Holaaa! Perdón perdón perdón por la inmensa tardanza T^T Al final las cosas se me complicaron en verano y no tuve a penas tiempo… Pero en fin, os dejo de dar la lata y paso al capítulo ^^

Nota: A partir de este capítulo Ulrich será nombrado Matt.

Aclaración: La cursiva son pensamientos.

Tras acabar de desayunar, los chicos salieron a hacer su último entrenamiento en la isla Liocott. Todos estaban muy animados y con ganas de entrenar, pensando en el regreso a casa.

-Se ve que los chicos están muy contentos.- comentó Celia observando sus sonrisas desde el banquillo.

-Normal; mañana es cuando regresamos a Japón.- contestó Silvia mientras ordenaba las toallas.

-Pensé que tú volverías a Estados Unidos.- dijo Nelly un poco sorprendida.

-No, al principio pensé en hacerlo, pero me vi incapaz de dejarlos.- dijo la chica con una sonrisa.

-¿No será que no serías capaz de dejar a...?- empezó la de gafas, recibiendo un codazo de Silvia.

-¿Qué es lo que te pasa?- preguntó Camellia.- Desde hoy te veo un poco nerviosa.

-Ah no, no es nada…-

-Silvia… ¿no será mejor que se lo contemos?- insistió Celia.

-Está bien… escuchad.-

Las gerentes se juntaron y Silvia les explicó que Mark le había pedido salir anoche para ir hoy al parque de atracciones.

-Vaya, nunca pensé que vería a Mark diciendo eso.-

-Tienes razón Tori, el capitán nunca ha sido muy espabilado que digamos.-

-Sí… ¡Un momento! ¿¡Tori, Su? ¡¿Qué hacéis vosotras aquí?- exclamaron las chicas separándose, asustadas por la repentina llegada de sus amigas.

-Pues de visita... ¿acaso no somos bienvenidas por nuestro equipo?- preguntó Su girando la cabeza bruscamente.

-Claro que no, pero, ¿no sabéis avisar que estáis ahí?- preguntó Nelly recuperando la calma.

-A mi no me miréis, fue idea suya.- se excluyó Tori señalando a la morena.

-¡¿Cómo que fue idea mía? ¡Si eras tú la que querías ver a Harley y…!

-Pues anda que tú, dándome la lata todo el día con tu cariñín...

- ¡Ahora no me vengas con cuentos señorita estirada!

-¿Estirada yo? ¡Eso deberías decírselo a…!

Sin darse cuenta, Tori y Su habían empezado a discutir cada vez más alto, llamando la atención del equipo. Al ver quiénes eran, los chicos se acercaron a saludar.

-¿Qué tal chicas? ¡Menuda visita inesperada!- dijo Mark sonriente.

Las chicas siguieron discutiendo, ignorándolo completamente.

-Vamos, no hay necesidad de pelear.- intentó calmarlas Erik acerándose con Harley.

-¡TÚ NO TE METAS!- exclamaron ambas con cara de enfado.

Erik y Harley se apartaron un poco asustados por el grito.

Silver se empezaba a cansar y sacó una bocina del pantalón y apretó un botón.

Un fuerte sonido hizo que todos se estremeciesen y se volteasen.

-¡Basta!- exclamó el chico amenazándolas con un dedo.- ¡Me estáis poniendo de los nervios!

-Que exaltado estás de repente hombre…- dijo Harley dándole palmaditas en la espalda.

-Lo siento, cuando me duele la cabeza me pongo arrogante.- se disculpó frotándose las sienes.

-¿Y este quién es?- preguntó Su mirando de arriba a abajo al chico.

-Su, ¿no te acuerdas...? Que es Silver, el bisnieto de Mark.- le recordó Tori.

-Ah es cierto, el chico que tanto me recuerda a alguien que no consigo ubicar…

-Bueno… al principio a mi me pasaba lo mismo, pero creo que ya sé quién es su bisabuela…- comentó Nathan.- A ver Silver, ¿cuánto son 34.987 más 45.324?

-80. 311, ¿por?- contestó el pelivrerde dos segundos después, arqueando una ceja.

-No nada, tan solo que como ya dije antes, ya sé quién es tu bisabuela. Que callado te lo tenías.- dijo Nathan dándole codacitos.

- Dime quién es.- dijo Harley poniendo cara de perrito abandonado.

-Harley, sabes que eso no funciona conmigo.-

-Jo.- contestó el surfista con cara de fastidio.

