Advertencias: los personajes y toa la fauna konohiana no me pertenecen, si fueran míos, Naruto sería una serie yaoi, mu basta llenita de cameos con forma de calippo de fresa y Kakashi e Iruka saldrían en todos los epis... queriéndose mucho, os lo aseguro. ( Son de Kishimoto sama)

Que conste que esto lo he soñado y me he visto en la obligación de escribirlo o me daría algo... por que intento escribir mis otros fics y no puedo, esta historia me golpea las meninges con fuerza, a si que me he decidido a sacarla a la luz y así poder seguir con mi vida.

Mi perrito Iruka

Kakashi golpeó la puerta del despacho de la Hokage con los nudillos y esperó a que le dieran permiso antes de entrar con evidente curiosidad.

Había sido liberado de las misiones y llamado a la presencia de la líder pechugona sin ninguna explicación y su interés rozaba la histeria en aquel momento.

¿Qué podía ser tan importante como para solicitarle con tanta prisa y en absoluto secreto?

Suspiró fastidiado y abrió la puerta cuando escuchó un " adelante" que le daba permiso a entrar.

Solo la Hokage lo esperaba en el despacho y compuso una mueca bajo la máscara.

- ¿Qué pasa?- preguntó con un tono mas hostil del que pretendía en un principio.

- Te necesito para una misión importante – lo miró mientras cruzaba los dedos delante de la cara sin dejar de mirarle fijamente – algo que solo puedes hacer tú.- la mujer sonrió abiertamente cuando Kakashi asintió firmemente y justo en ese momento, se escuchó un gemidito de detrás de la silla de la mujer.

Kakashi frunció el ceño cubierto pues no se había dado cuenta de que en la habitación hubiera alguien mas que ellos dos y eso lo pilló desprevenido.

- Imagina que hay un perro en esta habitación – el jounin miró en dirección a la Hokage y regresó la vista a la silla mientras seguía escuchándola interesado – llámalo para que vaya contigo, esa es tu misión, cuidar de él hasta que pueda dar con una solución.

- ¿Una solución para que?- preguntó intrigado

- Haz lo que te digo, llama al perrito y entenderás – le señaló con la mano abierta y sonrió.

Se agachó no muy seguro de la salud mental de la mujer y clavó la rodilla derecha mientras adelantaba la mano simulando tener algo interesante para un perro en ella. Emitió un silbido bajito, que prolongó unos segundos hasta hacerlo un gorgoteo alterno.

De detrás de la silla apareció un perrito que dejó a Kakashi al borde del ataque cardiaco. Salió lentamente, dando solo un par de pasos, lo suficiente para ver quien le llamaba pero lo bastante lejos para no ser atrapado.

Iruka, que estaba a cuatro patas en el suelo detrás de la silla de la mujer, adelantó una mano y extendió los dedos, mientras su espalda se arqueaba de manera que el trasero quedaba mas alto que la cabeza. La cola se detuvo un momento, el que usó para estudiar con la mirada a Kakashi, que era quien lo llamaba. Sus orejas se giraron enfocando directamente hacia él y torció la cabeza a un lado, mirándole fijamente... Exactamente como un perro que espera la orden de su amo; solo que este perro era un pelín diferente.

Su cuerpo era humano salvo por un par de apéndices y el equipamiento dental mas propio de un depredador que de un ser humano. Iruka conservaba los pantalones puestos, pero nada mas. las uñas de sus manos eran negras y curvadas, al igual que las de sus pies, aparte de eso el pantalón estaba bajado para liberar su cola, de poco mas de un metro y su pelo suelto caía libre sin ataduras.

- ¿Hokage sama?- preguntó el jounin sin moverse de su postura agachada

- ¿Si?

- ¿Porqué Iruka sensei tiene cola, orejas de animal y se comporta como uno?

- Bueno, ya sabes, cosas que pasan, unos por otros y nadie sabe bien como ha pasado... en fin... cuídalo hasta que encuentre una cura o lo que sea – no sonó muy convincente.

