1-Introducción
- ¡Llegó Watanuki! ¡Llegó Watanuki!-
El chico casi se cae de espaldas, luchando desesperadamente por despegar al manjuu negro de su cara con la mano libre, mientras el portafolio escolar que llevaba en la otra subía y bajaba en su frenesí.
- ¡Agh! ¡Quítate ya, recondenada bola de pelusa!- exclamó, tirando de las orejas largas de la criatura - ¡No me dejas respirar!-
- ¡Uwaa! ¡Que malo eres conmigo Watanuki! Y yo que solo quer a darte un abrazo de bienvenida!- repuso la recondenada bola de pelusa soltándose y fingiéndose herida por su comentario.
- Linda forma - murmuró el chico, sentándose para quitarse los zapatos y mirando alrededor, probablemente extrañado de no escuchar un par de vocecillas infantiles que repetían sus palabras - Ah... ¿Donde están Maru y Moro? -
- Aún durmiendo -
- ¿Y Yuuko-san? -
- Yuuko tiene resaca - exclamó su interlocutor aparentemente divertido por su propio comentario - ¡Una gran resaca! -
- Oh, rayos - se lamentó el chico, bajando la voz - Y tan temprano -
Tendría que ir a la farmacia por un remedio, porque seguramente el que había comprado recientemente ya no estaría en el botiquín del baño ¡Cuantas molestias solo porque esa mujer no podía dejar de beber ni por una sola noche!
- ¡Mokona tiene hambre, Wata! - exclamó de pronto la negra criaturita, brincando - ¡Dame de comer!-
- ¡¿Qué no puedes esperar, maldita sea? - exclamó el chico, con gesto enfadado. Dio un respingo al recordar que se suponía que debía bajar la voz y prosiguió casi en un murmullo - ¿Qué no puedes esperar a que vuelva con el remedio para Yuuko-san? -
- ¡Me muero de hambre!- se quejó Mokona. El chico suspiró, resignado. No tenía sentido tratar de razonar con ese manjuu que estaba casi tan loco como su creadora.
- Muy bien, muy bien ¡Pero baja la voz! - le susurró . Recogió su portafolio, se levantó y comenzó a dirigirse a la cocina tan silenciosamente como pudo. Conociendo a su jefa, molestarla cuando tenía una resaca era como tirar de los bigotes de un tigre de Bengala, y él no tenía intención de hacer ni uno ni lo otro. Desgraciadamente, no contaba con que Mokona, que iba rebotando entre sus piernas, chocara contra su rodilla y lo hiciera caer sobre el suelo de madera, haciendo tanto ruido que no le hubiera sorprendido que la gente de la calle lo hubiera escuchado. No tuvo el tiempo ni de sentirse dolorido, porque el efecto no se hizo esperar, un exagerado y teatral quejido proveniente de la sala alcanzó sus oídos.
- ...ahhhh... - Watanuki casi pudo ver a su jefa, alzando lánguidamente su cabeza del sillón donde pasaba la mayoría del tiempo acostada, fumando, bebiendo, o ambos; para la gran exasperación del chico - ¿Quién viene a perturbar la paz de mi casa? ¿Qué no ven que estoy muy débil?-
- ¿Ves lo que haces? - le masculló Watanuki a Mokona mientras se levantaba.
- ¡Ah! - continuó quejándose Yuuko - ¡Es un túnel! ¡Veo una luz! ¡...Me muero!-
- ¡Ya, no exagere, Yuuko-san! - resignado, se ajustó las gafas sobre la nariz, y se dirigió a la sala. La imagen mental que previamente había tenido (Para gran alarma del chico) era casi por completo exacta; Yuuko le lanzó una mirada más digna de un animal moribundo desde su posición, acostada sobre el sillón, con la tela del kimono que vestía extendiéndose alrededor de sus piernas descubiertas.
- No grites Watanuki - dijo en una voz débil que contrastaba mucho con su habitual humor loco e imparable - Siento que me estalla la cabeza -
- No lo dudo- dijo él, mirando alrededor y frunciendo el ceño con desaprobación al encontrar un gran número de botellas que yacían, ya vacías, en un rincón de la habitación. Lo que me sorprende es que no haya logrado noquearse a sí misma con tanto alcohol-
- ¿Oh?- ella alzó las cejas ligeramente - ¿Y quién dice que no lo logré?-
El chico resopló con enojo, apretando los puños.
- ¡No lo diga como si fuera algo de lo que puede enorgullecerse!-
- ¡Ah, no grites...!- se quejó ella, llevándose la mano a la cabeza con un gesto dolorido.