-Ahora que la cosa ya está más calmada… ¿cómo te va Mark?- preguntó Tori al chico.

-Pues genial, fenomenal, divino, extrao...- empezó a decir el chico, pero Harley le tapó la boca.

-Je je, como es nuestro capitán, siempre en las nubes…- comentó nervioso girándose.- Mark recuerda que ellas no se pueden enterar de lo de esta tarde, ¿vale? Así que no te pases.

Mark asintió y se dieron la vuelta como si no hubiera pasado nada. El equipo les miró un poco extrañado, pero lo pasaron por alto.

-Será mejor que sigamos con el entrenamiento.- dijo Shawn.

-¿Podemos entrenar también nosotras?- preguntó Su.

-¡Claro! ¡Cuántos más mejor!- exclamó Mark emocionado.

Las chicas fueron a los vestuarios a cambiarse. Unos minutos después salieron al campo con la equipación de Inazuma Japón. Por otra parte, las gerentes reanudaron la conversación que tenían antes de la repentina aparición.

-Silvia, ¿quieres que te ayudemos a prepararte para la cita?- preguntó Nelly.

-Ah no, no es necesario, no quiero ser una carga.-

-Tranquila no eres ninguna carga, de hecho, ¡estaremos encantadas de ayudarte!- dijo Camellia.

-Chicas… muchas gracias, enserio.- dijo Silvia abrazando a sus amigas.

-Ajá… con que esas tiene mi primo ¿eh?- comentó una voz detrás suya.

-¡Caroline! ¿Cuándo has llegado?- exclamó Nelly apartándose del susto.

La chica estaba subida en el tejadillo del banquillo, con una cámara de fotos al cuello y una pequeña libreta junto con un lápiz en la mano.

-Lo suficiente como para escuchar lo de la cita.- contestó orgullosa.- A ver, Silvia, dime como, cuando y donde te lo dijo.-

-¿Acaso es esto una investigación policial?- preguntó Silvia un poco sonrojada, abrumada por tantas preguntas.

-Créeme, a mi primo es para abrirle una investigación policial.- asintió la chica bajando de su improvisado escondite.- Justamente en esta cámara tengo recuerdos de toda la vida de Marki y yo; como por ejemplo este vídeo, en el que le enseñé a nadar.

Caroline encendió la cámara y las chicas se juntaron a su alrededor.

Flashback

En una cálida tarde de verano, dos niños de unos seis años estaban junto a una piscina preparándose para bañarse. El pequeño Mark miraba temeroso a la piscina, ya que aún no sabía nadar, al contrario de su prima.

-Vamos primito, no es tan difícil.- la tranquilizó la niña acercándose a él.

-Para mí sí, no sé nadar, y me da miedo ahogarme.- contestó infantilmente el castaño.

-¡Es muy fácil! Tan solo tienes que dar brazadas y mover las piernas a un tiempo.- le explicó Caroline gesticulando.- ¡Imagina que estás nadando en una fuente de chocolate!

-Chocolate…- babeó Mark perdido en sus pensamientos.

-Sí, eso mismo; y ahora… ¡Al agua!- exclamó su prima empujándolo a la piscina.

Mark cayó, y unos segundos después reapareció boqueando muy deprisa e intentando desesperadamente agarrase al bordillo.

-¡No me hagas eso!- le riñó el pequeño hinchando las mejillas.

-Venga, tú sígueme.- dijo Caroline lanzándose y comenzando a nadar.- Brazada, patada, brazada, patada…

-¡Caroline! ¡Estoy nadando!- chilló el niño de emoción.

-¡Muy bien primo, sabía que lo conseguirías!- exclamó muy orgullosa a la vez que se volteaba a su izquierda para mirarlo.- ¿Mark?- cuestionó la niña al no verlo.

-¡Estoy aquí!-

Cuando se dio la vuelta hacia atrás, su cara se tornó a una mezcla de espanto y burla: su primo estaba nadando… ¡hacia atrás!

-¿¡Pero qué haces? ¡Qué así no se nada!-

-¿Ah no?- preguntó inocentemente el niño parando y agarrándose al bordillo.

-¡No! ¡Se nada hacia delante!-

Fin Flashback

Caroline pausó el vídeo, y observó las caras de sus amigas. Nelly no sabía si reír o llorar, Celia estaba pálida, Camellia no hizo ningún gesto y Silvia dejó escapar una pequeña risita.