Kakashi se levantó, lo que hizo que Iruka volviera a esconderse tras la silla. Rodeó la mesa y se paró a un metro del "perro". Se quitó el guante y adelantó la mano mientras se arrodillaba lentamente. Iruka avanzó con la nariz por delante olisqueando en su dirección, alternando su mirada de la mano al rostro cubierto y a la mujer, que seguía sentada en la silla sin intención de hacer nada más que beber sake y echarse una siesta.

Emitió dos sonoros suspiros cuando llegó a la mano y olió a conciencia sin quitarle la mirada al propietario de la mano; entrecerró los ojos y echó el labio superior hacia atrás, dejando a la vista un conjunto de colmillos afilados. Kakashi entendió el gesto al instante. La lengua de Iruka asomó entre los colmillos y empezó a lamer la palma de la mano del jounin al tiempo que se sentaba, sus orejitas se iban hacia atrás y su cola se movía de un lado a otro frenéticamente, dejando claro que estaba contento con su nuevo dueño.

Su lengua estaba caliente y áspera al tacto y algo hizo click en el interior del jounin. Ver a Iruka solo con pantalones, orejitas de perro peludas en su cabeza, colita larga y peluda en el final de su espalda enroscándose en si misma del gusto y lamiendo de manera tan sumisa acabaría con la resistencia de cualquiera... pero el se limitó a adelantar la otra mano lentamente y posarla sobre la cabeza del chuunin, acariciándole el pelo suavemente. Iruka giró la cabeza indicando donde quería ser acariciado y los dedos del mayor acabaron detrás de una de las orejas puntiagudas y peluditas que coronaban su cabeza castaña.

Empezó a gruñir muy bajito, señal de que le gustaba donde le acariciaba. El contacto paró y emitió un gemidito lastimero de protesta mirándole directamente. Kakashi se levantó y se puso el guante de nuevo. Miró a la Hokage serio. Podía con cualquier asesino o misión de rango S, pero esto... miró de nuevo a Iruka que se había sentado espatarrado a sus pies y lo miraba suplicante mientras le restregaba la cara en la pernera del pantalón exigiendo atención.

- ¿Y que hay de los Inuzuka? - preguntó de vuelta mientras volvía a acariciarle en las orejitas

- ¿Te crees que no lo he intentado todo antes de llamarte? - La mujer se sirvió su cuarta o quinta copita de licor – ellos solo saben de "perros de verdad"... como puedes ver, esto ...– señaló a Iruka, que volvía a lamer los dedos de Kakashi con guante y todo, ajeno a la conversación- se escapa un poco de esa definición... Además, tu tienes mas perros "especiales" y sabes como tratarlos – llenó de nuevo la copa y sonrió medio borracha – venga, fuera de mi despacho... que tengo mucho trabajo atrasado... ya te llamaré si hay algún cambio o lo que sea – risita tonta.

- Sí , ya veo como se ocupa del problema – miró a Iruka que había parado de chuparle los dedos y trataba de rascarse en el muslo con los dientes en una extraña postura. Se agachó y le rascó él mismo – Venga, vamos a casa – Se quitó el chaleco y se lo puso al chuunin abrochado hasta arriba y le cerró el pantalón. Buscó sus sandalias por la habitación y se las puso... aunque a Iruka no le hacía mucha gracia el cambio y se lo hizo saber gruñendo de una manera muy poco amistosa - ¿Prefieres que te ponga un collar? - Iruka agachó las orejas y compuso un puchero que dejaba bien claro que no – Eso supuse... Venga, a casa.

OoOoOoOoOo

bueno pues fin del epi primero que me va a dar algo ya jajaja.

Espero que os guste y al menos 10 reviews o solo enviaré el cap dos y final a las personas que comenten .¡Hala, he dicho!

Besitos y mordiskitos

Shiga san