-¡Ah, perdón, perdón!- replicó Watanuki, preocupado, más por reflejo que otra cosa, antes de recuperar la compostura -En fin- suspiró, bajando la voz y poniendo su portafolio en el suelo -Aguante un poco más. Haré algo de comer antes de ir por su remedio para la resaca-
Estando ya tan acostumbrado a la mirada carmesí de la Bruja de las Dimensiones, no pensó que hubiese nada raro en el hecho de que ella se le quedara mirando al menos hasta que se levantó del sillón, con una rapidez que él nunca había sospechado de ella en sus días de resaca. Antes de que pudiera siquiera darse cuenta de lo que pasaba, una blanca mano ya le había desabotonado el primer botón de la camisa escolar y se había deslizado dentro de la misma, rozándolo con las uñas. Lanzó un alarido, entrando en pánico y pensando que su jefa finalmente había perdido la poca cordura que aún tenía y pensaba llevar su ya de por sí larga lista de abusos al siguiente nivel; pero no bien había terminado de soltar su alarido, la mano ya no estaba ahí, aunque oyó una débil protesta por el volumen de su voz.
- ¡Y-Yuuko-san! ¿Qué demonios le pasa?- exclamó , volviéndose a abotonar la camisa a toda prisa. Si, esa mujer ya lo había vendado del pecho antes, y estaba casi seguro de que su torso no era nada nuevo para ella, pero después de que ella le hubiese sugerido, en cierta ocasión, desnudarse como pago por un mal juego de Mahjong, su pudor en presencia de su jefa se había acrecentado al menos unas cien veces.
Pero la bruja lo estaba ignorando, desde luego, y para su gran alivio, parecía haber perdido el interés en él. Estaba mucho más interesada en el papel que había extraído de debajo de su camisa escolar, donde, tontamente, lo había metido y se había olvidado de él. Yuuko alzó las cejas un poco, intrigada.
-...graduación... - murmuró de pronto, como para sí misma -... ¡Ah, por supuesto! ¡Tú graduación! ¿Verdad Watanuki?-
-Si- dijo el chico, como restándole importancia, mientras recogía las botellas del rincón.
- Watanuki se graduará - prosiguió ella, mas para sí misma que para él -...interesante...-
El tono en el que dijo esto encendió una alarma en la cabeza de Watanuki, que la miró con suspicacia.
- ¿Qué cosa?- preguntó secamente. Por la sonrisa picaresca que ella le dedicó , debió haber adivinado de qué iba el asunto antes de que ella pronunciara su respuesta.
- ¿Irás con Doumeki, no?-
Casi se arrepintió de haber dicho eso, cuando el chico irrumpió en sus habituales convulsiones (Tanto como las botellas que llevaba en brazos se lo permitieron) gritando cosas como 'Ese pozo sin fondo, cabeza de melón, cara de macaco, ebrio asqueroso' etc, etc, etc. Yuuko se llevó una mano a la sien con un gesto dolorido. En definitiva, mencionar a Shizuka Doumeki frente a ese niño cuando se tenía resaca estaba tachado de la lista de las buenas ideas.
- Hey, Watanuki ¿Qué no piensas ir por mi remedio?- dijo en un tono quejumbroso que también tenía algo de amenazador -Te lo advierto. Pagarás el precio por tanto escándalo si no te apresuras -
El chico dio un respingo. De algún modo, le había dado la impresión de que la resaca se había pasado como por arte de magia cuando su jefa le había arrebatado el papel, claramente se equivocaba. Murmuró una disculpa, bajando las botellas, inclinándose y saliendo de la habitación como alma que lleva el diablo. Mokona protestó levemente, argumentando que '¡Tenía muchísima hambre!' pero el chico ya se había ido. Entonces, la criatura se volvió a mirar a Yuuko, que había vuelto a recostarse descuidadamente sobre su sillón, poniendo la invitación en uno de los brazos del mueble.
-...que tontería de mi parte- dijo la bruja en voz baja -Haberme olvidado así de la edad de Watanuki-
- ¿Por qué lo dices?- preguntó Mokona, mientras rebotaba hasta el sillón y trepaba, situándose en el respaldo.
- ¿Te parece poco el no recordar que está a punto de graduarse del instituto?- sonrió con algo de desazón -Bueno, no es como si fuera algo verdaderamente sorprendente-
-Ha crecido ¿Verdad?- dijo Mokona, complacida -No solo es mayor que antes...de algún modo, me parece que su corazón tiene una edad que supera la de su cuerpo-
-Posiblemente. Aunque, aún es joven. Tiene todavía mucho que aprender- tras un corto silencio, Yuuko prosigui en un tono más alegre -¿Sabes, Mokona? Espero que el pequeñín se divierta mucho en su graduación...¡Claro! Le encargaré especialmente a Doumeki que lo embriague un poco. Un Kimihiro Watanuki ebrio es algo demasiado divertido para perdérmelo-
Watanuki no tardó en volver con el remedio. Mientras Yuuko lo bebía, haciendo una mueca ante el mal sabor (Que al parecer no era lo suficientemente malo como para disuadirla de beber alcohol en exceso y luego necesitarlo) el chico recogió la invitación y procedió a guardarla en el portafolio.