-Y esto solo fue dos años antes de que convirtiera en un loco del fútbol… así que imaginaos lo que tuve que aguantar yo.-

-Pero luego aprendió a nadar bien, ¿no?- preguntó Celia.

-Sí, le costó pero al final pudo hacerlo.- explicó la chica girándose a ver a su primo.- Y ahora… ¿qué intenta hacer?

Las gerentes miraron al portero. Por los movimientos que hacía, parecía estar intentando dominar alguna supertécnica.

-Intenta dominar la Mano Celestial X.- observó Silvia.- Pero creo que le va a resultar muy difícil.- dijo al ver como un balón impactaba en su cara.

-Culpa suya si se acaba lesionando.- contestó Caroline encogiéndose de hombros.- Oye, ¿de verdad que mi primo te ha pedido salir?

-Sí, pero no sé si yo le gusto…- dijo la peliverde con un deje de tristeza

-No te preocupes, ¡hay una cosa que nunca falla!- exclamó Caroline yendo hacia la banda del campo.

-¿Qué creéis que hará?- preguntó Camellia.

-Con Caroline nunca se sabe.- contestó Nelly negando con la cabeza.

Marki!- le llamó su prima.

Mark se giró y miró a su prima. La chica señaló a Mark, luego dibujó un corazón en el aire y señaló a Silvia. El castaño se cruzó de brazos y desvió la vista sonrojado.

-¿Ves? Ya te había dicho que nunca fallaba.- dijo triunfal Caroline regresando al banquillo.

-¡Mark cuidado!- exclamó Jude antes de que a Silvia le diera tiempo de contestar.

Jude, Samford y Caleb habían lanzado el Pingüino Emperador Nº3, y el tiro se dirigía rápidamente hacia el distraído chico.

Mark descruzó los brazos rápidamente, y una X dorada apareció unos instantes. El portero alargó el brazo para pararlo, pero falló, y el tiro lo metió dentro de la portería.

Todos se acercaron a ver como estaba el capitán, preocupados por el impacto.

-Mark, ¿estás bien?- preguntó Samford sintiéndose culpable.

-No te preocupes, estoy bien.- le tranquilizó Mark con una sonrisa mientras apoyaba una mano para levantarse.

Al intentarlo, una fuerte punzada de dolor recorrió el cuerpo de Mark, obligándole a sentarse de nuevo.

-Cre-creo que me he torcido la muñeca…- masculló el chico llevándose la mano izquierda a la muñeca.

Silvia se acercó junto al resto de las chicas para ver como estaba.

-Déjame ver la muñeca, Mark.- pidió Silvia amablemente acuclillándose junto a él.

Mark asintió, quitándose el guante como pudo.

-Sí, efectivamente te la has torcido, y bastante.- observó la chica.

En efecto, su muñeca estaba en un ángulo de giro bastante fuera de lo normal.

-Celia, ¿me traes el botiquín, por favor?-

-Lo siento, me lo he dejado en la enfermería.- se disculpó la reportera.

-No pasa nada, no te preocupes. Acompáñame Mark.-

Ambos se dirigieron hacia la enfermería, que estaba en el edifico de enfrente del campo. Cuando desaparecieron por la puerta, Celia se acercó al banquillo.

-Celia, ¿eso de ahí debajo no es...?- preguntó tímidamente Darren acercándose a la joven.

-¿El botiquín? Sí, lo es.- afirmó la chica sacándolo de una patada.

-¿Pero por qué lo habías escondido?-

-Digamos que quería dejarlos a solas unos momentos.- contestó Celia dedicándole una tierna sonrisa al portero, haciendo que se sonrojara.

Jude anotaba ágilmente algo en una pequeña libreta que llevaba en el bolsillo.

Nota: Hacerle a Darren el Pingüino Emperador Nº1 en la cara si se acerca a menos de 10 metros de mi hermanita.

Axel observó de reojo lo que escribía, y no pudo evitar sonreír.

Silvia buscaba en el botiquín las vendas que le hacían falta mientras Mark la observaba en silencio desde la cama en la que estaba sentado. El chico miraba atentamente cada uno de sus movimientos sin perder detalle. La chica le fascinaba, era delicada, bonita…

-Ojalá ella corresponda a mis sentimientos…- pensó Mark alzando la vista.

-Ya tengo las vendas.- dijo Silvia sentándose a su lado.- ¿Te sigue doliendo?

-No, ya me duele menos.- contestó el portero con una gran sonrisa mientras veía a Silvia vendarle la mano.

