estúpido jefe manotas…-Masculló el chico, revolviéndose en la cama. De golpe, notó que las mantas salían despedidas a los aires.
-¡SOUL, QUE TE LEVANTES!—Gritó harta Maka, con cierto aire amenazador que él no llegó a notar.
-¿Y si no quiero?—Retó él.
Su expresión se volvió de terror unos instantes al ver lo que se le venía encima…que fue ni más ni menos que una enciclopedia de mil páginas acompañada de un grito "¡Maka-chop!"
Él se incorporó veinte minutos después, cuando el sangrado de la cabeza había parado, se vistió mascullando improperios sobre su Meister, a la cual encontró en el salón, se sonrojó levemente al verla sonreír en una pose totalmente infantil, abrazada a sus rodillas y jugando con un mechón de pelo que, milagrosamente, llevaba suelto.
-¿Estás listo?—Las palabras salieron de la boca de ella de forma casi sádica, y el sonrojo fue sustituido por una mortal palidez mientras asentía con la cabeza, si perdía más sangre moriría, seguro.
-Va-Vámonos…-Se rascó la nuca y colocó las manos en los bolsillos en una pose cool.
Ella se hizo su ya acostumbrado peinado y se levantó de un salto, la ropa le siguió el movimiento cuando caminó hacia la puerta casi dando saltitos, a sus diecisiete años, Maka seguía pareciendo una cría, se dijo Soul con una sonrisa sarcástica.
Mientras caminaban, ella hablando por los codos y él mirando desinteresado hacia un lado, haciendo como si no la escuchara pese a guardar cada palabra que ella pronunciaba, se encontraron a cierto ególatra-saltimbanqui-peliazul…a quien uno debe apodar Black*Star, solo para acortar.
-¡Viejo!—El chico del clan de la estrella casi le tiró al suelo al golpear su espalda, Soul trastabilló antes de recuperar el equilibrio y fulminarle con la mirada.
-Black*Star.—Saludó, antes de suspirar y pasar un brazo por los hombros de su amigo con felicidad.-¡Cuánto tiempo!
-Dos días.—Dijeron a una Maka y Tsubaki, la primera con un suspiro pesaroso, la segunda con una sonrisa vergonzosa.
-¡DA IGUAL, UNO SIEMPRE ECHA DE MENOS AL GRAN ORE-SAMA!—Gritó…bah, todos sabemos quién dijo esto.
Mientras el par hablaba de cualquier tontería, Tsubaki y Maka continuaron caminando hacia la Death Room, donde Shinigami-sama parecía haber citado a los cuatro, seguramente para alguna misión.
Al fin, entraron en la curiosa sala, no sin que antes Maka tuviera que darle uno de sus famosos golpes con una enciclopedia a Black*Star por alguna burrada dicha (seguramente sobre la figura de la chica, a lo cual ella era muy sensible) y nada más poner un pie en ella, algo se lanzó hacia la chica rubia.
-¡MAKA-CHAN~!—Chilló Spirit.
-¡Papá!—Gritó ella, tratando de deshacerse de los brazos de su progenitor.
-¡Cuánto tiempo, Maka-chan~!—El pelirrojo, feliz de la vida y ajeno a las quejas de su hija, frotaba insistentemente su mejilla con la de ella.
-Spirit-kun, deja a Maka-chan por ahora~-La voz chillona de Shinigami fue lo único que consiguió que el hombre la soltara, y ella tomó una gran bocanada de aire, viéndose libre al fin.
-¿Por qué nos ha citado aquí, Shinigami-sama?—Tsubaki sonrió, conciliadora.
-¡EXACTO, ESTABA HACIENDO PESAS!—Black*Star y su habitual tono demasiado alto, gracias a lo cual Maka creía ir a morir de dolor de cabeza.
-Bueno chicos, digamos que tengo una misión pendiente para vosotros…-Shinigami hizo un gesto alegre, y hizo ademán de seguir hablando, pero algo se lo impidió.
-¡Shinigami-sama, tengo hambre!—Chilló una aguda e infantil voz, y todos pudieron ver un par de delgados bracitos cerrándose en torno al cuello del "jefazo".
-Vamos, vamos, Blue-chan, no molestes ahora…-Al Dios de la Muerte se le cayó un enorme goterón por la sién.
-¡PERO TENGO HAMBRE!—Repitió la voz, los bracitos se descolgaron y una pequeña figura escaló a Shinigami-sama y usó los hombros como soporte para saltar y quedar ante él.-¡TENGO HAMBRE!
-¡Shinigami-chop!—El golpe de las enormes manos de él la hicieron callar y comenzar a lloriquear.
Todos se quedaron callados, mirando a la pequeña bolita que soltaba algún "snif" pasajero ante su "atacante".
-Shinigami-sama…¿podemos pedir alguna explicación…?—Maka se cruzó de brazos y alzó una ceja, sin entender.