-Ahí decía que habrá un baile- dijo Mokona, brincándole al hombro -¿Ya tienes pareja, Watanuki?-
Yuuko lo miró de reojo juguetonamente, al tiempo que le ponía el tapón a la botella, y el chico recordó su comentario de hacía un rato, haciendo una cara de disgusto, pero su expresión pronto se volvió indecisa y contemplativa.
-No estoy seguro de ir a ese baile - dijo quedamente después de un rato.
-¿Oh?- Yuuko alzó una ceja, y Mokona casi podría haber jurado que su tono rezumaba alarma -¿Por qué no?-
-¿Y eso qué importancia tiene?- dijo el chico, algo molesto.
-¡Ah, pero Watanuki! - dijo Yuuko alzando el dedo índice de la mano izquierda, en tono de sermón -La parte más vital de la vida de los estudiantes ¡Las fiestas estudiantiles...!-
-¿¡En que universo…?- exclamó él, escandalizado por su falta de seriedad.
-¿...por qué quieres perderte la más importante de todas?- prosiguió ella, como si no lo hubiera oído.
-No es que no quiera ir- siguió diciendo el chico –Es solo que no sería solo asistir, tendría también que…-
-¡Oh, ya sé que pasa!- lo interrumpió Yuuko con una de sus habituales sonrisas malévolas -Tienes vergüenza de que te vean en público con Doumeki. Supongo que te sientes más cómodo cuando estás con el…en privado ¿Ne?-
-¿Ne?- repitió Mokona, divertida con la cara que Watanuki puso ante tal comentario. La irritación del chico se triplicó y comenzó a convulsionarse de nuevo.
-¡YUUKO-SAN! ¡Deje de imaginarse cosas!- exclamó abriendo y cerrando las manos con exasperación -Lo que pasa es que también tendría que bailar, y no tengo idea de cómo se hace eso-
-¡Con que es eso!- dijo Yuuko, aliviada –Bueno no es nada demasiado grave. Después de todo, tienes a alguien que puede enseñarte muy bien…-
-¡Oh, no, ni piense que voy a pedirle a Doumeki que…!-
-¿Y quién dijo algo sobre Doumeki?- repuso ella inocentemente, alzando las manos y encogiéndose de hombros –De verdad, haces que uno piense que tu mundo gira alrededor de él…-
-¡¿Y eso que se supone que significa?- rugió Watanuki
-…y aunque estoy segura de que él estaría encantado de darte algunas lecciones- prosiguió ella, ignorándolo de nuevo (Lo cual le hizo expulsar humo por los oídos) y diciendo en un tono más suave -Yo me refería a mí, Watanuki-
El muchacho se congeló, pensando que había oído mal. Tenía que ser una broma, una mala broma 'Por favor, Dios, que solo sea una broma…'
-¡Ya está! ¡Lo he decidido!- prosiguió Yuuko en tono resuelto, como quién ha jurado realizar una gran hazaña y señaló la cara aterrorizada de su empleado, al tiempo que ponía su otra mano en la cintura – ¡Seré yo quién te enseñe a bailar!-
-¡¿Q-q-q-q-que QUÉ?- exclamó Watanuki, entrando en pánico. Mokona, conmovida, comenzó a aplaudir.
-¡Bien dicho, Yuuko!- exclamó.
-¡P-pero, Yuuko-san…!- comenzó Watanuki.
-Por supuesto, tendrá un precio- prosiguió la bruja, sonriente –Pero hoy me siento especialmente benevolente, así que seré buena y solo lo agregaré a tu cuenta en lugar de cobrártelo de otro modo-
-¿¡A eso le llama 'Ser benevolente'?¡¿Y a qué se refiere con "Otro modo"? -
-¡Muy bien! Si ya todo está arreglado ¡Comencemos de inmediato! -
-¿¡Por qué está ignorándome!- gritó le chico, sacudiendo los brazos.
-Me cambiaré y así podremos empezar las lecciones de baile -
-¡De nuevo está decidiendo todo usted sola! -
-Mientras tanto, Watanuki ¡Prepara los tragos y la comidita, por favor!- terminó Yuuko, antes de dirigirse a la puerta.
-¡¿Eh?- exclamó el chico, ya más allá de la exasperación -¿¡Acaba de recuperarse de una resaca y ya quiere embriagarse otra vez? -
Aquí C. (a) la autora. Es el primer fic que subo a este sitio, por la simple razón de que no tenía idea de como hacerlo hasta hace poco. Así de lela soy para esto del internet.
Pues si, la pareja de este fic es WatanukixYuuko (Con un pequeño toque de DoumekixWatanuki, porque yo quería que CLAMP hiciera un trío con esos tres y nunca se me hizo..además, no sería xxxHoLic sin ambigüedad sexual) soy una de los pocos fans que hay de esta pareja, y quería contribuir con mi granito de arena a la causa, sin salirme mucho de la lógica de la serie ni hacer a los personajes salirse de su personalidad. Espero haber logrado mi objetivo para que los fans no me persigan con antorchas y azadones. Estoy en proceso de traducir este fic a inglés, deséenme suerte.