La chica notaba la insistente mirada del capitán, pero se esforzó en continuar con su trabajo.

Tras 5 minutos, la mano de Mark quedó completamente vendada.

-Bueno, esto ya está.- comentó Silvia satisfecha.

-Muchas gracias.- dijo Mark sonriéndole tiernamente.

-No ha sido nada…- le restó importancia la chica bajando la cabeza levemente sonrojada.

Eso era lo que le volvía loco al portero. Se veía tan linda sonrojada, como si no hubiera un mañana. Le gustaría poder decirle cuanto la quería cada día.

-No, en serio: gracias.- susurró Mark levantándole la barbilla.

El chico desvió la mirada un momento levemente sonrojado. Volvió a mirarla y ambos cerraron los ojos, acercándose lentamente. Sus labios se rozaron levemente…

-Chicos, ¿cómo va la cosa por aquí?- preguntó Celia entrando por la puerta, pero se quedó petrificada al ver lo que vio.

La chica dio media vuelta y se fue rápidamente, reprendiéndose mentalmente por haber arruinado tan bonita escena.

Mark y Silvia se separaron rápidamente al oír la voz de Celia. Ambos estaban muy sonrojados y miraban cada uno en una dirección distinta. Se formó un silencio incómodo durante varios minutos, hasta que Silvia lo rompió:

-Sobre lo de esta tarde…-

-Te veo en el jardín trasero del albergue a las cinco.- dijo rápidamente el chico adivinando su pregunta.

-Muy bien… ¿nos vamos?- preguntó tímidamente.

Mark asintió con una gran sonrisa y ambos salieron de la enfermería.

-¿Qué ha pasado?- preguntó Samford al ver llegar a Celia a paso rápido.

-Pues… estaban a punto de besarse cuando les interrumpí sin querer…- explicó Celia avergonzada.

Por el rostro de Silver apareció una traviesa sonrisa durante unos segundos. Axel advirtió esto; y cada vez más convencido de que Silver…

-No te preocupes Celia, tarde o temprano se acabarán declarando. ¡No van a estar así toda la vida!- la tranquilizó Darren.

-Tienes razón, ¡muchas gracias Darren!- exclamó la chica lanzándose al cuello del chico.

Darren correspondió al abrazo completamente sonrojado. Jude tenía en la mano un balón y estaba temblando de la tensión que estaba ejerciendo sobre sí mismo.

-Darren…-masculló para sí mismo a la vez que pinchaba la pobre pelota de tanto apretarla.

-Ni que fuera pata tanto, compadre.- le susurró Caleb con una macabra sonrisa.

Jude hizo ademán de girarse para decirle unas cuantas palabras, pero se contuvo. Todo por proteger a su hermana, se dijo. Mark y Silvia venían corriendo hacia el campo, el primero la cara aún un poco roja. Todos lo rodearon para preguntarle como estaba, abrumando al portero, que intentaba escabullirse por algún hueco.

-Tranquilos, estoy bien, pero… ¿Qué tal si nos tomamos un descanso? Si se lesiona alguien más podría ser perjudicial para el equipo.-

Todos recibieron con agrado la propuesta del capitán, y se sentaron a descansar.

-Bisabuelo, ¿te gustaría conocer dentro de poco mi futuro?- preguntó Silver mientras se secaba la cara con una toalla.

-¿Acaso puedes hacerlo?- preguntó Mark asombrado.

-Claro, si puedo ir yo del futuro al pasado y viceversa, también lo podéis hacer vosotros. Aunque eso sería más complicado…-

-¿Por qué?- preguntó Jack.

-Pues porque al ser tantos, tendría que abrir yo un portal temporal, y alguien del futuro abrir otro allá. Tendría que preguntarle a Matt o a Mike si me podrían ayudar… Aunque claro, también puedo pedírselo a Sara.- caviló el peliverde en voz alta.

-¿Quiénes son ellos?- preguntó Shawn.

-Pues Matt es el bisnieto de Axel, Mike el de Shafier y Sara la de Camellia.-

-¿¡Qué?- exclamaron los nombrados muy sorprendidos.

-Sí, y puedo seguir diciendo, pero aún no. Aún no es la hora.- dijo misteriosamente.

El equipo se le quedó mirando extrañado. Silver era un chico con muchos secretos, y muchos de ellos aún por revelar.

El día pasó rápidamente, y dieron las cuatro de la tarde. Mark estaba en su cuarto rebuscando en su armario que ropa ponerse.