-Veréis chicos, esta vez vuestra misión será cuidar de ella y de…
-¡ESPERA, EL GRAN ORE-SAMA NO PUEDE HACER DE NIÑERA, DEBO SUPERAR A LOS DIOSES!—Cortó Black*Star, frenético.
La niña se giró lentamente, mirando a Black*Star, que se acababa de subir vete-tú-a-saber-cómo a uno de los muchos adornos de la sala y hacía su típica pose de Dios, seguidamente sus ojitos se dirigieron a Tsubaki, que trataba de tranquilizarse, y se levantó lentamente.
-¿Papá?—Preguntó, llevándose un dedo infantilmente a la boca.
Ante la palabra, Tsubaki se giró hacia ella como movida como un resorte, y solo entonces se fijó en la niña, ésta tenía un larguísimo pelo de extraño color azul que rozaba su cintura, recogido en una coleta, los ojos de este mismo tono pero bastante más oscuro estaban fijos en Black*Star, las piernitas parecían ser demasiado débiles como para sostenerla, sin embargo se mantenía firmemente en pie, llevaba un vestido azul con una estrella negra en medio, y cuando sonrió ampliamente, el arma pudo ver que le faltaba un diente. ¿Cómo podía ser tan adorable? ¡Espera, ella no la miraba por eso! Acababa de llamar a Black*Star papá…¿pero qué…?
-No sabemos quiénes son.—Añadió Spirit.—Simplemente aparecieron aquí diciendo que querían ir con sus padres, que se habían perdido, y al no encontrarlos, decidimos llamaros para que cuidéis de ellos, es decir, sus frecuencias de alma son muy fuertes y…-Fue Soul quien cortó sus divagaciones.
-¿Por qué hablas en plural?—Interrogó con el ceño fruncido.
-Reaper, sal.—Ordenó el pelirrojo, y del fondo de la habitación se hizo notar otra pequeña figura, algo más alta que la anterior.
Maka fue la encargada de revisarle de arriba abajo, el pelo rubio cenizo caía en mechones desordenados sobre el rostro moreno, las manos en los bolsillos del pantalón de forma que le recordaba vagamente a alguien (aunque no podía descifrar a quién) y una sonrisa que sí sabía definir, era exactamente igual a la de su compañero, excepto porque los dientes del niño eran redondos y perfectos, de leche sin duda alguna, pero lo que más llamó la atención de la chica fueron los ojos. Rojos. ¿Quién tiene los ojos rojos?
-Éste es Reaper.—Presentó Shinigami-sama revolviendo cariñosamente el pelo del niño, que hizo un gesto de hastío y se alejó un par de pasos.
-Shinigami-sama, ¿por qué nosotros tenemos que cuidarles?—Tsubaki frunció el ceño, su compañero seguía gritando.
-Sois los primeros que se me han ocurrido.—Confesó él, y todos cayeron al suelo en plan anime, a excepción del saltimbanqui de pelo azul adolescente que seguía gritando sobre su grandeza.
-Entonces…-Tanteó Maka.
-A partir de hoy, y hasta que descubramos quiénes son y el por qué de su extraña frecuencia de alma, vosotros vais a cuidar de este par. Soul y Maka se encargarán de Reaper, y Tsubaki y Black*Star de Blue.—Contestó Spirit.
-¿Blue?—Al fin, el chico del clan de la estrella se bajó, dejando de gritar, indignado ante la poca atención que se le prestaba.
-No nos han dicho sus apellidos.—Shinigami se encogió de hombros.—Así que, si alguien pregunta, son primos lejanos vuestros que han venido a pasar unos días.—Hizo un vago gesto con la mano.
-¿Te importa que te llame Blue*Star, entonces?—Tsubaki se agachó hasta la altura de la niña y sonrió amablemente, ella negó fieramente con la cabeza.
-¡NOP, AUNQUE PREFIERO BLUE*STAR-SAMA!—Gritó felizmente, y el arma rió.
-Creo que Black*Star no le pegará buenas costumbres.—Confesó Maka a su compañero.
-Yo no quiero cuidar a un crío.—Se quejó éste.—Eso no es nada cool.
-A mí tampoco me hace mucha ilusión.—Respondió, mordaz, Reaper.—que me cuide un incompetente.
-¡SOUL, NO SE TE OCURRA ACERCARTE A MI HIJA AHORA QUE TENÉIS QUE CUIDAR DEL NIÑO, APROVECHADO…!—Exclamó Spirit.
-¡Mira quién fue a hablar!—Respondió el arma.-¡Pervertido!
Y, en aquel momento, ninguno de los cuatro presentes imaginaban la de problemas que acarrearían esos niños, nuevas relaciones, rupturas, risas, llantos…dos críos que pondrían la vida de los que se creían meros compañeros de equipo patas arriba.
¿Opiniones? ¿Tomatazos? ¿Reviews? ^^
Ya se nota qué rumbo lleva esto, ¿verdad?
¡Besos!