-¿Debería ir como siempre o más arreglado? ¿O quizás sin la banda? ¿Y si no le gusta verme sin ella? ¿Y si…? Aghh, ¿¡Por qué todo es tan difícil?-

-Simple mi querido amigo, el amor no es fácil.- dijo una voz a su espalda.

-¡Axel!- exclamó en el chico.- ¡Y también Harley, Darren, Shafier, Austin, Tod, Jack…!- dijo nombrando uno por uno a todos los chicos de su equipo.

-Recuerda que quien algo quiere algo le cuesta.- habló Jordan con una sonrisa.

-¡Venimos a ayudarte capitán!- dijo decidido Jack a lo que todos asintieron.

-Chicos…- susurró el portero conmovido.- ¡Muchas gracias!

-No es nada, es un placer ayudar.- dijo Axel encogiéndose de hombros.- Ahora veamos que hay en ese armario.

Axel empezó a rebuscar junto con Mark, y al cabo de un rato encontraron la ropa adecuada.

-Un minuto… ¡estupendo!- finalizó Jude levantando el pulgar.

-No sé… creo que le falta algo…- dijo Austin pensativo.- ¡Ya sé!

El chico se dirigió hacia la mesilla de noche que estaba al lado de la cama de Mark.

-¿Puedo?- preguntó el chico, a lo que el capitán asintió.

Austin revolvió un poco en el cajón, y sacó de él un reloj digital.

-¿Un reloj?- preguntó Caleb con gesto desaprobatorio.- En fin, probémoslo.

Mark se puso el aparato, y dio dos pasos atrás.

-¿Cómo estoy?- preguntó tímidamente.

-¡Perfecto!- dijo Silver entrando por la puerta.- Bisabuelo, ¿dónde habéis quedado?- preguntó curioso.

-En el jardín trasero del albergue.-

-Será mejor que te enseñemos lo que nunca tienes que hacer en una cita.- propuso Samford.

-Sí, si no saldrás mal parado…- empezó Axel.

-…Y nosotros también.- finalizó Jordan mientras un escalofrío le recorría la espalda.

-¡Yo también ayudaré!- se ofreció Silver.

-Muy bien… ¡empecemos!-

Las chicas estaban reunidas en la habitación de Silvia ayudándola a preparase para la cita. Caroline le arreglaba el pelo, Su y Nelly discutían sobre si debía llevar falda o vestido mientras Tori decía que era mejor que llevase unas bermudas y Camellia y Celia preparaban el maquillaje.

-¡Listo!- exclamó Caroline mostrándole un espejo a Silvia.- ¿Qué tal?

-¡Está genial, gracias!-

-No es nada.- dijo la joven frotándose la nariz.

-Muy bien, entonces es la hora del maquillaje.- dijo Celia acercándose con Camellia.

-Prefiero ir al natural chicas, lo siento.- se disculpó la chica.

-Tiene razón; ¡mi primo tiene que admirar esa belleza natural si no quiere que le dé un buen puñetazo!- exclamó Caroline.- Hablando de él, ¿qué estará haciendo?

Las chicas se callaron un momento, para escuchar.

-¡¿Pero por qué todo es tan difícil?- se oyó la voz de Mark.

-¡Ya te lo hemos dicho cincuenta veces, cabeza balón!- contestaron a coro los chicos.

-Vale, ahora ya lo sé.- dijo Caroline entre risas.

-Toma este vestido Silvia.- dijo Nelly mostrándoselo.

Silvia se lo puso y las chicas la miraron asombradas y con cara de aprobación.

-Será mejor que vayas bajando ya.- observó Celia con una sonrisa al ver que el reloj marcaba las cinco menos cinco.

-Tienes razón; ¡deseadme suerte!- exclamó la peliverde mientras bajaba por las escaleras.

Silvia llegó al jardín, y se asomó por la esquina del albergue para ver si el chico estaba. Acertó, el joven esperaba sentado en uno de los bancos. Silvia se sonrojó al verle, iba bastante guapo.

Mark llevaba una camiseta blanca con un relámpago atravesándosela junto con un chaleco naranja. Sus pantalones también eran naranjas, y llevaba a juego con la camisa unos tenis. En la muñeca izquierda llevaba el reloj digital que Austin le había ofrecido.

Silvia se acercó al chico un poco nerviosa. Mark, al oír pasos, se levantó rápidamente al ver quién era.

-Estás muy guapa.- dijo el chico tímidamente con un visible sonrojo.

Silvia llevaba un vestido verde oscuro y claro a juego con unas sandalias. No llevaba puesta el broche que llevaba siempre para sujetar su cabello.

-Tú también lo estás.- contestó igual de sonrojada.

-¿Estás lista?- preguntó Mark con una sonrisa ofreciéndole la mano.

Silvia asintió y tomó su mano.

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-Esperemos que le salga bien.- comentó Harley observando cómo se alejaban desde una ventana.

-Seguro que sí.- dijo Caroline asintiendo.- Buena suerte, primo.-

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Mark y Silvia llegaron al parque de atracciones, y se montaron primero en la montaña rusa. Por lo que habían visto anunciar por la televisión, esa era la más rápida del mundo, con una altura descomunal para más inri.

La montaña rusa comenzó a subir poco a poco, y cuando estuvieron arriba de todo paró un momento para dramatizar antes del momento de la caída.

-Agárrate fuerte.- le susurró Mark a la chica con una sonrisa traviesa.

De repente cayeron en picado a una gran velocidad. La gente comenzó a gritar y en medio del alboroto, Silvia tomó la mano de Mark sin darse cuenta.

Cuando la atracción se estabilizó, vino un estanque de agua, que dejó a los pasajeros completamente empapados. Tras un rato de diversión, la montaña paró y se bajaron.

-¡Ha sido divertidísimo!- exclamó Silvia.

-Sí… menos cuando se me metió aquel pez por la espalda.- contestó el chico riéndose junto a su amiga.

Mark se acercó a un puesto de bebidas y compró dos Coca-Cola.

-Toma, lo mejor para evitar el mareo.- dijo con una sonrisa dándole a Silvia una de las latas.

-¿A cuál montamos ahora?- preguntó Silvia tras darle un trago a su bebida.

-¿Qué tal… a la Casa del Terror?-

En esa atracción ambos se llevaron bastantes sustos ya que los efectos eran muy realistas. Cuando salieron estaban temblando un poco a causa de los sustos.

Siguieron su recorrido por las atracciones, y montaron de última en la noria.

-Que rápido se ha pasado la tarde.-comentó Silvia.

-Sí…. ¡pero tenemos que repetirlo algún día!- exclamó el portero entusiasmado.

-Tú siempre estás igual.- dijo al peliverde dejando escapar una risita.

-¿Eh?-

-Sí, me encanta ese entusiasmo que tienes.-

Mark sonrió, y se acercó un poco a la chica. La noria paró en lo alto, y ambos observaron el bonito atardecer.

-Que bello atardecer…- susurró Silvia maravillada.

-No tanto como tú.- pensó el portero mirando para la chica.- Oye, Silvia, yo…

La chicha se volteó para mirarlo con una sonrisa.

-¿Sí?- preguntó esperanzada.

-Yo…-

Mark era incapaz de hablar, estaba perdido en los ojos de Silvia. El portero se acercó un poco más a la chica y cerró los ojos. Silvia hizo lo mismo y se fueron acercando cada vez más. La joven sentía mariposas en el estómago por lo que iba a ocurrir finalmente. Lo que ella tanto deseaba.

Un tono les interrumpió, haciéndoles separarse bruscamente y muy sonrojados. Mark llevó una mano al bolsillo y cogió su móvil.

-¿Diga?- preguntó de mala gana.

-¡Hola primo! ¿Qué tal vas?- preguntó Caroline a través del teléfono.

-Oh, muy bien, pero no era necesario que llamaras.- dijo recalcando lo último.

-No me digas que… ay, ¡lo siento mucho!- se despidió la chica colgando.

Mark cerró la tapa del móvil y lo volvió a guardar en el bolsillo.

-Creo que nuestro turno se ha acabado- comentó el chico dulcemente al ver que las puertas se abrían.

Ambos bajaron de la atracción y se fueron del parque. El sol estaba ocultándose tímidamente para dar paso a lo que iba a ser una cálida y preciosa noche estrellada.

Mark rodeó con un brazo la cintura de Silvia, y la chica apoyó la cabeza en su hombro.

Puede que aún no fueran novios, pero se querían. Solo faltara que alguno de ellos diese el primer paso. Y Mark pensaba hacerlo pronto. Sin duda, esa sería un día que jamás olvidarían.

Terminé! Aleluya fiuuuuu…. Que cansancio tengo los dedos que parece que me quedaré con artrosis XD Espero que os haya gustado, y gracias por ser tan pacientes ^^ prometo que con el 5 tardaré mucho menos. Bye!